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20:31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.

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LAS BODAS DE CANÁ

Juan 2:1-12

En este capítulo 2 encontramos el primer milagro operado por Jesús para dar inicio a su obra ministerial, este hecho también precede al año de preparación y está marcado por la primera pascua celebrada en Jerusalén en la que Jesús asiste con sus discípulos.

Este acontecimiento se convierte en el primer milagro de una gran serie de señales que confirmarían su procedencia y mostrarían al pueblo de Israel que él era el Mesías enviado por Dios marcando de hecho el propósito de este evangelio según nos dice el evangelista Juan en 20:30-31 – “20:30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro.

20:31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el

Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre”.

Estos milagros estaban dirigidos a la nación de Israel, nación que desde el tiempo de Moisés requirió señal del cielo para creer en lo que Dios demandaba de ellos. Debemos recordar lo que se dice en Éxodo 4:1-5 cuando Dios declara a Moisés que por las señales que él mostraría, el pueblo creería en él. En este mismo evangelio vemos la opinión de Nicodemo recogida en Juan 3:2 cuando dice: “3:2 Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que

tu haces, si no esta Dios con el.”

De igual manera, el apóstol Pablo se refiere a los judíos en 1 Corintios 1:22 como el pueblo que necesitaba de señal para creer, como necesitaba el gentil o griego la sabiduría humana, aquí se dice: “1:22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría.

Es por esta causa que Jesús inicia su ministerio con las señales que le confirmarían como el enviado de Dios y que como sello solemne confirmarían su poder divino que ahora era mostrado a los hombres de su pueblo.

Este mensaje lo estudiaremos bajo el bosquejo siguiente: I. LA OCASIÓN DEL MILAGRO

II. LA OPORTUNIDAD PARA EL MILAGRO III. EL PROPÓSITO DEL MILAGRO

(2)

I. LA OCASIÓN DEL MILAGRO

(Jn. 2:1-2)

A.

EL TIEMPO DEL SEÑOR

1. Dios tiene todo programado conforme a su voluntad y ningún hecho que provenga de Él vendrá de manera casual o fortuita. Las Escrituras están marcadas en diferentes lugares como lo vemos en Marcos 1:15 expresando: “1:15 El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.En Juan 2:1 también se hace énfasis de lo importante del tiempo de Dios al decir: “2:1 Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la

madre de Jesús”.

2. El apóstol Juan lleva un orden cronológico excepcional desde que inicia el relato de su evangelio; y es a los siete días desde que comienza a narrar los hechos, justo desde el momento cuando Juan el Bautista comienza a testificar (1:19), en que Jesús decide hacer su primer milagro. Al decir “Al tercer día”. Juan está diciendo que esto ocurrió al tercer día después de lo que ha narrado en (1:43-51). Veamos un recuento de los hechos:

En Juan 1:19 vemos lo que ocurre el primer día. En Juan 1:29 vemos lo que ocurre el segundo día. En Juan 1:35 vemos lo que ocurre el tercer día. En Juan 1:43 vemos lo que ocurrió el cuarto día.

En Juan 2:1 se dice que al tercer día desde aquel último día de la narración de (1:51).

3. De acuerdo al relato del apóstol Juan, Jesús había llamado por lo menos a cinco de sus discípulos, estos eran Andrés, Pedro, posiblemente Juan, Felipe y Natanael. Por tanto, era el tiempo para que Él le mostrara a ellos y a los judíos su poder divino y su autoridad sobre lo creado, para de esta manera llenar de evidencias su fe.

(3)

B.

EL LUGAR DE LAS BODAS

1. En el mismo versículo donde se establece el tiempo en que ocurrió el milagro, también se establece el lugar donde fue manifestado el mismo. Según el dato bíblico esto ocurrió en Caná de Galilea. Una ciudad que estaba por lo menos a 12 ó 13 Kilómetros al norte de Nazaret, ciudad donde vivía María la madre de Jesús con los hijos procreados con José su esposo, ya que al parecer José había muerto para este tiempo.

2. Jesús comenzó a obrar en una región que tal vez no era tan popular como Judea, pero sí más abierta y receptiva que la región donde radicaban las principales facciones de la religión judía, dígase los fariseos, saduceos y escribas.

3. Es Galilea la que se distinguía como la provincia más privilegiada en cuanto a la cantidad de milagros ejecutados y doctrina enseñada por Jesús y donde Él desarrollaría su popularidad dentro de la nación de Israel. Aunque tenemos que destacar que sus habitantes no fueron lo suficientemente agradecidos por tener este privilegio como nos narra Mateo 11:20-24.

C.

LA FIESTA DE BODAS

1. Según nos narra el texto en la ciudad de Nazaret se hicieron unas bodas, a la cual fueron invitados Jesús y sus discípulos (2:2) se nos dice: “2:2 Y fueron también invitados

a las bodas Jesús y sus discípulos. Es de notar que, aunque no se dan los nombres de los novios, por lo que ocurre en el pasaje se evidencia que eran de cierta familiaridad con Jesús y María, ya que María estaba allí y es la que da la voz de alarma cuando se agota el vino. 2. Otro detalle de la familiaridad de María con los

contrayentes es que ella se encontraba allí con sus otros hijos (2:12), quienes eran medios hermanos de Jesús, los cuales fueron engendrados por José su padre, quien era el esposo de María - Mateo 13:55-56; Juan 7:1-9.

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3. Esta era una ocasión muy importante para los judíos, pues las bodas eran acontecimientos de mucha importancia y era una actividad a la cual se invitaban muchas personas y donde Jesús sabía que este principio de señales traería fruto, en cuanto a que su fama se extendería por muchos lugares.

Veamos ahora:

II. LA OPORTUNIDAD PARA EL MILAGRO

(Jn. 2:3)

A.

SURGE LA NECESIDAD

1. En Juan 2:3 se dice: “2:3 Y faltando el vino...” aquí se muestra la necesidad que provocó la gran oportunidad para que Jesús actuara. Es María la que le dice a Jesús: “2:3 Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. A pesar de la abundante provisión, el vino se había acabado. Al parecer María es la que se da cuenta del problema, de seguro que estaba ayudando a preparar las cosas en el lugar donde se distribuía el vino. Ella sabía que, con la presencia de Jesús, toda insuficiencia queda compensada por su total suficiencia.

2. La falta de vino ocurre por un mal cálculo de parte de los anfitriones, pero la realidad era que el problema que ahora le agobiaba sería utilizado por Dios para manifestar su gloria. Lo que nos hace entender que el Señor tiene un propósito evidente en todo lo que ocurre en la vida.

3. El vino faltante era indispensable en toda boda judía y Dios sabía que esta problemática haría detener el programa de bodas y haría que miraran hacia Jesús que era evidentemente el propósito divino. Ciertamente que una boda sin vino no era boda.

4. Es bueno aclarar que el uso del vino no se condena en la Biblia en Génesis 14:18; Números 6:20; Deuteronomio 14:26; Nehemías 5:18; Mateo 11:19 se habla del uso del vino dentro del pueblo de Dios, de hecho formaba parte de la dieta del judío y hasta era recomendado para usos

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medicinales 1 Timoteo 5:23, pero también es importante decir que esto no da pauta para justificar la borrachera, lo cual es prohibido por las Escrituras y por tanto pecaminoso delante de Dios en Levítico 10:9; Proverbios 31:4-5; Isaías 28:7; Habacuc 2:15-16; 1 Corintios 5:11; 1 Timoteo 3:3 y 8.

B.

LA ROGATIVA DE MARÍA

1. En (2:3-4) se nos dice: “2:3 Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Vemos que, aunque se muestra que María solamente informa a Jesús sobre la falta de vino, por la respuesta de Jesús a ella, notamos que ella busca en él la solución del problema físico y tal vez no estaba en el mismo propósito de Jesús de hacer lo que haría evidenciar el poder de Dios en él.

2. Notemos que la respuesta de Jesús parece áspera y dura; y el apóstol Juan nos relata la represión misma en el (v. 4) al expresarse: “2:4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora”. En nuestro lenguaje de hoy podríamos traducirla: “Esto no es asunto de tu incumbencia.” La razón de Jesús hablarle así está expresa en el pasaje cuando dice: “Aún no ha llegado mi hora.” Se usa la palabra griega “Kairós” = hora y no “Khronos” = tiempo.

3. Es de entender que María, como humana e imperfecta que fue, muestra impaciencia y angustia frente a los problemas cotidianos de la vida (comparar con Lucas 2:48-49). Es evidente que aquí ella olvidó que Jesús tenía que hacer cada cosa en el momento preciso que el Padre le indicase y no podía consentir que nadie, ni siquiera su madre, interfiriese en los planes mesiánicos (Jn. 4:34).

4. Está claro que lejos de ofender a su madre, Jesús le hace entender que su obra debe ser ordenada por el Padre y no por ella. Era importante para ella el aceptar que lo que Él haría, lo llevaría a cabo porque el Padre así lo había ordenado y no porque ella lo hubiese pedido.

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C.

LA SABIA REACCIÓN DE MARÍA

1. En (2:5) se muestra la sabia reacción de María, esta actitud es la actitud que Dios espera de una mujer sumisa a la voluntad de Dios; esta reacción manifiesta de igual manera, su posición por debajo de Cristo y la comprensión de su lugar en la obra de salvación. María sabía que solo Cristo podía mediar entre Dios y el hombre. De hecho, esto lo hace evidente el apóstol Pablo en 1 Timoteo 2:5 cuando dice: “2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.

2. Las palabras de María confirman lo que resaltamos anteriormente: Su madre dijo a los que servían: “2:5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. Notemos que ella no dice, hagan todo lo que yo le he dicho, o todo lo que yo le dije que hiciera, sino que por el contrario dirige al maestresala a hacer la voluntad de Jesús.

3. María mostró la paciencia y sumisión de una mujer controlada por Dios y dispuesta a esperar que fuese Jesús el que actuase para manifestar su autoridad. Ella se sujetó al tiempo del Señor y esperó el momento en que Jesús haría lo que él tenía que hacer para honrar a su Padre. Por último, veamos:

III. EL PROPÓSITO DEL MILAGRO

(Jn. 2:6-10)

A.

CONSISTIÓ EN CONVERTIR EL AGUA EN VINO

1. En Juan 2:6-10 vemos como Jesús muestra con esto ser dueño y Señor de la naturaleza, realizando con una sola palabra una transmutación química. En un instante las moléculas de agua pasaron a ser moléculas de vino, y vino de la más excelente calidad de todos los vinos.

2. A todos los milagros de Cristo narrados en el evangelio de Juan les sigue un mensaje; por eso se les llaman señales

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porque marcaban una dirección hacia donde el pueblo de Israel tenía que dirigir su fe. Era la hora de que los judíos supieran que no solo Jesús era el Cristo porque lo decía Juan el Bautista o los discípulos, sino que el tenía el poder del ungido de Jehová.

3. Este primer milagro o señal lleva un mensaje indudable: Señalar el paso de la ley y del judaísmo al evangelio eterno de Jesucristo. Era la hora de que el pueblo de Israel supiese que el Mesías prometido estaba entre ellos y se haría evidente a través de esta primera señal.

B.

LAS CIRCUNSTANCIAS EN QUE SE REALIZÓ EL MILAGRO

1. En Juan 2:7 se nos dice: “2:6 Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. 2:7 Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y

las llenaron hasta arriba. Indicando que este milagro se llevó a cabo en seis tinajas de piedra, las cuales estaban destinadas a las purificaciones legales ordenadas por la ley de Dios y otras muchas añadidas por las tradiciones de los ancianos. Estos decían: “El que use mucha agua para lavarse, ganará muchas riquezas en este mundo”.

2. Estas vasijas eran tinajas de unos cien litros y los sirvientes las llenaron hasta arriba como nos dice el (v. 7), no había nada más que agua hasta el borde, lo cual era evidente para todos. Además de que todos sabían que esta agua era importante para sus ritos de purificación.

3. Jesús hace el milagro instantáneamente y de una manera que lo engrandeció sobremanera. Tan pronto como llevaron las tinajas dijo: “2:8 Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. Este era el hombre que estaba escogido por los anfitriones para catar el vino que se iba a servir en la boda, este hombre era el calificado para declarar que lo que Jesús había hecho no era una porquería, sino que era el mejor de todos los vinos que ellos habían probado.

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C.

LA COMPROBACIÓN DEL MILAGRO

1. En Juan 2:9-10 se nos dice que: “2:9 Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, 2:10 y le dijo: Todo hombre sirve

primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora.

2. El esposo de aquella espléndida boda es ahora testigo de lo que su maestresala le ha dicho, Dios mismo ha permitido que estas palabras salgan de la boca de aquel hombre sin que él mismo se diera cuenta que lo que estaba diciendo confirmaba la deidad y el poder de Jesús.

3. La comida y la bebida son dones de la magnificencia de Dios; por ello, es impiedad e ingratitud abusar de ellos. Por esto debemos dejar claro que Jesús no hizo este milagro para que los que allí estaban murieran de una borrachera, sino para demostrar su poder y para que sus discípulos creyeran en Él y el Padre fuese glorificado. Debe estar claro que Jesús condena los excesos, tanto en la bebida (Pr. 23:20; 23:31) como en la comida (Pr. 23:1-3).

CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:

Debe estar claro que el propósito del Señor con esta señal era:

1. Dar inicio a su ministerio, advirtiendo que de la Ley de Moisés pasábamos a la Gracia del Evangelio Eterno.

2. Manifestar su gloria.

3. Que sus discípulos creyeran en Él como nos dice Juan 2:11-12 al concluir diciendo: “2:11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él. 2:12 Después de esto

descendieron a Capernaum, él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días.

Dios es poderoso y hace todas las cosas en el cumplimiento del tiempo y con un propósito específico siempre revelado en su Palabra, por tanto, sigamos poniendo nuestra mirada y nuestra fe en el poderoso salvador, Cristo Jesús.

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