LA EVALUACIÓN DESDE EL MÉRITO, UNA POSIBILIDAD PARA EJERCER PODER Introducción
M. en C. Luis Daniel Casiano González ldancasg33@hotmail.com
Dra. Alegría Heredia Díaz hedaleg@gmail.com Mtra. Mireya Benítez López mirebl7@hotmail.com
Escuela Normal de Capulhuac México
Sesión de debate, Simposio: Evaluación de la calidad de los sistemas educativos. Retos y perspectivas.
Resumen.
El presente trabajo expone dos ideas básicas que responden a procesos reflexivos de experiencias profesionales como formadores de profesionales de la educación: la primera mira a la evaluación docente como un factor que posibilita a cierto grupo tener poder, por la forma en la que se difunden los resultados y la segunda, con un toque ideal pero necesario, elementos a considerar en este tipo de avaluación.
Introducción
La evaluación es uno de los asuntos más importantes y delicados del proceso educativo, por ello se pueden encontrar diversas posturas complementarias al respecto, estas tratan el tópico desde diversas aristas en atención a; la funcionalidad, el sujeto que evalúa, la intencionalidad práctica, el momento de la aplicación, entre otras, no obstante hay dos ideas fuerza que están presentes implícita o explícitamente: a) la posibilidad (sea ética o no) de ejercer poder mediante ella y, b) considerarla un medio para promover o asegurar la calidad.
En este marco, se pretende:
Desarrollar un proceso reflexivo, que permita, con mirada crítica, enriquecer el panorama actual de la evaluación del desempeño docente, indistintamente del nivel en el que se encuentre su ámbito laboral. Esto se logra con una lectura atenta del referente teórico, contextual, y empírico, ya que todo profesional de la educación está en
constante contacto con ella como sujeto que evalúa, pero también como sujeto evaluado.
Tener un referente para desarrollar la evaluación con mayor objetividad, y como hábito, pues todo proceso debe ser evaluado en pro de la mejora permanente, y para la formación dentro del espacio educativo reconocer que los procesos de evaluación deben funcionar como escrutinio de documentos académicos construidos.
El presente documento pretende poner en la mesa de discusión a la política actual respecto a la evaluación, retomando uno de los rostros obscuros de la misma; el fin desde la visión del poder, el indicador del mérito el rasgo aspiraciones y la propuesta.
Desarrollo
El propósito de la evaluación
La historia de la humanidad ha dado cuenta de las diversas formas en las que se ha asignado diferente rol a los sujetos en la sociedad, una de ellas alude a los títulos nobiliarios que por herencia fueron adquiridos, ellos otorgaban cierto poder sobre otros sujetos.
Actualmente los títulos académicos determinan en gran medida ese rol, la diferencia es que estos no son hereditarios, se adquieren en función de un proceso riguroso de evaluación, el desarrollo de un programa educativo, que en armonía den cuenta de las habilidades con las que se cuenta para desempeñarse en determinado ámbito; es decir, se adquiere mediante el mérito. Así el mérito considerado título para obtener aprobación, recompensa o premio (Abagnano, 2004, pág. 234) se convierte en la bandera para desarrollar una mejora en la calidad del servicio que se oferta.
El título, en el ámbito educativo, otrora se obtenía desde el examen profesional con el que se adquiría la licencia para profesar la docencia y era suficiente para estar frente a grupo promoviendo aprendizajes. Actualmente, los profesionales de la educación han entrado a una dinámica en la que adquieren un título más, el de idoneidad, en el proceso de ingreso al Servicio Profesional Docente, al que se hacen acreedores presentado un examen que considera cinco dimensiones con los parámetros e indicadores del perfil de un “buen” docente; empero también pueden adquirir el título de no idóneo, lo que en muchos casos cierra la puerta a cualquier posibilidad laboral en instituciones educativas y marca al sujeto como no
competente para lo que se formó, asunto que es sancionado por los medios de comunicación y por la sociedad.
En el caso de la evaluación al desempeño docente para la permanencia, ocurre lo mismo, si la evaluación no es acreditada, los medios de comunicación se han encargado de cuestionar las competencias que poseen los profesionales para desarrollar eficientemente su labor, a pesar de reconocer que el instrumento empleado no da cuenta del desempeño en la práctica profesional por completo. Así, aparentemente se ha empleado a la evaluación como un insumo del que hacen uso aquellos que tienen el poder para calificar, descalificar e incluso castigar al docente implícita o explícitamente, por ejemplo se afirma que:
Ni los consensos políticos ni las profundas reformas educativas que han afectado a los sistemas nacionales de la casi totalidad de los países de la región, han logrado revertir el déficit de la calidad educativa, así como tampoco la injusticia asimétrica de la distribución de dicha calidad… en este contexto y con justa razón, el desempeño profesional docente se constituye en objeto, análisis y reflexión en búsqueda de pistas y respuesta que ayuden a incrementar la calidad de los sistemas educativos. (Marcela, 2008, pág. 2)
Por ello es necesario reconocer que el desempeño docente no es el único factor que determina la calidad de los sistemas educativos. En este sentido se encuentra otro elemento de la evaluación, un rostro más luminoso, declarado por la racionalidad oficial desde los discursos y se reconoce como su primera intención; mejorar la calidad.
En un sentido práctico se identifican dos posturas en torno a la evaluación y la calidad: a) Desde el grupo que ejerce el poder académico y político, el propósito de la evaluación al desempeño docente tiene la firme intención de promover el análisis y valoración del efecto que tiene el despliegue de competencias didácticas, profesionales y genéricas del docente, en los aprendizajes y logro de competencias de los alumnos pes esto, desde el discurso oficial implica enfatizar en el logro de la tan anhelada calidad del sistema educativo.
b) Desde otras opiniones ante todo de los medios masivos de comunicación, con ciertas posturas, afirman que el propósito de la evaluación es la simple acreditación o certificación de niveles de competencia que pormuevan y fortalezcan su carrera (Marcela, 2008) para alcanzar el mérito y los beneficios de este.
Es necesario reconocer que como profesionales de la educación se debe priorizar el elemento de la calidad por encima del logro del mérito. Por lo que se hace necesario reconocer que la evaluaciones, bajo el sentido formativo debierá permitir retroalimentar las acciones, tomar
decisiones para el diseño de políticas educativas, la reformulación de planes y programas, pero ante todo de estrategias de formación, actualización y capacitación docente (Andrés, 2009).
Aspectos específicos que se deben considerar en las evaluaciones
Santos Guerra es uno de los académicos que ha abordado el tema con una postura neutral, reconoce que dicha evaluación, es una oportunidad para la transformación y la mejora, por ello debe ser parte fundamental de cualquier proyecto educativo y no solo un agregado final. Dentro de los elementos que deben considerarse en la evaluación están los siguientes:
La independencia y el compromiso: hacen alusión a la imparcialidad del proceso cuidando que este en consonancia con lo real del ámbito educativo pero con un fundamento de valores sólido. Cuando digo independiente me refiero a una evaluación que no esté sometida, sojuzgada, venida o simplemente alquilada por el poder, el dinero o la tecnología (Guerra, 1992, pág. 2)
Un bucle recursivo entre lo cualitativo y lo cuantitativo. Ante dodo si se reconoce la complejidad de la educación, el examen como el referente que permita atender el dato numérico es necesario, pero debe complementarse con instrumentos que proporcionen datos cualitativos, en un bucle en pro de la mejora.
Una finalidad práctica académica, es decir que los resultados de la evaluación sirvan para generar estrategias de mejora, diseñar políticas educativas, mejorar la comprensión de enfoques didáctico pedagógicos y disciplinares y no solo para justificar un puesto político con acciones de oropel en el marco de Reformas educativas.
Una armonización entre el proceso y el producto final; es decir, tener el referente en cada momento del proceso, y no solo el resultado de un único instrumento absoluto e irrevocable por no tener el referente de lo evaluado y los criterios de valoración.
Democrática y no autocrática: que se pone al servicio de los usuarios, y no del poder… la evaluación consigue cortar un programa porque no es rentable políticamente o porque no favorece de forma clara a los más pudientes o porque produce lateralmente molestias críticas para el poder (Guerra, 1992).
Asíl desempeño docente en el marco de las actuales políticas de evaluación se inscribe en el enfoque competencial y es justo en este en el que se debe hacer una distinción:
a) Lo que se valora es el perfil de un maestro idóneo para el sistema educativo mexicano o un buen docente para la UNESCO, este perfil esta caracterizado por una serie de competencias propias del profesor, en el servicio profesional docente se describen cinco dimensiones con las que se podrá calificar al docente.
b) La enseñanza por competencias indica puntualmente que la evaluación es un proceso que permite recoger información a fin de valorar el nivel de logro alcanzado, facilita tomar decisiones que fortalezcan el desempeño del docente en pro del aprendizaje de los alumnos, y es una competencia docente.
Dificultades al evaluar el desempeño docente
Las estrategias para evaluar el desempeño docente han sido variadas, en el sistema educativo nacional se han implementado algunas como: carrera magisterial (hoy ya casi extinta) esta buscaba en la integralidad valorar el dominio de los enfoques de enseñanza vigentes de los docentes mediante la aplicación de un examen, la aprobación de un curso de actualización y el logro de sus estudiantes como resultado de la aplicación de un examen de conocimientos. Los docente con mejores resultados obtenían un diploma al merito académico, un reconocimiento que se otorgaba en una ceremonia protocolaria y un estimulo económico. El docente era reconocido por los meritos académicos y los que tenían áreas de oportunidad no eran evidenciados públicamente.
Hoy la estrategia de evaluación para el ingreso al servicio profesional docente emplea como único instrumento un examen, y para la permanencia un proyecto de enseñanza que intenta dar cuenta de lo más representativo que realiza el maestro para promover aprendizajes con sus estudiantes. Esta estrategia de evaluación enfrenta serios problemas en dos ámbitos:
1. Ámbito del sistema educativo, a) la lógica de organización no ha permitido alcanzar la cobertura programada, b) no todos los espacios considerados como sedes cuentan con un servicio de internet óptimo para soportar el proceso en línea, c) cuando se trata de una evaluación con tinte cualitativo el personal capacitado con el que se cuenta es muy limitado, lo que podría ser un factor que no permita evaluar al 100% de los docentes en servicio.
2. Ámbito del profesional docente, a) aún existe imprecisión sobre lo que se pretende evaluar, no se ha alcanzado la comprensión del proceso de evaluación, en los instrumentos empleados para recabar información se identifica que manifiestan una
gran diversidad de formas para referirse a las dimensiones clave del desempeño docente (Mario, 2008, pág. 5), b) el personal docente tiene desconocimiento del funcionamiento de una computadora, ante todo docentes con más de 20 años de servicio, c) el estrés que experimentan los profesores evaluados, ante todo por la forma en la que se anuncian los resultados que por la evaluación misma.
¿Propuesta: un modelo para la evaluación docente?
Considerando que un modelo, siguiendo a (García Ibarra, 1993) se concibe, como una representación grafica de lo real, lo posible y lo deseable, la propuesta de Modelo para una evaluación al desempeño docente en educación superior se sintetiza esquemáticamente considerando:
1. La evaluación es un proceso que recoge evidencias del logro académico de los sujetos evaluados para contribuir a la formación y a la asignación numérica.
2. Implica la comprensión del proceso al que se enfrentará el sujeto evaluado
3. Se genera en un dialogo permanente para conocer también las necesidades del evaluado
4. Persigue el aseguramiento del logro de competencias, la mejora del aprendizaje de los estudiantes, del sistema educativo y del desempeño docente.
5. Tiene un fin eminentemente formativo, no castiga al docente, por el contrario lo motiva e incentiva a mejorar su práctica educativa.
Con estos elementos el modelo educativo propuesto se enuncia como:
Proceso de mejora en el que convergen la comprensión el diálogo y la mejora de los ámbitos de desempeño docente
Propuesta de un modelo para la evaluación docente.
Conclusiones
Todo profesional de la educación está en relación permanente con la evaluación, ya sea como sujeto que evalúa, como sujeto que promueve la evaluación y como sujeto evaluado, empero es necesario e importante que asuma una postura crítica, que le permita comprenderla, enfrentarla y desde su propio ámbito de responsabilidad generar una propuesta susceptible de aplicación.
La evaluación debe en considerarse un proceso efectivo de diálogo, comprensión y mejora. Para la evaluación de desempeño docente se debe iniciar por la comprensión para que una vez que el docente tenga claridad en lo que se persigue y qué se evaluará se pueda pasar al dialogo, a la capacitación y con ello se logra la mejora. Así esta dejara de usarse con
•practicidad academica •democraática •cualitativa •cuantitativa •ámbitos de desempeño •estandares •perfiles •competencias genéricas •competencias profesionales Proceso Comprensión Mejora Diálogo
torcidamente en pro de una clase en particular que posee el poder, el mérito será el titulo con el que se distinga a los docentes.
Referencias
Abagnano. (2004). Diccionario de psicología. México: FCE.
Andrés, S. (2009). La evaluación del logro escolar en la educación básica en México. Los excale de matemáticas. Revista iberoamericana de evaluación educativa, 19. García Ibarra. (1993). Modelo educativo. Modelo educativo TM, 82.
Guerra, S. (1992). La evaluación, un proceso de diálogo, comprension y mejora. Investigacion en la Escuela, 25.
Marcela, R. (2008). La evaluacion des desempeño docente: objeto de disputa y fuente de oprtunidades en el campo educativo. Revista iveriamericana de investigación educativa, 6.
Mario, R. (2008). la evaluacion del desempeño docente en las universidades públicas de México. Revista iberoamericana de evaluación Educativa, 17.
