ISBN 978-987-05-7245-9
H i s t o r i a d e l a
A s t r o n o m´ıa A r g e n t i n a
AAABS N o 2
ASOCIACI ´ ON ARGENTINA DE ASTRONOM´ IA BOOK SERIES
Volume 2
La Plata, 2009
ASOCIACI ´ ON ARGENTINA DE ASTRONOM´ IA BOOK SERIES
Volume 2
ASOCIACI ´ ON ARGENTINA DE ASTRONOM´ IA
Historia de la Astronom´ ıa Argentina
Facultad de Cs. Astron´omicas y Geof´ısicas, UNLP, La Plata, Argentina 29–30 May 2008
Editado por Gustavo E. Romero IAR-CONICET, FCAG-UNLP
Sergio A. Cellone
IALP-CONICET/UNLP, FCAG-UNLP Sof´ıa A. Cora
IALP-CONICET/UNLP, FCAG-UNLP
LA PLATA
2009
´ Indice
Prefacio . . . . vii Historia de la astronom´ıa en la Argentina . . . . 1
M. de As´ ua
Astronom´ıa e institucionalizaci´ on de la ciencia y la pol´ıtica cien- t´ıfica en la Argentina . . . . 21 D. Hurtado & P. Souza
Tres fechas importantes en la historia de la Astronom´ıa
Argentina: 1871, 1935, 1958 . . . . 43 Jorge Sahade
Historia del Observatorio Astron´ omico de C´ ordoba . . . . 51 S. Paolantonio y E. Minniti
El Observatorio Astron´ omico de La Plata . . . 169 R. A. Perdomo
El Observatorio Astron´ omico F´ elix Aguilar . . . 187 C. E. L´ opez
Historia del IAR . . . 217 E. Bajaja
Historia del Observatorio Naval Buenos Aires . . . 297 A. Cifuentes C´ ardenas y C. Nicodemo
Historia del Instituto de Astronom´ıa y F´ısica del Espacio . . . . 307 M. D. Melita
Historia de la Astronom´ıa de altas energ´ıas en Argentina . . . . 357 A. C. Rovero
´ Indice de Autores . . . 403
v
vi
Prefacio
Entre los d´ıas 29 y 30 de mayo de 2008 se celebr´o en la Facultad de Ciencias Astron´omicas y Geof´ısicas de la Universidad Nacional de La Plata un Workshop organizado por la Asociaci´on Argentina de Astronom´ıa y dedicado a la discusi´on de la historia de la astronom´ıa en el pa´ıs. La reuni´on fue parte de un proceso de rescate de la memoria hist´orica de esta ciencia encarado por la Comisi´on Di- rectiva (2005-2008) de la Asociaci´on, que incluy´o la investigaci´on de todas las actas existentes de las Asambleas Ordinarias de la instituci´on, el estudio de los Boletines publicados hasta esa fecha, y las actas de las reuniones de Comisiones Directivas previas, as´ı como reportajes a figuras claves de la astronom´ıa argen- tina. Parte del material reunido fue hecho p´ ublico en el renovado sitio web de la instituci´on (http://www.astronomiaargentina.org.ar/).
El Workshop realizado en mayo de 2008 fue el resultado de un anhelo que la Comisi´on Directiva hab´ıa albergado desde su misma elecci´on en septiembre de 2005. La idea era reunir en un volumen las contribuciones, no s´olo de astr´onomos, sino tambi´en de historiadores profesionales, para producir una obra heterog´enea que pudiese servir como fuente para futuras investigaciones historiogr´aficas. El temario de la reuni´on fue el siguiente:
1. Historia de la Astronom´ıa Argentina.
2. Historia de las Pol´ıticas Cient´ıficas en Argentina.
3. Historia de los distintos Observatorios e Institutos Astron´omicos Argenti- nos.
4. Primeros pasos de nuevas ´areas astron´omicas.
5. Trabajos pioneros en Argentina.
6. A˜ no Internacional de la Astronom´ıa.
Participaron unos 40 investigadores y estudiantes, y se presentaron contribucio- nes originales relacionadas con los temas arriba enumerados. El volumen que hoy ofrecemos al lector recoge los trabajos invitados que fueron presentados.
No se impuso restricci´on de p´aginas a los mismos, quedando la extensi´on de- terminada por el tema y las necesidades de los autores. Lamentablemente, no todos los invitados enviaron su contribuci´on, por lo que quedan algunos huecos, como el relacionado con la historia del Complejo Astron´omico El Leoncito, que deber´an ser cubiertos por futuros estudios. El volumen actual, sin embargo, cree- mos constituye una contribuci´on mayor al estudio de la evoluci´on de la ciencia astron´omica en Argentina.
Deseamos agradecer a las autoridades del Observatorio Astron´omico de La Pla- ta, Dr. Pablo M. Cincotta y Dra. Amalia Meza, as´ı como al Consejo Acad´emico de esa instituci´on, por su apoyo a la realizaci´on del evento que dio lugar a este libro. Agradecemos tambi´en a la actual Comisi´on Directiva de la Asociaci´on Ar- gentina de Astronom´ıa por su respaldo y por continuar profundizando el trabajo
vii
historiogr´afico iniciado. Nuestra mayor deuda es, sin duda, con los autores de los trabajos que se re´ unen en el presente volumen. Su seriedad, devoci´on al pro- yecto, y paciencia, nos hacen pensar que la astronom´ıa argentina no s´olo tiene un pasado, sino, acaso, tambi´en un futuro.
Gustavo E. Romero, Sergio A. Cellone, Sof´ıa A. Cora, editores.
La Plata, agosto 30, 2009.
viii
Asociaci´ on Argentina de Astronom´ıa – BOOK SERIES AAABS, Vol. 2, 2009
Gustavo E. Romero, Sergio A. Cellone, & Sof´ıa A. Cora, eds.
Historia de la astronom´ıa en la Argentina
Miguel de As´ ua
1,2(1) Escuela de Posgrado, UNSAM, M´exico
(2) Centro de Estudios Filos´ oficos, ANCBA (CONICET) 1. Introducci´ on
Es conveniente comenzar con un comentario metodol´ogico. A los historiado- res de la ciencia nos interesa el pasado por el pasado mismo, buscamos investigar el pasado de la ciencia como un desaf´ıo intelectual. Interpretar el pasado en t´er- minos del presente, desde el punto de vista del estado actual de la ciencia es, justamente, lo que en tanto historiadores no podemos hacer: a eso se lo llama
“presentismo” o “anacronismo” (As´ ua 2007). Es decir que aspiramos a entender el pasado en t´erminos de un estado de cosas previo, “de atr´as hacia delante” y no a la inversa, es decir, no desde la perspectiva que nos ofrece la ciencia actual
“hacia atr´as”. Por supuesto que estamos anclados en el presente y que la referen- cia al mismo es inevitable; las preguntas que orientan la investigaci´on hist´orica cambian con el tiempo porque, en una cierta medida, dependen de una manera de ver las cosas inherente al momento en que se formulan. Pero el historiador debe hacer el esfuerzo de no quitarle al pasado su condici´on de tal, hay que tratar de no transformarlo en materia manipulable en funci´on de intereses, problemas, ideas o proyectos pol´ıticos del presente.
No estoy diciendo que los historiadores son o deber´ıan ser los “guardianes del pasado”. De ninguna manera estoy defendiendo la “apropiaci´on” del pasado por un grupo profesional exclusivo. Cuando alguien que pertenece a una comunidad cient´ıfica determinada se ocupa del pasado, en general lo hace con objetivos diferentes de los del historiador y eso es totalmente leg´ıtimo. Pero hay que tener en cuenta que la llamada “historia de las disciplinas cient´ıficas” (el relato del pasado de la ciencia efectuado por los cient´ıficos) tiene por lo general objetivos y alcances diferentes de los de la historia de la ciencia; por supuesto, hay muchos cient´ıficos que a la vez son historiadores de la ciencia.
2. Periodizaci´ on
Si consideramos el per´ıodo colonial (y no hay raz´on alguna para no hacerlo) vemos que la Astronom´ıa en el territorio de la Argentina tiene una historia no solo venerable, sino larga: se extiende a lo largo de, aproximadamente, dos siglos y medio. Es as´ı que, en una exposici´on que aspire a brindar un panorama de la misma, conviene establecer per´ıodos. A sabiendas de que toda propuesta de periodizaci´on es cuestionable, creo que se pueden distinguir tres per´ıodos:
(a) un largo per´ıodo de antecedentes (1720-1871), (b) un per´ıodo b´asicamente astrom´etrico (1781-1942/43), y (c) un per´ıodo astrof´ısico (1942/43-presente).
Por supuesto, hubo proyectos de investigaci´on astrof´ısicos anteriores a 1942/43.
Si se˜ nalamos esos a˜ nos como el comienzo del per´ıodo astrof´ısico es solo porque,
1
2 M. de As´ ua
como veremos m´as abajo, tuvieron particular significaci´on. Es posible se˜ nalar, a su vez, varias etapas dentro de los per´ıodos se˜ nalados, que ser´an indicadas como subt´ıtulos en la exposici´on. Este criterio de periodizaci´on es “interno”, es decir, tiene que ver con el desarrollo de la disciplina y no con eventos institucionales, sociales o pol´ıticos. Creo que si se habla de historia de la astronom´ıa, debe haber astronom´ıa en esa historia. No creo en una historia de la ciencia sin ciencia
—como tampoco, claro, creo en una historia de la ciencia sin historia—.
3. Per´ıodo de antecedentes
Es muy arriesgado afirmar cu´al fue la primera observaci´on astron´omica en nuestro territorio.
1Se sabe que el 15 de julio de 1581 se observ´o un eclipse de Luna desde Santa Fe. El virrey del Per´ u hab´ıa enviado instrucciones a Juan de Garay para observarlo, pero este estaba ausente y s´olo las recibi´o un a˜ no m´as tarde —adem´as, dec´ıa en su contestaci´on, no hubiera podido llevar a cabo el encargo por no tener piloto, “porque el que hab´ıa h´abil fue en la carabela”
(citado en Zapata Goll´an 1969)—. Adem´as, est´an las observaciones de marinos, como por ejemplo el eclipse de luna observado en Buenos Aires el 6 de agosto de 1599, mencionado escuetamente en el diario de Hendrik Ottsen, marinero a bordo de un buque holand´es que lleg´o por azar al R´ıo de la Plata desde ´ Africa, en un viaje que transcurri´o entre 1598 y 1601 (Ottsen 1905, 421). Es posible que haya habido otras m´as tempranas.
23.1. Los misioneros jesuitas: la tradici´ on quebrada
Una muy temprana observaci´on astron´omica con car´acter cient´ıfico desde el territorio de la futura Argentina (pudo haber sido la primera) es la que el misionero jesuita Niccol`o Mascardi comunic´o a Athanasius Kircher, de Roma, en una carta que se supone fue escrita en 1671. Kircher era lo que podr´ıamos llamar un “sabio universal” que, instalado en el Collegium Romanum, gozaba de un enorme prestigio en su ´epoca (Findlen 2004). Este personaje, que escribi´o ingentes tomos sobre temas tan variados como los jerogl´ıficos egipcios, la m´ u- sica, el magnetismo y el Arca de No´e, fue algo as´ı como la encarnaci´on de lo que desde hace una d´ecada los historiadores de la ciencia denominan “ciencia barroca”. Mascardi escribi´o su carta desde su misi´on en el Lago Nahuel Huapi y su contenido es, por decir lo menos, un poco desconcertante. En todo caso la carta, escrita en italiano, est´a encabezada en lat´ın como “Apud Puyas ultra Andes Chiloenses” y afirma:
En el Polo ant´ artico y alrededor de la Cruz, que los espa˜ noles llaman Crucero, desde los 30
◦no se ve estrella que exceda la 4
a1
Por exceder los l´ımites de este trabajo, no trataremos la astronom´ıa de los pueblos abor´ıge- nes. Ver los trabajos del Grupo de Astronom´ıa en la Cultura de la FCAG de La Plata en http://www.fcaglp.unlp.edu.ar/ sixto/arqueo/index.htm (S. Gim´enez Ben´ıtez, A. M. L´ opez y A. Granada).
2
Las Nubes Magall´ anicas fueron mencionadas por primera vez por Antonio Pigafetta, autor del
diario de la expedici´ on de Magallanes, a partir de una observaci´ on efectuada desde el Oc´eano
Pac´ıfico a poco de salir del Estrecho a fines de 1520 o principios de 1521 (Pigafetta 1988, 77).
Historia de la astronom´ıa en la Argentina 3
o 5
amagnitud, como decimos los astr´ onomos (Mascardi 1671; mi traducci´on).
Es dable notar que, adem´as de esta curiosa afirmaci´on, Mascardi efectu´o desde el territorio de lo que m´as tarde ser´ıa Chile una serie de observaciones de eclipses, tambi´en reportadas a Kircher.
El primer astr´onomo que desarroll´o una actividad sostenida en el R´ıo de la Plata y el Paraguay hist´orico fue el santafecino Buenaventura Su´arez (1679- 1750). Este personaje ha sido bastante estudiado (Furlong 1945, As´ ua & Hurtado de Mendoza 2004) y s´olo voy a poner de relieve algunas cuestiones. En primer lugar la red de comunicaci´on que pudo establecer y que le permiti´o que su tra- bajo fuera publicado en alguna medida en Europa. Hay que se˜ nalar aqu´ı sus observaciones sobre los sat´elites de J´ upiter incorporadas a una memoria de Pehr Wargentin publicada en las Actas de la Real Sociedad de Ciencias de Upsala en 1748. Tambi´en est´an sus dos trabajos comunicados a las Philosophical Transac- tions por Castro Sarmento, un m´edico y rabino portugu´es que viv´ıa en Londres y fue uno de los introductores de Newton en Portugal. O sea que el primer tra- bajo cient´ıfico escrito por un criollo publicado en una revista internacional fue en el ´area de la astronom´ıa de observaci´on (As´ ua 2004).
La primera comunicaci´on a las Philosophical Transactions (1748) describe una serie de observaciones de inmersi´on y emersi´on del primero y segundo de los sat´elites jovianos y de eclipses de Luna y Sol efectuadas entre 1706 y 1730 (los sat´elites de J´ upiter se utilizaban para la determinaci´on de la longitud). La segunda, publicada al a˜ no siguiente, informa sobre dos eclipses lunares, obser- vados desde las misiones en Febrero 24 y Agosto 19 de 1747 (As´ ua 2005). Del primer trabajo se desprende que Su´arez no ten´ıa un observatorio establecido en San Cosme (aunque puede ser que al comienzo esa haya sido su base), sino que andaba de un pueblo a otro con sus instrumentos. Es interesante destacar que Su´arez fue probablemente el primer lector de la teor´ıa newtoniana en estas regiones. En efecto, tradujo del portugu´es un libro breve de Castro Sarmento, la Theorica verdadeira das mar´es (Lisboa 1737), basada sobre un art´ıculo de Halley publicado en las Philosophical Transactions de 1696. Por ´ ultimo, no pue- de dejar de ser mencionado su famoso Lunario con su primera edici´on de 1739 (Tignanelli 2004).
Hay un segundo astr´onomo jesuita, que desarroll´o su actividad en Europa
—de hecho, estudi´o all´a—. Se trata del santiague˜ no Alonso Fr´ıas (1745-1824), quien fue expulsado del R´ıo de la Plata cuando era un joven seminarista en agosto de 1767. Se instal´o en Faenza (Estados Pontificios) y a partir de 1788 se entren´o en el Observatorio de Brera (Mil´an), donde se desempe˜ n´o como asistente de Angelo De Cesaris y Francesco Reggio. Hay una carta que afirma que estu- di´o ah´ı con Boscovich, pero en realidad Boscovich dej´o el observatorio en 1772 (Casanovas 1988), o sea que esto no es posible. Tampoco es cierto que, como afirma Furlong (1926), haya escrito alguno de los art´ıculos que aparecieron en las Ephemeridi astronomiche del Observatorio de Brera, publicadas a partir de 1775; a lo sumo, pudo haber contribuido a las tablas con datos meteorol´ogicos.
Luego de un frustrado intento de regresar al R´ıo de la Plata, se instal´o en Roma y sabemos que en 1803 cay´o de una ventana mientras efectuaba observaciones.
Muri´o en esa ciudad en 1814.
4 M. de As´ ua
Los trabajos de Fr´ıas no fueron publicados. En su mayor´ıa est´an basados sobre las Observaciones astron´ omicas hechas en C´ adiz de Vicente Tofi˜ no y Juan Varela (C´adiz, 1776-1777), 2 vols. En “Sobre la posici´on astron´omica de C´adiz”
Fr´ıas corrige los resultados de latitud y longitud de dicha ciudad dados a conocer por Louis Feuill´ee en 1724. El otro trabajo trata sobre el cuadrante mural de C´adiz —hay documentos que prueban que lleg´o a enviar este trabajo a Tofi˜ no, pero al recibirlo este ya no era director del observatorio—. Para determinar y corregir los errores del cuadrante mural Fr´ıas us´o el m´etodo de Boscovich, expuesto en el op´ usculo De rectificatione telescopi meridiani (Boscovich 1785).
Hay tambi´en un trabajo sobre las estrellas fijas de 70 p´aginas, en varias versiones.
Fr´ıas se nos aparece como una figura desdibujada, un tanto fantasmal. Lla- ma la atenci´on por lo que no fue, m´as que por lo que fue. Su significado radica, creo, en que marca el prematuro fin, casi antes de nacer, de la posibilidad de haber tenido una tradici´on astron´omica local temprana, tal como la que ini- ci´o John Winthrop (1714-1779) en Harvard (Brasch 1916). Esta posibilidad fue abortada con la expulsi´on de los jesuitas de los dominios espa˜ noles por parte de la monarqu´ıa borb´onica en 1767.
3.2. Mirar el cielo para medir el suelo
La misma monarqu´ıa borb´onica que expuls´o a los jesuitas, promovi´o en Espa˜ na durante el reinado de Fernando VI y la primera d´ecada del de Carlos III la creaci´on de una serie de instituciones de perfil modernizador que aspiraban a tecnificar el ej´ercito, la marina, la atenci´on sanitaria y la producci´on en la pen´ınsula. Este proceso, que ha sido calificado como “militarizaci´on de la ciencia”
(Lafuente 2000), produjo los ingenieros militares y navales que, entre otras cosas, llegaron al R´ıo de la Plata en 1782 como encargados de la demarcaci´on exigida por el Tratado de l´ımites de San Ildefonso (1777) entre Portugal y Espa˜ na. A cada una de las partidas demarcadoras se les hab´ıa adjudicado un equipo que consist´ıa en 12 cajas de instrumentos y libros y que los contempor´aneos consideraban de gran calidad (Furlong 1945, 100). Con dichos instrumentos se efectuaron las observaciones astron´omicas registradas en los diarios de los miembros de las comisiones. Para citar alg´ un ejemplo de los muchos, en la memoria del cart´ografo Andr´es Oy´arvide se menciona el establecimiento de un observatorio en una casa situada en la esquina sudoeste de la Plaza Mayor. Desde all´ı, el 18 de marzo de 1783 se observ´o un eclipse de Luna. Tambi´en se determinaron las coordenadas de Buenos Aires. Sobre la base de 24 observaciones de estrellas y 4 del Sol se estableci´o una latitud Sur de 34
◦36
038.
005. A partir de 8 observaciones de inmersiones y emersiones del primer sat´elite de J´ upiter, efectuadas entre el 28 de marzo y el 19 de septiembre de 1783, se calcul´o una longitud de 52
◦10
033
00respecto del meridiano de C´adiz (Oy´arvide 1865, 19). Entre los instrumentos hab´ıa dos acrom´aticos de Dollond de 2 y de 3,5 pies de distancia focal (como veremos enseguida, el segundo fue utilizado m´as tarde por Mossotti). En el diario de Diego de Alvear, jefe de la segunda divisi´on de l´ımites, se mencionan muchas observaciones astron´omicas. Por ejemplo, el 11 de enero de 1784, en Arroyo de Pando, a pocas millas de Montevideo, Alvear observ´o
. . . un cometa caudatorio hacia la constelaci´ on austral de la Gru-
lla. Su di´ ametro aparente se manifestaba como una estrella de segun-
da magnitud, y la cola inclinada a la parte opuesta del Sol, aparec´ıa
Historia de la astronom´ıa en la Argentina 5
bajo la proyecci´ on de un ´ angulo de dos grados [. . . ] Notamos su mo- vimiento como al N.N.O., de la cantidad de grado y medio a dos grados, en 24 horas (Alvear 1900, 339).
Tambi´en llev´o a cabo la determinaci´on de las coordenadas de guardias, fortines, parroquias y pueblos de indios del obispado de Buenos Aires con referencia al meridiano de esta ciudad (Alvear y Ward 1891, 584). Pero quiz´as el m´as reconocido de los demarcadores fue F´elix de Azara, ge´ografo y, sin duda, el naturalista m´as importante que actu´o en el Virreinato del R´ıo de la Plata en la segunda mitad del siglo XVIII. En su Geograf´ıa f´ısica y esf´erica de la provincia del Paraguay, escrita en Asunci´on en 1790, Azara informaba sobre los m´etodos de observaci´on que usaba:
He observado con instrumentos mar´ıtimos de reflexi´ on buscando el horizonte en una vasija de agua, que son preferibles a todos los instrumentos y modos de observar en tierra (Azara 1904, 9).
A la larga, los instrumentos de las comisiones de l´ımites fueron los que posibi- litaron el funcionamiento de las fundaciones matem´aticas de Belgrano como la Escuela de N´autica y las sucesivas academias que le siguieron a partir de 1810.
Asimismo, fueron los que permitieron a Mossotti trabajar durante su estad´ıa en Buenos Aires.
3.3. Astronom´ıa en los tiempos de Rivadavia. Dwerhagen, Mossotti y el cometa de Encke
Durante las d´ecadas posteriores de la Revoluci´on de Mayo la astronom´ıa permaneci´o como asunto de amateurs serios y de inter´es p´ ublico por su especta- cularidad. Los peri´odicos a menudos informaban sobre fen´omenos celestes vistos por entusiastas como el P. Bartolom´e Doroteo Mu˜ noz y Vicente L´opez y Planes (el autor de la letra del Himno Nacional). Por ejemplo, cuando Mu˜ noz efectu´o junto con Vicente L´opez y Felipe Senillosa una serie de observaciones de la Luna, el n´ umero de La Prensa Argentina del 25 de junio de 1816 que inform´o sobre el hecho, advert´ıa que los datos podr´ıan ser no del todo confiables, debido a lo imperfecto de los instrumentos utilizados (citado en Nicolau 2005, 169). El 26 de enero de 1819 El Censor anunciaba que Venus fue visible de d´ıa pues
. . . pas´ o por el meridiano cerca de las nueve y media, con una altura de 73 grados distando del sol cosa de 40 (citado en Bar´on 1981, 22).
Entre 1827 y 1835 la Imprenta de Exp´ositos public´o anualmente el Almanack,
que al menos entre 1817 y 1821 fue escrito por Mu˜ noz (Bar´on 1981, 22; Nicolau
2005, 170). En algunos de los quince n´ umeros de La abeja argentina, editada
entre el 15 de abril 1822 y el 15 de julio de 1823 se publicaron noticias con las
observaciones de los miembros de la Sociedad de Ciencias F´ısicas y Matem´aticas,
creada a comienzos de 1822 por Senillosa. Ejemplos de estas breves notas son
las que corresponden a la observaci´on desde Buenos Aires del cometa del 5 de
abril de 1821 o del eclipse de Luna del 2 de agosto de 1822 (Nicolau 2005, 175).
6 M. de As´ ua
Hermann Conrad Dwerhagen, un argentino (de evidente ascendencia alema- na) que escribi´o una breve obra sobre la navegabilidad de los r´ıos del interior,
3envi´o a su primo el astr´onomo Heinrich Olbers sus observaciones sobre un cometa seguido entre el 18 de marzo y el 4 de abril de 1830, efectuadas con la colabo- raci´on de un tal B. Kiernau. Estos datos fueron reenviados por Olbers para su publicaci´on a las Astronomische Nachrichten (Dwerhagen 1831). Poco despu´es, volvi´o a enviar a Olbers una carta con un resumen de sus observaciones sobre un cometa efectuadas en Buenos Aires con un sextante, entre el 18 de octubre y el 18 de diciembre de 1825. Dicha carta, que sali´o de Buenos Aires hacia Bremen el 6 de junio de 1832, conten´ıa adem´as un resumen de las primeras observaciones de Mossotti sobre el cometa de Encke (la primera hab´ıa sido del 2 de junio). Este material fue tambi´en publicado en las Astronomische Nachrichten (Dwerhagen 1833). Dwerhagen (el que hasta ahora, hasta donde sabemos, hab´ıa pasado de- sapercibido y que deber´ıa ser incorporado a la lista de tempranos astr´onomos argentinos), aparentemente colabor´o con Mossotti durante los a˜ nos en que este permaneci´o en el R´ıo de la Plata (M¨adler 1873, 159 y 552).
Juan Mar´ıa Gutierrez exager´o considerablemente cuando calific´o a Ottavia- no Fabrizio Mossotti (1791-1863) como el “fundador del Observatorio Astron´o- mico de Buenos Aires” (Gutierrez 1998, 612). Pero es cierto que el astr´onomo lombardo fue una de las contadas personalidades cient´ıficas de peso que actuaron en Buenos Aires durante este per´ıodo. Mossotti estudi´o en Pav´ıa y a partir de 1813 trabaj´o en el Observatorio de Brera (Mil´an) durante 10 a˜ nos. Lleg´o al R´ıo de la Plata contratado por Rivadavia para ser profesor de matem´aticas en la Universidad creada en 1821. Su arribo se produjo en noviembre de 1827, pocos meses despu´es de la renuncia de Rivadavia. A consecuencia de esto, Mossotti pa- s´o a revistar como ingeniero astr´onomo en el Departamento Topogr´afico, creado en 1824 —presidido por Vicente L´opez, y con Avelino D´ıaz y Senillosa como vocales—. Tambi´en se hizo cargo del curso de F´ısica Experimental del Departa- mento de Estudios Preparatorios de la Universidad de Buenos Aires, que hab´ıa sido dictado durante solo un semestre por el m´edico piamont´es Pedro Carta Molino.
Mossotti permaneci´o siete a˜ nos en la ciudad, es decir, hasta 1835. Durante su permanencia efectu´o observaciones meteorol´ogicas que envi´o a Arago, quien comunic´o un resumen de ellas a la Acad´emie des sciences (Mossotti 1835a).
Mossotti se anticip´o en un d´ıa a Thomas Henderson, en el Observatorio del Cabo de Buena Esperanza, en ver el retorno del cometa de Encke, el 2 de junio de 1832 en el cielo de la ma˜ nana. Volvi´o a verlo el 6 de junio y a divisarlo el 10 del mismo mes (Kronk 1999, 96). Sus observaciones hasta el 6 fueron, como se dijo, enviadas por Dwerhagen a Olbers y publicadas en las Astronomische Nachrichten (Mossotti 1833). M´as tarde, el mismo Mossotti public´o un art´ıculo con la totalidad de sus observaciones del cometa Encke en el volumen 8 de las Memoirs of the Royal Astronomical Society (Mossotti 1835b). En ese mismo volumen public´o sus trabajos sobre el tr´ansito de Mercurio del 5 de mayo de 1832 y el eclipse solar del 20 de enero de 1833, ambos observados desde Buenos Aires.
Mossotti hab´ıa montado su improvisado observatorio en una torre del Convento
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