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UNIVERSIDAD DE ALCALÁ DE HENARES

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UNIVERSIDAD DE ALCALÁ DE HENARES

FACULTAD DE CÍENCIAS ECONÓMICAS Y EMPRESARIALES

INSTULTO DE DIRECCIÓN Y ORGANIZACIÓN DE EMPRESAS CÁTEDRA DE POLÍTICA ECONÓMICA DE LA EMPRESA

PROF. DR. SANTIAGO GARCÍA ECHEVARRÍA

Working Papers n°. 103

Título: Cambio estructural en la economía japonesa Autor: ?rof. Dr. W. Kraus Pecha: Marzo 198^^

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B9C0906988

í)

Universidad de Alcalá de Henares

Facultad de Ciencias Econonómicas y Empresariales cátedra de Política Económica de la Empresa

Alcalá de Henares-Madrid

Working Papers n*. 103

Título: Cambio estructural en la economía japonesa Autor: Prof. Dr. W. Kraus Fecha: Marzo 198|~

Secretaría de Redacción: Srta. Lucía Juárez

^ Dr. Santiago García Echevarría

Se prohibe la reproducción total o parcial por cualquier método del contenido de este trabajo sin previa autori'zación escrita.Se trata de trabajos de investigación internos de la Cátedra.

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CátMbv de Polftica Económiea cte la Empraaa

CAMBIO ESTRUCTURAL EK LA ECOIONIA JAPOIBSA^ ^

Prof. Dr. Willy Kraua Universidad de Bochum

I. La política estructural C O B O problaaa aundial

Si seguimos en el escenario internacional las conexiones económicas entre diferentes países, esto es, las corrientes internacionales, comer-ciales, de inversiones y financieras, podemos constatar que se producen procesos de cambio es-tructural abruptos en un proceso continuado. Fren-te a esto exisFren-te un orden inFren-ternacional crecienFren-te- creciente-mente desolador, que en lugar de establecer prin-cipios válidos a largo plazo, establece convenios ad-hoc o disposiciones provisionales, como ya es

^ La traducción del original alemán ha sido reali-zada por la Srta. Lucia Juárez, profesor de la Cátedra de Política Económica de la Bapresa de la Universidad de Alcalá de Henares. Título original "Strukturwandel in Japan".

^Nota del editor: En la terminología alemana no se utiliza el término reestructuraci6n, concepto habitual en la terminología castellana. Se habla de "evolución, cambio, transformación de la es-tructura de la economía". Por tanto, se mantiene aquí el concepto alemán por considerarlo más ade-cuado, ya que se interpreta la economía como un proceso en constante cambio o adaptación, que bien entendido equivale en castellano en gran parte al término reestructuración económica, industrial.

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habitual, por ejemplo, en materia de política monetaria y comercial. Al mismo tiempo, se anun-cian nuevos costes por la adaptación estructural.

Los sectores industriales intensivos en mano de obra se contraen en los países industria-les con la creciente importancia de los países en vías de desarrollo.

Los procesos de sustitución en el sector energético llevan a numerosos procesos de adapta-ción difíciles.

En general, se manifiesta una tendencia de la producción industrial haciéndola intensiva en conocimientos en el sentido de orientarse a pro-ducciones intensivas en investigación, relacionado todo ello con reestructuraciones muy difíciles. Aquí no resulta sorprendente que la solución de la función de política estructural tan urgente cons-tituya universalraente una tarea de política econó-mica de gran prioridad.

A menudo se presta atención especial a la Política política estructural japonesa de la que predomi-estructural

japonesa nantemente se va a ocupar también este articulo. Antes de entrar en la problemática concreta de la política estructural japonesa, para evitar inter-pretaciones incorrectas y dar claridad, debe ex-plicarse qué se entiende por estructura. Si esta-mos hablando de la estructura económica de un país, nos estamos refiriendo al conjunto cualita-tivo de sua capacidades de producción. La estruc-tura industrial aclara la aportación relativa de

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Cátedra de Política Económica da la Empraaa

los sectores industriales concretos a la produc-ción industrial. Consecuentemente el cambio es-tructural es el resultado de los cambios en la división internacional del trabajo, a través de la cual se produce, en último término, el que se decidan las empresas individuales a invertir en este o aquel sector y que, por el contrario, no inviertan o realicen inversiones en otros secto-res.

II. RealisaciSn del casbio estructural en lu

in-dustria

La política económica japonesa orientada a la oferta sigue el principio de que sólo se pueden esperar aumentos de la producción del capital y del trabajo para aumentar el producto nacional bruto, cuando los procesos de producción de sec-tores técnicamente muy desarrollados desplazan a los procedimientos anticuados y a sectores «n decadencia.

El fomento del cambio estructural en el sentido de la realización de actividades con futu-ro en sectores con un alto valor añadido es la exigencia preferente de la política económica japonesa.

Asi, la producción de carbón, que alcanzó en los años 60 los 20 Millones de toneladas, ha sido después reducida a un tercio de la producción máxima del año 1961, y la cifra de personas

ocu-padas en la minería se ha visto reducida de 200.000 a 20.000. En la industria textil, la cifra

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de personas ocupadas ha descendido de 1,33 Millo-nes en 1.964 a 0,88 MilloMillo-nes en 1.979- Las medidas proteccionistas de mantenimiento han sido abando-nadas .

Cuando el mercado del sector naval, después

Reducci5n

de de la primera crisis del petróleo, en 1.973, se capacidades v^g en dificultades en todo el mundo, el Japón consiguió en un corto periodo de tiempo el desmon-tar más del 35?^ de la capacidad de sus astilleros, ain abandonar por ello su posición de lider mun-dial en el sector. Solamente han quedado los asti-lleros más modernos y eficientes con elevados niveles de productividad. Otros países tradiciona-les en la industria naval han optado por el camino contrario dentro de este sector. Con ayuda de subvenciones considerables intentan mantener sus astilleros más eficientes. Otro ejemplo de la capacidad del Japón para adaptarse a los cambios estructurales en los mercados mundiales lo más rápidamente posible es el desmantelamiento de capacidades en el sector de las fibras sintéticas. El primero de Abril de 1.982, la capacidad de producción diaria se vio reducida en un 165^. Algo parecido sucede en la producción de aluminio y en la producción de abonos.

En los EEUU, asi como en Europa, en los sectores industriales nacionales amenazados, ob-viamente el sector textil, últimamente el sector del acero, el naval así como el del automóvil, se les garantiza la protección de forma masiva, espe-cialmente a través de la política aduanera o del establecimiento de regulaciones de mercado. Mien-tras tanto, Japón no protege sus sectores produc-tivos ya desarrollados, como la industria textil,

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CAtadra ú» Política Económica da la Empresa

O la del automóvil. Y sí a aquellos sectores en alza y en crecimiento como, por ejemplo, la indua-Proteccion tria de telecomunicación y ordenadores. Uno de los

de sectores

en principios básicos de la política económica japo-crecimiento nesa consiste en no intervenir para proteger

"cuando el mercado muestra la lenta caída de sec-tores industriales que están llegando al final de sus posibilidades técnicas de desarrollo"^. La protección de los sectores en alza y el crecimien-to tiene sus límites cuando, como consecuencia de las medidas de ayuda estatales, se produce la paralización de la iniciativa privada en el desa-rrollo tecnológico posterior^.

Las premisas para la realización de un cambio estructural flexible, en el sentido de desplazamiento de la producción hacia los sectores de mayor valor añadido, ya se ha producido en empresas concretas.

Los sindicatos de empresa japoneses no ae defienden, por lo general, frente a los cambios de puesto de trabajo en las empresas o frente a la asignación de nuevas tareas de sus miembros. En numerosas empresas existe, incluso, un sistema de rotación. Loa puestos de trabajo de forma fija ae intercambian regularmente. Asimismo, la política económica japonesa ae esfuerza constantemente en impulsar el cambio estructural ya previsto. En concreto, se ofrece a las empreaaa ayudas de adap-•íación a plazo, insistiendo, sin embargo, on que se reduzcan las capacidadea poco rentables. La economía en su conjunto -empreaaa y trabajadores-Rotación

y

movílidad

ajames Abegglen y Akio Etori, "Japana Technologie heute". en: Spektrum der Wlaaenachaft, Abril 4/1981, p. 30.

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Estado

tiene que soportar por ai misma a la larga los costes de la adaptación. Las subvenciones de

man-tenimiento constituyen una rara excepción la po-lítica industrial japonesa.

El Gobierno japonés no teme tampoco el que para la implantación de objetivos de racionaliza-ción se emprendan cárteles forzosos o el estable-cimiento de la pérdida de vigencia de las "leyes que prohiben los monopolios privados y garantizan el libre comercio". La implantación del cambio estructural tiene primacía frente al mantenimiento de las condiciones competitivas.

A menudo se defiende el concepto de que el Papel del proceso de cambio estructural en Japón es el

re-sultado de un intervencionismo de cuño estatal. Que la economía japonesa está orientada de forma dirigista, y que el cambio estructural está sujeto a una planificación rigurosa. Aquí hay que desta-car que el Estado japonés deja ampliamente que la economía tome por sí sola sus decisiones de poli-tica de producción e inversiones. El Estado sim-plemente allana el camino y dirige mediante con-sejos y ayudas intercambios de información y re-comendaciones, concede medios financieros con condiciones especiales y facilidades fiscales. Sin embargo, no se puede pasar por alto el que el Japón también en tiempos de un cambio estructural abrupto considere el ejemplo orientado hacia la comunidad de la época Meiji, que como antes está vivo, y que se basa en la estrecha relación entre Estado, economía y política, como en una organiza-ción empresarial paternalista.

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CátMira da Política Económica d« la Empresa

Los japoneses no ven en au Estado una p o l i -c í a de i n t e r v e n -c i ó n s o b e r a n a , s i n o una fuerza de i n t e g r a c i ó n e f e c t i v a que abarca todas l a s áreas v i t a l e s , a r t e y e d u c a c i ó n , p o l í t i c a y economia, a s p e c t o s e s p i r i t u a l e s y formales. Bl Estado y la economía no c o n s t i t u y e n e s f e r a s autónomas, s i n o que e s t á n estrechamente interrelacionadas a través del sistema de v a l o r e s de l o s japoneses. El Estado no es e l a n t í p o d a , sino e l socio natural que

tam-poco puede s e n t i r l a menor i n c l i n a c i ó n de poner a

p r u e b a l a c a p a c i d a d de l a economía para asumir c o s t e s c r e c i e n t e s . El Estado representa l a s o l i d a

-ridad humana y motiva para l a r e s p o n s a b i l i d a d

común.

E l

C o n s e n s o

El consenso al que se tiende constantemente en los grupos superiores asegura la identificación de loa japoneses con su Estado cuya misión es establecer en la forma más amplia y en todos los niveles posibles los aspectos comunes que identi-fican al japonés. A pesar de los frecuentes cam-bios de Gobierno y modificaciones del gabinete, debidos a las divisiones en los partidos del (Jo-bierno, la burocracia estatal garantiza la conti-nuidad y constancia impulsora del trabajo del Gobierno, y con ello la consecución de los objeti-vos políticos a largo plazo. Ellos ven en las empresas privadas los verdaderos portadores del desarrollo económico.

Las empresas consideran a la burocracia estatal como un socio con competencia y pericia demostradas. Además, tiene lugar frecuentemente un intercambio entre la realización de las tareas estatales y la de las tareas en la economía.

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CátMira ito Polftlca Económica d« i« Empresa

La profusión de consejos económicos a los que pertenecen especialmente catedráticos, empre-sarios, representantes de grupos de intereses y periodistas, trabajan en estrecha relación con el Gobierno y están informados constantemente de los detalles de la administración pública. Las élites de la administración del Estado de la economía privada, de la ciencia y el periodismo, se inter-relacionan asi a través de relaciones sociales informales, que surgieron en su mayoría en su época común de estudiantes en alguna de las uni-versidades de élite.

Así se producen constantemente estrechos contactos entre los representantes del Estado, empresarios y representantes de asociaciones y organizaciones, que en conjunto constituyen un entramado de relaciones entre muchos miembros, muy interrelacionados y difícil de percibir para un observador ajeno. Con todo esto se logra una base para un comportamiento de confianza, y es el te-rreno abonado cierta clase de "acción concertada" que se produce para la discusión del consenso, llevada básicamente de forma intensiva, para todas las reflexiones de política estructural, y esto, en general, renunciando a votaciones formales^.

Se debería de tener en cuenta aquí que las posibilidades de influencia del Estado en el Japón en su mayoría no están basadas en un sistema ju-rídico de corte occidental, sino que descansan en tradiciones fuertemente establecidas que siguen teniendo efecto. Esto es válido también para la

W e r aquí Hugo Müller-Vogy, "Konzertierte Aktion auf japaniach". en: PAZ, 20.11.1981.

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Cátadni d* Politica Económica da la Empresa

creación de numerosos consejos de expertos, algu-nos se crean con bases legales, otros no1 . En Liberaiización Japón esta es una cuestión secundarla, lo

impor-tante es su capacidad para resolver problemas. Pero la cooperación entre Estado y economía en el Japón de la postguerra no ha llevado a que los principios liberales y la observación de los prin-cipios de la propiedad privada se hayan visto diluidos o abandonados. Al contrario, el grado de liberalización ha sido ampliado permanentemente. Junto a esto, los marcos de libertad para la acti-vidad individual, la propia iniciativa y la propia responsabilidad, se ven ampliados día a día.

La administración estatal parte de que es la eoonomía empresarial del sector privado la que lleva a cabo el impulso de la expansión y que el Estado y el Gobierno tienen tan sólo un papel subsidiario. Es simplemente falso el partir de que el Estado japonés, con la aplicación de su polí-tica estructural, imponga unilateralmente, según los caaos, una fuerte presión al sector privado; o el que incluso, mande en la economía y que ésta, involuntariamente, aunque a regañadientes, pero sin aparentarlo, obedeciese humildemente las in-tenciones del Estado.

^Hirochi Shiono, "Verwaltungsrecht". en: Japan-Handbuch, a.a. pg. 1505^ Hay que destacar en este punto que en Japón el derecho administrativo general no está codificado y que además no hay ninguna jurisdicción administrativa separada.

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CAtMira d * Política Económica da la Empresa

Cuando a comienzos de los años 60 la expor-tación de automóviles japoneses, que se fortalecía continuamente, fue objeto de la política empresa-rial a largo plazo y también de la política econó-mica estatal, el "Ministerio para el Comercio y la El MITI Industria" (MITl) aconsejó la fusión de ocho

pro-ductores japoneses del automóvil y redactó para ello la "Ley para el impulso de determinadas in-dustrias". De esta forma se esperaba poder rebasar las ventajas competitivas de la industria del automóvil europea y americana. La industria del automóvil japonesa confió entonces en sus propias fuerzas y capacidades, y rechazó la política de fusiones del MITlI. Llamó la atención posterior-mente el incidente de Sumitomo del año 1965/66.

Sumitomo Metal Industries no estaba dispuesta a seguir las recomendaciones del MITI para la res-tricción de la producción de acero, ni siquiera una reducción de la cuota de importación de car-bón, de coke, sirvió para que la empresa abandona-se su política. Finalmente, en el compromiso acor-dado, Sumitomo llevó a cabo una reducción distinta de la producción distinta de la propuesta ini-cialmente2.

También en el sector de la investigación y desarrollo de tecnologías, Japón mantiene el prin-cipio de que la parte del producto nacional bruto tecnología controlada por el Estado debe ser lo más reducida

posible. Se esfuerzan por mantener la fijación de objetivos tecnológicos por vías indirectas, basán-dose en un concepto de largo plazo conforme con el

Invest igac ion y

^Tsunehiko Yui, "Beziehungen zwischen Regierung und ünternehmen und Ihr Einfluss auf die

Industrialisierung Japana". En: Die japanische ünternehmung, Tübingen 1975, P« 41.

^Ifamíki Nobuyoshi, "Japan, Inc.: Reality of Pacade?, p.

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119-11 Cátadra de Política Económica da ta Empresa

mercado. La comercialización y aplicación de nue-vas tecnologías son fundamentalmente un asunto de las empresas. El gremio de expertos más importante en cuestiones de investigación de técnicas indus-triales es el "Consejo para tecnologías industria-les", con la "Comisión para la tecnología" del grupo de tecnología e investigación, sus recomen-daciones sirven en general al gremio de consejeros japoneses más influyentes, el "Consejo para la Estructura Industrial".

Para ello ya en la fase de preparación de las decisiones se establece una estrecha relación entre política tecnológica y política estructural.

Ya en 1.956 se siguió una política de estí-mulo sectorial en el sector de la construcción de maquinaria. Tjn año después se introduce el fomento

Pi^ogramas ^

de en la industria electrónica. En la " Ley del fo-mento de determinadas ramas de la construcción de maquinaria y de la industria de telecomunicacio-nes", de 1 de Julio de 1.978, se agruparon final-mente los sectores a fomentar de la construcción de maquinaria y electrónica (Mecatrónica)1.

En el año 1966, el MITI presenta el ••Pro-grama nacional de investigación y de desarrollo"

(Proyecto en gran escala). Mucho antes de la cri-sis del petróleo ya había un programa para ahorro de materias primas y energía. Los grandes daños ecológicos como consecuencia de una política de expansión infrenable, han sugerido la Idea de un

f o m e n t o

1ver aquí "Japans fertigungstechnlsche Porderungs-programme, Koramentar". e d i t a d a por Osta-s i e n - I n Osta-s t i t u t e . V . , Bonn, en colaboración con e l M i n i s t e r i o Federal de investigación y t e c n o l o g í a ,

Forschungsbericht KfK PPT 2 , Karlaruhe 1981, p.

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CátMhra d* Poiftica Económica d* la Empresa

programa para la redacción de la contaminación del medio ambiente. En 1977 se promulgó un programa para el desarrollo espacial, en 1982 el MITI ha creado un programa para el desarrollo de tecnolo-gía básica e industrias del futuro. Todos estos programas de fomento estaban limitados temporal-mente.

El Gobierno y la industria están obligados a demostrar continuamente la aplicación adecuada, asi como aus perspectivas de éxito. La condición previa para su promulgación o ampliación es el demostrar su éxito.

La cooperación del Estado y la economía parece ser más difícil en los últimos años, condi-ciofiada por un conjunto de circunatancias. Existen opiniones en el Japón que hablan de un agotamiento y decadencia del "Japan Inc." y ven su descomposi-ción en un futuro cercano. En reladescomposi-ción con las referencias y reflexiones sobre la "Ascensión y Caída del Japan Inc" se plantean ya alternativas frente al actual sistema de colaboración^ . Puede ser que la estrecha colaboración entre Estado y Economía cambie sus formas actuales bajo el efecto de la liberalización progresiva y la internaciona-lización del desarrollo tecnológico y científico de la perseguida "Sociedad informatizada", rela-cionada con una ampliación del sector servicios, entre otros.

^Nakirai Hobuyoshi, "Japan Inc.": Reality or Pacade?" en: Murakami Hyue and Johanne.-j Hirschmeier (Eds.), Politics and Sconomics in Contemporary Japan, Tokio 1979, ?• til

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ss-13

CátMhv de Política Económica de la Empresa

Pero ana cooperación tan consolidada por la historia y la tradición, como fructífera, apenas puede perder algo de su forma original y de su efectividad en un tiempo razonable.

III. Caabio estructural en la pequeHa j Bediana

empresa

Se defiende reiteradamente el hecho de que en el Japón el procedimiento de transformación estructural más destacarle se está llevando a cabo en las grandes empresas, que apenas es tenido en cuenta el proceso de transformación en pequeña y mediana empresa. Pero si se observa a la pequeña y mediana empresa japonesa se encontrarán frecuente-mente afirmaciones muy unilaterales, en las que apenas se juzgan las circunstancias muy diferen-ciadas, y tampoco en los procesos de transforma-ción más recientes. Se destacan insistentemente los métodos de producción relativamente "primiti-vos", la "falta de capacidad de improvisación", y también la "falta de privilegios". Según esto, se caracteriza a la pequeña y mediana industria como un "sector en crisis", que permanece al margen del cambio estructural abrupto, con su ulterior retraso. Si esto fuera cierto en esta forma tan extrema, sería difícil entender que más del 99?í de todas las empresas de la industria transformadora sean empresas medianas y pequeñas, y que éstas empleen el 71,75^ de los trabajadores, y que su participación en el valor añadido sea del 56,6?í.

Así mismo, es indiscutible el que en el Japón la empresa pequeña y mediana y la grande constituyen un conglomerado interdependiente. Este ha definido insistentemente las vías de desarrollo

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Conexión entre

Cátadra «te Política Económica da la Empresa

del Japón y, finalmente, las ha fijado. Un cono-cedor de la economía industrial japonesa tan pro-minente como es Karl Ha.x'' , se remitió ya hace años a la "Conjuación de las empresas más grandes y empresas modernas con una profusión de empresas medias y gran es pequeñas" cofflo característica de la industria pequeñas japonesa.

La inclinación hacia la desintegración extensa del proceso económico está mucho más arraigada que la tendencia a la inclinación verti-cal. En este principio descansa también la excep-cional elasticidad de la industria japonesa. Mien-tras que la industria pesada, por razones técni-cas, predomina la gran empresa; en la industria ligera se encuentran frecuentemente empresas me-dianas y pequeñas en condiciones técnicas y en relaciones económicas muy ventajosas, de forma que no sólo crecen en competencia con la gran empresa, sino que en ocasiones son más eficientes.

Pero Hax manifestó asimismo que la compara-ción a largo plazo entre la empresa grande y pe-queña, esta segunda muestra una pérdida de produc-tividad inusual, condicionada por la dotación demasiado escasa de capital que inevitablemente lleva a una insuficiente dotación técnica.

^Karl Haxj "Japan. Wirtschaftsmacht des Pernen Ostens". Kóln und Opladen 1961, p. 226 ss. En este punto se debe mencionar también la obra fundamen-tal de Slegfrled Bottcher, "Lebensverhaltnlsse in der japanischen Kleinindustrie", Prankfurt am Main - Berlín 1961.

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15 CátmJbti d * Poiitica Económica úe¡ la Empresa

A menudo la mano de obra en la pequeña y mediana empresa es de mtnor calidad que en la gran §rapreeai debido a qae los salarios también son más bajos. Asimismo, los esfuerzos para la limitación de la corapetencia desenfrenada y para forzar a una competencia transparente en el sector de la peque-ña y mediana industria no han tenido un éxito rotundo.

En la primera época se pueden distinguir, sin embargo, algunas transformaciones Industriales que han tenido influencia en el comportamiento de la posición de la empresa mediana y pequeña, así como en sus relaciones con la gran empresa.

Del "White Paper on Small and Médium Enterprises" (Libro blanco de la Pyae)1, publicado en 1980 y 1981 por el MITI, se deduce que a partir de la crisis del petr6leo las pequeñas y medianas empresas se han extendido en caái todos los secto-res Industriales, y han despuntado en numerosas lineas de producción nuevas. Según este informe ae han realizado grandes esfuerzos para mejorar su equipamiento técnico, para desarrollar nuevos productos y para penetrar en los mercados.

1"White Paper on Small and Médium Enterprises" 1980, y bajo el mismo titulo en el año 1981, Tokio.

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CA«KÍni da Politica Económica d* la Emprisaa

El Libro Blanco presenta en particular la p».r.r.^c^ siguiente descripción del proceso de reconversión ¡Tí w C 6 S O

de operado en la industria pequeña y mediana: reconversión

1• Hay que destacar que la dependencia de la gran empresa respecto a sus proveedores ha aumentado considerablemente. Sin embargo, a lo largo del rápido progreso técnico de los años 70 se han planteado exigencias crecientes a los proveedo-res desde el punto de vista de la calidad y precisión de loa productos suministrados. Un 80^ de los pequeños y medianos proveedores, han desarrollado en estas circunstancias sus nuevas tecnologías de producción, bien sea de forma independiente, o bien en colaboración con sus clientes.

Las empresas grandes han cambiado reitera-damente su política de negocios frente a los proveedores. Estas eligen a las empresas media-nas y pequeñas más eficaces para sus suminis-tros y concentran en las mismas sus pedidos. Además, garantizan frecuentemente a sus provee-dores ayudas técnicas. Asimismo, se puede ase-gurar que su dependencia de los proveedores es diferente según los sectores concretos. En la industria del automóvil esta dependencia es mayor que en el resto de los sectores, como por ejemplo, en el sector de la industria electró-nica o en el sector de la construcción naval.

Si se observa con cierta perspectiva, se Presi6n de comprueba que la Gran Empresa emprende

inver-siones en el extranjero en volúmenes importan-tes. Si bien hasta ahora sus efectos no han afectado especialmente a los suministradores. la competencia

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17 Cátedra de Política Económica da la Empresa

las pequeñas y medianas empresas deben ajustar-se, sin embargo, a esta tendencia, de forma que se reestructuren, esto es, que desarrollen sus propios productos y los sitúen en el mercado.

2. Las pequeñas y medianas empresas han prestado una aportación muy importante a la solución del

Aportación , , , . ^ ~ „„ .., .

^^ paro problema del paro en los anos 70. Mientras que el empleo se redujo en la gran empresa tras la crisis del petróleo, éste ae incrementó en la pequeña y mediana empresa. Por ello, se espera que las pequeñas y medianas empresas sigan teniendo un papel activo en la creación de nuevos puestos de trabajo.

Los fundamentos económicos de las empresas pequeñas, medianas y grandes, están sujetos a un cambio permanente debido a los cambios en la estructura de la demanda en el mercado nacional e internacional, por las innovaciones en la tecnología de la producción, por el desarrollo de los precios de la energía y de las materias primas, la protección del ambiente, etc.

En los años 70 la pequeña y mediana eapresa ha ampliado sus actividades económicas teniendo

Capacidad de i. ±. ^ . , . . - . j .

adaptación ®" cuenta estas circunstancias y ha impulsado numerosas áreas nuevas de producción. Han reac-cionado a los nuevos retos con flexibilidad y capacidad de adaptación, con lo que no sólo han mantenido su posición, sino que la han fortale-cido ampliamente. El Libro Blanco señala que la

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Cáttdra d» Política Económica á» la Empresa

demanda de los consumidores se vuelve crecien-temente diferenciada y mucho más exigente cua-litativamente, y que con ello la pequeña y mediana empresa con ello puede tener posibili-dades adicionales'' .

3- La continua escalada de precios de la energía supone una amenaza para la rentabilidad de la pequeña y mediana empresa. Muchas empresas centran su tarea principal en acabar de alguna forma con los correspondientes problemas de la energía. La principal dificultad para la solu-ción de esta cuestión la constituyen la falta de informaciones, de tecnologías y de medios para las inversiones. Además, los precios de las materias primas afectan de forma especial a las empresas pequeñas y medianas. Los crecien-tes precios de las materias primas no pueden ser abaorvidos mediante alzas de precios de los productos.

4- No existen diferencias considerables entre las pequeñas y medianas empresas, por una parte, y la gran empresa, por otra, en lo que respecta a las condiciones de trabajo y las relaciones de productividad, pues con la rigidez del mercado de trabajo en los años 60 se nivelaron muchas diferencias.

'Ver también aquí "Vision of the Small and Médium Enterprises and their Policy Direction in the 1980s", Ministry of International Trade and Industry, Tokio 19-80, p. 6,12.

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Nivel salarial

19

Cátoffra d* Política Económica á» la Empraca

El nivel salarial de la industrial pequeña

y mediana estaba en 1978 entre un 11!^ y un

39,3^ por debajo del nivel salarial de la gran empresa. Las diferencias salariales se acentua-ban especialmente en trabajadores de más de 35 años, mientras que las diferencias salariales en los jóvenes tenían muy poco peso relativo. Se aprecia, sin embargo, claramente, que en el período entre 1960 y 1978, las diferencias salariales en trabajadores mayores y de una edad media se han ido reduciendo constante-mente.

inversiones

Según las publicaciones del MITI, las dife-rencias de productividad del trabajo entre la pequeña y la gran empresa se van reduciendo a largo plazo, especialmente después de la fuerte reducción de dichas divergencias a comienzos de los 60. En todo caso el MITI destaca que ya no existen las grandes diferencias de productivi-dad del pasado.

También las industrias medianas y pequeñas se ven obligadas a aumentar su dotación media de capital por persona ocupada. Igualmente se menciona que en numerosas empresas de tamaño medio y pequeño van a resultar muy difíciles las mejoras de productividad.

Del Libro Blanco se deduce que a finales de los años 70 las inversiones de la pequeña y mediana empresa constituían un 10?É del total de las inversiones privadas, y que dicho porcentaje se ha mantenido constante. Los problemas de finan-ciación de las pequeñas y medianas empresas

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Cátsdra d* PoIKica Económica á» ia Empresa

continúan. En esto no han cambiado laa condi-ciones, de forma que estas empresas han logrado en los años pasados el ampliar su producción sin fuertes inversiones.

6. Se manifiesta el de temor -que con menores tasas de crecimiento en la economía, la pequeña y mediana empresa se encontrará en condiciones de mercado más duras. La competencia dentro del grupo de empresas medias y pequeñas adoptará formas aún más agudizadas. Con ello se iniciará la competencia frente a la gran empresa.

En general, predomina el convencimiento de que las pequeñas y medianas empresas están en situación de adaptarse de forma flexible a laa nuevas exigencias. Se es consciente de que el éxito de la economía japonesa se debe, en gran parte, a laa aportaciones de las pequeñas y medianas empresas. Según el MITI, no se debe considerar a las pequeñas y medianas empresas como un conglomerado débil o irracional, sino como empresas que pueden realizar aportaciones importantes a la reconversión industrial de los años 80. En todo caso, en los años 70 tuvieron tasas de crecimiento mayores que la gran empre-sa, especialmente en la industria transforma-dora.

También se es consciente de que una parte considerable de la gran empresa perteneción anteriormente a la pequeña y mediana empresa, basándose su crecimiento en una producción eficaz y cualificada. Esto es válido especial-mente en la industria eléctrica y electrónica.

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21

CAtedra de Polith» Econámica d* la Empresa

En todo caso, hoy ya no se puede hablar de una superación de la estructura económica dua-lista'' , como se mantenía aún en el plan de duplicación de las rentas (1961-1970).

Ciertamente, el Gobierno japonés considera Estructura necesario "emprender medidas amplias respecto a

"^ ^^ ^ la calidad de la dirección de las empresas medias y pequeñas, que lleven a reducir las desventajas con las que se enfrentan las peque-ñas empresas". De aquí ae dedujo la Ley para las Pequeñas Empresas de 1.963»

Por lo tanto, hay que contar con los pro-gramas de fomento, establecidos ya desde hace

tiempo, se está reforzando el mantenimiento y fortalecimiento de la estructura económica dualista. Se refieren a la integración de pe-queñas empresas en mayores unidades competiti-vas, a la promoción de la colaboración coopera-tiva, en la garantía de créditos de inversión más baratos, y al asesoramiento a través de la "Small Business Corporation" y del organismo oficial correspondiente a la pequeña y mediana empresa.

Formación Asimismo se intenta promocionar la

forma-de 1 ^

A-r. ni-^^r^ cion del directivo y hacer que la moderna

tec-nología sea accesible para las empresas. El Gobierno se ocupa además de que las PYME se fortalezcan en el marco de las consideraciones de su política de empleo.

''Saburo Okita y Isamu Miyazaki, "The lopact of Planning on Economic growth in Japan". en: OECD (ed.) Development Plan and Programmes, Studies en Developraent. París 1964, p. 52

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CátMhn d* Politica Econámiea d* la Empresa

En todo caso, la reestructuración indus-trial de los años 80 comprende también a la pequeña y mediana empresa.

IV. Situación especial de la agricultura

Se ha mostrado en este artículo que las empresas industriales y los trabajadores han so-portado por sí solos la carga de la restructura-ción, y que las subvenciones de mantenimiento han sido una rara excepción en la política industrial japonesa. Ciertamente, esta norma general no es válida para todos los sectores productivos. Tam-del mercado bien en el Japón la agricultura ha sabido llevar

una vida propia, al margen del proceso económico organizado en forma de economía de mercado. La política agraria japonesa no tiene nada que temer, en cualquier caso, si se compara con el dirigismo agrario europeo según el modelo de regulaciones del mercado de la CEB.

En el Japón, después de la II Guerra Mun-dial, la agricultura cargó con el peso de la re-construcción. Esto implicó una obligatoriedad de suministro de alimentos, junto con una excesiva carga fiscal. En el año 1949 no fue posible cubrir costes en la producción de arroz. Al comienzo de la Guerra de Corea las cargas fiscales del sector agrícola fueron reducidas, al mismo tiempo, el precio del arroz, junto al del trigo, aumentó de tal manera que los costes de producción fueron superados ampliamente. Además, el control de pre-cios de los productos agrarios de los medios de

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23 Cátedra de Política Económica de la Empresa

producción fue suprimido^. Esto no significó, sin embargo, que con ello ae facilitara el camino para una política agraria orientada al mercado.

proteccionismo

Japón realizó más bien el paso hacia un proteccionismo agrario propio. Mientras que la agrario producción de arroz se ampliaba continuamente con la ayuda de subvenciones, el consumo de trigo y arroz disminuía constantemente debido al cambio de las costumbres, mientras que en la carne, los productos lácteos, las frutas y verduras aumentaba fuertemente la demanda^. Desde mediados de los 60, la sobreproducción de arroz se ha convertido en un fenómeno regular de la economía agraria japonesa. Las existencias de arroz acumulado ascendían en 1980 a 6,5 Mió. de Tm. Esto constituía aproximada-mente la mitad de la producción anual3.

En el año fiscal 1981/82, aproximadamente el 8^ del presupuesto estatal se destinó a la

agricultura. Esta suma supone un JQ^ del valor de

la producción agraria. A lo que debe añadirse subvenciones de las administraciones locales, créditos con intereses preferentes del Instituto de Crédito Estatal, numerosas ventajas fiscales, así como exenciones fiscales concedidas al sector agrícola, y todo esto con una amplia protección frente a la competencia internacional. El precio

'Tautomi Ouchi, "Grundtendenzen der Agrarpolitik". en: Kazuo Okochi und Yoshiro Tamanoi (ed.), Wlrtschaft Japans. Wachstum und Strukturwandel, Dusseldorf 1973, p. 95 ss.

2Tsutomi Ouchi, ebenda, p. 106

^Yukio ííoguchi, "The Pailure of Government to Perform its Proper Task. A case Study of Japan". 1982 General Meeting of the Mont Pélerin Soclety, 5.-10. Sept. 1982, Berlín. Papers I. Bdiotlon. Instituí fur Wirtschaftspolitlk án der üniversitat Koln, p. 3 ss.

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del arroz ea claco veces mayor que el precio del mercado mundial, y el de la carne de vaca tres veces mayor^ . Mientras tanto, se han establecido nuevas subvenciones para reducir la producción de arroz. Pero el marco de un sistema completo de protecciones y subvenciones no se puede esperar, a pesar de las crecientes actividades adicionales de los miembros de las familias campesinas, un cambio en la estructura agraria.

La transformación del sistema es, en fin, cambio un ajuste en política. Las bases políticas del más g^ 2a ^®-^ ^^^ ^® •'•^^ diputados están en las regiones agricultura agrícolas, que con ello están sobrerepresentadas; a pesar de que la población agrícola es tan sólo el 18^ de la población total, y que la población agrícola realiza una aportación relativamente pequeña respecto al Producto Nacional Bruto.

Incluso en el marco de la reforma adminis-trativa que se está discutiendo actualmente, este problema no parece tener solución, aún cuando el informe actual de la Comisión proponga la sustitu-ción de una gran parte de la producsustitu-ción de arroz en favor de otros alimentos^. Para los expertos es indiscutible que la base necesaria para la moder-nización y el cambio estructural exigido a la agricultura japonesa pasa por el desmantelamiento del proteccionismo.

h b . , p . 3 3 .

•^The O r i e n t a l Econoraist, Vol. 50. No. 861, J u l i o 1982. Aquí nos referimos a l informe de l a p r i m e r a subcomisión.

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25

Cátedra d* Polftica Económica d* la Empresa

Respecto a la agricultura, se puede con-cluir que en el Japón podrán exigir la ayuda del Estado sólo aquellos sectores que contribuyan al logro de los objetivos nacionales, esto es, los sectores en crecimiento y no los sectores en de-cadencia.

V. Consecuencias socioculturales de la

restructu-ración industrial

La restructuración industrial en los años Movilidad 80 producirá seguramente también en el Japón pro-horizontal j, , íjj^ -. J J . J J . J Í J . J .

, - fundos efectos en las instituciones existentes y

de los •' trabajadores en los comportamientos. En todos los sectores,

también en la gran empresa, aumenta claramente la tendencia a movilidad horizontal de los trabaja-dores.

En las grandes empresas se manifiesta la tendencia a separar el sistema de los salarios por antigüedad respecto de los salarios orientados a la productividad, o de los principios de producti-vidad. La elevación de la edad de jubilación se orienta en el mismo sentido. El sistema de empleo referido al principio de antigüedad lleva en estas circunstancias a unos costes elevados.

Cainb i o d e m e n t a l i d a d

Tanto los japoneses como los observadores extranjeros opinan más bien que la virtud tradi-cional de la subordinación del individuo al Estado y a la familia se está perdiendo. Las personalida-des individuales se emancipan de las vinculaciones familiares y de grupo. La mentalidad tradicional ya hoy ha sido en parte destruida.

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Cátedra de Política Económica de la Empresa

El "Estado tecnológico" japonés ha trans-formado al directivo empresarial paternalista en

tecnócrata racional. La vida despolitizada y des-militarizada debilita el patriotismo y distorsiona con ella la motivación concreta del desarrollo económico japonés.

Se remite frecuentemente a los incrementos de las rentas, al crecimiento del consumo privado, conseguido con dichas rentas, a las crecientes exigencias del nivel de vida y de los cambios en los hábitos del consumo. El pan sustituyó al arroz, la cerveza, al saque. Los bienes de consumo modernos, como por ejemplo, la televisión, la lavadora, el frigorífico, se han introducido en las economías domésticas en amplios estratos de la población y cambian su forma de vida. El esfuerzo productivo así realizado se vera, sin duda, afec-tado.

La estructura industrial en su conjunto Adaptación está sujeta a un cambio constante, afectado por el

proceso dinámico de la adaptación permanente en los cambios de las condiciones marco. Con ello, los valores y las formas adicionales se verán transformadas lenta pero continuamente, y se adap-tarán a las exigencias de una nueva época, y no sólo a través de los grupos de presión de la so-ciedad, sino por el empuje de la expansión y la conciencia de progreso que implica. Pero todo ello al estilo japonés.

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27 Cátedra de Política Económica de la Empresa

Este proceso se realiza en un entorno cul-tural en el que se entiende que su soberanía se fortalece con el desarrollo progresivo. Debe men-tradición clonarse, en cualquier caso, que el deseo de ae-progreso gi^ir ©1 estilo de vida europeo, la orientación al

consumo y el alto grado de civilización técnica, no han transformado considerablemente las formas de vida y los valores del Japón. El desarrollo económico después de la II Guerra Mundial ha mos-trado claramente como el Japón es capaz de encon-trar la relación apropiada entre tradición y pro-greso.

La conservación de antiguas tradiciones arraigadas y su adaptación prudente y evolutiva a las exigencias de una economía y una sociedad moderna y dinámica, preservan de la pérdida de la historia. Según todo: esto, de acuerdo con las experiencias recogidas hasta ahora, Japón por la vía del desarrollo más reciente permanece aún más japonés y más consciente de su propia historia. El avance de las calculadoras electrónicas no ha supuesto la muerte del abaco (calculadoras con bolas de madera). Este sobrevive y con muy buena salud.

A pesar del progresivo desarrollo personal, la pertenencia a un grupo facilita, con toda segu-valores ridad, el que los japoneses no quieran renunciar a

su tradicional escala de valores. Sería demasiado imprudente contar con que todo esto, que es Iden-tificado como potencial de progreso japonés, se destruyera despacio pero de forma segura dentro de un proceso de civilización progresiva. En todo caso, me parece totalmente irreal el querer espe-rar una destrucción de la eficacia japonesa a lo

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Cátedra de Política Económica de ia Empresa

largo de la expansión económica japonesa poste-rior. Más bien debe de quedar claro qae el "reto japonés" se encuentra en el comienzo. Le seguirán de forma muy rápida los países umbrales en vías de industrialización, especialmente los del Este y el Sureste asiático, que empujan con fuerza en el mercado. En cierta medida, el Japón nos da una lección "aleccionadora" para reconocer a tiempo los signos del tiempo.

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