Décimo Quinto Domingo después de Pentecostés Propio 19 Septiembre 17 AD :00 a.m. Santa Eucaristía

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Décimo Quinto Domingo después de

Pentecostés

Propio 19

Septiembre 17 AD 2017

11:00 a.m. Santa Eucaristía

Rev. Randy Lord-Wilkinson, Rector

Rev. Javier García Ocampo, Asistente del Rector

Jesse Velázquez, Músico

¡Bienvenido(a) a la Ascensión!

Si necesita mas información acerca de nuestra comunidad, llene una tarjeta de “Bienvenida”, de las que puede encontrar en las bancas o en la mesa de la entrada. También puede tomar uno de los paquetes de “Recién Llegados”, el cual puede tomar de la mesa de la entrada o simplemente pedirlo a cualquier

persona del ministerio de bienvenida.

Favor de poner en SILENCIO su teléfono celular.

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Himno de Secuencia #625 Felicidad

Celebrante: Bendito sea Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Pueblo: Y bendito sea su reino, ahora y por siempre. Amén.

Todos: Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos son conocidos

y ningún secreto se halla encubierto: Purifica los pensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente proclamemos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor. Amén.

Gloria in Excelsis F&C #27

Estribillo: Gloria, Gloria,

Gloria, Gloria a Dios. 1. Gloria a Dios en el cielo,

Y en la tierra paz, Paz a los hombres Que ama el Señor. 2. Por tu inmensa gloria Te alabamos, te bendecimos, Te adoramos, te glorificamos, Te damos gracias.

3. Señor Dios y Padre, Rey celestial, Padre poderoso Señor Jesucristo, Cordero de Dios, Hijo del Padre.

Colecta del día

Celebrante: El Señor sea con ustedes Pueblo: Y con tu espíritu Celebrante: Oremos

Celebrante y Pueblo: Oh Dios, puesto que sin ti no podemos complacerte: Concede, por tu misericordia, que tu

Espíritu Santo dirija y gobierne nuestros corazones; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Lectura del libro del Éxodo (14:19-31)

En ese momento el ángel de Dios y la columna de nube, que marchaban al frente de los israelitas, cambiaron de lugar y se pusieron detrás de ellos. Así la columna de nube quedó entre el ejército egipcio y los israelitas; para los egipcios era una nube oscura, pero a los israelitas los alumbraba. Por eso los egipcios no pudieron alcanzar a los israelitas en toda la noche.

Moisés extendió su brazo sobre el mar, y el Señor envió un fuerte viento del este que sopló durante toda la noche y partió el mar en dos. Así el Señor convirtió el mar en tierra seca, y por tierra seca lo cruzaron los israelitas, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda.

Toda la caballería y los carros del faraón entraron detrás de ellos, y los persiguieron hasta la mitad del mar; 4. Tú que quitas el pecado,

Ten piedad de nosotros; Atiende a nuestra súplica; Tú que estas sentado A la derecha del Padre, Ten piedad de nosotros. 5. Porque sólo tú eres Santo, Sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Con el Espíritu Santo

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pero a la madrugada el Señor miró de tal manera al ejército de los egipcios, desde la columna de fuego y de nube, que provocó un gran desorden entre ellos; descompuso además las ruedas de sus carros, de modo que apenas podían avanzar. Entonces los egipcios dijeron:

—Huyamos de los israelitas, pues el Señor pelea a favor de ellos y contra nosotros. Pero el Señor le dijo a Moisés:

—Extiende tu brazo sobre el mar, para que el agua regrese y caiga sobre los egipcios, y sobre sus carros y caballería.

Moisés extendió su brazo sobre el mar y, al amanecer, el agua volvió a su cauce normal. Cuando los egipcios trataron de huir, se toparon con el mar, y así el Señor los hundió en él. Al volver el agua a su cauce normal, cubrió los carros y la caballería, y todo el ejército que había entrado en el mar para perseguir a los israelitas. Ni un solo soldado del faraón quedó vivo. Sin embargo, los israelitas cruzaron el mar por tierra seca, entre dos murallas de agua, una a la derecha y otra a la izquierda.

En aquel día el Señor salvó a los israelitas del poder de los egipcios, y los israelitas vieron los cadáveres de los egipcios a la orilla del mar. Al ver los israelitas el gran poder que el Señor había desplegado contra Egipto, mostraron reverencia ante el Señor y tuvieron confianza en él y en su siervo Moisés.

Escuchen lo que el Espíritu esta diciendo al pueblo de Dios.

Pueblo: Demos gracias a Dios.

Salmo 114 1 ¡Aleluya!

Cuando salió Israel de Egipto, *

la casa de Jacob de entre un pueblo de idioma ajeno, 2 Judá vino a ser el santuario de Dios, *

e Israel su dominio. 3 El mar lo vio, y huyó: * el Jordán se volvió atrás.

4 Los montes saltaron como carneros, * y como corderos las colinas.

5 ¿Qué te afligió, oh mar, que huiste, * y a ti, oh Jordán, que te volviste atrás?

6 Oh montes, ¿por qué saltaron como carneros, * y como corderos, oh colinas?

7 Tiembla, oh tierra, a la presencia de mi Soberano, * a la presencia del Dios de Jacob,

8 Quien cambió la peña en estanque de aguas, * y el pedernal en manantiales.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos (14:1-12)

Reciban bien al que es débil en la fe, y no entren en discusiones con él. Por ejemplo, hay quienes piensan que pueden comer de todo, mientras otros, que son débiles en la fe, comen solamente verduras. Pues bien, el que come de todo no debe menospreciar al que no come ciertas cosas; y el que no come ciertas cosas no debe criticar al que come de todo, pues Dios lo ha aceptado. ¿Quién eres tú para criticar al servidor de otro? Si queda bien o queda mal, es asunto de su propio amo. Pero quedará bien, porque el Señor tiene poder para hacerlo quedar bien.

Otro caso: Hay quienes dan más importancia a un día que a otro, y hay quienes creen que todos los días son iguales. Cada uno debe estar convencido de lo que cree. El que guarda cierto día, para honrar al Señor lo guarda. Y el que come de todo, para honrar al Señor lo come, y da gracias a Dios; y el que no come ciertas cosas, para honrar al Señor deja de comerlas, y también da gracias a Dios.

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Ninguno de nosotros vive para sí mismo ni muere para sí mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. De manera que, tanto en la vida como en la muerte, del Señor somos. Para eso murió Cristo y volvió a la vida: para ser Señor tanto de los muertos como de los vivos.

¿Por qué, entonces, criticas a tu hermano? ¿O tú, por qué lo desprecias? Todos tendremos que presentarnos delante de Dios, para que él nos juzgue. Porque la Escritura dice:

«Juro por mi vida, dice el Señor, que ante mí todos doblarán la rodilla y todos alabarán a Dios.»

Así pues, cada uno de nosotros tendrá que dar cuenta de sí mismo a Dios. Escuchen lo que el Espíritu esta diciendo al pueblo de Dios.

Pueblo: Demos gracias a Dios.

Himno de Secuencia #712 Aquí estamos, Señor

Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Mateo (18:21-35)

Pueblo: ¡Gloria a ti, Cristo Señor!

Entonces Pedro fue y preguntó a Jesús:

—Señor, ¿cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿Hasta siete? Jesús le contestó:

—No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

»Por esto, sucede con el reino de los cielos como con un rey que quiso hacer cuentas con sus funcionarios. Estaba comenzando a hacerlas cuando le presentaron a uno que le debía muchos millones. Como aquel funcionario no tenía con qué pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía, para que quedara pagada la deuda. El funcionario se arrodilló delante del rey, y le rogó: “Tenga usted paciencia conmigo y se lo pagaré todo.” Y el rey tuvo compasión de él; así que le perdonó la deuda y lo puso en libertad.

»Pero al salir, aquel funcionario se encontró con un compañero suyo que le debía una pequeña cantidad. Lo agarró del cuello y comenzó a estrangularlo, diciéndole: “¡Págame lo que me debes!” El compañero, arrodillándose delante de él, le rogó: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo.” Pero el otro no quiso, sino que lo hizo meter en la cárcel hasta que le pagara la deuda. Esto dolió mucho a los otros funcionarios, que fueron a contarle al rey todo lo sucedido. Entonces el rey lo mandó llamar, y le dijo: “¡Malvado! Yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste. Pues tú también debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve compasión de ti.” Y tanto se enojó el rey, que ordenó castigarlo hasta que pagara todo lo que debía.

Jesús añadió:

—Así hará también con ustedes mi Padre celestial, si cada uno de ustedes no perdona de corazón a su hermano.

El Evangelio del Señor.

Pueblo: Te alabamos, Cristo Señor.

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Credo Niceno

Creemos en un solo Dios, padeció y fue sepultado.

Padre todopoderoso, Resucitó al tercer día, según las Escrituras, Creador de cielo y tierra, subió al cielo

de todo lo visible e invisible. y está sentado a la derecha del Padre. Creemos en un solo Señor, Jesucristo, De nuevo vendrá con gloria

Hijo único de Dios, para juzgar a vivos y muertos, nacido del Padre antes de todos los siglos: y su reino no tendrá fin. Dios de Dios, Luz de Luz, Creemos en el Espíritu Santo, Dios verdadero de Dios verdadero, Señor y dador de vida,

engendrado, no creado, que procede del Padre,

de la misma naturaleza que el Padre, que con el Padre y el Hijo

por quien todo fue hecho; recibe una misma adoración y gloria,

que por nosotros y que habló por los profetas.

y por nuestra salvación Creemos en la Iglesia,

bajó del cielo: que es una, santa, católica y apostólica. por obra del Espíritu Santo Reconocemos un solo Bautismo

se encarnó de María, la Virgen, para el perdón de los pecados.

y se hizo hombre. Esperamos la resurrección de los muertos Por nuestra causa fue crucificado y la vida del mundo futuro. Amén. en tiempos de Poncio Pilato:

Oración de los Fieles

Letanista: Padre, te suplicamos por tu santa Iglesia Católica. Pueblo: Que todos seamos uno.

Letanista: Concede que todos los miembros de la Iglesia te sirvan en verdad y humildad. Pueblo: Que tu Nombre sea glorificado por todo el género humano.

Letanista: Te pedimos por todos los obispos, presbíteros y diáconos, especialmente por Michael nuestro Obispo

Presidente, Mariann nuestra Obispa, Randy y Javier nuestro clero.

Pueblo: Que sean fieles ministros de tu Palabra y Sacramentos.

Letanista: Te pedimos por cuantos gobiernan y ejercen autoridad en todas las naciones del mundo. Pueblo: Que haya justicia y paz en la tierra.

Letanista: Danos gracia para hacer tu voluntad en todo cuanto emprendamos. Pueblo: Que nuestras obras sean agradables a tus ojos.

Letanista: Ten compasión de los que sufren de dolor o angustia. Pueblo: Que sean librados de sus aflicciones.

Letanista: Otorga descanso eterno a los difuntos.

Pueblo: Que sobre ellos resplandezca la luz perpetua.

Letanista: Te alabamos por tus santos que han entrado en el gozo del Señor. Pueblo: Que también nosotros tengamos parte en tu reino celestial.

Oremos por nuestras necesidades y las necesidades de los demás.

Letanista: En el ciclo de oración diocesano, oremos por la Iglesia San Mateo, Hyattsville, la Escuela San Mateo,

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septiembre) y Yom Kippur (29-30 de septiembre). Oremos por la paz y la benevolencia entre todas las naciones, especialmente ahora que recordamos el Día Internacional de la Paz de las Naciones Unidas (21 de septiembre).

Oremos por el alivio, la sanación, la valentía y la esperanza de María Estala Rodríguez, Jeanine Marín, Elvia Valencia, Martin Quinde, Ana Quijada, Erick Alcántara, María del Carmen Altamirano, Camila Martínez, Jaime Martínez, Ernesto Luna, Delfín López, Thomas Escobar, Rosa Quijada, Guillermo Rojas y todos aquellos que en esta vida transitoria se encuentran en problemas, dolor, necesidad, enfermedad o cualquier otra adversidad.

Oremos por la paz en el mundo y por todos aquellos que están sirviendo a nuestro país, aquí y en el extranjero, sobre todos por aquellos que están en peligro y sus familias. También oramos por todas las personas afectadas por los desastres naturales, la violencia y la guerra.

Provéenos y danos el poder para ser testigos de tu amor como defensores y como sirvientes, como ministros de bienvenida para todos los refugiados y los desplazados por la guerra y la violencia.

Celebrante: Dios omnipotente, que conoces nuestras necesidades antes de que te imploremos: Ayúdanos a pedir

solamente lo que esté de acuerdo con tu voluntad; y concédenos aquellas cosas buenas que no nos atrevemos a pedirte, o las que por nuestra ceguedad no sabemos pedirte; por amor de tu Hijo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Confesemos nuestros pecados contra Dios y contra nuestro prójimo.

Todos: Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra,

por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.

Celebrante: Dios omnipotente tenga misericordia de ustedes, perdone todos sus pecados por Jesucristo nuestro

Señor, les fortalezca en toda bondad y, por el poder del Espíritu Santo, les conserve en la vida eterna. Amén. La Paz

Celebrante: La paz del Señor sea siempre con ustedes. Pueblo: Y con tu Espíritu.

Versículo para el Ofertorio:

Celebrante: Rindan al Señor la gloria debida a su Nombre; traigan ofrendas, y entren en sus atrios. (Salmo 96:8)

Himno de Ofertorio #647 Gracias, Señor Santa Comunión

Celebrante: ¿Está el Padre con nosotros?

Pueblo: Si, él está con nosotros.

Celebrante: ¿Está Cristo entre nosotros?

Pueblo: Si, él está entre nosotros.

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Pueblo: El Espíritu está con nosotros.

Celebrante: ¿Quién es nuestro Dios?

Pueblo: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Celebrante: Y ¿Quiénes somos nosotros?

Pueblo: El pueblo de Dios.

Celebrante: Elevemos los corazones,

Pueblo: Los elevamos al Señor.

Celebrante: Demos gracias a Dios nuestro Señor.

Pueblo: Es justo darle gracias y alabanzas.

Celebrante: En verdad es justo y necesario darte gracias y alabanzas, Dios Omnipotente, Supremo en todo el

mundo. Creador, Proveedor, Salvador y Dador. De un pueblo nómada creaste tu familia, de un pueblo agobiado levantaste un líder, de una nación confundida elegiste un rey; de una multitud rebelde enviaste a tus profetas. En los últimos días nos enviaste a tu Hijo, tu imagen perfecta de compasión y sabiduría, dándonos tu Reino, revelándonos tu voluntad, muriendo, resucitando, reinando, rehaciendo tu pueblo para ti mismo, brindando la luz de la esperanza a todos tus hijos. A través de él nos has enviado al Espíritu vivificante, llenándonos con tu luz y vida. Por lo tanto, con Ángeles y Arcángeles, y con todos nuestros ancestros en el cielo, proclamamos tu glorioso nombre, por siempre alabándote y cantando:

Todos: F&C #14

Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

Hosanna en el cielo.

Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.

Celebrante: Dueño de todas las cosas, te damos gracias por habernos dado a tu único Hijo, a nosotros que te

debemos todo. Vierte tu Espíritu refrescante sobre nosotros, para que siempre lo recordemos y lo demos a conocer, de la forma en la que el mismo Jesús nos lo encomendó, por medio de estos dones de tu Creación. En la misma noche en que fue traicionado, tomó el pan, te dio gracias. Lo partió y lo dio a sus discípulos y dijo: "Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memorial mío".

Pueblo: Amén. Su Cuerpo fue entregado por nosotros.

De la misma manera, después de la cena, tomo el cáliz, dio gracias. Lo compartió con ellos y dijo: "Beban todos de él. Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados. Siempre que lo beban, háganlo como memorial mío"

Pueblo: Amén. Su Sangre fue derramada por nosotros.

Por tanto, proclamamos el misterio de fe:

Pueblo: Cristo ha muerto,

Cristo ha resucitado, Cristo volverá.

Somos hermanos y hermanas por su Sangre:

Pueblo: Hemos muerto juntos,

Resucitaremos juntos, Viviremos juntos.

Celebrante: Por tanto, Padre Celestial, escúchanos al celebrar este pacto con alegría y esperar la venida de Jesús,

quien murió por nosotros como expiación por nuestros pecados, un sacrificio perfecto, realizado una sola vez y para siempre. Tu aceptaste su ofrenda al resucitarlo de la muerte y concederle un lugar especial a tu derecha.

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Ésta es la fiesta de la victoria.

Pueblo: El Cordero que ha sido sacrificado ha comenzado a reinar. Aleluya.

Como nuestro Señor Jesucristo nos ha enseñado, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro que estás en los cielos, a los que nos ofenden.

santificado sea tu Nombre, No nos dejes caer en tentación

venga tu Reino, y líbranos del mal.

hágase tu voluntad, Porque tuyo es el reino,

en la tierra como en los cielos. tuyo es el poder, Danos hoy nuestro pan de cada día. y tuya es la gloria,

Perdona nuestras ofensas, ahora y por siempre. Amén como también nosotros perdonamos

Fracción del Pan

Agnus Dei F&C #32

Celebrante: Los dones de Dios, para el pueblo de Dios.

Administración del la Comunión: Todos son bienvenidos a la mesa del Señor en Ascensión. Para recibir la comunión acérquese al frente a la estación, como se lo indiquen las personas del comité de bienvenida. Reciba el pan en la palma de su mano y cómalo, después tome un trago de la copa con el vino. Si prefiere recibir una bendición en lugar de la comunión, por favor acérquese al frente y cruce las manos frente a su pecho, esto le hará saber al clérigo de su deseo de ser bendecido.

Himno de Comunión: #704 La Barca en la Playa Oración de Post-Comunión

Celebrante: Oremos.

Todos: Omnipotente y sempiterno Dios, te damos gracias porque nos has nutrido con el alimento

espiritual del preciosísimo Cuerpo y Sangre de tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo; y porque nos aseguras, en estos santos misterios, que somos miembros vivos del Cuerpo de tu Hijo y herederos de tu reino eterno. Y ahora, Padre, envíanos al mundo para cumplir la misión que tú nos has encomendado, para amarte y servirte como fieles testigos de Cristo nuestro Señor. A él, a ti y al Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, ahora y por siempre. Amén.

Bendición.

Celebrante: La vida es corta y no tenemos demasiado tiempo

para alegrar los corazones de aquellos que están viajando por el oscuro camino con nosotros. ¡Debemos ser rápidos para amar y darnos prisa para ser amable!

Y que la bendición de aquel que nos hizo,

que viaja con nosotros, que nos el aliento de vida momento a momento.

Creador, Cristo y el Espíritu Santo, sea con ustedes, su familiares y amigos, este día y siempre. Amén Canto de Salida #686 Danos un Corazón

Celebrante: Bendigamos al Señor. Pueblo: Demos gracias a Dios.

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