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La diáspora como actor de las relaciones internacionales : los mexicanos en los Estados Unidos

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Academic year: 2020

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(1)INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY EGAP GOBIERNO Y POLÍTICA PÚBLICA CIUDAD DE MÉXICO. TECNOLÓGICO. DE MONTERREY "La Diáspora como Actor de las Relaciones Internacionales: Los Mexicanos en Estados Unidos". Biblioteca. Campua Qudad de Múleo. EGAP.. Goblemo y Política Pública TECNOLÓGICO DE MONTERREY. Ricardo González Aguilar. Proyecto de Investigación Aplicada Maestría en Estudios Internacionales Asesora: Dra. María Luisa Parraguez Kobek Fecha de término de tesina: Diciembre de 2011.

(2) Contenido Resumen ........................................................................................................................................................ 3 Introducción .................................................................................................................................................. 4 1. Ciudadanía y Migración ............................................................................................................................ 7 1.1. Ciudadanía y Estado ........................................................................................................................ 12 1.2. Multiculturalismo y Migración ........................................................................................................ 17 1.3. Acción colectiva............................................................................................................................... 22 1.4. Diáspora y Participación Ciudadana ................................................................................................ 24 2. La Inmigración Mexicana en Estados Unidos ¿la identidad latinoamericana? ....................................... 30 2.1. ¿Norteamericana? ............................................................................................................................ 32 2.2. Latinoamericana............................................................................................................................... 37 2.3. Mexicana ¿Diáspora? ........................................................................................................................ 42 3. Migración, Economía y Política en la Relación México-Estados Unidos .............................................. 49 3.1. La Presencia del Gobierno Mexicano frente a los Mexicanos en Estados Unidos .......................... 51 3.2. El Gobierno de Estados Unidos y la Población Mexicana en Es1ados Unidos ................................ 58 3.3. Organiz.aciones Mexicanas en Estados Unidos ................................................................................ 65 3.4. Sinergia con Organiz.aciones Latinas ............................................................................................... 70 3.5. Remesas: Democracia Millonaria .................................................................................................... 74 4. Conclusiones. Relación Bilateral y la Agenda Política de la Diáspora Mexicana en Estados Unidos ... 81 Bibliografía ................................................................................................................................................. 89 Fuentes electrónicas .................................................................................................................................... 93 Anexo I: Entrevista con el Profesor Robin Cohen ..................................................................................... 99. 2.

(3) Resumen 1 El presente trabajo inicia en su primer capítulo a partir de la presentación y desglose del liberalismo, el multiculturalismo y el constructivismo como una propuesta, usando otros autores para buscar los elementos necesarios que nos ayuden a entender el papel de las diásporas dentro de las relaciones internacionales, principalmente su trasnacionalidad multidimensional (económica, política y cultural). El segundo capítulo se avoca a desarrollar los conceptos de identidad, producto de un discurso específico, que se ha desarrollado en la región concentrándose especialmente en la norteamericana, la latinoamericana y la mexicana -que incluye tanto a migrantes como mexicanoamericanos con sus respectivas y pertinentes diferenciaciones-. El tercer capítulo se desarrolla en tomo a la relación con la diáspora mexicana en Estados Unidos con las instituciones políticas tanto en el país de origen como en el de destino, el debate que se desarrolla en tomo a ellos y la serie de actores que intervienen en el debate político alrededor de ellos. Se hace un tratamiento que permite percibir que la diáspora mexicana existe, pero recién comienza un proceso de institucionalización formal y autonomía. Si bien se trata de un grupo que siempre ha reaccionado a los impulsos externos, a partir de la apertura democrática en el sistema político mexicano se abrieron importantes canales de acción que consolidaron la construcción de una agenda trasnacional con un impacto en las políticas locales y regionales de ambos países. Finalmente, en las conclusiones, se abordan los resultados observados de la presente investigación con respecto a la diáspora mexicana, detallando sus insuficiencias y sus potencialidades para construir un rumbo propio, que requiere de colectividades sólidas y no solo de liderazgos huecos o mediáticos que no han rendido los resultados esperados con respecto a la adquisición de una verdadera relevancia política binacional.. 1. Todas las traducciones realizadas en el presente trabajo fueron realizadas por el autor y no por un traductor capacitado, por ello se previene al lector con respecto a los errores y omisiones de traducción que se hayan realizado.. 3.

(4) Introducción Las diásporas son uno de los elementos más importantes en el desarrollo de la historia contemporánea. De los temas más destacados porque se presentan ante el Estado-nación como grupos de interés que actúan dentro de ciertos territorios y fuera de su alcance con respecto a sus actividades políticas, sociales y económicas trasnacionales. Los grupos de inmigrantes están jugando papeles más significativos en la elaboración de políticas en el país de origen y el de destino, tanto a nivel local como federal, lo que se ejecuta simultáneamente en dos o más estados diferentes y facilitan, e incluso obligan, a ciertos gobiernos locales a envolverse en la dinámica de la política internacional. Tanto en México como en Estados Unidos, a nivel federal como local 2, se trata de leyes que apoyan sus desplazamientos y promueven su integración, así como leyes que los criminalizan. Los migrantes se han convertido en un actor político de relevancia en el debate institucional ya sea que se busque integrarlos, rechazarlos o simplemente olvidarlos. Cuando tales formaciones entran en conflicto con la sociedad que los hospeda, se tiende a la violación de los derechos o la profundización de la violencia institucional previamente establecida por el Estado, cuya base legitimadora es la nación y se justifica con la ciudadanía. Los migrantes construyen y fortalecen identidades que reaccionan al entorno que les rodea, tanto social como institucional, son actores políticos y económicos y en tales argumentos fundamentan y orientan sus intereses. "Los mecanismos de exclusión derivados de las actitudes y prácticas discriminatorias y xenofóbicas, pero también los que se desprenden de las distinciones que se basan en su condición migratoria, no son elementos suficientes para considerarlos al margen de la dinámica social en que están insertos" (Castillo, 2007, p. 309). Los migrantes mexicanos en Estados Unidos, al igual que otros grupos objeto del desplazamiento migratorio, son producto de una necesidad que demanda el abandono de la tierra con sus respectivas consecuencias, sociales, económicas, políticas y culturales. Los migrantes son observados desde el punto de vista del trabajo, pero no se toman en cuenta como actores que dentro de un proceso de transformación individual, transfiguran los espacios sociales de partida y los de llegada, su presencia -y ausencia- no pasa inadvertida y mucho menos es fútil. 2. En el presente trabajo, el nivel federal de gobierno hace referencia al central, especialmente dada la organización pol!tica de los países estudiados. 4.

(5) El trabajo los define, pero no los detennina. Se desenvuelven en una sociedad que poco a poco observa el creciente fracaso de las políticas neoliberales que se han probado como ineficientes y contradictorias en su naturaleza misma. Son individuos que presencian la debacle del sistema financiero anclado en las deudas impagables, al mismo tiempo que surgen discursos que culpan a los grupos vulnerables -los grandes perdedores del libre mercado- del fracaso de las instituciones y sus gobernantes. ¿Cómo es posible que los individuos sin derechos sean culpables del viaje sin rumbo de la democracia más grande del mundo? El equilibrio natural de la economía como lo proclama el capitalismo y lo diviniza el neoliberalismo no se ha presentado como tal, quizá porque no existe y al igual que el exceso del Estado intervencionista, el exceso del libre mercado son la peor solución a un problema sistémico de la economía nacional y global. Los migrantes mexicanos, por razones de pobreza, cuyo incentivo es laboral, se habían concentrado hasta hace poco en los problemas inmediatos, que se referían especialmente a resolver las motivaciones que los hicieron desplazarse. Sólo de la mano del proceso de democratización en México y el fortalecimiento del debate político estadounidense en tomo a ellos hizo que tales intereses trascendieran lo personal y se ubicaran dentro del marco de la trasnacionalidad política, económica e institucional. Es así que aquellos desempleados que una vez fueron considerados un problema, se convirtieron en los héroes que hoy desde el extranjero actúan en beneficio de las regiones de las cuales proceden. Los migrantes han observado y vivido el recrudecimiento de la política antiinmigratoria que ha tendido a la criminalización de los indocumentados, tanto a nivel federal como a nivel local, ello como una respuesta que consolida la diferenciación entre iguales a partir de la pertenencia al Estado-nación. La respuesta conciliadora de las posturas progresistas se diferencia en el discurso, pero no en la esencia. Los discursos asimilacionistas y multiculturales se han fortalecido y proliferado, con la intención de tender una línea de asistencia a la integración de los recién llegados, pero que exige la sumisión de estos de manera incondicional a las leyes y practicas sociales de quien les hospeda. El asunto de desplazamiento de grandes grupos nacionales es de llamar la atención, especialmente cuando este se da por medio de un fenómeno tan masivo como es el del caso mexicano que ha consolidado una fuerte red trasnacional. Misma que mueve recursos financieros que son de consideración cuando se compara con las aportaciones económicas de otras entidades federativas mexicanas. 5.

(6) Aun así el camino para la consolidación de una identidad, de instituciones y canales de participación política no ha sido sencilla y es muestra de la problemática a la que amplios grupos de personas se enfrentan diariamente cuando se encuentran en un abismo de indefinición política e indefensión institucional. Son un grupo que, si bien ha visto el aumento de sus derechos dentro de Estados Unidos, especialmente por las acciones que facilitan los derechos sociales y civiles, dejando los políticos de lado o acotados por parte de las autoridades mexicanas y algunas estadounidenses, lo cierto es que, fieles a una conducta reactiva, los han orillado a tomar acción para exigir la consolidación de los mismos. La formación del grupo de interés va de la mano con un acorralamiento, pero también con el arraigo de la democracia en México y la creciente importancia de las remesas dentro del marco de las políticas de desarrollo local. Existe una lógica de necesidad y creciente adquisición de poder que ha llevado a crear una serie de argumentaciones -unas verdaderas y otras falsasque han situado al grupo de migrantes como un importante actor de las relaciones entre México y Estados Unidos, especialmente porque como diáspora han pasado por un desarrollo histórico en el cual se les consideraba como un grupo no merecedor de las atenciones de ningún país Estados Unidos y México- unos demandaban la asimilación y otros ejecutaban el olvido. La construcción de la identidad social, cultural y política de la diáspora mexicana debe ser considerada como un accidentado de sarrollo histórico que ha construido una serie de discursos que han cohesionado y separado a una sola comunidad. Hoy en día se ha alcanzado un punto en el cual se ha consolidado una agenda compartida, una visión unida con respecto a ciertos aspectos como el voto en el extranjero, las políticas migratorias en Estados Unidos, la igualdad de oportunidades e incluso la unidad en la lucha laboral. En el presente trabajo, el capítulo primero, hace una revisión teórica del liberalismo, el multiculturalismo y el constructivismo, de manera que se logre amalgamar las propuestas con el objeto de insertar a las diásporas actuales dentro del marco de las relaciones internacionales. Posteriormente, en el segundo, capítulo se desarrollan los conceptos de identidad, producto de un discurso específico, pasando por los conceptos norteamericano, latinoamericano y mexicano. El tercer capítulo se desarrolla en tomo a la relación con la diáspora mexicana en Estados Unidos con las instituciones políticas tanto en el país de origen como en el de destino.. 6.

(7) l. Ciudadanía y Migración El debate actual entre migración y ciudadanía debe, necesariamente, insertarse dentro del marco de la globalización que para algunos resulta ser un concepto benigno cuyo objetivo es crear la utopía de la "aldea global", que poco se aleja de la otra gran utopía, aun ausente, de la mano invisible que ordenaría naturalmente las fuerzas del mercado, otorgando a cada quién en el mundo un lugar a ocupar dentro del entramado de la producción con puntos de equilibro que asemejarían a la consolidación de la democracia económica y por lo tanto la proliferación de la justicia social por medio del libre mercado; nada más alejado de la realidad. La segunda postura es precisamente la antítesis de lo que se ha presentado sobre la idea de la aldea global, es decir, la sobrexplotación y la acumulación de capital que ha promovido como nunca antes la desigualdad económica y social en todo el planeta. Las grandes metrópolis del sistema-mundo siguen siendo los polos que atraen el capital y flujos de personas, legales e ilegales, pero en un momento de crisis y de poco crecimiento, las reacciones contra los recién llegados parten de la base nacionalista como advertencia de no repartir la riqueza más que con los miembros exclusivos de cada Estado-nación con sus respectivas e inherentes modalidades de desigualdad. La globalización y la migración están transformando la ciudadanía en la medida en que transforman el Estado. El modelo clásico que concibe a la ciudadanía como una membresía exclusiva de un Estado particular ha sido cuestionado por la reciente ola de migración. Los migrantes se ubican en la interacción entre la extensión de derechos ciudadanos a los nacionales en el extranjero por parte de los países emisores y la atribución de derechos que otorga el país receptor a sus inmigrantes (Escobar, 2007, p. 231). Escobar (2007), posteriormente nos menciona que la dinámica de transformación de la ciudadanía se encuentra en constante cambio: "( ... ) los derechos ciudadanos son un terreno fluido que cambia de acuerdo a la [sic] relación de fuerza entre el Estado y sus ciudadanos." (p. 232) Prueba de ello son los diferentes procesos históricos de apertura democrática que ambos países han atravesado en los cuales el Estado se ha visto obligado a reconfigurar los derechos ciudadanos a causa de una participación ciudadana crítica y propositiva. Los sesentas para. 7.

(8) Estados Unidos y México y, posterionnente, los ochentas para éste último fueron de especial relevancia para tal transfonnación de la relación de poder entre ciudadanía y Estado. Hoy en día además de la democratización de las relaciones entre ciudadanía y Estado, los lazos de los migrantes con sus comunidades de origen en México se encuentran fortalecidos gracias a una serie de factores y medios que fomentan su presencia flsica y abstracta en las relaciones sociales y políticas de sus comunidades de origen. La creciente migración contemporánea, que se caracteriza por migrantes que conservan relaciones con el país de origen, hace que la atribución de derechos a migrantes en el país receptor tenga repercusiones a nivel de los derechos de estos migrantes en sus países de origen, ya sea por iniciativa del Estado o por demanda de la comunidad migrante (Escobar, 2007, p. 232). En México, la historia nos dice que la extensión de los derechos a los ciudadanos con residencia en el extranjero es producto de acciones llevadas a cabo por el Estado como por los propios ciudadanos en un fenómeno de institucionalización que ha desembocado en el involucramiento de los mismos en los asuntos políticos de la nación que los hospeda. Exigen una serie de derechos básicos que con el paso del tiempo de irán ampliando o reduciendo dependiendo de la coyuntura política y económica por la cual atraviesen en una relación por medio de la cual se rebasan los límites de los contenedores del Estado-nación y se asientan sobre la base de una sólida vida trasnacional. Esta perspectiva global, no obstante que ayuda a explicar los orígenes de la migración contemporánea y el marco legal internacional, falla al ignorar que estos cambios de ninguna manera significan la desaparición lenta del Estado como garante de derechos, sino su redefinición dentro de un nuevo orden global (Faist, 2004, citado por Escobar, 2007). Una de las principales consecuencias del fenómeno migratorio es el profundo debate que existe en tomo al reconocimiento de los derechos de los migrantes. Se trata de un tema que con el paso de los aftos ha ido adquiriendo fuerza. Kymlicka apuntaba las causas que han desencadenado el interés en torno al tema; entre ellas señalaba el creciente componente multicultural ( ... ),el fenómeno de las migraciones masivas, el resurgimiento de los movimientos nacionalistas, la crisis del Estado. 8.

(9) benefactor y su parcial desmantelamiento a partir de los añ.os ochenta, los conflictos étnicos, etcétera (Carbonell, 2001, p. 18). La crisis del Estado benefactor abrió la puerta a la instauración del modelo de desarrollo de corte neoliberal, lo que en importantes regiones del continente americano representó un choque cuyas consecuencias demandaban la adaptación o desaparición de diferentes instituciones que se habían consolidado como agentes promotores del desarrollo social y económico de la región. Tal impacto en México significó un notable crecimiento en la tasa de emigración hacia los Estados Unidos. Lo que convierte a la migración en un importante objeto de estudio, no sólo por lo que pude significar en términos de movimientos de población o envío de remesas, sino como seftala Carbonell (2001): Los movimientos migratorios parecen ser una seftal de nuestros tiempos, un fenómeno que con toda probabilidad va a ir en aumento en los próximos añ.os y que constituye un reto de primera magnitud para la acción y la teoría políticas. Por un lado, la inmigración supone acentuar el componente multicultural que ya existe en muchos Estados-nación. Por otro, desencadena una serie de exigencias de reconocimiento normativo muy importantes y, en buena medida, directamente ligadas al concepto de democracia que defienden los principales países receptores de inmigrantes. El debate que se ha desatado en tomo a la migración se inserta en un ambiente global en el cual se ha reflejado un constante rechazo por los inmigrantes como parte de los grupos minoritarios al interior de diferentes países como Francia en 2010 (Lissardy, 2010). En el caso de Estados Unidos se pueden encontrar otras representaciones, exclusivas de ellos, pero sin que sean ello diferentes de las que sucede en Europa. Un claro ejemplo de ello son los grupos de ciudadanos armados que patrullan la frontera con México suponiendo que al hacerlo "protegen a su nación" de los inmigrantes que vienen del sur cuyo mayor exponente es el Proyecto Minuteman que se incluye dentro de una serie de acciones de activismo vigilante que se han desarrollado en tomo a la frontera México-Estados Unidos desde los conflictos territoriales que se desarrollaron en tomo al despojo de territorio mexicano por parte de Estados Unidos en el siglo XIX. Las recientes acciones de activismo vigilante han levantado una serie de críticas por parte de los poderes ejecutivo y legislativo federal (Yoxall, 2006, pp. 520-521), pues las evidencias históricas nos demuestran que ciertos grupos de ciudadanos estadounidenses viven una histórica 9.

(10) guerra imaginaria sobre los movimientos poblacionales en la región, lo que ha desembocado ya sea en violencia física -el último linchamiento sucedió en 1928- (Yoxall, 2006, p. 523) hasta el establecimiento y uso de los mecanismos institucionales para el cumplimiento de tales fines; dejando claro que cuando éstos fallen los ciudadanos tomarán el asunto en sus manos (Yoxall, 2006). Esta situación se enfrenta a las exigencias sobre el reconocimiento normativo de muchos migrantes y sus simpatizantes con respecto a sus derechos. Carbonen (2001) lo plantea de la siguiente manera (pp. 19-20): 1. El reconocimiento de igual dignidad que deben tener todos los habitantes de un Estado; 2. El reconocimiento de la ciudadanía, es decir, la posibilidad de participar en la vida política del Estado en el que viven; 3. El respeto por sus tradiciones culturales y la creación de una serie de dispositivos jurídicos y de políticas públicas destinados a tutelarlas. No se trata de conceptos innovadores. Tampoco son razonamientos viejos y rebasados. En realidad, es una demanda que ha acompaftado a la sociedad a lo largo de su historia moderna. El reconocimiento de los derechos políticos y sociales es la piedra angular de la democracia moderna, no basta con la retórica de la libertad y la igualdad. La respuesta para la realización de tales principios se encuentra en el ejercicio de la democracia con un principio de tolerancia y de igualdad que plantean los razonamientos más importantes con respecto al modelo liberal democrático, pero que indispensablemente se debe alejar del concepto de nación que se ha venido aplicando durante los últimos siglos. Así, el análisis que se pretende realizar se enfoca en la forma por medio de la cual, primero, se socavan los derechos de los inmigrantes en Estados Unidos, con un especial enfoque en los mexicanos, a los que se les acusa injustamente de no querer adaptarse, es decir, no querer renunciar a su identidad que es producto de una herencia cultural. A dichos migrantes no siempre les son respetados sus derechos humanos (por su calidad de no nacionales). Además, los que han podido legalizar su situación sufren cierta indefinición cultural, sometidos a la tensión de mantener sus costumbres originales por un lado, y de asimilarse a la poderosa cultura norteamericana para poder trabajar e ir a la escuela, por otro (Carbonell, 2001, p. 23).. 10.

(11) Los grupos de inmigrantes en las sociedades modernas cobran cada día más importancia y están jugando papeles más importantes en el desarrollo de las arenas políticas en diferentes niveles. Por un lado, se encuentran con mayor voluntad y capacidad para influir en la política exterior de su país de residencia hacia su patria: por el otro, comienzan a aumentar su nivel de influencia en sus Estados de origen en asuntos de ciudadanía o de residencia dependiendo del enfoque que se le quiera dar. El impacto político de los movimientos migratorios es un campo reciente con grandes potenciales para su investigación. Como sefiala Hollifield, "tiene que ver con el impacto de la migración internacional sobre la soberanía y la seguridad del estado-nación, el control de sus fronteras, la política exterior, la seguridad interna, la administración de las migraciones de entrada y salida, la asimilación y ajuste de los migrantes, los enclaves étnicos, la ciudadanía y el comportamiento político, económico y social de los migrantes" (Citado por Herrera, 2006, p. 180). Estos elementos se ven fortalecidos por la retórica del temor que se ha desarrollado en tomo a los movimientos migratorios que ha permitido el crecimiento de manifestaciones en contra de las corrientes migratorias y que ataca directamente a las minorías en los países receptores. Tal situación, de acuerdo con Myron Weiner, "constituye un reto incuestionable a la estabilidad y la seguridad internacional, sobre todo en las áreas donde conviven y están situadas las fronteras de muchos países" (Citado por Herrera, 2006, p. 181 ). Lo que queda aún más remarcado con lo que Huntington seftala: "el descuido en controlar las fronteras de los Estados Unidos significa el riesgo más grande para la seguridad nacional de ese país" (Citado por Herrera, 2006, pp. 181-182). Lo que es concordante con la conclusión de Arthur Schlesinger Jr. que nos dice que una de las mayores amenazas para el país es el aumento de la multiculturalidad, pues esta lleva a la desunión (Citado por Herrera, 2006, p. 182). Argumentos como los anteriores ponen en el centro del debate la figura de la ciudadanía, de sus alcances de participación y de las características que los individuos deben cumplir para adquirirla o nacer con ella. Ello, concentrándonos en la idea de que bajo el modelo actual del Estado-nación, como sefiala Shue, "los compatriotas tienen prioridad" (Citado por Beitz, 1983, p. 593) nos deja la interpretación, bastante adecuada, de que los asuntos de los extranjeros se tratan de forma diferente a los de los ciudadanos propios (Beitz, 1983); en otras palabras: existe una jerarquía impuesta que determina las relaciones de poder entre los individuos, que, por lo tanto, rompe con cualquier aspecto de igualdad pronunciado previamente por las instituciones 11.

(12) democráticas que indispensablemente se articulan, alimentan y legitiman a través del Estadonación.. 1.1. Ciudadanía y Estado La ciudadanía es un concepto que adquirió gran fortaleza durante el siglo XIX -y parte del XVIII-, una característica sobresaliente para su fortalecimiento es el establecimiento de las repúblicas modernas. Dentro de tales contextos -en los que la soberanía pasó de la monarquía a la ciudadanía- se fundamentó la identidad para establecer sus límites de acción, con ello, la nación adquirió un nivel de importancia primario tanto para el ciudadano como para el Estado (Bloemraad, 2004, p. 392). "Brubaker propone que el ideal de un típico modelo de ciudadanía tradicional sugiere que la membresfa es igualitaria, sagrada, nacional, democrática, única y socialmente consecuencia)" (Citado por Bloemraad, 2004). Una definición de lo que se pretende entender por ciudadanía en el presente trabajo es lo propuesto por Enslin (Citado por Hamish y Knight 2006, p. 653) sobre la ciudadanía en una democracia: a) Otorga estatus de membresía a individuos dentro de cierta unidad política; b) Confiere identidad; c) Constituye una serie de valores, usualmente interpretados como compromisos con respecto a bienes comunes dentro de cierta unidad política; d) Incluye determinado grado de participación en el proceso de la vida política; e) Implica obtener y usar el conocimiento y comprensión de las leyes, documentos, estructuras, y procesos de gobierno. Entendimiento que debe ir acompaflado de las categorías históricas de la expansión de la ciudadanía propuestos por T. H. Marshall (Citado por Hamish y Knight, 2006, pp. 653-654) (Escobar, 2007, p. 234) que son: •. Ciudadanía Civil, que son los derechos individuales de la expresión, fe, y propiedad;. •. Ciudadanía Política, que se refiere al "derecho a participar en el ejercicio del poder, como miembro de un cuerpo investido con un autoridad política o como elector de los miembros de tal cuerpo";. 12.

(13) •. Ciudadanía Social, "desde el derecho a un mínimo de bienestar económico y seguridad, sobre el derecho a compartir plenamente la herencia social y a vivir una vida civilizada de acuerdo con los estándares que prevalecen en la sociedad".. El tipo de ciudadanía y Estado que estamos por analizar se sustenta en la práctica de la democracia liberal, por ello resulta importante describir sus principios, pero especialmente resaltar aquellos aspectos que nos resultan importantes para el desarrollo del presente análisis. Para ello seguiremos a Kymlicka & Straehle (2001) en algunos aspectos debatidos por como (pp. 48-53): a) Justicia social. Involucra aspectos como la justicia redistributiva, la cual requiere: A) igualdad de oportunidades para adquirir las aptitudes y acreditaciones necesarias para participar en la economía moderna, y para competir por trabajos apreciados; B) un sistema de derechos sociales para cubrir las necesidades básicas de las personas, protegiéndolas de ciertas desventajas y vulnerabilidades (Kymlicka & Straehle, 2001, p. 48-49). Sobre la justicia social encontramos que un tipo de argumentación a favor de la formación de una sola identidad tiene su ancla en la idea de que lo que hacemos hoy, por ejemplo, en materia de ahorro para el sostenimiento de nuestra sociedad, es porque lo estamos haciendo por uno de "nosotros" -por el sustento de la nación-, y, por lo tanto, para asegurar su sobrevivencia en el futuro. En este caso el sentimiento de la identidad se vuelve necesario como aglutinador social para perseguir un fin común. b) Democracia deliberativa. La democracia liberal está, por definición comprometida con la democratización. Pero para los liberales, la democracia no es sólo una fórmula para agregar votos: es también un sistema de deliberación y legitimación colectiva que permite a todos los ciudadanos utilizar su razón en la deliberación política. El momento concreto de votar ( ... )es únicamente un componente de un proceso más amplio de autogobiemo democrático. Este proceso se inicia con la deliberación pública sobre asuntos que necesitan ser atendidos y sobre las opciones para resolverlos. Las decisiones que resultan de esta deliberación son legitimadas con posterioridad, sobre la base de que reflejan la voluntad y el bien común del pueblo como un todo, no únicamente el interés propio o lo caprichos arbitrarios de la mayoría (Kymlicka & Straehle, 2001, pp. 51-52). A lo que se debe de sumar la idea de que sólo entre iguales la comprensión con respecto a los principios políticos y el ejercicio de la comunicación puede ser comprendido, lo que nos lleva 13.

(14) a la instauración de un solo idioma para todos. Bajo esta idea, la democracia deliberativa requiere de un alto nivel de confiabilidad, la cual según el argumento nacionalista sólo puede ser auspiciada por una identidad nacional común, desembocando desde el siglo XIX en los nacionalismos fundamentados en la creación dentro del imaginario colectivo de la idea de ser un "pueblo" en el cual residía la soberanía, el objeto de la lealtad, y la base de la solidaridad colectiva (Kymlicka & Straehle, 2001). c) Libertad individual. Parte de una ligera contradicción que a la larga puede convertirse en una enorme bola de nieve argumentativa y conflictiva ya que •·et nacionalismo tiende a asumir que la identidad de las personas está indisociablemente ligada a su nación, y que la gente puede llevar vidas con sentido únicamente dentro de su propia cultura nacional" (Kymlicka, 2001 & Straehle, p. 55), lo cual en principio contradice el entendimiento más básico de los fundamentos del liberalismo. Es así que podemos comenzar a dilucidar que el discurso de la ciudadanía es un argumento que en la práctica se fundamenta en ciertas contradicciones que giran en tomo a la indisociable. dicotomía. que. impone. el. Estado-nación. que. es. el. universalismo-. particularismo/igualitarismo-exc/usión. Todo ello se construye con base en el desarrollo argumentativo de lo que los ciudadanos entienden y producen como la comprensión común de ciudadanía, que se respalda en el intrínseco acuerdo colectivo del entramado social a través de las instituciones públicas que los representan. Esos discursos, "no se componen de palabras escogidas aleatoriamente; de hecho el discurso es producto de circunstancias históricas y sociales que proveen las prácticas discursivas -terminologías, valores, estilos retóricos, hábitos y verdades- que construye" (Cherryholmes citado por Hamish y Knight, 2006, p. 655). Tales discursos son la base de la ideología que otorga una hoja de ruta para el comportamiento de los individuos en mundo (Hamish & Knight, 2006). "Las ideologías son marcos de pensamiento y cálculo con respecto al mundo -las 'ideas' que la gente usa para descifrar cómo el mundo social funciona, cuál es su lugar en él, y lo que ellos deben hacer" (Hall citado por Hamish y Knight, 2006). La construcción de la ideología, que va de la mano con la construcción de la identidad nacional, funciona como un agente que consolida nuestra pertenencia a través de la constante afirmación discursiva, que va de la mano con el indispensable ejercicio de la diferenciación y separación práctica (social) y (abstracta) institucional con respecto del "otro". "La ciudadanía es 14.

(15) selectiva porque ofrece inclusión dentro del sistema político, pero no necesariamente dentro (cualquiera de los demás sistemas de) la sociedad; es universalista porque, en principio, provee a todos con una membresfa en un Estado-nación." (Halfmann, 1998, p. 514) Tal situación se ve cuestionada, y exacerbada en sus contradicciones, por los movimientos migratorios, los cuales con su intensificación acentúan la naturaleza contradictoria de la ciudadanía. Ello porque, con notorias diferenciaciones, los inmigrantes son sometidos a un otorgamiento de derechos recortados. Hal:finann ( 1998) nos dice que pueden ser incluidos en un sistema laboral e incluso de salud, pero no el sistema político del país en el que residen. En otros términos, dentro del sistema liberal y capitalista, se les reconocen sus derechos económicos, y desde luego su capacidad productiva que va de la mano con la obligación fiscal, pero no se les otorga voz sobre esos y otros temas que les conciernen. Esta diferenciación entre lo político y lo económico en la naturaleza del individuo en el sistema político ha devenido en una serie de conflictos tanto en la patria como en el país de residencia. Esto se debe principalmente, como es el caso de los mexicanos en Estados Unidos, a que los emigrantes son parte importante de la actividad económica en el país, además de que, dentro de esa misma dinámica financiera, funcionan como agentes multidimensionales, ya que son palancas de desarrollo, fuertes contribuyentes en materia de finanzas públicas y privadas por la gran inyección de dinero que representan cada afio para la economía nacional, válvula de escape para evitar el conflicto social ya que su ausencia en México evita que se vea la verdadera pauperización de amplias regiones del país y, a pesar de todo ello, son simplemente ciudadanos con enormes limitaciones para la participación política en México; por no mencionar su exclusión en Estados Unidos. La ciudadanía ha sido considerada como una fuerza progresiva al interior de los estadosnación. El deseo de una ciudadanía completa ha animado luchas de parte de la clase obrera, las mujeres, y las minorías etnoraciales buscando los mismos derechos y estatus legal de sus compatriotas (Bloemraad, 2004, p. 390). Lo anterior resulta ser compatible con las categorías de Marshall (Citado por Hamish y Knight, 2006, pp. 653-654), pero que refleja el espectro limitado de la ciudadanía pues, en primera instancia, al vincularse con la nación, ésta sólo se puede desarrollar al interior de las fronteras de los estados-nación, con el acompaftamiento de los condicionamientos de nacimiento 15.

(16) (ius so/i) y de herencia (ius sanguim) lo que en opinión de algunos autores como Careos termina determinando la existencia de una ciudadanía que en las democracias occidentales es el "equivalente moderno del privilegio feudal, una condición heredada que aumenta las oportunidades del individuo" (Citado por Bloemraad, 2004, p. 390). La migración en éste sentido plantea un reto para los pasados modelos de ciudadanía que se han desarrollado en el mundo. Los migrantes no son herederos de, ni nacieron con la nacionalidad del Estado que los hospeda. En algunos casos pueden optar por obtener la ciudadanía, pero no dejan de ser un elemento distinto que no se inserta dentro de los decálogos de la nación de destino. Entonces surge una problemática que gira en tomo a la idea de la adaptación, como una vaga aspiración sobre la renuncia del recién llegado a su identidad y la voluntariosa adopción de una nueva identidad, lo cual, en teoría, queda consagrado con la obtención de la ciudadanía (Bloemraad, 2004, pp. 392-393). Entonces surge la pregunta sobre la integración de los migrantes que se relaciona directamente con las condiciones estructurales de la sociedad y el Estado receptor. Es ahí en donde aparecen algunos elementos a considerar en el marco de la identidad y la ciudadanía que se vinculan con la marginación a la que muchos inmigrantes son sometidos, la cual se acentúa cuando se trata de un grupo migrante masivo que llega en condiciones de desventaja económica y legal; los inmigrantes que encuentran su motivación al desplazamiento en la pobreza o la expulsión forzada de sus hogares son principalmente quienes sufren este tipo de condiciones. En la migración mexicana hacia Estados Unidos, encuentra el fundamento de la corriente migratoria en la dinámica de mercado que ha impuesto el capitalismo y que se acentuó durante la segunda mitad del siglo XX. "Debido a la estructura centro-periferia de la sistema económico internacional, los migrantes de los países en desarrollo se ven forzados a encontrar empleo en el mundo desarrollado" (Bloemraad, 2004, p. 394) (ver Herrera, 2006, p. 189). La perspectiva se inserta, de lado de la economía mundial en la teoría de los sistemas mundial propuesta por Wallerstein en 1974. "El modelo reproduce la situación característica de la relaciones de dependencia en su aspecto de penetración del capital productivo en enclaves coloniales y en países subdesarrollados y neocoloniales" (Herrera, 2006, p. 189). Este sistema mundial fomenta cambios en los países pobres que crean una población siempre disponible para la emigración hacia los centros industrializados procedente de la periferia y semiperiferia (Herrera, 2006, p. 190).. 16.

(17) Tal situación remite naturalmente a un gran espectro de los inmigrantes a la marginación laboral, lo que los lleva a construir una relación que fortalece sus lazos con su lugar de origen estimulando actividades como el envío de remesas y acciones emprendedoras que terminan por fomentar una identidad trasnacional que va más allá del clásico modelo del contenedor del Estado-nación el cual reclama para sí mismo lealtad absoluta (Bloemraad, 2004, p. 394). Sin embargo, la lealtad que reclama el Estado, no es compatible con los fenómenos de desplazamiento que se han acrecentado en los últimos aftos. La base de la argumentación se encuentra en los derechos humanos, es decir, para vencer la lógica nacionalista, lo que se intenta, no sin encontrar resistencia del Estado-nación, es aplicar los compromisos de derecho internacional a los que se ha comprometido. Como recurso normativo, los derechos humanos proveen a los migrantes con un discurso para hacer exigencias sin importar el estatus de su ciudadanía. Los políticos 'encuentran mucho más dificil negar los derechos sociales y civiles -aquellos directamente vinculados con la persona, tales como las libertades individuales y un mínimo de calidad de vida- a los nuevos grupos, incluso si ellos no pertenecen a la política nacional formal' (Bloemraad, 2004, p. 396). Si seguimos el desarrollo histórico de Marshall, lo que estamos presenciando es la expansión de la libertad de los individuos frente al poder del Estado, porque se evidencia que la nación no es suficiente para determinar los derechos a los que los individuos pueden acceder, con ello, se presenta un cuestionamiento sobre la naturaleza del razonamiento del Estado-nación y a partir del mismo el desarrollo y análisis de nuevas alternativas que orientadas al reconocimiento y la práctica de nuevas formas de ciudadanía que demandan la transformación del Estado anclado en la identidad.. 1.2. Multiculturalismo y Migración Dentro de las sociedades modernas, los inmigrantes están cobrando, cada vez, mayor importancia debido a que se han convertido en actores clave en lo que tiene que ver con las relaciones políticas que establecen tanto en su lugar de residencia como en su lugar de origen. El impacto de los inmigrantes en la elaboración de las políticas públicas en diferentes países por la movilidad de las personas entre estos es evidente; al menos, a partir de lo que reflejan los debates su alrededor es que mientras más grande es el grupo de migrantes, más fuerte es el debate que. 17.

(18) gira en tomo a ellos, y mientras más económicamente importantes sean, más peso tiene su opinión e inclinación política. Entonces, el impacto de las acciones tomadas tanto por los grupos de inmigrantes como los gobiernos que interactúan con ellos es de gran relevancia dentro del marco de las relaciones sociales y económicas que se crean entre ellos. La democracia, que rompe con la exclusividad del Estado-nación y afirma su pluralidad, aparece ante nosotros como un concepto que ha ido adquiriendo fuerza, y que para el análisis de los grupos de inmigrantes en cualquier parte del mundo puede ayudar a comprender las razones de su existencia y a resolver algunas de las problemáticas que surgen alrededor de ellos. Ya antes lmmanuel Kant había visto cuál sería la idea rectora de esta Gran Política [propuesta por Nietzsche]: 'Pensarse como miembro conciliable con una sociedad cosmopolita según el derecho de ciudadanía es la idea más sublime que el hombre pueda tener de su determinación, una idea en la que no puede pensarse sin entusiasmo' (Beck, 2004, p. 24). Parece pertinente abordar el tema de la migración y especialmente el de la formación de un grupo con una identidad específica partiendo del hecho que el Estado-nación se encuentra en algunas de sus dimensiones rebasado para comprender y solucionar los problemas a los cuales se enfrenta día a día. En retrospectiva, podemos observar dos tendencias poderosas en los dos últimos siglos en Occidente: 1) el casi universal reordenamiento del espacio político, que ha pasado de un embrollo confuso de imperios, reinos, ciudades-Estado, protectorados, y colonias, a Estados-nación, todos los cuales han emprendido políticas de 'construcción nacional' dirigidas a la difusión de una identidad nacional, cultura y lenguajes comunes, y 2) el reemplazamiento casi universal de todas las formas preliberales o no democráticas de gobierno( ... ) por sistemas de democracia liberal (Kymlicka & Straehle, 2001, p. 47). La propuesta se orienta a romper con la percepción estatocentrista con la que se aborda la problemática de la migración entre México y Estados Unidos y acercarse por medio de la identificación de las identidades que fortalecen la presencia y relevancia política de los inmigrantes en la región. Por lo tanto, se plantea una doble propuesta sobre estos elementos para la creación de una agenda particular que responda a las dimensiones de su condición trasnacional. 18.

(19) y que lejos de plantear desafios a la lealtad, presentan marcos de oportunidad y fortalecimiento de los derechos poHticos, con un eje de derechos humanos en la región. Lo anterior porque la realidad demuestra que el argumento de una identidad única se disuelve conforme las fronteras se acercan y lo que en realidad encontramos es un complejo sistema de múltiples y diversas identidades que se encuentran al interior de los contenedores del Estado-nación (Adamson & Madeleine, 2007, p. 493). Sin embargo, la idea del nacionalismo sigue siendo una condición que da vida al Estado, o al menos así se quiere transmitir la idea ya que es en la población de una nación de donde emana su legitimidad frente a sus ciudadanos y los otros, ya sean personas o Estados, o cual ha derivado en la unidad analítica por excelencia de las relaciones internacionales relegando a otros actores. "De acuerdo con el ideal nacional, la política exterior debe 'promover los intereses de un determinado grupo de seres humanos, unidos por la liga de la identidad común'; de acuerdo con el ideal cosmopolita, éste debe ser imparcial para promover los intereses de todos" (Beitz, 1983, p. 591). Para ello como sef'lala Beck (2004), debemos aceptar que el nacionalismo metodológico, como una fuente de errores (p. 82). Parte de una serie de ideas entre las que afirma que "los conceptos tradicionales, como política interior y política exterior o sociedad y Estado son cada vez menos apropiados para abordar analíticamente los desafios asociados a la globalización y al gobierno deslimitado" (Grande & Risse citado por Beck, 2004, p. 83), que van acompaf'lados de una visión más positiva de lo que se considera la destrucción y socavación del Estado con respecto a la trasnacionalización del comercio y del derecho, lo que nos puede llevar a la creación de sociedades más plurales desembocando en la cosmopolitización del Estado (Beck, 2004). Otro elemento importante es que la globalización, económica, cultural y política deviene en la transformación del concepto de Estado. "Las llamadas consecuencias de la globalización consiguen desde fuera y por todo el mundo lo que los movimientos revolucionarios no pudieron y que era impensable para Max Weber: agrietar la férrea cápsula de la sumisión al Estado nacional y abrirla a lo político" (Beck, 2004, p. 84) y con ello permitir la entrada en la escena de lo político a los diversos actores de la sociedad y sus estructuras organizadas (Beck, 2004). La dinámica que se ha desarrollado en torno al Estado-nación, ha limitado el desarrollo de las minorías nacionales con el argumento de fortalecer y fomentar la unidad nacional, por ello se ha vuelto necesario cultivar la idea de que no existe tal elemento como la pertenencia a una 19.

(20) nación distinta, de hecho lo que se trata de hacer es fomentar las identidades como elementos subnacionales que forman a la nación mayor; para ello, se requiere destruir las naciones anteriores (K.ymlicka & Straehle, 2001, p. 64-65). Aun así, es importante sefl.alar que nuestro grupo de estudio no cuenta reivindicaciones autonomistas, sino de una integración plena, pero con la salvedad de conservar su identidad. Ni con Estados Unidos, ni con México, lo que se reclama no es la existencia de una nación diferente, sino la relevancia de una comunidad que comparte y enaltece los mejores valores de ambas naciones. Una de las propuestas es recurrir al fortalecimiento de las instituciones internacionales con respecto a los Estados. Sin embargo, se encuentra limitada, y su más severa crítica es la ausencia de espacios democráticos para ser influidas por los individuos, lo que finalmente se refleja en déficit de legitimidad ciudadana. Como sefl.ala Held, y respaldan Kymlicka y Straehle, el Estado-nación debe abrirse a la participación de organizaciones políticas de otras naciones con impacto a nivel internacional, que sean representativas y que permitan, por lo tanto, ampliar el campo de la participación política dentro de un contexto democrático (Held citado por Kymlicka & Straehle, 2001, p. 83).. Los derechos que emanan del supuesto entorno democrático, son entendidos por Held como democráticos, con ello rompe con la idea de que son otorgados por el Estado-nación y reduce su papel al de garante de los mismos. Es posible entonces interpretar que con una situación así, los derechos humanos adquirieran preponderancia verdadera y no solo retórica frente al Estado; y con ello la diferenciación entre ciudadanos e inmigrantes se borraría de los principios legales de los Estados con lo que la base de la prácticas discriminatorias quedaría borrada del marco legal nacionalista que debilita la autonomía de los individuos (Kymlicka & Straehle, 2001, pp. 85-86). La idea de la comunidad mexicana en Estados Unidos no es un invento reciente, sino un producto histórico que se puede rastrear claramente hasta el siglo XIX cuando México perdió la mitad de su territorio. La expansión e imposición de la identidad estadounidense intentó borrar las bases de la identidad mexicana en la región, pero la lógica de los movimientos migratorios hacia el norte, junto con una práctica política y social de exclusión reforzaron los mecanismos identitarios de los inmigrantes en el país, especialmente en las regiones de alta concentración de mexicanos que tradicionalmente, e incluso lógicamente, se han asentado en el territorio que colinda con la frontera mexicana. 20.

(21) Delgado y Márquez (2007), califican a la inmigración mexicana en Estados Unidos como la diáspora más grande en el mundo concentrada en un solo país. Sin embargo, su principal característica es que a pesar de ubicarse en un territorio en el que cuentan con un importante antecedente histórico que respalda su presencia y desplazamiento, es la demanda laboral la que determina su presencia. Por lo tanto, esta última es la relación por medio de la cual la diferenciación se lleva a cabo a partir de una base discriminatoria (p. 144). Su marginación se ha reflejado especialmente en los ingresos económicos, los bajos niveles de escolaridad y su baja participación política, que en términos reales es reflejo de un trato diferenciado, especialmente en lo que se refiere a igualdad de oportunidades. Tal situación no es exclusiva de Estados Unidos, de hecho, cabe recordar permanentemente durante el análisis de este tipo de fenómenos, que los desplazamientos migratorios son producto de la desigualdad y la pobreza en el país de origen. En cierta forma es una estrategia para huir de la profunda pauperización a una llana pauperización. Por lo tanto, el escenario de indefensión presenta a un grupo de personas importante, no por su influencia, sino por su subordinación. A pesar de ello, no dejan de tener características económicas, demográficas y argumentativas que en pleno ejercicio de sus capacidades los podrían llegar a convertirse en importantes jugadores de la relación bilateral México-Estados Unidos. La diáspora no cobra importancia ni influencia por sí misma; para determinar si ésta es importante y capaz de fijar ciertos aspectos de la política exterior de un país es importante observar su comportamiento, sus intereses, sus liderazgos y sus propias instituciones. Se debe resaltar que el proceso por medio del cual cobra importancia una diáspora es a través de negociaciones, explícitas e implícitas, que demandan una mayor influencia de su parte en la elaboración de la política exterior. Como reacción o respuesta al proceso de integración social descendente, la población de origen mexicano fortalece sus redes sociales y más recientemente ha desarrollado múltiples y variadas formas de organización. El espectro organizacional abarca desde clubes y federaciones hasta sindicatos y medios de comunicación (Delgado & Márquez 2007, p. 144). México, a través de su población cumple el papel específico de proveer a la región norteamericana con mano de obra barata, sea por medio de los procedimientos legales o ilegales, es un papel que inició en el siglo XIX, pero que se fortaleció definitivamente en el siglo XX, 21.

(22) especialmente después de la Segunda Guerra Mundial con lo que se ha consolidado una clara relación de interdependencia asimétrica (Faret, 2006, p. 183). Como Massey (2007) apunta, la dinámica que se ha desarrollado en la región es de inclusión y exclusión, en la cual se fomenta la idea de la integración en términos económicos con una fuerte base de comercio y negocios regionales con proyección local e internacional. Sin embargo, al mismo tiempo se trata de impedir por todos los medios el libre flujo de personas, en gran parte porque se trata de mantener una condición de desigualdad que se refleje en el costo de la mano de obra (pp. 314-322). Tal condición de demanda de la mano de obra barata se debe a una bifurcación del mercado laboral que termina por crear un mercado primario para los trabajadores nativos, que en general cumple con todos los requisitos y derechos que se les otorgan por ley a los trabajadores en el mercado local. Otro mercado es el secundario, en el cual otorgan un pago inferior al de los mercados primarios, poca estabilidad y pocas oportunidades de crecimiento, lo que resulta ser muy poco atractivo para los trabajadores locales y que en consecuencia crea demanda para la mano de obra inmigrante (Massey, 2007, p. 305). Está bifurcación de mercados laborales en los países centro instrumentaliza otras lógicas discriminatorias en la sociedad receptora y que complican la relación que se establece entre la sociedad receptora y el inmigrante. Los reflejos no sólo los podemos encontrar en las prácticas sociales, las cuales pueden ser variadas y, en general, dificilmente identificables en términos generales. La discriminación no se identifica tan fácilmente en las relaciones de convivencia, pero sí en las relaciones económicas que terminan por crear en los mercados capitalistas divisiones sociales determinadas por el nivel de ingreso.. 1.3. Acción colectiva A finales del siglo XX se da el surgimiento de un nuevo paradigma político determinado por un continuo crecimiento en las tasas de participación política, característica de la nueva sociedad post-industrial, cuyo principio axial está basado en la participación de la ciudadanía en la vida política de la sociedad de la que forman parte (Melucci, 1996). Dicho aumento en la participación no solo se refiere a la cantidad de individuos involucrados en una acción política, sino también la calidad de su participación a través del aumento de las formas de participación, las cuales, en ocasiones iban más allá de las formas convencionales conocidas hasta entonces.. 22.

(23) Las acciones estaban orientadas a influir refonnar o cambiar al sistema, utilizando los canales no institucionales como los espacios para concretar sus demandas. Los movimientos sociales hoy en día funcionan como advertencias, síntomas de la enfennedad que el sistema sufre, se trata de la expresión de las insuficiencias que provocan reacciones sociales colectivas, mismas que se traducen en demandas o acciones alternativas para solucionar los vacíos provocados por el mal funcionamiento del entramado social en lo general. Son anuncios de lo que sucederá en un futuro, una exigencia de solución a problemas a los que todos, en un futuro, tendremos que enfrentar como una colectividad. Son los profetas sin encanto. No poseen el poder del aparato del Estado, sino el de la palabra, la palabra de un futuro que ya se hace presente (Melucci, 1999, p. 11). Los movimientos sociales contemporáneos, a diferencia de los movimientos en el pasado que se caracterizaban por dirigirse al sector político y gubernamental, además de no contar un trasfondo cultural definido que los soportara, tienen como característica principal la construcción de redes de solidaridad, de participación entre sus miembros, mismas que tienen fuertes vínculos culturales y significaciones que les dan fortaleza dentro de la diversidad de actores políticos y organizaciones que los rodean. No son entidades que se mueven por metas comunes marcadas por las ideologías. Los movimientos son sistemas de acción, redes complejas entre distintos niveles y significados de acción social. Para ellos el espacio social no coincide con las fonnas tradicionales de organización política, de solidaridad o de representación política. Su estudio nos arroja a un cambio dentro de nuestro universo conceptual (Melucci, 1996). Los movimientos sociales contemporáneos son heterogéneos, cuentan con formas de acción múltiples y variables, lo cual, con el fin de lograr un análisis de los mismos, nos obliga a hacer distinciones entre el conflicto y la fonna en que ciertos grupos toman acción frente a ellos. Los conflictos sociales y las acciones que se producen como reacción fonnan parte de una gran pluralidad de actores, todos unidos bajo una misma causa y no como un grupo plenamente unificado y homogéneo. Dichas características -a las que se les debe sumar la dualidad de su condición local y global- hacen que el análisis de un movimiento social y sus acciones sean estudiados considerando no solo a los actores, sino las razones de su participación como miembros individuales con un fin común. Dejan de ser aquellos que sólo se organizan contra lo político o lo gubernamental.. 23.

(24) Generalmente son considerados o medidos por su función o su capacidad, en respuesta a la necesidad de soluciones inmediatas, para modernizar las instituciones o producir reformas políticas. Pero esto ignora que la reducción de los movimientos sociales contemporáneos únicamente a las cuestiones políticas es suprimir el mensaje contenido dentro del mismo. Hoy la acción humana es capaz de crear su propio espacio cultural. El planeta ya no solo asigna un espacio flsico, también es un espacio social unificado que es cultural y espacialmente percibido. Los movimientos sociales se enfrentan al desarrollo de las tecnologías de la comunicación, la creación de un sistema de medios global, la desaparición de las coyunturas políticas históricas y el choque de diferencias culturales al interior de las sociedades nacionales y a escala global (Melucci, 1996). Nunca antes la humanidad había sido expuesta a éste tipo de confrontación recíproca, nunca la cultura había sido la base para la producción y el consumo. El surgimiento de los movimientos sociales es hoy día bajo ejes que cuestionan el lenguaje dominante, las formas de organizar la información y las prácticas sociales. Los movimientos contemporáneos, como todos los fenómenos colectivos, unen formas de acción que abarcan varios niveles de la estructura social. Mismos que abordan distintos puntos de vista y periodos históricos. Hoy nos encontramos envueltos en lo que Melucci ( 1996) califica como un "sistema social planetario".. 1.4. Diáspora y Participación Ciudadana El estudio de la diáspora puede ser destacado porque se trata del análisis de un grupo que se caracteriza por la creación de redes de cooperación que fácilmente tienden a ser trasnacionales además de contar con la peculiaridad de cubrir espacios dentro del Estado-nación, pero que sencillamente no se atienen a éste, lo rebasan y desarrollan mecanismos flexibles para su funcionamiento y con base en la ausencia de una territorialidad y la identidad rompen con los espacios tradicionales concebidos por las teorías estatocentristas (Adamson & Madeleine, 2007, p. 493).. El posicionamiento complejo y flexible de las diásporas étnicas entre los países anfitriones y las patrias constituye así un prototipo para varios tipos de coordenadas utilizadas por unidades sociales e individuos para definir, centrar y (de ser necesario) 'deslocalizar' sus actividades e identidades, y que los científicos sociales pueden emplear. 24.

(25) al analizar la relación entre insiders (residentes o personas de adentro) y outsiders (forasteros) y entre el Estado y la sociedad (Safran, 2011, p. 44). Lo que se pretende con el análisis de la diáspora es consolidar la ciudadanía social regional, que beneficie específicamente a la diáspora mexicana en Estados Unidos usando a los dos Estados involucrados, no como un fin, sino como un medio para alcanzar metas que fortalezcan los principios de la democracia liberal. Negamos el trato de la diáspora como grupos que desafian la legitimidad del Estado-nación y afirmamos su progresivo fortalecimiento como agentes políticos en las escenas nacionales e internacionales. Vervotec (1997) destaca que diáspora es un término usado hoy para prácticamente describir a cualquier población que sea considerada desterritorializada o trasnacional -eso es, los que se han originado en una tierra diferente a en la que actualmente residen, y cuyas redes sociales, políticas y económicas cruzan las :fronteras de los estados-nación o, de hecho, abarcan el globo (Adamson & Madeleine, 2007, p. 498). Robin Cohen (2011) dice que la imagen de la importancia de una diáspora es una nueva idea: Una forma de responder es que históricamente no son muy importantes, porque hace muchos afl.os cuando se dejaba el país, eran concebidos como traidores de la nación. Hoy en día, los Estados están muy interesados establecer vínculos con sus diásporas en el exterior. Se puede tomar como ejemplo a India, que está muy interesada en los indios en el exterior. Antes de 1964 había un debate en el Parlamento Indio, ellos decían: "aquellos indios en el extranjero no tiene nada que ver con nosotros, ellos deben ser ciudadanos del país en el que viven". Después de 1964, decidieron que la Madre India los acogería a todos porque pueden ver las ventajas de conectarse con las diásporas. Las diásporas son importantes porque pueden ser identificadas como grupos de nacionales organizados en el exterior que constituyen un conglomerado social con una agenda política que tiene objetivos multiestatales y se desenvuelven en diferentes ambientes políticos. Una diáspora puede ser definida como una colectividad social que existe a través de las fronteras de los Estados y que ha sido exitosa con el paso del tiempo para (1) sostener una colectividad nacional, cultural o religiosa a través de un sentimiento de cohesión social y ha sostenido lazos con una tierra originaria real o imaginaria, y (2) desarrollan la 25.

(26) habilidad para aglutinar intereses colectivos de los miembros de la colectividad social a través de un marco organizativo interno desarrollado y vínculos trasnacionales (Adamson & Madeleine, 2007, pp. 496-497). Para comprender la diáspora, es importante hacer hincapié en los aspectos de identidad, lo que además se vincula con los principios democráticos liberales de ciudadanía. "Este ejercicio no debe sorprender a nadie. ( ... ) Por un lado, el acercamiento liberal incluye una corriente ideológica que asume las preferencias de los estados basados en la identidad" (Moravcsick, citado por Barth & Shain, 2003, p. 457). "Por el otro, el constructivismo afirma que las identidades, y por lo tanto los intereses, son determinados por la interacción social" (Barth & Shain, 2003). Finalmente, ambas propuestas aceptan que el Estado es parte de un contexto social más amplio que el que clama representar y trata de monopolizar, en cambio el liberalismo y el constructivismo reconocen que existe una importante participación de otros actores sociales no estatales (Barth & Shain, 2003). Con base en esa identidad es que aceptamos la propuesta de Barth & Shain (2003) de relacionarlo con el constructivismo con la intención de analizar el discurso y la intencionalidad que le acompafla. Es importante seftalar que existe tipología de diásporas propuesta por Milton Esman (citado por Barth & Shain, 2003, pp. 453-454) que se presenta a continuación: 1. Actores pasivos cuando son insertadas dentro de las relaciones internacionales sin que ellas sean la causa de tal acción, ya sea por la necesidad de ser asistidos o por la voluntad del Estado para representarlos.. 2. Actores activos, influenciando la política exterior de los países en los que se encuentran. Esto sucede especialmente cuando los países que las hospedan cuentan con un régimen democrático liberal, y la relación funciona para influir en la relación del país hospedante con respecto a la patria. Un claro ejemplo de ello son los Estados Unidos.. 3.. Actores activos, influenciado la política exterior de sus respectivos países de origen. Las diásporas que alcanzan un poder económico y político importante, y afectan directamente la política exterior de sus países de origen.. Con respecto a los intereses que pueden motivar a una diáspora a influir en la política exterior de los países con los que presenta una íntima relación Barth y Shain (2003) mencionan (pp. 454-456): 26.

(27) •. Problemas "allá" -patria-. o Las diásporas pueden ver la política exterior del país como acciones que tienen un impacto en toda la comunidad, tanto al interior, como al exterior de la nación. Estos intereses pueden tomar una serie de formas como la definición de la identidad "aunque a veces la identidad no determina el interés, sino que el interés es la identidad" (Barth & Shain, 2003, p. 455), sentimientos de solidaridad, mantenimiento de la memoria histórica o consideración financieras. o "Las diásporas pueden tener un fuerte interés en las formas en las que la política exterior del patria afectan el futuro del país" (Barth & Shain, 2003).. •. Problemas "aquí" -país hospedante-. o Las diásporas pueden ver la política exterior de la patria como algo que puede afectar los intereses de una comunidad específica. Pueden ir desde asuntos existenciales a los materiales. Para el segundo, incluyen la viabilidad, seguridad, imagen y posición, y autopercepción de la diáspora en el país huésped (Barth & Shain, 2003, p. 456). o Las diásporas pueden ver la política exterior de la patria como acciones que afectan los intereses específicamente burocráticos de sus organizaciones. Debido a que las organizaciones de las diásporas están en su mayoría concentradas en los asuntos de su patria, una política de este último que afecte el valor de la diáspora como una ventaja para la patria puede amenazar la raison d'étre de esas organizaciones (Barth & Shain, 2003). La visión del constructivismo que percibe al Estado como un actor social, en el cual la. identidad se convierte en una importante variable para la elaboración y ejecución de las políticas públicas, pero esta identidad no reside en el Estado, sino en las personas que dice representar, discurso que se encuentra controlado por los grupos de interés que finalmente, determinan la identidad y los intereses nacionales. Esto resulta ser de gran importancia para las diásporas, porque con base en el fortalecimiento del discurso se orienta lo que el grupo entiende por identidad y por lo tanto se definen sus intereses y metas. "Las diásporas tienen motivo y oportunidad para influenciar en el proceso de construcción de la identidad, especialmente en su faceta de política exterior. Los constructivistas ( ... ) deben tratar a las diásporas como actores que están altamente motivados y con la capacidad para involucrarse en la competencia por la construcción de la identidad" (Lapid citado por Barth 27.

(28) & Shain, 2003, p. 460), lo que le diferencia de las escuelas tradicionales, que, al concentrarse en la mirada del Estado-nación, pierden habilidad para confrontar los problemas étnicos, nacionales y de otredad política. Las diásporas son agentes que presionan para romper la idea de que la. política nacional y la política internacional no pueden ser tratadas en la misma arena, e incluso en su caso, demuestran que tal separación puede llegar a parecer artificial y conflictiva (Kazerstein citado por Barth & Shain, 2003). El liberalismo, como lo presentan Barth & Shain (2003), comparte la mirada sobre la preponderancia de los individuos y grupos de poder en el escenario de la política, mismos que el Estado representa y persigue sus intereses específicos (pp. 460-462). La diáspora cobra importancia porque se convierte en uno de esos grupos de interés. Es un jugador más, un agente dentro del marco de la política pero que a diferencia de los grupos de influencia locales, se encuentra fuera del territorio del Estado, lo que le da posibilidad de jugar y construir la política a partir de una lógica con dos bases y realidades estatales en lo que se refiere a la relación que desarrolla con respecto a los grupos que detentan el poder del Estado. "Las diásporas, como otros actores internacionales disfrutan de un status privilegiado para ejercer influencia como un grupo de interés tanto en el patria como en el que les hospeda, :frecuentemente afectando al de origen debido a la influencia en el patria [lo que a la inversa igualmente puede suceder]" (Barth & Shain, 2003, p. 461). Tal situación se deja ver con más claridad debido al creciente poder económico de algunas de las diásporas en el planeta. Con el aumento de su importancia en el sector financiero, se han convertido en importantes agentes de desarrollo en las localidades de su interés, tal es el caso de México, pero el fomento para el envío de esos recursos financieros, no viene solo, sino acompaftado, precisamente de una serie de intereses que principalmente incumben a los mexicanos de primera generación, pero que se transmiten, de diferentes formas, a otros niveles de la sociedad. Dentro de esa misma lógica de interacción política, las diásporas son agentes intermediarios para los países de origen. Como tal, informan sobre el impacto y la efectividad de la política exterior y por lo tanto funcionan como intermediarios entre los gobiernos con los que interactúan, es decir, cobran cada vez más y más importancia (Barth & Shain, 2003, p. 462). Tal influencia está determinada por una serie de factores que se enumeran a continuación (Barth & Shain, 2003, p. 462-465): •. Su habilidad para organizarse como un grupo de influencia; 28.

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Tabla l. Cuadro comparativo de las aportaciones  de las remesas y entidades federativas al PIB Nacional (porcentaje)  2010
Figura  l.  Dialéctica de la vulnerabilidad  de los migrantes internacionales.

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