A LA MESA DE LA COMISIÓN DE HACIENDA Y SECTOR PÚBLICO
Ignacio Blanco Urizar, Portavoz del Grupo Parlamentario Vox, presenta las siguientes enmiendas de totalidad al Proyecto de Ley del Principado de Asturias de Presupuestos Generales para 2021 (11/0142/0005/09881), al amparo de lo previsto en los artículos 139, siguientes y concordantes del Reglamento de la Cámara:
Relación de enmiendas (a desarrollar en páginas siguientes):
GPV-T-0001
Junta General, 21 de diciembre de 2020.
Ignacio Blanco Urizar Portavoz
21/12/2020 14:31:19
Junta General del Principado de Asturias - REGISTRO ENTRADA Nº: 0011649 21.DIC.2020 15:06
ENMIENDA GPV-T-0001
TEXTO DE LA ENMIENDA
Se propone la devolución del texto del Proyecto de Ley del Principado de Asturias de Presupuestos Generales para 2021 al Consejo de Gobierno.
JUSTIFICACIÓN
Presentan unos presupuestos que dejan atrás a la gran mayoría de los asturianos, entre los que se encuentran los votantes de VOX, a los que también sirven, y a quienes ni tan siquiera han querido escuchar a través de sus legítimos representantes.
Se trata del mayor presupuesto de toda la historia de nuestra Comunidad Autónoma, un cheque en blanco autorizado por el Gobierno Central que, como consecuencia de la flexibilidad en la regla del gasto y del déficit se utiliza a capricho, y lo que vemos, muy a nuestro pesar, es que el gran incremento de gasto corriente y la dramática caída de ingresos ordinarios, se sustenta sobre una emisión histórica de deuda, y la recepción de transferencias extraordinarias de otras administraciones, que los convierte en los presupuesto menos sostenibles de nuestra historia, que comprometen el futuro de los asturianos.
Un presupuesto consolidado de 5.237 millones de euros, donde 379 millones van destinados a fundaciones, empresas públicas y consorcios.
Con una emisión de deuda por importe 933 millones de euros, un 48% más que en el 2020, la deuda prevista para finales del ejercicio 2021 ascenderá nada menos que a la cantidad de 4.754 millones de euros, la inmensa mayoría, malgastados en obras e infraestructuras sin uso,
desarrollos de suelo mal gestionados, sociedades públicas deficitarias y en subvenciones y ayudas a asociaciones ideológicas de la izquierda social-comunista.
Si se hubiera evitado el derroche de esta ingente cantidad de dinero, podríamos presentar un presupuesto verdaderamente renovador para una recuperación sólida de nuestra economía, destinando importantísimas cantidades a los sectores más vulnerables y a inversión económica y productiva, sin embargo, el derroche del pasado sostenido en emisión de deuda, obliga a destinar 625 millones de euros al pago de esta (el 12% del presupuesto total), acercándose ya al gasto total de la Consejería de Educación, que recibirá 736 millones de euros.
Se hace referencia al 1,1% del PIB como incremento de déficit, aunque la realidad es que es sólo eso, una referencia, ya que la estimación como tarifa de referencia es del 2,2%, pero el Estado transfiere a nuestra comunidad un 1,1% para que sus cuentas no reflejen ese déficit real. En definitiva, y lo verdaderamente preocupante, es que se gasta por encima de lo que se ingresa a costa de seguir endeudándonos.
De este modo, observamos que el presupuesto cuenta con menos ingresos fiscales derivados de impuestos directos, indirectos y tasas, pero no como consecuencia de una bajada de los tipos impositivos, sino como consecuencia del impacto económico que la crisis sanitaria ha tenido en las cuentas públicas de este ejercicio (y las que tendrá en ejercicios venideros),
resultado, por supuesto, de su ineficiente gestión, con un confinamiento especialmente duro, a diferencia de otros países de nuestro entorno, y posteriormente de las desacertadas
imposiciones de cierres por sectores que ha hundido nuestra actividad económica.
Se apuesta por una política fiscal y tributaria que ahoga a las empresas, y a las familias, cuando una mayor carga fiscal no supone siempre una mayor recaudación sino que desincentiva la inversión, y por tanto, la generación de riqueza y empleo, que irremediablemente acabará por desaparecer.
Su escudo social se basa exclusivamente en el gasto a corto plazo, que si bien es necesario en momentos extraordinarios como los que vivimos, es el modelo económico que aplican de manera recurrente desde que llegaron al Gobierno, hace nada menos que 37 años.
Por el contrario, lo que proponemos (aunque no nos quieran escuchar) es atender no sólo los problemas a corto plazo sino también a medio plazo, incentivando y creando las bases para un crecimiento sólido, con rebajas fiscales importantes en todos los órdenes tanto a nivel
autonómico como estatal (IAE, IVA, IRPF, IS, IP). Abogamos por la prudencia y responsabilidad en el ejercicio 2021, con un presupuesto de partida de base cero, con
contención del gasto superfluo, con contención en aquellas inversiones no esenciales que no vayan destinadas directamente a ayudar a los que sufren y dirigido a la recuperación
económica. Lo importante es gastar de manera inteligente, eficiente y equilibrada para evitar lo que nos tienen acostumbrados: recurrir a las subidas de impuestos y aumentar las
transferencias del Estado o de los fondos europeos, que a su vez endeudan más a nuestra comunidad y al estado en su conjunto.
Lo importante es saber en qué se quiere gastar y cuándo es conveniente realizar ese gasto, y eso no se observa en absoluto en el presupuesto que nos presentan.
El presupuesto, idéntico al del año que termina incrementa el gasto en el 80% de sus programas. No es asumible que aumenten el gasto en 90 de los 113 programas que recoge,
cuando sólo unas decenas de los programas son los que justifican verdaderamente el incremento del gasto como consecuencia de la crisis económica y sanitaria derivada del COVID-19.
De este modo, asistimos perplejos al incremento constante del gasto del SEPEPA, con un presupuesto de 123 millones de euros, destinados a políticas activas de empleo
(fundamentalmente cursos y formación profesional) que no se traducen en datos reales de disminución de paro, con una de las tasas de actividad más bajas de todas las regiones y con datos preocupantes de ocupación, desempleo juvenil o paro de larga duración y, en
contrapartida, asistimos a recortes relativos en materia de gasto económico y productivo que ha pasado de representar el 9,5% del presupuesto del 2017, ya de por sí escaso, al 9,1% del presupuesto del 2021. Tan sólo 479 millones.
No deja de sorprendernos SOGEPSA, que según el último informe de auditoría del 2019 acumula una deuda de 180 millones de euros, de los cuales 107,8 millones son deudas con el Principado y no solamente no se atiende la devolución del capital prestado sino que tampoco se atienden los intereses de la deuda (3,3 millones de euros en intereses no pagados desde el año 2014). En definitiva, una empresa en quiebra que se mantiene a costa del dinero de los asturianos.
Y si ya hay pocos agujeros en el presupuesto, nos encontramos con los nuevos Fondos Covid, ese cajón de sastre en el que ya vale todo con una total y absoluta falta de transparencia, ya que un día nos dicen que los gastos extraordinarios de personal están incluidos en estas partidas, y otro, que también contienen las ayudas a los comercios y hostelería. Parece que estas partidas dan para todo.
En cuanto a la reforma de la Administración autonómica, tantas veces anunciada, no se ve reflejada en los números, que no mienten. Vemos más gasto en personal, funcionario y
eventual, más gasto corriente en las mismas partidas clonadas de ejercicios anteriores. El Gasto en personal ha aumentado 180 millones en 2 años, una media de 90 millones al año, con un gasto presupuestado en personal para el 2021 de 1.909 millones de euros. Con esta tendencia dentro de 8 años, en el año 2029, si no se hace nada al respecto, el gasto en personal alcanzará los 2.629 millones de euros anuales, equivalente al 50% del presupuesto consolidado total del ejercicio que hoy se presenta. Esta cifra es equivalente a la cantidad total que prevé ingresar el principado vía impuestos directos, indirectos y tasas lo que quiere decir, que la totalidad de los impuestos que paguen todos los asturianos irán destinados a cubrir tan sólo el sueldo de los funcionarios y personal laboral de la administración autonómica. Esto es simplemente la quiebra del sistema.
Sorprende, a la vista de lo anterior, el fondo de contingencia con 100 millones de euros, que es a todas luces escaso dadas las excepcionales pérdidas derivadas de la crisis socio-sanitaria y
económica.
Por otro lado, Sanidad y Educación representan ya el 77% del total del gasto social. Se torna necesario aplicar medidas de control y eficiencia en el gasto sanitario, sin afectar como es lógico a la calidad del servicio, pero evitando duplicidades, mejorando la política de compras y aprovisionamientos y la gestión del personal, tal y como ha quedado patente a la vista de los acontecimientos sufridos a lo largo de este año.
Por el contrario, tan solo el 9,14% del presupuesto consolidado se destina a inversión
económica y productiva. Carece de un componente de gasto concreto destinado a Inversión en nuevos sectores tractores de crecimiento económico (nuevas tecnologías, conocimiento,
energías sostenibles), cuando es esencial para la recepción de fondos europeos.
La inversión en infraestructuras (necesarias para el desarrollo económico) desciende 12 millones que contrasta con un incremento del gasto total previsto en el presupuesto para el ejercicio de 480 millones. Crece en todos los sectores y áreas salvo en infraestructuras.
Un presupuesto que no responde a un criterio claro, todo gasto se incrementa. Un presupuesto que pretende ser asistencial e industrial, pero no es ni lo uno ni lo otro, pues la inversión en industria, a pesar del fracasado estatuto de electrointesivas, es marginal, y los sectores que más incremento de gasto deberían recibir, como son Sanidad, Educación o Derechos Sociales,
crecen proporcionalmente menos que Presidencia, Cultura o Hacienda.
El ejercicio que termina ha sido una ruina económica y social, y en nuestro grupo hacemos el esfuerzo de mirar hacia delante pero sin olvidarnos de lo que hemos dejado atrás, en vidas, en dramas familiares, en miseria y en ruina.
Por ello y a la vista de este presupuesto, el espejo del futuro que nos espera, no podemos más que sentir una profundo desánimo ya que ponen en verdadero riesgo toda la estructura social y económica que nos mantiene, van a dilapidar los escasos recursos que nos quedan y se aleja de lo que de verdad necesitan los asturianos.
Estamos ante la última oportunidad perdida para la reforma que Asturias y los asturianos merecen. La mayor movilización de recursos de nuestra historia, que en años venideros, no se producirá, pues se prevén mayores descensos en la recaudación y mantenimiento de la
estabilidad presupuestaria. Vendrán tiempos de recortes, pero los asturianos saldremos adelante, ya que siempre hemos demostrado una verdadera capacidad de recuperación, valor y coraje, y todo ello, muy a pesar de la miseria que nos traen.
Por la prosperidad, por la libertad, y por la dignidad de los asturianos, presentamos esta enmienda a la totalidad al Proyecto de Ley del Principado de Asturias de Presupuestos
