El que ríe sin
Hollywood, ríe
Escrito por Andrea Catalina Delgado
Dentro del género dramático que juega con el comportamien-to del espectador en el cine, la televisión, los stand up comedy, las obras de teatro y demás; sale una ramita de cosquillas que se llama comedia, esta rama se caracteriza por tener una pis-ca de alegría, algo de humor, un juego de bobadas, obstáculos alcanzables y un sonriente final feliz.
La combinación de todas estas características, hacen que in-mediatamente nos llame la atención escuchar, ver o presenciar algún escenario de arte cómico; el cual nos puede alejar de al-gunos pensamientos, recordándonos lo satisfactorio que es reír.
En el cine, encontramos una gran variedad de producciones que nos muestran situaciones cotidianas que se mezclan con el humor y en algunas ocasiones con la exageración. Por ello es un buen plan ver películas de comedia en cualquier estado de ánimo, con cualquier comida y hasta sin necesidad de estar acompañado.
Sin embargo, algunos directores y algunas productoras cine-matográficas, se han encargado de darle un giro al concepto de comedia, que últimamente se encasilla más en la estupidez y en una repetición reincidente. Donde un chico estúpido con-quista a una hermosa mujer y de manera sobrenatural se ena-moran y tienen que pasar por miles de vergüenzas. Otra opción es el típico grupo de amigos jóvenes o adultos que en todas sus reuniones les sucede algo irracional; o porque no, la cotidiana
historia de dos amigos donde uno es rico y el otro es pobre, y partiendo de esta diferencia social se desenlaza una histo-ria, donde se pelean y al final se dan cuenta que ambos son apuestos, ricos y los mejores amigos del mundo.
Por estas absurdas y aburridas películas que principal-mente Hollywood tiene en el mercado, hace algunos años solía decir que el cine de comedia era literalmente un asco. Pero esta perspectiva me cambio cuando en el 2003, llego a mis manos una famosa, colorida y magnifica comedia ro-mántica del 2001, Amelie. Una producción innovadora, pro-tagonizada por Audrey Tautou, que no solo nos muestra una historia diferente, sino un contexto mágico, algo irracional mezclado con un poco de realidad, que nos cuenta la his-toria de una hermosa mujer, que de niña vivió situaciones extrañas que hicieron de ella un personaje curioso, pícaro y llamativo. A pesar de ser una comedia romántica, la histo-ria de Amelie desarrolla una situación diferente, donde esta hermosa mujer juega un llamativo coqueteo con un hombre aficionado a coleccionar fotografías tomadas de maquinas.
A raíz de este film del director y guionista francés, Jean Pierre Jeunet, decidí buscar comedias que valieran la pena ver y recomendar; inspeccionando durante algún tiempo encontré de todo un poco. Hallé las típicas producciones de Hollywood que pasan por los canales nacionales y que como lo mencione anteriormente, no salen de lo mismo. Igual-mente vi películas sin gracia, que prefería adelantar para encontrar algo llamativo; o también aquellas que ni buscan-do, tenían una pisca de comedia.
Pero nunca me di por vencida, siempre he presentido que el cine es casi tan grande como el universo, que sabía que iba a encontrar muy buen material e iba a poder demostrar que el que ríe sin Hollywood ríe mejor. E indudablemente así fue.
Por ello, me atrevo hoy a decir y a pedir que dejemos a un lado la comedia para bobos, la comedia comercial. Con esto no quiero expresar que todas las propuestas de comedia que Hollywood nos muestra sean malas; pero sí que abramos un poco los ojos y vaya-mos a buscar carcajadas de calidad.
Algunas comedias que me atrevo a recomendar
Delicatessen: Una película de 1991 del director Jean Pierre
Jeu-net. Es un humor negro que cuestiona situaciones sociales por medio de la sátira, contando con un número grande de personajes graciosos y al mismo tiempo terroríficos.
Esta película desarrolla la historia de los residentes de un viejo edi-ficio de 1950 en Francia; al lado de este se encuentra la carnicería de Clapet, el casero del edificio, quien coloca enunciados en el periódico “Tiempos Duros” para atraer víctimas al edificio; pero todo comienza a cambiar con la llegada de un triste payaso desempleado que hace de este espacio un mundo distinto, lleno de caos y amor.
Kika: Nada más y nada menos de Pedro Almodóvar. Una comedia
de 1993, que con solo observar los personajes basta para no parar de reír. Este film que comienza a desarrollarse, contando la historia de una maquilladora que recibe como encargo especial maquillar a un muerto, se caracteriza por mostrar un escenario colorido donde los actores juegan con su cuerpo de una manera totalmente distinta
comparada con otras comedias, ya que se mezcla un toque clásico con un estilo noventero en la expresión corporal de cada personaje, jugan-do en cada escena con una trágica y humorística historia.
Soul Kitchen: Esta comedia del director alemán Fatin Akin, se es-treno en el 2009, y es un perfecto ejemplo de buenas comedias que hay que ver. Una historia sencilla con excelente fotografía. La produc-ción cuenta la historia de Zinos, un joven propietario de un restauran-te griego llamado “Soul Kitchen”.
Esta comedia que es basada en una experiencia real del guionista Adam Bousdoukos, cuando fue dueño de una taberna, desarrolla pa-ralelamente los problemas que tiene que vivir el protagonista con su vida sentimental y con los cambios por los que tiene que pasar el res-taurante, involucrando al público con la magia de la comida.
Así como estas cuatro películas (Contando a Amelie), muchas otras se han salido del esquema de comedia hollywoodense y han demos-trado al público que se puede reír con una historia creativa, persona-jes inigualables y variedad de actores.
Y para que no piensen que hay un límite de recomendados, otros títulos de cine comedia para realmente apreciar son: (1) Gato Negro, Gato Blanco (1998) de Emir Kusturica, (2) The French Kissers (2009) de Riad Sattouf, (3) La Fiera de mi niña (1938) de Haward Hawks y (4) Buna! Ce faci? (2010) de Alexandru Maftei. Y lo demás lo dejo a la investigación personal.
