Muy buenos días altas autoridades de la Universidad Evangélica de El Salvador,
*Dr. Seth Mauricio Estrada (presidente del directorio ejecutivo),
*Demás Señores Miembros que lo conforman, *Dr. Victor Edgardo Segura Lemus (Rector de nuestra universidad),
*Vicerectores, académico y de investigación, *Respetables Decanos representantes de cada facultad,
*Docentes, padres, familiares, amigos, graduandos, graduandas
*Y demás público en general, a vosotros me dirijo con mucho respeto en esta sexagésima graduación de la Universidad Evangélica de El Salvador:
A lo largo de la carrera, tuvimos la dicha de conocer, convivir, compartir con personas que nos brindaron su amistad, que nos ayudaron en los momentos más apremiantes, personas que experimentaron junto a nosotros las alegrías, las tristezas, nuestros enojos, decepciones, los sueños, nuestras metas,
personas que se encontraban a nuestro lado para motivarnos a seguir adelante, personas que fueron nuestros bastiones en aquellos momentos en que pensábamos que ya no podíamos seguir adelante, y es allí, donde aprendimos el significado del valor “Compañerismo”; durante el recorrido de la carrera experimentamos y aprendimos muchas cosas que antes no conocíamos o dudábamos de ellas, pero sobre todo, cuando recuerdo todo lo aprendido , rápidamente se me vienen a la mente tres conceptos bíblicos que son: el VALOR, la FORTALEZA y la VALENTÍA; tres palabras pequeñas, pero con un gran significado, conceptos que no deben faltar en las vidas de todas las personas, y que el profesional debe buscar y fomentar en su práctica diaria, ya que cuando uno de esos conceptos falta en la vida de una persona o de un profesional, este se convierte en un ser infelíz, sin éxito y sin ganas de triunfar en la vida.
Es allí, donde nuestra alma mater nos formó como profesionales con alta excelencia académica, conscientes del servicio a nuestros semejantes; con fundamento en las sagradas escrituras y con valores cristianos y éticos.
Muchos de nosotros durante este recorrido nos desmotivábamos, sentíamos que ya no podíamos seguir adelante, ya sea por motivos económicos o porque pensábamos que el obstáculo era mucho más grande y alto, que nuestras propias fuerzas, ¡a mi me pasó!,a media carrera se me cruzó por la mente “Tirar la toalla”, porque sentía que por mis propias fuerzas no podía seguir en el camino, pero en esos momentos de angustia y agonía, Dios ponía en mi corazón y en mi alma una promesa grande que esta escrita en su palabra que dice:
“Nunca se aparte de tu boca este libro de la ley. Antes medita en él de día y de noche, para que guardes y cumplas todo lo que está escrito en él. Entonces prosperarás, y todo te saldrá bien.”
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente. No temas ni desmayes; porque yo, el Señor tu Dios, estaré contigo dondequiera que vayas”
Esta cita biblica se encuentra en el libro de Josué capítulo uno, versículos 8 y 9.
El Señor Jesús estuvo en cada momento de nuestra vida, en cada momento de la carrera, en cada lágrima derramada, en cada alegría y logro obtenido, Dios nunca nos dejo solos porque tuvimos el VALOR para enfrentar cada obstáculo, FORTALEZA para seguir adelante por nuestros sueños y VALENTÍA para llegar a la meta, a fin de obtener, el título que nos acredita como profesionales de nuestra patria El Salvador.
Graduandos y graduandas tenemos que, agradecerle infinitamente a Dios todopoderoso por darnos la vida, por darnos el amor, por escuchar cada una de nuestras oraciones, por consolarnos en los momentos de aflicción y
guiarnos a lo largo de nuestra carrera, y sigamos pidiéndole a Dios que nos acompañe en nuestro desempeño como profesionales y nos ayude a tomar siempre buenas decisiones, sin dejar a un lado las necesidades en que vive nuestra sociedad y la forma de poder ayudar y resolver con toda entereza e integridad.
A nuestros padres y madres, les damos la honra, les damos el honor que se merecen, porque ustedes hicieron que alcanzáramos nuestras metas, nuestros sueños y anhelos, honor al que merece honor, gracias padres y madres, les dedicamos este triunfo, y les amamos de todo corazón.
A nuestros hermanos y hermanas, gracias por sus sabios consejos, por brindarnos el apoyo incondicional que tanto necesitábamos en aquellos buenos y malos momentos, por las veces que cuando nos caíamos extendieron sus manos y nos ayudaban a levantarnos y proseguir a la meta.
A nuestra Universidad Evangélica de El Salvador, con profundo agradecimiento, porque no sólo nos abrió las puertas, sino que nos instruyó y nos brindó sabias enseñanzas por medio de docentes excelentes, quienes siempre nos exhortaban con la palabra de Nuestro Señor Jesucristo, por lo cual nos sentimos muy orgullosos y privilegiados de ser hijos de ésta alma mater.
A los maestros de nuestra Universidad, estamos muy agradecidos y orgullosos por la alta calidad académica con que nos formaron durante el recorrido de nuestra carrera universitaria, las cuales indudablemente son la semilla de un gran fruto que se cosechó, y que seguirá cosechándose por el resto de nuestra práctica profesional.
¿Cómo olvidar los trabajos de investigación científica, que nos dejaban año con año en la Facultad de Odontología y demás Facultades?
Trabajos de investigación que nos ayudaron en nuestra formación académica y práctica, las cuales nos seguirán ayudando en el crecimiento y aprendizaje de nuevos avances científicos y tecnológicos; en los cuales este mundo globalizado avanza a pasos agigantados.
Compañeros graduandos y graduandas, los felicitó porque llegamos a la meta que nos propusimos cuando entramos a la Universidad Evangélica, les animo a que le brinden la gloria y Honra a Dios porque gracias a él, tenemos un título en nuestras manos.
Les invito, a que nunca se olviden de su creador, esforcémonos, seamos valientes no temamos porque Dios estará siempre con nosotros; tenemos el reto de ser buenos profesionales, de ser protagonistas y líderes de los cambios que demanda y necesita nuestra sociedad.
Sintámonos orgullosos de haber nacido en este pequeño y sufrido país de EL SALVADOR, y vivir bajo su cielo azul, sobre sus hermosas tierras que constituyen la cuna de hombres y mujeres valientes e inteligentes que por lo largo de la historia han superado las adversidades, y principalmente en estos últimos años, donde nos hemos visto envueltos en enormes dificultades, las cuales hemos superado con gran esfuerzo y producto del espíritu optimista que tanto nos caracteriza a los salvadoreños, lo cual debe ser nuestra inspiración para seguir adelante y ser mejores ciudadanos.
No deseo terminar mi intervención sin antes pedirle a todos mis compañeros graduandos y graduandas con mucho respeto ponerse en pie…
Y que brindemos un fuerte aplauso de agradecimiento a nuestros padres y madres por habernos ayudado y apoyado en la obtención de este título académico que nos acredita como profesionales.
Ahora público en general, unámonos a esta fiesta y demos todos, un fuerte y amoroso aplauso a nuestro Rey de Reyes y Señor de Señores, Jesucristo Dios, a quién le debemos el máximo honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén
Muchas gracias por este privilegio que se me ha otorgado, y por haberlos representado en ésta sexagésima graduación de la Universidad Evangélica de El Salvador.
Dios nos bendiga a todos y todas. Muchas Gracias.