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Humoradas: selección de artículos publicados en "La Unión" y otros periódicos

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(1)L DE LA CRUZ 6 CA EDITORES..

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(3) RONQUILLO (EGIDIOPOBLETEE.). 3LIOGBAFIA. DE CHILE. HUMORADAS SELECCIÓN DE ARTÍCULOS PUBLICADOS EN. '. LA. UNION1. Y OTROS PERIÓDICOS. PRIMERA. EDICIÓN. YALPAEAISO IMPRENTA. DE. LUIS. DE. 1905. LA. CRUZ. Y CJ.

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(5) 4jiiniorai)as..

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(7) ESTE LIBRO. ■jEs posible. que tú, lector, tengas este libro ante nó por derecho propio, sino porque lo. ojos, hayas pedido prestado. los. ciertos como. casos en. cpie. el de morir. á. un. amigo. ..... Pero. hay. debe ponerse jamás, choque dé trenes, el de. uno no. en un. candidato á ministro, el de escribir libros para que otros los lean gratis y tantas otras calamida ser. des. jSTo. pues, hacer tal suposición. Porque si ello aconteciera ¿qué relaciones de amistad po. quisiera,. dríamos cultivar. tú,. lector al. al contado? Tú estarías. piedad mía, dome la acaso. crédito,. despojándome. atentando contra mi. mano en. la cartera;. y yo, autor de una pro. bolsillo, metién. ¿podrás imaginarte. que yo he concebido estos. artículos, los he. escrito entre afanes y trabajo, los he reunido más tarde con no pocas molestias y gasto ele dinero y.

(8) —. los lanzo. hoy. en. 6. —. forma de. sólo para que tú vamos al decir y. libro,. limpias te goces gratuitamente mi labor? Estoy seguro de que si tú, á fuerza de economías, hubieras logrado un extraño comprar un temo nuevo, y un amigo ó llegues. con. tus. manos. —. —. vistiera tu ropa sin tu consentimiento, te levan" tarías finí o so y desnudo y pondrías el gri se. to, si. no en. el cielo, á lo. Pues j'o también pongo mi to. en. esta. (En. antes de que pases á leer. que quede constancia de- mi protes cambio, á tí to queda el recurso de saltarte. el libro, y ta.. introducción,. la. policía. correspondiente gri. menos en. pido. esta introducción para. gritos de indig llegado hasta aquí en la. no. oír mis. nación; pero si ya lias lectura, no hay remedio: mi protesta do. su. conserva. to. valor).. Si eres, pues, lo que no quisiera creer, lector de libro ajeno, te aconsejo como amigo que, por esta. siquiera, seas un hombre probo; devuelve él libro á tu amigo y corre á la librería á comprar uno para tí, aunque para ello pidas dinero presta vez. do.. Entonces decir. sentirás la. grata satisfacción. de. ueste libro. es. poder legítimo orgullo: mío, perfectamente mío, lo compré yo, me ha tado mi plata Es barato, te lo prevengo. con. .i.. cos. —. Mi dedicatoria. va contigo únicamente, lectoramable, ingenioso, inteligente, cpie has comprado.

(9) 7. —. tranquilamente. el libro y á estas horas comienzas. á leerlo. A tí te lo. el qne más. eres. estos. artículos,. llado. algún. —. me. dedico, para. ha estimulado para. en. con. que, buen humor y. modesto. ¿Tan. eres. que. en. has ha. momento de clis-. la prensa diaria.. haberme. reconoces. no. niegues:. escribir. benevolencia, un. tracción,cuando aparecieron estimulado? JSIo lo. tí es, ya que tú. yo te debo. ese. servi. cio. Te lo. pruebo. dos. Primera, que yo sabía que tú habías de comprarme el libro y por eso me resolví á publicarlo: ¿te parece poco es tímulo? estos. con. Segunda:. artículos. ñosos. en. aplausos, simpática entre. razones.. que cuando iba dando á luz. La Unión,. y así. se. me. llegaban. estableció. tu alma y la. una. tus cari.. corriente. mía; el escritor "dé. broma" sintió momentos ele felicidad al saber que había, entre los lectores quienes recibían esas mo. destísimas buen. producciones como simple fruto del humor, y las aplaudían porque juzgaban. muy bien cpie, si había en ellas intención de diver tir y algunas veces de picar, jamás la hubo de. herir á. nadie, de. del cuerpo ni amor. levantar. menos en. la. ampollas aun. ni. en. la. piel. más sensible del. propio.. Y yo te he agradecido de todo corazón esos aplausos, tan benévolos y cariñosos, que me alen. seguir tocando la cuerda, y I103* te re. agradecimientos y te ruego nuevamente. taban para. pito. esos.

(10) —. que. 8. —. busques en mis artículos intención dañada, no la hay, sino sólo el deseo de darte en. no. porque ■cada uno cinco minutos de .no. tengas. nas veces. cosa. más útil. yerro,. te. en. pasatiempo, que. ocuparte. Si algu. pido perdones, borramos. cuenta y empezamos á contar de. No. van. la-. nuevo.. este libro todos mis. en. mientras. artículos del. género festivo publicados en La Unión: he tomado sólo aquéllos que fueron más aplaudidos en su día y que no han perdido todavía la breve importancia que la actualidad les dio; entre ellos hay algunos que son de carácter general y permanente; y les he agregado otros varios insertos en algunas re vistas,. como. pletamente. Chile Ilustrado, y. unos. pocos. com. inéditos.. Si la selección. perdónamelo engañado de mis hijos. me. no. ha sido bastante. también:. muchísimas ... Si el libro te. enérgica, padre, puedo haber veces sobre las gracias. como. .. agrada,. si te hace reír. alguna. vez,. abónamelo á mi cuenta y... prepárate auna gunda serie, Dios mediante. Si. te. agrada, arrójalo; pero te prevengo plata. Tuyo afímo.; tanto como el libro,. no. no. se. que. te he de devolver la. EONQUILLO.. Yalparaiso,. 23 de Noviembre de 1904..

(11) LA. SESIÓN. DE LAS. ÁNIMAS. da tantasasombramos por nadasorpresas que ya nos preguntábanlos cuál sería la sorpresa, Ayer del día, pero no nos imaginábamos lo que se nos. H|a Municipalidad. de. Yalparaiso nos. no nos. preparaba. En las primeras horas, el vecindario asombrado vio llegar alas oficinas municipales una numerosa bandada de golondrinas, á pesar del invierno. En seguida se abrieron las puertas y empezó á efec tuarse una rápida mudanza. Los sillones de ma rroquí, los escritorios, las mesas de nogal, todos los muebles, en instalaron en los. viaje. ¿Qué —. salieron de las oficinas, se vehículos y emprendieron ei. fin,. sucede? preguntaban los curiosos. la municipalidad se va con su música á —. Que parte. Que los municipales van á celebrar una sesión ambulante, en golondrinas; talvez están muy aca —. otra. —. lorados..

(12) —. —. ¡No puede. 10. ser! Una. —. golondrina. no. hace. ve. rano.. Pero varias pueden hacer un embargo. ¡Era un embargo! La Municipalidad era embar gada, por tramposa, por D. Cosme Pizarro, can sado de recibir buenas palabras, y á veces palabras —. malas. Y la mudanza. judicial se efectuó rápidamente, suspiro, y no terminó sino cuando queda ron embargados hasta los carretones del aseo. Todavía más: cuando estos vehículos fueron deposi en un. tados y volvían los carretoneros con Jas muías, recordaron éstos que se les debían dos meses de sueldos, entraron también á embargar y cada cual se llevó su par do ínulas, en desquite. Terminado todo el trabajo, entramos en las ofi cinas. ¡Qué cuadro tan desolador! En la alcaldía quedaban solamente las alfombras y algunos cua dros; y en la sala ele sesiones la alfombra, el escudo y... las saliveras. ¡Atroz irrisión! Dejar allí, en acpiolla sala des poblada, vacía, fría, solamente las saliveras, que con su redonda boca parecían decir á los muni cipales: Escupan Uds. todo lo que deben! ¿Para qué habrán dejado estos tiestecitos? preguntaba un curioso —Para los discursos de esta tarde respondía —. —. —. .. —. mío. —. Para que los. municipales tengan. tarse—agregaba Los han dejado. en. que. sen. otro.. añelió un tercero para que se vea epie los acreedores están dispuestos á hacer •■escupir cotonía" al Sr. Alcalde. Allí estaba esa sala, acostumbrada á oír los elo cuentes discursos del regidor don Guillermo Ri vera, los discursos económicos del alcalde Sr. —. —. —.

(13) —. 11. —. Bustos, los votos de confianza del Sr. Merlet; y ahora triste, abandonada como un amigo pobre, oía las indignas cuchufletas del vecindario cable. No pudimos menos de recordar los del poeta:. ¡Cuan solitario está el salón que De los ediles contempló la danza,, El que en un tiempo resonar oía Los votos de confianza!. un. impla versos,. día. Y entre tanto los decretos, las notas, las memo rias, los papeles todos de la Alcaldía volaban pol las salas desmanteladas, como ilusiones del amor Las cartas privadas, escritas de hombre honrado á hombre honrado (de Pavera á Merlet),. anclaban voltejeando por las oficinas, denunciandoá los ojos efe los curiosos los misterios de las;. perdidas.. mayorías. Nos retiramos de allí. con. el. corazón. oprimido.. Como á las doce de la noche volvimos á pasar frente á las oficinas municipales. Entonces vimos un espectáculo que nos puso los pelos ele punta, digno de la pluma de Ana Eaclcliffe. Ocho fantasmas, ocho seres incorpóreos, ocho trasgos, envueltos en blancas vestiduras, desfila ban á paso silencioso, pasos de fantasmas, y pene traban en el salón de sesiones, y empezaron á vagar allí como almas en pena. Una de ellas, que parecía ser el ánima del alcal de Sr. Bustos, so sentó democráticamente en el suelo, en el sitio cpie antes ocupaba el sillón de.

(14) —. 12. —. presidencia, y haciendo crugir sus huesos, de campanilla, dijo con voz general: Se abre la sesión. Otro fantasma elijo entonces con cía venir de muy lejos, muy lejos:. á. guisa. —. voz. cpie pare. la palabra! La tiene el ánima del Sr. Eivera respondió la voz sepulcral del alcalde. Quiero protestar de este despojo inicuo: ¿poi se han llevado nuestros sillones y todos nues. ¡Pido. —. —. —. —. qué. tros. muebles?. Porque en vida no supimos pagar las deudas, y nos han embargado... —. el embargo! interrumpió otro fan le lo eso tasma; yo pasé el tonto, digo, previ y por la Alcaidía al honorable Sr. Bustos. Para mañana se anuncia otro embargo elijo como en un rugido un esqueleto que tenía algo de la silueta del Sr. Münnich. Y luego otro con que amenaza la junta de Beneficencia gimió el espectro del regidor Sr. LeÍAra. ¡Yan á embargarnos hasta el modo de —. ¡Yo previ. —. —. —. —. —. —. anclar!. ¡Ese. —. como. yo Eivera.. un. bien. abogado!. ¡Lloremos mayoría!. —. la. es. —. Lo sostengo el trasunto del Sr.. inembargable!. prorrumpió. sobre nuestras. desgracias! Ay. de. Nó, no seamos fantasmas femeninos; hay otro remedio: ó el Alcalde rescata los muebles ó me retiro de la mayoría! ¡Sí, sí, abajo Bustos! ¡Nó, nó, arriba! Y se armó una batahola macabra, en cpie aque llas ánimas benditas por decirlo así, á falta de tinteros, se tiraron canillas y costillas sueltas poi la cabeza. —. —. —. —. —.

(15) —. 1. °. lo. —. Huimos espantados. Al salir vimos cpie el por tero, imitando insconcientemente á Cromwell, col* .gaba á la puerta un cartel que decía:. SE. ALQUILA.. "Aquí yace la mayoría mas tramposa. No pagó nada, ni mis sueldos. Embargo las llaves.". Impresionados por esta desgracia y espantados por esta visión, entre mi compañero Juan Pérez y yo hemos dado curso á nuestras lágrimas en la siguiente elegía:. ¡Estos, Taiba ¡ay dolor! que ves ahora Sillas rotas, salón desmantelado, Fueron un tiempo ediliclad famosa! ¡Ay! aquí de Merlet la mecedora Butaca ha sido; el suelo está pelado; oyen ¡triste cosa! Eezongos i nsolentés. Y apenas si. se. De tantas sin pagar menudas. gentes!. Aquí dé Leiva, Bustos, De Taiba peregrino, De Eivera ladino Morrocotudos fueron los disgustos! Aquí, ya por rechiflas, ya por sustos, los vieron los sillones Amagados Que. plebeyos. ora van en. carretones.. El sitial para Bustos fabricado Hoy en remate vil será mercado;. Mesas, papeles Y. aun. ¡ay! desaparecieron. las cartas. c¡ue á Alberto. se. escribieron!.

(16) —. 14. —. Si tú no lloras, Bustos, pon atento La torva vista en el fatal embargo Y sacarás la cuenta Del inmenso prestigio de tu cargo.. Tal. Que. ó religión fuerza la mente De la vecina gente, Que refiere admirada de la sala ya desmantelada. genio. Se oy7e. una voz. gritar: "¡embargo! ¡embargo!". Y á tan extraño ruido, Saliendo medio mundo del letargo, Pregunta por doquier: "¿qué ha sucedido?" Y el caso al conocer, tan inaudito, Encogiéndose ele hombros medio mundo, Con tono exclama de desclcm profundo: "¡Armar tanta bolina Por un prestigio quo no vale un pito!" ¡Tanto aun la plebe á menosprecio inclina!... l.o de Junio. &$l®. de 1899..

(17) \. ¡EL DISCURSO!. (En aquel tiempo, 1899, había municipales lo mismo que ahora,. y la calamidad era también la misma; sólo que entonces eran ios ediles más aficionados que ahora á pronunciar discursos, co mo se verá por la siguiente cró. nica.). ÍNT. u-p,o puede anclar. un. pobre. con. espuelas. de. plata. Apenas supieron. los municipales de la minoría que D. Juan Bautista Bustos había preparado un discurso, dedicado á ellos, dejaron de asistir á las sesiones y le robaron todas las ocasiones que pu do tener para espetarlo. Por eso el Sr Bustos anclaba nervioso, casi his. térico, con el discurso metido en la garganta; y se le veía acechando en las puertas de la sala muni cipal, esperando público, público de minoría sobre todo, á quien confiar sus geniales producciones oratorias. Pero ¡nada! En dos ó tres ocasiones pareció que todo estaba á punto: muchos municipales reunidos, algunos de la minoría, la sesión estaba lista; se iba á dar el gran espectáculo. Bustos se ponía ner-.

(18) —. 16. —. vioso, le temblaba la barbilla,. se. le. ponían. trému. las las manos; sacaba del estómago una voz de bajo, temblona y llorosa y... los municipales se iban y el discurso se quedaba esperando turno, como los borrachos en los ele.spachos de arrabal:. Hoy no se fía; -mañana sí. Después ele cada uno de estos desengaños, Bus tos llegaba á su e-asa más flaco que ele costumbre y agobiado por una tristeza mortal. ¿Qué traes? le preguntaban sus amigos. El discurso en el bolsillo respondía deses perado. Pero, hombre, ¿}'por qué no lo publicas en tu —. —. —. —. —. diario? —. Porque todavía. no. lo he declamado.. te asusta? Pronuncíalo. aquí, delante ¿V -de nosotros y nos comprometemos á aplaudirlo. Esto no satisfacía las ambiciones oratorias de Bustos pero le sugirió la, gran ielea. Corrió á casa del Sr. Eivera y Je dijo: —-Yo tengo un. discurso y no me dejan pronun ciarlo. ¿Quiere Ud. bacerme el favor ele oírlo? No tengo tiempo., querido amigo: estoy afa nado escribiendo caitas para Merlet, para. Fisher, para Mac-Kellar y para todo el mundo. Bustos acudió á Mardones y le hizo igual peti ción. Estoy muy ocupado en distribuir subvencio nes. No puedo oírlo. Bustos apeló entonces á las orejas de Leiva. eso. —. ,. ,. —. —. No estoy para cliscurjo, dijo este; tengo que hacer una negociación en rieles y el tiempo es oro. Acudió á Palma, pero éste, volviendo el cuerpo esbelto como una idein, dijo: En la otra esquinita hay. \ así fueron tóelos respondiéndole con frases —. —.

(19) 17. —. —. negativas, desde Taiba basta Münnich, sin que na die se apiadara ele la indigestión oratoria de Bus tos.. Desengañado,. herido. en. lo. íntimo de. mas. sus. entrañas, rotas todas sus ilusiones, desvanecidos sus ensueños, Bustos, con el rostro pálido y flaco. poder, se sentaba por las tardes en el dónele los fleteros solían oírle exclamar malecón, con voz preñada de sollozos: á más. no. ¡Oh. vosotras, olas gigantes qne os rompéis bramando en esta orilla,, atended y mirad si hay dolor como mi dolor! n n. Entre sus amigos, en. tanto, no había, ojo seco: todos lloraban k lágrima viva al contemplar el. abatimiento del orador,. á permanecer. obligado. muelo. —. ¡Se. nos muere. llozando ¡Y el discurso —. Juan Bautista! no. salo!. —. decía. clamaba otro. sesperación infinita. Pero los glandes caracteres adversidad. Bustos rompió. —. se. uno so. con. muestran. de. en. la-. día, las cadenas de su dolor y irgui potente majestuoso: había tomado Era la hora de la comida. una resolución heroica. Al ver su actitud, los amigos so alarmaron has se. >. un. y. ta los tuétanos.. á hacer? preguntaron todos chi solo chillido. ¡Ya á suicidarse! —¡Quítenle el cuchillo! —Nó dijo Bustos voy á pronunciar el dis —. ¿Qué. llando. vas. —. en un. —. —. —. curso —. —. —. Súbete arriba de la mesa. Nó, súbete a la silla. En el sofá, que es más blando..

(20) —. Entre los tos clamó. 18. —. gritos y los aplausos anticipados,. con voz. Bus. de trueno:. Yoy á pronunciarlo esta noche, en la sesión municipal, delante ele los de la mayoría siquiera. -. —. Allá. vamos. todos.. elijo lo hizo. En la barra de la sala de sesiones, los amigos estaban en primer térmi no; la sala estaba magníficamente iluminada, la mayoría escuchaba inmóvil, ignorante ele la catás trofe que la amenazaba: sólo Eivera se agitaba un tanto, moAÚendo en una mano un puñado ele Y. como. cartas y. lo. en. la otra. un. frasco de doral.. Bustos, trémulo, inspirado, pálido, empezó á leer. nerviosamente,. con voz. y tono de muchacho. en examen:. "Señores: Mi. epie he logrado á salvar de las insinua digno y pesar ciones interesadas de unos cuantos políticos de mala ley y de mil privaciones que son las resul tantes o herencias de la virtud, rodó momentá neamente por el mundo infernal de la maledicen cia. Se llegó á suponer, acaso porque el alcalde que firmó los decretos no es hombre de fortuna, que en los mencionados decretos de pago se me había interesado en la suma ele cuatro mil pesos! Y así prosiguió por muchas horas consecutivas recitando adjetivos aprendidos en los alegatos de Eivera, hasta que dio fin al monumental discurso. Calló y reinó en la sala un silencio de cemente rio: sólo se oía el chisporroteo del gas en los que madores. No hubo aplausos ni ruido alguno. Bus tos se quedó desmayado en su asiento. Poco después entró el portero, se acercó á la mesa y, tomando á Münnich de un brazo, lo sa cudió con fuerza. —. pobre nombre,. mantener. n. —. ¡Señor! despierte,. que. es. muy tarde..

(21) —. 19. —. —¿Qué horas son?—preguntó Münnich, boste zando. —Las cuatro de la mañana. ¿Se acabó el discurso? Sí, hace dos minutos. —Bueno, que lo archiven. Se levanta la sesión. Y los municipales salieron restregándose los ojos y hablando de una pesadilla atroz que todos habían tenido y en que les parecía que se los lle vaba el diablo. —. —. _. Agosto. m. 2. de 1899..

(22) t4x«vri'..r-A'-.Zxk Sü&aJuáKESC^s. ko'l&^Xjy.iZsírtkyJi (u » i-id v. ,~;. -. ;■',".-:•. ;. Y .-■;.-.;■. '■/.. EL DIPUTADO. QUE. "Tuve. cargar uso. de. nera. a. RABIO. especial. cuidado de. la tropa que. sus. armas,. no. en. hiciera. y de esta. logré hacer terminal- el. ma. asalto. sin otros ¡nádente* que wm. morde dura que en parte delicada recibió el señor del Campo de uno de mis. perros guardianes. ". Nota del subdelegado de Ti rria, sobre una elección comple mentaria, en qne eran candidatos el señor del Campo y el señor Ra fael Sotomayor, Ministro de lo —. Interior.. de que idos mejores dramas han escrito," también debe. aquellos que serlo cuando se trata de simples comedias. Así reflexionó sin duda el diputado elon Enri que del Campo, después de alguna representa ción de El rey que rabió; y quiso probar, con el testimonio fehaciente de sus propias posaderas, que aquella zarzuela puede ser perfectamente real. y aún que la realidad puede superar á lo imagi nado. Ene un poco lejos talvez á buscar su esce nario para el primer acto, pero los demás de la. 31. son. es. verdad. eso. no se.

(23) —. 21. —. han desarrollado en plena. Cámara, en el de Chile, para que todos los habitantes gozaran perfectamente del magnífico espectáculo.. pieza. se. centro. El escenario es Tirúa; Actores: el diputado Del Campo; el subdelegado, Y un perro el que más actúa. —. El primer acto es rapidísimo. La casa del sub delegado ele Tirúa; soldados ele policía cpie entran y salen; don Enrique del Campo se asoma con ros tro trágico; acucie la policía; aparece un perro; don Enrique huye; el perro le sigue y le clava los. clientes; manos. se. á la. un grito; don Enricnie se lleva las parte posterior, sale la luna y el telón. oye. cae.. verdad que esto es fantasmagórico? y comienza el segundo acto em la Cámara de Diputados. El secretario lee la famosa nota del subdelega do de Tirúa. Don Enrique elel Campo se enfurece. ¡Eso es mentira! grita Yo me siento bien. ¡Se sienta bien! Se sienta bien!— van dicien do, uno por uno, varios diputados: mientras otros exclaman: ¡A ver! a ver! El culpable es el Ministro del Interior, pro sigue gritando el diputado del Campo Todo eso ■es una vil calumnia. Mi honor ha salido ileso Pero no así las posaderas del honorable señor diputado, dice alguien Estamos en presencia de un hecho práctico, perfectamente práctico; y no puede Su Señoría negar cpie estuvo en casa de •aquel subdelegado, mientras no compruebe la. ¿No. Pasa. es. un mes. —. —. —. —. —. —. —. —. —. —. —. procedencia. de. ese. morclizco..

(24) —. 22. —. El señor Eioseco ofrece sus conocimientos mé dicos para examinar la cuestión. Del Campo lo rechaza enérgicamente. Alguien sugiere la idea de si la mordedura provendrá de un perro loco.. ¡Horror!. El. portero dispara como una bala, en loco, á buscar los la. cuanto oye hablar ele perro. ceadores de la perrera municipal. Que se nombre una comisión tado. —. —. dice. un. dipu. ¡Aceptado, aceptado! responden todos. Se dividen las opiniones en cuanto al nom bramiento y al fin se designan dos comisiones: —. —. Meecks y Pérez Montt están en una; Mac-Iver y don Eduardo Matte en la otra. Del Campo lucha furioso entre Meecks y Eio seco, que quieren examinarlo. El telón cae lenta mente.. La sesión siguiente es el tercer acto. Meecks y Pérez Montt piden la. palabra. y. cantan:. Juzgando. por los síntomas. Que tiene don Enrique, No hay eluda que está hidrófobo Pues rabia como un quicpie.. Por tanto aseguramos Que es claro cual la luz Que el principal culpable De todo es Silva Cruz. Suenan chillidos y aplausos; del Campo se agitado que nunca. Otros silban á más no poder y gritan: ¡Que ven ga la segunda comisión! Se presentan Matte y Mac-Iver y dicen, mo viéndose acompasadamente á ambos lados: muestra más. _.

(25) —. 23. —. Para hacer la prueba Que es de más valor Le mostré el retrato De Sotomayor; I al punto furioso, Del Campo quedó. Todas éstas, pruebas De mordizco son; Pero al mismo tiempo Bien pueden probarDe que al ministerio No hay culpa que echar. el tercer acto. El cuarto y últi terminó con un regalo de árnica qué en vió al señor del Campo un amigo cpie oculta su nombre. Telón rápido.. Aquí concluyó. mo. se. Agosto. 8 de 1899..

(26) CHEZ MR. LABOR!. ^í-cabax de llegar telegramas particulares de París que dan cuenta de una interesante escena ocurrida ayer en Eennes, en las primeras horas de la mañana, y que deseo trasmitir á los lectores. He preferido dejar en francés todos los diálogos, para que no pierdan su sabor. La escena pasa en el dormitorio de Mr. Labori, abogado elel capitán Dreyfus, herido por uñábala el 13 de Agosto. Han pasado seis días desde que se cometió la tentativa de asesinato. La elegante sala está á media luz. Entra el ayu da de cámara y se acerca al lecho del enfermo. Monsieur! Je vous demande parclon si je vous réveille. —Eli! ¿era' y a-t'il done? II y a un télégramme pour vous. Ene-ore des télégrammes! Deux mille deja! Le coquin savait bien cequ'il sefaisait. S'il ne m'a pas tué sur place, c'est parcequ'il était convaincu de ce que je ne résistérais pas a l'avalanche ele clépéches telégrafiques. Faites dn jour. Donnezmoi le télégramme. Monsieur désire-t-il epie je luí prepare de la —. —. —. —. morphine? Oui; il —. faut. prevenir. un. accielent..

(27) —. 25. —. (El ayuda de cámara ilumina la habitación. Mr. Labori abre el telegrama con aire desesperado y lee:) "Labori. Nuestra calurosa adhesión. Aboga dos Yalpakaiso." Qu'est-ce que c'est que ca, bon Dieu?... Je ne comprends pas... Yalparaiso?... Ce sera un nom de ville, sans doute. Oui, monsieur. C'est plus loin que Fashoda. Alors, ca cloit étre en Afrique... Au Lycée en cloit savoir oú se trouve ce pays. Approchez le téléphone. (Mr. Labori llama por teléfono al Liceo ele —. —. —. —. —. Eennes). Monsieur le proviseur? Oui, monsieur. Yotre professeur de géographie est-il assez imhécile pour connaítre quelque chose de lAfrique méridionale? Oui, monsieur. Si vous en avez besoin, j'irai l'appeler. 11 viendra tout ele suite. (Pasa un momento y suena la campanilla.) Monsieur le professeur? A vos ordres, monsieur l'avocat. Savez-vous oú se trouve le pays de Yalpa —. —. —. —. —. —. raiso? Je crois que c'est une ville de Guatemala. Et Guatemala? Sa situation exacte, je ne la comíais pas. Si vous víais intéressez, je puis consultor mes cartes. Mais je crois que c'est una colonie espagnole. —Bien, monsieur, granel merci; ne vous déran—. —. —. plus. (Corta la comunicación.). .gez. —. —. Alors,. ca. Monsieur!. cloit étre. en. espagnol.. Gastón!.

(28) —. —. Apportez-moi. 26. —. le dictionnaire. espagnol-fran-. <;ais. Le voici, monsieur. Cherchez le mot calurosa. Calurosa veut diré: tres chaud. Ah! oui, c'est ca. Qa vient á cause de Veté. Cherchez adhesión. Adhesión, adherirse: se ranger du cóté d'un ■—. —. —. —. —. fait, rápplaudir-,. etc.. -Alors ees sauvages ont voulu applaudir l'attentat!... et m'en font part...ámoi méme!... On trouve toujours cíes gens qui déraillent! Donnezmoi du jpapier, ele l'encre et une plume. —. (Mr. Labori escribe "Mr. Démange:. lo. siguiente:). "Mon cher confrére: Jai appris qu'on va répésur A'ous l'attentat dont j'ai été victime. Ne le seulement craignez pas coup de revolver: craignez encoré la mitraille de dépéches de toupluz tes sortes, des avocats ele l'univers entier. Je crois de mon dévoir de vous mé-ttre en garde.... contre les télégramines. Yotre tres dévoué. Labori. Gastón, faites porter ca chez Mr. Démange. Et je vous previens que si. vous m'apportez une autre dépéche, je vous ferai éxiler á l'ile du Diable. ter. -. —. EONQUILLO.. <m®. m.

(29) UNA. NUEVA. NACIÓN. 7§i los. Estados Unidos no se apresuran a poner práctica sus tendencias imperialistas y á luego realizar las profecías de Cecil Ehoeles, en diez años más tendrá que perder por completo las es peranzas de apoderarse de la América del Sur. Porque en cada nación hay muchos hijos que van llegando á la mayor edad y quieren indepen dizarse y construir cada cual una nación separada. Y crecerá tanto al fin el número ele naciones ■que los Estados Unidos se- verán apurados para cubanizarlas á todas. Porque es claro: á un hom bre puede serle fácil matar un toro, un león y aún un elefante; pero por más cpie trabaje nunca lle en. á. extinguir completamente un hormiguero. prueba de todo lo dicho está en la nueva república epie acaba de formarse en Bío Acre. ¿Eio Acre? ¿Y dónde está eso? Cánsese el lec gará. La. ese nombre en el mapa americano, y después de caerse muerto ele cansancio, resu) tara que no habrá llegado á encontrar el nombre de la nueva nación. Y sin embargo, nadie puede negar su existen cia: lo aseguran los telegramas de ayer. Es un plueblecito de treinta y cíos habitantes, situado á la orilla de un chorlito de agua que lie-. tor buscando.

(30) —. 28. —. tiene fuerzas para tanto; que desapa el nombre de Bío Acre. Y el tal río debe ser el amargo de malo como lo indica su apellido. El plueblecito florece á la sombra ele un árbol cor pulento que crece á modo ele hito, en las fronte ras de Bolivia y el Brasil. Estas dos naciones venían disputando desde hace muchos años la propiedad y la posesión del árbol y ele su pueblecito, no porque valiera gran cosa, sino porque el árbol tenía ramas muy pro picias para que se ahorcaran cómodamente loa turistas ingleses desesperados de vagar por esos. va.... nó,. rece. bajo. no. andurriales. Y el pleito vino alargándose, hasta que ante ayer los habitantes ele Eío Acre, que habían teni do barruntos elel pleito, se reunieron en comités, en familia, y con acompañamiento de unas cuan tas mazorcas ele maíz tostado al recolclo, acordaron. declararse nación libre, independiente yr soberana y constituirse ipso fado en república. x como lo dijeron, lo hicieron: eligieron Presi dente de la Eepúbliea á don Luis Calvez, y su Excelencia clon Luis Gálvez publicó inmediata mente carteles manuscritos en verdes hojas que se fijaron en las puntas más salientes do Jas i-amas del árbol tutelar y se arrojaron á puñados en el chorlito de agua del Eío Acre, para qne la noticiallegara á conocimiento de todas las naciones civi lizadas. Cumplida esta primera medida, el Poder Ejecucutivo reunido en masa, es decir, el Excmo. señor Presidente de la Eepúbliea, doctor don Luis Cal vez, se echó ayer á organizar el Ministerio. Pero, según las noticias trasmitidas hasta anoche, toda vía no se había encontrado ningún estadista que quisiera hacerse cargo de la cartera del Interior y organizar el primer gabinete. ,.

(31) —. 29. —. Los Ministros ele Hacienda si que sobran; por que tóelos los habitantes tienen gran interés en cosechar los frutos de una palma que vejeta en las inmediaciones, solitaria como una muela única en una boca despoblada. Cada cual quiere ser el dueño de la cosecha. Y este incidente tomará, según parece, vastas proporciones: porque la opinión pública se ha di vidido en dos bandos encontrados. Una media docena de rioacrenses, que poseen garfios propios para la cosecha, se han empeñado en que el gabi nete sea aliancista, esto es, que ele entre ellos sean elegidos los miembros del Ministerio: y otra doce na y media quiere para sí el gabinete á título de coalición, porque siendo los más se creen con de recho á ser los administradores ele la cosecha pú. blica, No han llegado otras noticias; pero como sigo interés el período de lactancia ele la Eepúbli ea, ele Eío. Acre, comunicaré á los lectores todo lo con. que ocurra. Entre tanto el Brasil y Bolivia se han quedado con la boca abierta y las manos estiradas, asom brados de que se les haya escapado la presa como por arte de encantamiento. nuevo. Agosto. 25 ele 1899..

(32) j32s35£35&Sa^;^^. EL ARTE NUEVO.. -Non es de sesudos liomes Ni de infazones de pro Pagar las deudas á tienpo Y no sablear por mayor. ( KI desafío ú «n We-CCMEÜIA DE ACTUALIDAD-). ^BL que dijere epie la caballería andante fué institución ele otras edades, tpie se estinguió hace siglos y que los libros que ele ella se escribieron están ya enterrados bajo la ciclópea, lápida del ridículo que les echó encima Cervantes; el que di jere todo eso es uncándidc muy digno de caer despedazado bajo el filo de esa misma caballería cuya existencia niega. La caballería andante existe aún, mucho más lozana y vigorosa que en los tiempos de Amadís y de don Beliánís; mucho más audaz y prepotente que la de aquellos caballeros que rompían monta ñas con la espada y cortaban á cercen la cabeza de diez gigantes con un solo mandoble; mucho más numerosa que la de aquellos siglos en que se veían millares de representantes suyos en cada una ele las naciones conocidas..

(33) —. 31. -. Esta' vieja humanidad. es siempre la misma; no tiene jamás: hoj^ las mismas buenas y malas pasiones que hace cuatro siglos; y no era cosa de dejar olvidada la institución de la caballe ría anclante, que tan claras muestras da de lo que son esas pasiones. Sólo que lian variado los acci dentes, para que la institución se adaptara á las necesidades de la época. Hoy el caballero anclante no usa bridón de com bate, ni gasta yelmo, peto, espaciar ni las demás piezas de la armadura; se viste con el traje corrientey esgrime, poi única arma, el sable: un sable in visible casi siempre, que rara vez se ve venir, que hiere ele improviso, que parte en dos o en diez. al prójimo más duro, que así divide al individuo como á la corporación, al banco como al fisco. El caballero de hoy no lleAra empresa en el escuelo: lo más frecuente, lo seguro es eme carezca no sólo de un escudo sino hasta de un centavo: y en cuanto á empresa, es excusada porque cada uno ele los del gremio usa una epie es común á todos:. se remoza. .. Medio mundo sablea Al otro medio; Y yo doy de sablazos Al mundo entero. La institución. es. universal. cuanto. en. cuanto á. su com. objeto. Lo es en cuanto á su composición porque hay en ella sablistas de todas las categorías:. posición. y. en. a su. desde el magistrado altivo hasta el que pesca en ruin barca.. -.

(34) —. 32. —. Testimonio de ello es el siguiente despacho trasmitido anteayer de lama: nEl coronel Barrenechea se presentó ayer á los Tribunales pidiendo que el ex-Presiclente Piérola reconozca su firma en varios documentos pecunia rios y pidiéndole también el arraigo de dicho exmanclatario." ¡En donde se vé el sable elevado a la categoría ele. primer magistrado. ele. una. Eepúbliea!. también universal en cuanto á su objeto, porque no hay quien esté libréele quedar partido de un sablazo: La institución,. es. Rápidas sdblis aequo pulsat pede Pauperum tabernas regumque turres. El. proyecto ele concesiones otra. á los. senadores hi. que gigantesco quiere descargar contra el fisco? Hoy no se puede decir: de este sable me esca paré. ¿Quién hay bastante alto para evitar el largo,. potecarios ¿qué sablazo que. cosa. es. un. se. el indefinido alcance del sable?. Lector, si tú no lloras, pon atento La vista en tantas vidas destruidas; Mira cuántas fortunas destrozadas, Y casas comerciales, que violento El sable derribó, yacer tendidas: Y ya en alto silencio sepultados Sug. dueños celebrados. Así la casa Baring imagino. Que un sable derribó ¡sable argentino! Y á tí ¡oh Fisco! en mil ruinas sumergido, Padre ele los bolseros y los flojos: Y á tí víctima infausta, de los rojos, Banco Crédito Unido,.

(35) Emulación ayer del Banco Matte,. Hoy quebrado á remate; Que no os respetó el sable, no la suerte JNi por robusto á tí, ni á tí por fuerte. Cuando todo progresa, cuando todo. se perfec posible suponer que los sablistas de profesión se quedaran rezagados y se resignaran a ser tildados de oscurantistas y retrógrados. Acechar á un prójimo en una encrucijada, en despoblado y entre las sómbrasele la noche, po nerle un puñal al pecho y quitarle con voz espan table _. ciona,. no es. y. fue. eso. ele. como. de. ultra-salvaje: ¡la bolsa ó la vida!—. primitivo, salvaje, bárbaro, propio. tan sólo. y de. escasez. aquellos tiempos de ignorancia. absoluta de civilización y buenos modales. Pasaron los años: el vapor corrió por los carri les y por los mares y la chispa eléctrica, aprisiona da en un alambre, salvó las distancias con mágica rapidez, sólo igual á la del pensamiento. (Perdonen Uds. este trozo de discurso.) Y el sable progresó también y alcanzó formas más humanas decentes. y Ya no se gritó: ¡la bolsa ó la vida! sino que se entablaron diálogos afectuosos, llenos ele amabili dad y dulzura. En mitad de una calle ó en un sa lón el sablista se acercaba á la candida victima y la saludaba con gran cariño: Mi querido amigo, qué placer tengo en estre char tu mano. ¿Estás bueno? Tienes buen color; se conoce que eres un hombre feliz... Así, así respondía el otro, muy satis .ecne de la lisonja, en lugar de contestar con un garro —. —. tazo.. —. —. ¿Y tú?. Yo, muy regular; mañana debo platita de una herencia, ele modo. —. una. oportunidad. de convidarte á. un. ele recibir que tendré almuerzo..

(36) —. 34. —. Hombre, mil gracias, eres muy amable. Al fin recibes lo que mereces. Te felicito. Ya sabes tú que puedes disponer de mí cuando quieras. A propósito, tienes por ahí algunos cincuen un ta pesos que necesito en este momento mañana te cancelo .apuro.... Y el desgraciado caía en Ja trampa como un tonto y los cincuenta pesos se iban para no volver, como las golondrinas de Becquer. Pero hoy hasta ese cultísimo sistema está pa sado de moda y ha llegado á ser como un resabio de atraso, pues las necesidades del progreso han —. —. ..... ..... reformas y perfecciones. Y la fecunda inventiva del sablista, cpie está siempre en armonía con el adelanto de los tiem pos, ha descubierto ahora lo epie puede denomi-' narse el sable colectivo. Los antiguos sistemas sólo permitian sablear á un solo individuo; hoy con el sable colectivo se sablea á muchos á un tiempo. ¿Sabéis, lector-es incautos, en qué consiste este sistema? ¿No lo sabéis? ¡Ah! es que habéis sido sableados con tal suavidad que ni os habéis dado cuenta de vuestra desgracia. ¡Qué maravilla, epié dulzura de sistema! El sablista moelerno, de moda, toma una hoja de papel blanco y arriba, en el comienzo de la página, escribe en gordos caracteres:. exigido. Subscripción para comprarle un corset á la viu da de D. Fulano de Tal, distinguido correligionario que sacrificó varias veces su vida en aras del-part id o.», En seguida escribe los nombres de tres ó cua a. tro directores y les pone á continuación ma. de. diez, quince. ó veinte pesos,. con. una. su. que supone.

(37) —. 35. —. han subscrito: y, así armado, principia á visitar correligionarios menucios y les pide se se suscriban para esa obra tan caritativa. Los inocentes van cayendo uno á uno, diciendo: ¡Pobrecita viuda, cómo sufrirá! Yo conocí mucho á D. Fulano; era un buen correligionario. Apúnteme con cinco pesos. Otros, que son muy modestos, dan un peso ó dos solamente y se hacen apuntar N. N, para di simular la pequenez del donativo. Yasí se juntan trescientos ó cuatrocientos pesos, que el sablista remuele en seguida con otros sa blistas, hasta, el último centavo, y sin beber si se. á todos los. —. copa por los subscriptores. averigua, resulta que no ha habido tal viuda, ni tal correligionario y todo ha sido una,. quiera. Y si. una. se. estafa ó poco más. Mucho cuidado, correligionarios, con esas subs cripciones: los nombres que las encabezan suelen ser falsificados y se les pone en lista como cebo para cazar zorzales. Debemos estar listos para responder como un amigo mío, víctima de los sablistas. Se le acercó un elia uno de éstos, uno de los más temibles y. recalcitrantes conocidos y por conocer: Hágame Ud. el favor de prestarme diez pesos: se los devuelvo mañana de madrugada, sin falta —. alguna. Amigo, respondió. el otro, me levanto tarde, de modo que si le presto el dinero, Ud., cpie es tan cumplidor, irá á hacerme madrugar para pagarme. Discúlpeme, pues, cpie no acceda á su petición. Con que recomiendo á Uds. la respuesta. —. Junio II de 1900.

(38) &S8Sg^&íESgí&s3BS£&ss&. CUESTIÓN DE. CAÑONAZOS. que todas un vol cán; no ha sabido cpie ha estado á punto de pro ducirse un gran conflicto, que no habría termina do sino con la desaparición de una do estas dos naciones: Francia ó Chile. No es broma; hablo perfectamente en serio. ¡Líbreme Dios de querer burlarme en materia tan extremadamente grave y echar á risa una cuestión. ||a población. de. Yalparaiso ignora. estas noches ha estado durmiendo sobre. tan. capital!. En uno de los últimos días de la pasada sema na los jefes de las divisiones chilena y francesa ancladas en la rada de Yalparaiso se hicieron una solemne visita oficial. Quien primero cumplió fué el capitán Señoret, jefe ele la división chüena; el cual fué al Protet, á saludar al comandante Germinet, jefe de la divi sión francesa. Al verificarse la Adsita, el marino visitado saludó al visitante haciendo disparar nueve cañonazos. Bien sabido es que entre mari nos las cortesías se hacen de ese modo: á tiros..

(39) —. 37. —. Poco después el comandante Germinet pagó la visita y su colega lo saludó á su vez con otros nueve. cañonazos.. tenemos el conflicto! El marino francés envió una nota á su colega en la cual expuso que éste no había cumplido con él de la manera cpie fijan los códigos: n C'est un.. ¡Y aquí. peu. trop fort,. cher collégue: vous m'avez coups de cannon, que je ne vous. mon. siipprim.es deux pardonne pas. a. Contestó Señoret diciendo que nada había que reprocharle: "Ud. es jefe de división como yo, y como tal le corresponelen nueve cañonazos; no es toy dispuesto á regalarle los otros dos que usted me reclama." Y so enhebraron notas sobro notas y la cosa empezó á armar ruido ¡Claro! como cpie se trataba ele cañonazos! Yo decía el comandante Germinet soy jefe de escuadra y tengo derecho á once cañona zos: vengan los dos que me faltan. Yo soy ele más categoría decía el capitán -Señoret pues mi insignia está- izada en un bu que de 8,000 toneladas, mientras epie Ud. la alza en uno de 4,000, y sin embargo, me he quedado satisfecho con los nueve que Ud. me disparó. Mi código es terminante: merezco once y Ud. •debe dispararme los que me faltan. C'est clróle, ma foi; vous étes assez méchant, si vous m' esca mote.? ees deux coups. Y la cosa subió de tono; hasta fué necesario que se formara un Consejo Naval. El Consejo se reunió ayer por la mañana y oyó ..... —. —. —. ,. —. —. —. ,. —. á las dos. partes..

(40) —. 38. —. Taccuse (1 ) Mr. le capitaine Señoret de m'avoir économisé deux coups ele cannon. Yo no le doy medio cañonazo á nadie, aunque —. —. me. partan.. El. Consejo resolvió salomónicamente. evitemos el conflicto. Pe Caballeros elijo gúense mutuamente dos cañonazos más cada uno —. —. —. ,. y. ¡santas pascuas! Ambos aceptaron. y á medio día ele ayer se re Él las visitas. pitieron capitán Señoret'fué al Protet y le dispararon once cañonazos. El capitán Germinet pagó la visita y le pegaron otros once. Con lo cual todo quedó en paz y ambas nacio nes dieron un suspiro ele satisfacción.. Setiembre 29 de 1899.. (1* J'accuse; expresión de moda con. ella la famosa caita de Zula. en. en ese. tiempo, por comenzar Ureyfus.. defensa de.

(41) LA INVENTIVA EN CHILE. igSsi como Inglaterra es la tierra clásica del "whiskey y Francia la ele las graneles locuras, nues tro Chile parece. ser. la tierra clásica ele los inven. tores, porque apenas pasa día. en. epie. no se. pida. exelush-'O para algún invento portentoso, y también más ó menos. siquiera un privilegio más ó menos chiflado.. ¿Proviene esta asombrosa facilidad que tienen los chilenos para inventarlo todo menos la pla ta, se entiende del estado ele crisis, de suma po breza en que nos encontramos? Más discurre un hambriento que cien letrados, dice un refrán tan viejo como el hambre. Y no hay eluda de que, afligidos los estómagos por la —. —. y la ausencia de pan, se echa la inteligen cia á discurrir los medios de inventar un pan barato, de adquirir riquezas con escaso trabajo y. penuria costo.. Pero, engendrados esos hijos en tales circuns tancias, nacen tan mezquinos que apenas viven lo que viven las rosas: el espacio que se tarda leer el decreto que concede el privilegio.. en.

(42) —. 40. —. No quiero ofender á nadie, ni mucho menos; referirme á esos inventos que son productos de? inventiva, un cerebro bien equilibrado y de una. genial.. Pero al lado de los inventos que surgen ó van camino de surgir y de enriquecer á sus inteli andan bus gentes autores ¡cuántos' otros hay que cando un Mecenas industrial y más ó menos mando de bolsillo que los lleve á la práctica! Entre estos últimos puede señalarse el eterno sub-marino Urzúa, que todavía no aprende á, nadar; el mejoramiento moral de los criminales, ideado por clon Excequiel Salas Eamírez, inven tor que aun no ha logrado mejorar á ningún pillo. como que todos están peores; la bicicleta sin ruedas, ele no sé epié vecino de Talca; y tantos. otros ele que diariamente habla la prensa. En el año pasado llegaron á sesenta y tres los privilegios exclusivos concedidos por el Supremo Gobierno, en los cuales no hay seguramente un solo invento que haya produclido á sus autores la. milésima ¡jarte del beneficio que rinden cada. día otros más modestos. ¿Hay acaso descubrimien des to más sencillo y más humilde que el arte, cubierto en tocio Chile ele hacer salchichas de chancho con carne de perro? Y sin embargo ¡á. cuántos ha enriquecido 3-a, y sin meter ruido! Pero la fiebre de la inventiva no se amortigua. un solo instante y cada día produce nuevos frutos: unos cpie se comentan en público y cpie obtienen la patente del privilegio exclusivo; otros orgullo sos, que no han menester de esta protección y que dan origen á numerosas y vastas asociaciones comerciales. Estos inventos abarcan todos los campos de la actividad humana y se refieren á todos los objetos. en. —. —.

(43) —. 41. —. Pero los más tienen por fin el buscar dinero, el iabricar aparatos para evitar el trabajo y aumen. -. tar la. -. ganancia.. Así en 1898 se privilegió un aparato destinado -á abrir caminos. Y últimamente se han inventado •otros para fabricar adocpiines de papel. La fuerza motriz es la cpie se atrae todas las •atenciones y todos los estudios. Se ha inventado un aparato para aprovechar la epre producen las ruedas de los carruajes y otro para recoger la eme producen los estornudos en los romadizos. Y ac tualmente se están echando las bases ele una so ciedad comercial que tiene por objeto la explota ción de un invento eminentemente práctico y lu■crativo: es, también, un aparato y con él se apro vecha la fuerza motriz de las bofetadas que se pierden en los días de las fiestas patrias. No es menos socorrido el campo de la minería y la metalurgia. Se han inventado procedimientos, miry curiosos y nuevos, para estraer el oro de las -cabelleras rubias, las perlas de las dentaduras, la plata de las voces argentinas, el coral délos labios rojos, el azabache de los ojos negros, y el oro de los clientes tapados. Otros procedimientos tratan de fabricar bebidas de las cutis de idem; refrescantes con la nieve los clavos el hierro ele de extraer que meten en y todas partes los tramposos. Todo se inventa, todo; pero el dinero se ríe de. todos los inventos. Octubre 22 de 1899..

(44) LOS. lSt,. ENTIERROS. han dicho muchos, es verdadero de que la humanidad vive hoy al Vapor y aquello tocio de carrera y se cía gran prisa para hacerlo en el menor espacio de tiempo posible, á ello se dc-ibe, sin duda, el que haya centenares de indivi duos que se dedican á buscar entierros, que es el modo más rápido ele hacer foituna. Para es la familia que no posea un derrotero, perfectamente auténtico é incontestable, de un en tierro que esconde muchos miles ele onzas ele oro, encerradas en un cántaro ó en una tinaja ele gre da, bajo una piedra muy grande y al laclo del clásico esqueleto humano. El entierro está leqos, en la confluencia de dos caminos cpie se unen para. atravesar la cordillera: por más señas hay por allí unos quillayes, desde donde se dirige una visual á una peña que se alza escueta en medio ele una loma, y á cuyo pie yace la fortuna, la riqueza, Iosmillones, enterrados por los godos después ele la batalla ele Maipú ó por los patriotas después del desastre, de Cancha-rayada. Otras veres el entierro está más cercano: en tal ó cual casa antigua, de mojinete español, me dio derruida, dónele penan mucho; ó entre loscomo.

(45) —. 43. —. ele un caserón de campo que un tiempo iué convento ó molino adhuc sub judice lis est de los jesuítas. Y estos derroteros se guardan religiosamente, entre las más sagradas y venerandas reliquias de la familia; y se habla ele ellos de tarde en tarde, en las noches de invierno, al amor del brasero y en tre mate y mate. En él está el futuro esplendor de la casa y un día irá el jefe ele ella con muchas muías y pocos peones cpie éstos son codiciosos y ladrones ,acompañado de los dos hijos mayo res, y sacarán el entierro, con el cual vendrán para la familia tiempos de esplendor, de abundan-cia, de gran lujo y gran soberbia, con que deja rán humillados á todos los copetones ele Santiago. Y sucede siempre que hay muchas familias cpie poseen el mismo derrotero del mismo entierro, pol lo cual tocias ellas disputan negándose mutua mente la autenticidad del documento, como las sobrinas ele la Antonina Tapia. Pues ahora, se está llevando á fin el programa de uno de estos derroteros, traído de Buenos Aires por un francés que busca el respectivo en tierro al pie del Santa Lucía. Según dice un diario, la cantidad que allí se busca es ele cuatro millo dia nes de pesos en onzas de oro; y según otro tiene más ardiente cronista rio, cuyo imaginación, lo enterrado son cuatro millones de onzas ele oro, lo cpie formaría, al cambio ele ayer, la suma de muros. —. —. —. —. papel-moneda. ¿Qué habrá en el fondo de la excavación? En un pueblo del sur se hablaba siempre' de mu pie en las casas de la municipalidad penaban un entie había cho, por lo cual se aseguraba que rro en ellas. Las casas eran viejas, del tiempo de la independencia, en epie habían desempeñado. 231.260,000 pesos. i.

(46) —. 44. —. oficio de cuartel; más tarde fueron cárcel pública. mu y, por fin, remozadas pasaron á ser oficinas. nicipales.. Como amenazaban ruina, los ediles acordaron demoler el vetusto edificio, instigado cada cual por el deseo de atrapar el entierro Empezó la demolición y, llegado el momento oportuno, se dejó para la noche el trabajo de cavar en cierto cuarto. A las doce de una noche oscura se reunieron allí los doce municipales y entre zozobras, temor de ser sorprendidos, saltos de corazón y mucho miedo á las ánimas, empeza ron á cavar, sin valerse de peones, sino con las. propias ediles manos. La fortuna estaba allí al alcance ele las barretas y de las palas. Trabajaban tres á un tiempo, mientras que los demás, inclinados sobre la excavación, que se agrandaba rápidamente, espiaban á la luz de una. linterna, con ojos avisores, ya el hoyo, ya los al rededores, para evitar las sorpresas de gente de éste, ó del otro mundo. Tres ó cuatro horas transcurrieron en que la. ansiedad que oprimía todos los corazones había. ido creciendo más que la excavación y había lle gado hasta el ultimo punto de la intensidad. ¡Una piedra! ¡una piedra! gritó uno de los-. —. municipales. Se oyó un rugido contenido,. ele gozo inmenso, y todos acuiellos hombres se estremecieron de placer, ele avaricia casi, y redoblaron las precau ciones para evitar las sorpresas. Aymden que es muy pesada , dijo otro desde el fondo de la cavidad. Y varios otros municipales entraron al hoyo; pasaron cuerdas por debajo cíela piedra y unos de arriba y otros de abajo tiraron y arrancaron la. piedra de su sitio. —. —. -.

(47) —. —. —. ¿Qué hay? Nó. —. ¿se. ve. 45. —. algo? ¿alguna tinaja? el fondo ; hay. contestaron desde. —. tiei. rra.. Debe ser la tapa de la tinaja. Bueno seríabarretazo. Bueno, alumbren un poco. Se enfocó la linterna y todos los rostros se in clinaron hacia el hoyo. El municipal más robusto alzó la barreta, hizo un esfuerzo y descargó el golpe y ¡oh placer! la barreta, signo seguro, sehundió y desapareció por el agujero. Pero al mismo tiempo saltó por el orificio un líquido de una fetidez espantosa, que bañó á to dos los municipales... ¡Habían desenterrado las antiguas letrinas ele la cárcel! —. dar. un. —. Octubre 26 de 1899.. ©Í^Q).

(48) a3. UN CLUB DE. "Son. EJERCITANTES. calor ha comentado la prensa en estos días la visita que en la noche del sá últimos tres bado hizo la policía de Santiago al Club de Sep tiembre. Se había denunciado que ese club era un garito ■de jugadores; que allí se reunían noche anoche. centenares ele individuos aficionados al ladislao ó : sea juego de chica y grande] que circulaban sobre el tapete verde hasta centenares de miles de pesos; centro de ■que el referido club era como el gran se con fin la sociedad en de entera; y corrupción staban tantas iniquidades y se calumnió tanto al inocente club, que el juez del crimen resolvió estender una orden para cute la policía allanara el establecimiento y sorprendiera, á los jugadores con las manos en las cartas y la vista en la plata. A las once y media de la noche del sábado, esto <-s, veinticuatro horas después ele despachada la orden ele allanamiento, catorce agentes de policía, mandados por un ayudante y todos armados hasta los dientes, se presentaron á las puertas del club, después de rodear toda la manzana, en medio de absoluto silencio, pues se habían forrado en gau-.

(49) —. los. 47. —. de los soldados para que el ruido alarmara á los jugadores. pasos La noche estaba tranquila; las estrellas irradia ban callados fulgores; ningún coche turbaba el sueño de la ciudad; y el silencio era lúgubre y tan completo que se hubiera sentido el ruido de los naipes movidos por la diestra mano del banque. gochos de. pies. sus. no. ro.. Dos agentes entraron cautelosamente: sonaron estridentes algunas campanillas eléctricas; los de más soldados penetraron á su vez: llegaron hasta el gran salón y allí vieron ¡oh desencanto! á variosdistinguidos caballeros que jugaban de la manera, más inofensiva, quienes á las damas, quienes al ajedrez, quienes al tres en raya y quienes al ten derete. ¿Y era aquella la sombría manida ele jugadores que se desollaban vivos al baccarat, al. monte y á la ruleta? Tentados estuvieron los pacíficos jugadores de clamas á cpiedarse inmóviles como Arquímedes, pero sonaban los sables y las carabinas de los, agentes y hubieron de levantar la cabeza y ele mostrar en el rostro la más estupenda sorpresa. Los agentes despechados se echaron f iuíosos á recorrer todos los salones y todos los desvanes y á levantar todos los muebles para sorprender á los verdaderos jugadores que se ocultaban en al gún sitio reservado. Todos los afanes iban resul tando inútiles, hasta que un agente gritó: ¡Aquí están! ¡Aquí están! ¡ya los pillé! Acudieron todos a la \ ez y se hallaron delante de una puerta cerrada, y por el ojo de la llave pu dieron atisbar á un jugador, el banquero sin duda, cpie con ojos ávidos miraba una baraja que tenía —. en. la. mano. ¡zquerda..

(50) —. 48. —. Ya no habia duda posible. Cargaron todos, se abrió la puerta con gran estrépito y los agentes cayeron como un alud en el interior de la pieza... Pero había allí un solo individuo, que tenía en la mano un naipe grasiento y ya redondo en las esquinas por fuerza del uso. El jugador se entre tenía en sacar Solitarios con una paciencia in finita... ¡Claro! si no había con quien jugar! qué había ele hacer! Pe retiraban furiosos los soldados y al pasar por la cantina vieron que toda ella estaba surtida de limonadas, hola, agua de grosella, una que otra inocente media Pilsener, mientras que dos jóvenes bebían tranquilamente, el uno un modesto sifón y el otro un Apollinaris con goma. Salieron ele allí y fueron á ciar á la biblioteca, en cuj'a elegante estantería vieron numerosos ejemplares del periódico ele la Liga anti-alcohólica, un volumen muj' usado ele Pablo y Virginia, tres tomos ó cuatro del Filidor, varios de cuentos morales del canónigo Schmidt y una colección del Almacén de las Seüoritcts. En ese momento un soldado llegó á decir al oficial superior que arriba, en el último piso, había un cuarto misterioso, cuidadosamente cerrado y escondido entre pasillos y recovecos, desde cuya puerta se oían ruidos de fichas y ele cuando en cuando rumor de voces que disputaban. ¡Al fin! •clamó el oficial : ellos son; ya los tenemos! El piquete se trasladó al cuarto misterioso y cogió todas las puertas y ventanas: el ruido de las fichas y de las voces sonaba distintamente... Con una ganzúa, llevada á prevención, abrió el oficial la puerta silenciosamente y quedó á la vista la ■criminal escena: una larga mesa, al rededor de la cual se sentaban veinte ó veinticinco jugadores, —. —.

(51) —. 49. —. tan abstraídos por el vicio del que no oyeron á la policia. Esta ya iba á lanzarse á coger á los culpados, pero el oficial impuso silencio con un ademán, para jugar con las víctimas como el gato con el ratón. Pero sonó en esos momentos la voz del. atentos, inmóviles,. juego. montero que,. leyendo. unas. fichitas, chiquitas,. re. donditas, iba diciendo: ¡Se va la bolita! ¡Se va la bolita! ¡El triste -Juan de Montoya!... ¡Los anteojos de Pilatos! ¡Los dos patitos! ¡El estribo!... ¡Nuestro padre Adán!... ¡El único!... ¡Las calabazas! ¡Aquellos picaros estaban, jugando ala lotería! ¿Podía darse un establecimiento más inocente? .¿No era la suprema injuria tildar de tahúres y atropellar como á tales á unos pacatos caballeros ■que se dedicaban á tan inocentes pasatiempos? Quedó, pues, restituida su buena fama al Club de Septiembre. Pero las malas lenguas dicen que el allanamiento se malogró por excesivo celo de —. .... policía: los agentes acudieron con tal prisa que algunos estaban allanando el club mientras el grueso de la tropa todavía preparaba las armas en el cuartel, y así. pudieron los jugadores poner se en guardia. Otros agregan que del mismo juz gado partió el aviso. la. Pero todas son calumnias; lo cierto es que el Club de Septiembre no es sino una casa de piado. sos. ejercitantes. Noviembre 8 ele 1S99..

(52) ^Mzén^-^-r^&M. k^/SZG!cS.2_7^7T7.1JTlGZC7!L7¿íi;¿b^^. EL "TRUST" DE LAS FIRMAS. EL. "EECORD" DE LAS SOLICITUDES. fEjUEíosisiMAS han sido las escenas que se han desarrollado en el senado norte-americano, el 4 de Diciembre, con motivo del juramento ele los nuevos. senadores.. Entre los. nuevos. traba el honorable. .. padres conscriptos. se. encon. Mister Eoberts,. senador electo por Utah, que se presentaba al Congreso con el prestigio de un múltiple matrimonio. Mr. Eoberts pertenece á la secta de los Mo ríño nes, valientes sujetos que tienen la espantosa energía y el denuedo sobrehumano ele casarse con muchas mujeres á la vez; de donde ha nacido la raza de los suicidas y los locos. Un polígamo en el parlamento yankee era algo inusitado, y por eso la presencia ele Mr. Eoberts suscitó enérgica oposición y/ produjo violentos. altercados; tocios aquellos inofensivos padres cons. criptos, que sola mujer. sabían cómo entenderse los casados , tuvieron que. no. —. —. con una. calificar.

(53) —. 51. —. de loco al que llegaba cargado con las cadenas de múltiple matrimonio voluntario. Antes que el Senado, la opinión pública se había pronunciado contra Mr. Eoberts, por medio de una presentación, que se llevó al Congreso, firmada por siete millones de ciudadanos cpie pe dían la espulsión del polígamo. ¡Siete millones de firmas! Para recogerlas se había dividido el trabajo y á cada individuo se encargó epie recogiera sola. un. mente. doscientas, de. 35,000. personas para amontonar. manera. que. se. ocuparon de. aquel número. fi.rmas. Y aunque todos se dieron mucha prisa y se re cogía cada firma en plazo de diez segundos á lo sumo, resultó que se emplearon en conjunto en la tarea 19,333 horas, esto es. 805 días, ó bien 2 años, 2 meses y 15 días de un trabajo completa mente estéril, según después se vio. ¡He acpú el. positivismo yankee! Como el mayor número ele las firmas tenía rú. brica, apenas podían estamparse 25 en una pla nilla de papel; fueron necesarias, pues, 280.000 páginas para dar cabida á los siete millones, los cuales, distribuidos en libros de 300 páginas cada. componían 933 volúmenes. Para llevar todos estos libros al Senado se ne cesitaron 15 carretones de mano; y en la sala for maron un montón ele muchos metros cúbicos. Abierta la sesión y cuando se trataba de tomar el juramento á Mr. Eoberts, se alzó de su asiento Mr. Taylor, senador electo por Ohio, y elijo: Me opongo á este acto: Mr. Eoberts es un polígamo, que ha cometido la osadía ele casarse con varias mujeres. Hay una solicitud firmada por siete millones de ciudadanos de la Unión que pide. uno,. —.

(54) —. se. expulse á. derecho. 52. —. Mr. Eoberts. Un criminal. no. tiene. á, sentarse entre nosotros.. Mr. Eoberts (con gran flema).— Usando del derecho que me clan la Constitución y el Regla —. mento. interno, pido firmas,. tud y á las. abonadas. El presidente.. á la solici que se cié lectura ver si son de personas para. Está en su derecho. Señor se á cretario, proceda la lectura. Un momento, señor presi Mr. Numberson. —. —. dente: voy á hacer un cálculo previo. Mr. Numberson empieza á hacer números y di visiones y al fin dice: Para leer esa solicitud, á razón de un segun do por firma, necesitaríamos siete millones de se gundos, esto es, 116,666 minutos, lo que equivale á 1,933 horas. Dedicando seis horas diarias á esta tarea, emplearíamos 322 chas en la lectura. Todo los senadores se levantan furiosos ante laamenaza de aquella terrible lectura; unos embis ten contra Mr. Tajdor, otros atacan al presidente, mientras muchos empiezan á quemar los tomos ele las firmas. Al fin un senador alza la voz en el tumulto y —. grita: Propongo. una transacción: aceptemos los po deres de Mr. Eoberts y cpie él, en cambio, ceda sus esposas sobrantes á los más solteros de noso tros. (Los solterones^ espantados, se esconden de bajo de los asientos.) —. La. proposición, juntamente con los poderes, pasaron en estudio á una comisión. Esta presentó anteayer su informe, que es una pieza luminosísima. Es de advertir que en la co misión dominan los solterones. El informe dice: '■Considerando que el casarse con varias mujo-.

(55) —. 53. —. multiplicar todos los deberes y pesadum bres matrimoniales; "Considerando que el que se casa varias veces no es sino un suicida que encuentra el castigo en su propio crimen, pues las mujeres en exceso al fin se comen y devoran al polígamo; "Considerando que la proposición de que Mr. Eoberts ceda á los senadores solteros su exceso ele esposas es un violento y criminal atentado contra la libertad y contra la integridad individual; nY considerando, por fin, que el carácter de senadores no da á éstos mayor suma de paciencia para que puedan cargar sino á lo sumo con la mu res es. jer propia: "Proponemos. las. siguientes. medidas:. Que el dicho Mr. Eoberts, senador electo por Utah, sea expulsado ignominiosamente del Senado, por loco y temerario; "2.a Que no se le persiga ante los tribunales "1.a. por el delito de. poligamia, pues sus mujeres encargarán de, castigarlo sobradamente;. se. declaro traidor al senador que hizo ele que Mr. Eoberts ceda á los sol proposición teros el saldo de esposas que tiene en su contra. ir Este luminoso informe fué aplaudido con un entusiasmo loco y al punto fué sometido á vota ción. Y por 278 votos contra 50 fué aprobado y. se expulsó á Mr. Eoberts del Congreso. Cuando se proclamaba el resultado de la vota ción, Mr. Eoberts sacó un telegrama y lo leyó- en 3.a. Que. se. la. alta. Decía así: "Chicago, 25 de Enero. Diez principales misses ruegan á Ud. las acepte por esposas. Otras tantas se ponen á las órdenes clel senador que vote á favor de Ud." voz. —.

(56) —. 54. —. En vista de esto, según se dice, hay unos cuan tos senadores dispuestos á pedir la reconsidera ción del acuerdo.. Enero 28 de 1900.. ©I.

(57) ^^^^Am^.^^:?$f:^f^f^:^:^A'^l:. CONSECUENCIAS DEL FEMINISMO. ?En unos de los últimos números que he leído del New York Herald he encontrado la narración de un incidente que se publica con grandes títulos en la sección noticiosa de dicho diario. Como en nuestra tierra empieza anacer no en todos los espíritus afortunadamente el entusias mo por las tendencias feministas, creo oportuno traducir esa noticia para escarmiento ele los parti darios de la nueva escuela. En este caso sólo me corresponde el papel de simple traductor, pues apenas agrego uno que otro comentario á la rela ción del diario de ¿Nueva York. El hecho ocurrió en Chicago. Walter L. Fansvcorth, individuo de mediana edad y buena presencia, se presentó ante el ins pector de policía Arnett y le declaró que había contraído matrimonio con cuarenta y dos mujeres y que sus relaciones matrimoniales se extendían á toda la superficie dol globo. seis espo Tengo dijo el terrible feminista sas en los Estados Unidos, si la memoria no me engaña: pero bienpuede ser que sean más de seis. Calculo que tengo otras once en Europa; sois en —. —. .i. —. —. ,.

(58) —. China;. tres. otras más. 56. —. el Perú, cuatro diversos países.. en. en. en. Chile y muchas. .Y así no hay tierra ninguna, Caseríos ni ciudades Donde no encuentre unas tres O cuatro caras-mitades, n. Sólo epie como cada una de ellas le salía costan do la mitad de la cara, al fin ya no tenía cara que repartir, y por eso elijo desesperado al inspector de policía: nMe consideraría muy feliz si me man daran á la cárcel, pues me vería libre de todo ese destajo ele queridas esposas mías.n El inspector, Mr. Arnett, se quedó mudo de asombro ante semejantes declaraciones}" sin duela se diría para sus adentros, como se canta en la zarzuela:. ¡Cuarenta mujeres Y vivii-. en. paz,. Cuando aquí con una No podemos más! Pero. que el. mejor castigo de semejan al hombre entregado al cobre allá de sus cuarenta y dos esposas, pensaba dejarlo en libertad; mas, presentóse á reclamar contra el polígamo Mrs. Sarah Mears, la más an juzgando. te barbaridad. era. dejar. ciana de sus esposas, de edad de 60 años, que se había casado con Mr. Fansworth en Octubre del 97. El acusado fué reducido entonces á prisión. Por los datos cpie agrega el New York Herald, Fansworth había recorrido en sus matrimonios tocias las escalas de las edades:.

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