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GRUPOS DE AMIGOS Y CONDUCTA ANTISOCIAL

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Academic year: 2022

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GRUPOS DE AMIGOS Y CONDUCTA ANTISOCIAL

Juan Antonio Rodríguez*

Lourdes Mirón Redondo**

* Profesor Asistente de Introducción a la Criminología. Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, Escuela de Derecho, Universidad de los Andes, Mérida, Venezuela. Candidato a Doctor por la Universidad de Santiago de Compostela, España. Correo: jarodrig@ula.ve

** Doctora en Psicología. Profesora Titular e Investigadora del Departamento de Psicología Social, Básica y Metodología. Facultad de Psicología de la Universidad de Santiago de Compostela, Santiago de Compostela, España.

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RESUMEN

En este estudio se abordó el “grupos de amigos” por considerarlo uno de los más fuertes correlatos de la conducta antisocial en la adolescencia. El propósito principal fue el de evaluar, en una muestra de 283 adolescentes venezolanos, escolarizados y de am- bos sexos, los procesos o dinámicas que en el interior de las agru- paciones juveniles coadyuvan en las conductas no convenciona- les. En concreto nos propusimos como primer objetivo analizar la incidencia que el aprendizaje conductual y las relaciones afectivas en los grupos de iguales tienen en la génesis de la desviación ju- venil. También analizamos los efectos que la familia y el género pueden tener en la relación del adolescente con su grupo de igua- les. Los hallazgos obtenidos robustecen los resultados de otras in- vestigaciones, indicando que, las amistades antisociales y deter- minados aspectos de su grupalidad (conflicto, violencia, maltrato, falta de apoyo) están asociados con las conductas antisociales y/o delictivas en los jóvenes de ambos géneros.

Palabras clave: Factores de riesgo, grupo de amigos, conducta antisocial, adolescentes, familia, género.

PEER GROUPS AND ANTI-SOCIAL CONDUCT

ABSTRACT

This study approaches “peer groups” because it considers them to be one of the strongest correlations for antisocial behavior in adolescence. The main intention was to evaluate, in a sample of 283 adolescent scholars of both genders, the processes or dynamics that contribute to non-conventional behavior inside youth groups. In particular, our first objective was to analyze the incidence that behavioral learning and affective relations in peer groups have on the genesis of youthful deviation. The effects that the family and gender can have on the relation of the adolescent with his/her peer group were also analyzed. The findings

Recibido: 11-12-2007 • Aceptado: 30-05-2008

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obtained strengthen the results of other research, indicating that antisocial friendships and certain aspects of groups (conflict, violence, abuse, lack of support) are associated with antisocial and/or criminal conduct in youth of both genders.

Key words: Risk factors, peer groups, antisocial behavior, adolescents, family, gender.

INTRODUCCIÓN

Desde una dimensión psicosocial, las tres esferas que visiblemente do- minan la vida de relación de un joven entre 12 y 18 años son: la familia, el grupo de amigos y la escuela. De antemano apuntamos que el contenido de este escrito girará en torno al rol que juegan los amigos y algunos aspectos de la familia en la conducta antisocial.

Hoy por hoy los fenómenos de interacción social y cultural, por lo me- nos en occidente, favorecen una realidad en el que el tiempo de contacto con la familia disminuye durante la adolescencia. La contracción de ese tiempo que destina el joven con sus padres le permite relacionarse con nue- vos entornos, siendo el constituido por el grupo de amigos uno de los prefe- rentes (Palmqvist y Santavirta, 2006).

Sobre la importancia que plantea el entorno familiar y de amigos en la determinación de las conductas convencionales y antisociales se ha escrito con profusión. El grupo de iguales es un entorno que resulta muy significa- tivo en la configuración de actitudes y creencias en el curso de la adolescen- cia, que en ocasiones, ofrece un poder de persuasión mucho mayor que el del propio hogar. Seguramente por esa misma determinación que hemos co- mentado, las transgresiones cometidas durante la adolescencia guardan una indisoluble relación con la delincuencia de las propias amistades (Akers, 1973; Dishion y otros, 1991; Mirón y Otero-López, 2005; Moffitt, 1997;

Thornberry y otros, 1994; Vitaro y otros, 2000, 2005). En el presente traba- jo examinaremos la relación del grupo de iguales con las conductas proble- máticas del adolescente, además de la importancia que pudieran presentar la familia y el género en esta asociación.

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1. EL APRENDIZAJE DE PATRONES ANTISOCIALES EN EL GRUPO DE AMIGOS

Una ingente cantidad de investigaciones tanto transversales como lon- gitudinales, permiten respaldar la idea de que pertenecer a un grupo de iguales delincuentes y/o antisociales es el predictor más firme y cuantitati- vamente más importante de la delincuencia juvenil. También, desde un pun- to de vista teórico, los amigos antisociales forman parte ineludible de mu- chos de los argumentos explicativos sobre la delincuencia, tanto en la crimi- nología tradicional como en la más contemporánea (véase por ejemplo Akers, 1973; Cloward y Ohlin, 1966; Cohen, 1971; Moffitt, 1997; Shaw y Mckay, 1942; Sutherland, 1939; Thornberry y otros, 1994).

Los investigadores han venido examinando con reiteración bajo qué condiciones los adolescentes son susceptibles a esas influencias grupales.

Distintos autores han encontrado que asociarse a grupos con amigos delin- cuentes incrementa en el joven el riesgo de delincuencia, pero también se ha encontrado la relación inversa, o sea, la delincuencia individual es la que in- crementa el riesgo de asociarse con grupos no convencionales. En vista de esto, la interpretación sobre la relación causal grupos de amigos antisociales- conducta problemática del adolescente, ha tenido variados matices, y ante la dificultad de generar una explicación unánime resultan heterogéneos los pun- tos de vista. Mirón y Otero-López (2005) opinan que ha existido coincidencia entre los investigadores del área acerca del efecto que tiene los amigos delin- cuentes en la conducta de los adolescentes, y especialmente en cuanto al in- cremento de sus conductas antisociales; sin embargo, donde no se ha mante- nido esa concordancia es en las distintas explicaciones que se han esgrimido respecto a esta relación. En consecuencia, podemos observar que son tres los modelos que explican el rol de los amigos (y en especial de sus patrones con- ductuales antisociales) en la manifestación de la delincuencia juvenil.

El primer modelo explicativo establece que el grupo de amigos funge como un contexto socializador adecuado para facilitar y reforzar la conducta antisocial. Debemos apuntar que la base de este esquema interpretativo son los procesos de aprendizaje. Haciendo alusión a este cuerpo de conocimien- tos, Vitaro y otros (2005) arguyen que los adolescentes que se afilian con iguales antisociales deben revelar mayores niveles de delincuencia con rela-

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ción a su situación delictiva antes de la afiliación al grupo (esta situación de delincuencia pre-grupal debe ser poca o ninguna). Este modelo, que sin re- servas sostiene que la asociación con amigos transgresores es uno de los factores de riesgo más importantes para explicar la delincuencia, se le deno- mina Modelo de Facilitación (“Socialization Model o Facilitation Model”).

Sin embargo, algunas otras evidencias también han corroborado el efec- to contrario. Es decir, han hallado que haber incurrido en actos delictivos ele- va la posibilidad de buscar, seleccionar y conservar amistades delincuentes (Vitaro y otros, 2005). Es por esta razón que el joven que ya ha delinquido, va al encuentro de un entorno -en este caso el grupo de amigos- que presente actitudes cónsonas y comunes a las de él (Kaplan y otros, 1987; Weerman, 2003). En esta línea de análisis ya no se vería al adolescente transgresor como un ente “construible” por sus amistades, sino por el contrario, se esti- maría como una persona que persigue sus propias circunstancias y opta por las influencias que requiere. A esta explicación sobre la relación causal gru- pos de amigos-delincuencia se le denomina en la literatura Modelo de Selec- ción (“Selection Model o Individual Characteristics Model”).

Una tercera forma de explicación toma los dos argumentos anteriores, los funde, y sugiere que la selección de amistades antisociales como conse- cuencia de conductas delictivas pre-grupales y la facilitación de patrones desviados que ofrecen los amigos delincuentes, están unidos en un proceso mutuo y dinámico. Según Vitaro y otros (2005) este modelo de doble vía, indica que los jóvenes que se afilian con amigos delincuentes ya eran trans- gresores antes de la incorporación al grupo de iguales, y éstos últimos de- ben hacer que las experiencias delictivas incrementen aún más después de la incursión. Esta interpretación causal es denominada en la literatura anglo- sajona como “Enhancement Model o Social Interactional Model”.

Diversas investigaciones empíricas han dado cuenta de la relación entre las variables delincuencia del grupo de amigos-conducta antisocial del ado- lescente a través de estos tres modelos de explicación. Podemos reconocer que la mayoría de los trabajos en el área tienen una visión particular sobre la relación causal entre ambas variables. Al mismo tiempo, muchos de estos en- foques que explican causalmente la conducta antisocial por medio de estos tres modelos, estarán determinados por el grupo etario que se evalúe, el tipo de conducta delictiva/antisocial que se aborde, el momento y tipo de afilia-

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ción con el grupo, el género, la duración y características de la agrupación, y posiblemente por otros factores de riesgo y protección que interactúen con el grupo de iguales (familia, escuela, rasgos individuales y comunidad). In- dependientemente del orden causal en la relación conducta problemática del adolescente-amigos antisociales, es indudable que el grupo de amigos luce como un entorno que favorece o bien la enseñanza de nuevas conductas, y entre ellas las antisociales, o bien al reforzamiento de conductas problemáti- cas que ya se habían aprendido en otro momento y en otros entornos.

Desde un punto de vista etiológico, importantes perspectivas de investi- gación se han decantado por el estudio exclusivo del impacto de los amigos sobre la delincuencia, este vendría siendo el caso de los estudiosos del apren- dizaje. Los mismos, desde su inicio, han demostrado con regularidad y sufi- ciente basamento empírico la relación entre amigos delincuentes y delincuen- cia individual. Las cualidades del grupo de iguales como agente socializador y de aprendizaje se han abordado dentro de distintas teorías criminológicas, entre estas fundamentalmente, la Teoría de la Asociación Diferencial de Sutherland (1939) y la Teoría del Aprendizaje Social de Akers (1973).

2. LAS RELACIONES AFECTIVAS EN EL GRUPO DE AMIGOS Y SU IMPACTO EN LA CONDUCTA ANTISOCIAL

La literatura igualmente se ha detenido a analizar las interacciones afectivas entre el adolescente y sus amigos, y lo que implicaría esto en la conducta antisocial. El abordaje de las vinculaciones afectivas dentro de las agrupaciones de iguales ha constituido una línea de investigación importan- te dentro de la psicología social y la criminología al momento de relacionar- la con la delincuencia juvenil.

Cuando se habla de los vínculos afectivos o emocionales de los ado- lescentes y su posible relación con la delincuencia, resultan contradictorios los distintos puntos de vistas que pretenden dilucidar sobre esta relación.

Dos de los argumentos teóricos que se muestran polarizados con relación al papel que juega la afectividad y las relaciones emocionales en la génesis de la conducta antisocial son los planteados en la Teoría de la Asociación Dife- rencial (Sutherland, 1939) y la Teoría del Control Social (Hirschi, 1969).

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La primera de estas teorías deja entrever, que además de los procesos de aprendizaje dentro de grupos antisociales, se debe mantener relaciones o interacciones afectivas suficientes, esto es, se debe estar emocionalmente vinculado al grupo. Si bien es cierto que las premisas teóricas de la Asocia- ción Diferencial no profundizan sobre la afectividad en sí, queda implícito desde esta perspectiva que el grupo de amigos, como grupo primario, juega un papel importante en la socialización del adolescente; y en el caso de la delincuencia, para que el grupo de iguales antisociales tenga una incidencia en el aprendizaje de la conducta transgresora, la vinculación y las interac- ciones que se derivan se deben enmarcar dentro de relaciones que ofrezcan al adolescente una adecuada “estabilidad emocional y seguridad interperso- nal”. Así pues, las interacciones entre el adolescente y el grupo de amigos antisociales se deben dar en un ambiente de relaciones cálidas, las cuales aporten gratificaciones valiosas al joven. Esta postura ve a los iguales como una fuente de relaciones afectivas y emocionales importantes que inciden en la comisión de conductas problemáticas.

Contrastando con lo anterior, la Teoría del Control Social difiere de la Teoría de la Asociación Diferencial en cuanto al papel que juegan los ami- gos desde el punto de vista afectivo dentro de la delincuencia. Esta teoría afirma que el apego a amigos convencionales coopera en la socialización de conductas prosociales; pero la relación afectiva con iguales antisociales no es un predictor de la conducta transgresora, puesto que los grupos de ami- gos antisociales carecen de las habilidades sociales necesarias para entablar relaciones satisfactorias.

Ahora bien, en la actualidad se reconoce que los iguales tienen una in- jerencia notable en el desarrollo de conductas en el adolescente, y que como agente socializador pueden o proteger o fomentar las conductas problemáti- cas en los jóvenes (Garnier y Stein, 2002). En este sentido, uno de los pun- tos de interés de las investigaciones actuales es el de analizar si las relacio- nes y asociaciones propuestas en los modelos teóricos y en los trabajos em- píricos se mantienen para ambos géneros (Svensson, 2003). Es decir, si las agrupaciones de amistad de hombres y mujeres presentan o no las mismas características y, por ende, si ejercen el mismo impacto sobre las conductas de los y las jóvenes adolescentes.

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Asimismo, al analizar el grupo de amigos en cuanto que contexto so- cializador, es necesario destacar que ha quedado claro en la literatura que la variable “grupos de amigos” por sí misma no puede dar cuenta de la delin- cuencia individual del mismo modo que cuando la familia es estimada tam- bién como un determinante importante junto con la incidencia de las amis- tades. Al parecer, ciertos procesos familiares y la interacción con iguales antisociales se enlazan para potenciar la conducta problemática en los ado- lescentes.

Estas condiciones y procesos familiares que se han analizado en la li- teratura, que pudieran guardar una íntima relación con la conducta antiso- cial varían. Por ejemplo, Hirschi (1969) ha venido argumentando que el apego a los padres funge de control para el desempeño de conductas trans- gresoras, y no sería erróneo suponer que este mismo afecto alejaría a los adolescentes de los grupos de amigos antisociales. En esta misma línea, Vi- taro y otros (2000) sostienen que una notable y efectiva vinculación con los padres ejerce de moderador sobre las influencias de los iguales delincuentes en la conducta problemática del adolescente. Dishion y otros (1991) además de Patterson y otros (1992) aseveran que los jóvenes que viven en familias caracterizadas por la conflictividad y la desavenencia son más proclives a la vinculación con amigos antisociales, y como consecuencia, a desempeñar conductas problemáticas. Willis y otros (1996 en Claes y otros, 2005) han observado que los adolescentes son susceptibles al uso de drogas si perci- ben poco apoyo de sus padres, y a su vez perciben a sus amistades como una fuente sólida de afecto. Tolan y otros (2003) ofrecen evidencia de que interactuar con amigos violentos y delincuentes, lo cual genera un efecto en la propia violencia del joven, viene precedido por prácticas inadecuadas de disciplina en el hogar mezclado con una escasa supervisión parental.

De acuerdo con lo expuesto hasta aquí, en este trabajo nos propusi- mos analizar la relación entre la conducta antisocial del adolescente y: a) la delincuencia y la violencia en el grupo de amigos; b) el apoyo y la in- fluencia de las opiniones de los amigos; c) la incidencia diferencial de los entornos familiar y grupal (a nivel de apoyo e influencia de opiniones).

Así como también, d) delimitar la importancia de la variable género en es- tas relaciones.

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3. ESTUDIO EMPIRICO 3.1. Muestra

La muestra estuvo conformada por 283 adolescentes que asistieron a dos centros educativos públicos (Unidad Educativa Liceo Libertador y Es- cuela Técnica Industrial “Manuel Antonio Pulido Méndez“) en la ciudad de Mérida-Venezuela para el curso lectivo 2005-2006. El 56, 2 % de la mues- tra era de sexo masculino, y el 43,8 % femenino. En cuanto a edad la míni- ma se ubica en los 11 años y la máxima en los 18, siendo la media de edad para el sexo masculino de 14,25 años, y la edad promedio para el sexo fe- menino de 13,92. Debemos señalar que no existen diferencias significativas en la variable edad entre ambos sexos.

3.2. Variables e Instrumentos

Para entender el carácter operativo del conjunto de variables utiliza- das, debemos mencionar que la conducta antisocial juvenil fungió como va- riable criterio, entendiendo este concepto como “aquellas 1) conductas, 2) ejecutadas por los jóvenes, que 3) suponen una violación de las leyes apli- cables a este grupo de edad” (Kaplan, 1984). En la siguiente investigación evaluamos a través del Cuestionario de Conductas Antisociales (CCA) (Mirón y Otero-López, 2005) cinco categorías: vandalismo, agresión, robo, consumo/venta de droga y conductas contra las normas. Es preciso aclarar que este cuestionario evalúa conductas que si fueran detectadas por las agencias de control social, convertirían a su autor en delincuente. La delin- cuencia por su carácter de oposición a las normas sociales y legales, sería una forma de conducta desviada y/o antisocial.

Las variables “predictivas” las podemos agrupar por entornos: familiar y de amigos. En cuanto al contexto familiar, el conjunto de variables anali- zadas son las siguientes: 1) Afectividad: a) apoyo/afecto, y b) calidad perci- bida en las relaciones familiares (padre-madre, adolescente-madre, adoles- cente-padre); y 2) Influencia: opinión/influencia, tanto del padre, como de la madre.

En el caso de las variables relacionadas al grupo de iguales, el número de éstas fue mucho mayor: 1) Afectividad: a) apoyo/afecto, b) calidad per- cibida en las relaciones con el grupo; 2) Influencia: opinión/influencia de

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los amigos; 3) Conflicto y estrategias de resolución del mismo: a) estrate- gias de resolución no violentas, b) violencia emocional, c) violencia física;

4) Maltrato grupal: a) maltrato emocional observado, b) maltrato emocio- nal experimentado, c) maltrato físico observado, d) maltrato físico experi- mentado; 5) Delincuencia de los amigos; 6) Actividades de tiempo libre y recreación junto a los amigos: a) actividades convencionales (cine, fiestas, excursiones, etc.), b) actividades no convencionales (consumo de alcohol y drogas, vandalismo, agresiones, etc.); 7) Propensión hacia la Sociabilidad:

a) facilidad del adolescente para hacer amistades, b) número de amigos y c) tiempo compartido con ellos.

Los cuestionarios que usamos para evaluar las variables de violencia y estrategias de resolución de conflictos en el grupo incluyen el “Abusive and Supportive Environments Parenting Inventory” (EASE-PI)” (Nicholas y Bieber, 1997) y “The Conflict Tactics Scales (CTSP-C)” (Straus y otros, 1998). Además, optamos por un conjunto de ítems de elaboración propia, pero basados en la revisión de la literatura, para evaluar las variables de in- fluencia y afecto en los entornos familiar y grupal.

4. RESULTADOS

4.1. Comparación entre las puntuaciones medias (prueba t) de varones y hembras en las variables de estudio

De acuerdo con los datos presentados en la Tabla 1, en cuanto a la comparación de las puntuaciones medias de varones y hembras en las varia- bles del estudio, podemos afirmar que existen diferencias importantes entre ellos en la mayoría de las variables analizadas. Distinguimos, en términos generales, que en el conjunto de variables que hacen referencia al grupo de amigos, las diferencias de género son mayores que las semejanzas. En el caso de las variables familiares, también hallamos un conjunto importante de diferencias.

Por su parte, en todas las variables que se vinculan al comportamiento antisocial, apreciamos cómo las diferencias de género en las 5 categorías de conducta antisocial son significativas.

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De forma específica y en cuanto a las variables relacionadas al grupo de amigos, notamos que en la dimensión “sociabilidad” prácticamente no existen diferencias entre géneros, a excepción del número de amigos, donde los varo- nes reportan una mayor cantidad de amistades con relación a las hembras. Con respecto a las actividades de tiempo libre, ambos géneros muestran semejanzas con relación a la cantidad de actividades de “tiempo libre convencional” que llevan a cabo; aunque, sí existe una diferencia significativa por género cuando de actividades de “tiempo libre no-convencionales” se trata.

Variable Media Varones Media Hembras t

Facilidad para hacer Amigos 3.94 3.83 .94

Número de Amigos 49.58 23.63 3.92***

Tiempo pasado con los Amigos 7.39 7.37 .04

Importancia Percibida dentro del Grupo 3.03 2.96 .84

Actividades de tiempo libre Convencionales 19.98 20.12 -.13

Actividades de tiempo libre No-convencionales 2.83 1.93 1.97*

Calidad de la Relación Amigos 3.47 3.69 -3.42***

Apoyo Amigos 29.48 40.46 -8.99***

Tener en cuenta Opinión Amigos 20.56 23.50 -2.52*

Estrategias No-violentas Grupo 6.87 8.08 -3.88***

Violencia Emocional Grupo 5.78 3.70 4.56***

Violencia Física Grupo 4.11 1.30 6.40***

Maltrato Emocional Observado Grupo 2.35 1.37 4.51***

Maltrato Físico Observado Grupo 1.88 .56 6.34***

Maltrato Emocional Experimentado Grupo 1.69 .86 4.81***

Maltrato Físico Experimentando Grupo 1.13 .30 5.08***

Delincuencia de los Amigos 2.50 1.50 3.36***

Calidad de la Relación Padre-Madre 2.86 3.28 -3.22***

Calidad de la Relación Hijo-Madre 3.56 3.51 .49

Calidad de la Relación Hijo-Padre 2.98 3.25 -1.93ª

Apoyo Madre 37.78 39.16 -1.00

Apoyo Padre 33.09 36.09 -1.72

Tener en cuenta Opinión Madre 23.96 27.33 -3.21***

GrupodeAmigos

Tener en cuenta Opinión Padre 22.28 24.90 -2.05*

Conducta contra normas 4.15 1.79 4.11***

Vandalismo 1.42 .27 5.33***

Robo 1.26 .10 4.15***

Agresiones 3.47 1.02 6.44***

Consumo y Tráfico de Drogas .47 .17 1.93ª

Conducta Antisocial

Total Delincuencia 10.78 3.37 5.26***

Familia

Tabla 1

Comparación entre las puntuaciones medias (Prueba t) de varones y hembras en las variables del estudio

*p =£ .05 **p = £.01 ***p = £.001 ª p = £.06

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Siguiendo con el análisis del grupo de amigos, los datos sobre las va- riables que hacen referencia al afecto y a la influencia permiten precisar que las hembras presentan significativamente una mejor relación con sus amis- tades que los varones. Asimismo, ellas tienden a tener más en consideración las opiniones de sus amistades (t= -2.52, p£ .05).

En cuanto a la violencia y al maltrato entre amigos, las amistades de ellos resultan más violentas y agresivas que las de ellas; además, en el gru- po de iguales de las féminas se emplean más estrategias no-violentas como el diálogo para darle resolución a sus conflictos. Observamos también, que el grupo de amigos de los varones incurre en mayores conductas antisocia- les que el de las hembras (t= 3.36, p£ .001).

Con respecto a las variables familiares, los resultados nos dejan obser- var otras diferencias importantes. Así, las hembras reportan que entre sus padres se mantiene una mayor calidad en su relación. También manifiestan una mayor calidad en su relación con el padre; y suelen considerar más la opinión tanto del padre como de la madre. Por el contrario, no hay diferen- cias entre los dos géneros con relación al afecto recibido por parte de ambos progenitores, ni en cuanto a la calidad de la relación con sus madres.

Si observamos la dimensión conducta antisocial, los varones con rela- ción a las hembras, puntúan significativamente más en cualquiera de las conductas evaluadas: conducta contra normas, vandalismo, robo, tráfico y consumo de drogas, y agresiones. En vista de que la prueba “t” arrojó dife- rencias importantes entre géneros para gran parte de las variables de estu- dio, a partir de este momento realizamos los análisis sucesivos subdividien- do la muestra por géneros.

4.2. Análisis de correlación para la submuestra de varones

La Tabla 2 contiene los resultados del análisis de correlación entre las variables relacionadas al grupo de amigos y a la familia, con la con- ducta antisocial para la muestra de varones. De acuerdo con los datos, apreciamos un elevado número de asociaciones significativas entre las variables grupales y los distintos tipos de conducta antisocial de los va- rones. Algunas de las variables grupales correlacionan significativa y positivamente con todas las conductas antisociales de ellos, perfilándose como correlatos especialmente significativos de la conducta problemáti-

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ca entre los adolescentes varones. Es el caso de las variables utilizar estrate- gias violentas de resolución de conflictos, del maltrato entre los miembros del grupo, de la delincuencia de los amigos, y de pasar el tiempo libre reali- zando actividades no convencionales con los iguales.

Variable Conducta contra Normas

Vandalismo Robo Agresiones Consumo y Trafico de

Drogas

Total Delincuencia

Facilidad para hacer Amigos

-.03 -.03 .01 -.02 -.00 -.02

Número de Amigos .09 .10 .19* .15 .17* .15

Tiempo pasado con los Amigos

.18* .14 .23** .15 .17* .19

Importancia Percibida dentro del Grupo

.03 .04 .02 .04 -.05 .03

Actividades de tiempo libre Convencionales

.22** .12 .05 .17* -.02 .16*

Actividades de tiempo libre No-convencionales

.58*** .60*** .57*** .54*** .44*** .62***

Calidad de la Relación con Amigos

-.06 -.05 -.05 -.09 -.01 -.07

Apoyo Amigos -.06 -.04 -.13 -.05 -.08 -.08

Tener en cuenta Opinión Amigos

.00 .02 .05 .01 .02 .02

Estrategias No -violentas Grupo

-.20** -.20* -.19* -.14 -.13 -.20*

Violencia Emocional Grupo

.27*** .22** .21** .26*** .12 .26**

Violencia Física Grupo .42*** .40*** .38*** .44*** .28*** .45***

Maltrato Emocional Observado Grupo

.28*** .24** .17* .27*** .16* .27***

Maltrato Físico Observado Grupo

.35*** .32*** .24** .36*** .28*** .36***

Maltrato Emocional Experimentado Grupo

.26*** .28*** .18* .31*** .23** .28***

Maltrato Físico Experimentando Grupo

.33*** .32*** .29*** .38*** .33*** .37***

Delincuencia de los Amigos

.63*** .47*** .48*** .55*** .28*** .59***

Calidad de la Relación Padre-Madre

-.19* -.13 -.03 -.18* -.01 -.15

Calidad de la Relación Hijo-Madre

-.12 -.06 -.06 -.13 .00 -.10

Calidad de la Relación Hijo-Padre

-.22** -.08 -.03 -.12 .02 -.13

Apoyo Madre -.28*** -.20* -.15ª -.23** -.08 -.24**

Apoyo Padre -.26** -.15 -.13 -.19* -.09 -.21*

Tener en cuenta Opinión Madre

-.20** -.09 -.07 -.10 -.02 -.13

Tener en cuenta Opinión Padre

-.17* -.05 -.05 -.08 -.03 -.10

FamiliaGrupodeAmigos

Tabla 2

Coeficientes de Correlación de Pearson entre las variables grupales y familiares y las variables de conducta antisocial en la muestra de varones

(n= 159)

*p =£.05 **p = £.01 ***p = £.001 ª p = £.06

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Por lo que respecta a las variables relacionadas a la dimensión “sociabili- dad” presentan escasa correlación con las variables de conducta antisocial. No obstante, el número de amigos correlaciona positiva y significativamente con el robo, y con el consumo y tráfico de drogas; y el tiempo pasado con los amigos correlaciona positiva y significativamente con conducta contra normas, robo y consumo y tráfico de drogas. Con respecto a las actividades de tiempo libre convencional en grupo, se relacionan significativa y positivamente con la con- ducta contra normas y con el consumo y tráfico de drogas. Podemos destacar además, como dato relevante, que la calidad de la relación con los amigos no correlaciona significativamente con ninguno de los cinco tipos de conductas antisociales, como tampoco lo hace ni el apoyo, ni la opinión de los amigos.

En cuanto a las variables familiares, observamos que éstas muestran aso- ciación significativa, especialmente con una de las actividades antisociales de los varones: la conducta contra normas; mientras que para el consumo y tráfico de drogas no se aprecia ninguna asociación significativa con las características de la relación familiar evaluadas. Como se aprecia, la variable apoyo de la ma- dre se asocia negativa y significativamente con todos los tipos de conductas an- tisociales, con la excepción, ya mencionada, del consumo y tráfico de drogas.

También el apoyo paterno se asocia negativamente con algunas conductas anti- sociales: la conducta contra normas y las agresiones personales. Podemos apre- ciar además, que considerar las opiniones de la madre y del padre correlaciona negativa y significativamente con la conducta contra normas.

4.3. Análisis de correlación para la submuestra de hembras

La Tabla 3 contiene los resultados de las correlaciones entre las varia- bles grupales y familiares para la muestra de hembras. Una primera lectura de los datos indica que las variables grupales no muestran ninguna asocia- ción significativa con uno de los tipos de conducta antisocial evaluada: el consumo y tráfico de drogas. Para las restantes conductas, el patrón de aso- ciaciones es similar al observado en el caso de los varones. Así, el experi- mentar maltrato físico en grupo, observar maltrato emocional, utilizar la violencia física como método de resolver conflictos y tener amigos delin- cuentes, son características que se vinculan con la conducta contra normas, el vandalismo, el robo y las agresiones de las féminas. Las restantes varia- bles grupales referidas a maltrato y violencia se asocian con algunas de las conductas antisociales y no con otras.

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Con respecto a las variables grupales relacionadas a la dimensión de

“sociabilidad”, éstas en general, presentan poca correlación con la conducta antisocial: el tiempo que ellas pasan junto a los amigos correlaciona positi- va y significativamente con la conducta contra normas, robo y agresiones.

Con relación a las actividades de tiempo libre, el “tiempo libre convencio- nal” correlaciona de forma significativa y positiva con robo y agresiones; en

Variable Conducta contra Normas

Vandalismo Robo Agresiones Consumo y Trafico de

Drogas

Total Delincuencia

Facilidad para hacer Amigos

.05 -.08 .09 -.04 -.07 .00

Número de Amigos .04 -.09 .02 -.00 -.02 .00

Tiempo pasado con los Amigos

.21* .03 .36*** .22* -.02 .24**

Importancia Percibida dentro del Grupo

-.14 .04 -.01 -.00 .04 -.07

Actividades de tiempo libre Convencionales

.14 .12 .18* .24** .02 .22*

Actividades de tiempo libre No-convencionales

.14 .26** .01 .19* .13 .22*

Calidad de la Relación con Amigos

-.10 .00 -.13 -.13 -.06 -.13

Apoyo Amigos -.20* -.04 -.36*** -.11 -.06 -.22*

Tener en cuenta Opinión Amigos

-.18* -.04 -.13 -.12 -.00 -.17*

Estrategias No -violentas Grupo

-.28*** -.08 -.21* -.12 -.03 -.26**

Violencia Emocional Grupo

.25** .29*** .12 .26** .07 .32***

Violencia Física Grupo .29*** .36*** .18* .25** .11 .36***

Maltrato Emocional Observado Grupo

.52*** .20* .35*** .47*** .02 .56***

Maltrato Físico Observado Grupo

.31*** .15 .21* .37*** .10 .39***

Maltrato Emocional Experimentado Grupo

.38*** .15 .17ª .41*** .09 .44***

Maltrato Físico Experimentando Grupo

.36*** .23** .33*** .38*** -.01 .43***

Delincuencia de los Amigos

.64*** .21* .19* .43*** -.00 .60***

Calidad de la Relación Padre- Madre

-.19* -.14 -.15 -.21* -.16 -.26**

Calidad de la Relación Hijo- Madre

-.22* -.09 -.01 .15 .07 -.19*

Calidad de la Relación Hijo - Padre

-.26** -.01 -.14 -.19* -.13 -.26**

Apoyo Madre -.35*** -.12 -.23** -.25** -.03 -.35***

Apoyo Padre -.35*** -.18 -.17 -.23* -.20* -.35***

Tener en cuenta Opinión Madre -.34*** -.25** -.16 -.20* .00 -.34***

Tener en cuenta Opinión Padre -.30*** -.10 -.05 -.13 -.03 -.25**

FamiliaGrupodeAmigos

Tabla 3

Coeficientes de Correlación de Pearson entre las variables grupales y familiares y las variables de conducta antisocial en la muestra

de hembras (n= 124)

*p =£.05 **p = £.01 ***p = £.001 ª p = £.06

(17)

tanto que el “tiempo libre no-convencional” se asocia positiva y significati- vamente con vandalismo y agresiones.

Podemos ver en la muestra de ellas, que, al igual que ocurría en la muestra de varones, la calidad de la relación con los amigos no correlaciona significativamente con ninguna de las variables de conducta antisocial. Sin embargo, el apoyo de los amigos y tener en cuenta su opinión, correlacio- nan negativa y significativamente con la conducta contra normas y con el robo realizado por las hembras.

La Tabla 3 también presenta los resultados del análisis de correlación entre las variables familiares y las conductas antisociales para esta sub- muestra. Observamos aquí que, al igual que ocurría en el análisis de la muestra de varones, las variables familiares muestran relación especialmen- te con la conducta contra normas de las hembras; aunque se aprecian otras asociaciones significativas. En particular, la calidad de la relación entre los padres y la relación de la hija tanto con la madre como con el padre, corre- lacionan negativa y significativamente con la conducta contra normas. De igual manera, la calidad de la relación entre los progenitores, y la calidad de la relación de la chica con su padre, correlacionan negativa y significativa- mente con las agresiones hacia las personas. Si consideramos la variable apoyo de la madre, se observa que el afecto materno se asocia negativa y significativamente con la conducta contra normas, con el robo y con las agresiones a personas. En tanto, el apoyo paterno se asocia negativamente con la conducta contra normas, con las agresiones personales y con el con- sumo y tráfico de drogas.

Por último, podemos observar que considerar o tener en cuenta las opiniones de la madre correlaciona negativa y significativamente con la conducta contra normas, el vandalismo y con las agresiones personales;

mientras que, tener en cuenta las opiniones del padre se asocia negativa y significativamente con la conducta contra normas.

4.4. Comparación de las puntuaciones medias (prueba t)

de los adolescentes con amigos delincuentes y los adolescentes con amigos convencionales en las variables grupales y familiares Por último, y con el objetivo de clarificar si las agrupaciones de amis- tades delincuentes y no delincuentes presentan diferencias con respecto a

(18)

las variables consideradas en este trabajo, hemos dividido la muestra en función de sus puntuaciones en la delincuencia de los amigos, establecien- do, para cada género, un grupo con altas puntuaciones en delincuencia de los amigos (Grupo con Amigos Delincuentes) y un grupo con bajas puntua- ciones en esta variable (Grupo con Amigos Convencionales). A continua- ción comparamos las puntuaciones medias de los grupos así establecidos en las restantes variables del estudio.

4.4.1. Comparación entre el grupo de varones con amigos

delincuentes y el grupo de varones con amigos convencionales La Tabla 4 ofrece una comparación de las puntuaciones medias entre los adolescentes varones que tienen amigos delincuentes y los que reportan tener amigos convencionales. Podemos evidenciar que existen diferencias importantes en relación a las variables referidas al contexto grupal, familiar y a la conducta antisocial entre ambos grupos. En cuanto a las variables re- lacionadas al grupo de amigos, la dimensión “sociabilidad” no establece di- ferencias entre el grupo de varones que manifiesta tener amigos no delin- cuentes y el grupo de varones que manifiestan tener amigos delincuentes, en otras palabras, ambos grupo presentan, según sus medias, la misma so- ciabilidad. Con relación a las actividades de tiempo libre, de acuerdo con lo esperado, el grupo de varones que declara tener amigos delincuentes, de- sempeña un número mayor tanto de actividades de “tiempo libre convencio- nal” como de actividades de “tiempo libre no convencional”. En otras pala- bras, pasan su tiempo libre en grupo con mayor frecuencia.

Siguiendo con el análisis del grupo de amigos, las variables que hacen re- ferencia a la interacción afectiva, nos dejan observar por un lado, que el grupo de varones que manifiestan tener amistades convencionales presenta una mayor calidad dentro de sus relaciones con los iguales (t= 2.59, p£.05). Sin embargo, observamos también, que no hay diferencias en cuanto al apoyo y a la influen- cia que reciben de los amigos ambos grupos de varones.

Ahora bien, también podemos confirmar que no existen diferencias en el uso de estrategias no-violentas por parte de los amigos al momento de dar- le resolución a un conflicto entre ambos grupos. Sin embargo, donde si hay una marcada diferenciación es en las tácticas violentas (tanto físicas como emocionales) que se emplean para solventar los problemas entre amigos, en

(19)

el sentido de que el grupo de varones con iguales antisociales, presenta una mayor inclinación a que sus amistades respondan violentamente ante un conflicto. Asimismo, los varones que declaran tener amigos delincuentes,

“observan” mayor maltrato emocional y físico entre sus iguales, y también

“experimentan” mayor maltrato emocional y físico en su contexto grupal.

Con respecto a las variables familiares, los resultados nos dejan obser- var otros hallazgos importantes. La calidad de la relación entre padres luce semejante entre el grupo de varones que poseen amigos no delincuentes y el grupo de varones con amigos delincuentes. Sin embargo, las diferencias en-

Variable Grupo con amigos

Convencionales (Media)

Grupo con amigos Delincuentes

(Media)

t

Facilidad para hacer Amigos 4.04 3.94 .50

Número de Amigos 40.17 64.33 -1.80

Tiempo pasado con los Amigos 6.53 7.98 -1.78

Importancia Percibida dentro del Grupo 3.10 3.06 .30

Actividades de tiempo libre Convencionales 17.64 21.03 -2.53*

Actividades de tiempo libre No-convencionales 1.52 3.44 -3.33***

Calidad de la Relación Amigos 3.63 3.39 2.59*

Apoyo Amigos 31.47 28.68 1.37

Tener en cuenta Opinión Amigos 22.18 19.83 1.40

Estrategias No-violentas Grupo 7.39 6.65 1.64

Violencia Emocional Grupo 4.53 6.31 -2.59**

Violencia Física Grupo 2.93 4.60 -2.08*

Maltrato Emocional Observado Grupo 1.47 2.76 -4.00***

Maltrato Físico Observado Grupo .85 2.33 -4.05***

Maltrato Emocional Experimentado Grupo .95 2.03 -3.88***

Maltrato Físico Experimentando Grupo .58 1.39 -2.54*

Calidad de la Relación Padre-Madre 3.07 2.78 1.35

Calidad de la Relación Hijo-Madre 3.79 3.46 2.65**

Calidad de la Relación Hijo-Padre 3.26 2.86 1.78*

Apoyo Madre 42.57 35.78 4.86***

Apoyo Padre 40.05 30.03 5.07***

Tener en cuenta Opinión Madre 27.29 22.51 3.22**

Tener en cuenta Opinión Padre 25.95 20.72 2.89**

Conducta contra normas .47 5.79 -7.19***

Vandalismo .35 1.90 -4.69***

Robo .08 1.79 -4.34***

Agresiones 1.27 4.47 -5.52***

Consumo y Tráfico de Drogas .00 .68 -3.33***

Total Delincuencia 2.18 14.63 -6.32***

GruposdeAmigosFamiliaConducta Antisocial

Tabla 4

Comparación de las puntuaciones medias (Prueba t) entre los varones que manifiestan tener amigos convencionales (n= 48, 30,4%) y los varones que dicen tener amigos delincuentes (n=110, 69,6%)

en las variables grupales y familiares

*p =£.05 **p = £.01 ***p = £.001 ª p = £.06

(20)

tre ambos grupos resultan notorias en el resto de las variables familiares, donde el grupo de varones con amigos convencionales presentan una mayor calidad en la relación con su padre (t= 1.78, p£ .05) y su madre (t= 2.65;

p £ .01). Este mismo grupo de varones que declara tener amigos conven- cionales, percibe un mayor apoyo o afecto por parte de sus dos progenito- res, y parece dejarse influenciar en mayor medida por la opinión de ambos padres. Además, con respecto a las conductas antisociales, vemos también diferencias claras entre los dos grupos.

4.4.2. Comparación entre el grupo de hembras con amigos

delincuentes y el grupo de hembras con amigos convencionales La Tabla 5 ofrece la comparación de los promedios entre las adoles- centes mujeres que tienen amigos delincuentes y las que reportan tener ami- gos convencionales. En cuanto a las variables relacionadas al grupo de ami- gos, encontramos concretamente que en la dimensión “sociabilidad” no existen diferencias significativas entre ambos grupos.

Referente a las actividades de tiempo libre, el grupo de mujeres con amigos delincuentes y el grupo con amigos convencionales presentan claras diferencias con relación a la cantidad de actividades de “tiempo libre con- vencional” y “no convencional” que llevan a cabo. Así, el grupo de féminas que declara tener amigos delincuentes (muy semejante a la muestra de los varones) realizan un número mayor tanto de actividades de “tiempo libre convencional”, como de “tiempo libre no convencional”.

Las variables que evalúan la calidad de la relación, el apoyo y la in- fluencia, muestran, que el grupo de féminas que manifiestan tener amigos convencionales refleja significativamente una mayor calidad dentro de sus relaciones con los iguales y mayor afecto de éstos. No obstante, con respec- to a la influencia de los amigos no existen diferencias entre ambos grupos.

Siguiendo con el análisis del contexto grupal para la muestra de hem- bras, también confirmamos (con diferencia al grupo de varones) que existen distinciones entre los dos grupos analizados en el uso de estrategias no-vio- lentas por parte de los amigos al momento de darle resolución a un conflic- to, resultando el grupo de mujeres con amigos convencionales el que em- plea en mayor medida esta táctica (t= 3.06, p£.01). Asimismo persiste una marcada diferenciación en las respuestas violentas tanto emocionales como

(21)

físicas que se manejan dentro del grupo de amigos para solventar las discu- siones, puesto que el grupo de mujeres que sostienen tener iguales antiso- ciales, indica que sus amistades responden con más violencia (emocional y física) ante un conflicto. Además, la proporción de hembras que declaran tener amistades antisociales, han presenciado mayor maltrato emocional y físico entre sus iguales; y “experimentan” también mayor maltrato emocio- nal y físico en su contexto de amistades.

Variable Grupo con amigos

Convencionales (Media)

Grupo con amigos Delincuentes

(Media)

t

Facilidad para hacer Amigos 3.93 3.84 .39

Número de Amigos 19.05 21.78 -.37

Tiempo pasado con los Amigos 6.53 8.52 -1.83

Importancia Percibida dentro del Grupo 2.98 2.74 1.49

Actividades de tiempo libre Convencionales 18.29 21.38 -2.13*

Actividades de tiempo libre No-convencionales 1.04 2.91 -2.81**

Calidad de la Relación Amigos 3.82 3.55 2.77**

Apoyo Amigos 42.04 38.94 2.01*

Tener en cuenta Opinión Amigos 24.54 22.08 1.38

Estrategias No-violentas Grupo 8.75 7.32 3.06**

Violencia Emocional Grupo 2.50 4.91 -4.00***

Violencia Física Grupo .32 2.28 -4.39***

Maltrato Emocional Observado Grupo .73 1.98 -4.41***

Maltrato Físico Observado Grupo .18 .94 -3.57***

Maltrato Emocional Experimentado Grupo .54 1.18 -2.92**

Maltrato Físico Experimentando Grupo .01 .59 -4.05***

Calidad de la Relación Padre-Madre 3.38 3.21 1.03

Calidad de la Relación Hijo-Madre 3.56 3.43 .74

Calidad de la Relación Hijo-Padre 3.33 3.19 .80

Apoyo Madre 40.77 37.35 1.49

Apoyo Padre 38.94 33.05 2.23*

Tener en cuenta Opinión Madre 29.40 25.00 2.87**

Tener en cuenta Opinión Padre 27.08 22.62 2.36*

Conducta contra normas .62 2.98 -6.14***

Vandalismo .14 .40 -2.05*

Robo .00 .18 -2.38*

Agresiones .55 1.50 -3.52***

Consumo y Tráfico de Drogas .19 .13 .64

Total Delincuencia 1.52 5.20 -5.62***

GruposdeAmigosFamiliaConducta Antisocial

Tabla 5

Comparación de las puntuaciones medias (Prueba t) entre las hembras que manifiestan tener amigos convencionales (n= 60, 49,6%) y las hembras

que informan tener amigos delincuentes (n= 61, 50,4%) en las variables grupales y familiares

*p =£.05 **p = £.01 ***p = £.001 ª p = £.06

(22)

En cuanto a las variables relacionadas al contexto familiar, la calidad de la relación entre padres, además de la calidad de la relación de la hija con ambos padres luce semejante entre los dos grupos. Igualmente, el apoyo de la madre no parece diferenciar a ambos grupos de féminas; aunque el apoyo del padre si marca una clara diferencia (t= 2.23, p £.01), siendo el grupo de las adolescentes con amigos convencionales las que declaran reci- bir mayor cariño de la figura paterna. Incluso, este mismo grupo de mujeres parece dejarse influenciar en mayor medida por la opinión de ambos padres.

También, con referencia a las conductas antisociales destacamos diferencias entre ambos grupos.

5. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Los hallazgos de este trabajo coinciden, en general, con los obtenidos en investigaciones precedentes, reafirmando la importancia del contexto grupal sobre la delincuencia individual.

5.1. El aprendizaje de patrones de conducta antisocial y violenta en el grupo de amigos

Tener amigos antisociales, de acuerdo a esta muestra, se confirma como un factor de riesgo crucial con respecto a la probabilidad de conducta antisocial del propio adolescente. Esta variable ha resultado ser, tanto para los varones como para las hembras, uno de los principales correlatos de las distintas actividades antisociales. Estos resultados coinciden con los obteni- dos en toda la literatura anterior (ej.: Morash, 1983; Thornberry y otros, 1994; Mirón y Otero-López, 2005), reafirmando, además, los postulados de la Teoría de la Asociación Diferencial, la cual enfatiza la relevancia del gru- po desviado en el aprendizaje de la propia delincuencia.

Otro de los hallazgos más claros y consistentes de este trabajo se refie- re a la importancia que la violencia y el maltrato en el grupo parecen tener sobre la probabilidad de que los adolescentes de ambos géneros se involu- cren en la realización de actividades antisociales. El interés por el análisis de la violencia en el contexto de los grupos de amistad, es relativamente re- ciente en criminología, al menos si lo comparamos con la tradición histórica acerca de la importancia de la delincuencia de los iguales. Recientemente,

(23)

sin embargo, el maltrato entre iguales, especialmente en el contexto escolar (bullying, en la literatura anglosajona) ha ido cobrando importancia.

En este trabajo se han analizado dos tipos de violencia grupal: la utili- zación de estrategias violentas (frente a no violentas) como método habitual de resolver conflictos entre los iguales, y la presencia de conductas de mal- trato físico y emocional, tanto observado como experimentado. Nuestros datos indican que la utilización de estrategias de resolución de conflictos violentas se asocia con distintos tipos de conductas antisociales tanto entre los hombres como entre las mujeres. Además, observamos que son los gru- pos de jóvenes con amigos antisociales aquellos que utilizan con mayor fre- cuencia este tipo de estrategias. Pero, todavía más relevantes han resultado los datos obtenidos con respecto a la violencia no vinculada a la resolución de conflictos: las distintas modalidades de maltrato evaluadas (tanto físico como emocional, y tanto observado como experimentado) se asocian positi- va y significativamente con todas las actividades antisociales de hombres y mujeres, prácticamente sin excepciones; siendo, además, este maltrato una característica que diferencia a los grupos de amigos delincuentes de los compuestos por iguales convencionales.

Estos resultados coinciden con los obtenidos por otros autores. Por ejemplo, Capaldi y otros (2001) ya habían observado que en los grupos an- tisociales se producen altos niveles de agresión y violencia. En cierta medi- da, también podrían entenderse como un apoyo para los planteamientos de la Teoría del Control Social acerca de que las interacciones que se producen en los grupos formados por individuos transgresores son menos amigables y más conflictivas que las que se producen en los grupos convencionales. En cualquier caso, la violencia grupal se perfila como un elemento vinculado a la conducta antisocial, que amerita ser tenido en cuenta en los modelos teó- ricos explicativos.

5.2. Apoyo e influencia de las opiniones de los amigos y conducta antisocial

El tema de las relaciones afectivas entre los iguales, y su importancia sobre la conducta antisocial ha suscitado menos interés que las temáticas anteriores, y ha dado lugar, además, a posturas enfrentadas. Como se ha se- ñalado anteriormente existen dos grandes planteamientos representados en

(24)

criminología por la Teoría de la Asociación Diferencial (Sutherland, 1939;

Sutherland y Cressey, 1974), y la Teoría del Control Social (Hirschi, 1969).

La primera postula que para que pueda haber influencia del grupo sobre el individuo es necesario que exista entre los miembros un nivel de afecto ele- vado. Por el contrario, la Teoría del Control Social plantea que las relacio- nes entre iguales delincuentes no se caracterizan por el afecto sino por el conflicto, dada la dificultad de los jóvenes delincuentes para establecer y mantener relaciones convencionales con sus semejantes.

Los resultados de este trabajo, con respecto al vínculo entre la calidad de relación con los iguales y la realización de distintas actividades antiso- ciales, indican que llevarse bien o mal con los amigos no se asocia signifi- cativamente con la conducta problemática ni para los hombres ni para las mujeres. Sin embargo los varones y las hembras con amigos antisociales in- forman de que mantienen peores relaciones con ellos, que los adolescentes de ambos géneros con amigos convencionales.

Realmente estos datos no permiten aclarar las posturas encontradas.

Por una parte, coincidiendo con los postulados de la Teoría del Control So- cial, los resultados de esta investigación indican que las relaciones con iguales delincuentes son menos afectuosas; pero, por otra, no parece que la intensidad del afecto entre los amigos se vincule claramente con la mayor o menor probabilidad de conducta antisocial de los adolescentes. Esto podría estar indicando que llevarse mejor o peor con los amigos no se relaciona con efectuar -o no- actividades antisociales, pero los que tienen amigos de- lincuentes muestran menos afecto hacia ellos que los que tienen amigos que no incurren en delincuencia. Es posible que las peores relaciones con los iguales entre los delincuentes sean una consecuencia del mayor nivel de violencia que se observa en estos grupos.

Este dato coincide, además, con los obtenidos para el resto de las va- riables de “sociabilidad”, como el gusto por hacer amigos o el número de amistades. Todas ellas muestran escasa vinculación con la conducta proble- mática, probablemente porque la búsqueda de amistades y mantener con ellas relaciones amigables positivas es una constante entre los adolescentes.

Conger (1976) y Giordano y otros (1986) en esta misma línea, habían en- contrado una relación afectiva de similar intensidad entre adolescentes anti- sociales y prosociales, en otras palabras, según estos autores, la afectividad

(25)

no juega un papel determinante en la relación grupos de amigos delincuen- tes-delincuencia individual. Conjuntamente ambos resultados parecen indi- car que el grupo no es una fuente muy importante de apoyo para los varo- nes, pero si para las hembras.

5.3. Apoyo e influencia de las opiniones de los padres y conducta antisocial

Otro de los hallazgos mejor establecidos en la literatura criminológica es que la familia ejerce un papel importante en la probabilidad de conducta antisocial de los adolescentes, ya sea directa o indirectamente, a través de su impacto sobre el tipo de amigos con los que éstos se relacionan. Los re- sultados obtenidos en este trabajo indican que las variables familiares se re- lacionan con la probabilidad de conducta antisocial de los jóvenes de ambos géneros, especialmente con las formas menos serias (conducta contra nor- mas), y las agresiones a personas. De entre ellas, es el apoyo percibido de ambos padres, el factor que parece actuar inhibiendo con mayor claridad la probabilidad de conducta antisocial de los hijos.

Además y coincidiendo con los resultados de las investigaciones previas (Claes y otros, 2005), los datos obtenidos indican que los varones con amigos delincuentes informan de una peor relación con su padre y con su madre, de recibir menos apoyo de ambos, y de tener menos en cuenta sus opiniones, que los varones cuyos amigos no son delincuentes. Del mismo modo, las mu- jeres con amigos delincuentes son las que se sienten menos apoyadas por su padre y las que siguen en menor medida las opiniones de ambos padres. Este tipo de resultados reafirman claramente los postulados centrales de la Teoría del Control Social, en la que el apego a los padres es considerado como el factor crucial que actúa vinculando a los jóvenes a la sociedad convencional, y, por tanto, evitando su involucración en actividades delictivas. Probable- mente los padres continúan siendo en esta etapa de la adolescencia la princi- pal fuente de apego y de opinión de los adolescentes por lo que su papel con respecto a la delincuencia es claramente de protección.

5.4. La relación género, grupo de amigos, familia y conducta antisocial

Otro de los hallazgos más firmemente establecidos en criminología es que las mujeres realizan menos actividades antisociales que los hombres, inde-

(26)

pendientemente de factores como la edad, la clase social, o el lugar de pro- cedencia. De hecho, explicar las razones de esta diferencia en índices delic- tivos sigue siendo una de las tareas pendientes de la criminología (Steffens- meier y Allan, 1996). Los datos obtenidos en este trabajo, confirman que los adolescentes varones realizan significativamente más todas las conduc- tas antisociales analizadas que las hembras. Pero, además, los resultados ob- tenidos con respecto a las variables grupales y familiares utilizadas en esta investigación, pueden ayudar a entender a qué son debidas estas diferencias.

En primer lugar, se observa que tener amigos delincuentes es el más claro factor de riesgo con respecto a la conducta antisocial del adolescente. Y, coinci- diendo con los hallazgos de autores como Storvoll y Wichstrom (2002) y Svensson (2003), los datos de la presente investigación indican, de la misma manera, que las mujeres tienen menos amigos delincuentes que los hombres.

La violencia grupal ha resultado ser el otro gran factor de riesgo de delincuen- cia en ambos géneros. En sus grupos, las hembras utilizan menos estrategias violentas para resolver conflictos, y muestran, en general, menos maltrato tanto emocional como físico. Martin y Fabes (2001) habían encontrado resultados si- milares acerca de la mayor violencia en los grupos de varones.

Además, aunque el apoyo y afecto de los amigos no muestra una rela- ción clara con la conducta antisocial, parece que en los grupos de las hem- bras las relaciones son más afectuosas y los amigos son descritos como una importante fuente de apoyo, en comparación con los grupos de amigos de los varones. Resultados similares habían sido señalados por Chu (2005).

Los datos indican asimismo, que el afecto y el apoyo familiar, así como se- guir la opinión de los padres, actúan como factores protectores frente a la probabilidad de delincuencia. Las féminas perciben mayor afecto en el con- texto familiar y, sobre todo, siguen en mayor medida las opiniones de sus padres. En consecuencia, se pudiera señalar que las mujeres están más vin- culadas al entorno socializador convencional por excelencia, la familia.

Ellas parecen trasladar en mayor medida esos patrones de interacción con- vencional a sus grupos de iguales, convirtiendo a este segundo gran contex- to socializador en un entorno más convencional. Por tanto, es más difícil para ellas el aprendizaje y/o el fortalecimiento de actitudes y conductas transgresoras, lo que limita enormemente la probabilidad de que manifies- ten conductas delictivas.

Referencias

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