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Geopolítica y geoeconomía en el proceso globalizador

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Academic year: 2020

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(1)1. Geopolítica y geoeconomía en el proceso globalizador. Kelly Marisol Gómez Beltrán ID: 312635. Gustavo Adolfo Martínez Rueda Docente. Ensayo presentado como requisito para culminar el ciclo de formación del Seminario en Investigación. Universidad Cooperativa de Colombia Facultad de Ciencias Administrativas, Económicas y Contables Bucaramanga 2019.

(2) 2 Tabla de contenido. Pág. Introducción .................................................................................................................................. 3 Del unilateralismo hacia la multipolaridad y el regionalismo .................................................. 4 Organización geopolítica y escenarios del proceso globalizador .............................................. 7 Conclusión ................................................................................................................................... 11 Referencias................................................................................................................................... 12.

(3) 3. Introducción. Desde un punto de vista académico cobra vigencia el análisis de los temas geopolíticos y económicos dentro del proceso globalizador que han sufrido las Naciones en los últimos 60 años, es por eso, que en el presente ensayo se tiene como objetivo analizar aquellos aspectos de tipo geopolítico que han influido en el Siglo XXI desde un punto de vista del unitarismo y la multipolaridad, así como aspectos del regionalismo e interregionalismo económico que han tocado aspectos geográficos importantes dentro del proceso globalizador. En este aspecto, el capítulo 4 del libro: Geopolítica y geoeconomía en el proceso globalizador de Rita Giacalone, permite adentrarse especialmente en estos tópicos. Por su parte, el capítulo 5 del libro de la misma autora, se expone vehementemente la organización geopolítica y escenarios del proceso globalizador por regiones en donde a través de las siguientes páginas se dará una mirada algunos escenarios futuros para el sistema globalizador, y de esta forma poder acceder a un proceso de comprensión sobre lo que es el complejo panorama Global en el que vivimos, a través de la identificación y comprensión de diferentes aspectos económicos políticos y culturales que influyen definitivamente en la tarea social, y en el rol fundamental de la interacción entre las premisas e intereses de los Estados como empresas transnacionales y organizaciones multilaterales. A lo largo de la exposición que se realizará en este documento se debe aclarar que la sucesión cronológica de acontecimientos no es el eje central de la obra, por tanto, cobra mayor relevancia destacar aquellos aspectos que han incidido en el paso de la bipolaridad y la unipolaridad a la multipolaridad, y que en esencia, se imponen en el mundo actual. Por otro lado, la organización de procesos globalizadores por regiones va a permitir entender geopolítica y estratégicamente cómo se ha delimitado la naturaleza de los Estados para entender el desplazamiento de las capacidades e intereses políticos en las negociaciones en todas las regiones del mundo..

(4) 4. Del unilateralismo hacia la multipolaridad y el regionalismo. Partiendo de la identidad marcada por la guerra fría, el regionalismo de los años sesenta, como el de los años noventa, han respondido tradicionalmente al propósito de ampliar los márgenes de autonomía de los países de la región., donde en sus inicios, el regionalismo se planteó solo en el plano económico y de las políticas de desarrollo, a través de las propuestas de integración (Giacalone, 2016). En contraste, en el nuevo regionalismo los objetivos de autonomía regional se han extendido también al plano político, económico, ambiental, social y de seguridad. Esta búsqueda de autonomía en las relaciones exteriores de las regiones fue más visible desde mediados de los años ochenta. Hechos como el descrédito de la OEA y el TIAR, meros instrumentos anticomunistas de Estados Unidos durante la Guerra Fría, la Guerra de las Malvinas, o la política agresiva de Reagan en América Central, dieron origen a iniciativas latinoamericanas al margen de la OEA, que condujeron a la aparición del Grupo de Río, por citar un ejemplo (Giacalone, 2016). Con ello, el regionalismo adquirió una dimensión política multidimensional como uno de los rasgos característicos del nuevo regionalismo de la posguerra fría, mientras que en el viejo regionalismo, la dimensión económica se ubicaba en organizaciones distintas, y esta última implicaba una relación de subordinación estratégica con Estados Unidos principalmente (GuerraBorges, 2008). Cabe señalar que el nuevo regionalismo de los noventa se explica una estrategia más amplia de inserción internacional, al tiempo que pretendía consolidar las capacidades de gobernanza interna de los Estados en una dinámica más amplia, que se observa en el conjunto del sistema internacional de la Posguerra Fría. Frente a este aspecto señalaría Sanahuja (2009) mencionando:. Estados Unidos y la Unión Europea (UE), y la mayor importancia de los mercados asiáticos, y en particular de China. Respecto a Estados Unidos, tanto el periodo de repliegue de la posguerra fría en los años noventa, como su redespliegue de la “Guerra Global contra el Terror” han significado que América Latina esté cada vez más alejada de las preocupaciones de esa gran potencia. En una aparente paradoja, el marcado unilateralismo de Estados Unidos y su actuación tras los.

(5) 5 atentados del 11-S ha creado tanto los incentivos como las condiciones para alentar una actuación más autónoma de América Latina, en particular de los países sudamericanos (Serbin, 2010). Con la atención puesta en Irak y en Afganistán, Washington ha descuidado una región en la que no percibía ninguna amenaza terrorista. Ese vacío político ha sido rápidamente ocupado por líderes y proyectos regionalistas cuya búsqueda de autonomía se justificaba, en parte, por el rechazo al unilateralismo de la era Bush (p. 119). Sanahuja (2012) por su parte acota además que otros países han optado por mantener los esquemas de integración vigentes, buscando acuerdos con los países del Norte y con Asia a partir de esas plataformas regionales. En ese marco, en América Latina se observa una reinterpretación del regionalismo y el multilateralismo que podría caracterizarse como “postliberal”, por tratar de trascender el modelo del regionalismo abierto. En contraste se puede hablar de un regionalismo internacionalismo económico da la existencia de las posibilidades de proyección geográfica se plantea una serie de capacidades dentro del proceso globalizador en donde se pierde la jerarquía unilateral y comienza un dominio Bipolar visto sobre los años ochenta especialmente por la influencia de los Estados Unidos Rusia y Asia, y de igual manera, Japón ha hecho lo propio pero no ha tenido la influencia que han tenido otros países en este aspecto (Montenegro, 2010). Desde luego la posición económica de estos países han cambiado en los últimos 20 años atendiendo sobre todo a que la pluralidad de actores han generado una multipolaridad dejando el escenario abierto incluso a la ciudadanía a organizaciones no gubernamentales y a Estados en vía de desarrollo en su pretensión de hacer un papel protagónico en el regionalismo, constituyéndose así una forma de perdurar la intencionalidad de los Estados frente a las políticas subnacionales y nacionales para proteger sus intereses particulares (Quiliconi & Salgado-Espinoza, 2017). No obstante, el regionalismo no ha jugado el mismo papel en todos los tiempos desde luego los cominos de la Unión Europea y la debilidad de los Estados Unidos en ese tiempo habían convertido a Asia en especialmente a China en el principal protagonista, sin embargo, el contrapeso que realizaron los Estados Unidos en los años ochenta y noventa sobre todo en su intervención en Medio Oriente hizo que la acción sobre el tema petrolero le diera un valor preponderante a los Estados Unidos en temas de petrodólares (Saxe-Fernández, 2015). En este mismo aspecto de la unilateralidad podemos ver que el dominio tecnológico ha estado de la mano no sólo Estados Unidos, sino especialmente de China, Europa y Japón,.

(6) 6 quienes han puesto en el escenario mundial un sin número de artefactos tecnológicos así como de avances en ciencia y tecnología, que han dado lugar a la construcción de un mundo diferente a un mundo que se mueve en un ecosistema de negocios, y en donde el sentir geopolítico a quedado atrás de la perspectiva geoeconómica en el proceso globalizador (Saxe-Fernández, 2015). Podría entenderse que existen economías emergentes de las cuales se constituyen unos sistemas internacionales multipolares, pero la pregunta del regionalismo es si esto fortalecerá o debilitará a quienes ya tenían un lugar en el sistema geoeconómico el mundo, pues de esta manera, los Estados-Naciones como actores principales de muchas de las economías emergentes podrían tener en este momento una escalada en los poderes regionales como en el caso de latinoamérica o en el caso de Centroamérica (Sanahuja, 2009). De igual forma, el multilateralismo regional busca una estabilidad al sistema global desde las acciones regionales en problemas tales como las crisis financieras, las deflexiones económicas, el cambio en los precios del petróleo, y el cambio climático. En este sentido, algunos autores (Cuéllar-Laureano, 2012), (Giacalone, 2016), (Sanahuja, 2009), han mencionado que no sólo se trata de una multipolaridad centralizada, es decir, en donde se tiene una serie de actores como grandes potencias mundiales, los cuales actúan a nivel global con una posición geoestratégica que les permite dar cuenta de una estabilidad económica financiera de empleabilidad y de indicadores económicos, que llevan por encima a países de renta media alta. Así pues, algunos autores hablan de la multipolaridad descentralizada en donde las economías emergentes dan una autonomía política y de poder regional no se desarrollan intereses regionales, sino que solo se busca que la accesibilidad a acuerdos de cooperación internacional, y de aquellos de cooperación económica con los que se pretendan cursar de manera natural a nuevos mercados que no necesita el apoyo de otras regiones ni organizaciones multilaterales. De esta forma se abre paso a una nueva dimensionalidad del poder en el mundo, supeditada ya no solo a un orden de jerarquias mundiales lideradas por las potencias econpomicos y militares, sinoq ue en efecto, se hace presente en el escenario la comunidad de todos los paises del mundo, en la que la emergente económia de paises pequeños llega a su cuspide, y en la que paises que tenian la peor crisis econpomica llegaron a establecerse como economias sólidas y representativas a nivel global..

(7) 7. Organización geopolítica y escenarios del proceso globalizador. Luego de hacer una exploración asociada a los acontecimientos de la posguerra fría se hace una identificación de los elementos de continuidad y cambio geopolítico y económico en el Siglo XXI como se describió en el título anterior. En este momento, las siguientes páginas van a permitir organizar una información sobre los aspectos geopolíticos por regiones más relevantes en el escenario mundial, y aunque la identificación no pretende hacer una caracterización de cada una de las regiones, si se hace necesario describir y hacer comprensible como los aspectos políticos y económicos del mundo actual han actuado en las posibilidades futuras de determinadas regiones en las que su historia económica ha desempeñado un papel fundamental en la interacción de intereses de muchos Estados y Naciones, frente a las organizaciones multilaterales, bilaterales y unilaterales (Giacalone, 2016). En adición, no se pretende responder a una pregunta de la situación actual bajo una fórmula, pero si se busca dar respuesta al sentido de la multipolaridad, y como a través del ejercicio que han realizado muchas regiones se puede hacer tangible el pensar en que existe unos escenarios que se organizan geopolíticamente como estrategia globalizadora por regiones, de esta forma, la pregunta que puede acaecer en estas líneas está relacionada sobre cómo el mundo globalizado ha generado una posibilidad a diferentes regiones del mundo a ocupar una posición geopolítica y geográfica, que desde luego atendiendo al tipo explicativo de la economía, no se llega a considerar que economías emergentes puedan ocupar un lugar preponderante en el mundo actual, pero desde luego, así sucede y sorpresivamente puede llegar a suceder que la identificación de elementos que dan continuidad y cambio a nivel económico puedan ser las probabilidades de que en el futuro a mediano y largo plazo, sean el derrotero de la polaridad del mundo económico, político y social (Saxe-Fernández, 2015). En la era de la tecnología la información y la comunicación nos hemos visto abocados a ver en diferentes medios como las crisis económicas en diferentes regiones del mundo han significado el acabose de economías que se consideraban estables. Asimismo, otras que han mantenido su estabilidad lo han hecho a costa de un precio social, y de un precio ambiental supremamente alto, y es por eso que también algunas de las noticias que llegan por diferentes.

(8) 8 medios de comunicación, han enterado al mundo de las diferentes guerras civiles que se han librado en Medio Oriente y en Oriente lejano (Montenegro, 2010). También la influencia islámica, y la de los grupos disidentes en los Balcanes en la antigua Unión Soviética, han generado un sin sabor en la comunidad internacional en donde geopolíticamente la posición de las regiones ha sido la restablecer el orden y la paz. Desde otra óptica, el escenario internacional ha dibujado que existen regiones las cuales están intentando generar unos cambios transnacionales en el caso de la Unión Europea ha sido el referente para América Latina y Centroamérica y el Caribe, para establecer acciones en la ruta metodológica de la cooperación entre naciones de los acuerdos bilaterales, y de los acuerdos multilaterales, los cuales se han constituido en premisas para la construcción de una arquitectura más sólida en cuanto a la estrategia geoeconómica de la región frente a la integración con otras regiones del hemisferio (Giacalone, R, 2016). Saxe-Fernández (2015) sobre el particular expresa:. El mundo ha experimentado profundas transformaciones en los últimos veinte años. El socialismo se derrumbó en la Unión Soviética y Europa Oriental; las naciones capitalistas industrializadas, tras el corto respiro que les procuró la aplicación de políticas neo liberales, aún no salen totalmente de la crisis y no existen perspectivas claras de crecimiento sostenido en el mediano plazo. Las economías del Tercer Mundo, agobiadas aún por la crisis de la deuda y las políticas de ajuste, abandonaron sus viejas estrategias de desarrollo de corte proteccionista y se abrieron al exterior. El mundo avanza hacia la globalización económica, aunque sin un proyecto claro de reforma de la institucionalidad política y económica heredada de la posguerra y del mundo bipolar. Ese proceso descansa en el acelerado desarrollo científico y tecnológico, en particular en las comunicaciones y los transportes, lo que facilita la operación mundial de las corporaciones, y su impulso proviene de las fracciones más poderosas del capital de las naciones desarrolladas y del Tercer Mundo, así como de los grupos gobernantes de esas economías y de los países otrora socialistas. Estos grupos demandan un espacio económico internacional abierto, de preferencia sobre bases multilaterales (p. 112-113). En cierta medida cuando se ha hablado de la geopolítica y la geoeconomía en el proceso globalizador parece que se habla de dos cosas diferentes. Sin embargo, si se presta atención desde el punto de vista conceptual tienden a tener puntos de convergencia históricos y teóricos, lo cual lleva a la instalación de un modelo paradigmático que hace entender que la organización geopolítica es un escenario en donde el proceso regional tiene gran importancia atendiendo a las.

(9) 9 perspectivas y necesidades del orden económico, social, y cultural primordialmente (Quiliconi & Salgado-Espinoza, 2017). De igual forma, se debe hablar de lo que podría considerarse la globalización como un tema pasado de moda, pero que sin embargo, sigue siendo un tema vigente y latente en toda la sociedad, en el hecho de considerar que hay una economía globalizada y que funciona a escala mundial generando una realidad distinta a la del capitalismo, pues desde ella se evoca una especie de operación regional en la cual cada una de las Naciones tiene un papel importante dentro de la diversidad de la propiedad a la que puede tener acceso o que le corresponde dentro de las matrices que se gestan a nivel geopolítico, y que se difunden como especie de ventajas competitivas. En este sentido, el principal freno globalizador en la constitución de un orden económico mundial en el que sólo se está esperando que los sistemas productivos de los estados comiencen a apalancar la autenticidad de sus regiones, pues frente a este aspecto hay que decir, que la globalización no puede constituir un nuevo orden, ya que en esencia, << la globalización es el orden>>, y no de manera lineal sino de manera paralela y secuencial generando un marco de obstáculos que marchan en contravía de los factores que impulsan los procesos tradicionales, y es por esta razón, que se debe intensificar los procesos que tienden al proteccionismo y a contrarrestar las acciones económicas fragmentadas de otros Estados en el que la visión regional y transnacional va a permitir superar estas barreras pero la carencia de un eficaz liderazgo en este aspecto geoeconómico podría tener serias consecuencias (Giacalone, 2016). En el aspecto regional de influencia, de acuerdo con Giacalone (2016) en la actualidad se perfilan tres bloques principales: el que forman Estados Unidos, México y Canadá, con la perspectiva de incorporar a otros países de América Latina; el europeo, encabezado por Alemania e integrado por los países de la Unión Europea (UE) que se ampliaría con la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC), y al que podrían incorporarse las economías de Europa Oriental, así como las de la otrora Unión Soviética, y el bloque asiático, bajo la égida de Japón , que incluye a Corea del Sur, Hong Kong, Taiwán y Singapur; y a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) formada por Tailandia, Malasia, Indonesia y Filipinas; y cuya esfera de influencia podría extenderse a Australia, Nueva Zelandia, tradicionales socios comerciales del Reino Unido y China..

(10) 10 Es preciso decir, que la formación de bloques no significa que se crearán sistemas productivos regionales, sino que los sistemas nacionales en crisis se articularán y en muchos casos quedarán subordinados a la lógica del sistema hegemónico de los Estados Unidos, Alemania y Japón (Sanahuja, J, 2012), (Giacalone, R, 2016). Así pues, la integración de bloques no responde exclusivamente a la voluntad política de los gobiernos, pues es resultado de procesos de integración en espacios naturales tejidos a lo largo de las últimas décadas. No obstante, con la existencia de fuerzas predominantes hacia los bloques regionales no se constituirán en zonas económicas cerradas, ni que obstaculicen los avances hacia los arreglos multilaterales. Todo ello, dependerá de que se supere la crisis de regulación y de que se logre controlar las tendencias económicas en las regiones, así como los conflictos que en ellas se suceden (Saxe-Fernández, 2015). Por último, es preciso recordar en este ensayo, que las regiones son desde el punto de vista geopolítico complemetarias, y que estratégicvamente todos ellas tienen un punto a favor de los paieses dominantes, y que la interdependencia siempre existira en este entorno económico, el cual debe intentar permanecer al margen de la obligatoriedad y de la marginación de los pueblos con menores capacidades económicas..

(11) 11. Conclusión. Se puede concluir de la lectura del capítulo 4 y 5 del libro geopolítica y geoeconomía en el proceso globalizador que hay una unidad de análisis en el binomio geopolítica geoeconomía, el cual debe ser empleado en un marco interpretativo de las sociedades de consumo de las sociedades culturales y de las intencionalidades de los estados y de las Naciones, a través del juego evolutivo de la transnacionalidad y del proceso regional. Es evidente que existen aspectos comprensibles en el mundo actual que a pesar de tener el rótulo de globalizado siguen teniendo elementos que la historia ha dejado como rol fundamental de la interacción entre los estados en el cual la paz, la lucha contra la miseria, el favorecimiento de crecimiento económico, y el apoyo a los estados con menores posibilidades económicas, sigue estando en el derrotero de las regiones y de los países que lideran. De igual forma, se hace comprensible que la historia social económica y política desempeña un papel fundamental en la concepción de los nuevos intereses geopolíticos y de las expectativas geopolíticas que tienen las organizaciones multilaterales alrededor de todo el mundo..

(12) 12 Referencias. Cuéllar-Laureano, R. (2012). Geopolítica. Origen del concepto y su evolución . Revista de Relaciones Internacionales de la UNAM, 113, 34-49. Giacalone, R. (2016). Organización geopolítica y escenarios del proceso globalizador por regiones. En R. Giacalone, Geopolítica y geoeconomía en el proceso globalizador (págs. 139-197). Bogotá: Acontecer Mundial. Giacalone, R. (2016). El siglo XXI: Del unilateralismo hacia la multipolaridad y el regionalismo. En R. Giacalone, Geopolítica y geoeconomía en el proceso globalizador (págs. 107-139). Bogotá: Acontecer Mundial. Guerra-Borges, A. (2008). Regionalismo y multilateralismo en su laberinto. Problemas del desarrollo, 39(152), 11-28. Montenegro, J. (2010). De la geopolítica a la geoeconomía:¿ Una forma virtual de colonización? Revista CIFE: Lecturas de Economía Social, 12(16), 79. Quiliconi, C., & Salgado-Espinoza, R. (2017). Latin American Integration: Regionalism à la Carte in a Multipolar World? Colombia Internacional, (92), 15-41. Sanahuja, J. (2012). Regionalismo post-liberal y multilateralismo en Sudamérica: El caso de UNASUR. Anuario de Integración Regional de América Latina y el Caribe, 19-72. Sanahuja, J. (2009). Del regionalismo abierto al regionalismo post-liberal. Crisis y cambio en la integración regional en América Latina. Anuario de la integración regional de América Latina y el Gran Caribe, 7, 12-54. Saxe-Fernández, J. (2015). La globalización: aspectos geoeconómicos y geopolíticos. Estudios Latinoamericanos, 3(6), 51-67..

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