Ayuda y consejos. Preguntas frecuentes sobre Cloración Salina
¿
Es como bañarse en agua de mar?NO. El agua del mar tiene una concentración, por regla general, de 37 gramos/litro La sal que se añade a la piscina con un sistema de cloración salina resulta en una concentración de 5‐7 g./l. Esta concentración de sal en agua es similar a la que podemos encontrar en la lágrima del ojo humano, colirios o sueros fisiológicos.
¿Es un agua más saludable?
SI. En tanto mantengamos las condiciones de pH del agua entre los parámetros recomendados (7,2 a 7,6). Al destruir las cloraminas que provocan los efectos indeseados del cloro, ya no se producen irritaciones en los ojos o picores en la piel. De hecho, en caso de tener alguna alergia o afección cutánea esta agua aliviará los síntomas. Además, al añadirse la oxidación electrolítica al poder desinfectante del cloro la desinfección es más eficaz..
¿Es una tecnología nueva?
NO. Los sistemas de electrólisis salina para piscinas se vienen utilizando desde hace 30 años y nuestros equipos está en el mercado desde hace mas de 20 años.
¿Es un sistema seguro?
SI. Debido a que la tensión máxima de salida que proporciona la fuente de alimentación es de 7,5 V y puesto que, además, dicha fuente de alimentación es IP‐23. ¿Requiere de un mantenimiento especial?
NO. Todos nuestros modelos disponen de un sistema de inversión automática de la polaridad de los electrodos mediante el cual se produce la limpieza automática de los mismos.
¿Es difícil de instalar?
NO. Se instala en línea en la tubería de PVC. Solo es necesario tener una herramienta de corte, tubería de PVC y el pegamento adecuado.
¿Hay que reponer sal a la piscina periódicamente?
NO. Solo habrá que reponer sal, para mantener la concentración ideal, cuando se aporte agua nueva a la piscina. Esto puede ocurrir cuando se lavan los filtros de la piscina. La sal que se utiliza para la desinfección forma parte de un ciclo cerrado y el cloro, una vez efectuada su función desinfectante, se vuelve a asociar con el sodio para formar sal.
¿Afecta la cloración salina al pH del agua?
SI. Al disociarse la sal, en los electrodos se genera NaOH por lo que se tiende a incrementar el pH del agua. Debido a esto, es recomendable que el pH sea controlado con regularidad. Esto pasa, incluso en mayor medida, con cualquier tratamiento de desinfección por cloro ya que estos tienen como base el hipoclorito sódico.
¿Se puede utilizar conjuntamente con sistemas de ozonización o con sistemas de ionización Cu/Ag?
SI. La cloración salina es perfectamente compatible con cualquier otro sistema de desinfección del agua de piscinas presente en el mercado. También es compatible con productos químicos como floculantes, alguicidas o ácido isocianúrico.
Sistema de cloración salina para piscinas
Las piscinas que adoptan el sistema de cloración salina por electrólisis como medio desinfectante se convierten en un ambiente saludable para quienes las disfrutan. Los equipos de cloración salina son muchos más recomendables por que la concentración de sal utilizada, similar a la de el suero fisiológico, evita los ojos irritados y las dermatitis producidas por el sistema tradicional y, además, el contenido el yodo de la sal favorece el bronceado y la recuperación de enfermedades de tipo dérmico..
• Ahorro de agua: no necesitará cambiarla en varios años
• Fácil instalación y mayor ahorro energético
• Más seguro: no es necesario manipular productos químicos
Además de reducir el tiempo de mantenimiento que usted dedica a su piscina los
cloradores salinos le proporcionarán más ventajas:
No volverá a ducharse después del baño para quitarse el cloro
• No volverá a tirar un traje de baño por que esté desteñido • No volverá a oler a cloro en su piscina
• No volverá a perder el color de pelo que a usted le gusta.
Equipos de cloración salina para piscinas Saliclor Serie-L
La gama de sistemas de electrolisis salina doméstica “SALICLOR Serie L” es la mas adecuada para piscinas privadas de entre 30 m3 y 120 m3.
Esta gama la componen tres equipos:
• SALICLOR-L12 Para piscinas de hasta 50 m3.
• SALICLOR-L18 Para piscinas de hasta 80 m3.
• SALICLOR-L24 Para piscinas de hasta 120 m3.
Nuestros sistemas de electrolisis salina constan, fundamentalmente, de dos partes. La unidad de control y la célula de electrolisis.
Unidad de control
En ella se conjuntan la fuente de alimentación y el microprocesador integrado.
En este momento, la variación en la capacidad de generar gramos de gas cloro por hora de funcionamiento de un equipo de cloración salina de los existentes en el mercado es mediante dos métodos, o variando la intensidad o variando el voltaje. El problema de estos dos métodos es que son ajustes electro mecánicos y que pueden producir descompensaciones en el rendimiento óptimo del equipo y causar una disminución en la duración de los electrodos de titanio.
Nuestros equipos varían su producción de gramos de gas cloro por hora de funcionamiento mediante la programación de el microprocesador y por tiempo de producción en unidades horarias. De esta manera, los equipos salen ajustados de fábrica para que su rendimiento eléctrico sea óptimo en todo momento.
Veamos un caso práctico:
Tenemos una piscina de 45 m3 que tiene instalado un equipo SALICLOR‐L12 (12 g/h de
producción óptima). La piscina necesita 10 horas de depuración al día y decidimos que
la cantidad necesaria de gas cloro diaria es de 60 gr. Mientras otros equipos estarían
funcionando a medio rendimiento durante 10 horas y produciendo 6 gramos por hora,
nuestro L12 funcionaría a rendimiento óptimo 30 minutos de cada una de las 10 horas. Este funcionamiento intermitente, mejora la desinfección y prolonga la vida de el equipo y sus electrodos.
La fuente de alimentación de nuestros equipos consta de una etapa de potencia conmutada, lo que elimina los picos de voltaje y aumenta la vida media de los electrodos, y de un inversor de polaridad.
El inversor de polaridad entra en funcionamiento periódicamente para cambiar la polaridad de los electrodos de titanio. Esta inversión de polaridad convierte la célula de electrolisis en “auto‐limpiable”, ya que impide el depósito de cal en los electrodos, reduciendo considerablemente la necesidad de mantenimiento de la electrolisis salina. El microprocesador integrado de la serie L de SALICLOR es el mas completo y avanzado delmercado.
Aparte de gestionar eficazmente la etapa de potencia y la producción de gas cloro de la célula electrolítica, nuestro microprocesador es el único en el mercado capaz de detectar la cantidad de sal disuelta en el agua de la piscina (con un margen de error de ‐+ 0,4 gr. /litro).
Otros equipos solo indican si hay suficiente sal en el agua. El nuestro indica cuanta sal hay y, además, si el nivel de sal en agua es inferior a 3 gramos por litro (lo que dañaría seriamente los electrodos de titanio si se mantiene en marcha) detiene la producción de gas y avisa de la necesidad de reponer sal en el vaso de la piscina.
Nos queda solo por reseñar que nuestra unidad de control, a pesar de su alto rendimiento y avanzada tecnología, es extremadamente compacta (tiene el tamaño de un folio A4 y un peso de 2 k.) y que la pantalla LCD retro‐iluminada y los controles digitales se encuentran en la parte superior. Todo esto la hace
muy adecuada para las nuevas unidades compactas enterradas de depuración. Célula de electrolisis Si la unidad de control es el cerebro y el corazón de el sistema, la célula de electrolisis bien podría ser considerada sus piernas. La célula de electrolisis se compone de electrodos y de carcasa. Los electrodos de todos los equipos SALICLOR van un paso mas allá que los de sus competidores en el mercado con nuestra tecnología de “Placa de malla expandida” de titanio de 1,8 mm de espesor y con recubrimiento de Rutenio‐Iridio. Esta tecnología conjuga la eficacia y versatilidad de los antiguos electrodos de “rejilla” con la durabilidad (10.000 horas de funcionamiento garantizado) de los electrodos de placa utilizados por el resto de los fabricantes de sistemas de electrolisis salina en la actualidad.
Además, y como elemento de seguridad añadida, nuestros electrodos no presentan bornes de conexión eléctrica visibles. Para ocultarlos se utilizan dos resinas “Epoxi” (una de anclaje y otra de aislamiento). Este proceso reduce considerablemente los riesgos eléctricos que podemos encontrar en un medio tan húmedo como es el de las depuradoras de piscinas.
La carcasa de nuestra célula de electrolisis se compone de dos piezas de plástico ABS de 8,5 mm de espesor que, una vez instaladas, aguantan una presión de agua de 7 kg/cm2 .
Todas las carcasas de equipos domésticos, similares en precio a la Serie L de SALICLOR, están fabricadas con metacrilato (o similar) de 2 ó 3 mm y la presión máxima que pueden aguantar es de 1 kg/cm2. En términos prácticos, el que nuestra carcasa sea 7 veces mas resistente a la presión, implica que es siete veces menos probable que rompa (o se raje al caer al suelo por accidente), o que presente fugas de agua. Otro detalle interesante de nuestra carcasa es que las bocas de conexión tienen un diámetro interior de 50 mm y un diámetro exterior de 63 mm. La totalidad de la tubería utilizada en grupos de depuración de piscinas es o de 50 mm o de 63 mm. El hecho de que se pueda utilizar cualquiera de las dos medidas para conectar nuestra célula sin necesidad de utilizar “reductores” simplifica notablemente su instalación.
¿Y por que la carcasa en dos piezas?
El que sea de dos piezas permite que el ajuste final de la conexión se haga deslizando las dos piezas de la carcasa en lugar de tener que volver a tirar la tubería o “forzar” la ya instalada para que ajuste. Además, permite adecuar la instalación a cualquier espacio o situación ya que se puede girar de 0º a 180º. Una vez tengamos la posición adecuada para cada instalación de las dos piezas, solo queda pegarlas con pegamento para PVC estándar para que quede sólida como una roca.
Tecnología para la cloración salina de piscinas
Toda la tecnología necesaria, para el diseño y fabricación de nuestros cloradores salinos y de nuestros sistemas de control y regulación de la calidad del agua de la piscina, han sido desarrollada por nuestro departamento de I+D de forma continuada a lo largo de los últimos veinte años.
Esto nos permite ofrecer equipos con los niveles mas altos de innovación y calidad a un precio muy competitivo.
Fundamentos de la cloración salina.
El antecedente de esta tecnología lo encontramos en la producción industrial de Hipoclorito Sódico Sanitario (Lejía).
En las fábricas dedicadas a producir lejía, se utiliza la disociación de sal para producir ácido hipocloroso. Son instalaciones donde la temperatura del agua (90º C) y la elevada concentración de sal en la misma (200 g/lt. 7 veces el agua de mar) conducen a un alto rendimiento en la producción.
El concepto detrás de los cloradores salinos para piscinas se basa en conseguir equipos de un tamaño reducido y manejable y que sean capaces de conseguir una producción adecuada de cloro libre en unas condiciones que sean agradables a los seres humanos. Es decir, a temperaturas entre 20º C y 36º C y a concentraciones de sal en agua de 5 a 7 gr/l. Esta concentración de sal es entre cinco y siete veces menor que la del agua de mar y es equivalente a la de los sueros fisiológicos y a los colirios utilizados por las personas. Esto hace que el agua de la piscina, en vez de el medio agresivo para la salud en que la convierte el uso de Hipoclorito Sódico Sanitario u otros derivados mas estables del cloro, se convierta en un agua beneficiosa sobre todo para el tratamiento de afecciones de nariz, ojos y piel.
Fundamentos del control de pH.
El gas cloro que se produce por la electrolisis salina, se va a combinar, de manera casi inmediata, con el agua de la piscina en forma de dos moléculas químicas, Ion
hipoclorito (ClO‐) y ácido hipocloroso (HClO).
Ambas moléculas desinfectan y ambas se encuentran en equilibrio químico en el agua, formando la suma de las dos los que se denomina “cloro libre”.
El problema práctico que nos presenta este equilibrio químico es que la capacidad de desinfección del ácido hipocloroso es, dependiendo de la temperatura del agua, entre ochenta y trescientas veces superior que aquella del ión hipoclorito.
¿Y como podemos utilizar este equilibrio entre moléculas en nuestro beneficio? La respuesta es sencilla. Con un control adecuado y automático del pH del agua.
Con un pH 7, la proporción de equilibrio entre los dos iones es de 75 % de ácido hipocloroso y 25 % de ión hipoclorito. Según aumenta el pH del agua esta proporción se va decantando hacia el ión hipoclorito.
Así, con un pH 7,5 la proporción entre las dos moléculas es de mitad y mitad y a pH 8 la proporción pasa a ser de 20% ácido hipocloroso y 80 % de ión hipoclorito por lo que el nivel de desinfección del “cloro libre” en el agua se ve seriamente disminuido.
Si mantenemos, de manera constante, el pH del agua entre 7,2 y 7,6 estaremos asegurándonos una eficacia óptima del equipo de electrolisis salina de nuestra piscina.
¿Y por qué no mantenemos el pH del agua entre 6,8 y 7,2 si el nivel de ácido hipocloroso es aun mayor?
No es aconsejable debido a las cloraminas de el agua. Las cloraminas son subproductos (en forma de compuestos nitrogenados) del “cloro libre” y también se denominan “cloro residual”. Las cloraminas son un producto residual resultante del proceso de destrucción, llevada a cabo por el cloro libre, de los agentes contaminantes aportados por los bañistas a la piscina (sudor, urea etc..)
Este cloro residual no es un problema cuando el pH es superior a 7,2, ya que el ácido hipocloroso, que se sigue produciendo por el clorador salino, oxida las cloraminas y las convierte en gas nitrógeno cerrando así el ciclo de desinfección de el agua de la piscina. Cuando el pH es 7 o inferior a 7 se forman tricloraminas (NCl3), que no pueden ser oxidadas por el ácido hipocloroso, y que aumentan su concentración conforme aumente la concentración de el “cloro libre”. Estas tricloraminas provocan irritación en los ojos y son las causantes del reconocible “olor a cloro”.