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Escenas de la revolución francesa en un bordado

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Academic year: 2020

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E S C E N A S D E L A REVOLUCIÓN

F R A N C E S A E N U N BORDADO

¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia! Sobre la tela pajiza. . . Fcdevico GOLTCICL LOYCÜ

E L C O L E G I O DE M É X I C O posee u n bien m u y singular. Es u n borda-do c u a d r a n g u l a r que en el campo de la tela muestra nueve escenas de la R e v o l u c i ó n francesa.1 Su c o m p o s i c i ó n tiene la f o r m a de

u n a estrella de ocho puntas, con la p r i m e r a escena al centro por lo cual a p a r t i r de é s t a es congruente su lectura siguiendo una l í n e a espiral; c o n t i n ú a en la que se halla en u n á n g u l o inferior y tiene la leyenda "Sacan al R e i para el cadalso"; prosigue circulando hacia la derecha del espectador y t e r m i n a en l a que aparece ' ' L a

1 Don Silvio Zavala adquirió este bordado para El Colegio de

Méxi-co, siendo presidente del mismo, por medio de don Gonzalo Obregón. Véanse las ilustraciones y la viñeta de la portada. Actualmente se encuen-tra en el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios del mismo Colegio. Agradezco a las doctoras Pilar Gonzalbo y Virginia González sus observa-ciones. Véase la bibliografía al final de este artículo.

Popularmente se llamaba "carpetas" a estos trabajos, y se usaban para cubrir y adornar mesas, baúles, etc.; sin excluir que se confecciona-ran sólo por el interés del tema y de la obra en sí.

2 Esta disposición determina que la presentación normal del bordado

en cuestión sea horizontal, tendido sobre una superficie plana o semipla-na, alrededor de la cual pueda el espectador observar la secuencia de las imágenes. Nos convence que ésta es la dirección de su sentido el hecho de abarcar así, de un solo golpe de vista, cómodamente, de la primera a la sexta escena; de permitir apreciar, arriba, en postura de equilibrio en

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mentó de Publicaciones de El Colegio de México.

U n fleco tejido con aguja de gancho circunda el bordado figu-rando conchas o p e q u e ñ o s abanicos semiempalmados. U n a cenefa calada en f o r m a de cadeneta une el fleco a la tela b á s i c a con me-dios puntos, cuyos grupos dentellados alternan colores. E l conjunto m i d e 1 m e t r o con 10 c e n t í m e t r o s por cada lado, a p r o x i m a d a -mente. O sea que los principales hechos de la R e v o l u c i ó n francesa e s t á n contenidos en t a n p e q u e ñ o espacio, en u n p r i n c i p i o lleno de colores vivos con puntadas de hilos de seda. Es una o b r a hecha a mano y probablemente sobre calco.

la composición la figura tendida de la reina en el cadalso y la del rey abajo sin desdoro de su carácter real. Téngase en cuenta el sentido de la marcha de las manecillas de un reloj.

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Descripción

L a p r i m e r a escena representa u n grupo de 13 militares, m á s u n observador situado a la derecha del espectador, que defienden a fuego u n a fortaleza desde lo alto. A b a j o hay dos bandos, todos fie casaca azul, que no parecen enterarse de tal defensa y pelean erure s í , a pie y a caballo. Y otros de casaca clara aparecen, en u n )lano m á s inferior, j u n t o a tiendas de c a m p a ñ a . A p a r t e del fuego de los c a ñ o n e s , la violencia se cifra hacia el centro de la escena en u n d ú o q u e ataca a u n m i l i t a r que e s t á a punto de caer.3

Es notable la c o m p o s i c i ó n externa de esta escena en forma de r o m b o e interna en tres niveles sobrepuestos.

L a segunda escena muestra una guardia de 22 militares, 17 a r r i b a y 5 enmedio, que conducen bajo guardia al rey Luis X V I a l cadalso, con toque de corneta y t a m b o r convocando la a t e n c i ó n . E l rey mas parece llevar u n a m a n o d e n t r o de la casaca que atadas las manos. ¡!>e distingue p o r su traje blanco. A b a j o se lee " S a c a n a l R e í para el cadalso1'.

Esta escena, como la p r i m e r a , la cuarta, la sexta y la octava, consta de tres niveles: superior, m e d i o e inferior. Excepto la p r i -m e r a , las cuatro corresponden a los á n g u l o s del bordado y tienen al pie su leyenda respectiva.

L a tercera, manifiesta al emperador de A l e m a n i a sentado en su t r o n o , a c o m p a ñ a d o por dos parejas de cortesanos, d i s p o n i é n d o s e al parecer a dictar u n a orden, si no es que el caballero que avanza a la derecha de la escena va ya a c u m p l i r l a . A b a j o dice: " A l e -m a n i a .

L a cuarta, exhibe en el plano superior la presencia de 15 m i l i t a -res que observan la d e g o l l a c i ó n del rey, ejecutada en el plano me-d i o ante otros tres m i l i t a r e s p o r el verme-dugo y su ayume-dante, izanme-do aquel la regia cabeza m i e n t r a s el cornetista y el t a m b o r i l e r o tocan sus instrumentos. T o d o s tienen la cabeza cubierta. L a leyenda dice " L a degoyacion del r r e i de F r a n c i a " .

L a q u i n t a , expone al rey de E s p a ñ a Carlos I V de pie, q u i e n re-cibe a u n mensajero que ha descabalgado u n caballo que aparece a l a izquierda. Dos albarderos custodian el t r o n o del monarca es-p a n o l . A b a j o dice: " E s es-p a ñ a " .

L a sexta, ofrece a r r i b a la imagen y la i n s c r i p c i ó n de " L a tore

3 Véase el cuadro que muestra la disposición ideal del bordado y la

secuencia de las escenas. No obstante, pueden considerarse sólo capitales las escenas 1, 2, 4, 6, 8 y complementarias la 3, 5, 7 y 9.

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donde los p r e z a r o n " a los reyes, y al centro la presencia de la reina rvlaria A n t o n i e t a de Francia, conducida al cadalso en u n a carreta. E l l a v a semisentada, con las manos atadas, y los pies recogidos. D o s ciudadanos tocados con gorras t i r a n la carreta con paso m u y ágil y marcado, como corriendo y jugueteando, mientras dos m i l i -tares v a n a la zaga y al fondo tres canes corren al encuentro de la carreta. E n el á n g u l o inferior dice: Í CE 1 paceo de la reina para el

cadalso''.

L a s é p t i m a presenta al rey de I n g l a t e r r a sentado en su t r o n o y 15 caballeros armados que lo custodian, mientras dos militares a l a i z q u i e r d a y cinco a la derecha se alejan de la escena. A b a j o dice:

6 i I n g l a t e r r a ' ' .

L a octava ofrece a r r i b a , de manera eminente, la i m a g e n t r á g i c a de la r e m a N l a n a A n t o n i e t a t e n d i d a boca a r r i b a en el cadalso, en concordancia con la figura del rey L u i s X V I , que aparece en la escena opuesta del bordado. E n t r e t a n t o que en el plano medio el

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Escena 6, que corresponde a " E l paceo de la reina para el cadalso". Foto-grafía del Departamento de Publicaciones de El Colegio de México.

comandante ordena el toque de corneta, tres m ü i t a r e s e s t á n sobre las armas y el verdugo y su ayudante se aprestan a cortar l a cabeza de l a reina de Francia. Todos tienen la cabeza cubierta. L a leyen-d a leyen-dice: " E l caleyen-dalso i leyen-d e g o l l a c i ó n leyen-de la r e i n a " .

Y la novena, ostenta a l a emperatriz M a r í a Teresa de A u s t r i a en u n m a r c o de magnificencia en postura sedente. Dos guardias flanquean la escena, que es la ú l t i m a conforme a l a secuencia que hemos observado. A b a j o dice: " L a e n p e r a t r i s " .

E n t a n poco espacio y escenas se cuentan m á s de 110 personajes entre emperadores, reyes, cortesanos, m ü i t a r e s , guardias, ciuda-danos, verdugos y ayudantes. L a escena con m a y o r concurrencia es la que encabeza el rey c a m i n o del cadalso con 23 personajes, i n c l u i d o é l . Y la que menos tiene es la ú l t i m a , pues a la e m p e r a t r i z la custodian sólo dos guardias.

Los trajes dan prestancia a las personas y u n m a y o r toque de variedad y color al conjunto. Pueden verse sombreros bicornios,

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Escena 9, en que aparece la emperatriz de Austria. Fotografía del Depar-tamento de Publicaciones de El Colegio de México.

casacas, camisas, chalecos, botones, calzones, calzas, botines, ves-tidos, zapatillas, plumas y gorras. T o d o s lucen roleos o pelucas. E n c u e s t i ó n de atuendo sobresale la figura i m p e r i a l de M a r í a T e -resa de A u s t r i a con u n gran tocado que lleva plumas, peinado al-t o , esclavina de a r m i ñ o , vesal-tido de alal-tos vuelos con esal-tampado de franjas horizontales y u n p a ñ u e l o que c o m b i n a con el tocado y la esclavina. U n gran n ú m e r o de emblemas, insignias, s í m b o l o s , d i -visas e inscripciones surge a q u í y allá. H a y pendones y escudos re-ales, flores de l i s , leones rampantes, banderas, doseles, tronos, á g u i l a s imperiales, cetros, coronas, leyendas, u n soporte en f o r m a de l e ó n echado al pie del t r o n o de E s p a ñ a y , en las columnas que lo flanquean, puede deducirse que e s t á inscrito el lema Plus ultra.

Son varias decenas de estos elementos.

T a m b i é n hay muebles, casi u n a veintena entre doseles, tronos, mesas, escabeles, alfombras, u n a carreta, u n p o r t ó n tachonado, u n a escalera, cadalsos, guillotinas y u n gran j a r r ó n .

E l cuadro de a n i m a c i ó n se extiende a la presencia de animales. Pueden contarse hasta tres perros y 10 caballos, algunos de los cuales l l e v a n m o n t u r a s y gualdrapas.

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E n r a z ó n de que la m a y o r í a de los personajes, casi una centena, son m i l i t a r e s , debe tenerse en cuenta el enorme n ú m e r o de piezas de este c a r á c t e r . H a y fusiles, culatas, c a ñ o n e s , espadas, balas de c a ñ ó n , tambores, cornetas, banderas, lanzas, astas, alabardas y tiendas de c a m p a ñ a .

S u a v i z a n la t e n s i ó n t r á g i c a de los dos regicidios la m a r c i a l i d a d de los m i l i t a r e s , las escenas palaciegas adustas, y u n a constante lí-n e a vegetal que da c o lí-n t i lí-n u i d a d a las escelí-nas, al g r a d o que es pre-cisamente el c é s p e d el que enlaza u n a con otra. A r b o l e s , arbustos, p a l m i l l a s y decoraciones florales se alzan sobre de la arquitectura y los personajes, y el c é s p e d se tiende bajo las escenas.

Los c u a t r o soberanos de A l e m a n i a , E s p a ñ a , I n g l a t e r r a y A u s -t r i a , aparecen a la manera a u -t é n -t i c a de los an-tiguos bordados, es d e c i r encasillados, inscritos, en este caso enmarcados en otras t a n -tas ciudades o reinos compactos m u y fortificados; verdaderos con-j u n t o s a r q u i t e c t ó n i c o s que m á s b i e n parecen pregonar a los cuatro p u n t o s cardinales, si no es que a estos mismos representan, el esta-l esta-l i d o de esta-la R e v o esta-l u c i ó n francesa, esta-la tragedia de esta-los regicidios y eesta-l e n i g m a de sus consecuencias. Dichos conjuntos acusan u n a nota-ble c o n c e p c i ó n barroca, e s c e n o g r á f i c a , con teatralidad que no prescinde de torres, c ú p u l a s , chapiteles y perspectivas. A l g u n o s de sus m u r o s ostentan tabiques delineados con hilos de reflejo m e t á l i -co. Son pues cinco m a g n í f i c o s conjuntos a r q u i t e c t ó n i c o s , suman-d o l a fortaleza suman-defensuman-disuman-da en l a p r i m e r a escena, a la que se agrega l a sencilla, graciosa y discreta t o r r e que fue l a p r i s i ó n de los reyes de F r a n c i a , s e g ú n se aprecia en la sexta escena.

E l fuego de los fusiles y los c a ñ o n e s , cuyas bocas asoman p o r las troneras en la parte alta de la p r i m e r a escena, y la sangre del rey L u i s X V I t u v i e r o n q u i z á s los colores m á s encendidos y signifi-cativos de todo este a d m i r a b l e c o n j u n t o . Son, sin embargo, los m á s d e s v a h í d o s . Q u e d a el r e l á m p a g o azul, negro y blanco de los m i l i t a r e s ; p e r d u r a l a g u a r n i c i ó n verde y a m a r i l l a de la v e g e t a c i ó n , el esplendor a l m i d o n a d o de las cortes envuelto en colores regios y la h u e l l a rosada de los rostros que h a n p e r d i d o , casi todos, sus fac-ciones.

E l abanico de colores va del blanco ai negro. E l blanco fue el de l a tela fundamental del b o r d a d o , ahora a ñ e j a d o , pajizo; del vestido de l a reina, de los conjuntos a r q u i t e c t ó n i c o s , de la t o r r e , de las tiendas de c a m p a ñ a , de los calzones, de las calzas, y de las medias; m u y especialmente de las p l u m a s del sombrero de la em-peratriz y alternado con el gris en el m i s m o sombrero, la esclavina y el vestido de la soberana, en este ú l t i m o en franjas. Y c o m b i n a d o en el fleco con el a m a r i l l o , rosa, verde, azul y gris.

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E l a m a r i l l o colorea la v e g e t a c i ó n j u n t o con el verde, y dora los calzones de los dos ciudadanos que t i r a n la carreta de la r e i n a y la l í n e a de los tabiques de la torre. E l café es el color, en diversos tonos, de los cadalsos, los pendones del rey de E s p a ñ a , que acaso fueron gualdas, su t r o n o q u i z á s dorado, la carreta y el p o r t ó n de l a t o r r e .

E l r o j o , en tonalidades oscuras, u oscurecidas, es el del g r a n b i o m b o e s c e n o g r á f i c o con dibujos g e o m é t r i c o s que d o m i n a el esce-n a r i o de la corte del emperador de A l e m a esce-n i a y el dosel del t r o esce-n o de E s p a ñ a .

Los pendones que flamean en lo alto de la fortaleza de la p r i m e -r a escena apa-recen -r o s á c e o s ; t a m b i é n las camisas de los ciudada-nos de la escena sexta y sus gorras, las casacas de la guardia del rey de I n g l a t e r r a y el p e n d ó n , el dosel y las banderas de la corte de la e m p e r a t r i z . A b u n d a el azul en las casacas de los m i l i t a r e s , y se singulariza combinado en tono fuerte y cielo en la a l f o m b r a a franjas en que descansa el trono del rey de I n g l a t e r r a . U n a car-peta que cubre la mesa en que reposan el cetro y la corona de la e m p e r a t r i z es t a m b i é n azul cielo.

E l t o n o macabro corre a cargo del gris oscuro en los fusiles, cañ o n e s , trofeos de guerra, armas, calzones del verdugo, de su a y u -dante, y la g u i l l o t i n a . A l t e r n a en tono m e n o r con el blanco en el sombrero, esclavina y vestido de la e m p e r a t r i z , en éste con franjas horizontales. Y se suaviza en gris perla en las tiendas de c a m p a ñ a de esta ú l t i m a escena.

El negro d o m i n a en los sombreros bicornios, los botones, las botas, los botines y las zapatillas; u n poco menos en los trofeos de guerra y en las manchas de los perros.

A d e m á s de que la obra en conjunto es preciosista —en su o r i -gen s e r í a m á s — pueden s e ñ a l a r s e algunas particularidades que la enriquecen. O sea que, a u n cuando haya sido bordada sobre cal-co, los o las artistas le i n f u n d i e r o n v i d a y e m o c i ó n . U n factor es el m o v i m i e n t o que parece a n i m a r a la i n f i n i d a d de personajes, como el paso del rey, la rigidez de la reina —esto es que hay pasos y pausas— la m a r c h a , la guardia, la a c c i ó n y el descanso m a r c i a l de los m i l i t a r e s , el acartonamiento de los cortesanos, el paso de los ciudadanos que conducen la carreta en que v a la reina, el toque de las cornetas, y la a c c i ó n macabra de los verdugos y sus ayudan-tes. A favor de esta m i s m a i m p r e s i ó n de m o v i m i e n t o , incluso de desplazamiento y c o m u n i c a c i ó n de u n a escena a o t r a , e s t á n el paso y descanso de las cabalgaduras, la carrera de los perros en sentido inverso de la escena, y a u n los elementos inanimados como los fusiles, las tiendas de c a m p a ñ a , los pendones y especialmente

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la. v e g e t a c i ó n . T a l parece cjue hay u n a corriente en el curso de la l e c t u r a del conjunto, yendo de u n a escena a otra, que contrapone su h o r i z o n t a l i d a d v i t a l , cortada en los cadalsos, a la v e r t i c a l i d a d r í g i d a de los conjuntos a r q u i t e c t ó n i c o s .

^Merecen especial a t e n c i ó n en la p r i m e r a escena el p e l o t ó n de 13 soldados defendiendo la plaza, tres soldados liados en lucha en e l campo y , en general, esta p r i m e r a escena porque, siendo el eje d e l conjunto, tiene m o v i m i e n t o giratorio casi en forma de r e m o l i -n o .

L a obra que nos ocupa tiene desperfectos.* E l paso del t i e m p o ría r a i d o los hilos y la tela esta m u y debilitada. Los rostros conser-v a n el relieconser-ve, pero h a n p e r d i d o sus facciones.5 Este realce, p o r

excepcional, ayuda a definir su c a r á c t e r p l a n i m é t r i c o .

B i e n puede ser tenida esta obra como u n fragmento de la Sala de las Batallas del real monasterio de San Lorenzo del E l Escorial, solo que con el agregado de su c o m p o s i c i ó n en espiral.** Por el hecho de ser u n a autentica p i n t u r a a la aguja, y por ser, en cuanto a su forma, una ordenada c o n f u s i ó n , u n a c o m p o s i c i ó n aspada, u n l a b e r i n t o , una enredadera, u n "Salsipuedes", u n a r o n d a de la m u e r t e . Pudiera ser t a m b i é n el tema a desarrollar en u n gran pla-f ó n , en cuyas esquinas q u e d a r í a n las cuatro escenas capitales.

4 La escena primera tiene manchas oscuras, al parecer de grasa, a la

derecha, y varias raídas pequeñas en la zona del campo de batalla; la se-gunda está sensiblemente raída en los cuerpos de los soldados y sus fusiles; la tercera tiene muy horadados los vanos de las torres, particularmente la central; la quinta presenta manchas oscuras de grasa a la derecha; la sexta está raída en los lomos de dos perros, en la inscripción de la torre y en esta misma, cerca de los capiteles; la séptima escena aparece muy raída en un grupo de soldados, a la derecha, y un poco en las cúpulas y cupuli-nes de su conjunto arquitectónico; la octava escena tiene raídas en los cuer-pos de los soldados y en el cadalso; y la novena y última está raída en la sílaba " t r i s " de la leyenda. Es ésta la escena menos dañada, y la segunda y tercera están m á s .

Indiscutiblemente, la obra requiere rehabilitación. Para su mejor conservación es necesario que la proteja un cristal que evite la filtración excesiva de luz, los reflejos y la reproducción en él de todo cuanto robe la atención, incluido el espectador. T a m b i é n conviene que el conjunto se cubra con una tela espesa, terciopelo por ejemplo, y se le descubra sólo cuando se exhiba y que se procure su respiración. Principalmente, debe buscarse que la obra permanezca de manera tal que repose y no desafíe la gravedad, evitando así fijarla con cuerpos extraños.

Bien parece un juego de "serpientes y escaleras", que en este caso sería de "revolucionarios y cadalsos".

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Lectura

L a p r i m e r a escena puede entenderse como la t o m a de la Bastilla, 14 de j u l i o de 1789, aunque ofrece el reparo de que la gran masa p o p u l a r y revolucionaria esta ausente. Los militares leales al rey se d i s t i n g u e n con u n a ñ o r de lis en los sombreros bicornios, en p a r t i c u l a r los defensores de la fortaleza, y los revolucionarios por l a escarapela tricolor y las plumas. E l personaje solitario de la de-recha del espectador puede ser el gobernador de Launey.^

L a segunda escena resume su sentido en la i n s c r i p c i ó n . E n la é p o c a del ' ' p r i m e r t e r r o r ' ' llevan al rey a ejecutar a la plaza de la r e v o l u c i ó n , hoy de la Concordia. E n la tercera se hace presente la f i -g u r a representativa de los emperadores de A l e m a n i a , J o s é I I , Leop o l d o I I y Francisco I , imLeoperantes sucesivamente en el Leoperiodo á l -g i d o de 1789 a 1793 y hermanos de la r e i n a N4ana A n t o n i e t a , ante quienes se protesto y p i d i ó ayuda en favor de la m o n a r q u í a france-sa.^

T a m b i é n , la leyenda resume el contenido de la cuarta escena. E n ella es mas sensible que los personajes, especialmente el v e r d u -go y su ayudante con -gorras, e s t é n cubiertos en presencia del rey, pues los que a c o m p a ñ a n a los monarcas reinantes si e s t á n descu-biertos en s e ñ a l de acatamiento. E l 21 de enero de 1793, acusado de haber apelado al extranjero, fue ejecutado L u i s X V I , provo-cando " l a i n d i g n a c i ó n " de E u r o p a por este regicidio.

V i e n e luego la q u i n t a . Puede verse a h í al rey de E s p a ñ a , Car-los I V de p i e , solicito, recibiendo mensaje seguramente de su em-bajador en P a r í s , J o s é de O c a r i z , q u i e n ' ' d i r i g i ó al G o b i e r n o f r a n c é s u n a c o m u n i c a c i ó n c o n m o v e d o r a p i d i e n d o la l i b e r t a d de L u i s X . V I " , t r a t ó de c o m p r a r l a y salió de F r a n c i a al declarar la C o n v e n c i ó n la guerra a E s p a ñ a .

L a sexta escena es p a r t i c u l a r m e n t e d r a m á t i c a . A r r i b a se ve la p r i s i ó n del T e m p l e , en la cual fue recluida la familia real el 13 de agosto de 1792, donde h a b í a sido preso siglos a t r á s Jacobo de N í o -l a y , u -l t i m o gran maestre de -los t e m p -l a r i o s . A -l medio de -la escena

^ Las escenas, personajes y noticias fundamentales de la Revolución francesa pueden verificarse, especialmente, en LEFEBVRE, 1960, pp. 54¬ 109.

® El escudo con flores de lis que aparece en esta escena, aparentemen-te, no concuerda con la inscripción " A l e m a n i a " . Hay que resaltar la impresión final que dan los tres soberanos de poca decisión y acción en defensa de los reyes de Francia.

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l l e v a n a la reina al cadalso semisentada, con los pies recogidos, ú n i c a m a n e r a menos h u m i l l a n t e de sortear el bamboleo p r o d u c i d o p o r el trote casi j u b i l o s o de los ciudadanos que la conducen, sin tener ella en q u é sentarse, reclinarse, apoyarse y m u c h o menos arrodillarse decorosamente.

L a s é p t i m a escena presenta a l rey Jorge I I I de I n g l a t e r r a , q u i e n i n d i g n a d í s i m o e x p u l s ó al embajador francés por la m u e r t e de L u i s X V I . L a C o n v e n c i ó n le d e c l a r ó la guerra, en que se m a n t u v o el rey b r i t á n i c o hasta 1797.

L a octava, ofrece u n cadalso con escalera sin pasamano, p a r a igualar t a m b i é n a l a r e i n a , y el escalofrío del i n m i n e n t e regicidio e n la persona de M a r í a A n t o n i e t a . E l comandante grita la o r d e n , el corneta esta por tocar su i n s t r u m e n t o y la guillotina p o r caer. E r a la é p o c a del " t e r r o r " .9

A l fin, la novena escena muestra la figura u n tanto a n a c r ó n i c a de la emperatriz M a r í a Teresa de A u s t r i a , madre de la reina M a -r í a A n t o n i e t a , m u e -r t a en 1780 i n t u y e n d o el t -r á g i c o pa-rade-ro de su hija. Se identifica por tener a su lado el á g u i l a i m p e r i a l de los austrias.

El oficio

Es lógico que, con las salvedades del caso, a la llegada de los espa-ñ o l e s a M é x i c o ya e x i s t í a la costumbre de " l a b r a r , o f o r m a r con l a aguja las figuras dibujadas en el campo de la tela, de sedas, pla-t a , oro de uno o m á s c o l o r e s " .1 0 Pero de a h í en adelante c o b r ó

u n auge paralelo a la bonanza, o bien al a f á n de ostentarla, a s í como p a r a el servicio y esplendor del culto. Puede decirse que el bordado fue u n o de los medios m á s eficaces de mostrar e i d e n t i f i -car la sensibilidad y t a m b i é n el lujo.

M a n u e l Toussaint nos da noticia de que H e r n á n C o r t é s esta-b l e c i ó el cultivo de la seda, m a t e r i a l indispensaesta-ble para el esta- borda-d o , y que él m i s m o la a p r o v e c h ó generosamente.1 1 Pero en el

pla-n o ipla-nstituciopla-nal es de pla-notar que las ordepla-napla-nzas que r e g u l a r o pla-n el

9 Es de notar que la guillotina que aparece en esta escena es ya más

elaborada que la de " l a degollación del rey". La reina lleva vestido blan-co porque le prohibieron el traje negro de viuda, pues " p o d r í a excitar al pueblo''.

10 Diccionario, 1964, voz: bordar.

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ejercicio del bordado ocuparon los primeros lugares en ser expedi-das con respecto de toexpedi-das las d e m á s . Tvluy tempranamente, el ano

de 1546, se expidieron las mas antiguas.1^

L a institucionalizacion propicio que indios, e s p a ñ o l e s y mesti-zos1^ trabajaran dentro de cierto orden en el gremio de

bordado-res, cosa que no s u c e d i ó en otros oficios durante el v i r r e i n a t o . E l m i s m o Toussaint s e ñ a l a su desarrollo y esplendor hasta que decli-no en la é p o c a de t r a n s i c i ó n del barroco al n e o c l á s i c o con la funda-c i ó n de la Afunda-cademia de San Carlos.1*

Asi pues, las ordenanzas y los gremios fueron la base de esta a c t i v i d a d , de la cual hay que resaltar que en ellos la p r a c t i c a r o n solamente h o m b r e s '5 y que se desarrollo p r i n c i p a l m e n t e en dos

clases, el bordado con destino al culto y el hecho para el uso que podemos l l a m a r secular o domestico, personal, civil y m i l i t a r .1^

Y a m u y avanzado el siglo x v i n , en 1767, fue la f u n d a c i ó n del real colegio de San I g n a c i o de Nlexico. E n el, como en los conven-tos, colegios, b e a t e r í o s , recogimientos y c á r c e l e s femeninos de N u e v a E s p a ñ a , h a b í a u n a "sala de l a b o r " . A h í , las colegialas h i -l a b a n , fabricaban ga-lones y b-londas, h a c í a n costura, f-lores y cu-riosidades de chaquira y seda.

Aparte de ello, los bordados que también hacían las niñas adquirieron merecida fama por su manufactura exquisita. Muchos personajes de la nobleza hacían confeccionar allí su ropa, y en varias ocasiones se en-viaron como presentes a los reyes de España bordados hechos por las colegialas. Los ejemplos de estos trabajos que quedan justifican su re-putación. ^

Consideración final

D e lo expuesto se desprende que el bordado Cjue nos ocupa tiene a su favor, para considerarlo mexicano, los siguientes puntos

con-^ CAR.RERA STAMPA, Í 9 5 4 , pp. 2 6 0 , 3 0 2 ,

^ TOUSSAINT, 1 9 7 4 , pp. 3 5 , 1 4 5 ; BARRIO LORENZOT, 1 9 3 1 , p. 1 3 8 .

1 4 Conviene aclarar que el tema y los problemas del bordado y los

bordadores han sido poco estudiados.

*5 En Madrid, perdura el nombre de la calle de Bordadores.

^ Para este trabajo también he aprovechado el libro de TURMO, 1 9 5 5 . ^ OBREGÓN, 1 9 4 9 , pp. 1 8 6 , 7 9 , 8 0 - 8 7 . Nótese que la palabra niñas no se refiere exclusivamente a menores sino a las colegialas de cualquier edad.

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catenados: 1. H a b í a en M é x i c o a fines del siglo x v i n y principios del x i x , periodo en que suponemos fue elaborado, u n a larga y r i c a herencia en el arte del bordado de la que fue p r o d u c t o ; 2. E l hecho de que se encuentre en M é x i c o y no parezca e x t r a ñ o en lo m á s m í n i m o ; 3. Que sus inscripciones estén en castellano; 4. Que l a t o r r e del T e m p l e tenga cierto parentesco de imagen con la fuen-te del Salto del A g u a de la ciudad de M é x i c o ; 5. Q u e el t o r r e ó n frente al que aparece la emperatriz sea semejante al rollo de Tepe-aca; 6. Q u e las composiciones a r q u i t e c t ó n i c a s sean del gusto ba-r ba-r o c o , t a n caba-ro a la N u e v a E s p a ñ a , y 7. Q u e es lícito p ba-r e s u m i ba-r , mientras no se demuestre lo contrario, que esta o b r a salió de u n a i n s t i t u c i ó n como el real colegio de San Ignacio de M é x i c o , p o p u -l a r m e n t e -l -l a m a d o de -las V i z c a í n a s .1 8 A v a l a esta s u p o s i c i ó n el

c a r á c t e r eminentemente secularizado tanto de la f o r m a como del c o n t e n i d o del bordado, hecho que lo aleja, no necesariamente, de u n a sala de labor conventual, lo acerca a u n a como la del colegio secular, laico —no laicista n i laicizante— de las V i z c a í n a s , o lo lle-va a u n bastidor m o n t a d o en la i n t i m i d a d d o m é s t i c a a n ó n i m a .

Por f i n , entre los documentos relativos a la R e v o l u c i ó n france-sa, a la g u e r r a de E s p a ñ a con Francia y al c o n t r o l de hechuras con temas de la m i s m a r e v o l u c i ó n , que existen en archivos mexicanos, especialmente en el General de la N a c i ó n , hay u n a < £R e a l O r d e n

para que se cele e i m p i d a la i n t r o d u c c i ó n de toda alhaja, ropas o estampas que tengan p i n t u r a s é inscripciones alusivas a la l i b e r t a d de F r a n c i a " .1 9 Fue expedida en M a d r i d a 20 de j u l i o de 1793 y ,

con cierta rapidez, recibida en M é x i c o y t u r n a d a , a p e t i c i ó n del fiscal de lo civil para su mejor observancia y a p l i c a c i ó n , a la mayo-r í a de las pmayo-rincipales automayo-ridades de N u e v a E s p a ñ a , en pamayo-rticulamayo-r a las de los puertos de V e r a c r u z , de Y u c a t á n , de la Isla del Car-m e n , de Tabasco, de la colonia de N u e v o Santander, de Califor-n i a , del castillo de Acapulco y al comaCalifor-ndaCalifor-nte de m a r i Califor-n a del puerto de San Blas. Desde la lejana ciudad de San L u i s P o t o s í , con res-pecto a l a corte de E s p a ñ a , el intendente, doctor B r u n o D í a z de Salcedo, c o n t e s t ó de enterado el 9 de d i c i e m b r e del m i s m o a ñ o de 1793. Esto es, que sí se d i f u n d i ó el conocimiento de la p r o h i b i c i ó n .

E n l a susodicha real orden se i n f o r m a b a que el rey Carlos I V

1 8 Actualmente tiene el nombre oñcial de Colegio de la Paz. 1 Archivo General de la Nación, Ramo Historia, vol. 45, exp. 11, ff.

291-304; Ramo Reales cédulas, vol. 155, exp. 200. En todo caso no puede excluirse la posibilidad de que haya sido elaborado con base en una es-tampa venida de fuera, pero con adaptaciones.

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h a b í a tenido noticia de que en la i n d i a n a ciudad de G u a y a q u i l "se h a i n t r o d u c i d o , y recojido u n R e l o x con u n a i n s c r i p c i ó n y p i n t u r a alusiva a l a depravada l i b e r t a d de la F r a n c i a ' ' , y se m a n d a b a que se escrupulizara en evitar l a i n t r o d u c c i ó n de semejantes objetos. Por esto, de l a p a r t i c u l a r i d a d del reloj se e x t e n d i ó el celo a las d e m á s cosas —en que pueden incluirse los bordados—; y de G u a -y a q u i l a todos los puertos -y ciudades de las Indias E s p a ñ o l a s . O sea que, de haber venido de fuera, este bordado t e n d r í a s e ñ a s aje-nas a M é x i c o y h u b i e r a sido objeto p r o h i b i d o , que p o r o t r a parte lo h a r í a apreciable. Pero, c o n s i d e r á n d o l o mexicano, n o n e c e s i t ó cruzar mares, trasponer aduanas, andar caminos, cruzar garitas y garitones, c o n peligro de ser decomisado, y sí, en c a m b i o , ser formado en l a d i s c r e c i ó n de u n a sala de labor y conservado p a r a el futuro en i n t i m i d a d casi d o m é s t i c a , pero no para exaltar l a " d e -pravada l i b e r t a d de l a F r a n c i a " sino para e x h i b i r el d r a m a t i s m o sangriento de dos regicidios, y para conservar u n a singular mues-t r a d e l armues-te d e l b o r d a d o en M é x i c o , que d e c l i n ó d e f i n i mues-t i v a m e n mues-t e con l a e x t i n c i ó n de los g r e m i o s2 0 y la m e c a n i z a c i ó n .

Alfonso M A R T Í N E Z R O S A L E S

El Colegio de Adéxico

B I B L I O G R A F I A

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E D I A P S A (Colección de Estudios H i s t ó r i c o s -Económicos Mexicanos de la Canacintra).

2 0 TANCK DE ESTRADA, 1979. Por carecer de inscripción alusiva, se

pre-sume que este bordado es de autor anónimo —más aun porque no fue po-sible ver su reverso—, además de ser notorio que en su hechura intervi-nieron diferentes manos.

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C O M P O S I C I Ó N DE LAS " E S C E N A S DE L A R E V O L U C I Ó N FRANCESA E N U N B O R D A D O ' '

1 Toma de la Bastilla,

2 Sacan al rey para el cadalso.

3 El emperador de Alemania.

4 Degollación de Luis XVI de Francia.

5 El rey de España.

6 Sacan a la reina para el cadalso. 7 El rey de Inglaterra.

8 Degollación de María Antonieta de Francia.

Referencias

Documento similar

Para ello, trabajaremos con una colección de cartas redactadas desde allí, impresa en Évora en 1598 y otros documentos jesuitas: el Sumario de las cosas de Japón (1583),

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