E C O
P A R R O Q U I A L
25 marzo 2018 Nº323
S a n t a M a r í a L a M a y o r ( S o r i a )
ZONA LIBRE
“Quien pertenece a la verdad, jamás será esclavo de ningún poder, sino
que siempre sabrá servir libremente a los hermanos”.
Benedicto XVI
CELEBRACIÓN
+MISAS: diaria 19.30 h, domingos y festivos 12.30 h. y 19.30 h. A las 19.00h, rezo del Santo Rosario. Tras la Misa de 19.30, Exposición
del Santísimo y Vísperas, excepto los viernes.
+Los Martes a las 10h. Misa y Laudes. Adoración del Santísimo
hasta las 13.30h.
CÁRITAS
Atención y entrega de alimentos: martes, 17.30 h. Salones.
Grupo de madres: lunes, 18.30 h. Salones.
FORMACIÓN
Reflexión sobre la Palabra del Domingo: miércoles de 20 a 21h en el Coro.
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OREMOS:
Por todos nosotros, para que sepamos vivir los misterios de la Pasión del Señor, acompañándole en Getsemaní y en el Calvario y celebrando con él su triunfo sobre el pecado y la muerte en nuestras vidas.Audiencia General del Papa Francisco
21 de marzo de 2018
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Y hoy es el primer día de primavera: ¡buena primavera! Pero, ¿qué sucede en primavera? Florecen las plantas, florecen los árboles. Yo os haré una pregunta. ¿Un árbol o una planta enfermos, pueden florecen bien? ¡No! Un árbol, una planta que no tiene raíces, ¿pueden florecer? No. Este es el mensaje: la vida cristiana debe ser una vida que florezca en las obras de caridad, al hacer el bien. Pero si tú no tienes raíces, no podrás
florecer. La raíz, ¿quién es? ¡Jesús! Si no estás con Jesús, allí, en la raíz, no florecerás. Si no riegas tu vida con la oración y los sacramentos, ¿tendrás flores cristianas? ¡No! Porque la oración y los sacramentos riegan las raíces y nuestra vida florece. Os deseo que esta primavera sea una primavera florida, como será la Pascua florida.
Florida de buenas obras, de virtud, de hacer el bien a los demás. Recordad esto, este es un verso muy hermoso de mi patria: «Lo que el árbol tiene de florecido, viene de lo que tiene de enterrado». Nunca cortéis las raíces con Jesús.
Y continuamos ahora con la catequesis sobre la santa misa. La celebración de la misa está encaminada a la Comunión, es decir, a unirnos con Jesús. La comunión sacramental: no la comunión espiritual, que puedes hacerla en tu casa diciendo: «Jesús, yo quisiera recibirte espiritualmente». No, la comunión sacramental, con el cuerpo y la sangre de Cristo. Celebramos la eucaristía para nutrirnos de Cristo, que se nos da a sí mismo, tanto en la Palabra como en el Sacramento del altar, para conformarnos a Él. Lo dice el Señor mismo: «El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él» (Juan 6, 56). De hecho, el gesto de Jesús que dona a sus discípulos su Cuerpo y Sangre en la última Cena, continúa todavía hoy a través del ministerio del sacerdote y del diácono, ministros ordinarios de la distribución a los hermanos del Pan de la vida y del Cáliz de la salvación.
En la misa, después de haber partido el Pan consagrado, es decir, el cuerpo de Jesús, el sacerdote lo muestra a los fieles invitándoles a participar en el banquete eucarístico. Conocemos las palabras que resuenan desde el santo altar: «Dichosos los invitados a la Cena del Señor: he aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo». Esta invitación nos llama a experimentar la íntima unión con Cristo, fuente de alegría y de santidad. Es una invitación que
alegra y juntos empuja hacia un examen de conciencia iluminado por la fe. Si por una parte, de hecho, vemos la distancia que nos separa de la santidad de Cristo, por la otra creemos que su Sangre viene «esparcida para la remisión de los pecados». Todos nosotros fuimos perdonados en el bautismo y todos nosotros somos perdonados cada vez que nos acercamos al sacramento de la
penitencia. Jesús perdona siempre, no se cansa de perdonar. Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón. Precisamente pensando en el valor salvador de esa Sangre, san Ambrosio exclama: «Yo que peco siempre, debo siempre disponer de la medicina». En esta fe, también nosotros queremos la mirada al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y lo invocamos: «oh, Señor, no soy digno de que entres en mi casa: pero una palabra bastará para sanarme». Esto lo decimos en cada Misa.
Si somos nosotros los que nos movemos en procesión para hacer la comunión, en realidad es Cristo quien viene a nuestro encuentro para asimilarnos a él. ¡Hay un encuentro con Jesús! Nutrirse de la eucaristía significa dejarse mutar en lo que recibimos. Nos ayuda san Agustín a comprenderlo, cuando habla de la luz recibida al escuchar decir de Cristo: «Manjar soy de grandes: crece y me comerás. Y tú no me transformarás en ti como al manjar de tu carne, sino tú te transformarás en mí». Cada vez que nosotros hacemos la comunión, nos parecemos más a Jesús, nos transformamos más en Jesús. Como el pan y el vino se convierten en Cuerpo y Sangre del Señor, así cuantos le reciben con fe son transformados en eucaristía viviente. Al sacerdote que, distribuyendo la eucaristía, te dice: «El Cuerpo de Cristo», tú respondes: «Amén», o sea reconoces la gracia y el compromiso que conlleva convertirse en Cuerpo de Cristo. Porque cuando tú recibes la eucaristía te conviertes en cuerpo de Cristo. Es bonito, esto; es muy bonito. ¡Nos convertimos en lo que recibimos!
Después de la comunión, para custodiar en el corazón el don recibido nos ayuda el silencio, la oración silenciosa. Prologar un poco ese momento de silencio, hablando con Jesús en el corazón nos ayuda mucho, como también cantar un salmo o un himno de alabanza que nos ayuda a estar con el Señor. La Liturgia eucarística se concluye con la oración después de la comunión. En esta, en nombre de todos, el sacerdote se dirige a Dios para darle las gracias por habernos hecho sus comensales y pedir que lo que hemos recibido transforme nuestra vida. La eucaristía nos hace fuertes para dar frutos de buenas obras para vivir como cristianos. Acerquémonos a la eucaristía: recibir a Jesús que nos trasforma en Él, nos hace más fuertes. ¡Es muy bueno y muy grande el Señor!
Representación
de La Pasión
En la fotografía un
momento de la hermosa
representación de la
Pasión que ha
escenificado el grupo de
jóvenes de la parroquia la
tarde del viernes 23 de
marzo en el coro de la
iglesia, como hacen cada
año previo a la Semana
Santa.
Aniversario del
Martirio de Monseñor
Romero
El 24 de marzo ha sido el
aniversario del martirio de
Monseñor Romero.
Para recordar este aniversario se
ha proyectado un documental, y
realizado una oración en el coro
de Santa María La Mayor.
Murió asesinado mientras celebraba
la Santa Misa en la capilla del
Hospital Divina Providencia en la
capital salvadoreña, el lunes 24 de
marzo de 1980. Un disparo hecho
por un francotirador desde un coche
impactó en su corazón momentos antes de la Consagración. Tenía 62 años.
Sus restos descansan en la cripta de la Catedral Metropolitana de San
Salvador.
Familia y Vida
En el mes de abril Soria acogerá dos momentos para proclamar “la
alegría del Evangelio de la familia y de la vida”, promovidos por la
delegación episcopal de Familia y Vida:
Lunes 9 de abril
Solemnidad de la Anunciación
y Jornada de la vida.
Bendición para las madres
embarazadas y sus familias y
Eucaristía.
En Santa María La Mayor
A las 19.30h.
Sábado 14 de abril
JORNADA DIOCESANA DE LA FAMILIA
En el Colegio de los PP. Escolapios
A partir de las 10 de la mañana
Toda la mañana estará dedicada
a reflexionar sobre el tema “La
ideología de género en el
sistema educativo” con la ayuda
de Fernando López Luengos y
Marisa Pérez Toribio, expertos
en el tema.
A las 14h. Comida.
A las 16.30h. Santa Misa
en la
que serán homenajeados los
matrimonios que celebran sus
Bodas de oro, plata o el primer
aniversario.
Visita del Cardenal Blázquez a las HH. Clarisas
Martes 10 de abril
Con motivo del Año Jubilar que
el Papa ha concedido a las HH.
Clarisas, el Arzobispo de
Valladolid y Presidente de la
Conferencia
Episcopal
Española, el Cardenal Ricardo
Blázquez viene a visitar el Monasterio de Santo Domingo. Allí
dará una conferencia y después presidirá la Santa Misa:
A las 6 de la tarde: Conferencia, con el título
“La Adoración Eucarística y la santidad del cristiano”.
A las 19.30h: Santa Misa.
OPERACIÓN BOCATA
SÁBADO 14 ABRIL
Con nuestro BOCATA
colaboramos a que MANOS
UNIDAS, la ONG de la Iglesia
para la cooperación al
desarrollo, pueda llevar a
cabo los proyectos que
tiene en los países del
mundo más necesitados.
La Operación Bocata va a
sufragar un proyecto en
MOZAMBIQUE, un Refuerzo
para capacitación
profesional de jóvenes en
situación de necesidad.
Imagen de la semana
Oración
También hoy te alabamos con palmas y ramos de olivo, y acto seguido te
acusamos cuando nos reprochas nuestras hipocresías e infidelidades. Nos
estorbas y te volvemos la cara cuando te encontramos sucio y miserable en
el banco de la calle o en un cajero automático, bloqueado sin futuro en un
campo de refugiados o decrépito en una residencia de ancianos. Será difícil,
Señor, lo que se lleva hoy es la superficialidad. Pero tenemos que
atrevernos a seguirte hasta el final y no renunciar a acompañarte en estos
días cruciales. Sólo así podremos participar del gran misterio de la vida sin
límites, del amor mezclado con sangre que brota de tu cuerpo y que
empapa y fecunda las vidas de los que se atreven a quedarse a tu lado.
Cuentas parroq.: Banco Santander ES88 0049 0024 34 24 1111 3385 Caja Duero ES55 2108 2900 1300 1003 1955 Caja Rural ES17 3017 0100 5422 8056 5918
Dirección: Arco del Cuerno 4, 42002 Soria. Tf. 975213596