• No se han encontrado resultados

Nuevas aportaciones de arte

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2021

Share "Nuevas aportaciones de arte"

Copied!
31
0
0

Texto completo

(1)

Cuadernos de Arte Rupestre • Número 4 • Año 2007 • Páginas 249-279

RESUMEN

En el presente artículo presentamos varios abrigos inéditos con pinturas rupestres situados en la Sierra de Segura. La mayoría de ellos contienen figuras de estilo esquemático, entre las que predominan los antropomorfos, las barras y los puntos. En los abrigos del Nacimiento de Río Frío hay una amplia variedad de oculados que podrían tener una cronología entre el Neolítico Medio-Final y el Calcolítico. En la zona de Río Frío destaca el abrigo V, con figuras levantinas atípicas que podrían situarse al final de dicho ciclo en la zona.

PALABRAS CLAVE

Jaén, Sierra de Segura, Arte Levantino, Arte Esquemático, ocula-dos, Neolítico, Calcolítico.

SUMMARY

In this paper we present several unprecedented shelters with rock paintings located in the sierra de Segura. Most of them hold sche-matic style figures, among which the anthropomorphic ones, the bars and the dots prevail. In the shelters of the source of Río Frío there is a great variety of eyed-idols which could own a wide

chro-N

uevas aportaciones de arte

postpaleolítico en el núcleo de la

Sierra de Segura

Miguel Soria Lerma

*

Manuel Gabriel López Payer

**

Domingo Zorrilla Lumbreras

**

* C/ Plácido Fernández Viagas, 1. 23710 Bailén (Jaén).

(2)

nology, from the Middle-Final Neolithic to the Calcolithic. In the area of Río Frío, Shelter V stands out with atypical Levantine figures which could be dated at the end of such period in the region.

KEY WORDS

Jaén, Sierra de Segura, levantine rock art, schematic rock art, eyed-idols, Neolithic, Calcolithic.

1. Investigaciones

Este núcleo está localizado en el extremo oriental de la provincia de Jaén, en la sierra del mismo nombre y en torno a las elevaciones que conforman el curso alto del río Segura, especialmente en los valles del Zumeta y Río Frío y en las inmediaciones de la principal vía de comunicación natural existente entre dicha zona y la de Nerpio. Se trata de un área geográfica de altitud media-alta, perteneciente a la cuenca mediterránea, cuya situación ha sido determinante en cuan-to a su inclusión dentro del ámbicuan-to de difusión del estilo levantino, que está aquí representado por conjuntos como los de las cuevas del Engarbo I y II, con motivos que están catalogados dentro de las fases más clásicas del mismo. Esta circunstancia, unida a las especiales características de sus pinturas esquemáticas, entre las que destacan las de la Tinada del Ciervo y el Collado del Guijarral, proporcionan a este núcleo una personalidad muy notoria.

El conocimiento de los primeros conjuntos de esta zona fue pro-ducto de hallazgos fortuitos o de prospecciones aisladas que se remontan a mediados del siglo pasado, concretamente a 1952, momento en el que se produce el descubrimiento de las pinturas del Collado del Guijarral (Sánchez Jiménez, 1956), que fue seguido, varias décadas después, por las de las cuevas de la Diosa Madre (González Navarrete, 1971) y del Gitano (Pérez Burgos, 1988).

Sobre la reducida base de los conjuntos referidos, comenzamos nuestros trabajos en 1986 revisando el primero de ellos y descu-briendo un abrigo con pinturas esquemáticas en las inmediaciones de Río Frío (Soria y López Payer, 1989: 86-92; 1990). No obstante, será a partir de 1990, inicialmente en el marco de un proyecto apro-bado por la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía, cuando intensificamos nuestras actuaciones, sobre todo a raíz del hallazgo del abrigo de la Cañada de la Cruz, realizado por Jaime Carbonell, en el que aparecieron las primeras figuras humanas plenamente levantinas localizadas en la provincia de Jaén (López Payer y Soria, 1993). Este descubrimiento dio un gran impulso a los trabajos de prospección, que efectuamos al principio con una perio-dicidad anual y con unos resultados excelentes. De este modo, entre

(3)

los años 1996 y 2000 hallamos diversos conjuntos de pinturas levantinas en los abrigos del Engarbo I y II y de Río Frío I (Soria y López Payer, 1999a y b) y varios más con pinturas esquemáticas en torno al Río Frío (abrigos III-VI) y en el lugar que bautizamos como Tinada del Ciervo (abrigos I-III), estos últimos con un proyecto de investigación aprobado por la Dirección General de Patrimonio y Museos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Del contenido de todos ellos fuimos dando cuenta en sucesivas publica-ciones y artículos (Soria y López Payer, 1999c y 2000; Soria, López Payer y Zorrilla, 2001: 16-22; 2003: 367-373).

A los conjuntos reseñados se añadieron posteriormente cinco más, estudiados por M. Á. Mateo y por A. Carreño, cuatro de ellos ubicados en la margen derecha del Zumeta, concretamente en las zonas de Tenada de los Atochares, Tinada del Ciervo IV, Huerta Andara y Barranco de los Buitres, y otro más en la zona de Río Frío (Mateo y Carreño, 2000 y 2001; Mateo Saura, 2003: 50-96).

Finalmente, hay otra importante serie de pinturas, inéditas hasta el momento y halladas por nuestro equipo de trabajo entre los años 2000 y 2007, en la que se encuentran diversos grupos y conjuntos hallados en el Abrigo I de Tinada del Ciervo, en las zonas de Río Frío y de Las Nogueras y en las proximidades del Nacimiento de Río Frío. De la mayoría de ellos ofrecemos aquí un primer avance a su estu-dio junto a algunas consideraciones que creemos de interés (figs. 1 y 2).

2. Abrigo I de la Tinada del Ciervo

2.1. Situación y antecedentes

En el lugar que nosotros mismos bautizamos como Tinada del Ciervo, se encuentran varios abrigos distribuidos a lo largo de una vaguada situada a la misma altura pero en dirección contraria a la que sigue el río Zumeta en su confluencia con el Río Frío. Concretamente ocupan el tramo medio e inferior del mismo arroyo donde se encuentran los abrigos de Huerta Andara, junto a la vía natural de comunicación que desde Nerpio conduce al pequeño valle interior que forman los afluentes de la cabecera del Segura. Pertenecen al término municipal de Nerpio (Albacete).

En esta zona se han catalogado cuatro abrigos con pinturas. Los dos primeros fueron descubiertos por nosotros en marzo de 1997 (Soria y López Payer, 1999c y 2000: 913-919), el tercero fue docu-mentado en 2001 y publicado a continuación (Soria, López Payer y Zorrilla, 2001: 18-22; 2003: 369-371) y el cuarto fue descubierto en la misma época (Mateo y Carreño, 2002: 104 y 105; 2003: 65 y 66).

(4)

Entre estos conjuntos destacan los abrigos I y II, el primero por la presencia de una escena de caza de un ciervo con peculiaridades morfológicas y estilísticas especiales, y el segundo por la presencia de un cérvido incompleto de estilo levantino y otro de estilo esque-mático. En ambos lugares hay representaciones individualizadas de cuernas de cérvido que contribuyen a aclarar algunos aspectos del significado del arte esquemático (fig. 3).

2.2. Abrigo I (grupo 2)

Está ubicado a media ladera, en unos promontorios rocosos bien visibles a larga distancia. El conjunto está formado por tres grupos distribuidos en varias oquedades contiguas orientadas al suroeste y a una altitud de 1280 m. Sus coordenadas geográficas son: 2º 32’ 42” de longitud Oeste y 38º 05’ 20” de latitud Norte.

En las publicaciones efectuadas (Soria y López Payer, 1999c y 2000: 913-919) (Mateo Saura, 2003: 53-57), sólo se ha estudiado el grupo 1, que es el principal. Los otros dos grupos han permanecido Figura 1. El núcleo de la sierra de Segura en el sureste peninsular.

(5)

inéditos, si bien el nº 3 está compuesto por una gran mancha infor-me de color rojo que no reproducimos.

El grupo 2 está formado por una representación ramiforme de color rojo oscuro, ubicada en el saliente que separa las dos oqueda-des contiguas a la derecha del abrigo principal. La disolución de la roca ha determinado que sólo sea observable la mitad de la figura, a pesar de lo cual se aprecia parte del eje vertical y los cinco apéndices del lado izquierdo (fig. 4).

2.3. Comentario

Dentro del repertorio del arte esquemático, no cabe duda de que las figuras ramiformes gozan de una presencia verdaderamente signifi-cativa en cuanto a su número, ubicación y perduración. Se trata de Figura 2. El núcleo de la Sierra de Segura. Localización de los nuevos conjuntos y grupos. 1: Tinada del Ciervo I. 2: Abrigos V y IX del Río Frío. 3: Abrigos de las Nogueras. 4: Abrigos del Nacimiento del Río Frío.

(6)

motivos que aparecen en numerosos paneles constituyéndose como el núcleo en torno al cual gira la composición. Sus peculiaridades parecen aludir tanto al mundo animal como al mundo vegetal. Precisamente en el caso del Abrigo I de la Tinada del Ciervo (Soria y López Payer, 2000: 913-917) se pone de manifiesto esa alusión al mundo animal, en tanto que aparece un ciervo con una gran cuerna en abanico, cuya disposición y dimensiones van más allá de lo mera-mente descriptivo. A esta circunstancia se añade el hecho de que tanto en el panel referido como en el Abrigo II la cuerna ramiforme se individualiza sin necesidad de que se configure el resto del animal (Soria y López Payer, 2000: 917-919). La figura que aquí presenta-mos vendría a ser un complemento del contenido del Abrigo I.

La alusión del elemento ramiforme al mundo vegetal es también muy frecuente dentro del arte esquemático, siendo un motivo que suele ir acompañado de representaciones de puntos, figuras huma-nas y algunos zoomorfos, especialmente cérvidos, lo que no es casual, sino tal vez indicativo de que ambas figuras aludan a un mismo simbolismo. Uno de los casos más representativos en este aspecto es el del conjunto de Las Jaras, en Sierra Morena Oriental, donde encontramos los motivos referidos junto a figuras de arque-ros que, curiosamente, no disparan contra el ciervo que allí mismo Figura 3. Vista de los abrigos I y II de la Tinada del Ciervo.

(7)

está presente, sino que dirigen sus armas contra la representación ramiforme-arboriforme (López Payer y Soria, 1988: 120-122, lám. 71).

Por consiguiente, es posible que la figura ramiforme esté vincu-lada esencialmente a una naturaleza que, como la cuerna del ciervo, se renueva cíclicamente y de la que depende la supervivencia de los grupos humanos. Esta idea debió estar presente antes de la asimila-ción de la economía de producasimila-ción, lo que explica su temprana adopción dentro de los esquemas representativos del Neolítico, tal y como observamos en las cerámicas impresas procedentes de la Cova Figura 4. Abrigo I de la Tinada del Ciervo. Plano y grupo 2.

(8)

de l’Or (Martí, 2006: 128). No obstante, su dispersión y paralelis-mos en arte mueble nos hablan de una larga perduración a lo largo de todo el fenómeno esquemático.

3. Abrigo V y IX de Río Frío

3.1. Situación y antecedentes

Bajo la denominación de Abrigos de Río Frío hemos designado a una serie de conjuntos ubicados en su mayoría en la margen izquier-da de dicho río, en una zona situaizquier-da poco antes de su confluencia con el Zumeta, junto a la carretera que une Santiago de la Espada con La Puebla de don Fadrique, en la vertiente sur de la Loma de la Casica (Soria y López Payer, 1989: 92; 1999a; 2000: 921-925).

Se trata de una ladera en pendiente acusada en la que se suceden una serie de bancos calizos donde, de una forma algo anárquica, se abren los abrigos que contienen las pinturas.

Aunque la prospección de la zona fue iniciada en 1986 con el hallazgo y estudio de un primer abrigo de escasa entidad (Soria y López Payer, 1989: 92), la disposición desordenada de las oqueda-des, junto con el ennegrecimiento de la roca soporte y la mala con-servación de las pinturas, dio lugar a que su documentación se rea-lizara en varias fases, produciéndose un goteo intermitente de des-cubrimientos que ha dado lugar a que hayamos ido cambiando el orden de los conjuntos hasta su total prospección, la cual ha arroja-do la presencia de 10 abrigos pintaarroja-dos, nueve en la margen izquier-da del río, dentro del término de Santiago-Pontones (Jaén) y uno en la derecha, en el término municipal de Huéscar (Granada).

De esta forma, ateniéndonos a la nueva numeración, los abrigos I, II, III, VI, VII y IX fueron descubiertos y estudiados por nosotros entre los años 1986 y 2001 (Soria y López Payer, 1989: 92; 1999a: 36-38; 2000: 921-925) (Soria, López Payer y Zorrilla, 2003: 371-373) mientras que el abrigo IV fue descubierto por M. Á. Mateo, que lo denominó entonces como Abrigo VI (Mateo Saura, 2003: 93-96). A todos estos conjuntos se han añadido posteriormente los abrigos V, VIII y X, descubiertos también por nosotros en 2004 y en 2007, los cuales han permanecido inéditos.

Excepto los conjuntos ubicados en los abrigos I y V, cuyo conte-nido mayoritario puede encuadrarse dentro del estilo levantino, y el abrigo IX, que alberga pinturas levantinas y esquemáticas, el resto de las oquedades sólo contiene pinturas esquemáticas en escaso núme-ro y con una variedad morfológica reducida a representaciones de antropomorfos simples, algunos ramiformes, barras y otras figuras de escasa relevancia.

(9)

De los hallazgos que en esta zona permanecen inéditos presen-tamos aquí un grupo del abrigo V y otro del abrigo IX (fig. 5).

3.2. Abrigo V (grupo 2)

Se trata de un conjunto, descubierto por nosotros en 2004, ubicado en un abrigo abierto en un banco rocoso situado a un nivel inferior al de los abrigos III y IV. El abrigo está formado por dos oquedades contiguas de la misma profundidad, elevadas unos dos metros sobre el suelo precedente. La de la izquierda, que es la que contiene la

(10)

mayoría de las pinturas, mide unos 2,75 m de anchura, 3 m de pro-fundidad y 3 m de altura. Está orientado al sur-suroeste y a una alti-tud de 1235 m. Sus coordenadas geográficas son: 2º 33’ 38” de lon-gitud Oeste y 38º 05’ 01” de latitud Norte.

Las pinturas se encuentran en mal estado de conservación y son poco visibles a causa del oscurecimiento de la roca. Se trata de seis grupos de los que sólo el segundo es ciertamente relevante. El resto –grupos 1, 3, 4, 5 y 6– contiene figuras negras de fino trazado y de morfología indefinida, alguna de ellas de apariencia zoomorfa. Hay también restos de otras figuras de color rojo (fig. 6).

Grupo 2: forma el centro de la composición y está constituido por tres figuras zoomorfas de color negro. La figura superior es un bóvido de grandes dimensiones –46 cm–, muy mal conservado, del que con dificultad distinguimos su contorno, las extremidades, la cuerna y el relleno listado. En la parte inferior de su vientre hay una figura en V, esquemática y de color rojo, de la que no podemos apre-ciar su posición relativa respecto del bóvido.

Debajo de la figura anterior, a 1,33 m del suelo, se encuentra otro bóvido más pequeño –de unos 20 cm de longitud– del que se aprecian todas las partes de su cuerpo menos las pezuñas. Su mor-fología es desproporcionada y posee un relleno listado y paralelo. Bajo él se observan los restos de la cabeza y la cuerna de un cérvido del mismo color.

Aunque las dos figuras inferiores poseen una morfología algo atípica, los tres zoomorfos pueden encuadrarse por su técnica de eje-cución dentro del estilo levantino (fig. 7).

(11)

3.3. Abrigo IX (grupo 2)

Este conjunto fue descubierto en 1996, si bien su deficiente estado de conservación motivó que su primer estudio fuera incompleto (Soria y López Payer, 2000: 921-924). Está situado en el extremo oeste del farallón que alberga los abrigos de este lugar, orientado al suroeste y a una altitud de 1235 m. Su planta es algo irregular, for-Figura 7. Abrigo V de Río Frío. Grupo 2.

(12)

mando dos ábsides de diferente profundidad, siendo sus dimensio-nes de 14,4 m en la entrada, 7,2 m de profundidad y 4,5 m de altu-ra. Sus coordenadas geográficas son: 2º 33’ 45” de longitud Oeste y 38º 05’ 06” de latitud Norte.

De los tres grupos que integran este conjunto, presentamos aquí el número 2, que hasta la fecha había permanecido inédito.

Dicho grupo se encuentra a la izquierda del ábside principal y en un estado de conservación muy deficiente a causa del oscurecimien-to de la roca soporte. En la parte superior se observan diversos res-tos, una figura en ángulo y otra barra vertical en las que se insertan diversos trazos de forma radial. Más abajo hay dos antropomorfos incompletos. El color es rosa oscuro (figs. 8 y 9).

3.4. Comentario

Ya próximas a finalizar las prospecciones en esta zona del Río Frío, podemos concluir de manera definitiva que se trata de un área en la que predomina el estilo esquemático, en claro contraste con la zona adyacente del Engarbo, donde, como sabemos, predomina el estilo levantino. Un primer análisis tipológico y morfológico de los conjun-tos que aquí hemos presentado corrobora lo ya conocido de este

(13)

mismo lugar, tanto en lo que se refiere a la presencia de figuras esque-máticas con una tipología de espectro reducido, en las que no están presentes motivos propios del Calcolítico, como son los bitriangula-res y los oculados tipo Collado del Guijarral, como en lo referente a la Figura 9. Abrigo IX de Río Frío. Grupo 2 y plano del abrigo.

(14)

presencia de figuras levantinas de morfología atípica, claramente pre-sentes tanto en el Abrigo I, con la cabeza de un zoomorfo (Soria y López Payer, 1999a: 36-38), y en el Abrigo IX, con un bóvido de aspec-to aspec-tosco y tan mal conservado que en un principio lo incluimos den-tro del estilo esquemático (Soria y López Payer, 2000: 924-925), pero que una nueva revisión y la presencia de detalles como las flechas cla-vadas en la base del cuello nos hacen incluirlo dentro del estilo levan-tino. Por consiguiente, es dentro de este grupo de figuras levantinas algo atípicas donde hay que incluir los zoomorfos de color negro del Abrigo V, cuya técnica de ejecución en cuanto al fino trazado, relleno listado del bóvido y morfología nos conducen en la dirección indica-da a pesar de que no encontramos estrechos paralelos en los conjun-tos del Engarbo, salvo en el hecho de que entre sus animales más representados se encuentren los cérvidos y los bóvidos.

4. Abrigos de las Nogueras

4.1. Situación y antecedentes

Se trata de una serie de siete abrigos inéditos, descubiertos por no-sotros en agosto de 2004, que se encuentran en una elevación que separa los cursos del Río Frío y del arroyo de Las Nogueras. Pertenecen al término municipal de Santiago de la Espada-Pontones.

El Abrigo I, situado en la parte alta de la ladera sureste de la ele-vación referida, y los abrigos V y VI, ubicados en la ladera opuesta y a diversa altura, sólo contienen restos muy indefinidos y desvaídos de pintura de color rojo y de aspecto esquemático, en tan mal esta-do de conservación que desistimos de reproducirlos (fig. 10).

4.2. Abrigo II

Se encuentra en los promontorios que se abren a la derecha del collado que comunica ambas laderas. El abrigo está orientado al suroeste y a una altitud de 1310 m. Sus dimensiones son: 3 m de anchura, 1 m de profundidad y 2 m de altura y sus coordenadas geo-gráficas 2º 34’ 14” de longitud Oeste y 38º 04’ 52” de latitud Norte. Sólo contiene un antropomorfo típico simple, de color rosa oscuro, muy mal conservado, situado en la parte derecha de la oque-dad y a 1,70 m del suelo (fig. 11).

4.3. Abrigos III y IV

Están situados junto al collado indicado, en un farallón rocoso en el que se abren diversas oquedades, de las que sólo dos contienen las

(15)

pinturas que aquí referimos. Su altitud es de 1320 m y sus coorde-nadas geográficas 2º 34’ 15” de longitud Oeste y 38º 04’ 52” de lati-tud Norte (fig. 12).

El Abrigo III se ubica a la derecha y está orientado al oeste-suro-este. Sus dimensiones son: 3,5 m de anchura, 0,75 m de profundi-dad y 3,5 m de altura. Las pinturas se localizan en la zona superior de la covacha, a 2,5 m del suelo. De izquierda a derecha, observa-mos, en primer lugar, dos barras verticales de color rosa oscuro muy mal conservadas; seguidamente, a 1 m, distinguimos una alineación horizontal de puntos y diversas digitaciones de color rosa oscuro y rosa claro, y finalmente, a unos 25 cm debajo de los puntos, encon-tramos la figura de un ramiforme oculado, de color naranja claro y muy desvaído, junto a otros restos (fig. 13).

El Abrigo IV se encuentra a unos 2 m a la izquierda del anterior, está orientado al Oeste y sus dimensiones son: 3 m de anchura, 1,5 m de pro-fundidad y 3,5 m de altura. Está elevado a unos 2 m sobre el suelo pre-cedente. Las pinturas se encuentran en el fondo de la cavidad, donde observamos un antropomorfo golondrina incompleto, de color rojo oscuro y situado a 2 m del suelo, que presenta la cabeza y el extremo infe-rior redondeados. Sólo conserva un brazo. Hay restos de otros dos pun-tos en su entorno próximo. A 1,20 m debajo de la figura anterior se observan restos indefinidos de color naranja muy claro (fig. 14).

(16)

4.4. Abrigo VII

Se trata de una oquedad ubicada en un banco calizo sobre una zona en terraza a escasos metros de la margen izquierda del arroyo de Las Nogueras. Está orientada al sur-sureste y a unos 1240 m de altitud. Sus dimensiones son: 1,80 m de anchura y 2,20 de profundidad y Figura 11. Abrigo II de Las Nogueras. Conjunto y plano del abrigo.

(17)

sus coordenadas geográficas 2º 34’ 15” de longitud Oeste y 38º 05’ 05” de latitud Norte (fig. 15).

Grupo 1: se encuentra en la pared izquierda de la cavidad prin-cipal y está compuesto por un antropomorfo simple, incompleto y de color rojo oscuro, al que acompañan, a su derecha, otros trazos muy mal conservados.

Grupo 2: está ubicado en una pequeña hornacina situada a la derecha y a unos 2 m del suelo. Lo componen dos antropomorfos de brazos en asa y diversos restos, algunos de los cuales tienen la apariencia de un zoomorfo. Los restos indicados y las extremidades inferiores del antropomorfo izquierdo son de color rojo. El antro-pomorfo derecho y la parte superior del izquierdo son de color rojo oscuro (fig. 16).

(18)

4.5. Comentario

En general los abrigos de esta zona presentan peculiaridades simila-res a los conjuntos esquemáticos de Río Frío, volviendo a incidir en la escasa variedad tipológica y en el reducido número de figuras de los conjuntos. Los antropomorfos simples, las barras y los puntos o digitaciones son los esquemas predominantes. No obstante, llama la atención la presencia en el Abrigo III de un ramiforme oculado, mal conservado, cuya tipología compuesta se asocia con paralelos mue-bles del Calcolítico, como es el caso de los motivos aparecidos en las cerámicas simbólicas de Los Millares (Siret, 1906-1907; Martín y Camalich, 1982) y de un objeto lítico decorado aparecido en la Glorieta de San Vicente de Loja (Martínez et alii, 2006), los cuales nos remiten a una cronología de mediados y finales del III milenio respectivamente y a un ámbito marcadamente funerario. La mala conservación de nuestro motivo otorga escasa consistencia a nues-tras hipótesis, ya que también pudiera tratarse de un simple rami-forme, cuya cronología es bastante amplia. No obstante, si como apuntamos se trata de un ramiforme oculado, habría que pensar, con los datos que poseemos, en una cronología calcolítica. Al Figura 13. Abrigo III de Las Nogueras. Conjunto.

(19)

mismo tiempo, la dispersión de estos motivos, tanto los referidos en arte mueble como otros pertenecientes al arte rupestre esquemático encontrados en los conjuntos de Santo Espíritu (Valencia) (Aparicio, 1977), las Enredaderas (Murcia) (Montes y Salmerón: 1988: 9) y Arroyo de Hellín (Jaén)(Soria, López Payer y Zorrilla, 2004: 294-296), se nos presenta como un vivo exponente de un tipo de culto religioso muy extendido en el ámbito del Sureste.

(20)

5. Abrigos del Nacimiento de Río Frío

5.1. Descubrimiento y situación

Se trata de dos abrigos que fueron localizados en diferentes momen-tos. El Abrigo I fue descubierto en 2004 por F. Lorite Muñoz y F. Lorite Fernández. Posteriormente, el 19 de julio de 2006, revisamos el abrigo anterior y hallamos diversas pinturas negras y grabados cuya presencia no había sido detectada. Ese mismo día descubrimos el Abrigo II.

Ambas oquedades se encuentran en los cortados de la margen izquierda del Río Frío, cerca de su nacimiento. En ese lugar, el río se encaja en el relieve, dando lugar a una ladera rocosa, en pendiente acusada, que forma diversos escalones donde se divisan bastantes oquedades, la mayoría sin pinturas. Pertenecen al término munici-pal de Santiago de la Espada-Pontones.

5.2. Abrigo I

Se encuentra en la zona superior de la ladera, a unos 200 m del naci-miento. Es una cavidad orientada al Este y a una altitud de unos 1380 m, que se encuentra colgada sobre la pendiente. Sus dimen-siones son de 6 m de anchura, 1,5 m de profundidad y 2 m de altu-ra y sus coordenadas geográficas 2º 36’ 24” de longitud Oeste y 38º 03’ 43” de latitud Norte (figs. 17 y 18).

Alberga dos grupos de pinturas localizados en el sector izquier-do del abrigo.

(21)

Grupo 1: se encuentra a partir de 1,20 m del suelo. En la parte superior, observamos dos oculados de diferente morfología y colori-do. El de la izquierda es un antropomorfo de brazos en asa oculado, de color rojo oscuro y con una cuidada y fina ejecución, que posee indicación de la cabeza, de las circunferencias de los ojos a ambos lados del cuello y del falo. Presenta tres trazos muy finos que, de forma casi paralela, se insertan en el ojo derecho. A la altura de la mano izquierda aparecen otros tres trazos mucho más finos y cortos, que podían representar flechas o algún objeto que desconocemos. Cerca del ojo izquierdo se encuentran otros tres trazos finos de color negro que no llegan a tocar la figura.

Inmediatamente a la derecha de la figura anterior, se encuentra otro oculado de color negro y fino trazado, aunque algo más grueso que el anterior, que se ha configurado mediante trazos elípticos con-céntricos con una ligera inflexión central para diferenciar los dos ojos. A pesar de su mal estado de conservación, presenta una tipo-logía inequívoca.

Debajo de las figuras anteriores hay varios agujeros con un diá-metro que oscila entre 3 y 5 cm, en torno a los cuales hay restos de pintura roja sin forma definida. Hay también algunos trazos arquea-dos de color negro. Hacia la izquierda, a 32 cm de los trazos anterio-res y a 1,20 m del suelo, hay dos pequeñas circunferencias de color Figura 16. Abrigo VII de Las Nogueras. Conjunto.

(22)

rojo, a modo de ojos, junto a otro trazo fino y casi perdido. También a unos 85 cm a la derecha de los agujeros centrales, hay otro con res-tos de pigmentación roja a un nivel superior (figs. 19 y 20).

Grupo 2: está situado a 43 cm a la izquierda del grupo anterior. En la parte superior, a 1,20 m del suelo, se observan varias alinea-ciones de figuras en zigzag, paralelas y horizontales, de color negro y fino trazado. Hay también algunos restos de color rojo. Debajo de la figura anterior y hacia la izquierda, se distinguen los restos de un posible zoomorfo de color negro. Sobre las figuras descritas y en su entorno inmediato se observa una gran cantidad de grabados, de surco fino y rectilíneo, paralelos o entrecruzados y sin forma defini-da, cuya ejecución parece ser posterior a la de las pinturas. En la zona inferior del panel hay restos de otra figura indefinida de color rojo (fig. 21).

La hipótesis más probable respecto al orden de ejecución de estos grupos nos indica que primero se ejecutaron las pinturas rojas, seguidas de las negras y de los grabados. La realización de los tres finos trazos de color negro en la proximidad del ojo izquierdo del antropomorfo oculado debió tener lugar cuando esta figura ya estu-viera ejecutada. Otra probabilidad es que las figuras pintadas, ya sean rojas o negras, se realizaran en la misma fase.

(23)

5.3. Abrigo II

Está situado en la misma ladera, a unos 150 m al norte del anterior y a un nivel superior, en una zona contigua a una vereda natural que comunica la zona amesetada con el desfiladero, en la dirección que lleva al manantial de Río Frío. Está orientado al Este y a una alti-tud de 1390 m. Sus coordenadas geográficas son: 2º 36’ 24” de lon-gitud Oeste y 38º 03’ 46” de latitud Norte.

Se trata de una oquedad que se abre a unos 3 m de la base del banco calizo que lo alberga, a cuya derecha se ubica un pequeño ábside, de apenas 0,50 m de profundidad, donde se encuentra un zigzag muy incompleto y una figura de ojos-soles, también muy deteriorada por los desconchones, que se ubica en un pequeño entrante de la pared. Esta figura se ha confeccionado con finos tra-zos convergentes distribuidos de forma circular en torno a dos pequeños puntos centrales. Encima de las figuras descritas, se obser-van multitud de restos y de trazos finos. Todos los motivos son de color rojo anaranjado (fig. 22).

5.4. Comentario

A juzgar por el contenido de los únicos abrigos con pinturas locali-zados hasta el momento en esta zona, las figuras de oculados se constituyen como el motivo principal de una temática reducida pero dotada de una diversidad morfológica muy acusada respecto a este tipo de figuras, que aparecen asociadas a un antropomorfo de bra-Figura 18. Abrigo I del Nacimiento de Río Frío. Plano del abrigo.

(24)

zos en asa, o aisladas, ya sea en forma de dos círculos próximos, con líneas concéntricas o en forma de ojos-soles. Como en casos ante-riores, los paralelos de estas figuras dentro del arte mueble son tam-bién muy numerosos, revelando asimismo su temprana aceptación y su larga perduración dentro de los códigos del arte esquemático. Así por ejemplo, de las figuras de ojos-soles del Abrigo II de este lugar, son conocidos los motivos incisos aparecidos en fragmentos cerámicos del Neolítico Medio-Final de la Subbética cordobesa (Gavilán y Vera, 1993) y sobre todo el amplio repertorio de época Figura 19. Abrigo I del Nacimiento de Río Frío. Grupo 1.

(25)

calcolítica observable en los vasos de Los Millares, en los huesos lar-gos y cortos del Sureste y en los ídolos cilindro del Suroeste. Otro tanto podemos decir de los oculados conformados con líneas con-céntricas, que recuerdan los oculados tipo Collado del Guijarral, cuyos paralelos nos conducen, en este caso, al Calcolítico.

(26)
(27)

De las líneas en zigzag, dado su grado de abstracción, poco podemos indicar, salvo algunos detalles que no debemos pasar por alto y que hacen referencia a su relación con el agua. La proximidad de los dos conjuntos de este lugar, sobre todo del Abrigo I, con el nacimiento del Río Frío y su identificación con dicho elemento en conjuntos como Santonge III y El Gabar, donde aparecen también figuras con ojos-soles, es significativa al respecto.

(28)

6. Conclusiones

En otro trabajo anterior (Soria, López Payer y Zorrilla, 2006: 290-293) ya esbozamos la problemática que suscitaban los conjuntos esquemáticos de la Sierra de Segura, clasificándolos por su distribu-ción y características en cuatro grupos diferentes cuya cronología se extendía desde el Neolítico al Calcolítico.

Lo aportado aquí por los nuevos abrigos de Río Frío y de las Nogueras viene a confirmar en gran medida lo entonces expuesto. Recordemos que, respecto de los conjuntos conocidos de Río Frío, ya apuntamos la posibilidad de que se encontraran en el inicio de la serie esquemática de la zona, en un momento situado dentro del Neolítico, circunstancia que se veía avalada por la ausencia de moti-vos propios del Calcolítico. Los nuemoti-vos conjuntos esquemáticos de Río Frío y la mayoría de los de Las Nogueras inciden en la misma temática y repertorio, por lo que no es descartable su ubicación en el mismo período.

Al mismo tiempo, la presencia en la zona de Río Frío de algunos grupos de estilo levantino con figuras de morfología atípica, puede ser indicativa de su realización en un momento en que dicho estilo entra en decadencia ante la presencia emergente del estilo esquemá-tico, circunstancia que pudo acontecer de forma paralela.

Los yacimientos arqueológicos de la zona (Cueva del Nacimiento, Abrigo del Molino del Vadico y Valdecuevas) (Rodríguez, 1979 y 1997; Asquerino y López, 1981; Sarrión, 1980) avalan la secuencia indicada en tanto que nos muestran la existencia de poblaciones epipaleolíticas ya instaladas en la zona durante el VII milenio a.C. que, mediante un proceso de aculturación producido entre el VI y el V milenio, van asimilando algunos modos y elemen-tos propios del Neolítico, como la ganadería y la cerámica, que les sirven para mejorar notablemente sus condiciones de vida.

En el caso de los conjuntos del Nacimiento de Río Frío, el yaci-miento arqueológico más próximo es el Abrigo Sepulcral de Río Frío, excavado por Rodríguez (Carrasco et alii,1980), cuyo contenido se sitúa en un momento avanzado del Calcolítico. No obstante, la cro-nología de estos conjuntos puede ser muy amplia, como ya hemos indicado por los paralelos en arte mueble de sus motivos oculados.

7. Bibliografía

APARICIO PÉREZ, J. (1977): «Pinturas rupestres esquemáticas en los alrededores de Santo Espiritu (Gilet y Albalat de Segart, Valencia) y la cronología del arte rupestre», Saguntum. Papeles del

(29)

ASQUERINO, Mª. D. (1984): «Espacio y territorio en el Neolítico del noreste de Jaén», Arqueología Espacial, Coloquio sobre distribución y

relaciones entre los asentamientos: 31-40. Seminario de Arqueología y

Etnología Turolense. Colegio Universitario de Teruel. Teruel. ASQUERINO, Mª. D. (1992): «Epipaleolítico y Neolítico en el Alto

Guadalquivir», I Jornadas Históricas del Alto Guadalquivir. La

Prehistoria: 33-52. Quesada (Jaén).

ASQUERINO, Mª. D. y LÓPEZ, P. (1981): «La cueva del Nacimiento (Pontones)», Trabajos de Prehistoria 38: 109-152. Madrid.

ASQUERINO, Mª. D. y LÓPEZ, P. (1982): «El yacimiento neolítico de la cueva del Nacimiento (Pontones, Jaén)», Actas del X

Congreso UISPP: 273-296. México.

CARRASCO, J.; PACHÓN, J. A.; MALPESA, M. y CARRASCO, E. (1980): Aproximación al poblamiento eneolítico en el Alto

Guadalquivir. Publicaciones del Museo de Jaén 8. Granada.

CÓRDOBA, B. y VEGA, L. G. (1987): «Abrigo del Molino del Vadico»,

Arqueología en Castilla-La Mancha. Excavaciones, 1985: 79-85. Toledo.

GAVILÁN CEBALLOS, B. y VERA RODRÍGUEZ, J. C. (1993): «Cerámicas con decoración simbólica y cordón interior perfora-do procedentes de varias cuevas situadas en la Subbética corperfora-do- cordo-besa», SPAL II: 71-97. Sevilla.

GONZÁLEZ NAVARRETE, J. (1971): La cueva de la Diosa Madre. Publicaciones del Museo de Jaén 2. Jaén.

HERNÁNDEZ PÉREZ, M. (2005): «Del Alto Segura al Turia. Arte Rupestre Postpaleolítico en el Arco Mediterráneo», en M. HERNÁNDEZ y J. A. SOLER (Eds): Arte rupestre en la España

mediterránea: Actas del congreso (Alicante, 25-28 de octubre de 2005): 45-70. Instituto Alicantino de Cultura “Juan Gil-Albert”.

Caja de Ahorros del Mediterráneo. Alicante.

HERNÁNDEZ, M.; FERRER, P. y CATALÁ, E. (2000): L’art esquemátic. Alicante.

LÓPEZ PAYER, M. G. y SORIA LERMA, M. (1978a): «Las pinturas rupes-tres de Los Guindos», Zephyrus XXVIII-XXIX: 249-258. Salamanca. LÓPEZ PAYER, M. G. y SORIA LERMA, M. (1988): El arte rupestre en

Sierra Morena Oriental. La Carolina (Jaén).

LÓPEZ PAYER, M. G. y SORIA LERMA, M. (1993): «Reproducción y estudio directo del arte rupestre: el Abrigo de la Cañada de la Cruz (Pontones, Jaén)», Anuario Arqueológico de Andalucía 1991. Vol II, Actividades Sistemáticas: 283-288. Dirección General de Bienes Culturales. Sevilla.

MARTÍ OLIVER, B. (2006): «Cultura material y arte rupestre esque-mático en el País Valenciano, Aragón y Cataluña», Congreso de

Arte Rupestre Esquemático en la Península Ibérica, Comarca de los Vélez: 119-147. Vélez Blanco (Almería).

(30)

MARTÍ, B. y HERNÁNDEZ, M. (1988): El Neolític valenciá. Art

rupes-tre i cultura material. SIP. Valencia.

MARTÍN SOCAS, D. y CAMALICH MASSIEU, Mª. D. (1982): «La “cerámica simbólica” y su problemática (aproximación a través de los materiales de la colección L. Siret)», Cuadernos de

Prehistoria de la Universidad de Granada 7: 267-306. Granada.

MARTÍNEZ, C.; SAN NICOLÁS, M.; GARCÍA, L. A. y PONCE J. (2006): «Figuraciones esquemáticas pintadas procedentes de una sepultura de finales del III milenio en Lorca (Murcia)»,

Congreso de Arte Rupestre Esquemático en la Península Ibérica, Comarca de los Vélez: 513- 520. Vélez Blanco (Almería).

MATEO SAURA, M. Á. (2003): Arte rupestre prehistórico en Albacete. La

cuenca del río Zumeta. Instituto de Estudios Albacetenses. Serie I.

Nº 147. Albacete.

MATEO SAURA, M. Á. y CARREÑO CUEVAS, A. (2000): «Aportaciones al estudio del arte rupestre en Nerpio (Albacete): los conjuntos de Mingarnao, Sacristanes y Huerta Andara», Al-Basit 44: 1-43. Albacete. MATEO SAURA, M. Á. y CARREÑO CUEVAS, A. (2001): «Arte rupes-tre esquemático en el Alto Segura. La Tenada de los Atochares (Yeste, Albacete)», Boletín de Arte Rupestre de Aragón 4:71-86. Ed. Diputación General de Aragón. Zaragoza.

MONTES BERNÁRDEZ, R. y SALMERÓN JUAN, J. (1998): Arte

rupes-tre prehistórico en Murcia. Itinerarios didácticos. Museo Municipal

de Arqueología de Cieza. Centro de Profesores y Recursos de Cieza y Asociación Cultural Fahs. Cieza (Murcia).

PÉREZ BURGOS, J. M. (1988): «Pintura Rupestre Esquemática en Albacete: la Cueva del Gitano», Homenaje a Samuel de los Santos: 71-76. Albacete.

PÉREZ BURGOS, J. M. (1996): «Arte rupestre en la provincia de Albacete: Nuevas aportaciones», Al-Basit 39: 5-35. Albacete. RODRÍGUEZ, G. (1979): «La Cueva del Nacimiento», Saguntum 14:

33-38. Valencia.

RODRÍGUEZ, G. (1997): «Últimos cazadores y neolitización del Alto Segura», Actas del II Congreso de Arqueología Peninsular. Tomo

I, Paleolítico y Epipaleolítico: 405-414. Fundación Alfonso

Henriques. Zamora.

SÁNCHEZ JIMÉNEZ, J. (1956): «Pinturas rupestres del Collado del Guijarral, Segura de la Sierra (Jaén)», Noticiario Arqueológico

Hispánico III y IV. Cuadernos 1-3. 1954-55: 5-8. Láms. I-XI. Madrid.

SARRIÓN MONTAÑANA, I. (1980): «Valdecuevas. Estación Meso-Neolítica en la Sierra de Cazorla (Jaén)», Saguntum 15: 23-56. Valencia.

SIRET, L. (1906-1907): «Orientaux et occidentaux en Espagne aux temps prehistoriques», Rev. Quest. Scient.

(31)

SORIA LERMA, M. y LÓPEZ PAYER, M. G. (1989): El arte rupestre en

el sureste de la Península Ibérica. La Carolina (Jaén).

SORIA LERMA, M. y LÓPEZ PAYER, M. G. (1990): «Los calcos inédi-tos del Collado del Guijarral (Sierra de Segura, Jaén)», Ars

Praehistórica 5-6 (1986-87): 234-245. Barcelona.

SORIA LERMA, M. y LÓPEZ PAYER, M. G. (1994): Parques naturales y

espacios protegidos de Jaén (Estudio de la Prehistoria y del arte

rupes-tre de los parques naturales de la provincia). Ed. Diario Jaén. Jaén. SORIA LERMA, M. y LÓPEZ PAYER, M. G. (1999a): Los abrigos con arte

rupestre levantino de la Sierra de Segura. Patrimonio de la Humanidad.

Dirección General de Bienes Culturales, Servicio de Investigación y Difusión del Patrimonio Histórico. Junta de Andalucía y Área de Cultura y Deportes. Diputación Provincial de Jaén. Sevilla.

SORIA LERMA, M. y LÓPEZ PAYER, M. G. (1999b): «Los abrigos con arte rupestre levantino de las Sierras de Quesada y Segura (Jaén)», Revista de Arqueología 221: 8-14. Madrid.

SORIA LERMA, M. y LÓPEZ PAYER, M. G. (1999c): «Arte esquemá-tico en el Alto Segura. Los abrigos I y II de La Tinada del Ciervo»,

Revista de Arqueología 214: 8-13. Madrid.

SORIA LERMA, M. y LÓPEZ PAYER, M. G. (2000): «Arte esquemáti-co en la Cuenca Alta del Segura. Nuevas aportaciones», Boletín

del Instituto de Estudios Giennenses CLXXVI: 909-943. Jaén.

SORIA LERMA, M., LÓPEZ PAYER, M. G. y ZORRILLA LUMBRERAS, D. (2001): «Arte rupestre en la Alta Andalucía. Nuevas campañas de investigación», Revista de Arqueología 246: 16-29. Madrid. SORIA LERMA, M. y LÓPEZ PAYER, M. G. (2002): «Los abrigos con

arte levantino de las cuencas altas del Segura y del Guadalquivir», Bolskan 16: 151-176. Instituto de Estudios Altoaragoneses, Diputación de Huesca. Huesca.

SORIA LERMA, M., LÓPEZ PAYER, M. G. y ZORRILLA, D. (2003): «Arte rupestre en la Alta Andalucía. Resultados de varias campa-ñas de investigación en el Subbético Giennense», Boletín del

Instituto de Estudios Giennenses CLXXXIV: 365-411. Diputación

Provincial de Jaén. Jaén.

SORIA LERMA, M., LÓPEZ PAYER, M. G. y ZORRILLA LUMBRERAS, D. (2004): «Un nuevo núcleo de arte rupestre postpaleolìtico en Andalucía Oriental: el núcleo del río Guadalmena», Cuaderns de

prehistòria i arqueología de Castelló: 281-320. Ed. Diputación de

Castellón. Castellón.

SORIA LERMA, M. y LÓPEZ PAYER, M. G. (2005): «Investigaciones y características del arte levantino en Andalucía», Pintura rupestre

levantina en Andalucía. Catálogo: 36-57. Consejería de Cultura de

Referencias

Documento similar

o Si dispone en su establecimiento de alguna silla de ruedas Jazz S50 o 708D cuyo nº de serie figura en el anexo 1 de esta nota informativa, consulte la nota de aviso de la

d) que haya «identidad de órgano» (con identidad de Sala y Sección); e) que haya alteridad, es decir, que las sentencias aportadas sean de persona distinta a la recurrente, e) que

De hecho, este sometimiento periódico al voto, esta decisión periódica de los electores sobre la gestión ha sido uno de los componentes teóricos más interesantes de la

Ciaurriz quien, durante su primer arlo de estancia en Loyola 40 , catalogó sus fondos siguiendo la división previa a la que nos hemos referido; y si esta labor fue de

Las manifestaciones musicales y su organización institucional a lo largo de los siglos XVI al XVIII son aspectos poco conocidos de la cultura alicantina. Analizar el alcance y

Products Management Services (PMS) - Implementation of International Organization for Standardization (ISO) standards for the identification of medicinal products (IDMP) in

This section provides guidance with examples on encoding medicinal product packaging information, together with the relationship between Pack Size, Package Item (container)

Package Item (Container) Type : Vial (100000073563) Quantity Operator: equal to (100000000049) Package Item (Container) Quantity : 1 Material : Glass type I (200000003204)