Sobre la naturaleza. el medio

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(1)

Sobre la naturaleza

y el medio

(2)

Jiddu Krishnamurti

SOBRE LA

NATURALEZA Y

EL MEDIO

editorial ,^rós

Numancia, 117-121

08029 Barcelona

(3)

Si

uno

pierde contacto con lanaturaleza, pierde contactocon lahumanidad. Si

no hay

relación

con

la naturaleza, nos convertimosen asesinos; entonces

matamos

aloscachorros defoca,

a

lasballenas, alos delfinesyal

hombre

-yasea

por provecho

propio,

por

«deporte»,

por comida o

en arasdelconocimiento Entonceslanaturalezaseasustadenosotros y repliega su belleza.

Podremos

hacerlargascaminatas

por

los bosques o

acampar

en lugares encantadores,pero

somos

asesinosy así

hemos

perdido laamistad de lanaturaleza.

Es

probable que no estemos relacionadosconnada, nisiquiera con nuestraesposa

o

nuestromarido.

«Diario II»deKrishnamurti,

4

deabrilde

1975

(4)

PROLOGO

JidduKrishnamurtinacióenlaIndia

en

1895 y, alaedad detreceaños, lo

tomó

bajo su protecciónlaSociedad Teoso-

fica; los directores de la

misma

consideraron

que

él era el

vehículoparael«instructor del

mundo», cuyo

advenimiento habían estadoproclamando, Krishnamurtihabríadeemerger pronto

como un

maestro poderoso, inflexible einclasifica- ble; sus pláticas y escritos

no

teníanconexión con

ninguna

religiónespecíficay

no

pertenecían a Orienteni aOcciden-

te, sino

que

eran para todo el

mundo. Repudiando

firme-

mente

la

imagen

mesiánica,en 1929disolvióde

manera

dra- máticalavastay acaudaladaorganizaciónquesehabíacons- tituidoentornodeélydeclaróquelaverdadera

«una

tierra sinsenderos»a lacual resultabaimposible aproximarse

me-

dianteningunareligión, filosofíao secta convencional.

Durante el resto de su vida rechazó insistentemente la

condición de gurú

que

otrostratarondeimponerle.Continuó atrayendograndesauditoriosentodoel

mundo,

pero

negando

toda autoridad,

no

queriendo discípulos yhablando siempre

como un

individuo habla aotro.

En

elnúcleode suenseñan- za estabala

comprensión

de

que

los

cambios

fundamentales delasociedadpodíantener lugar sóloconlatransformación delaconcienciaindividual.

Se

acentuaba constantementela

necesidaddel conocimiento propio, así

como

la inteligente captaciónde lasinfluencias restrictivasyseparativas origi- nadas en los condicionamientos religiosos ynacionalistas.

(5)

Sobrelanaturalezayelmedio

Krishnarnurti señalaba siempre la urgente necesidad de una aperturapara ese «vasto espaciodelcerebroquecontieneen

unaenergía inimaginable». Ésta parecehabersidolafuentede su propia creatividad y la clave parael impacto catalizador queejerció sobretan ampliavariedaddepersonas.

Krishnarnurticontinuóhablando portodoel

mundo

hasta su muerte, a losnoventa años. Sus pláticas y diálogos, sus diariosy sus cartashan sido reunidos en

más

de sesenta vo- lúmenes. Estaseriede libros dedicados a temas específicos se

ha

recopilado apartirdeese vasto cuerpo deenseñanzas.

Cada

libro se concentra sobre

una

cuestión

que

tieneparti- cular importancia y urgencia en nuestras vidas cotidianas.

(6)

POONA, 17 DE OCTUBRE DE 1948

Interlocutor: ¿Cuál esel significadode lacorrecta relación conlanaturaleza?

Krishnamurti:

No

siusted

ha

descubierto su relacióncon

la naturaleza.

No hay

relación «correcta», sólo existe la

comprensión delarelación.

La

relacióncorrectaimplicala

mera

aceptación de

una

fórmula,tal

como

ocurreconelpen- samientocorrecto.Elpensamientocorrecto yelrectopensar son dos cosas diferentes. El pensamiento correcto consiste enamoldarse

meramente

aloquees correcto,aloquees res- petable,mientras

que

elrectopensaresmovimiento;es pro- ducto de la comprensión, y la

comprensión

experimenta constantes modificaciones, cambios.

De

igual

modo,

hay unadiferencia entre larelación correctaylaacción

que

im- plica

comprender

nuestra relación

con

lanaturaleza. ¿Cuál essu relación

con

lanaturaleza(siendolanaturalezalosríos, losárboles, lospájarosderápidovuelo,elpezenel agua,los minerales bajo la tierra, las cascadas

y

los estanques

poco

profundos)? ¿Cuáles su relacióncon todo ello?

La mayoría

de nosotrosnoesconscientede esarelación.

Jamás miramos

unárbolo,silohacemos,esconvistasautilizareseárbol,ya seapara

sentamos

a su

sombra o

con elfinde cortarlopara obtenermadera.

En

otras palabras,

miramos

los árbolescon propósitosutilitarios;jamás

miramos un

árbol sinproyectar- nosnosotros

mismos

y sinutilizarlopara nuestra propia con-

(7)

Sobrelanaturalezayelmedio

veniencia.Del

mismo modo

tratamoslatierray sus produc-

tos.

No

hay

amor

porla tierra, sólo

hay

utilizaciónde latie- rra. Si

amáramos

realmentela tierra,habría frugalidaden el

usodelascosasquela tierraproduce.

O

seaque si

compren-

diéramosnuestra relación conla tierra,seríamos

muy

cuida- dosos eneluso que

hacemos

delascosas dela tierra.

Com-

prendernuestra relaciónconlanaturalezaestandifícil

como comprender

larelacióncon nuestro vecino, con nuestraes- posa y nuestroshijos. Pero

no hemos

concedidoaello niun solopensamiento,

jamás

nos

hemos

sentado acontemplarlas estrellas,lalunaolos árboles.

Estamos demasiado

ocupados

con

las actividades sociales o políticas. Obviamente, estas actividades son formas de escapar de nosotros

mismos, y

rendir culto ala naturaleza estambién escapar de nosotros

mismos. Siempre

estamos utilizando alanaturaleza,

ya

sea

como

escape o

con

propósitosutilitarios;

jamás

nosdetene-

mos

a

amar

alatierraylascosasdela tierra.

Jamás

disfruta-

mos

delos espléndidos campos,

aunque

losutilizamos para alimentarnos y vestimos.

Jamás

nosgustalabrarla tierra

con

nuestras manos, nos avergüenza trabajar

con

nuestras

ma-

nos. Ocurrealgo extraordinario

cuando uno

trabajala tierra

con lasmanos. Peroeste trabajo es realizado solamente por

lascastas inferiores; ¡nosotros, las clasessuperiores,

somos

aparentemente

demasiado

importantes parautilizar nuestras propias

manos! De

ese

modo hemos

perdido nuestra relación conlanaturaleza.

Una

vez

comprendamos

esarelación,suverdaderosigni- ficado,

no

dividiremoslapropiedad en «suya» y «mía»; aun-

que uno pueda

poseer

un pedazo

de tierra

y

construir enél

una

casa,ésta

no

sería

«mía» o

«suya»en

un

sentido exclu- sivo; sería,

más

bien,

un medio

para obtener albergue.

A

causade que

no amamos

la tierra

y

lascosas dela tierra,sino

que meramente

las utilizamos,

somos

insensibles alabelle- za de

una

cascada,

hemos

perdidoelcontacto

con

la vida, ja-

más

nos sentamos conlaespalda

apoyada

contrael troncode

(8)

Poona, 17deoctubrede1948

unárbol.

Y

puesto

que

no

amamos

lanaturaleza,no

sabemos cómo amar

alos seros

humanos

y alos animales. Bajen pol-

lacalleyobserven

cómo

tratan alosbueyes, veansus

lomos

completamente deformados. Ustedes

menean

lacabezaydi cen:

«Muy

triste». Pero

hemos

perdido el sentido de la ter-

nura, esa sensibilidad, esarespuestaalascosasdelabelleza, y sóloenlarenovaciónde esasensibilidad

podemos compren-

derquéeslaverdaderarelación. Esasensibilidad no adviene colgando

meramente

unos cuantos cuadros en la pared, o pintandoun árbol

o

poniéndose unascuantas floresen elca- bello; la sensibilidad surge solamente

cuando desechamos

esta perspectiva utilitaria.

Eso

no quiere decirque nopoda-

mos

haceruso de la tierra; pero

debemos

hacerlo según el

uso a que estádestinada. I.a tierraestá ahí para ser

amada,

parasercuidada,

no

paraserdividida

como

la tierra

mía

y la tierrade ustedes.

Es

tonto plantar

un

árbol en

un

cercado y llamarlo «mío».

Únicamente cuando uno

está libredel espí-

rituexclusivo,

puede

tener sensibilidad,

no

sólohacialana- turaleza, sino hacialos seres

humanos

y hacialos retos ince- santesdelavida.

(9)

NUEVA DELHI,

14 DE NOVIEMBRE DE 1948

Vemos

en el

mundo

que nos rodeaconfusión, desdicha y deseos en conflicto; al darse cuenta de este caos mundial, casitodaslaspersonasreflexivasyserias

-no

las quepracti- can el.juego de la simulación, sino las que se interesan de verdad- verán naturalmente laimportancia de considerarel

problema

delaacción.Están laacciónde

masas y

laacción

individual; y la acción de

masas

se ha vuelto

una

abstrac- ción,

un

escape conveniente paraelindividuo.

Al

pensar que este caos, esta desdicha, este desastreque estámanifestán- dose constantemente,

puede

de algún

modo

sertransforma-

do

o puestoen orden por

una

acciónde masas, elindividuo se vuelve irresponsable.

La masa

es, ciertamente,

una

enti-

dad

ficticia; la

masa somos

ustedes y yo. Sólo

cuando

uste- des y yo

no comprendemos

nuestra relación con la acción verdadera, nos inclinamoshacialaabstracciónllamada «la

masa»;

en consecuencia, nos

volvemos

irresponsables en nuestra acción. Paralareforma en laacción

acudimos

a

un

lídero a

una

acción organizada, colectiva que, nuevamente, es

una

acción de masas.

Cuando acudimos

a un líder para

que

dirija la acción, invariablemente

escogemos

a

una

per- sona que, según pensamos, nos ayudará a superar nuestros propiosproblemas,nuestrapropiadesdicha. Pero, acausa de que

escogemos

allíderdesdenuestra confusión,ellídermis-

(10)

NuevaDelhi, 14elenoviembre de1948

rno está también confuso.

No

elegimos a un líderdiferente de nosotros;

no podemos.

Sólo

podemos

elegir a un líder que,

como

nosotros,estáconfundido; porlotanto,tales líde- res, tales guías y los así llamados gurúes espirituales, nos conducen invariablemente a

más

confusión, a una desdicha mayor. Puesto

que

lo que elegimos tiene

que

provenir de nuestra propia confusión,

cuando

seguimos a

un

líder sólo estamos siguiendo nuestrapropia proyección confusa. Por

lo tanto,

aunque

unaacciónsemejante

pueda

producirun re-

sultado inmediato, invariablemente

conduce

a un desastre ulterior.

Vemos,

pues,

que

la acción de masas, si bien es útil en ciertos casos, porfuerza tieneque conducir al desastre, ala confusión, y genera irresponsabilidad porparte del indivi- duo;

vemos asimismo

que seguir a un líder también tiene que incrementar la confusión.

No

obstante, tenemos que vi- vir. Vivires actuar; ser es estar relacionado.

No

hay acción sinrelación, y

no podemos

viviren el aislamiento.

No

exis-

te talcosa

como

el aislamiento;lavidaesactuar yestarrela- cionados. Porconsiguiente, para

comprender

cuál es la ac- ciónque

no

creacada vez

más

desdicha,

más

confusión, te-

nemos

que

comprendernos

a nosotros

mismos, con

todas nuestras contradicciones, contodos nuestros elementos an- tagónicos y nuestras múltiples facetas constantemente en

pugna

lasunas

con

las otras.Hastaque nos

comprendamos

a nosotros

mismos,

la acción

debe

inevitablemente llevar a crecientesconflictosydesdichas.

Nuestroproblema,entonces, es actuarcon comprensión, y esa

comprensión

sólo

puede

originarseenelconocimiento propio.

Después

de todo, el

mundo

es laproyección de

mismo. El

mundo

esloque

yo

soy;el

mundo no

esdiferen- tedemí,

no

es loopuesto aloquesoy. El

mundo

y

yo no

so-

mos

entidades separadas.

La

sociedad soy yo;

no hay

dos procesosdiferentes.El

mundo

es

mi

propia extensión,

y

para

comprender

el

mundo

tengoque

comprenderme

a

mí mismo.

(11)

Sobrelanaturaleza y elmedio

El individuo

no

eslo opuesto alamasa, alasociedad, por-

que

lasociedades elindividuo.

La

sociedad es larelación entre usted y

yo

yotro.

Hay

oposición entreelindividuo y la sociedadsólo

cuando

el individuo se vuelve irresponsa- ble. Porlo tanto,estamosante

un

gran problema.

Cada

país, cadagrupo,cada persona se estáenfrentando

con una

crisis extraordinaria.

¿Qué

relación tenemos, ustedes y yo, con esacrisisy

cómo hemos

deactuar?

¿Dónde comenzaremos,

afinde producir

una

transformación?

Como

dije, siacudi-

mos

alamasa,

no hay

salida, porquela

masa

implica

un

lí-

der,yla

masa

es siempre explotada porelpolítico, elsacer- doteyelexperto.

Y

puesto

que

ustedesy

yo componemos

la

masa,

tenemos

que asumirlaresponsabilidadconrespecto a nuestra acción, o sea

que tenemos que comprender

nuestra propia naturaleza,

tenemos que comprendernos

a nosotros

mismos. Comprendernos

anosotros

mismos no

es apartar- nos del

mundo,

porqueel apartarnos implica aislamiento, y no

podemos

viviren el aislamiento. Porlo tanto,

hemos

de

comprender

la acción enlarelación, yello

depende

de

que

nos percatemos claramente de nuestra propia naturaleza conflictiva y contradictoria. Pienso que es tonto imaginar

un

estadoenel

que

reinalapaz y

con

elcual

podamos

con-

tar. Sólo

puede

haber

paz y

tranquilidad

cuando compren- demos

nuestrapropia naturaleza y

no hacemos

presuposi- ciones

con

respecto a

un

estado

que no conocemos. Puede que haya un

estado de paz, pero es inútil especular mera-

mente

sobreél.

A

findeactuar rectamente, tieneque haber

un

rectopen- sar; para pensar rectamente, tiene

que

haber conocimiento propio; yelconocimientopropio sólo

puede

tener existencia a través de la relación, no del aislamiento. El rectopensar surgede la

comprensión

de nosotros

mismos, y

en ese recto pensarseoriginalarecta acción.

La

rectaacciónes la

que

se revela

cuando

nos

comprendemos

a nosotros

mismos, no

una

parte sino el contenido total de nosotros

mismos,

de

(12)

NuevaDelhi, 14 denoviembrede1948

nuestras naturalezas contradictorias, de lodo ío que somos.

Cuando

nos

comprendemos

anosotros

mismos

hayrecta ac- cíón,ydesdeesa acción surgeel estado defelicidad.

Después

de todo, es felicidad lo que queremos, lo cual casi todos

buscamos

dediversas formas,mediantemúltiples escapes: losescapes delaactividad social,del

mundo

buro- crático, del entretenimiento, del culto y de la repeticiónde frases, del sexo y de otros innumerables escapes. Pero ve-

mos

que estosescapes no traen felicidadduradera, que sólo producen unalivio

momentáneo. Fundamentalmente no

hay nada verdadero en ellos, no hay deleite perdurable. Pienso queese deleite, eseéxtasis,ese verdaderojúbilo del ser crea- tivo loencontraremos solamente al

comprendernos

a noso-

tros mismos. Esta

comprensión no

es fácil, necesita cierto estado de alerta, cierta percepción sensible.

Ese

estado de

alerta, depercepciónsensible,sólopuedetenerlugar

cuando

no

condenamos, cuando

nojustificamos, porque en el

mo- mento

en que hay justificación o condena,

ponemos

fin al

proceso decomprensión.

Cuando condenamos

aalguien, de- jamosde

comprender

aesa persona,y

cuando

nosidentifica-

mos

con esa persona,

nuevamente dejamos

de comprender-

la. Igual ocurre con nosotros mismos. Observar, estarpasi-

vamente

alerta a lo que somos, es

sumamente

difícil, pero desde esa pasiva percepción alertasurge una comprensión, una transformación de«lo quees». Sóloesa transformación abrelapuerta alarealidad.

Nuestro problema,entonces, eslaacción, lacomprensión yla felicidad.

No

hay

fundamento

paraun verdaderopensar, a

menos que

nos

conozcamos

a nosotros

mismos.

.Sin cono-

cerme

a

mí mismo,

no tengo base para pensar rectamente, sólo

puedo

vivirenunestadode contradicción, corno ocurre con la

mayoría

de nosotros. Para producir una transforma- ciónenel

mundo,

queesel

mundo

de mi relación,tengoque

empezar conmigo mismo.

Ustedes podrándecir: «Producir una transformación enel

mundo

llevará untiempo infinita-

(13)

Sobrelanaturalezayelmedio

mente

largo». Si estamos buscando resultados inmediatos,

pensaremos

naturalmente que ello exigirá

demasiado

tiem- po.

Son

los políticos los que

prometen

resultados inmedia-

tos,pero

me temo

queparael

hombre

que buscala verdad

no

hay un resultado inmediato.

Es

laverdadlaque transforma, no laacciónenloinmediato;essóloeldescubrimiento dela

verdad por cada

uno

de nosotros, loque traerápaz yfelici-

dad

al

mundo.

Vivirenel

mundo

y,sinembargo,

no

pertene- cei al

mundo,

ése es nuestroproblema; yes

un problema

al

que debemos

dedicarnos

muy

seriamente,porque

no

pode-

mos

retirarnos del

mundo, no podemos

renunciar aélsino que

tenemos que comprendemos

a nosotros

mismos. La comprensión

propia es el principio de la sabiduría.

Com-

prendernos a nosotros

mismos

es

comprender

nuestrarela- ciónconlascosas,

con

lagentey conlas ideas. Mientras

no comprendamos

laplenasignificaciónyelsentidodenuestra relaciónconlascosas,conlagentey conlasideas,laacción

-que

es relación- generará inevitablemente conflicto ylu- cha.Porlo tanto,

un hombre

verdaderamenteserio tieneque

comenzar

consigo

mismo; ha

de estarpasivamenteatento a todos suspensamientos ysentimientos, atodas sus acciones.

Otravez,

tampoco

esto es

una

cuestióndetiempo;

no

hay un

finalparaelconocimientopropio. Elconocimientopropio es sólodeinstanteeninstante;porlotanto,es

una

felicidad cre- ativadeinstanteeninstante.

Cuando

abordolaspreguntasde ustedes,porfavor,

no

es- peren unarespuesta;porqueustedes y yo

vamos

aconsiderar el

problema

juntos y encontraremos larespuestaen el pro-

blema mismo.

Si tan sólo esperan

una

respuesta,

me temo que

quedarán decepcionados.

La

vida

no

tiene «sí» y

«no»

categóricos,

aunque

eso es lo

que

nos gustaría.

La

vida es

más

compleja

que

eso,

más

sutil.

De modo que

paraencon-

trar la respuesta

debemos

estudiarelproblema,locual im- plicaque

debemos

tenerlapaciencia ylainteligenciareque- ridasparainvestigarlo.

(14)

NuevaDelhi, 14 denoviembre de 1948

Interlocutor:

¿Que

lugar tiene, en la sociedad moderna, la religiónorganizada?

Krishnamurti:

Veamos

qué

entendemos

porreligión y qué

entendemos

por sociedad

moderna. ¿Qué

es lo

que

enten-

demos

porreligión?

¿Qué

significa la religión para usted?

Significa un conjunto decreencias, ¿noes cierto?;rituales,

dogmas,

muchas

supersticiones, puja, repetición de pala- bras, esperanzas vagas

no

satisfechas, frustradas, la lectura deciertoslibros, el seguimientode gurúes, laasistenciaoca- sional al templo, etc. Ciertamente, todo eso es la religión parala mayoría de nuestragente. ¿Pero esreligióneso?¿Es

la religión una costumbre, un hábito, una tradición?

No

hay duda de que la religión es algo

que

está

mucho más

alláde todoeso. ¿verdad?

La

religión implicala

búsqueda

dela re- alidad, locual nadatienequeverenabsolutocon lacreencia organizada, conlostemplos,

dogmas

o rituales;

no

obstante, nuestro pensar,el tejido

mismo

denuestro ser,estáenreda- do, atrapado en lascreencias, en lassupersticiones y demás.

Obviamente, el

hombre moderno no

es religioso;en conse- cuencia, su sociedadnoesunasociedad cuerda,equilibrada.

Podemos

seguirciertasdoctrinas, venerar ciertaspinturas o crearuna nueva religión delEstado,peroesobvioque todas estas cosas no son religión. Dije

que

la religión es la bús- queda delarealidad,pero esa realidades desconocida;no es la realidad delos libros, no es laexperienciade otros. Para que

podamos

encontrar esarealidad, descubrirla, invitarla, lo

conocidodebecesar;el significadodetodaslastradicionesy creencias debe ser examinado,

comprendido

y descartado.

Para esto

no

tiene sentido la repetición de rituales. Por lo tanto, es evidente que un

hombre

religioso no pertenece a ningunareligión, aningunaorganización;

no

eshindúni

mu-

sulmán;

no

perteneceaningunaclasesocial.

Ahora

bien, ¿qué es el

mundo moderno?

El

mundo mo-

derno está

compuesto

de tónica y eficienciaen organizacio-

(15)

Sobrelanaturalezayelmedio

nesde masas.

Hay un

avanceextraordinarioenlatecnología y

una

distribucióninadecuadadelas necesidadesdelas

ma-

yorías; los

medios

deproducciónsehallanen

manos

deunos pocos.

Las

nacionalidades están en conflicto y constante-

mente

se reiteran lasguerras a causade los gobiernos sobe- ranos ydemás.

Ése

esel

mundo

moderno, ¿noes así?

Hay un

avance técnico sin

un

avanceequivalente enla psicológico

vital, yasíseorigina

un

estadodedesequilibrio;

tenemos

lo- groscientíficosextraordinariosy,alpropio tiempo,desdicha

humana,

corazones vacíos y mentes desprovistasde signifi- cación.

Muchas

delas técnicasque

hemos

aprendidotienen queverconlaconstruccióndeaviones paramatarnos

unos

a otrosycosasasí.Ésees, entonces, el

mundo

moderno,y ese

mundo

es

uno mismo.

El

mundo no

es diferente de uno.

Nuestro

mundo, que somos

cada

uno

de nosotros, es

un mundo

que

ha

cultivadoelintelectoy

ha

vaciado elcorazón.

Simirandentrodeustedes,verán

que

sonelproducto

mismo

de la civilizaciónmoderna.

Saben cómo

hacer

unos

cuantos trucos, trucos técnicos, físicos, pero

no

son seres

humanos

creativos.

Engendran

hijos,pero esono es creativo.Parapo- der crear

uno

necesitaposeer

una

extraordinaria riquezain- terna,

y

esa riqueza solamente

puede

surgir

cuando com- prendemos

la verdad,

cuando somos

capaces de recibir la verdad.

Así,lareligiónorganizada yel

mundo moderno marchan

juntos;

ambos

cultivan el corazón vacío, y ésa es la parte desdichada denuestraexistencia.

Somos

superficiales,inte- lectualmentebrillantes,capaces de grandesinvenciones yde producirlos

medios más

destructivospara liquidamos unos aotrosypara crear

más

y

más

división entrelos seres

huma-

nos. Pero

no sabemos

qué significa amar;

no tenemos una

canción en nuestros corazones.

Tocamos

música, escucha-

mos

laradio,peroelcantoestáausente,porquenuestros co- razones sehallanvacíos.

Hemos

creado

un mundo

absoluta-

mente

confuso, desdichado, y nuestras relacionesson ende-

(16)

NuevaDelhi, 14de noviembre de 1948

bles, superficiales. Sí,lareligiónorganizada yel

mundo mo-

derno

marchan

juntos,porque

ambos

nos

conducen

alacon- fusión,yestaconfusióndelareligiónorganizadaydel

mun-

do

moderno

es el resultado de nosotros

mismos. Son

nues-

traspropias expresiones, proyectadas.Porlo tanto,no puede haber transformación enel

mundo

exterior a

menos

que haya unatransformación

muy

profundadentrode cada

uno

de no- sotros; generar esta transformación no es

problema

de ex- pertos, deespecialistas,delíderesode sacerdotes.

Es

elpro- blema de cada

uno

de nosotros. Si lo

dejamos

en

manos

de otros, nos

volvemos

irresponsables; por lo tanto, nuestros corazones

quedan

vacíos.

Un

corazón vacío con una

mente

técnica no es un ser

humano

creativo, y acausa de que he-

mos

perdido el estado creativo,

hemos

producido un

mundo

totalmente desdichado, confuso, desgarrado porlasguerras y por lasdiferenciasraciales y de clase. Es responsabilidad nuestra dar origen a

una

transformación radical dentro de nosotros

mismos.

(17)

DE «DE LA OSCURIDAD A LA LUZ»

¡Escucha!

La

Vidaesuna.

No

tiene

comienzo

nifinal.

El origenyel propósitoviven entu corazón.

Estás preso

enlaoscuridad de su vasto abismo.

La

Vidacarecedecredos, decreencias,

no

pertenece aningunanación, aningúnsantuario.

No

estáatadaporelnacimientoniporlamuerte.

No

esvarónni mujer.

¿Puedes acaso«vestirlasaguas»

o

«recogerelvientoen tus

puños»?

Responde, ¡oh, amigo!

Bebe

enlafuentedelaVida.

Ven,

temostraréelcamino.

El

manto

delaVidacubre todaslascosas.

(18)

del «DIARIO II»

|jl§E KRISHNAMURTI,

6 DE ABRIL DE 1975

No

esese extraordinario azuldel Mediterráneo; elPacífi- cotiene unazuletéreo, especialmente

cuando

sopla

una

bri- sasuave desdeeloeste mientras

uno conduce

elcochehacia

el norte por la carreterade la costa. ¡Es un azul tan tierno, tandeslumbrante,puroypleno dejúbilo!

En

ocasiones, pue- denverse lasballenasresoplando ensu viajehaciaelnortey, raramente, sedivisan sus

enormes

cabezas

cuando

se lanzan fuera delagua. 1labiatodoun grupo deellas resoplando; de- ben seranimales

muy

poderosos. Esedía, el

mar

era unlago silencioso y

completamente

inmóvil, sin una sola onda.

No

tenía ese claro azul danzante, estaba

dormido

y uno lo con- templaba con asombro.

Ea

casateníavista al mar. |Éstaesla

casa

donde

estuvo

hospedado

en Malibú.] Es una casaher-

mosa

con un tranquilojardín, césped verde y flores.

Es

es- paciosa y está iluminada por el sol de California.

También

lasliebres gustaban de ella; venían temprano porla madru- gada y al anochecer para

comerse

las flores: pensamientos recién plantados, caléndulas y pequeñas plantitas en flora- ción.

Uno

no podía mantenerlas fuerapese a

que

rodeando todoeljardín habíaunacercadealambre, y matarlas hubie- rasidouncrimen. Pero ungato y una lechuza bodeguerapu-

(19)

Sobrelanaturaleza yelmedio

sieronordenen eljardín; elgato

deambulaba

porahí

y

la le- chuzaseposabaduranteeldíaentreloscorpulentos eucalip- tos.

Uno

podíaverla,inmóvil, losojos cerrados,grandeyre-

donda. Lasliebresdesaparecieron yeljardínfloreció;elPa- cífico azulfluíasuavemente.

Sólo el

hombre

trae desordenaluniverso.

Es

cruely ex-

tremadamente

violento.

Dondequiera

que se encuentrepro- duce desdichay confusiónen

mismo

y enel

mundo

quele rodea.

Lo

devasta y destruyetodo; no conocelacompasión.

Carece de orden internamentey,poreso, loquetocasevuel- vecorrupto

y

caótico.

Su

política

ha

llegado a ser

un

refina-

do

gangsterismo de poder, de fraude personal o nacional,

con un

grupo contraotrogrupo.

Su economía

esrestringida y,por lotanto,

no

es universal.

Su

sociedades inmoral,tan- tobajo

un régimen

libre

como

tiránico.

No

esreligioso,aun- que tengacreencias, practiquecultos y pase por intermina- bles rituales sin sentido. ¿Por qué se ha vuelto así, cruel, irresponsableytan

completamente

egoísta? ¿Por qué?

Hay un

centenardeexplicaciones, y aquellos que loexplicanin-

geniosamentecon palabras

que

brotan del conocimiento de

muchos

libros yde experimentos sobre animales están ellos

mismos

atrapados enlareddelaambición, laarrogancia,la angustiayeldolor

humanos. La

descripción

no

es lo descri- to, lapalabra

no

es lacosa. ¿Ocurre ello porque el

hombre

buscalascausasenlo externo,enel

medio

quelocondicio- na, esperando

que

el

cambio

exteriortransforme al

hombre

interno?¿Esporque se hallatan

apegado

a sussentidos, do-

minado

por sus requerimientos inmediatos? ¿Es debido a que vivetanenteramenteen el

movimiento

del pensar y del conocer? ¿Esporque,siendo tanromántico

y

sentimental,se vuelvecruelensusideales, engaños

y

pretensiones?

¿O

por- que siempre es conducido

como

seguidor

o

se convierteen

líder, en gurú?

Estadivisión

como

loexterno ylo

intemo

esel

comienzo

de suconflictoy su desdicha; el

hombre

seencuentrapreso

(20)

Del«DiarioII»deKrishnamurti, 6 deabrilde 1975

enesta contradicción, enesta tradición sempiterna. Atrapa- do enesta división insensata, estáperdido y se convierte en un esclavodeotros.

Lo

externo y lointerno son imaginación e invención del pensamiento;

como

el pensamiento es frag- mentario, contribuyeal desorden yal conflicto, locual im- plica división. El pensamiento no

puede

producir orden, un

fluirsinesfuerzodela virtud.

La

virtud

no

eslacontinuare- peticióndelamemoria, delapráctica. Elconocimiento-pen- samientoestáatado altiempo. Porsu

misma

naturaleza yes- tructura,el pensamiento no puedecaptare!fluir íntegrodela vida

como

un

movimiento

total. El pensamiento-conoci- miento no

puede

penetrar inteligentemente en esta totalidad;

no puede percibirlaen

modo

alguno mientras sigasiendo el percibidor, el observadorexternoque mira hacia lo interno.

El pensamiento-conocimiento

no

tiene cabidaen la percep- ción. Elpensadores elpensamiento, elpercibidores lo per- cibido. Sólo entonces hay

un

movimiento, un fluir sin es- fuerzoalguno en nuestravidacotidiana.

(21)

NUEVA DELHI,

28 DE NOVIEMBRE DE 1948

Me

parece importante

comprender que

un conflicto de cualquier clase

no produce un

pensar creativo.

Mientras no comprendamos

elconflicto, lanaturaleza del conflicto y

con qué estamos

en conflicto, es

completamente

inútil el

mero

luchar

con un problema

o

con un

trasfondo o

am-

biente

en

particular.

Así como

todaslas guerras crean de- terioro y

producen

inevitablemente

más

guerras,

más

des- dicha,

también

la lucha

con

el conflicto

conduce

a

más

confusión.

De

ese

modo,

nuestro conflicto interno, alpro- yectarse externamente, creaconfusiónenel

mundo.

Porlo tanto esnecesario, ¿verdad?,

comprender

elconflicto y ver

que

elconflicto, decualquier claseque sea,

no produce un

pensarcreativo,

no da

origena seres

humanos

cuerdos,ra- zonables.

No

obstante, toda nuestravida segasta enlalu- cha,

y pensamos que

esa luchaes

una

partenecesariade la existencia.

Hay

conflicto

con uno mismo

y

con

el medio, siendo el

medio

la sociedad, la cual, a su vez, es nuestra relación

con

la gente,

con

las cosas y

con

las ideas. Esta lucha se considerainevitable, y

pensamos que

es esencial para el proceso de la existencia.

Y

bien, ¿es así? ¿Existe

algún

modo

de vivir

que

excluyalalucha, enel cual

haya una

posibilidad de

comprensión

sin elhabitual conflicto?

No

si

han

advertido

que

cuanto

más

luchan

con un

pro-

(22)

NuevaDelhi, 28 de noviembre deJ9J8

blema psicológico,

más

confusos y enredados quedan, y que sólo

cuando hay

cesaciónde la lucha, de todo el pro ceso del pensamiento, llega la comprensión.

Tendremos

que investigar, entonces, si el conflicto es esencial y si es beneficioso.

Ahora

bien, estamos hablando acerca del conflicto en nosotros

mismos

y del conflicto con el

medio que

nos ro- dea.El

medio

es loque

uno

esen lointerno:

uno

yel

medio

no sondosprocesosdiferentes;

uno

esel

medio

yel

medio

es

uno

mismo,

locual esun

hecho

obvio.

Uno

naceen un gru- poparticularde gente,ya sea enlaIndia, enAmérica, Rusia o Inglaterra, y esc

mismo medio

con sus influencias de cli-

ma, tradición, costumbres sociales y religiosas, le crea a uno. y

uno

es ese medio. Raradescubrirsi existe algo

más

que el

mero

resultado del medio,

tenemos

que estar libres del medio, libresdesucondicionamiento.

Eso

es obvio,¿no es así? Si

miran

con

mucha

atención dentro de

mismos,

verán que, habiendo nacido eneste país, son ustedes climá-

tica. social, religiosa y

económicamente,

el producto o re- sultado del

mismo. O

sea, que están condicionados. Para descubrirsi hay algo más, algo

más

grandeque el

mero

re- sultado de una condición, uno tiene

que

estar libre de esa condición.

Estando

condicionado

no

tiene sentido pregun

tarse si existe algo más, algo

más

grande que el

mero

pro- ductodelmedio.

Obviamente tenemos que

estar libresde lo

que nos condiciona, del medio, y sólo entonces

podremos

descubrir si existe algo más. Afirmar que existe o

que

no existealgo más,es ciertamente una

manera

errónea de pen-

sar. linotieneque descubrir, y para descubrir tiene

que

ex- perimentar.

* >Ji

Al considerar,pues,estascuestiones, porfavor,tengamos presenteque estamos

emprendiendo

un viajejuntos a finde

(23)

Sobrelanaturaleza yelmedio

descubrir cosas juntos; por lotanto, noexiste el riesgodela

relación «discípulo y maestro».Ustedes

no

están aquí

como

espectadores para

mirarme

actuar;

uno

y otros estamos ac- tuando; por consiguiente, ninguno de nosotros está explo- tandoalotro.

(24)

VARANASI, 22 DE NOVIEMBRE SUS® 1964

Sii|IÍ;

P

Si

uno

no estáen

comunión

con nada,es

un

ser

humano

murrio. Tenemos,

que

estaren

comunión con

el río, con los pájaros,conlosárboles,

con

laextraordinarialuz del atarde- cer,conlaluzdela

mañana

sobreelagua;

tenemos

queestar

comunión

connuestro vecino,

con

nuestraesposao nues-

troesposo,

con

nuestroshijos. Por

comunión

entiendo la

no

interferencia del pasado, de

manera

que

podamos

mirarlo todo

como

sifueranuevo,

como

si loviéramos por vez pri-

mera: ése eselúnico

modo

deestaren

comunión

con algo, muriendoatodo lode ayer. ¿Es posibleeso?

Uno

tiene que descubrirlo,

no

preguntar:

«¿cómo

he dehacerlo?», ¡es

una

i|||;preguntatan tonta!

La

gentesiemprepregunta:

«¿cómo

tengo

|ll:«que haceresto?», lo cual demuestrasu mentalidad; no

han

vcomprendido, loúnicoque deseaneslograr

un

resultado.

De modo que

lespreguntosialguna vezestánen contacto

alo°- s* alguna vez están en contacto consigo

mismos;

nocon el

yo

superior yel

yo

inferiory todaslas innumera- blesdivisiones

que

el

hombre ha

creadoparaescapardel he- cho.

Y

eso tienen

que

descubrirloustedes,

no

esperar

que

al-

guien les diga

cómo

llegar a esta acción total.

No hay

un

«cómo»,

no

hay

método,

no

haysistema;nadie

puede

decir- les

cómo

hacerlo. Ustedes tienen

que

trabajar paraello.

Lo

siento,

no

quiero usar esapalabra, trabajar, alagentelegus

(25)

Sobrelanaturaleza yelmedio

tatrabajar,ésa es unade nuestras fantasías: que

debemos

tra-

bajar para lograralgo.

No

es así;

cuando

sebailanen

un

es-

tadode comunión,

no

hay

un

trabajar, esoestáahí, elperfu-

me

estáahí, noesnecesariotrabajar.

Porlo tanto,pregúntensea

mismos,

si

me

permitenque se lo pida,descubran porustedes

mismos

si están en

comu-

nión con algo-siestánen

comunión

con un árbol. ¿Alguna vez

han

estado en

comunión

con

un

árbol?

¿Saben

lo que significamirar

un

árbol sin que ningún pensamiento, ningún recuerdointerfieraenlaobservación, conloquesienten,cor lasensibilidadyelestado nervioso deatención que experi- mentan, de

modo

talque sóloexistaelárbol,

no

alguienque está

mirando

el árbol?Probablemente

nunca

han

hecho

esto,

porquepara ustedesel árbolno significanada.

La

bellezade

un

árbol

no

tiene significación alguna, porque paraustedes labellezaimplicasexualidad.Poresohanexcluidoelárbol,la naturaleza,elríoy alagente.

No

estánencontactoconnada, ni siquiera

con

ustedes

mismos.

Están

en

contacto

con

sus propiasideas,consus propiaspalabras,

como

seres

humanos

encontactoconcenizas.

¿Saben

qué ocurre

cuando

están en contacto

con

cenizas?Están muertos, se

han

extinguido.

Por consiguiente, loprimero quehay

que comprender

es que tenemos quedescubrir cuáles laaccióntotalque

no

crea- rácontradicción enningúnnivel denuestraexistencia; des- cubrir

qué

esestaren comunión, en

comunión con

nosotros

mismos, no con

el

yo

superior, no

con

elatman, con Dios y todoeso,sinoestarrealmenteencontactoconnosotros mis- mos, connuestracodicia,nuestraenvidia,nuestraambición, nuestrabrutalidad, nuestros engaños,yentonces

movernos

a partir de ahí. Así descubriremos por nosotros

mismos

-lo descubriremos,

no

noslo dirán,locual

no

tienesentido-que sólo existe

una

acción total

cuando hay un

silenciocomple- todela

mente

ylaacción surgedeese silencio.

Ustedessaben,en cuantoala

mayoría

denosotros,quela

mente

es ruidosa, está perpetuamente charlando consigo

(26)

Varanasi, 22 de noviembre de

1%

4

misma,

sumida

en soliloquios oparloteos acerca dealguna cosa, tratando de hablarse a

misma,

de convencerse de algo; estásiempre moviéndose, haciendo ruido.

Y

desdeese ruido actuamos. Cualquieracción

que

nazca del ruido pro- duce

más

ruido,

más

confusión. Pero si han observado y aprendido lo que significa comunicarse, la dificultad de la comunicación,la no verbalizaciónde la mente

-que

esesolo que se

comunica

y recibe lacomunicación-, entonces,

como

lavidaes un movimiento, al actuarse

moverán

ustedes na- turalmente, libremente, con facilidadysin esfuerzo alguno, hacia eseestadodecomunión.

Y

en ese estadode

comunión

-si investigan

más

afondo-encontraránque nosólo están en

comunión

con la naturaleza, conel

mundo,

con todocuanto

lesrodea, sinotambién en

comunión

consigo mismos.

Estaren

comunión

con

uno mismo

implica silencio

com-

pleto, de

modo

quelamente

pueda

estaren

comunión

silen- ciosa consigo

misma

acerca de todo.

Y

desde ahí existeuna acción total. Sólo graciasa ese vacío hay una acción total y creativa.

(27)

VARANASI, 28 DE NOVIEMBRE DE 1964

Según

recientesdescubrimientos delos antropólogos, el

hombre

parecehaber estado viviendoen estatierradurante unos dosmillonesdeaños.

Ha

dejadoencuevas,desde hace alrededordediecisietemil años,registrosdeluchas,

comba-

tes,del interminable dolor delaexistencia: labatalla entreel bien y el mal, entre la brutalidad y aquello

que

el

hombre

busca eternamente: el amor. Y, alparecer, el

hombre no

ha resuelto susproblemas;

no

problemas matemáticosni cientí- ficos ni de ingeniería, sino los

problemas

de la relación:

cómo

vivirpacíficamente eneste

mundo, cómo

estarenínti-

mo

contactoconlanaturalezayverlabellezade

un

pájaroo de

una rama

desnuda.

Descendiendo

a los tiempos

modernos,

nuestros proble- mas, los

problemas humanos, aumentan

cada vez más; tra-

tamos

de resolver estos

problemas

de acuerdo

con

ciertos patronesde moralidad, de conducta y segúndiversos

com- promisos que hemos asumido

mentalmente.

Conforme

a nuestros

compromisos,

a los patrones de conducta, a fór-

mulas y

sancionesreligiosas, tratamos deresolver nuestros problemas, nuestras angustias, nuestra desesperación, nuestra inconstancia ylas contradicciones de nuestras vi- das.

Adoptamos

cierta actitud

como

comunistas, socialis- tas,esto oaquello; y desde esaactitud, desde esaplatafor-

(28)

Varanasi, 28denoviembre de.1964

mfu por decirlo así, tratamos de resolver nuestros proble-

mas

poco apoco,

uno

tras otro. Estoes loque

hacemos

en nuestras vidas.

Uno

puede ser

un

grancientífico, pero ese

mismo

científi-

ca

en su laboratorio, esporcompletodiferentedel científico enel hogar;ésteesnacionalista, amargo, iracundo, envidio- so,compite consus colegascientíficospor

un renombre ma-

yor,por

una mayor

popularidad y por

más

dinero.

No

se in- teresaen absolutoporlos

problemas humanos;

estáintere- sadoeneldescubrimiento dedistintasformas delamateria yenlaverdad de todo eso.

V Y

nosotros, siendo seres

humanos

corrientes,

no

exper-

tos, noespecialistas en

una rama

particular delconocimien-

to. también estamos

comprometidos con

cierto patrón de conducta, con ciertos conceptosreligiosos o con el

veneno

nacionalista, y desde esabase nos esforzamos porresolver

¡josproblemas

que aumentan

y se multiplicanpermanente-

rnente.

¿Saben?, elhablaryelleer

no

terminan nunca.

Podemos

amontonarpalabras sobrepalabras, y laexpresiónverbal, la belleza dellenguaje, lasensatezofaltadelógicadelo

que

se dice, nos persuade o nosdisuade. Pero loimportante

no

es acumularpalabras, escucharconferencias ydiscursos, leer, sino resolver el

problema

-el

problema humano,

nuestro problema-,

no poco

a poco,

no

a

medida

quesurge,no según

lascircunstancias, las presionesy tensiones de laexistencia moderna, sino a partirde una actividad por completo dife- rente. Estánlos problemas

humanos

de lacodicia, de laen- vidia, del carácter

embotado

de lamente, del corazón dolo- rido,de laespantosa insensibilidad del hombre, dela bruta- lidad y la violencia, de la desesperación y la angustia humanas.

Y

durantelosdos millonesde años que

hemos

vi- vido,

hemos

tratadoderesolverestosproblemas valiéndonos de diferentes fórmulas, sistemas y métodos, con diferentes gurúes, con distintas

maneras

de mirar, de averiguar, de

(29)

Sobrelanaturalezayelmedio

cuestionarlas cosas.

No

obstante, estamos

donde

estamos, presasdeesteinterminableprocesodeangustia y confusión, dedesesperacóninfinita.

¿Existe

una manera

de resolver los problemas entera- mente, completamente, de

modo que nunca

surjan?

Y

si aun asísurgen,

¿podemos

abordarlos instantáneamente yresol- verlos, disiparlos, eliminarlos?

¿Hay una manera

totaldevi- vir

donde

losproblemasno

puedan

arraigar?

¿Hay un modo

de vivir

-no

elpatrónde

un modo,

de

un

método, de

un

sis-

tema, sino

un modo

total devivir- enel que

no

surjan pro- blemas en ningún

momento,

ysisurgen

puedan

ser resueltos instantáneamente?

Una mente que

arrastra la carga de los

problemas se vuelve torpe, pesada, estúpida.

No

si han observado supropia

mente

ylas mentes de sus esposas,es-

posos yvecinos.

Cuando

la

mente

tiene problemas de cual- quierclase,esos

mismos

problemas

-aun

losproblemas

ma-

temáticos, por complejos, arduos, fascinantes, intelectuales

que

sean-

embotan

la mente. Entiendo por la palabra pro-

blema una

cuestióndifícil,

una

relación difícil,

un

puntodi- fícil que

permanece

sinresolversey quearrastramos díatras día. Por esonos

preguntamos

siexiste una

manera

de vivir,

un

estadodela

mente

que, acausade que

comprendemos

la totalidad delaexistencia, notieneproblemas

y

que, cuando aun asísurge

un

problema,la

mente puede

resolverloinme- diatamente.

Porque

en el

momento

en

que un problema

es diferido

un

solodía, aun

un

minuto,

embota

lamente,la tor-

na

pesaday laprivadelasensibilidadnecesaria paramirar, para observar.

¿Existe

una

acción total,

un

estado de la

mente que

re- suelva todo

problema

apenas surge

y

que

no

albergue pro-

blema

algunoen

mismo,

aningunaprofundidad, nicons- ciente niinconsciente?

No

sialguna vezse

han

planteado estapregunta.Probablementeno,porquecasitodos nosotros estamostansumergidos enlosproblemascotidianos,tanab- sorbidos por ellos

-ganándonos

la subsistencia y respon-

(30)

Varanasi, 28 denoviembre,de 1964

dicndo a ios requerimientos de una.sociedad

que

psicológi- camenteconstruyeunaestructuradeambición, codicia, afán adquisitivo-, que

no tenemos

tiempo parainquirir. Esta

ma-

ñana

vamos

a investigar esto, y de ustedes

depende

ia pro fundidada la que investiguen, el nivel de seriedad con que exijanlainvestigación y laclaridade intensidaddelaobser- vaciónque realicen.

Al parecer,

hemos

vivido durantedos millonesde años,

¡unaidea terrible!

Y

probablemente, tal

como

sonlos seres humanos, viviremosotrosdos millonesde años atrapados en

eldolordela existencia. ¿Existe una manera, algoque pue- da liberar ai

hombre

de esto enteramente, de

modo que

no viva

m

siquiera un segundo en la angustia, que no invente unafilosofíaquele satisfagaen suangustia,que notengauna fórmula para aplicar a todos los problemas que surgen, in-

crementandoasíesosproblemas? ¡Existe!

Hay un

estado de

lamente que

puede

resolverlos problemas inmediatamente;

por lotanto, la

mente misma

no tiene

problema

alguno, ni conscienteni inconsciente.

Eso

es loque

vamos

a investigar.

Y aunque

quienles ha- blavaa usar palabraspenetrando tan lejos

como

seaposible, ustedes tienen que escuchar y

comprender

mediante la co- municación de las palabras.

Cada uno

de ustedes es

un

ser

humano, no

un individuo, porque todavía son el

mundo,

la

masa;

forman

partedeestaterrible estructuradelasociedad.

La individualidad sólo existe

cuando hay

un estado de la

menteen el

que

ésta notiene problemas, en elque se hade- sembarazado por completo delaestructura social decodicia, ambicióny espíritu adquisitivo.

Decimos que

existe un estado en el

que

la

mente puede

vivir sin

problema

alguno yenelque

puede

resolverde

ma-

nera instantánea cualquier

problema que

se presente. Uste- des tienen

que

verlo importante quees

no

diferirunproble-

ma

ni undíaoun segundo. Porque cuanto

más

retenemos un problemasinresolverlo,cuanto

más

terrenole

damos donde

(31)

Sobrelanaturalezayelmedio

pueda

echarraíces,

más

sedestruyenlamente,elcorazón,la sensibilidadnerviosa. Porlo tanto esimperativo

que

el pro-

blema

seresuelvain

m

ediatamente.

¿Es posible

-después

de haber vivido dos millones de años con losconflictos, la desdicha,elrecuerdode

muchos

ayeres-, es posible

que

la

mente

se libere a

misma

de todo esoafinde

que

sea completa, total,

no

fragmentada?

Para averiguar eso

tenemos que

investigarel tiempo, por-

que

los

problemas

yeltiempoestánestrechamenterelacio- nados.

Vamos,

pues,a investigareltiempo.

O

sea que,después de habervivido dos millones de años,

¿tenemos que

seguir viviendootrosdos millones de años eneldolor, enlaaflic- ción,

en

la ansiedad, en la perpetua lucha, en la muerte?

¿Eso

esinevitable?

La

sociedad progresa,evolucionadeese

modo:

evolucionaa travésde lasguerras, delas presiones, delabatallaentre Oriente y Occidente,delasmúltiplesdis- putas de la nacionalidad, del

Mercado Común,

de los blo- ques

que forman

este poder y aquel poder.

La

sociedad avanza, avanza, avanzalentamente, encierto

modo

dormi- da,pero avanza.

Pues

bien, talvez en dosmillonesde años lasociedadllegaráaalgunaclasedeestadoenelcuallos se- res

humanos

podrán existirsincompetirentresí,

con

amor, con bondad,

con

quietud,con un sentido exquisitodelabe- lleza. ¿Pero

debe uno

esperardos millonesde años paralle-

gara eso?

¿No debe uno

serimpaciente?Estoy

empleando

lapalabra impaciente en su sentido correcto: ser impacien-

te,

no

tenerpaciencia

con

eltiempo.

O

sea,¿no

podemos

re- solverlo todo,

no

en términos de tiempo, sino inmediata-

mente?

Piensenbien acercadeesto.

No

digan

que

esimposibleo

que

es posible.

¿Qué

eseltiempo? Estáeltiempocronológi- co, eltiempo delreloj.

Ese

tiempo, obviamente, es necesa- rio;

cuando vamos

a construirun puente

tenemos

quedispo- nerdetiempo. Perotodaotra

forma

detiempo,tal

como

«yo

(32)

Varanasi, 28denoviembre de 1964

seré», «yo haré»,

«no debo

hacerlo», no es auténtica,es tan sólo la invención de una

mente

quedice:

«Yo

haré eso». Si nohay un

mañana ~y

nolohay-, entonces toda nuestraacti- tud es diferente. Y.de hecho, noexiste

un

tiemposemejante;

cuando sentimos

hambre

o deseo sexual o ansiasdelujo,no tenemos tiempo,

queremos

esa cosa inmediatamente.

La

comprensión del tiempo es, entonces, la resolución de los problemas.

Porfavor,veanlaíntima relaciónque existeentreel pro- blema y el tiempo. Por ejemplo, hay dolor. Ustedes saben quéeseldolor;

no

el dolor supremo,sino eldolorde sentir- sesolo, eldolordeno lograrloque queremos,eldolorde no vercon claridad,el dolordelafrustración,eldolordehaber perdido a alguien a quien

amábamos,

el dolor de ver algo

muy

nítidamentedesde el punto de vista intelectual y

no

ser capaces de realizarlo. Y.

más

allá este dolor, hay

un

dolor aún

más

grande: el dolordel tiempo. Porqueesel tiempo el

que engendra el dolor. Por favor, escuchen esto.

Hemos

aceptado el tiempo,el cual esel proceso gradual dela vida, la

manera

gradual de evolucionar,el

cambio

gradual de esto aaquello,cambiar gradualmente dela ira a unestadoexento deira.

Hemos

aceptadoel procesogradual deiaevolucióny decimosque

forma

parte dela existencia, quees parte de la vida,queesel plan deDiosoel plancomunista o algúnotro plan.

Hemos

aceptado eso y vivirnos con eso,

no como

una idea sinodehecho.

Puesbien, para

ése es el

mayor

dolor: permitirque el

tiempodicteelcambio, lamutación.

¿Acaso

tengoqueespe- rardiez milaños y más, tengo

que

pasarporesta desdicha, poreste conflictoduranteotrosdiezmil años, y lentamente, gradualmente, cambiar poquito a poquito,

tomándome

mi tiempo,

avanzando muy

despacio? Aceptareso y vivirenese estadoesel

más

grande de losdolores.

* * *

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