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Los chicos de la escuela

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Academic year: 2021

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(1)

Los chicos de la escuela

Zarzuela cómica en un acto

Texto original de CARLOS ARNICHES y JOSÉ JACKSON VEYÁN Música de QUINITO VALVERDE y TOMÁS LÓPEZ TORREGROSA

PERSONAJES Y REPARTO

PERICO ...LORETO PRADO

TERESITA ...SRTA.RIPOLL

NORBERTA ...SRTA.FRANCO

BLASA ...SRA.CASTELLANOS

SEÑÁ JENARA ...SRTA.MAURI

DON SALVADOR ...SR. SOLER

DON JUAN ANTONIO ...SR.RIPOLL

ROBUSTIANO ...ENRIQUE CHICOTE

DON ULPIANO ...SR.PONZANO

MANOLO ...SR.VERA

TÍO SANTOS ...SR.DELGADO

NEMESIO ...SR.MORALES

PÉREZ ...NIÑO BARANDIARÁN

MORRETES ...SR.CASTRO

CORDERO ...NIÑO CABRÉ

CHAVEA ...NIÑA GIRÓN

MORCILLO ...NIÑO GIRÓN

.

Estrenada el 22 de diciembre de 1903 en el Teatro Moderno de Madrid.

ACTO UNICO

CUADRO PRIMERO.– Escuela de un pueblo de Castilla. Don Salvador es un humilde maestro que vive con su hija Teresa y su sobrino Perico, huérfano. En un momento que se ausenta de la clase se forma el alboroto.

TODOS Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho diez y seis.

(2)

PERICO Pa mi que nadie os echa los años que tenéis.

¡Recontra, si sois listos!

¡Rediez, lo que sabéis!

ROBUSTIANO Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis.

PERICO ¡Y quince borricos y tú, diez y seis!

ROBUSTIANO ¡A ver si sus casco!

PERICO ¡Tú qué has de pegar!

¡En pie las secciones, basta de estudiar!

Ya sabéis que muy pronto va a haber pelea,

que hay que estar preparados pa la pedrea,

y a los chicos del barrio de la Piqueta,

pues habrá que zumbarles la pandereta.

TODOS Nos parece muy propio lo que nos dices,

y alguien va a ir hacia casa sin las narices.

Yo ya estoy deseando que empiece el queso;

he traído la honda sólo por eso.

Con las hondas en la mano y sin miedo a un revolcón, si nos sueltan dos pedradas contestamos siempre ¡pon!

Y en su sitio el enemigo, y a pie firme los demás, la batalla comenzamos sin tardar.

PÉREZ A escape la pelea debemos empezar.

Los bancos por asalto tenemos que tomar.

Como no teníamos piedras, con los libros a luchar.

(3)

Tú ahí quieto, por si aparece el maestro por allá.

“¡Centinela, alerta!”

MORCILLO “¡Alerta está!”

PÉREZ Preparen las armas:

¡Fuego! ¡Fuego ya!

¡Atizar candela!

¡duro; venga más!

¡Ande el movimiento!

¡pan, pin, pan, pin, pon!

¡Ya cayó un herido!

ROBERTO ¡Rediez, qué chichón!

PÉREZ ¡Vamos al asalto!

¡Dar sin compasión!

¡Duro! ¡Bien, valientes!

¡A ellos! ¡Nuestros son!

¡Victoria!

TODOS ¡Victoria!

PERICO Después de la victoria paseo militar.

TODOS Que vivan los valientes, que viva el general.

Después de la batalla paseo militar.

¡Viva!

Que vivan los valientes, que viva el general.

¡Viva!

Después de la batalla paseo militar.

MORCILLO ¡El maestro!

PERICO ¡Compañeros!

¡Los bancos colocar!

¡Deprisa; que ya viene!

¡Sentarse sin tardar!

Cada uno con sus libros volvamos a sumar.

TODOS Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho diez y seis.

(4)

Tras marchar los alumnos a casa se quedan Perico y Robustiano, que necesita repasar la lección. Perico le cuenta a Robustiano que su prima se entiende con Manuel, el hijo de don Juan Antonio, el rico del pueblo; pero este no quiere que se entiendan, ya que Teresa es de familia pobre. Don Salvador ha ido a hablar con don Juan Antonio para que se acallen las habladurías de la boticaria, que ha corrido por el pueblo que Teresa y Manuel estaban juntos y solos. En esto llega Manuel a la casa y se ve con Teresa. Perico y Robustiano se esconden y escuchan las declaraciones de ambos.

TERESA ¡Manuel!

MANUEL ¡Teresa mía!

TERESA Pasa, si quieres.

ROBUSTIANO (Las primeras que incitan, son las mujeres.)

PERICO (Cállate, Robustiano, no desageres.)

MANUEL ¡Dame a besar tu mano!

TERESA ¡No lo permito!

ROBUSTIANO (¡Vaya un papel que hacemos tan rebonito!)

MANUEL ¡Teresa de mi alma!

TERESA ¡Sé más prudente.

ROBUSTIANO (¿Qué ha sido eso?) PERICO (¡Un beso!)

ROBUSTIANO (¡Uy!)

PERICO (Sencillamente.)

MANUEL De ti quieren separarme, y me dejo el alma aquí.

¡Cuando más quiero alejarme estoy más cerca de ti!

TERESA Aunque la ausencia maldigo a mi lado siempre estás, que el corazón va contigo adonde quiera que vas.

¡Tú eres mi encanto y mi alegría!

MANUEL ¡Tú eres mi gloria, Teresa mía!

ROBUSTIANO (¡Viendo esto, el más tranquilo se compromete!)

PERICO (¡Pues tápate la cara con el tapete.)

TERESA ¿De qué sirve el cariño que suspiramos,

(5)

si tu padre no quiere que nos queramos?

¡El es primero, y no debes quererme como te quiero!

MANUEL No hay temor que me olvide de tu cariño,

porque supe quererte desde muy niño, y en esta vida

lo que pronto se aprende jamás se olvida.

TERESA ¡Olvídame si puedes, dueño querido.

ROBUSTIANO (¡Chico, yo estoy asado!) PERICO (¡Y yo cocido!)

TERESA ¡Mi bien!

MANUEL ¡Mi bien!

TERESA ¡Mi amor!

MANUEL ¡Mi amor!

De ti no podré olvidarme, por ti no temo el dolor mientras me dejen el alma donde guardo yo tu amor.

¡Ay, Teresa de mi alma!

No me olvides, por favor, que yo tengo la esperanza de que triunfe nuestro amor.

TERESA Tú eres mi bien, tú eres mi amor, Manuel de mi vida no me olvides, no.

Tú eres mi bien, tú eres mi amor.

¡Manuel mío, mi esperanza, no me dejes, por favor!

ROBUSTIANO ¡Rechufa!

Al regreso de don Salvador éste dice que no ha podido hablar con don Juan Antonio ya que estaba reunido con el alcalde. Al poco llega don Juan Antonio y le comunica a don Salvador que ya ha resuelto el problema de las habladurías: ¡ha convenido con el alcalde que el maestro y su hija se marchen del pueblo! Perico se ha enterado de todo y decide liarle alguna a don Juan Antonio.

(6)

CUADRO SEGUNDO.– Una calle del pueblo. Perico le pide a Robustiano que se vista elegante para cortejar a Norberta, la hija de don Juan Antonio, y consiguen una cita para el día siguiente, cerca de la finca de su padre.

CUADRO TERCERO.– La escena representa los linderos de la huerta de árboles frutales propiedad de don Juan Antonio, y donde los chicos han llegado para robarle unas frutas.

TODOS ¡No gritar, no empujar;

cuidadito al andar, y evitar que al entrar nos pudieran pescar!

¡Cojamos el fruto con gran precaución, que el guarda es mu bruto, dicho sin perdón,

y está muy alerta y nos da en la huerta la gran desazón!

¡Precaución y chitón!

¡Qué guindas tiene don Juan Antonio!

¡Vaya unas brevas pa un atracón;

vamos con tiento no haga el demonio que venga el guarda de sopetón!

Pa vigilar con interés, quedáis los tres,

y en oyendo que silba Juanito,

¿pa qué son los pies?

LOS TRES MAYORES Pa coger la fruta quedamos aquí, miá qué guindas tiene esa rama;

pues miá la de allí.

¡Qué buena barriga me voy aponer!

Tú, Chavea, no subas al guindo que te vas a caer.

¡Qué albaricoques tan exquisitos, qué encarnaditos y qué dulzor!...

¡Que viene! ¡Que viene!

CHAVEA ¡El guarda, rediez!

TODOS ¡Arrea, Chavea, que te van a coger!

(7)

CHAVEA Que me suelte usté que yo no he hecho na.

TÍO SANTOS ¡Tunante, granuja, qué te he de soltar!

Norberta y Robustiano se encuentran cerca de la huerta y, al ver que viene gente, Perico les sugiere que se escondan en la leñera, donde les deja encerrados. Entre tanto llegan los demás chicos y los trabajadores del campo que acaban su jornada. Perico no les abre a pesar de su insistencia hasta que llegan todos.

PERICO ¡Venid!

CHICOS ¡Venid!

PERICO Llegad!

MOZAS ¡Llegad!

PERICO Miálos aquí.

TODOS Miá dónde están.

PERICO Miá que juntitos.

TODOS jJa! ¡ja! ¡ja! ¡ja!

ROBUSTIANO Perico.

NORB. Y ROB. Ábrenos ya.

NORBERTA ¡Perico!

TODOS ¡Ja, ja, ja, ja!

MOZAS ¡Jesús, la Norberta!

¡Jesús, lo que pasa!

TODOS ¡Parecía tonta y se mete en casa!

MOZAS Como es una rica, tóo se tapará.

Si fuese una pobre,

¡buena se iba a armar!

TODOS ¡Es la verdad!

¡Ja, ja, ja, ja!

Cuando llegan todos Perico abre la leñera y todos se escandalizan de ver a Norberta y Robustiano en tan embarazosa situación. Llega también don Juan Antonio, y cuando pide explicaciones Perico se adelanta y le contesta con las mismas palabras que don Juan Antonio le dijo a su tío: “Nada, cosas de chicos, pero conque se vayan ustedes del pueblo está todo arreglao.”

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