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Perspectivas para la Economía Mundial

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Academic year: 2021

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Perspectivas

para la

Economía

Mundial

Crisis, Finanzas y Crecimiento

Apéndice: Perspectivas Económicas Regionales

Asia meridional

(2)

© 2010 Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial

1818 H Street NW

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Asia meridional

Acontecimientos recientes

La crisis financiera global propició una marcada desaceleración del crecimiento real del PIB en Asia meridional, de 8.7 por ciento en 2007 a 6 por ciento en 2009, debido en gran medida a una pronunciada caída de la inversión y, en menor medida, del consumo privado. Aunque las exportaciones mostraron una contracción drástica junto con la demanda externa y el declive de las importaciones fue aún mayor, el comercio neto sustentó el crecimiento a escala regional. Conforme avanzó la crisis, los mercados accionarios y los tipos de cambio se desplomaron en la mayoría de los países. Los diferenciales sobre bonos de deuda soberana se dispararon al tiempo que se contrajeron los flujos de capital, y tanto los inversionistas nacionales como los internacionales buscaron refugio en activos seguros fuera de la región. Aunque la crisis financiera mundial tuvo impacto claramente negativo en Asia meridional, la desaceleración del PIB regional fue la menos pronunciada entre las regiones en desarrollo. Esto refleja en parte la relativa falta de apertura de las economías regionales. Las entradas de capital privado —uno de los principales canales de transmisión de la crisis— son menos importantes como proporción del PIB en Asia meridional (en particular la inversión extranjera directa), en comparación con la mayoría de las regiones. Además, la actividad económica en Asia meridional está menos especializada en manufacturas y recursos naturales, sectores que han resultado particularmente impactados por la crisis. En cambio, la gran dependencia de la región respecto del comercio de servicios — sector cuya participación en el PIB casi duplica el promedio de los países en desarrollo, que fue

de 7.7 por ciento en 2008— sirvió de amortiguador para la crisis, pues los servicios tienden a ser más resistentes durante las depresiones (sin embargo, países más pequeños con importantes sectores turísticos, como Maldivas, resultaron muy golpeados). La demanda interna en la región se mantuvo relativamente firme, apoyada con medidas macroeconómicas contracíclicas. Las tasas de interés fueron recortadas rápidamente en la mayoría de las economías. Aunque el margen de maniobra fiscal en casi todos los países era limitado, se aplicaron sustanciales medidas de estímulo económico en India (entre ellas gasto preelectoral), Bangladesh y Sri Lanka (en forma de incentivos y gastos en medidas de seguridad social). Aunque ha ido a la baja, la robusta captación de remesas ha sido un apoyo para la región, particularmente en Nepal, Bangladesh y Sri Lanka, donde sigue representando más de 5 por ciento del PIB. Los ingresos reales también se vieron favorecidos por el colapso de los precios globales de los productos básicos, en particular los alimentos y los combustibles, que representan gran parte del gasto de los hogares en la región.

La magnitud de la recesión en cada economía ha sido diferente y refleja las condiciones previas. El crecimiento más débil se observó en países que enfrentaron la crisis con grandes desequilibrios internos y externos y se vieron forzados a inhibir con severidad la demanda interna, como Maldivas, Pakistán y Sri Lanka. Los países cuyas variables económicas fundamentales eran más fuertes antes de la emergencia, como, Bangladesh, Bhután e India, sortearon mejor la contingencia. Varias economías de la región también enfrentan conflictos internos que siguieron dañando la

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actividad económica, entre ellos destacan Afganistán, Pakistán, Sri Lanka (que puso fin a décadas de guerra civil a mediados de 2009) y, en menor medida, Nepal (donde las partes en conflicto lograron un acuerdo de paz a finales de 2006, pero siguen disputándose el control político).

La estabilización y el progresivo descongelamiento de los mercados financieros globales al comienzo de 2009, así como el repunte del comercio mundial y el incipiente crecimiento de la producción al inicio del segundo semestre de ese año han contribuido a mejorar la situación de Asia meridional. Desde el segundo trimestre de 2009, los mercados accionarios locales y los flujos de capital hacia la región comenzaron a recuperarse, en buena medida en línea con las tendencias observadas en los países en desarrollo (figuras A25 y A26). Este proceso, apuntalado por una mejor percepción de los inversionistas sobre el relativo fortalecimiento de la producción (India y Bangladesh), programas de estabilización del FMI nuevos o en curso (Pakistán, Sri Lanka y, más recientemente, Maldivas), pronunciadas reducciones de las tasas de interés y fortalecimiento de la estabilidad política. Si bien durante el primer semestre de 2009 la región experimentó un fuerte descenso de los flujos brutos de capital, los flujos de cartera aumentaron en el tercer trimestre, y la emisión de bonos y los prestamos de consorcios

bancarios experimentaron un repunte en el cuarto trimestre. De esta manera, los flujos totales brutos se recuperaron en 2009 para alcanzar un estimado de 31 mil millones de dólares. Mientras los flujos a otras regiones se redujeron (particularmente en Europa y Asia central), los destinados a los países en desarrollo de Asia meridional aumentaron de 6.7 por ciento en 2008 a 8.9 por ciento en 2009. Aunque la mayoría de los mercados accionarios habían recuperado los niveles previos a la crisis, seguían por debajo de los niveles máximos reportados a finales de 2007 y principios de 2008 (tanto en moneda local como en dólares). En Bangladesh, donde la capitalización de empresas que cotizan en mercados bursátiles (en relación con el PIB) es más baja que en los países vecinos y la participación extrajera está limitada, el mercado accionario permaneció estable durante la crisis y registró un sólido crecimiento en meses recientes. El mercado accionario de Sri Lanka también es una excepción, pues recuperó los niveles máximos observados en 2007, gracias a la mejoría de la percepción tras el fin de la guerra civil y el acuerdo de derecho de giro logrado con el FMI a mediados de 2009.

La actividad industrial de la región, que no se contrajo como en la mayoría de las demás regiones en desarrollo, ha retomado el crecimiento positivo encabezado por Bangladesh, India, y, más recientemente, Pakistán. Las medidas de estímulo fiscal han

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sustentado el repunte de la producción al ayudar a revitalizar la demanda de los consumidores. Más aún, la continuidad de los flujos de remesas estimuló la construcción, especialmente en Bangladesh y Nepal. La reactivación de la producción regional aún es una meta por alcanzar para la mayoría de las otras regiones en desarrollo y países de ingresos altos, con excepción de Asia meridional y el Pacífico (figura A27). La producción agrícola se vio estimulada en 2008 por una buena temporada de lluvias monzónicas, que en 2009 ayudó a obtener buenas cosechas en gran parte de la región. Una excepción es Afganistán, donde la producción agrícola sufrió una fuerte contracción (16.5 por ciento en el año fiscal 2008/2009). El Sri Lanka, el campo resultó beneficiado por el fin de la lucha armada y la reanudación de los cultivos. Sin embargo, el débil monzón de este año en India anticipa un crecimiento moderado de la producción en el año agrícola 2009/2010 (que comenzó a finales de 2009). La actividad de los servicios en la región se desaceleró con la contracción mundial del turismo, lo que perjudicó en particular a Maldivas, Nepal y Sri Lanka, donde el turismo es un sector clave. En contraste, en India la actividad del sector servicios se mantuvo gracias a la subcontratación.

El crecimiento del comercio regional de mercancías sigue por debajo de niveles

observados en el año. Las importaciones han bajado mucho más que las exportaciones, dada la fuerte compresión de la demanda, particularmente en Pakistán, Sri Lanka y Maldivas. De hecho, el declive de 32 por ciento en los volúmenes de importación de Asia meridional hasta julio de 2009 en comparación con el año anterior es el segundo más grave entre las regiones en desarrollo, después del registrado en Europa y Asia central (39%). En contraste, la caída de los volúmenes de exportación de mercancías de la región fue menos severa que en la mayoría de las demás regiones en desarrollo, con las excepciones de Asia meridional y el Pacífico y América Latina y el Caribe, lo que refleja en parte la baja participación de las manufacturas y las productos básicos (sectores duramente golpeados por la recesión) en las exportaciones regionales. Algunos otros sectores también mostraron gran resistencia durante la crisis, como la confección de ropa lista para usar en Bangladesh, donde los precios competitivos han permitido a los productores ganar participación de mercado (“efecto Wal-Mart”). En Sri Lanka, las alianzas estratégicas de largo plazo con minoristas de nivel medio y alto de Estados Unidos y la Unión Europea, como Victoria’s Secret, Diesel y Nike, ayudaron a amortiguar la crisis, y en India el sector de tecnologías de la información y software también demostró resistencia.

En general, la combinación de una fuerte caída del valor de las importaciones, un descenso menos pronunciado de las exportaciones (que en ambos casos reflejan una favorable relación de intercambio) y la resistencia del flujo de remesas muestra una mejoría generalizada de los saldos en cuenta corriente durante 2009 (figura A28). La situación externa de la región se ha vuelto cada vez más tensa debido a que durante años los precios de los alimentos y los combustibles aumentaron en forma sostenida hasta mediados de 2008. En 2009, Maldivas, Pakistán y Sri

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Lanka aplicaron los mayores ajustes a sus déficits en cuenta corriente. La demanda interna se comprimió enérgicamente en esas tres economías, cuyos cuantiosos déficits fiscales habían contribuido a la acumulación de considerables desequilibrios externos antes de la crisis. Maldivas es un caso extremo: la enorme expansión del gasto gubernamental y el repunte de las importaciones de materiales de construcción para edificar centros turísticos propició un grave deterioro del saldo en cuenta corriente.

Aunque su ajuste fue menos severo, India también registró una disminución de su déficit en cuenta corriente en 2009, debido a que sus importaciones cayeron más rápido que las exportaciones. En Bangladesh y Nepal los superávits en cuenta corriente siguieron en aumento, pues la desaceleración de las exportaciones fue menos pronunciada que el declive de las importaciones, tendencia reforzada por los continuos flujos de transferencias. En contraste, se calcula que el déficit en cuenta corriente de Bhután creció de 10 por ciento del PIB en 2008 a 12.3 por ciento en 2009, lo que refleja en parte el comienzo del pago de intereses del proyecto hidroeléctrico Tala (figura A28). Se estima que el saldo en cuenta corriente de Afganistán, que incluye transferencias oficiales (equivalentes a cerca de 50 por ciento del PIB oficial) pasó de un superávit de 0.9 por ciento

del PIB en 2008 a un déficit de 1.6 por ciento en 2009.

En conjunto, los flujos de remesas a la región — una de las principales fuentes de divisas— disminuyeron en 2009 debido a la caída de la actividad económica y el aumento del desempleo en los países receptores de migrantes. De cualquier forma, esos envíos de dinero se mantuvieron relativamente sólidos en comparación con otras fuentes de divisas, y de hecho estuvieron por arriba de los niveles de 2007 (figura A29). Los flujos a Asia meridional mostraron en 2009 una modesta reducción, calculada en 1.8 por ciento en 2009, en comparación con una caída de 7.5 por ciento en los países en desarrollo de otras regions (Banco Mundial 2009). El crecimiento de las economías del Golfo Pérsico y de Asia oriental, que reciben a una parte significativa de los trabajadores migratorios de Asia meridional, no ha resultado tan afectado por la caída del crecimiento en otras economías receptoras de mano de obra extranjera, como Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia. Entre las economías de Asia meridional, India —el mayor receptor de remesas del mundo en términos de flujos en dólares— reportó una contracción de los envíos en 2009, en tanto que el ritmo de crecimiento de las remesas a Bangladesh, Nepal, Pakistán y Sri Lanka se desaceleró.

Con la moderación de la demanda y el colapso de los precios de los energéticos, las presiones

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inflacionarias en la región disminuyeron tras el comienzo de la crisis, particularmente en el primer semestre de 2009. Esto ayudó a revertir la acumulación de presiones inflacionarias, que se hicieron cada vez más evidentes en 2007 y 2008, conforme repuntaron los precios de los combustibles y los alimentos, a pesar de los esfuerzos de las autoridades por contener las alzas. Las bajas cotizaciones del petróleo atenuaron las presiones sobre los déficits fiscales generadas por los subsidios aplicados a los precios de los combustibles. La moderación de las presiones inflacionarias y la caída de los precios internacionales de los productos básicos también dieron a los bancos centrales margen de maniobra para responder a la crisis con políticas monetarias expansivas a fin de estimular la demanda interna. Bangladesh, India, Pakistán y Sri Lanka recortaron sus tasas de interés de referencia. La actividad en Bhután y Nepal, cuyas monedas están vinculadas a la rupia india, tuvo el apoyo de la expansiva política monetaria de India.

La situación de las finanzas públicas en la región se deterioró en 2009 debido a la menor recaudación fiscal derivada de la caída de la actividad económica y el aumento de las erogaciones. En concordancia con la aplicación de políticas monetarias más flexibles, se pusieron en práctica medidas fiscales expansivas en Bangladesh, India y Sri Lanka para impulsar la demanda interna mediante diversos programas

de gasto y/o incentivos. Pakistán también puso en marcha medidas de estímulo mediante una ampliación de su programa de desarrollo del sector público. Aunque estas acciones ayudaron a contrarrestar los efectos negativos de la emergencia mundial, también elevaron el déficit en casi todas las economías de la región. Como los países de Asia meridional cayeron en la crisis con abultados desequilibrios fiscales —la baja captación tributaria sigue siendo un problema fundamental, causado por la precaria estructura y administración del sistema fiscal—, el déficit de la región sigue siendo superior al promedio registrado en los países en desarrollo (figura A30).

Perspectivas a mediano plazo

Se prevé que el crecimiento del PIB de Asia meridional aumentará de 6 por ciento en 2009 a 7 por ciento en 2010 y 7.4 por ciento en 2011. La demanda externa de bienes y servicios mostrará una mejoría, al igual que la confianza de los consumidores y las empresas, lo que podría combinarse con los efectos diferidos de las medidas expansivas de las políticas fiscal y monetaria y con un cambio positivo en el ciclo de inventarios para fortalecer la demanda interna. La estabilización de los flujos de capital también apoyará la actividad económica de la región. Se calcula que el déficit regional en cuenta corriente crecerá en forma moderada, de 1.2 por ciento en 2009 a 2.2 por ciento en 2010 y 2.4 por ciento en 2011, pues la consolidación de la demanda interna resultará en un aumento de las importaciones que excederá al de las exportaciones.

Aunque se espera un crecimiento más acelerado del PIB regional, no se vislumbra que en el periodo pronosticado regresen las tasas observadas en la etapa de auge, pues el crecimiento de la inversión estará limitado por estrangulamientos de la oferta y mayores costos de capital después de la crisis (cuadro A9). Se

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prevé una expansión de la demanda externa, pero menos rápida que durante los años de bonanza. El déficit fiscal de la región se reduciría, como consecuencia del reordenamiento estructural de las finanzas públicas, factores cíclicos y la eliminación de las medidas de estímulo fiscal aplicadas para estimular la demanda durante la crisis y contener el crecimiento a corto plazo. No obstante, el déficit fiscal agregado de la región

seguirá por arriba del nivel de 5.7 por ciento registrado antes de la crisis.

La progresiva restricción monetaria durante el periodo proyectado contribuirá a reducir las presiones inflacionarias en la región para 2011. Además, debido a la fuerte aversión regional a la inflación producida por los precios de los alimentos, las autoridades monetarias estarán muy atentas a las señales de acumulación de Cuadro A9. Asia meridional - Resumen de las perspectivas

95-05 a

2006 2007 2008 2009 g 2010 h 2011 h

PIB a precios de mercado (en dólares de 2005 constantes) b,f 6.0 9.0 8.5 5.7 5.7 6.9 7.4

PIB a base del año calendario c

6.1 9.3 8.7 6.9 6.0 7.0 7.4

PIB per cápita, const. US$ 4.1 7.3 6.8 4.2 4.3 5.5 6.1

PPP GDP d

6.0 9.0 8.5 5.7 5.7 6.9 7.4

Consumo privado 4.7 6.0 7.0 2.7 4.2 6.0 6.7

Consumo público 5.0 9.9 5.6 21.1 7.1 7.3 7.2

Inversión en capital fijo 8.0 14.6 13.6 7.6 4.1 9.7 10.2

Exportaciones de bienes y servicios e

11.3 17.7 3.5 10.5 -4.6 10.3 12.1

Importaciones de bienes y servicios e 10.6 22.7 6.8 14.9 -6.9 10.6 12.3

Exp. netas, influencia en el crec. -0.2 -1.7 -1.0 -1.7 0.9 -0.6 -0.7

Bal. en cuenta corr, % de PIB -0.6 -1.5 -1.3 -3.3 -2.3 -3.2 -3.4

Deflactor del PIB, med, moneda local 5.9 5.2 7.4 7.2 13.8 6.9 6.5

Equilibrio fiscal, % del PIB -8.1 -5.1 -5.7 -8.9 -9.5 -8.6 -7.8

Partidas pro memoria: PIB f

Asia meridional excluidos India 4.5 6.4 6.0 3.9 4.4 4.1 4.8

India 6.4 9.7 9.1 6.1 6.0 7.5 8.0

Pakistán 4.1 6.2 5.7 2.0 3.7 3.0 4.0

Bangladesh 5.3 6.6 6.4 6.2 5.9 5.5 5.8

(variación porcentual anual, a menos que se indique lo contrario)

Fuente : Banco Mundial.

(a) Las tasas de crecimiento para los intervalos son promedios compuestos; la influencia en el crecimiento, los coeficientes y el deflactor del PIB son promedios.

(b) PIB en dólares de 2005 constantes.

(c) Las cifras del PIB se presentan en años calendario (AC) con base en historial trimestral para India. Para Bangladesh, Nepal y Pakistán, la información del AC se calcula tomando el crecimiento promedio de los dos periodos de año fiscal para proporcionar un aproximado de la actividad del AC.

(d) PIB medido en función de factores de ponderación de la paridad del poder adquisitivo. (e) Exportaciones y importaciones de bienes y servicios no atribuibles a factores.

(f) Los datos del ingreso nacional y cuentas de producción se refiere a años fiscales (AF) para los países de Asia meridional, con la excepción de Sri Lanka, que reporta en años calendario (AC). En Bangladesh y Pakistán, el año fiscal va del 1º de julio al 30 de junio; en Nepal del 16 de julio al 15 de julio, y en India del 1º de abril al 31 de marzo. Debido a las prácticas de información, Bangladesh, Nepal y Pakistán reportan la información del AF2007/08 en el AC2008, en tanto India reporta el AF2007/08 en el AC2007. (g) Estimado.

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presiones inflacionarias y se espera que mantengan una actitud proactiva.

El camino de cada economía hacia la recuperación será muy distinto (cuadro A10). Se

espera que Bangladesh, Bhután e India resurjan de la crisis mundial con crecimientos más fuertes, sustentados en políticas económicas sólidas y una mayor resistencia del comercio, las inversiones y las remesas. Sri Lanka también

Cuadro A10. Asia meridional - Previsiones por país

(variación porcentual anual, a menos que se indique lo contrario)

95-05 a

2006 2007 2008 2009 c 2010 d 2011 d

Con base en año calendario Bangladesh

PIB real a precios de mercado b

5.0 6.3 6.5 6.3 6.1 5.7 5.7

Bal. en cuenta corr, % de PIB -0.6 2.0 1.3 1.4 3.1 1.8 1.5

India

PIB real a precios de mercado b 6.7 9.9 9.3 7.3 6.4 7.6 8.0

Bal. en cuenta corr, % de PIB -0.4 -1.1 -0.7 -2.6 -2.4 -3.5 -3.6

Nepal

PIB real a precios de mercado b 3.9 3.4 3.5 4.3 5.0 4.3 4.3

Bal. en cuenta corr, % de PIB -3.1 -0.1 -1.5 3.7 4.4 1.0 1.4

Pakistán

PIB real a precios de mercado b

3.7 6.9 5.9 3.8 2.9 3.3 3.5

Bal. en cuenta corr, % de PIB -1.0 -5.7 -6.3 -10.2 -5.2 -4.1 -4.6

Sri Lanka

PIB real a precios de mercado b

4.5 7.7 6.8 6.0 3.6 5.0 6.0

Bal. en cuenta corr, % de PIB -3.2 -5.8 -4.7 -9.1 -1.7 -2.7 -2.9

Con base en año fiscal Bangladesh

PIB real a precios de mercado b 5.3 6.6 6.4 6.2 5.9 5.5 5.8

Bal. en cuenta corr, % de PIB -0.8 1.3 1.4 0.9 2.8 2.2 1.5

India

PIB real a precios de mercado b

6.4 9.7 9.1 6.1 6.0 7.5 8.0

Bal. en cuenta corr, % de PIB -0.2 -1.2 -1.0 -1.4 -2.6 -3.1 -3.3

Nepal

PIB real a precios de mercado b

4.1 3.7 3.3 5.3 4.7 4.0 4.5

Bal. en cuenta corr, % de PIB 0.2 2.3 -0.1 3.2 4.6 2.4 1.1

Pakistán

PIB real a precios de mercado b

4.1 6.2 5.7 2.0 3.7 3.0 4.0

Bal. en cuenta corr, % de PIB -0.8 -4.0 -4.9 -8.6 -5.9 -4.5 -4.1

Fuente : Banco Mundial.

Nota: Los pronósticos del Banco Mundial se actualizan con frecuencia a partir de nueva información y las cambiantes circunstancias (mundiales). En consecuencia, las proyecciones presentadas aquí pueden diferir de las contenidas en otros documentos del Banco, incluso si las evaluaciones básicas de las perspectivas de los países no difieren significativamente en un momento dado.

Por falta de datos, no se incluyen previsiones de Afganistán, Bhután y Maldivas. Los datos del ingreso nacional y cuentas de producción se refiere a años fiscales (AF) para los países de Asia meridional, con la excepción de Sri Lanka, que reporta en años calendario (AC). En Bangladesh y Pakistán, el año fiscal va del 1º de julio al 30 de junio; en Nepal del 16 de julio al 15 de julio, y en India del 1º de abril al 31 de marzo. Debido a las prácticas de información, Bangladesh, Nepal y Pakistán reportan la información del AF2007/08 en el AC2008, en tanto India reporta el AF2007/08 en el AC2007. Las cifras del PIB se presentan en años calendario (AC) con base en historial trimestral para India. Para Bangladesh, Nepal y Pakistán, la información del AC se calcula tomando el crecimiento promedio de los dos periodos de año fiscal para proporcionar un aproximado de la actividad del AC.

(a) Las tasas de crecimiento para los intervalos son promedios compuestos; la influencia en el crecimiento, los coeficientes y el deflactor del PIB son promedios.

(b) PIB en dólares de 2005 constantes. (c) Estimado.

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mostrará una recuperación relativamente sólida, basada en el reciente repunte de los flujos de capital y en una mayor confianza de los inversionistas ante el fin de las hostilidades luego de casi tres décadas de guerra civil. En el resto de la región, los países que padecen conflictos (Afganistán, Pakistán y, en menor medida, Nepal) tendrán tasas más bajas de crecimiento, pues la incertidumbre política y la lucha armada seguirán dañando la actividad económica.

Se prevé que durante el periodo pronosticado las economías regionales se beneficiarán de mayores flujos de remesas, lo que estimularía el consumo privado y apoyaría el crecimiento, particularmente en Bangladesh, Nepal, Pakistán y Sri Lanka. No obstante, la recuperación del crecimiento de las remesas tardará en afianzarse, pues en los mercados de ingresos altos el empleo normalmente crece después de la producción, un rezago que podría ser más prolongado de lo usual, dada la simultaneidad de la recesión en todo el mundo. No obstante, la desaceleración del crecimiento en el golfo Pérsico y en Asia oriental —principales destinos de los migrantes de Asia meridional— fue en general menos pronunciada que en otras regiones importadoras de mano de obra, lo que se espera que propicie una recuperación relativamente pronta de los flujos de remesas a Asia meridional.

Riesgos

Los riesgos para el crecimiento del PIB en Asia meridional disminuyeron a medida que la recuperación empezó a consolidarse, en el segundo semestre de 2009. Sin embargo, persiste el riesgo de un retroceso, lo que dependerá de la magnitud y duración de la recuperación global. El peligro de deterioro radica en los grandes desequilibrios fiscales de la región y en su dependencia relativamente alta de los impuestos al comercio. Es posible que un largo periodo de debilidad de la demanda externa erosione estos

ingresos y contribuya a incrementar las presiones sobre las arcas. Los grandes desequilibrios fiscales de la región también pueden ser un obstáculo para el crecimiento de largo plazo si el sector público cubre sus grandes necesidades de financiamiento a tasas de interés más elevadas y desplaza a la inversión privada. El pago de intereses en Asia meridional representó 21.7 por ciento de las erogaciones de los gobiernos centrales en 2007, más del doble de la proporción registrada en otras regiones en desarrollo (figura A31). Al reducir sus grandes déficits fiscales y el pago de obligaciones, los gobiernos regionales podrían liberar recursos para destinarlos al gasto en desarrollo. En comparación con otras regiones en desarrollo, Asia meridional tiene una tasa tributaria muy baja; por ello, mejorar la recaudación fiscal ayudará a aliviar sus presiones presupuestarias. De la misma forma, transformar la estructura fiscal (con la introducción de impuestos al valor agregado en algunos países) podría ayudar a incrementar la captación de ingresos.

Los flujos de remesas —que amortiguaron el impacto de la crisis en la región— podrían no recuperarse en caso de una recesión mundial prolongada o en una recuperación económica sin generación de empleos, que podría venir acompañada de controles migratorios más estrictos. Los problemas que surgieron a finales de noviembre de 2009 para pagar las dudas generadas por el proyecto Dubai World, en

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Emiratos Árabes Unidos, indican que las economías del golfo Pérsico podrían sufrir un sorpresivo debilitamiento, que afectaría a los trabajadores migratorios provenientes de Asia meridional y reduciría los flujos de remesas hacia sus países de origen. En cambio, si una parte significativa de los migrantes decide volver a casa con sus ahorros debido a la recesión en el golfo, es posible que las remesas aumenten en el corto plazo.

El sobrecalentamiento de la economía es otro riesgo. De persistir, la reciente oleada de flujos de capital a los países en desarrollo (ver capítulo 1) haría crecer los mercados de activos y provocar una apreciación del tipo de las monedas (esto último sería un obstáculo para las exportaciones), lo que a su vez impondría desafíos a las autoridades monetarias. Si fracasan los intentos de eliminar el exceso de liquidez de los sistemas bancarios y de reducir los grandes déficits fiscales de la región, ello podría generar mayores presiones inflacionarias. Por otra parte, aunque los mercados mundiales de arroz parecen estar suficientemente aprovisionados y la relación entre existencias y consumo ha vuelto a niveles más normales (junto con los inventarios de maíz y trigo), sólo se comercia 7 por ciento de la producción mundial de arroz; por ello, una contingencia climática grave o una decisión política puede provocar un significativo aumento de precios.

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