LA MUERTE EN GRECIA 1
LA MUERTE EN GRECIA
En Grecia el deber más importante de los hijos era ayudar a los padres ancianos (“geroboskia”, “gerostrofia”), pero sobre todo en lo que atañe a la muerte: era obligación de los hijos enterrar a sus padres según los ritos. En este ámbito las mujeres desempeñaban un importante papel en los rituales relacionados con la muerte:
• En primer lugar, ellas eran las que se encargaban de lavar, untar con esencias perfumadas y vestir con ropa blanca el cadáver. Luego era vendado y envuelto en un sudario con el rostro descubierto, a continuación era colocado sobre un lecho para que amigos y familiares lo vieran por última vez.
El difunto quedaba expuesto así, con la cara al descubierto, la cabeza coronada de flores y con los pies dirigidos hacia la puerta, durante un día o dos (πρόθησις) en la entrada de la casa.
LA MUERTE EN GRECIA 2 En la casa mortuoria podían entrar todos los hombres que se presentasen (solían llevar trajes de luto negros, grises o blancos y el pelo corto en señal de duelo), pero las mujeres tenían el acceso restringido, sólo podían entrar las de parentesco muy próximo.
En algunas épocas se colocaba una moneda en la boca del muerto, porque se creía que era necesaria para pagar a Caronte, el barquero del mundo de los muertos, que con su barca transportaba a las almas de orilla a orilla del río Aqueronte.
• En segundo lugar, son las mujeres las que con sombrillas y abanicos protegían del sol y de las moscas el cadáver y dirigían el ritual de las lamentaciones.
LA MUERTE EN GRECIA 3 Sentadas junto al difunto, con trajes negros y los cabellos cortados, exteriorizaban la pena según el rito consuetudinario: entonaban cantos fúnebres (“ololygé”), se desgarraban las mejillas, se golpeaban el pecho, extendían la mano derecha hacia el difunto y se echaban ceniza por los cabellos.
En las casas pudientes se contrataba a plañideras, que entonaban los cantos fúnebres y se tiraban de los pelos como muestra de dolor (aunque las leyes establecían limitaciones en cuanto al lujo de los funerales).
LA MUERTE EN GRECIA 4 Dice el coro de esclavas que acompañan a Electra ante la tumba de Agamenón en Coéforas, 22-31, de Esquilo:
“Enviada del palacio, llego aquí a ofrecer estos fúnebres presentes. Mi seno resuena bajo los golpes de mis manos, y mis mejillas sangran por las heridas que han abierto en ellas mis uñas. Mi corazón se nutre de suspiros, y estos linos de luto, estos linos con que los desgraciados heridos por el infortunio velan su seno, también ellos hechos jirones por mi dolor han exhalado su lamento.”
Delante de la puerta de la casa del difunto o difunta se colocaba una rama de ciprés y un vaso (“ardanion”) con agua lustral traída de la casa de algún vecino (esto es debido a que la casa propia se consideraba contaminada), de manera que, al salir de la visita, uno se rociaba con ella para purificarse (por haber estado en contacto con un muerto), al tiempo que indicaba la presencia de un cadáver en la casa.
Antes del amanecer tenía lugar la procesión para trasladar el cadáver al cementerio (ἐκφορά). Esta era una de las pocas ocasiones, junto con las ceremonias religiosas, en que una mujer ateniense podía salir de su casa, de acuerdo con las leyes de la ciudad.
LA MUERTE EN GRECIA 5 Antes de salir de la casa del difunto se hacían libaciones a los dioses y después se formaba la comitiva. El cadáver era trasladado en brazos de familiares o esclavos, sobre el lecho en el que había estado expuesto o en un carro tirado por animales (caballos o mulos). La comitiva fúnebre iba encabezada por una mujer que llevaba un vaso para las libaciones, detrás iban los hombres, seguidos por las mujeres de la familia y los tañedores de oboe cerrando por detrás.
El cementerio estaba siempre situado fuera de las murallas de la ciudad y allí el cuerpo se inhumaba (con objetos de valor) o se incineraba en una hoguera. Cuando se incineraba el cuerpo las cenizas y los huesos que quedaran se recogían en un lienzo blanco y se colocaban en una urna funeraria.
LA MUERTE EN GRECIA 6 También las mujeres eran las que realizaban las libaciones de agua lustral, vino o aceite sobre la tumba del muerto, mientras pronunciaban súplicas y frases rituales dirigidas a las divinidades del Hades.
Asimismo, ellas eran las que depositaban ofrendas junto a las estelas funerarias: coronas, ínfulas o pequeños lecitos (vasos de perfumes). Una vez hecho esto se despiden del difunto.
LA MUERTE EN GRECIA 7 En la tragedia Las Coéforas,124-130, dice Electra ante la tumba de su padre mientras derrama las libaciones:
“Supremo mensajero entre los vivos y los muertos, Hermes infernal, escucha mi ruego. Haz que mis votos lleguen a oídos de las divinidades infernales, que velan sobre la sangre de mi padre; haz que la tierra, esta tierra que lo engendra y lo cría todo y a la que vuelve todo lo que de ella ha salido, haz que ella lo acoja también benévola. En tanto yo derramaré mis libaciones e invocaré a mi padre…”
De vuelta a casa, todos los miembros de la familia se lavaban como ritual de purificación (creían que la impureza provocada por el contacto con la muerte era la peor de todas), y participaban en una comida en honor del difunto.
Al día siguiente la casa era también purificada con agua de mar y un hisopo.
Tras todo esto se celebraban banquetes al tercer día, al noveno y al trigésimo de los funerales; luego, en los días de aniversario.