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ARGENTINA: UNA EXPLORACIÓN DE LA FRONTERA DE POSIBILIDADES PRODUCTIVAS DEL SECTOR DE GRANOS Y OLEAGINOSAS

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ARGENTINA: UNA EXPLORACIÓN

DE LA FRONTERA DE

POSIBILIDADES PRODUCTIVAS

DEL SECTOR DE

GRANOS Y OLEAGINOSAS

(Segundo Borrador)

Eugenio J. Cap

Paz González

Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria

Instituto de Economía y Sociología

(2)

ARGENTINA: UNA EXPLORACIÓN DE LA FRONTERA DE POSIBILIDADES PRODUCTIVAS DEL SECTOR DE GRANOS Y OLEAGINOSAS

Eugenio J. Cap1 y Paz González2

RESUMEN

Argentina puede producir-100 millones de toneladas de granos y oleaginosas, con tecnología actualmente disponible. Si se generalizara la adopción de las funciones de producción asociadas con el nivel tecnológico alto (NTA), identificadas y caracterizadas por zona agroecológica homogénea en un estudio del INTA3, se requeriría la incorporación de unas 5 millones de hectáreas al actual stock de área cultivada, una cifra que, dadas las condiciones actuales de precios relativos al interior de la canasta de productos del sector y del “estado del arte” de la tecnología, no parece descabellada. Si, por el contrario, se mantuviera inalterada la situación tecnológica actual, esa cifra se elevaría a más de 12 millones de hectáreas. En este segundo escenario, la probabilidad de alcanzar la meta de producción mencionada en el mediano plazo, es muy baja.

INTRODUCCIÓN

A partir del momento en el que la Argentina logró la cosecha récord de la temporada 1997/98 (de 67.090.000 de toneladas), se fue instalando la percepción de que, en parte gracias a la mano que el fenómeno de El Niño le había dado a los cultivos de verano, habíamos llegado a un virtual “techo” de producción, difícilmente superable a menos que se diera una combinación poco probable: las lluvias de 1997/98 con el área sembrada (récord) de 1996/97. ¿Era esta percepción correcta? Si la respuesta fuera: probablemente

no, ¿se contaría con herramientas analíticas para estimar el nuevo techo? ¿cuál sería

éste?, ¿qué condiciones deberían darse para ello ocurriera?, ¿en cuánto tiempo sería alcanzado?, ¿podríamos hacer algo para acortar el proceso?

En este documento se intentará hacer un análisis prospectivo de mediano plazo del sector granos y oleaginosas, teniendo en cuenta variables tecnológicas. Es importante dejar en claro que no se trata de un ejercicio en futurología, sino un intento de producir estimaciones cuantitativas de potenciales productivos, asociadas con valores máximos y mínimos, respectivamente, a partir de la información con la que se cuenta en estos momentos y en el marco definido por escenarios probables.

1

Ingeniero Agrónomo, MS, Ph.D., Director (interino) del Instituto de Economía y Sociología (IES) del INTA.

2

Ingeniera Agrónoma. Becaria del Instituto de Economía y Sociología (IES) del INTA.

3

Estudio del Perfil Tecnológico de la Producción Agropecuaria Argentina. Instituto de Economía y Sociología. INTA. Julio 2002.

(3)

POTENCIAL, TECNOLOGÍAS Y SENDEROS DE ADOPCIÓN

En el INTA se ha venido monitoreando4, desde 1992, el perfil tecnológico del sector primario, partiendo del supuesto de la existencia de productores cuyas funciones de producción se asocian a uno de tres niveles de tecnología, claramente diferenciados, tanto en lo relativo al paquete de insumos y prácticas empleados, como a su expresión cuantitativa más visible: el rendimiento. Dichos niveles son: alto o de punta (NTA), medio y bajo. Estos niveles han sido caracterizados para cada uno de los rubros productivos y desagregados por zona agroecológica homogénea. En el mundo real, los “niveles” tecnológicos observables son indudablemente más numerosos, pero su caracterización, sería prácticamente imposible.

Los datos más recientes del mapeo tecnológico del rubro cereales y oleaginosas, corresponden a datos recolectados en 20015.

A modo de resumen de la situación se presenta a continuación, en forma gráfica, el panorama tecnológico representativo de los cuatro cultivos más importantes: trigo, maíz, soja y girasol.

Fig. 1: Brechas de Productividad

Rendimientos Actuales y Potenciales

0

1

2

3

4

5

6

7

8

t/ha

Actual Potencial

Trigo

Maíz

2.5 3.2 5.5 7.3

Fuentes: SAGPyA (2002), INTA (2002)

4

En el año 1993 se publicó la primera versión del estudio de Perfil Tecnológico de la Producción

Agropecuaria argentina, con datos relevados durante el año 1992. Se actualizó parcialmente en el año

1996, para algunos rubros de la región pampeana. La última versión disponible es la base de este trabajo, ya citada. Perfil Tecnológico de la Producción Agropecuaria Argentina. Dirección Nacional Asistente de Planificación. INTA. Julio de 1993. Actualización del Perfil Tecnológico de la Producción Agropecuaria

Argentina. Dirección Nacional Asistente de Planificación. INTA. Marzo de 1997.

5

(4)

Fig 2: Brechas de Productividad

Rendimientos Actuales y Potenciales

0 0.5 1 1.5 2 2.5 3 3.5

t/ha

Actual Potencial

Soja

Girasol

2.6 3.1 1.7 2.3

Fuentes: SAGPyA (2000), INTA (2002)

En las Figuras 1 y 2, los datos de rendimiento consignados en la barras denominadas “actual”, corresponden a registros promedio a nivel nacional para el trienio 1998/99 – 2000/01. Los valores graficados como “potenciales”, surgen del procesamiento de encuestas realizadas en 2001 entre informantes calificados y representan un promedio nacional, ponderado por la superficie ocupada por cada zona agroecológica homogénea, de los rendimientos que alcanzan los productores de punta. O sea, que la diferencia entre las barras se constituye, a todos los efectos prácticos, en lo más cercano a una expresión cuantitativa de la “brecha” de productividad existente en estos momentos. La magnitud de dicha brecha llega a niveles particularmente elevados en maíz y girasol.

FUENTES DE CRECIMIENTO DE LA PRODUCCIÓN

En la Figura 3 se puede observar la evolución de la producción6 de los cuatro rubros mencionados en el párrafo anterior, entre las campañas agrícolas 1989/00 y 2000/01.

6

Es necesario hacer una salvedad: a pesar de lo tentador que resulta emplear una cifra agregada de tonelaje total (granos + oleaginosas) para describir el desempeño del sector agrícola (de hecho, por su simplicidad, recurriremos a ese indicador en este documento), dicho número no es, en rigor, comparable interanualmente, excepto para aquellos casos que se repita exactamente el patrón de uso de la tierra (porcentaje del área total dedicado a cada cultivo) en las temporadas que se comparan.

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25000 30000 35000 40000 45000 50000 55000 60000 65000 70000 Miles de t 89/90 90/91 91/92 92/93 93/94 94/95 95/96 96/97 97/98 98/99 99/00 00/01 Campaña

Fig. 3. Evolución de la producción

(Trigo + Maíz + Girasol + Soja)

30000 33572 35302 34776 35834 40644 37969 47900 58692 51200 54632 61386 Fuente: SAGPyA

El tonelaje total de la última duplica al de la campaña 1989/90, resultado éste que ha sido producto de la combinación de dos factores:

1. La expansión del área cultivada a expensas de la ganadería: La superficie

dedicada a estos cuatro cultivos aumentó, durante el período 1989/90-2000/01, en unas 7,4 millones de hectáreas (aproximadamente un 49%). En numerosos casos, esta ampliación de la frontera geográfica de posibilidades productivas, ha sido factible gracias a la disponibilidad de desarrollos tecnológicos específicos; por ejemplo: germoplasma adaptado a condiciones agroecológicas de áreas previamente no aptas para determinado cultivo, así como técnicas de labranza que reducen el período entre cosecha de un cultivo y siembra del siguiente (crítico en los sistemas trigo-soja de segunda). Es decir, antes de la aparición de dichas tecnologías, la “agriculturización” de muchas áreas tradicionalmente ganaderas o la opción trigo-soja en determinadas regiones agrícolas, no habrían estado disponibles para el productor, que no hubiera podido responder eficazmente a señales de mercado (precios), a favor de dichas alternativas.

2. El incremento de la producción por unidad de superficie: El rendimiento

promedio nacional de dichos cultivos se ha incrementado, pero a una tasa menor de lo que se podría esperar como consecuencia de un proceso de intensificación productiva, de la magnitud del observado en la década pasada. Es probable que la extensión de la frontera agrícola hacia áreas más marginales, mencionada en el párrafo anterior, haya contribuído a enmascarar parcialmente un mejor desempeño de estos indicadores en las zonas de producción más tradicionales. Por ejemplo, si se compara la evolución de los rindes de trigo en Chivilcoy, Provincia de Buenos Aires, con la del promedio nacional, se ponen claramente en evidencia estas diferencias entre senderos de evolución de la productividad. Entre 1989/90 y 1998/99, el rinde en Chivilcoy, se incrementó a una tasa de 132,20 kg/ha/año, mientras que el promedio nacional lo hizo en 43,40 kg/ha/año. En el caso de maíz, el rinde promedio en L. N. Alem, Provincia de Buenos Aires, aumentó a

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una tasa promedio de 511,60 kg/ha/año, mientras que a nivel nacional ese incremento fue de 199,70 kg/ha/año. En soja, la tasa de aumento del rendimiento promedio en Pergamino, fue de 54,50 kg/ha/año, mientras que la tasa promedio nacional fue de apenas 13,50 kg/ha/año. Para girasol, los rindes en Colón, Provincia de Buenos Aires, aumentaron, en el período mencionado, a una tasa promedio de 60,90 kg/ha/año, comparada con 30,90 kg/ha/año, a nivel nacional (Fig 4).

0 100 200 300 400 500 600 kg/ha/año

Trigo Maíz Soja Girasol

Local Nacional

Fig. 4. Aumentos de Rendimiento

Tasa Promedio Anual (89/90-98/99)

Chivilcoy 132,20 43,40 L. N. Alem 511,60 199,70 Pergamino 54,50 13,50 Colón 60,90 30,90

Fuente: Estimaciones propias en base a datos de la SAGPyA

LA META DE LAS 100 MILLONES DE TONELADAS

A partir de la información disponible, se estimó la expansión del área cultivada, necesaria para alcanzar la meta de referencia (en este caso se incluyeron los cuatro cultivos mencionados anteriormente y el sorgo), en base a situaciones iniciales definidas por escenarios extremos7:

Escenario 1: Las funciones de producción permanecen inalteradas.

Escenario 2: La totalidad de los productores adopta la función de producción asociada con el nivel tecnológico alto (NTA) (la estimación de los resultados se hizo partiendo de una desagregación inicial de datos, hasta el nivel de zona agroecológica homogénea). Escenario 3: Igual a escenario 1, pero para una producción de 100 millones de toneladas, manteniendo las proporciones de los porcentajes en volumen de cada cultivo en el total, registrados en la campaña 2000/01.

7

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Escenario 4: Igual a escenario 2, pero para una producción de 100 millones de toneladas, manteniendo las proporciones de los porcentajes en volumen de cada cultivo en el total, registrados en la campaña 2000/01.

Los resultados resumidos son los siguientes:

Escenario 1: Está representado por la producción efectivamente registrada en 2000/01, esto es: tecnología fija actual, área actual.

CULTIVO PRODUCCIÓN REAL (mill t) ÁREA (mill ha)8 TRIGO 15.96 6.41 MAÍZ 15.37 2.82 SOJA 26.88 10.40 GIRASOL 3.18 1.90 SORGO 2.7 0.57 TOTAL 64.1 22.10

Escenario 2: Todos los productores adoptan tecnología de punta (NTA), área actual, producció n potencial (1). CULTIVO PRODUCCIÓN POTENCIAL 1 (mill t) ÁREA (mill ha) TRIGO 20.55 6.41 MAÍZ 20.59 2.82 SOJA 32.50 10.40 GIRASOL 4.29 1.90 SORGO 3.51 0.57 TOTAL 81.44 22.10

Escenario 3: Tecnología actual, área variable, producción: 100 millones de t (potencial 2). CULTIVO PRODUCCIÓN REAL (mill t) PRODUCCIÓN POTENCIAL 2 (mill t) Producción adicional (mill t) Area adicional (mill ha) TRIGO 15.96 25.09 9.12 3.66 MAÍZ 15.37 24.29 8.93 1.64 SOJA 26.88 41.42 14.54 5.62 GIRASOL 3.18 5.03 1.85 1.11 SORGO 2.71 4.17 1.47 0.31 TOTAL 64.1 100 35.64 12.34 8

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Escenario 4: Todos los productores adoptan tecnología de punta (NTA), área variable y producción: 100 millones de t (potencial 3).

CULTIVO PRODUCCIÓN POTENCIAL 1 (mill t) PRODUCCIÓN POTENCIAL 3 (mill t) Producción adicional (mill t) Area adicional (mill ha) TRIGO 20.55 25.226 4.683 1.461 MAÍZ 20.59 25.288 4.694 0.642 SOJA 32.50 39.912 7.409 2.371 GIRASOL 4.29 5.271 0.979 0.434 SORGO 3.51 4.303 0.799 0.129 TOTAL 81.44 100 18.564 5.037 CONCLUSIONES

Del análisis de los datos presentados en las tablas resumen de los escenarios descriptos, es posible extraer conclusiones preliminares más que interesantes:

i. La diferencia en volumen de producción, entre la efectivamente registrada en la campaña 2000/01 y el potencial de las funciones de producción del NTA, es de 17.35 millones de toneladas. ESTA CIFRA REPRESENTA EN REALIDAD EL COSTO ACTUAL, PARA LA ECONOMÍA, DEL EMPLEO SUBÓPTIMO DE LA TECNOLOGÍA DISPONIBLE, EQUIVALENTE A UNOS 2.400 MILLONES DE DÓLARES ANUALES. ii. Para pasar del escenario 1 al 3 (de la producción actual a 100 millones de

toneladas), se requeriría incorporar 12.34 millones de hectáreas adicionales al stock de área cultivada.

iii. Para llegar a la meta de las 100 millones de toneladas, pasando del escenario 2 al 4, la expansión de área requerida es mucho menor: 5.03 millones de ha. iv. La diferencia entre (ii) y (iii), es de 7.3 millones de hectáreas, lo que

REPRESENTA EL COSTO POTENCIAL, MEDIDO EN SUPERFICIE CULTIVADA, DE LA NO IMPLEMENTACIÓN DE LA TECNOLOGÍA DISPONIBLE, PARA ALCANZAR LA META DE LAS 100 MILLONES DE TONELADAS.

FUENTES DE ÁREA CULTIVABLE ADICIONAL

¿De dónde saldrían las –por lo menos– 5.3 millones de hectáreas que harían falta en el mejor escenario para alcanzara la meta de las 100 millones de toneladas?. Existen tres fuentes posibles de “abastecimiento” de tierra, a saber:

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1. La reconversión de superficie dedicada hasta el momento a actividades pecuarias, especialmente el tambo y la invernada, a agricultura. En el caso del tambo, estamos ante un evidente proceso de reacomodamiento estructural del subsector, que comenzó a partir de la devaluación del real, en 1999 (que redujo la demanda de exportación) y que se acentuó desde la devaluación del peso en enero de 2002 (que contrajo la demanda interna). En cuanto a la ganadería bovina de carne, la asimetría entre los precios a productor de granos (totalmente transables) y carne (parcialmente transable), ha volcado la ecuación económica a favor de los primeros.

2. La potencial difusión del doble cultivo trigo- maíz de 2°.

3. El avance de la frontera agrícola en la Cuenca del Salado, el NOA y el NEA. Es interesante destacar que las fuentes (2) y (3) son de naturaleza tecnológica.

A partir de los valores involucrados, queda claro que el escenario 3 es altamente improbable. Por lo tanto, La probabilidad de alcanzar los 100 millones de toneladas es más alta a medida que nos aproximamos a las condiciones tecnológicas definidas para el escenario 4.

COMENTARIOS FINALES

Es indudable que los resultados del ejercicio tienen implicancias significativas en múltiples temas de interés, tanto para el sector privado involucrado (por ejemplo los interrogantes sobre flujos de inversión asociados con sub o sobredimensionamiento eventual de las capacidades de almacenamiento y transporte de granos), como para el Estado, en su papel de diseñador e instrumentador de políticas con vistas a la optimización de las actividades económicas productivas con miras al aumento del bienestar general.

Desde el punto de vista de la tecnología de producción, que representa, como se ha visto, una variable de gran relevancia para el futuro, es importante resaltar el hecho de que del análisis de los datos contenidos en el Estudio de Perfil Tecnológico surge que el cierre de la brecha de productividad está determinada principalmente por la disponibilidad y adopción de tecnologías intensivas en conocimiento (agricultura de precisión, GPS, manejo de riesgos, etc). A menos que se produzca algún evento extraordinario (“breakthrough”) en los próximos años, los insumos (semillas, agroquímicos) o la maquinaria, irán perdiendo gradualmente una buena parte del protagonismo casi excluyente del que gozaron durante la década pasada. La etapa que se inicia marcará el comienzo del predominio de las tecnologías “blandas”, como fuente de crecimiento de la productividad y la consecuente mejora de la competitividad, así como la única garantía de sostenibilidad en el largo plazo de la empresa agropecuaria. En realidad este fenómeno ya se está percibiendo y se manifiesta como una demanda explícita de servicios

(10)

tecnológicos, “a medida” de empresas individuales, en base, entre otras cosas, a su dotación de factores, su estructura de costos, su situación financiera y la actitud hacia el riesgo por parte de los responsables de la gestión. Es muy probable que este tipo de producto tecnológico de alta especificidad requiera para su provisión eficiente, el esfuerzo coordinado de instituciones públicas de investigación y transferencia de tecnología agropecuaria, con el objetivo final de “procesar” el producto hasta el nivel de especificidad requerido por la “demanda”9.

9

Este arreglo institucional no excluye la posibilidad eventual de subsidiar la provisión de estos servicios tecnológicos a empresas objeto potencial de políticas activas, como las PyMEs.

Referencias

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