de la proposición referida a la producción cerámica como mayoritariamente femenina, rechazada por el alumnado de cuarto curso con medio punto más que en el de prime- ro. Junto con la afirmación de que nunca hubo una mujer en la más alta magistratura del imperio, estas son las únicas proposiciones aquí estudiadas en las que el alumna- do de cuarto muestra diferencias significativas respecto al que comienza sus estudios. No obstante, se vislumbra una cierta tendencia en las alumnas a un mayor reco- nocimiento de las condiciones de desigualdad de las mujeres en la sociedad romana antigua. Así, por ejemplo, se muestran más de acuerdo que los alumnos varones en que el rol principal socialmente atribuido a las mujeres de la élite romana era la re- producción –con una diferencia en las respuestas muy destacada en una comparación entre sexos, de casi 1 punto–, con la exclusión de las mujeres del voto o con la ausencia de mujeres en el cargo de emperador. Además, en el caso de otras proposiciones en las que se observan diferencias en función del sexo, las alumnas se aproximan ligera- mente más a la realidad apuntada por la investigación en comparación con los alum- nos varones –con una diferencia de 2-3 décimas–, como en el caso del reconocimiento de que las mujeres romanas podían llegar a tener acceso al divorcio, la concepción de la actividad textil como un trabajo eminentemente femenino y el reconocimiento de que las mujeres podían ser comerciantes y grandes propietarias en la antiguaRoma. En cambio, los alumnos varones se muestran más en desacuerdo que las alumnas con que la producción cerámica en el periodo romano fuera mayoritariamente realizada por mujeres y en que detrás de la pintura parietal romana hubiera participación fe- menina, aunque en ambas cuestiones el promedio del alumnado se muestra en des- acuerdo y las diferencias mostradas entre sexos son también de pocas décimas.
Una vez acabadas esas prácticas docentes estoy en condiciones de asegurar que el tema propuesto en este TFM suscitó un enorme interés entre los alumnos y resultó extraordinariamente motivador para ellos. Aunque soy consciente de que cada curso supone trabajar con alumnos muy dispares y que poseen diferentes niveles de conocimientos, mi corta pero instructiva experiencia me ha enseñado que es un tema muy próximo al alumno y con el que puede entender mejor la vida cotidiana de la antiguaRoma y su pervivencia en muchos ámbitos del mundo en el que vivimos.
Las sociedades humanas tienden a dividir el ciclo vital en varias etapas según criterios culturales concretos. En la antiguaRoma, al igual que en las sociedades occidentales actuales, la etapa que precede a la muerte del sujeto, parte de la edad adulta pero al mismo tiempo distinta a ésta, era la vejez. La ancianidad ha sido tradicionalmente silenciados en los trabajos historiográficos sobre la Antigüedad, los cuales han tenido como protagonista al hombre adulto, especialmente el perteneciente a la élite. Si bien en las últimas décadas han proliferado las investigaciones relativas a otros sujetos históricos, como las mujeres o los individuos infantiles, no ocurre lo mismo con la vejez, sobre todo en el caso de las vetulae. El objetivo del presente artículo es subrayar la importancia de la vetula como sujeto histórico, presentar las diversas fuentes a través de las cuales podemos acceder a su conocimiento, y definir qué era en época romana la vejez femenina.
En diversos pasajes de El Capital aludo al destino que les cupo a los plebeyos de la antiguaRoma. En su origen habían sido campesinos libres, cultivando cada cual su propia fracción de tierra. En el curso de la historia romana fueron expropiados. El mismo movimiento que los divorció de sus medios de producción y subsistencia trajo consigo la formación, no sólo de la gran propiedad fundiaria, sino también del gran capital financiero. Y así fue que una linda mañana se encontraron con que, por una parte, había hombres libres despojados de todo a excepción de su fuerza de trabajo, y por la otra, para que explotasen este trabajo, quienes poseían toda la riqueza adquirida. ¿Qué ocurrió? Los proletarios romanos se transformaron, no en trabajadores asalariados, sino en una chusma de desocupados más abyectos que los "pobres blancos" que hubo en el Sur de los Estados Unidos, y junto con ello se desarrolló un modo de producción que no era capitalista sino que dependía de la esclavitud. Así, pues, sucesos notablemente análogos pero que tienen lugar en medios históricos diferentes conducen a resultados totalmente distintos. Estudiando por separado cada una de estas formas de evolución y comparándolas luego, se puede encontrar fácilmente la clave de este fenómeno, pero nunca se llegará a ello mediante el pasaporte universal de una teoría histórico- filosófica general cuya suprema virtud consiste en ser suprahistórica.
La excelente documentación que nos ha llegado sobre las características institu- cionales y sociales de la antiguaRoma permite a los autores de novelas una fácil reconstrucción histórica, que se ve alentada por la calidad literaria de los textos en que esa documentación ha sido trasmitida. La admiración del novelista por Roma se traslada a la ficción que está creando y consigue cautivar al lector, de- seoso de conocer mejor cómo era aquella sociedad que tanto ha condicionado las características de la nuestra. La documentación y la fascinación compartida por autores y lectores son dos buenas razones del éxito de la novela histórica sobre la antiguaRoma, pero hay que señalar, además, las semejanzas culturales y políticas entre aquella sociedad y la nuestra. Las controversias religiosas, mo- rales e ideológicas que se daban en la antigua Urbe siguen teniendo plena vi- gencia en nuestra sociedad, de modo que es imposible relatar lo que allí ocurría sin establecer consciente o inconscientemente un paragón con el mundo actual.
estos conceptos que parecen tan actuales realmente, no lo son tanto. En este trabajo intentamos mostrar otra cara de la educación en la antiguaRoma más allá de la repeti- ción, el aburrimiento y los golpes. A través de la obra de Quintiliano de Calahorra pode- mos ver cómo ya, hace dos mil años, hubo profesionales de la enseñanza que, aunque minoritarios, se preocupaban de cómo enseñar y de cómo aprendían sus alumnos. E incluso algo más importante: hubo maestros que respetaban y querían a sus alumnos.
En la segunda parte de la actividad, vamos a activar conocimientos previos y para ello, preguntaremos a los niños qué es lo que saben sobre la ciudad de Roma e iremos anotando las diferentes aportaciones. La siguiente fase del proyecto es dar respuesta a ¿Qué queremos saber?, para ello haremos lo mismo que en la fase anterior. Para resolver todas las cuestiones que nos hemos planteado, tenemos que buscar información, pero… ¿Dónde podemos buscar?, les decimos que nos cuenten donde creen ellos que podemos hacerlo y les proponemos que busquen información sobre Roma con ayuda de los padres. A partir de aquí, elaboraremos los contenidos a desarrollar.
entre la élite británica en la India en la época en la que se sitúa la narración de Farrell y los ingleses del Raj discutían las distintas traducciones de los pasajes más leídos del poema. Era una forma culta de pasar las largas noches hindúes, mientras mitigaban sus ansias de “occidentalización autocomplaciente” en el exilio cultural de la metrópoli en el que se encontraban. Puesto que, desde el siglo XVIII, en la India británica se fomentaba la asimilación literaria entre la clase gobernante inglesa y los gobernantes imperiales de Grecia y, sobre todo, de Roma. De hecho, el modelo del Imperio Romano fue el punto de comparación preferido entre los políticos teóricos y los historiadores ingleses para referirse a la administración en la India en casi todos los contextos y en los distintos lugares del espectro político 13 .
Otro modo de entrada en la familia romana era la adopción. Si definimos el concepto de adopción en el marco de la antiguaroma podemos definirlo como el acto jurídico por virtud del cual un extraño ingresa como filius en una familia. Según que el adoptado sea un alieni iuris o un siu iuris, distingue la adopción en dos formas: adoptio y adrogatio. La adoptio es un acto jurídico creado por vía de interpretación. Apoyándose en un texto de las XII tablas que proclama la libertad del filius vendido por tres veces mediante mancipato, la jurisprudencia sienta las bases de un procedimiento de gran complejidad que permite conseguir el oportuno resultado práctico 41 . La adoptio no está sujeta a otros requisitos que los nacientes de su propia naturaleza, no está permitido la adopción por parte de las mujeres al no poder ejercitar la patria potestad. El adoptado, se desliga de la familia originaria para unirse en nombre, agnación, religión, gens etc con la familia que es recibido.
misma para componer su ópera -“Eunice”-, nombre de la esclava griega que toca el arpa triangular en dicho film. Rózsa se trasladó a Roma para investigar textos, lápidas y bajorrelieves antiguos con el fin de construir algunos instrumentos similares a los de la época y así poder grabar la partitura; descubrió que nada se ha conservado de la antigua música imperial, así que decidió estudiar las fuentes griegas (por eso posiblemente Salgado se refiere más a instrumentos griegos como las cítaras, aulos y crótalos que componían la orquesta de esclavos, excepto las arpas egipcias y el sistro, que son de origen egipcio). Rózsa comenta que los instrumentos musicales reconstruidos fueron producidos por fabricantes de instrumentos italianos, se reconstruyeron variedad de lyras y cytharas (los instrumentos principales de los romanos), flautas rectas (aulos), cuernos curvos (buccina), trompetas rectas (salpynx o tuba), panderetas, tambores, sistros, badajos y otros instrumentos de percusión hechas con semejanza increíble a los reales. (Rózsa: 1951).
Los sacerdocios en la AntiguaRoma los podríamos dividir entre aquellos que representan a un dios, que tenían una naturaleza casi divina (en este grupo encontramos a las vestales y a los flamines), los sacerdocios especializados en los rituales, un grupo más numeroso que el anterior, y, en última instancia, estaría el Pontifex Maximus, el sacerdote más importante de la estructura religiosa romana y el único que no estaba asignado a una divinidad. Aun así, todos los sacerdocios estaban bajo control del Senado, que era la máxima autoridad religiosa en época republicana, y algunos magistrados, que tenían competencias religiosas. Además, si a esto le sumamos que los magistrados podían acceder a algún sacerdocio, nos encontramos que los sacerdocios servían como instrumentos de poder en manos de las principales familias de la ciudad. Esta razón podría ser la que explicase que durante la República las vestales procedían de un rango social elevado, en un principio de origen patricio, y, cuando las magistraturas y los sacerdocios se abrieron a los plebeyos, también las vestales procederían de familias plebeyas.
28 M. HUMBERT, Institutions politiques et sociales de l’antiquité , 4ª ed., París, 1991, p. 181, al referirse a las leges Licianiae Sextae , declara : “L’essentiel de la réforme -c’était l’enjeu du dernier combat entre plèbe et patriciat- est dans l’ouverture définitive de la magistrature suprême à la plèbe. Selon l eplébiscite et le sénatus-consulte de ratification, un consul sur deux pourra être plébéien ” ; G. POMA, Le istituzioni politiche del mondo romano , cit. p. 75, en donde destaca las escasas posibilidades de la plebe de acceder al consulado: “Bisogna insistere sull’importanza della gestione delle magistrature a Roma, e in particolare del consolato, che era veramente l’elemento discriminante sul piano sociale. L’acceso al consolato faceva entrare in un altro mondo. Infatti la richezza aveva il suo peso nel favorire la carriera politica, ma non era l’elemento decisivo. Quello che contava per ciascun uomo era la sua dignitas , che era basata an- che sulla fama e sul ruolo degli antenati. Se era un nobile, la sua forza e la sua posizione sociale derivavano dal passato della sua casa, dall’appoggio di amici e clienti, dall’onore che veniva dalle cariche. Invece chi, fosse anche il più ricco di Roma, non apparteneva a questa cerchia di famiglie (molto poche, tra le patrizie i Claudi, gli Emili, i Corneli, i Valeri; tra le plebee, i Cecili Metelli, i Porci Catoni, i Licini) ed era quindi homo novus , aveva poche speranze di diventare console, a meno che non fosse adottato da un qualche componente di famiglia importante o, come presto avverrà, si conquistasse il potere con la forza delle armi”.
En cualquier caso, ya en el año 1000 a.C, estaban viviendo en Italia en una zona que era más o menos equivalente a la Toscana moderna, desde el río Tíber al norte casi hasta el río Arno. Después de 650 a.C, los Etruscos se convirtieron en el pueblo dominante en el centro-norte de Italia. Según la tradición, Roma había estado bajo el control de los siete reyes, comenzando con el mítico Romulus que junto con su hermano Remo se dice que fundó la ciudad de Roma. De los últimos tres “reyes”, se dijo que dos de ellos fueron etruscos: Tarquinio Prisco y Tarquinio el Soberbio. Aunque la lista de reyes es de dudoso valor histórico, se cree que estos dos últimos, pueden haber sido figuras históricas. Esto sugiere que Roma estuvo bajo la influencia y el dominio de esos “reyes” Etruscos alrededor de un siglo. Al menos esto es lo que afirman los primeros relatos sobre Roma, y el registro arqueológico que muestra que fue construida siguiendo el modelo de una ciudad Etrusca. Los Etruscos estaban interesados en Roma, tanto por razones económicas como estratégicas. Al sur de Roma, Italia fue dominada por colonias griegas poderosas y prósperas. De hecho, los cronistas antiguos se refieren al sur de Italia y Sicilia como la Magna Grecia (Magna Grecia). La expansión Etrusca les pone en contacto con los latinos, y eventualmente llegaron a la frontera misma de aquella Magna Grecia, donde comenzaron a establecer colonias. Esto abrió un nuevo período de conflicto entre los Etruscos y los Griegos por el dominio del Lazio. Era imposible que los Etruscos pudieran sostenerse en Lazio sin dominar Roma, que se encontraba entre el Lazio y su territorio. Pero además de su importancia estratégica, la sal de la desembocadura del Tíber era esencial para las ciudades etruscas, que no tenían otra fuente de este importante producto.
El ámbito del transporte marítimo fue muy importante en la antiguaRoma. La “civitas” necesitaba proveerse de productos que venían de todo el mar Mediterráneo usando el transporte por mar. Las instituciones jurídicas romanas utilizaron costumbres creadas por otros pueblos expertos en navegación. En el derecho romano, el contrato denominado “locatio-conductio” se usó para regular el transporte marítimo. Algunos de estos contratos se usaron en el comercio y tienen un estrecho vínculo con los actuales contratos de transporte marítimo de mercancías tanto del Common Law como del derecho continental europeo. Adicionalmente a la responsabilidad que surge de la aplicación de estos contratos, el derecho romano estableció una responsabilidad basada en la recepción de las mercancías llamada responsabilidad ex-recepto. Las soluciones jurídicas del Mediterráneo antiguo constituyeron una base sólida para construir el derecho romano. Las reglas marítimas del derecho romano explican algunas instituciones legales vigentes en materia de transporte marítimo y están aún vigentes a través de nuestro derecho.
Esto nos indica que Poe se hallaba en un mundo donde las figuras políticas se identificaban con los antiguos emperadores y la arquitectura inspirada en la antiguaRoma se encontraba por todas partes, pero, como resulta evidente, las ruinas auténticas de esta civilización, aunque nunca llegara a verlas con sus propios ojos, le resultaban mucho más atrayentes. A esto se une el hecho de que Estados Unidos fuera un país excepcionalmente joven: esta falta de tradiciones quizá impulsaba a sus habitantes a buscar legitimación en culturas más antiguas (ya que, claramente, reivindicar la cultura de los nativos americanos no estaba entre sus opciones), las mismas que los europeos consideraban la base de su civilización. Además, la dificultad que suponía para un americano ver cualquier tipo de ruinas, romanas o griegas, aumentaría su atractivo precisamente por su exotismo.
Esos elementos arquitectónicos serán los adquiridos para siempre por Le Corbusier. Es difícil encontrar un proyecto suyo que no cuente con su uso genera- lizado (excepto, naturalmente, sus trabajos de formación en La Chaux-de-Fonds): desplazamiento de las aberturas hasta la línea de encuentro entre planos, para evitar el encierro del espacio en una caja y permitir la extensión ilimitada de los planos; huecos centrales marcados por las diferencias de iluminación, convirtien- do el espacio en una gradual transformación por diafragmas; iluminación difusa reflejada en muros; iluminación focal por contraluces cenitales; ejes visuales que atraviesan espacios heterogéneos, discontinuos, y ejes de recorrido escalonada- mente desplazados; jardín exterior como resultado último del interior… Y todo ello «sin alusiones históricas», es decir: sin tomar un modelo ya constituido, sin citas eruditas o estilísticas, sino produciéndolo desde su interior, originándolo. Andrew Wallace-Haddrill ha localizado en la transparencia visual de la casa vesubiana una de las principales características del programa doméstico roma- no, donde el dueño no se presenta ante familia, amigos y clientes retirado en la privacidad de su estancia, sino que está, de algún modo, abierto en el centro del mundo, abriendo él mismo el mundo, incorporándolo plano a plano a su influen- cia y a la posibilidad de su acción.
La facilidad con que Roma abrazaba el culto de las deidades extranjeras fue responsable, en gran medida, del periodo más oscuro de la historia de la Europa Occidental. Bastó con una sola deidad para provocar esta catástrofe. Poco después de que Roma aceptara el cristianismo como religión oficial, la costumbre de tomar baños se empezó a considerar «pagana», y, en consecuencia, quedó prácticamente prohibida. Los sistemas de alcantarillado cayeron en el abandono (pues ya no se veneraba a la diosa de las alcantarillas, Cloacina). Los ricos conocimientos científicos de Egipto, Babilonia y Grecia fueron olvidados, pues estaban relacionados con deidades y costumbres paganas. La disposición por parte de Roma a aceptar el culto único a otro dios extranjero desembocó en los siglos largos, temibles y oscuros de la Alta Edad Media.
Virgilio escribió Geórgicas entre los años 37 y 30 a.C., siendo esta es la datación aceptada por la mayor parte de los críticos. Esta obra dedicada a Mecenas y al príncipe, contiene dos referencias directas a quien por entonces llamaban César (Augusto). En Geórgicas I. 25 y ss., al preguntarse por aquello que los dioses le deparan, menciona que una de las posibilidades es que le hayan asignado un papel en la tierra como “autor de los frutos y moderador del tiempo” (I.28-29), mientras que en Geórgicas III. 16, anuncia, de manera alegórica, su intención de escribir un nuevo poema en el que César estará en el centro. No obstante lo dicho hasta aquí, Geórgicas no es un poema político, sino que dedicado en lo principal a los trabajos que deben realizar los hombres para vivir. Es un poema del trabajo (“Entonces aparecieron los variados oficios. Todo lo venció el extremado trabajo y la necesidad que aprieta en circunstancias duras.” I.145-147); y de la piedad (“Pero ante todo, rinde culto a los dioses…” I.338). Y su escenario es Italia – y no Roma- y la tierra de sus campos que se cultivan. 4 Aunque no constituya el argumento de esta escrito,
grupo se encontró partido en varios pedazos. De ese modo también lo representó Giovan Anto- nio da Brescia (act. 1490- ca. 1520), en el que se cree que es el primer grabado realizado del Laocoonte, aunque éste ofrece una imagen invertida del grupo. Si la imagen de la colección ale- mana fue dibujada por Berruguete, habría que fecharla con anterioridad a su partida de Roma en 1508, pues en 1510, cuando se preparaban las copias para su fundición en bronce, las piezas ya estaban dispuestas en la composición con la que se le instaló en el Belvedere, como muestra la posterior estampa firmada por Marco Dente da Ravenna (¿?-1527), datada hacia 1522-1525. En relación con el dibujo citado, Dacos reconoció una versión del joven troyano de mayor tamaño en el violento giro del verdugo del relieve en el Camino del Calvario (fig. 9) que forma parte del retablo procedente del monasterio jerónimo de La Mejorada (Olmedo, Vallado- lid), realizado entre 1523 y 1526 y conservado asimismo en el Museo Nacional de Escultura (CE0255/011) 65 . Situado igualmente a la derecha de la composición, su perfil recortado sugiere
El inicio en la prostitución por parte de las personas que la practicaban tenía su origen, como hemos indicado, en diversas causas, como la necesidad económica ya comentada; otro tendría lugar de la mano del proxeneta, quien, al igual que ocurría en Grecia, recogen a los menores abandonados, huérfanos o esclavos para explotarlos sexualmente vendiendo dicha sexualidad a terceros con la intención de lucrarse. No obstante, esto tendría lugar hasta el siglo IV d.C. donde se prohíbe la exhibición y abandono de niños en Roma. Pero, al contrario de lo que ocurre en Grecia, en Roma no se prostituían a niñas y niños menores de catorce años, con la excepción ya comentada anteriormente, de que los padres obligaran a sus hijas, por necesidad, a prostituirse para poder subsistir, independientemente de la edad de la menor. Otra forma para iniciarse que existía para iniciarse en esta práctica la encontramos a propósito de la mujer “honrada”, es decir, la prostitución ejercida por una mujer libre romana; lo que ocurría, normalmente, a la muerte del marido: viéndose las mujeres viudas solas se aferran a la idea del placer que procede de la prostitución, practicándola, como una forma de estimulación emocional y no, aunque sí en ocasiones, por una estricta necesidad de subsistir. También encontramos casos de mujeres que a veces elegían libremente la práctica de esta actividad, como en el caso de, mujeres emancipadas que ostentaban la idea de la necesidad de ser independientes en todos los aspectos de su vida, siendo uno de ellos el económico. Por último, también encontramos dentro de esta iniciación libre a mujeres esclavas (independientemente de las relaciones sexuales obligadas que debiera realizar en cuanto tales respecto de sus dueños) que elegían esta vía para conseguir, con el paso del tiempo y el dinero recibido por los servicios, poder pagar su libertad tan ansiada. Éstos dos últimos tipos suelen tener la obligación de pagar un porcentaje de la compensación económica pagada por sus servicios a la figura del proxeneta que normalmente será una mujer, y quien, además, con frecuencia organizaba encuentros clandestinos en su casa, convirtiéndola así en un lupanar, lugar donde se practicaba la prostitución, o lo que es lo mismo, un prostíbulo o casa de citas.