Métodos: estudio observacional descriptivo retrospectivo en una serie de casos de 17 ojos diagnosticados de desprendimiento de retina recurrente por vitreorretinopatía proliferativa, que fueron intervenidos en el período comprendido entre enero 2010 y diciembre 2011. Los pacientes fueron seguidos hasta un mínimo de tres meses posteriores a la última intervención. Los resultados funcionales se evaluaron con la agudeza visual mejor corregida y los anatómicos a través del grado de readaptación retiniana y macular.
Aunque un porcentaje similar de los pacientes tenía desprendimiento macular en el momento de la cirugía, en nuestro estudio no había indicación de la duración del desprendimiento macular; sin embargo, la política del Departamento es no retrasar la cirugía para volver a fijar la retina, incluso cuando la mácula está desprendida por varios días. El estudio ha demostrado un resultado prometedor para la cirugía de desprendimiento de retina, tanto desde el punto de vista anatómico como funcional.
Los cambios y las variaciones anatómicas vítreorretinianas predisponen al desprendimiento de retina regmatógeno, por lo que su conocimiento es de vital importancia para el tratamiento adecuado de los pacientes. Por ello se decidió realizar una revisión acerca de los elementos más importantes al respecto, con el objetivo de actualizar los conocimientos existentes sobre el tema. Estos precursores comprenden tres entidades que, por su fisiopatología, pueden estar presentes en la historia natural de esta afección: Desprendimiento de vítreo posterior, degeneraciones periféricas y desgarro de retina (sintomáticos y asintomáticos). Además, algunas situaciones de riesgo como la cirugía de catarata, la capsulotomía posterior con YAG-láser, los traumatismos y la miopía alta pueden favorecer también al desprendimiento de retina. Estos precursores, por lo general, se hacen más evidentes después de los 40 años, sin predilección por sexo o características raciales y están muy relacionadas con cambios vítreos o su licuefacción. El conocimiento básico y actualizado de estas entidades, así como de los factores de riesgo asociados al desprendimiento de retina es importante para el adecuado manejo y el control de las complicaciones. En la revisión se describen con claridad los pilares fundamentales para el diagnóstico y tratamiento de este tipo de situaciones clínicas.
- Cierre esclerótico o anillo escleral: se trata de un procedimiento quirúrgico, donde se coloca una banda o anillo alrededor de la capa más externa de la pared del ojo, la esclera, con la finalidad de mantener una presión externa sobre el globo ocular, que impida la extensión del desprendimiento de retina. Esta técnica quirúrgica de cerclaje plombajes, valorada por algunos autores como la mejor establecida para la cirugía de la reaplicación de la retina, es una opción primaria para la mayoría de los DRR. Fue introducida en Estados Unidos, en 1949, se usa en los DR primarios y disminuye el riesgo del cerclaje, pero la morbilidad relativamente aumentada asociada al cerclaje escleral ha llevado al desarrollo de técnicas alternas como la 2 anteriores. Estuvo indicada en DR sin vitreorretinopatía proliferativa, debido a que puede impedir el cierre del desgarro. 4,8,25,26
en la revisión de historias clínicas de la Unidad Oftalmológica de Caracas y la Fundación AVAO entre enero 2011 y diciembre 2012. Se incluyeron en un grupo los pacientes con diagnóstico de DR y en otro grupo pacientes a los que se les realizó FCF con láser argón en dicho período. Se excluyeron los pacientes con retinopatía diabética, antecedente de trauma ocular, patologías retinianas, cirugías de retina previas o desprendimiento de retina previos.
Dada la amplitud de campo que supone el desprendimiento de retina, he optado por centrar este Trabajo Fin de Máster en los cuidados de enfermería dirigidos a pacientes que han sufrido un desprendimiento de retina y han sido tratados mediante una vitrectomía. Quizás la elección se ha basado en el interés propio por conocer este ámbito específico, pero además considero esencial la labor de enfermería en este proceso patológico y quería contribuir de alguna manera al mejor conocimiento de algo tan importante para la recuperación de un paciente tras un desprendimiento de retina como pueden ser los cuidados postoperatorios.
El desprendimiento de retina exudativo es una causa poco común de pérdida visual durante el embarazo asociado a la preeclampsia o la la eclampsia. Afecta con mayor frecuencia a mujeres multíparas; suele ser bilateral y aparece preferentemente durante el tercer trimestre de gestación o precozmente tras el parto. 4 Es más
Al examen físico se encuentra paciente con agudeza visual con corrección de 20/200 en OD y 20/60 en OI. La fórmula de gafas que el paciente presentó fue de -2.00 X -4.50 X 37º y +0.75 X -1.00 X 32º, respectivamente. En la biomicroscopía se encuentro en OD signo de shaff er positivo y presión intraocular de 6mmHg. El OI presentó un segmento anterior sin alteraciones. A la fundoscopia se identifi có en OD un desprendimiento de retina regmatogeno con dos agujeros en extrema periferia hacia los meridianos de las 5 y las 7, asociado a hemorragias intrarretinianas. En el OI se evidenció degeneración en lattice inferior asociado a desprendimiento de retina plano con agujero en el meridiano de las 6.
Por tanto, las modificaciones celulares que se producen en el tejido retiniano tras un DR, pueden afectar potencialmente la recuperación de la función visual tras una adecuada reaplicación anatómica 7 . Así, la identificación y control de los mecanismos implicados en la muerte celular y la remodelación retiniana tras un la separación de la retina neural del EPR, presente en múltiples patologías de elevada prevalencia 3,8-10 , resultan cruciales para el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas que permitan mejorar los resultados funcionales de los pacientes 3,4 .
podrían estar entre los posibles factores relacionados con la perdida visual. Hasta ahora el estudio in vivo de los cambios microvasculares retino-coroideos había sido muy limitado ya que técnicas como la AGF y la angiografía con verde de indiocianina no tienen ni la resolución ni la precisión para identificar las distintas y complejas redes vasculares encargadas de la nutrición de la retina, siendo, además, técnicas invasivas, costosas, económicamente y temporalmente, y que no están exentas de riesgos. Sin embargo, la reciente introducción de la OCTA ha abierto nuevas fronteras para el estudio angiográfico de la retina y ha demostrado su utilidad en enfermedades como la DMAE y la retinopatía diabética. En este estudio retrospectivo exploratorio se ha propuesto la posibilidad de utilizar esta nueva técnica de imagen para identificar eventuales cambios microvasculares en la retina y la coroides en pacientes intervenidos de DR. De acuerdo con nuestros conocimientos, este es el primer estudio jamás realizado en el cual se hayan obtenidos datos de flujo en DCP/CCP, NFA y VD en pacientes intervenidos de DR.
Con lo resultados aquí obtenidos nos acercamos a la conclusión de que una mejor recuperación visual dentro de los 6 primeros meses posquirúrgicos se puede observar en aquellos ojos que tuvieron major agudeza visual preoperatoria y una resolución del desprendimiento de retina dentro de las primeras 5 semanas, asi como también en aquellos que presentan continuidad de la línea elipsoide en la tomografía óptica coherente. Los pacientes que presentan persistencia de líquido submacular tienen una recuperación visual deficiente en el tiempo. Todas estas conclusiones son similares a las que se llegaron en otros estudios sobre el tema. El edema macular parece no comportarse estrictamente como un factor influyente de manera negativa en la recuperación visual pues habiendo inclusive microquistes hay ojos con relativamente Buena recuperación visual.
Se presenta el caso de un paciente masculino de 18 años de edad color de piel blanca, con antecedentes hace dos años de nefropatía por Ig A, y de lupus fijo discoides hace aproximadamente un año, confirmados por biopsia; el cual acudió a consulta de retina del centro oftalmológico del Hospital Universitario Manuel Ascunce Domenech, por referir disminución de la agudeza visual de ambos ojos desde hace cuatro meses.
la ET residual es preciso corregirla mediante un debilitamiento amplio al RMI (que dependerá de lo que se pueda realizar en función del cerclaje previo de ese ojo). A la Dra. Murillo le llama la atención que no presente diplopía horizontal ya que aparenta todavía una ET pequeña, que sería lo único que ella trataría quirúrgicamente. El Dr. Pasquinelli investigaría las adherencias en el RID; y localizaría el OII: Si se temporalizó (efecto antielevación) lo corregiría dejándolo más cerca del RII (menos temporalizado), y si tiene adherencias las liberaría o realizaría un retroceso en bloque hasta resolver la restricción. El Dr. Rodríguez retroinsertaría uno/dos RM y el RSI que seguramen- te esté adherido al cerclaje/explante de la primera cirugía de retina. Y, por último, el Dr. Torres, si tuviera que operar, actuaría sobre el OD (al ser el dominante) mediante una resección al RSD (por ser el recto vertical que se halla indemne). Con ello intentaría mejorar la elevación de dicho ojo y, así, conseguir bajar más el mentón (corrigiendo el torticolis residual que queda por el déficit de elevación).
Por todo lo anterior y teniendo en cuenta que se trata de una sustancia que, por ser experimental, se le desconocen mu- chas propiedades, podríamos decir de acuerdo con los resul- tados obtenidos que una inyección intravítrea de hialuronida- sa (0.30 ml) y dos semanas después una segunda inyección intravitrea de ACS–300 (0.50 ml), es un método no mecánico seguro para crear un desprendimiento de retina en conejos y que puede ser efectivo para realizar traslocación macular, evitando gran parte de las complicaciones que presenta esta técnica quirúrgica en la actualidad.
El tratamiento más utilizado y el menos agresivo es la ra- dioterapia externa con una dosis total de 35 a 50 Gy en 3 a 5 semanas con una dosis por fracción menor de 2 a 3 Gy (12) con un campo lateral directo o dos campos oblicuos anterio- res en cuña para evitar la opacificación del cristalino (3). Hay cuatro criterios para la indicación del uso de radiotera- pia según Mewis y Young (13): 1) desprendimiento de retina, 2) disminución de la agudeza visual, 3) amenaza de dismi- nución de la agudeza visual, 4) crecimiento tumoral rápido. Por lo general tiene un crecimiento más rápido que un tumor maligno primario de ojo (14) siendo la supervivencia
Objetivo: Determinar la eficacia y la seguridad de la maniobra steam roller en pacientes tratados con retinopexia neumática. Método: estudio experimental, prospectivo, comparativo y longitudinal en pacientes con desprendimiento de retina primario, tratados mediante retinopexia neumática. Los sujetos se asignaron a uno de dos grupos: sin maniobra de steam roller (grupo 1) o con ella (grupo 2). Se compararon entre grupos las proporciones de éxito anatómico con una sola intervención, mejoría visual, éxito anatómico con reintervención y eventos adversos (prueba de ji al cuadrado). Se comparó en cada grupo la agu- deza visual preoperatoria con la posoperatoria (prueba t de Wilcoxon). Resultados: 40 ojos (edad 55.9 ± 13.3 años); 15 se asignaron al grupo 1 y 25 al grupo 2. Las proporciones de éxito anatómico con una sola intervención, mejoría visual, éxito anatómico con reintervención y eventos adversos no difirieron entre grupos (p > 0.05). La agudeza visual mejoró en ambos grupos, pero en los ojos que presentaron éxito con una sola intervención solo mejoró en el grupo 2 (promedio logMAR preope- ratorio 1.72 ± 1.64; postoperatorio 0.61 ± 0.61; p = 0.008). Conclusiones: La maniobra steam roller es eficaz para mejorar la agudeza visual en pacientes con retinopexia neumática, que alcanzan éxito anatómico con una sola intervención, y no deteriora el pronóstico en quienes requieren reintervención.
La variable primaria de resultado fueron las lesiones traumáti- cas de la retina que requieren atención oftalmológica de urgencia (desprendimiento de retina y cuerpo extraño intraocular), para la cual se determinó proporción e intervalos de confianza de 95 % (IC 95 %). Se consideraron como variables basales, edad, sexo, grado, pupila y zona, así como otras lesiones traumáticas de la retina que no requerían tratamiento de urgencia: conmoción re- tiniana, hemorragia vítrea, ruptura coroidea, hemorragia retiniana, desgarro retiniano y avulsión de la base del vítreo.
Los pacientes también pueden presentar endoftalmitis crónica, generalmente asociada con membrana ciclítica, desprendimiento de retina, uveítis anterior de bajo grado, vitritis y sinequias posteriores. La presentación atípica incluye granuloma del nervio óptico, papilitis, masa iridial inflamatoria, larvas intracorneales, larvas móviles en el vítreo y en la retina y escleritis. 5,10-12
Cibis (1). El aceite de silicona ha demostrado ser una alter- nativa importante para lograr el éxito quirúrgico en patolo- gías vitreorretinianas de difícil manejo, siendo sus principa- les indicaciones el desprendimiento de retina regmató- geno asociado a vitreorretinopatía proliferativa (VRP) y ca- sos complicados de retinopatía diabética vitreoproliferativa (RDVP) con tracción retiniana (2-4). Inclusive ha sido de ayuda en casos de pacientes diabéticos previamente vitrectomizados con resangrados frecuentes sin complica- ciones severas retinianas (5), y en hemovítreos traumáticos