Estudios recientes demuestran que esta clasificación tiene un alto nivel de confiabilidad y reproductibilidad, comprobado también mediante estudios biomecánicos in vitro realizados sobre ganado bovino 8,9 . A partir de la controversia existente en relación a la clasificación y el manejo de las fracturastoracolumbares, Vaccaro desarrolló en el año 2004 un nuevo sistema de clasificación y valoración de la severidad de estas lesiones: “The Thoraco-lumbar Injury and Severity Score” (TLISS), basado en tres variables mayores que son: 1) el mecanismo de producción según rayos X, 2) indemnidad del complejo ligamentario posterior y 3) estado neurológico del paciente; proponiendo un algoritmo terapéutico en cada caso particular 10 .
- Resultados funcionales del tratamiento quirúrgico en fracturastoracolumbares en pacientes con enfermedad metastásica vertebral en el Hospital Juárez de México. Diego Martín De la Torre-González,* Gilberto Ramírez-Castañeda,** Alejandro Sharid Suárez Lubian,*** Gabino David Acevedo Pérez. La columna vertebral es la localización más frecuente de las metástasis esqueléticas que ocurren hasta en 40% de los pacientes con cáncer. Los sitios primarios más comunes son los de mama, próstata y pulmón, con la participación de 39.3, 23.5 y 19.9%, respectivamente y con un ligero predominio masculino. La columna torácica se ve afectada hasta en 70% de los casos, seguido por las áreas lumbar y cervical. Objetivo. Determinar cuáles son los resultados funcionales del tratamiento quirúrgico en pacientes con fracturastoracolumbares en la enfermedad vertebral metastásica en el Hospital Juárez de México. Material y métodos. Estudio longitudinal retrospectivo efectuado en el Hospital Juárez de México en el Servicio de Ortopedia y Traumatología, Módulo de Columna Vertebral, de enero de 2012 a diciembre de 2014. Se atendieron 10 pacientes con enfermedad metastásica vertebral, valorando la condición neurológica previa al evento quirúrgico y posterior a él; se utilizaron diferentes escalas funcionales como el Índice de Discapacidad de Oswestry (IDO), escala de Tomita, la escala visual análoga para el dolor (EVA) y se adaptó la escala de ASIA para clasificar al paciente. Resultados. En 90% de los pacientes se registró mejoría de la valoración prequirúrgica a la posquirúrgica en rangos que se presentaron según escala de valoración: ASIA, 20 a 80%. EVA, 60 a 80%. IDO, 39.13 a 65.00%. Conclusiones. Mediante las escalas EVA, ASIA e IDO se determinó la evolución funcional de los pacientes manejados con tratamiento quirúrgico por fracturastoracolumbares en la enfermedad metastásica con resultados alentadores, y resaltan la importancia del tratamiento quirúrgico, identificándose los factores de riesgo: edad, sexo y tipo de lesión de columna.
Existe controversia respecto al manejo óptimo de las fracturastoracolumbares en pacientes con deformidad cifótica de leve a moderada, lesión neurológica incompleta y compromiso del canal. La literatura muestra un amplio rango de resultados controversiales debido a que la mayoría de los estudios son muy criticables por tener un diseño retrospectivo, poblaciones heterogéneas y dife- rentes estrategias de tratamiento, seguimiento limitado y la pobre definición de las medidas de evolución.
El estudio de Dhall et al 6 se basa en comparar sobre todo diferentes tipos de técnicas mínimamente invasivas, pero también compara algunas variables con la cirugía convencional. Demostraron, al igual que De Iure et al 8 , que el empleo de la cirugía mínimamente invasiva puede ser usada con satisfacción en las fracturastoracolumbares, ya que reflejan escasas complicaciones y aporta mayores beneficios como la reducción de la estancia hospitalaria o la disminución del dolor.
El uso del meta-análisis ha sido usado en la literatura médica con un incremento en su frecuencia en los úl- timos años y puede ser una herramienta estadística po- derosa para proporcionar descripción cuantitativa en una investigación. En el presente estudio se encontró que la literatura base fue deficiente para su análisis, ya que fueron casos retrospectivos y no hubo grupos con- trol. Se pretendió analizar las ventajas de una descom- presión en etapa aguda (0 a 5 días), estabilización con injerto óseo y fijación de fracturastoracolumbares por vía anterior contra una descompresión tardía, evitan- do o disminuyendo una lesión neurológica mayor o su progresión, una cifosis postraumática y complicacio- nes postquirúrgicas.
Introducción. Las lesiones traumáticas de la columna vertebral son complejas y día con día evolucionan en presentación, es decir, encontramos lesiones complejas que involucran no sólo a la columna vertebral, también a órganos vecinos que invariable- mente limitan el tratamiento condicionando que los pacientes con traumatismos severos que produzcan fracturas vertebrales queden con secuelas permanentes relacionadas a la función por lesión medular, esto desafortunadamente cambia de por vida a las personas que las padecen haciendo de esta entidad una urgencia y un reto más para el cirujano de columna. Objetivo. Mostrar la experiencia obtenida durante nueve años en el Servicio de Columna Vertebral del Hospital Juárez de México en el manejo de las fracturastoracolumbares. Material y métodos. Se realiza un estudio prospectivo, longitudinal y observacional de pacientes con fracturas vertebrales en el Hospital Juárez de México en nueve años de labor, se les da seguimiento a 113 pacientes 75 hombres y 38 mujeres con diagnóstico de fractura vertebral con o sin lesión neurológica utilizando manejo conservador con uso de corsés y tratamiento quirúrgico por abordaje posterior con tornillos transpediculares con sistema VSF, y abordaje anterior con uso de placa lateral (BIOS) sola y en combinación con implantes intersomáticos complementando su valoración en un año. Resultados. Trece pacientes fueron tratados de forma conservadora tres de ellos debido a las complicaciones secundarias al traumatismo que limitaron el tratamiento oportuno de la fractura vertebral quedando con secuelas neurológicas, para los diez restantes se determinó manejo de acuerdo con los criterios quirúrgicos, 100 pacientes fueron tratados de forma quirúrgica 47 pacientes con placa anterior en fracturastoracolumbares incluyendo en 29 pacientes espaciadores intersomáticos como jaulas de titanio con injerto autólogo y en 18 pacientes con distractores dinámicos, 53 pacientes fueros tratados con sistemas de fijación transpedicular. Conclusiones. Tenemos la experiencia de tratar fracturas torácicas y lumbares, conocemos y manejamos los implantes requeridos para estas lesiones, por el tipo de pacientes que tratamos se han diseñado implantes para su tratamiento, hemos observado la evolución inicial y a largo plazo de nuestros enfermos, los resultados son satisfactorios.
Las fracturastoracolumbares generalmente se deben a traumatismos de alto impacto, en su mayoría accidentes automovilísticos o caídas, seguidas en fre- cuencia por heridas penetrantes, ya sea por arma de fuego o traumatismos di- rectos por violencia delictiva o deportes de contacto. Frecuentemente se acom- pañan de otras lesiones, entre ellas traumatismo craneoencefálico, lesiones a órganos internos como vejiga, hígado, vísceras huecas, bazo y fracturas en otras partes del cuerpo. Más de 150,000 casos de fracturas vertebrales se pre- sentan anualmente y, de éstos, aproximadamente doce mil presentarán lesión del cordón medular o de la cauda equina; 4,200 accidentados morirán antes de llegar al hospital, 5,000 presentarán paraplejía y otros 1,200 morirán durante su estancia hospitalaria. El promedio de sobrevivencia a diez años para pacientes menores de 29 años es de 86%, disminuyendo precipitadamente a 50% en pa- cientes mayores de 29 años. 1
Introducción. La columna vertebral es la localización más frecuente de las metástasis esqueléticas que ocurren hasta en 40% de los pacientes con cáncer. Los sitios primarios más comunes son los de mama, próstata y pulmón, con la participación de 39.3, 23.5 y 19.9%, respectivamente y con un ligero predominio masculino. La columna torácica se ve afectada hasta en 70% de los casos, seguido por las áreas lumbar y cervical. Objetivo. Determinar cuáles son los resultados funcionales del tratamiento quirúrgico en pacientes con fracturastoracolumbares en la enfermedad vertebral metastásica en el Hospital Juárez de México. Material y métodos. Estudio longitudinal retrospectivo efectuado en el Hospital Juárez de México en el Servicio de Ortopedia y Traumatología, Módulo de Columna Vertebral, de enero de 2012 a diciembre de 2014. Se atendieron 10 pacientes con enfermedad metastásica vertebral, valorando la condición neurológica previa al evento quirúrgico y posterior a él; se utilizaron diferentes escalas funcionales como el Índice de Discapacidad de Oswestry (IDO), escala de Tomita, la escala visual análoga para el dolor (EVA) y se adaptó la escala de ASIA para clasificar al paciente. Resultados. En 90% de los pacientes se registró mejoría de la valoración prequirúrgica a la posquirúrgica en rangos que se presentaron según escala de valoración: ASIA, 20 a 80%. EVA, 60 a 80%. IDO, 39.13 a 65.00%. Conclusiones. Mediante las escalas EVA, ASIA e IDO se determinó la evolución funcional de los pacientes manejados con tratamiento quirúrgico por fracturastoracolumbares en la enfermedad metastásica con resultados alentadores, y resaltan la importancia del tratamiento quirúrgico, identificándose los factores de riesgo: edad, sexo y tipo de lesión de columna.
ma de Denis para aclarar los conceptos de estable e inestable. Su sistema de clasificación enfatiza la im- portancia del complejo ligamentario posterior como factor primordial en la estabilidad de la fractura. Sin embargo, a pesar de lo mencionado anteriormen- te, y aunque existen muchos sistemas de clasifica- ción de fracturastoracolumbares, la clasificación de Francis Denis posiblemente sea la más utilizada en la actualidad.
El diagnóstico auxiliar de las fracturastoracolumbares se ha realizado a través de los años sólo por radiografías simples; sin embargo, la nueva tecnología nos ha llevado a tener imágenes más nítidas y a su vez más precisas, dando lugar también a su manejo a través de la digitalización. Las nuevas técnicas y equipos de diagnóstico, como la tomografía axial computarizada (TAC), la resonancia magnética nuclear (RMN) e inclusive la ecografía, han permitido obtener mayor información sobre estas lesiones, principalmente sobre las alteraciones que se presentan en los tejidos blandos que las rodean, lo que ayuda a establecer la verdadera magnitud de su inestabilidad, a inferir los vectores que generaron la lesión y a planificar su tratamiento.
El manejo quirúrgico de las fracturastoracolumbares depende de varios fac- tores: tipo de fractura, estabilidad de la columna, estado neurológico y preferen- cia del cirujano; un factor muy importante es si se realiza un abordaje anterior, posterior o combinado. El objetivo es optimizar la descompresión y proveer una fijación interna estable con el menor número de segmentos fusionados. Las instrumentaciones cortas por vía anterior o posterior con las técnicas actuales han llegado a ser la mejor opción para este fin.
Métodos: se realizó un estudio descriptivo, retrospectivo y longitudinal de 42 pacientes con fracturastoracolumbares con daño neurológico tratados en el servicio de Ortopedia y Traumatología del Hospital Universitario Manuel Ascunce Domenech de Camagüey, desde enero de 2000 hasta diciembre de 2015. Resultados: predominó el sexo masculino entre los 36 y 50 años, el nivel de localización topográfica más frecuente fue entre T 10 a L 2 , en la mayoría de los pacientes la caída de alturas fue la causa del trauma, las
En este estudio se revisaron 23 pacientes con el diagnóstico de fractura vertebral toracolumbar traumática, de enero del 2001 a diciembre del 2002. Los pacientes que presentaban fractura vertebral estable se trataron conservadoramente con ortesis, el tiempo necesario para alcanzar la consolidación. Los pacientes con fractura luxación vertebral claramente inestable o por estallamiento con compre- sión de más del 50% de la superficie corporal y un ángulo xifótico mayor a 35° se trataron quirúrgicamente. El manejo quirúrgico de las fracturastoracolumbares incluyen un periodo mínimo de hospitalización, corrección de la deformidad xifó- tica, evita el deterioro neurológico ocasionado por la inestabilidad y da oportuni- dad de hacer descompresión directa de los elementos neurales. Se efectuaron abordajes por vía posterior y anterior, fijando las primeras con tornillos transpedi- culares con sistema VSF y las segundas con placa y tornillos con el sistema BIOFIX. Como complicación se tuvieron dos rupturas de los tornillos transpedicu- lares, teniendo que retirar el sistema de fijación para abordarlos por vía anterior. Conclusión: En las fracturas vertebrales toracolumbares agudas estables, es necesaria la inmovilización externa con ortesis, manteniendo una buena posi- ción de la columna vertebral, evitando la xifosis y el compromiso neurológico. En las fracturas inestables está indicado el tratamiento quirúrgico valorando cuál es el mejor abordaje y sistema de fijación para alcanzar la estabilidad, la artrodesis y evitar agravamiento de daño neurológico.
Varios estudios demuestran, además, que el tipo de fractura previa influye en el riesgo de sufrir posteriormente una fractura de cadera, un estudio realizado en el Sistema de Salud de Taiwán confirma que la fractura de radio distal (especialmente en mayores de 60 años) aumenta el riesgo de padecer posteriormente fractura de cadera; siendo además este riesgo mayor en mujeres (3). Otro estudio realizado en población estadounidense objetiva que las mujeres postmenopáusicas con fracturas por fragilidad tienen mayor riesgo de sufrir una fractura posterior, excepto en mujeres de <75 años con fracturas de tobillo, tibia o peroné, donde no aumenta el riesgo (4).
D e acuerdo a los resultados obtenidos podemos decir que las fracturas más frecuentes que se presentan en el Servicio de Urgencias del Hospital Regional de Veracruz. son de pacientes del sexo masculino, con un poco más del doble que las pacientes del sexo femenino; los grupos de pacientes por edad más afectados, son los pacientes en edad productiva, que va de 31 a 35 años y de 4 6 a 5 0 años, pero también sobresale el grupo el grupo de 15 a 20 años, posteriormente los pacientes del grupo etario de 66 a 70 años, esto se puede comprender, por los estilos de vida de los pacientes jóvenes y de mediana edad, que estén constantemente en riesgos de accidentes de trafico, laborales y deportivos. En los pacientes en edad adulta existe un repunte por problemas principalmente por problemas de osteoporosis, que hace frágil el sistema óseo. En cuanto a los huesos más afectados se comprueba que son los de las extremidades inferiores, principalmente el fémur, seguido de la tibia y peroné, y ios huesos de las extremidades superiores que más frecuentemente se fractura son el humero seguido de la clavicula.
Muchas fracturas orbitales no conducen a enoftalmos, diplopía o disfunción de la motilidad ocular. Sin embargo, la predicción de resultados futuros en el contexto agudo puede ser difícil. La decisión de observar una fractura o proceder con la cirugía se basa en los hallazgos clínicos, exámenes de imagen orbital, y la evaluación de los riesgos y los beneficios de cualquiera de las opciones. Las indicaciones para la intervención quirúrgica pueden separarse en reparación inmediata vs. tardía.
Podría incluir cinco proyecciones, una proyección late- ral utilizada para valorar el estado de pérdida (Ángulo de Bohler), así como la rotación de la faceta posterior. La proyección axial o de Harris es realizada para valo- rar la posición en varo de la tuberosidad y el ancho del talón. Las proyecciones anteroposterior y oblicuo del pie son hechas para valorar el proceso anterior y la arti- culación calcáneo cuboideal. La proyección de Broden I y II (Figs. 5 y 6) para evaluar la carilla subastragalina posterior, estas incidencias se basan en la teoría de que el mejor examen de la articulación facetaria posterior se realiza con dos proyecciones en planos perpendiculares entre sí y a 45 grados respecto del eje longitudinal del pie. Broden I es obtenida con rotación interna de la pier- na de 40 grados con el tobillo en neutro, el rayo central se dirige hacia un punto ubicado 2-3 cm caudoventral- mente respecto al maleolo externo, se obtienen cuatro exposiciones con el tubo a 40, 30, 20 y 10 grados, res- pectivamente, hacia la cabeza. La imagen obtenida a 40 grados muestra la parte anterior de la articulación astraga- localcánea y la exposición obtenida con el tubo a 10 gra- dos muestra su parte posterior, las exposiciones a 30 o 20 grados pueden mostrar la articulación entre la apófisis menor del calcáneo y el astrágalo. Broden II se coloca al Figura 4. Fracturas intraarticulares.
Según la Organización Mundial de la Salud, los accidentes de tránsito y sus efectos son un problema de salud pública global. Cada año más de 1,3 millones de personas mueren en el planeta por esta causa y casi la mitad de estos muertos son peatones, hombres de 15 a 44 años, cabezas de familias pobres (Organización Mundial de la Salud. Fracturas de miembros pélvicos. 2012). Los accidentes son la primera causa de mortalidad en el grupo etario de 21 a 40 años, con alto índice de amputación en traumatismo de alta energía (45%) de la pierna, siendo los accidentes automovilísticos los que ocupan el primer lugar de frecuencia, seguidos por caídas de gran altura y accidentes violentos. Esta investigación posee un enfoque cuantitativo, no experimental de corte transversal, el método empleado es la observación directa y análisis, en donde se incluyó a 195 pacientes con diagnóstico de Fractura expuesta que cumplieron con los criterios de inclusión atendidos en el Hospital General Babahoyo de 01 de enero del 2015 a enero 01 del 2018. Resultados: Los pacientes adultos jóvenes entre 18 y 40 años, de sexo masculino fue el grupo más afectado. La mayor incidencia la posee la fractura diáfisis con 59 % y Afecta sobre todo a personas jóvenes, de sexo masculino, en un accidente de tráfico, habitualmente en un contexto poli traumatológico La mayor incidencia de fractura expuesta son debido a accidentes de tránsitos con 56%.
Introducción: El complejo cigomático maxilar con su convexidad prominente, es muy vulnerable a las lesiones. Objetivo: abordar elementos actuales sobre el diagnóstico, clasificación, tratamiento y complicaciones de las fracturas del complejo cigomático. Métodos: Se realizó una revisión bibliográfica en septiembre de 2016. Se evaluaron revistas de impacto de Web of Science (29 revistas) y 2 libros. Se consultaron las bases de datos de MEDLINE, PubMed y SciELO con los descriptores: "zygomatic fracture", "treatment", " epidemiology". Se incluyeron artículos en idioma inglés, preferentemente de los últimos 5 años. Se obtuvieron 109 artículos. El estudio se circunscribió a 41. Análisis e integración de la información: El correcto diagnóstico basado en los hallazgos clínicos y medios auxiliares de diagnóstico, permite clasificar la fractura. La clasificación más empleada en nuestro medio es la de las Guías Prácticas de Estomatología. Las modalidades terapéuticas pueden incluir el tratamiento quirúrgico con el uso de métodos de fijación que permiten mayor o menor estabilidad. Las complicaciones pueden aparecer. Conclusiones: La proyección anatómica de los huesos malares justifica la incidencia de estas fracturas. El diagnóstico debe basarse en el interrogatorio, examen físico y los medios auxiliares de diagnóstico imagenológicos. La radiografía Waters es una buena opción de imagen. Al clasificar la fractura se establece un plan de tratamiento basado en la valoración individual de cada caso con el objetivo de evitar complicaciones posteriores.
El manejo no quirúrgico ha sido propuesto en casos se- leccionados y en fracturas de la pared posterior solo cuando se encuentran no desplazadas, sin lesión del conducto naso- frontal, con seguimiento periódico de los pacientes debido al riesgo latente de complicaciones. El tratamiento consiste en la administración de antibióticos de amplio espectro y revaloración al mes, a los tres y seis meses y al año para ve- rificar la restauración de la permeabilidad y el aclaramiento mucociliar, 15 y después anualmente durante cinco a 10 años