La propuesta de una educación inclusiva con los niños y jóvenes desplazados por la violencia, adoptando el teatro como herramienta es válida. La puesta en escena que no necesita de espacios determinados, ni de paredes, sino la buena voluntad de quienes quieren integrarse a un cambio de vida y superar el sufrimiento, aceptando a aquellos que están en el proceso, niños, niñas, jóvenes íntegros, buscando que los adultos que los dirigen sean personas integras, propositivas de cambio y que tengan vocación para contribuir con el progreso de los marginales violentados por el sistema. Cuando en la educación inclusiva se aborda el teatro instrumentalmente, no se puede limitar a unos aspectos sino por el contrario debe ser proyectado con la danza y el baile. No se puede dejar a un lado lo “corporal como una fase superior de las anteriores, [..] parece marginal y misteriosa, inútil y extraña” (Moreno. 2002, p. 44) si lo corporal no forma parte de la educación inclusiva es dejar a los niños en un estado de invalidez, es aumentar su inseguridad, fragilidad de vida, es llevarlos a que continúen con el temor y el miedo que la violencia y el desplazamiento sembraron en ellos.
violencia que afecta a la escuela, una tipología de violencia que puede ser entendida como violencia directa en tanto que es una intervención directa de unos sobre otros, pero que adquiere un matiz distinto y no poco agresivo, nos referimos aquí a la violencia del tipo armado. Violencia en la que media en ella la utilización de armas de guerra. A este respecto la Unesco publica en el 2007 el informe Education under attack: A global study on targeted political and military violence against education staff, students, teachers, union and government officials, aid workers and institutions, resultado de una investigación encargada por dicho organismo y que centra su atención sobre el aumento de actos de violencia armada contra estudiantes, miembros del personal educativo y directivos de los centros a nivel global. Otra perspectiva surge entonces cuando pensamos en el hecho de que la educación sea “blanco” de ataques armados deliberados.
En el contexto de una sociedad liberal moderna, que aspira a entrar en la época de la información y el conocimiento, la educación constituye un sector donde la acción del Estado es no solo deseable, sino también imprescindible. En primer lugar, por razones de equidad social, hay que aprovechar las oportunidades de la cultura, la recreación y el quehacer político. En segundo lugar, que los recursos invertidos en educación, especialmente para los niños y jóvenes desplazados por la violencia de la guerra, también sirvan para asegurar a mediano y largo plazo el desarrollo humano como producto de un crecimiento más equitativo e inclusivo en la sociedad a fin de llevar una vida digna. Desde esta óptica, la educación es un elemento esencial del desarrollo humano y constituye la esperanza y el ingreso a la sociedad (Velosa y Junca, 2004: 44-49). En tercer lugar, por una rápida adaptación de las costumbres y prácticas escolares, para que los niños y jóvenes se interesen por la vida escolar; eso sí, con el apoyo de sus progenitores. En cuarto lugar, la educación no es optativa ni una decisión de padres o responsables, es un derecho de los sujetos y un deber del Estado. En quinto lugar, las políticas públicas del Estado deberán desarrollar estrategias para que el acceso sea gratuito (Fundación Entreculturas, 2010: 47).
La triste actualidad de la violencia, reactivada en el nimbo de unas horas que van marcando el pulso informativo, tiene un reverso oscuro de sumisión pro- funda. Si sólo debemos tener miedo a tener miedo, entonces, ¿cómo fortificar la resistencia? Lo peor de la violencia -ya sea terrorista o familiar- es la sumisión de quien la sufre: una sumisión que no sólo es externa, sino que se torna inte- rior. Marcelino Domingo, ministro de Instrucción Pública durante la II República, entendió pronto que la única manera de vencer ese miedo ultraterreno, íntimo, era la educación de gentes libres, y así surgieron las Misiones Pedagógicas. Una educación que después, desde el ámbito intelectual y con el respaldo de Fernando de los Ríos, pudo así nutrirse desde el teatro de nuestro Siglo de Oro por medio de La Barraca, donde el poeta Federico García Lorca y el pintor Santiago Ontañón, entre otros muchos universitarios entusiastas, fueron llevan- do a los pueblos españoles nuestra mejor dramaturgia.
En la provincia de Imbabura en el informe quincenal que publica la policía acantonada en la cabecera cantonal Ibarra, “se sostiene que con educación se logrará erradicar la violencia intrafamiliar, meta que se ha propuesto este servicio policial. 3200 alumnos y 1300 padres de familia recibieron charlas sobre violencia intrafamiliar y educación sexual, se enfatiza que en el próximo año lectivo la Policía, continuará con esta campaña con la finalidad de desterrar la violencia”; 6 mientras que por su parte El Ministro de Gobierno expresa que es necesario una política clara para articular dentro del propio Estado un proceso en el que se involucra al Mies, que es el Ministerio de lo social, reconoce además, que “por primera vez se pudo incidir en la construcción de políticas sociales sobre un tema que jamás había estado en su agenda; las destinatarias, mujeres pobres y madres, mismas que no eran consideradas como sujetos de derechos; por lo tanto, las políticas no atendían esta necesidad tan sentida de prevenir y atender la violencia de género”. 7
Espacios reclamados como referente, que a su vez muchas veces son difíciles de sostener por parte de aquellos que son los responsables de hacer funcionar las instituciones educativas. El registro de la necesidad de espacios de encuentro, creemos que no se resuelve únicamente a través de mecanismos implementados desde la Ley Federal de Educación, como ser: los espacios de Orientación y Tutorías, los espacios de Definición Institucional para la convivencia, Los Consejos escolares de disciplina, etc. A pesar de que son instancias superadoras, donde se logran avances respecto de la educación tradicional, caracterizada por el disciplinamiento, la problemática de la violencia tiene un origen multicasual y altamente complejo.
Por otro lado, Roland y Munthe (1989) definen el bullying como “una violencia prolongada y que se repite, tanto mental como físicamente, llevada a cabo por un individuo o grupo y dirigida contra un individuo que no es capaz de defenderse ante dicha situación convirtiéndose en víctima”. (p.9). Esta definición resulta relevante ya que es la primera definición donde empiezan a valorarse, a parte de los daños físicos, los daños psicológicos que, como veremos más adelante son más nocivos y difíciles de valorar en la victima.
De igual forma, el tipo de violencia psicológica promedio presente en los estudiantes del CEBA “Miguel Grau”, se refuerza con los hallazgos de Castillo (2015) en su investigación demográfica “Violencia de pareja en el Paraguay según la encuesta nacional de demografía y salud sexual y reproductiva 2008”, donde los resultados obtenidos fueron que el 36 % reporto violencia verbal, seguido de los demás tipos de violencia. Además, concluyo que la violencia verbal fue reportada en los estratos medio y alto. Esta coincidencia se debe a que las personas con un mayor control de las emociones y estado socioeconómico regular a más, evitan recurrir a los golpes y maltrato físico para descargar su ira mediante los insultos y humillaciones verbales.
Las relaciones personales, laborales y sociales están marcadas por la violencia. El padre de Shin Chan es violento con su hijo y también con su mujer, a la que trata claramente como un ser inferior al que, en el fondo, se le teme pero se le desprecia. La madre de Shin Chan, por su parte, pega al niño y a su marido en función de sus frustraciones propias, pasa de la dulzura al grito sin apenas transición y exhibe una contenida violencia con la sociedad en general. Las profesoras de Shin Chan también aplican la violencia como forma de encauzar a unos niños cada vez más desobedientes, maleducados y, por supuesto, intratables.
Otro aspecto a comentar es la especificación que se hace en la ley entre quienes se produce violencia familiar, y en particular nos gustaría resaltar el literal, que se refiere a quienes habitan en el mismo hogar, siempre que no medien relaciones contractuales o laborales. Al efectuar un análisis de este literal, nos ponemos a pensar: ¿Quiénes habitan en el mismo hogar, sin que medien relaciones contractuales o laborales?. En este grupo, están los parientes después del cuarto grado de consanguinidad (los hijos de los bisabuelos, los hijos de los primos hermanos, etc.) y segundo de afinidad (los hijos de los hermanos del cónyuge y de sus primos hermanos, etc.). Sin embargo, reparamos en aquellas personas que no son parientes ni consanguíneos ni legales, inmediatamente pensamos en aquellas parejas homosexuales que viven juntas sin mediar relaciones contractuales o laborales, inclusión que nos parece acertada, dado que la realidad es la que debe orientar y dirigir el contenido de las normas, tanto más si es política permanente del Estado la lucha contra toda forma de violencia familiar, conforme así lo ha prescrito la Ley en su artículo 3°.
Función ideológica en efecto y en cualquier comunidad la educación ha sido, una preparación para el lugar social al que adulto el niño debiera advenir. Y también como siempre se ha hecho, no desde un planteamiento, digamos naturalista, sino a través de los tortuosos mitos o cuentos de nodrizas o iniciáticos. El propio Platón lo veía necesario y así lo constatamos por doquier desde las culturas paleolíticas en adelante.
En Estados Unidos, el psiquiatra Alan Felthous (1985) realizó varios estudios a hombres violentos en cárceles, en los que confirmó la conexión entre el maltrato animal y las conductas delictivas. Asimismo, en la revista Journal of the American Academy of Psychiatry (2002), se publicó un tratado donde se asociaban los actos de crueldad contra los animales en la infancia y el desarrollo de un trastorno de personalidad antisocial y el abuso de sustancias (VioPet, 2017). Por último, cabe señalar que la Profesora de Filosofía del Derecho y Sociología Jurídica de la Universidad de Zaragoza, María José Bernuz Beneitez, diferencia tres situaciones en las que se vincula la violencia contra los animales y la violencia de género: el maltrato instrumental, que se produce para causar daño y sufrimiento psicológico a la pareja, es decir, el agresor maltrata a la mascota para hacer sufrir a miembros de su familia. En segundo lugar, el maltrato animal puede ser un indicador temprano y fiable de otras situaciones de violencia o de un agravio poco a poco de las mismas. Y por último, las consecuencias negativas tanto en el desarrollo cognitivo como en el emocional de los niños y niñas al presenciar escenas de violencia contra los animales.
Lo establecido de esta forma es nombrado por Heidegger como lo constante. El hombre esta pro-vocado a esa forma de desocultar lo real, pero esto implica a nuestro juicio, que, al mismo tiempo el hombre esta pro-vocado a entender lo real como lo constante en el sentido en que él esta conducido, enrielado, a configurar su realidad unívocamente en el campo de lo útil, de lo disponible; no apropiando en esta realidad suya aquello que por ser de otra naturaleza se haya in-disponible; Heidegger dirá: “El hombre, en cuanto pro-vocado de esa manera, está en el ámbito esencial de lo dis-puesto” (2003 : 134) Cuando aquí afirmamos que la educación tiene como fin encaminar a aquellos que informa hacia el ámbito de lo dispuesto, intentamos señalar que la dirección de la educación así tecnificada encontrará su meta última en el momento en que el hombre sea comprendido cabalmente como recurso a disposición; en palabras de Heidegger:
En el álbum el argumento, aunque adaptado, guarda la esencia de la obra clá- sica: La violencia desatada sin una razón justificada: “En la primera parte, -La locura de Orlando-, se narra la historia de una locura descomunal. Orlando apa- rece como héroe y como perdedor… pierde la razón y, enfurecido, siembra la destrucción por donde pasa. En la segunda parte, -El viaje a la luna-, se relata la búsqueda de la razón de Orlando que realiza Astolfo, su mejor amigo. Astolfo, caballero inglés, llega hasta la luna a lomos de su caballo alado. Allí encuentra a San Juan Evangelista que le muestra el lugar donde se acumulan todas las cosas que se pierden en la tierra- los suspiros de los amantes, las adulaciones, el tiem- po ocioso, los deseos frustrados, la hermosura juvenil…-Allí está, dentro de una botella, la razón perdida de Orlando. Astolfo la recupera y regresa…para devolvérsela a su dueño, permitiéndole regresar a sus andanzas como caballero de Carlomagno” 23 .
Por ello, con esta guía 1 se abordan las diferentes situaciones conflictivas que podrían suceder en el contexto de la escuela y en su comunidad de referencia, y que afectan tanto a las niñas/os y adolescentes (de aquí en adelante se utilizará la sigla NNA) como a los demás actores institucionales. En su desarrollo la Guía plantea en primer término consideraciones generales; luego señala la normativa vigente en relación a las problemáticas tratadas. Posteriormente, se proponen las primeras intervenciones a tener en cuenta en todos los casos, y por último se hacen recomendaciones sobre algunas situaciones en particular, tales como: Violencia en el contexto familiar y maltrato infanto-juvenil, Presunción de abuso sexual infantil, Violencias en el espacio escolar; Fallecimiento, Intento de suicidio y suicidio, Niña/os en situación de calle, Trabajo infantil, Desaparición de personas, Sustancias psicoactivas y Niña/os en situación de trata.
Los medios de comunicación, influencia negativa en muchos caso, sirven ahora para acercarnos el surgimiento de nuevos brotes de violencia, que han de ser afrontados de forma crítica. A este respecto basta con ojear la prensa para ver que existe una alarma social sobre el tema ("Dos niños matan a cuatro alumnos al abrir fuego en un colegio de EE UU", El País Digital, 25 de marzo 1998; "Un grupo de alumnos ataca a un profesor de instituto en Melilla", El País Digital, 2 de junio de 1998; "Los expertos advierten de la aparición de la violencia en edades cada vez más tempranas", Escuela Española, 22 de abril de 1999; etc.).
2.2 Sensibilizados madres y padres de familia y autoridades locales acerca de la Educación Integral en Sexualidad, EIS y Prevención de la Violencia, PV como aspectos fundamentales de la formación de los estudiantes en complemento con los aprendizajes en la familia.
Otro de los temas que enfrentamos en Educación para la Paz es manejar las relaciones de poder, porque cuando hay relaciones de poder muy disparejas la violencia comienza a emerger. Los Códigos de Convivencia, en el marco de la Educación para la Paz y la No violencia, tratan de equilibrar estas relaciones de poder donde docen- tes, padres de familia, autoridades y la sociedad en su conjunto –en determinadas comunidades no en todas– participan en la construcción de sis- temas normativos consensuados. Para esto nece- sitamos que, la decisión que antes tenía el direc- tor de la escuela o el maestro en el aula, pase a ser una decisión comunitaria velando por los inte- reses de todos.
A pesar de la incidencia importante de la mediación escolar, se siguen presentando conflictos y hechos violentos como las agresiones verbales, el maltrato físico y la violencia psicológica, con el surgimiento de hechos de ciber matoneo y acoso escolar directo. Hay una tendencia a repetir acciones asociadas con la ofensa verbal, al referirse entre compañeros con términos groseros, replicando las conductas que observan en sus hogares. Dentro de las acciones físicas, se determinó el uso de zancadillas, empujones, jalones aplicados con prelación a los de menor edad entre el colectivo de discentes. Curiosamente, los estudiantes ven normal que algunas de las conductas antes mencionadas se presenten; por el contrario, los directivos y profesores los califican como hechos de indisciplina. Entonces, situaciones meramente conflictivas presentadas entre los estudiantes, se transforman en hechos de violencia al imperar el poder y la negación de la subjetividad del otro, desconociendo la tolerancia y el respeto a la dignidad humana.
Entre las políticas públicas, la educación masiva en la población, desde los estudios iniciales, primarios, secundarios y superiores puede ser el mejor antídoto y estrategia a corto, mediano y largo plazo. Desde nuestra perspectiva no existe otra alternativa viable para frenar la violencia contra la mujer y el grupo familiar. En esta perspectiva debe comprometerse a todos los centros educativos, particularmente, en los niveles de educación secundaria. Es en los adolescentes y la juventud donde se debe sembrar un nuevo modelo de vida y social en el entorno familiar, de relaciones intersubjetivas de convivencia, tolerancia, solidaridad y paz con justicia social. Todos coincidimos en que la educación puede ayudar a erradicar el abuso a la mujer y el grupo familiar si, desde las etapas iniciales, y en contra de lo que seguramente observan cotidianamente en sus hogares, se les explica a los niños y adolescentes que no es normal maltratar a la mujer, a los niños y las niñas, y que tampoco es normal aceptar el maltrato fuere quien fuere.