El proceso de enfermedad del VIH, siendo similar a las condiciones encontradas con otros pacientes con enfermedad crónica por sus características de evolución lenta y progresiva y sin la posibilidad de tratamiento definitivo, requiere un abordaje integral y multidisciplinario por parte de todos los actores del sistema de salud en pro de mejorar la calidad de vida del paciente y las personas que lo cuidan. Es necesario establecer procesos de información que permitan comprender la enfermedad y sus factores condicionantes, así como la forma de enfrentar su existencia y fortalecer la adherencia al tratamiento y terapia de atención; sin dejar de lado una visión social de apoyo y tratamiento que tenga en cuenta el impacto en los roles y dinámica familiar y la carga social que conlleva el padecimiento de la enfermedad por el virus de inmunodeficienciaadquiridaVIH.
La desnutrición asociada con la infección por VIH es potencialmente reversible, por lo que debe ser diagnosti- cada y tratada de manera agresiva y temprana. El apoyo nutricio deberá de realizarse al mismo tiempo de la detec- ción y tratamiento de la causa de la desnutrición. Dado que la infección por VIH tiene un curso crónico y dife- rente en cada paciente, los requerimientos de nutrimen- tos y la elección de la vía de apoyo representan un proce- so dinámico en donde se debe tomar en cuenta el estado clínico, la farmacoterapia y el entorno social y económi- co de cada paciente. Se recomienda que todo paciente VIH+ tenga una valoración de su estado nutricio y de su consumo de nutrimentos desde el momento de la detec- ción de la infección, para poder realizar una intervención oportuna. Así mismo, se aconseja un seguimiento estre- cho con valoraciones cada mes para realizar los ajustes necesarios en el apoyo con la finalidad de prevenir com- plicaciones y tratar de mejorar la calidad de vida.
La infección por citomegalovirus es la infección viral más seria en pacientes con SIDA. Cerca del 100% de los homosexuales con infección por VIH tienen evidencia serológica de infección recientemen- te adquirida o reactivada, y más de la mitad excretan el virus en la orina o semen. 90% o más de los pacien- tes con SIDA tienen evidencia de citomegalovirus en la autopsia y el 50% de los pacientes pueden tener viremia. El citomegalovirus contribuye a la inmunosu- presión y se asocia con la inversión de la relación CD4/ CD8. Existe además una asociación epidemiológica entre infección por citomegalovirus y sarcoma de Kaposi Sin embargo, la infección parece ser un epife- nómeno de la inmunosupresión y su rol en enferme- dad terminal es controvertido. Las complicaciones más severas se manifiestan como retinitis (visión borrosa, disminución de la agudeza visual, alteración en los campos visuales), enfermedad gastrointestinal (colitis, esofagitis y gastritis) y neumonitis (usual- mente coexiste con P. carinii). Otras manifestaciones comprenden encefalitis, hepatitis y adrenalitis con manifestaciones de insuficiencia suprarrenal. A pesar de que no existía un tratamiento efectivo hasta hace poco, estudios preliminares sugieren que un nuevo análogo de Acyclovir®9-(1,3 dihidroxi-2-propoxime- til) guanina (Ganey clovir®) puede ser efectivo. Sin embargo, la recaída es común cuando se suspende el
mundial de la historia reciente de la medicina, el VIH fue identificado, por primera vez, en 1981 como un síndrome relacionado con la disminución de los linfocitos T DE4+. En 1984 se obtuvieron las primeras pruebas convincentes de que el VIH causaba el síndrome de inmunodeficienciaadquirida (SIDA). Poco después se demostró el efecto terapéutico parcial de la azidotimidina (AZT), se definieron las características moleculares de la enfermedad, y se descubrió la función del receptor CD4. La infección por VIH comienza a nivel local y se disemina a tejidos distantes a través de la infección de determinados elementos sanguíneos, fundamentalmente los linfocitos T CD4+. El VIH también infecta a los macrófagos, sin destruirlos, a menudo, sino activando en ellos la liberación de interferón alfa, otras citocinas inflamatorias, y factor de crecimiento tumoral alfa, de gran importancia sintomática todos ellos (Tamminga, 2006).
Según las estadísticas de SIDA y VIH dadas por la Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) / Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2010, más de 25 millones de personas murieron o se prepara para la muerte por el SIDA desde 1981 en todo el mundo. Quienes esperan la muerte lo hacen porque el personal de salud encargado lo ha “desahuciado” por su enfermedad crónico terminal y la única recomendación es irse a casa a descansar y a disfrutar del tiempo de vida que le resta en el mundo, ya que su único tratamiento adicional al paliativo es el acompañamiento afectivo y psicológico de sus seres queridos. Sin embargo, uno de los mayores problemas de los pacientes es que quienes los rodean, no los escuchan ni comparten con ellos sus preocupaciones.
VIH significa virus de la inmunodeficiencia humana. Éste daña el sistema inmunitario mediante la destrucción de los glóbulos blancos que combaten las infecciones. Esto lo pone en riesgo de contraer infecciones graves y ciertos tipos de cáncer. SIDA significa síndrome de inmunodeficienciaadquirida. Es la etapa final de la infección con el VIH. No todas las personas con VIH desarrollan SIDA. Actualmente, existen 36,7 millones de personas que viven con el VIH, de las cuales 22.5 millones viven en África Subsahariana. En el Perú 75,000 personas viven con VIH. Siendo Loreto la región que registra el mayor número de casos de VIH/SIDA después de Lima, habiéndose reportado 263 casos de VIH y 52 casos de SIDA hasta setiembre del 2016.
Las tasas de infección por VIH son más elevadas en el sexo femenino, lo que obedece a factores como la desigualdad de género, la pobreza y la falta de oportunidades económicas y educativas. Las mujeres se casan más temprano que los hombres, por lo que la exposición a esta vía de contagio ocurre a una edad más precoz; incluso las relaciones sexuales prematuras ocurren más frecuentemente en las mujeres, casi siempre con hombres que ya han tenido experiencias sexuales y que muchas veces están infectados con el VIH. Las carencias económicas inducen a las mujeres a tener relaciones sexuales a cambio de dinero u otros recursos materiales, son víctimas de violación sexual con mayor frecuencia y las relaciones sexuales forzadas anulan la posibilidad de exigir el uso de preservativos. Algunos factores biológicos como el hecho de que el sistema genital femenino tiene una mayor superficie expuesta que el masculino, aumenta el riesgo de infección en cada exposición. (3,17,18)
El VIH es uno de los mayores problemas que afecta a la humanidad. Desde el primer paciente que se registró en 1981 hasta la actualidad, 35 millones de personas han fallecido. Según la OMS/SIDA en el año 2016 hubo un millón de muertes por causas relacionadas a este virus, que continúa siendo uno de los mayores problemas para la salud pública mundial. (OMS, 2017). La infeccion por el virus de inmunodeficiencia humana y el síndrome de inmunodeficienciaadquirida (VIH/SIDA) es una enfermedad crónica que ha tenido un comportamiento epidémico y constituye actualmente uno de los problemas de salud publica más graves a nivel mundial, debido a su propagación constante y continua.
A través del desarrollo científico alrededor del VIH, y posteriormente del SIDA, los esfuerzos se han centrado en lograr entendimiento y comprensión acerca de la etiología del virus y su desarrollo natural dentro del organismo humano. Esta tendencia científica es de vital importancia ya que permite apropiar e interiorizar el ciclo vital del virus, pero lastimosamente las manifestaciones sintomáticas debido al desarrollo y manifestación del virus no son la única consecuencia con las cuales debe enfrentarse la persona; el cuadro sintomático (muchas veces manifestadas luego de que la persona a desarrollado el Síndrome de InmunodeficienciaAdquirida SIDA) es una consecuencia directa que desencadena una serie de consecuencias secundarias, por decirlo de alguna forma, las cuales pueden ser alteraciones en el estado emocional o déficit en sus habilidades sociales entre otras. La infección por VIH es una enfermedad compleja, de proceso multifactorial, que se podría llegar a entender mejor desde un modelo biopsicosocial (Ader, 1981; Kiecolt-Glaser, 1988; Nott, Vedhara y Spickett, 1995).
Sería interesante conocer el estatus de CCR- delta32 del paciente para poder explicar la au- sencia de síntomas durante sus primeros 10 años de vida, además de conocer un poco más sobre el cuadro de varicela que presentó a los ocho años, ya que pudiera darnos una idea sobre su estado inmunológico a esa edad; aunque aparentemente se trató de un episodio autolimitado sin mayores complicaciones. En cambio, a los 13 años se refie- re una infección por herpes virus, que hizo sospe- char la infección por VIH y, a pesar de que no contamos con más datos de este episodio, en el caso de haberse tratado de un cuadro de zoster, podemos asumir que el paciente ya estaba con un grado de inmunosupresión importante.
La mortalidad es un indicador de salud que permite evaluar los programas de control de la infección por virus de la inmunodefi- ciencia humana (VIH). El comportamiento de la mortalidad gene- ral por infección por VIH y síndrome de inmunodeficienciaadquirida (sida) en derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro So- cial presenta una tendencia descendente a partir de mediados de la década de 1990. Respecto al sexo y al grupo de edad, los más afectados son los hombres entre 25 y 44 años de edad, con tasas de mortalidad de 30 (en 1995) a 12 (en 2009) por 100 000 hom- bres. En 2009, al menos la mitad de las delegaciones del Instituto presentaba tasas mayores a la nacional, en particular el sexo mas- culino, como Campeche, con una tasa de 14.9 por 100 000 hom- bres. Resulta claro que la introducción de medidas de control de la infección en personas infectadas se ha traducido en la modifica- ción del comportamiento de la mortalidad por esta enfermedad en población del Instituto.
67 conocer el dolor de las personas, ese dolor que muchas veces destruye pero que luego se convierte en aprendizaje, gracias al amor hacia los hijos, la pareja, pero lo más importante el amor hacia uno mismo, ese amor incondicional que hace que ellos sean fuertes y tengan mucho más valor para salir adelante. Cada historia de vida representa las adversidades que sufren las personas al ser diagnostica con VIH, sin embargo al final nos damos cuenta que eso es solo una característica que las diferencias de las demás personas, porque sus problemas son como los de cualquiera, con la pareja, con los hijos, madre, padre, hermanos, amigos, vecinos, etc., la única diferencia es la condición de ser seropositivos es decir que toman medicamentos para controlar su enfermedad, que tienen que cuidarse de no contar su diagnóstico, porque nuestra sociedad aun en estos tiempos le teme con el mal concepto de ser “contagiados” , cuando la enfermedad no se contagia sino se transmite y solo por tres vías: sexual, lactancia o trasfusión de sangre.
tos sin inmunocompromiso, por lo cual deberá de in- sistirse en los beneficios que traduce este tratamiento para este grupo específico de pacientes. En pacientes con VIH la mortalidad puede predecirse en base al APA- CHE II, APACHE III, SAPS y SOFA; se han encontra- do como marcadores independientes de mortalidad la VMI y la duración de la misma, a corto plazo. A largo plazo los marcadores independientes de mortalidad son el estado funcional, el recuento de CD4, el déficit nutri-
La infección oportunista más frecuente en pacientes infectados por el VIH es la candidiasis bucal, siendo muchas veces la primera manifestación de esta enfermedad. Se presenta indicando una mayor progresión a SIDA y si esta se produce en estadios tempranos es altamente predictivo de una inmunodepresión avanzada. El estado inmunitario de estos pacientes es el factor asociado más importante para la aparición de estas lesiones y marca la progresión. En el caso de la candidiasis seudomembranosa se presenta como placas o puntos blancos
su mayoría (70,0%), una carga viral frecuentemente alta (promedio: 556 725 copias/ml); además, 7 (70,0%) permanecieron en el hospital menos de 30 días. Mientras que en 3 (30%) su estancia superó los 30 días; resultados que son congruentes con Aguedelo S, et al.(12) donde el objetivo fue describir las características de la infección oportunista en los pacientes con VIH internados; encontrando un 13,0% de mortalidad hospitalaria, asimismo fue para Viñas A, et al.(14) donde el 13,7% de los pacientes fallecieron, además resultado no muy lejano fue para Villavicencio, C.(20) quien elaboraron un estudio en Arequipa, encontrando que el 23,08% de pacientes fallecieron. En cambio difiere con los resultados encontrados por Vela, H.(13), donde el diagnóstico de fallecimiento en la mayoría (38,5%) de los casos se debió a Tuberculosis. Asimismo fue para Narváez, O.(19) donde realizaron un estudio en Lima-Perú, hallando que de los 70 pacientes fallecidos, la mayoría tuvo una sobrevida menor de un mes.
Sus primeras manifestaciones pueden estar constituidas por lesiones de herpes simple alrededor de la boca, los genitales y otras áreas del tegumento cutáneo. El virus del herpes simple es una de las causas referidas en la patogenia de esta enfermedad, que en algunos casos resulta fatal y que en otras ocasiones produce ceguera.
Esta situación llevó a formular el problema, ¿Prevalecen los coccidios intestinales en pacientes con el virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) con procesos diarreicos del Programa de Control de Infecciones de Transmisión Sexual y SIDA (PROCITSS) del Hospital Regional Docente Las Mercedes. Lambayeque durante Marzo a Diciembre del 2015? Para resolver esta interrogante se realizó esta investigación que plantea como objetivo general, determinar la prevalencia de coccidios intestinales en pacientes con el virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) con procesos diarreicos del Programa de Control de Infecciones de Transmisión Sexual y SIDA (PROCITSS). Hospital Regional Docente Las Mercedes – Lambayeque, Marzo – Diciembre 2015 y, como objetivos específicos, identificar los coccidios intestinales en dichos pacientes y, relacionar estos coccidios con el tiempo de diagnóstico de la enfermedad, recuento de linfocitos T CD 4, carga viral, con o sin tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA), edad, genero, modo de atención (Hospitalizados o consultorio externo).
En esta etapa de la infección, el portador del VIH posee un sistema inmunológico que probablemente sea incapaz de responder, ya que los linfocitos T CD4+ que se pierden por el ataque del virus también reducen su capacidad citotóxica (Murdoch y col., 2008; Sereti y col., 2010). Este fenómeno coincide con el aumento en las tasas de replicación del virus, que disminuye la capacidad de respuesta del anfitrión ante otros agentes causantes de enfermedades. De esta manera, el portador del virus es blanco potencial de numerosas infecciones oportunistas, que le pueden conducir a la muerte. La neumonía por Pneumocistis jiroveci, el sarcoma de Kaposi, la tuberculosis, la candidiasis, y la infección por citomegalovirus, son algunas de las infecciones más frecuentes que atacan a los seropositivos que han desarrollado SIDA (Brenchley y col., 2004; Steele y col., 2014).
Existen alrededor de 34 millones de personas que viven con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) y para ellos la mejor esperanza para evitar una consecuencia fatal por la infección recae en la terapia antirretroviral (ARV), la cual consiste en la combinación de tres drogas que inhiben puntos específicos del ciclo vital del virus. El beneficio de la terapia antirretroviral en reducir la morbi- mortalidad es clara, sin embargo no es curativa, ya que existen células infectadas de manera latente, llamados reservorios, los cuales evitan la erradicación de la infección.