Resultados: De los 669 pacientes, 370 recibieron medicación al alta, con una media de 1,7 por paciente. Se prescribieron 629 especialidades y un 16% fue por principio activo, habiendo di- sponibilidad de genéricos en un 37,53%. Los principios activos más prescritos fueron paracetamol, ibuprofeno y omeprazol, con un 26,7% del total y los grupos terapéuticos destacados fueron apara- to locomotor, sistema nervioso, y aparato digestivo y metabolismo con 69,39% del total. Un 92,84% de las prescripciones perteneció a la guía farmacoterapéutica y un 98,41% fue de utilidad terapéu- tica alta. El coste anual de la medicación prescrita fue de 1.013.778 € y el ahorro con la susti- tución genérica y un programa de equivalentes terapéuticos sería de 145.971 €.
La necesaria alineación de los objetivos de la AP y la AE en lo que se refiere al uso racional de medicamentos pasa por la aplicación simultánea de diferentes estrategias entre las que cabe se˜ nalar: primero coherencia entre los 2 niveles asistenciales en lo que ata˜ ne a los objetivos de pres- cripción racional, segundo información independiente sobre novedades terapéuticas, tercero información personalizada a los especialistas sobre los resultados de los indicadores de calidad de la prescripción y cuarto aplicación de incenti- vos en ambos niveles asistenciales para el cumplimiento de objetivos de mejora. La existencia de una comisión farmaco- terapéutica regional vinculada a la de los hospitales es una contribución importante a una política integrada de medica- mentos. Esta comisión favorece la coordinación/alineación de los objetivos de mejora de primaria y especializada, impulsando la vinculación de los resultados de prescripción a la dirección por objetivos de los hospitales y centros de salud. El análisis de la prescripción de los especialistas y la generación de indicadores de calidad es una herramienta básica de la gestión integrada para el control del gasto far- macéutico, el uso racional del medicamento y la continuidad asistencial.
RESUMEN: La investigación se basa en análisis de la degradación de los recursos naturales. Proponiendo determinar los recursos más degradados, evaluar las actividades antrópicas y su impacto sociocultural y económico, realizar un análisis del agua superficial de río y la degradación del suelo de la Cuenca alta de Río Paján. La metodología utilizada fue método Hipotético Deductivo, Cuasi-Experimental, Bibliográfico, Investigacion de Campo, Exploratorio, Descriptivo, Sintético y Propositivo, como instrumentos se aplicó encuestas, fichas de observación y análisis de laboratorio del agua. Como resultado se obtuvo la determinación de la degradación del suelo con mayor afectacion y el agua con un menor deterioro por las actividades antrópicas lo que repercute en lo sociocultural y económico, como conclusiones obtuvimos que los desordenes ambientales son causados por la poblacion misma con mayor degradación del suelo y una baja afectación del agua, lo cual fue corroborado con las fichas de observacion y examenes de laboratorio de agua, recomendando inducir nuevas altrenativas de ingresos económicos, analizar periodicamente los recursos naturales y concientizacion en todos los niveles a la población de la Cuenca del RÍo Paján.
Las variables estudiadas fueron el número total de admisiones en el SUH, de ingresos hospitala- rios procedentes del SUH, de ingresos programa- dos, de ingresos de CMA, de días que uno o más pacientes están a las 8:00 en el SUH pendientes de cama de hospitalización, estancia promedio de hospitalización, peso promedio de los grupos rela- cionados de diagnóstico (GRD) de pacientes in- gresados, de ingresos en UCE y la estancia prome- dio de UCE. Directamente relacionados con la seguridad, se analizan los reingresos los 30 días posteriores al alta, la tasa de complicaciones qui- rúrgicas y la tasa de mortalidad. Los datos fueron obtenidos del sistema de información de admisio- nes y del conjunto mínimo básico de datos (CMBD). El análisis de las complicaciones se reali- zó con el programa CLINOS® directamente desde el CMBD. Hemos considerado como indicador de la adecuación de la gestión de camas el número de días que uno o más pacientes están ingresados pendientes de cama en el SUH 14 .
en el SUH se consideró «medicaciones de alto riesgo» fundamentalmente los anticoagulantes, antiarrítmicos, insulinas, antidiabéticos orales, citostáticos orales, inmu- nosupresores, opiáceos, o los sedantes intravenosos. Como ejemplos concretos destaca la asignación de gra- vedad seria a la prescripción diaria de metrotexate oral en vez de semanal, a la prescripción de bromuro de tio- tropio por vía oral, o a la prescripción de dosis altas de diuréticos tiazídicos en pacientes hospitalizados por hi- ponatremia severa.
Método: Estudio descriptivo retrospectivo que compara la gestión asistencial y la casuís- tica de los pacientes ingresados en la UHU frente a los ingresados en la hospitalización convencional en un hospital nivel I, con cobertura sanitaria para 80.000 habitantes, du- rante el periodo enero 2006-septiembre 2007. El análisis de las variables estudiadas se realizó mediante la mediana para las variables cuantitativas y la distribución de frecuen- cias para las cualitativas. Se utilizó el análisis del entorno de datos (DEA) para el estudio económico.
A todos los pacientes se les realizó una entrevista previa y se revisó su historial clínico. En los casos en los cuales el responsable del cuidado del paciente era otra persona, se invitó a dicha persona a participar en la en- trevista. Los datos que se recogieron fueron los siguien- tes: a) epidemiológicos y clínicos (tabaquismo, diabetes mellitus, hipertensión arterial, dislipidemia, cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca y/o disfunción ventricu- lar, enfermedad cerebrovascular isquémica): edad, sexo, escolaridad, estado civil, soporte social, ocupación, gra- do de dependencia (índice de Barthel), presencia de co- morbilidades y factores de riesgo cardiovascular ; b) ítems relacionados con el episodio actual: tipo de FA, motivo de consulta, duración del episodio de FA, valora- ción clínica en el servicio de urgencias y tratamiento an- tiarrítmico y antitrombótico, previo y al alta; y c) ítems relacionados con el conocimiento de la enfermedad en el momento del alta, que se detallan más adelante.
En 1996 se publicó un estudio realizado en hospitales generales españoles sobre la prevalencia de uso de antiulcerosos y para conocer las indicaciones de estos. La prevalencia fue del 46%, los motivos de prescripción fueron, el 85% del total prescrito se utilizaba para la profilaxis de enfermedad péptica y solo el 15% para tratamiento de alguna de las enfermedades pépticas. La ranitidina se utilizó en el 56% de las ocasiones, el omeprazol vía intravenosa fue el que menos coincidencia mostró con la posología aprobada para esta vía de administración (27) .
Los AINEs son uno de los grupos terapéuticos más utilizados en la medicina actual. Los toman el 20% de las personas con más de 65 años y se prescriben al 20% de los pacientes que requieren ingreso hospitalario. Son fármacos muy accesibles, ya que se pueden obtener sin prescripción médi- ca, lo que conlleva un alto porcentaje de autome- dicación. Esto implica que a pesar de ser un gru- po de medicamentos seguros administrados a la dosis adecuada y en pacientes seleccionados, pre- sentan un elevado número de efectos adversos y de complicaciones potencialmente graves.
ello, nuestro grupo de trabajo quiso valorar una se- rie de parámetros, entre ellos, el valor de la PCR, como predictores de mal pronóstico. El análisis identificó a la PCR como indicador de mal pronósti- co para algunos aspectos clínicos de la NAC del pa- ciente VIH (ingreso en UCI, uso de VM), si bien no resultó discriminativa para la mortalidad. Al analizar el subgrupo de pacientes con S. pneumoniae, micro- organismo frecuente en pacientes VIH con NAC 23 , la
sensibilización y alergia al látex con medidas preven- tivas para evitar la sensibilización, y las reacciones alérgicas de los pacientes ya sensibilizados. Unos meses más tarde, el Ser[r]
Antes del alta, el enfermero de urgencias debe ofre- cer al paciente unos conocimientos mínimos en relación a la seguridad del tratamiento, especialmente en caso de insulinización. Esta información debería incluir: 1) instrucciones sobre el uso del material y técnicas de inyección y autoanálisi; 2) explicación de la pauta de insulina y de la técnica de inyección; 3) autoanálisis: técnica y valores que indiquen la necesidad de modifi- cación de dosis (hiperglucemia e hipoglucemia); 4) hi- poglucemia: detección y cómo tratarla, tanto al pacien- te como a cuidadores; 5) mínimos conocimientos sobre los alimentos que pueden tomar con tranquilidad; 6) aconsejar al paciente que solicite una visita antes de 72 horas con el enfermero del equipo de atención pri- maria o endocrinología responsables de su cuidado.
Las urgencias psiquiátricas en la adolescencia han aumentado en los últimos años. La reper- cusión en la actividad asistencial del pediatra dependerá de si trabaja en Atención Primaria o en un hospital. Las urgencias hospitalarias reciben niños con graves problemas de conductas heteroagresivas, episodios de agitación psicomotriz, intentos autolíticos, conductas autolesivas, intoxicaciones y trastornos de la conducta alimentaria, entre otras patologías, con necesidad de valorar la indicación un ingreso hospitalario. Uno de los problemas que se plantean es que por lo general, los Servicios de Urgencias no tienen ningún área específica para la atención de estos pacientes y mucho menos un psiquiatra infantil disponible. Por otra parte es habitual que no haya cama en la Unidades de Hospitalización Psiquiátrica para Adolescentes ya que en la actualidad son insuficientes y suele haber lista de espera para ingresar, esto hace que en una primera intervención el pediatra se haga cargo tanto de la evaluación como del ingreso hasta la valoración psiquiátrica. La buena disposición de los profesionales hace posible solventar estas dificultades.
El SU del Hospital de l’Esperança es un SU de primer nivel, dentro del concepto de centro de urgencias de atención primaria (CUAP), que atien- de unas 20.000 urgencias al año. El 40% de las mismas son de carácter médico y, dentro de és- tas, está incluida la solicitud de ACU. Durante el periodo que abarca desde octubre de 2004 a sep- tiembre de 2007, se registraron de forma pros- pectiva todas las solicitudes de ACU realizadas. De cada asistencia se registró la edad, fecha de asis- tencia, número de veces (incluida la actual) en que habían solicitado una ACU, tiempo transcurri- do desde la última vez que la habían solicitado, método anticonceptivo utilizado y causa que ha- bía motivado el fracaso del método, así como el tiempo que había transcurrido entre dicho fracaso y la solicitud de ACU. Durante la asistencia en ur- gencias, se le facilitaba a la paciente el kit de ACU disponible en nuestro hospital que consta de 2 comprimidos de 750 mg de levonorgestrel, los cuales se entregaban a la paciente asegurando su consumo en el mismo SU, un preservativo y un folleto informativo acerca de la ACU. Los resulta- dos del estudio epidemiológico descriptivo están publicados en un artículo previo 17 .
En cuanto al material de apoyo que los pacientes echan en falta para continuar sus cuidados, se encuentra en un 70% facilitar una hoja adicional con cronogramas o imágenes para facilitar la toma de la medicación prescrita en urgencias de forma responsable. Además, un 40% de los pacientes suturados refieren que contar con información como cuándo pueden lavar la herida, cómo deben hacerlo, si deben o no echar antisépticos o durante cuánto tiempo deben mantenerla tapada con un apósito es información que les sería de utilidad tener por escrito, ya que es en los días siguientes al alta donde aparecen dichas dudas. En general, se puede afirmar que hay parcelas en las que aún queda mucho trabajo por hacer, ya que muchas de estas dudas que surgen en el domicilio en función del carácter de la persona y su tolerancia a ese problema se traducen en visitas innecesarias de nuevo al Servicio de Urgencias o a su Centro de Salud. Por lo tanto, es importante hacer hincapié en facilitar una educación que cubra estas necesidades, en muchas ocasiones, contando con material de apoyo que permita que los pacientes se sientan seguros a la hora de realizar sus autocuidados en el domicilio. Para ello, se ha elaborado un vídeo sobre cómo administrar la heparina subcutánea al que se puede acceder gracias a un código QR o introduciendo el link en el navegador de cualquier dispositivo con acceso a Internet y folletos informativos sobre el cuidado de las férulas (ya que han sido los dos aspectos más destacados en cuanto a falta de educación sanitaria que es principalmente tarea de enfermería).
En 23 de los 76 centros no se procesaba la al- búmina en los laboratorios de urgencias. En todos salvo en uno, en el que sólo se medía la albúmina, se medían las proteínas totales, sin embargo el cal- cio corregido por la albúmina no se informaba en ningún laboratorio. En 3 centros no se media la ALT y sí la AST y en 9 centros ocurría justo a la in- versa. En 22 de los centros participantes el resulta- do de AST/ALT fue inferior a 0,25, objetivo del in- dicador. En 2 centros sin atención pediátrica no se procesaba la bilirrubina total de forma urgente. Todos los laboratorios procesaban la amilasa y en 37 además la lipasa, dándose la circunstancia de que en dos de estos hospitales se solicitaba más número de lipasa que de amilasa. La lipasa de for- ma aislada no se procesaba en ningún laboratorio, sin embargo la amilasa se procesaba de forma ais- lada en 39 laboratorios de urgencias.
14- Mensa J, Gatell JM, Jiménez de Anta MT, Prats G, Domínguez-Gil A. Guía terapéutica antimicrobiana. Undé- cima edición. Masson. Barcelona. 2001. 15- Moya Mir MS, Jiménez Murillo L, Mensa Pueyo J, Álvarez Bravo J y Gru- po para el estudio de la neumonía que requere ingreso. Neumonía que requie- re ingreso. Análisis de 582 casos aten- didos en Servicios de Urgencias espa- ñoles. Emergencias 2001;13:160-8. 16- Ruiz M, Ewig S, Torres A, Arancibia F, Marco F, Mensa J, et al. Severe community-acquired pneumonia. Fac- tors and follow epidemiology. Am J Respir Crit Care Med 1999;160:923-9. 17- Fine MJ, Auble TE, Yealy DM, Ha-
Las principales limitaciones de nuestro trabajo son las inherentes al diseño del estudio, dado que no se pueden descartar que otros factores hayan contribuido simultáne- amente a la mejora de los resultados globales del hospi- tal y de los servicios motivo del estudio, y también al he- cho de presentar la experiencia de un solo centro. Ahora bien, el hecho que, según nuestra experiencia, las UCE puedan contribuir a la mejora de la gestión de los hos- pitales (medida a partir de sus indicadores de calidad global y de los indicadores de servicios que comparten con las UCE el manejo en régimen de ingreso de pato- logías de alta prevalencia), tiene una gran relevancia y puede contribuir a impulsar su implementación. Por es- ta razón, dado que no hay trabajos publicados que ha- yan evaluado el impacto de las UCE en el conjunto de indicadores de calidad de los hospitales en los que se desarrolla su actividad, creemos interesante compartir nuestra experiencia.
bio en la percepción subjetiva de gravedad, la ansiedad del paciente por una respuesta inme- diata a sus demandas asistenciales, así como la falta de educación sanitaria y la existencia de una cultura hospitalocéntrica sin conciencia del coste y con alto grado de exigencia, que conlle- van al uso sustitutivo de los servicios de urgen- cias hospitalarios (SUH), para evitar demoras en otros niveles asistenciales, sin acudir previamen- te a los servicios de urgencias extrahospitalarios donde deberían atenderse las patologías bana- les 3 .