En tal sentido, vale resaltar la posibilidad de suscribir convenios urbanísticos, entre el Estado y los particulares, a efectos de com- pensar las plusvalías generadas por el urbanismo (como puede ser el caso de cesión de fracciones de terrenos de propiedad privada a favor del estado, para la realización de un espacio verde, escuela o centro de salud). En este orden de ideas, merece la pena recordar los autos “Asesoría Tutelar 1 Dr. Gustavo Daniel Moreno c/GCBA s/Amparo” 18 . Allí el Ministerio Público Tutelar peticionó el dictado
La apropiación privada de plusvalías es señalada de forma recurrente como cuestión central que genera problemas en el proceso de urbanización no solo en Ecuador, sino en general de los países de América Latina. Algunos estudios realizados convergen en la necesidad de la inserción de instrumentos destinados a la recuperación, por parte del sector público, de las plusvalías resultantes de su propia actuación en el espacio urbano. Esto, sin embargo, no ha venido acompañado de una implementación o mejoramiento de tales instrumentos. En la actualidad, en la ciudad de Loja, las cargas impositivas son principalmente: tasas, contribuciones por mejoras e impuestos; los dos primeros se refieren a la prestación de servicios públicos y financiamiento de obras respectivamente, mientras que de los impuestos, se destaca el impuesto predial que tiene una tarifa baja y la base gravable está constituida por los avalúos catastrales, que están por debajo del valor comercial. Con esta perspectiva, surge la necesidad de implementar nuevos instrumentos que regularicen la captación de plusvalías en la ciudad de Loja, y con ello consolidar el mercado del suelo urbano.
En el proyecto “Larios” para el parque de la ciudad de Málaga de 1897, fecha próxima a la del plano de ampliación del puerto, se dibuja el Parque de Málaga resultante del relleno del puerto de levante, al igual que el puerto de poniente con su loteo de parcelas para venta. Pero en este caso, el marqués de Larios quiso regalar esta obra como agradecimiento a la ciudad. O más bien como agradecimiento a las grandes plusvalías obtenidas por la construcción de la calle Larios, calle céntrica de la ciudad cuyos terrenos se obtuvieron como consecuencia del proceso de desamortización, y que permitió realizar a la familia Larios el primer ensayo de lo que sería una próspera actividad inmobiliaria que se continúa hasta la fecha a través de la Sociedad Azucarera Larios, S.A. El objeto de la obra era el mismo: llevar el puerto hacia el interior de la bahía y ganar metros de tierra en el frente marítimo de la ciudad. Pero mientras el plano de la ampliación del puerto hacía énfasis en el loteo de parcelas resultantes, el plano de Larios incide en la definición gráfica del gran espacio público que el marqués ofrecería a la ciudad de Málaga, y a su conexión con el resto de la ciudad existente.
En cuanto a la utilidad de la propia herramienta y la fiabilidad de los resultados obtenidos para la evalua- ción de otros proyectos y planes que tengan el desarrollo urbano sostenible integrado entre sus principios, habría que comenzar haciendo alusión al criterio utilizado para discernir si cada uno de los proyectos anali- zados contribuye a la consecución de un objetivo de los indicados por la herramienta. En este sentido, debe aclararse en primer lugar que, a falta de datos objetivos o indicadores que expresamente arrojen resultados sobre el mismo, la decisión depende exclusivamente de los técnicos que apliquen la herramienta (en este caso, los autores del artículo) quienes, en base al conocimiento de los contenidos del plan y de la descripción de cada una de las propuestas y acciones incluidas en el mismo, tratarán de discernir la persecución o no de cada uno de los objetivos RFSC con el mayor grado de objetividad posible, sin que ello sea garante de la ausencia de cierto sesgo en la aplicación. En casos extremos, la utilización de la herramienta RFSC como demostración del carácter integrado para potenciales promotores de proyectos y planes, podría conllevar la aplicación de un grado de subjetividad consciente a favor de ciertos resultados, lo que limita la aplicación del sistema con garantías.
Frente a esta nueva situación, el planeamientourbano tradicional diseñado para el crecimiento de la ciudad industrial compacta, en la dualidad campo/ciudad y circunscrito al término municipal como ámbito físico de referencia, va a resultar poco útil para abordar las "nuevas condiciones" que refleja el modelo territorial emergente.
En un ambiente urbano las vías hacen parte del sistema de drenaje de aguas lluvias. Ellas proveen importantes y necesarias funciones de drenaje durante un suceso de precipitación; no obstante, su principal propósito es facilitar la circulación del tráfico. Un buen diseño de drenaje urbano puede tener ventajas para la capacidad hidráulica de la calle, como las normas y regulaciones lo permitan. Un uso óptimo de la capacidad hidráulica de la vía puede reducir significativamente el número y el tamaño de las entradas y los colectores de lluvia o, posiblemente, eliminar la necesidad de algún sistema. Las calles hidráulicas están determinadas por configuraciones geométricas y superficies ásperas. La capacidad de una entrada está cercanamente relacionada con las condiciones de flujo en la vía.
Las diferencias entre el modelo norteamericano y el modelo europeo estriban en el desdoblamiento del centro de la ciudad en este último, así se produce una mayo[r]
Pero para que estas informaciones tengan los alcances que se ha visualizado, es necesario que estas investigaciones continúen profundizándose en aspectos que son importantes para cada lo[r]
colectiva en función de distintas perspectivas de valor, intereses concretos o for- mulaciones ideológicas. Sin embargo muy pronto se pasó de la crítica a la metodología de elab[r]
La experiencia de los últimos años con el planeamiento convencional analítico y a largo plazo, que resultó de los planes directores, muestra que esos planes poco contribuyeron a la solución de los problemas urbanos. Quedaban obsoletos antes de ser aprobados y transformarse en ley municipal. Eran poco flexibles y raramente poseían una base económica e institucional capaz de implementar sus directivas. Proponían una solución rígida del uso de suelo que dificultaba la adaptación a los cambios y demandas en la ciudad, y acababan por estimular la informalidad y la ilegalidad de acuerdo a su propia óptica. Estos planes directores normativos propendían a una ciudad ideal, en un futuro poco probable y se volvían obsoletos en tanto instrumento de política urbana capaz de guiar el desarrollo urbano en una era repleta de incertidumbre y grandes cambios.
billetes y la sala de espera se convertían en lugares de encuentros nerviosos y de lectura apresurada de los periódicos del día. Los urbanistas no dudaron un instante respecto al aspecto que debían tener las estaciones, ni el lugar y extensión a ocupar por las instalaciones ferroviarias; tampoco meditaron en exceso cómo debía integrarse en el tejido urbano proyectado, entre otras razones porque tenían claro que debía ubicarse en el nuevo Bilbao de finales del siglo XIX. Todo fueron facilidades. El movimiento era lo importante y no la dilapidación de espacios centrales, “un poder y una autoridad sobre los hombres y sobre la naturaleza...que no tenían parangón en tiempos de paz” (Judt, 2015, p. 288). Los efectos no deseados tardaron poco en hacerse omnipresentes. Nos referimos a los itinerarios inamovibles, propios de aquellos sistemas de transporte de superficie que operan sobre estructuras fijas, que requería habilitar pasos elevados o a nivel que cortaban calles, cuando no exigían la existencia de trincheras que terminaron por dividir física y socialmente los distritos de la ciudad. Por otro lado, las compañías explotadoras abordaron tardíamente 5 el cambio de tracción −de vapor
La cuestión no es tanto la elección entre tipos de planeamiento, como crear la capacidad para desarrollar diagnósticos y objetivos adecuados orientados al desarrollo urbano sostenible y,[r]
Los desastres son riesgos socio-naturales no manejados. Dichos riesgos son fenómenos socialmente construidos y producto de procesos erróneos de desarrollo con un elemento potencializador como lo es el calentamiento global. A partir de estas premisas, aceptadas por la comunidad científica, se constituye el punto de partida para la adaptación al cambio climático para la prevención de los desastres socio-naturales desde un enfoque sos- tenible. Dado que el proceso de construcción de riesgo socio-natural está relacionado con el de desarrollo, particularmente con los fenómenos de uso de los recursos naturales y ocupación del territorio, estos dos espa- cios se constituyen en elementos esenciales para la planificación y diseño urbano de la ciudad, donde se pueden revertir procesos de riesgos socio- naturales mediante la prevención de desastres socio-naturales desde un enfoque holístico, integral y sostenible de intervención humana sobre el espacio natural. El principal problema para la adaptación radica en dos ele- mentos: primero, la planificación y diseño urbano se piensa a largo plazo y sus resultados no son inmediatos, y segundo, se planifica y diseña para un evento que quizá no ocurra nunca, pero se tiene un rango de vulnerabilidad bastante alto relacionado con la ocurrencia de un fenómeno catastrófico. Estos dos elementos son los puntos de partida para la planeación urbana de la ciudad.
deteriores ambientales, por un lado, y el aumento de los costes de mantenimiento de la urbanización, por otro lado, debido a un modelo inadecuado basado más en la cantidad de suelo urbanizado, y edifi cado, que en su calidad y efi ciencia energética y ambiental. Al mismo tiempo, esta búsqueda de benefi cios crecientes a través de la revalorización del suelo ha llevado a un frecuente aumento de la corrupción y de actuaciones irregulares, por un lado, y a la insostenibilidad de los presupuestos municipales, por otra parte, cuya consecuencia última ha sido el deterioro de la imagen a nivel internacional de España y la pérdida de confi anza ciudadana en la política, en particular en la urbanística y territorial. No menor importancia reviste el hecho de los problemas de acceso a la vivienda y a la independización de los jóvenes que ha traído consigo la identifi cación del mismo con el acceso a la propiedad de esta, cuyo efecto cultural y, sobre todo, social está siendo desastroso. A todo ello se le suman las inefi ciencias derivadas del gasto en infraestructuras de todo tipo, sin los más mínimos criterios territoriales fruto de un modelo más centrado en la realización de la propia Obra Pública y en una cohesión territorial mal entendida, debido a las difi cultades del Estado Central para impulsar una política de infraestructuras coherente, coordinada y sostenible (Serrano, 2012). Todas estas cuestiones han sido consecuencia de los efectos contradictorios derivados de la actuación parcial y descoordinada de las distintas Administraciones Públicas sobre el territorio, sin la existencia de ningún proceso de colaboración, concertación y coordinación, como de la imposibilidad de facto del nivel administrativo superior, la Administración Central del Estado, para desarrollar el teórico papel de supervisor y coordinador a través de un Planeamiento Territorial que dotará de coherencia al conjunto.
Los planes de desarrollo ocuparían el siguiente escalón de la pirámide o cascada. Éstos son los encargados de establecer las ordenaciones detalladas de los ámbitos delimitados por el planeamiento general de ordenación según los parámetros definidos en dicho planeamiento (edificabilidad máxima, usos, densidades, reservas de suelo para espacios libres, etc.). Cierto es que los planes generales de ordenación que lo determinen oportuno podrán realizar la ordenación detallada de los nuevos desarrollos de suelos en suelos urbanizables como en la transformación o regeneración de los suelos urbanos no consolidados, pero suelen únicamente ordenar de forma detallada los suelos urbanos ya consolidados. Este tipo de planeamiento de desarrollo que nos ocupa llega a establecer en muchos casos mediante sus ordenaciones detalladas las alturas máximas de la edificación, los fondos máximos edificables, los tipos de cubierta, los vuelos y retranqueos máximos de las edificaciones y, en algunos casos, hasta el color de las edificaciones o su carpintería.
urbanística y, por remisión a ella, dicho planeamiento determina», y que, únicamente en el suelo urbano y urbanizable, se «integra mediante la adquisición sucesiva» por el propietario de[r]
Los gobiernos locales desarrollan una amplia gama de políticas fiscales o regulatorias inspiradas en la idea de que el incremento en el valor de la tierra puede ser utilizado en beneficio de la comunidad, esto es, en la recuperación de plusvalías inmobilia- rias. Este trabajo compara las experiencias de recuperación de plusvalías en Amé- rica del Norte (Estados Unidos y Canadá) y América Latina, discutiendo las razones que han llevado a la utilización de distintas herramientas y los diferentes resultados y grados de éxito obtenidos en su implementación. En primer término, el texto iden- tifica categorías amplias de políticas de recuperación de plusvalías y compara los resultados y/o la experiencia de las dos regiones en la recuperación de los incre- mentos en el valor de la tierra por medio de impuestos convencionales, contribucio- nes fiscales e instrumentos urbanísticos. La segunda parte del texto muestra que el mismo principio de recuperación de plusvalías utilizado para abordar problemas similares (profundizar la tributación sobre el valor de la tierra, financiar infraestructu- ra urbana, controlar el uso del suelo) tiene resultados diferentes –e incluso contra- dictorios- en diversos contextos, principalmente en los de América del Norte y Amé- rica Latina. La sección final contiene algunos comentarios evaluatorios relativos a la aparente brecha entre las intenciones y los resultados de las políticas de recupera- ción de plusvalía observadas en ambas Américas.
Las estrategias de desarrollo urbano involucran actores locales e identifican acciones claves. El planeamientourbano estratégico involucra actores locales de toda la ciudad, a fin de obtener una visión a largo plazo e identificar “ejes estratégicos” fundamentales. Los grupos de trabajo pueden poner en marcha estos ejes mediante planes de acción. La participación de las partes interesadas puede conducir a la sinergia inter-sectorial que de otra manera pasaría desapercibida debido a que las consultas no dan lugar a la transferencia de facultades legales del gobierno local. Algunos de los desafíos que presenta este tipo de procesos, es que tienden a ser largos, requieren de un compromiso continuo y pueden perder impulso, sobre todo en las etapas de implementación. La integración del género femenino en la ordenación territorial tiene efectos secundarios positivos. En las ciudades en desarrollo, las mujeres son fuente de ingresos importantes, y sin embargo, sus voces rara vez se escuchan en la toma de decisiones públicas. Las iniciativas de desarrollo territorial y económico desde la perspectiva de las mujeres han dado lugar a mejoras para familias enteras. Las listas de verificación de género son una buena forma de identificar mujeres líderes, así como las auditorías de seguridad, las sesiones de mapeo social, el diseño y desarrollo de talleres, son canales que se pueden utilizar para aprovechar los conocimientos de las mujeres,para llegar a soluciones efectivas.
Esta matriz de doble entrada permite relacionar aquellos elementos significativos, tanto positivos como negativos, internos o externos, que caracterizan al ámbito de estudio. En esta relación se busca además evidenciar los mayores impactos entre estos elementos, de forma tal que el resultado del análisis conduce finalmente a establecer - a través de los mayores impactos- de cuáles elementos se pueden valer para estimular el desarrollo, con cuáles elementos y de qué forma se deben superar los problemas, cuáles y cómo son los aspectos que hay que atender, así como cuáles y son las oportunidades que pueden potenciarnos el desarrollo que se pretende alcanzar. Es en definitiva una técnica útil para comprender a qué nivel se está. Para la formulación de las estrategias a seguir, y hacer aflorar acciones posibles que serán retomadas posteriormente en el Plan de Acciones del Planeamiento Estratégico.
Una parte importante de las consultas realizadas en la Sección de Planeamiento del Ayuntamiento de Cá- ceres son referidas a sectores que fueron urbanizados en otras décadas. La consulta de esta información es muy complicada, al ser documentos originales en papel y estar archivados en distintas dependencias municipa- les. Era necesario poner en orden esos documentos y proceder a la digitalización y posterior georreferencia- ción de cada uno de los planos.