Como señala Mario Pecheny (2001) la aceptación de la homosexualidad supone la legitimidad de la disociación entre sexo y procreación. La relación sexo/procreación es aun muy fuerte y está muy arraigada, todavía no puede ser superada en las políticas reproductivas que no quieren quedarse sólo en lo reproductivo, sino también incluir los derechos sexuales. Este autor señala como la epidemia de SIDA puso al descubierto la brecha entre la igualdad formalmente declarada y la realidad de los derechos de los homosexuales. La defensa de la salud, un valor compartido universalmente, aparece así como un vector de legitimación de derechos humanos. Del mismo modo que la reivindicación de salud reproductiva permite legitimar algunos derechos de las mujeres, la lucha contra el SIDA lo hace respecto de los derechos de las minorías sexuales.
han generado nuevos modos de construcción identitaria y nuevos modos de concebir a la cultura y a la diversidad cultural dando como resultado la emergencia de una nueva retórica global en materia de cultura y distintas respuestas de los Estados que presentaron giros con respecto a los lineamientos generales de sus políticasculturales originales, ampliado su espectro, incluyendo prácticas y expresiones culturales de sectores anteriormente invisibilizados. Si bien este hecho supone, propone y establece un acercamiento entre el campo cultural institucionalizado y el interculturalismo -entendido como un proceso de comunicación e interacción entre distintos sectores sociales desde la diversidad cultural- se presenta, respecto a ello, un gran riesgo en la posibilidad de producir ciertos esencialismos estratégicos (Lacarrieu, 2006). La idea de un acercamiento entre “culturas”, las naturaliza, oculta el origen de la diferencia que las constituye. El acento en el aspecto cultural de las diversidades invisibiliza otros de tipo relacional, por lo que posibilita correrlas de su referencia en cuanto a los procesos de subjetivación, volviéndolas objetos dados. De esta manera, esta inclusión desde lo cultural posibilita que las diversidades queden absorbidas en los discursos hegemónicos como esencias, apropiadas con otro significado, desproblematizadas, abstraídas de su contexto socio-político. El reconocimiento, la protección y la promoción de la diversidad cultural, debería aplicarse, entonces, en la creación de condiciones para hacer posible que todos ciudadanos sean equiparados en oportunidades de expresión y desarrollo, garantizando y ampliando el ejercicio de todos los derechos. Por lo tanto, más que aplicar contenidos cognitivos a la sociedad, las políticasculturales deberían crear estructuras de oportunidades y al mismo tiempo, impedir que estas estructuras sean objeto de algún cierre ideológico o de cualquier manipulación hegemónica.
Trasladada esta teoría al análisis de la problemática educativa, se trató de explicar porque fracasaban en la escuela los alumnos que provenían de minorías étnicas, raciales y sociales, utilizando los conceptos de deficiencia cultural y diferencia cultural. El “uso” de estos conceptos ha tenido gran difusión en las escuelas, aunque en muy pocos casos esta difusión va acompañada de un análisis del contexto de producción de estas diferencias, los estudios basados exclusivamente en los problemas de la diversidad/diferencia siguen sin tomar cuenta la centralidad de las relaciones de desigualdad.
Los ámbitos donde puede transcurrir esa formación serán distintos en cada caso, pero pueden abarcar desde iniciativas institucionales llevadas a cabo fuera de la escuela tal el caso de l[r]
En casi todos los manuales de Estadística aparece una medida relativa de varianza llamada coeficiente de variación de Pearson, que se obtiene mediante el cociente entre la desviación tip[r]
considerar con mayor justeza la “eficacia” de la intervención producida por las acciones del proyecto, dado que el ingreso en estas escuelas de niños de primer grado que repitieron en otras instituciones podría estar hablando de un reconocimiento por parte del entorno de que la existencia de M+M brinda a la escuela en cuestión de recursos, herramientas y estrategias para generar condiciones de enseñanza que les permita aprender a leer y a escribir a todos los niños de la escuela primaria común. Es necesario advertir, no obstante, que dicho reconocimiento podría ocultar, a su vez, la existencia de ciertos mecanismos encubiertos de selección de la matrícula y de expulsión de aquellos niños que “fracasan”, los cuales serían reorientados hacia las escuelas con M+M. Si bien escapa a los alcances del presente estudio, sería necesario preguntarse sobre la existencia de políticas distritales y jurisdiccionales que tengan como propósito el logro de escuelas inclusivas y, complementariamente, conocer las estrategias que despliegan las escuelas que no se encuentran bajo la órbita del programa frente al problema de la repitencia en 1º grado. En este sentido, sería preciso delimitar con mayor precisión cuáles son los criterios pedagógicos que priman en el análisis de esta problemática, así como las posibles líneas de continuidad y de contraste que se establecen respecto de M+M.
Por otra parte, hemos visto que existen diferentes oportunidades de acceso y participación de los alumnos en experiencias que pueden ser valiosas para su formación. Pero esto no sólo por hallarse en una u otra escuela y, por lo tanto, de disponer de una oferta más o menos variada de experiencias (lo cual, como vimos, hablaría de una desigualdad a nivel del sistema), sino por contar con diversos márgenes de elección y de participación en las experiencias, de acuerdo con diferentes criterios utilizados en su adjudicación (el que parece cobrar con mayor fuerza es el meritocrático, expresado en la consideración del rendimiento educativo, incluso en la escuela en la que “todos” los alumnos participan de experiencias laborales en empresas). En este sentido, -y sobre la base de los condicionamientos anteriormente enunciados- podríamos pensar que dentro de la escuela se superponen lógicas de reproducción de desigualdad (a través de la meritocracia, sabiendo de la relación entre rendimiento y origen social), de producción de desigualdad (cuando a partir de estas experiencias se abren oportunidades diferenciales de inserción laboral y de proyectos de continuidad educativa), así como de producción de igualdad (cuando el criterio meritocrático adquiere un sentido opuesto al usual como parte de una estrategia compensatoria). Por último, este trabajo también ha despertado nuevos interrogantes que nos estimulan a profundizar y a continuar estudiando algunas cuestiones. Entre otras, no queremos dejar de mencionar el contraste que aparece entre normas de la vida escolar y los mundos de vida laborales, entre la escuela como espacio de resguardo y el “afuera” que supone el desafío de preparar a los alumnos “para salir a la realidad” casi como si la escuela fuese un espacio ficcional (“otro mundo”). Asimismo, sería de interés afianzar la reflexión sobre las relaciones escuela–empresas y sobre los modos de posicionarse de las instituciones educativas (como la posibilidad de actualización que implica para algunos profesores de una de las escuelas técnicas visitada). Por último, una prolífica e inexplorada línea de trabajo nos conduce a indagar cuáles son los aprendizajes deseados por los proyectos y prácticas de FT (principalmente por parte de profesores y directivos) y los logrados (según la mirada de los alumnos sobre los reaprovechamientos recíprocos entre espacios de FT escolares y laborales).
Las intervenciones urbanas son parte del trabajo de los comunicadores visuales y por lo tanto de su formación. Entendemos que los estudios sobre la ciudad se multiplican en la medida de su crecimiento poblacional y del desarrollo social, científico y tecnológico. Una manera de mirar la ciudad, y de leerla como un multitexto, es analizando la construcción de sentido. Observamos diversas imágenes significativas que dan cuenta de la problemática visual urbana como fenómeno integral. Es un lugar donde convergen distintos planos comunicacionales que conforman la complejidad del relato, cuyos discursos narran la diversidad de los grupos que interactúan en el espacio público, con sus ideas, propuestas y conflictos. El registro de las imágenes, tiene la intención es abordar lo multifacético del acontecimiento urbano y no la interpretación de sus partes. Nos proponemos comprender su significación social con la intención de visibilizar la diversidad de las voces y la desigualdad que se expresa en las calles de la ciudad, con el propósito de reflexionar sobre sus potencialidades, sus intereses y sus validaciones, para acercarnos y reflexionar, como para poder intervenir desde la comunicación visual.
Las posibilidades de expresión cultural que tienen a su alcance los jóvenes suelen estar determinadas por la forma como se construye socialmente la idea de joven. Cuando algunos de ellos “escapan” o no se asemejan en algo a esta construcción social, las limitantes son muchas y los peligros implicados en librarlas son constantes. La estigmatización, la in- tolerancia, la vigilancia y el desdeño son procesos con los que la sociedad cuenta para mantener dentro de estos límites a sus jóvenes; sin embargo, la re- presión sigue sirviendo cuando los anteriores no son suficientes. Las políticasculturales destinadas a los jóvenes difícilmente se desprenden de estas cues- tiones, a pesar de las matizaciones fincadas en la ideología y concepciones de quienes se encargan, desde las oficinas de gobierno, de su diseño e imple- mentación.
Si bien entendemos la necesidad de considerar y fomentar estos tipos de actividades, consideramos que una forma de entender la gestión de la diversidad cultural como exhi - bición de elementos tenidos por característicos pero presentados como si fueran algo con- gelado en el tiempo, fotografías fijas, puede encubrir algún riesgo. La propia dinámica de funcionamiento de las culturas difiere de estos presupuestos dado que ésta se encuentra en constante movimiento, transformación, contagio, modificación… Y quizás sería precisa - mente esto lo que habría que celebrar en este tipo de eventos para no correr el peligro de re - forzar estereotipos, marcar diferencias y generar relaciones de alteridad entre personas que ahora comparten un mismo espacio y que tan solo con esto ya están construyendo cultura. Sospechamos que de cómo se haga la gestión de esas relaciones pueda depender el resultado final, la emergencia de nuevas representaciones y procesos culturales de tipo convivencial o en forma de nuevas exclusiones.
La Ley de Desarrollo Cultural del Estado de Michoacán de Ocampo (LDCEMO), que se relaciona con las actividades del Poder Ejecutivo, la Secre- taría de Cultura, Educación, Turismo y los Ayuntamientos, y hace énfasis en la promoción de la participación ciudadana en el desarrollo de la cultura del Estado, presenta una posición sumamente ambigua del sector artesanal. Esta legislación plantea que la política cultural debe fortalecer la identidad de los individuos y la diversidad cultural en el Estado y reconoce, en su artículo 2º, como actividades, bienes y servicios culturales todas las que “crean, produ- cen, distribuyen o transmiten expresiones culturales, con independencia de su origen individual o colectivo, su valor comercial, o su naturaleza civil o mercantil” y también que la identidad cultural se manifiesta en diversas for- mas de expresión. Asimismo, como parte de un listado abierto del patrimonio cultural incluye, entre otros aspectos, monumentos, poblaciones, marcas co- lectivas y denominaciones de origen pero sin hacer ninguna mención a las artesanías o al arte popular del Estado; a pesar de que las figuras de la propie- dad intelectual hacen referencia precisamente a las artesanías. La omisión de este sector se mantiene incluso en los apartados en los que esta ley hace
latinoamericana, las mujeres siguen siendo el género sexual con menor visibilidad, a pesar de claros avances logrados durante los últimos decenios. Tanto como presentadoras, como en tanto sujeto de las noticias, las mujeres tienden a aparecer en un segundo plano, además de que la propia desigualdad de género no se considera de interés noticioso. Igual pasa con etnias/razas, movimientos sociales, profesiones, y otras categorías sociales (Martell 2006; Flores Palacios y García León 2005; Ishibashi 2004). Lo que “existe” en los medios no es tan diverso como el mundo real. Esto es fácilmente constatable a simple vista, pero es conveniente que se efectúen más investigaciones sistemáticas, comparativas, que incluyan, por cierto, también las impresiones en el público de la (falta de) diversidad representada mediáticamente.
1. Las consideraciones acerca de la «diversidad cultural» que se observan en los departamentos de cultura municipales guardan relación con los «tamaños» (las ciudades han buscado un equilibrio en los tamaños de los agentes culturales, desde los más pequeños hasta los grandes agentes) y los «subsectores» (desde el patrimonio hasta la creación contemporánea). Con respecto a los tamaños, muchas ciudades explican que su viatlidad cultural se basa en un «sistema dinámico» en el que iniciativas vecinales o experimentales, a menudo no institucionales, conviven con grandes proyectos concebidos para la proyección internacional o simplemente con fines de consumo cultural; se podría usar el concepto de “ecología cultural” o de “ecosistema cultural” para describir esta situación. Con respecto a los subsectores, y si bien los recursos culturales de las ciudades difieren, en las políticasculturales locales al menos tres subsectores culturales principales están presentes: el patrimonio, las bibliotecas y las artes. Además, el reciente interés por la identidad local y la diversidad cultural ha inducido a las ciudades a prestar atención a la «cultura tradicional», aludida a menudo como folclore de la ciudad, la región o la nación; también los nuevos medios de comunicación y las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), que atraen el genuino interés de los jóvenes, se han convertido en nuevos subsectores, o en una dimensión transversal, de las políticasculturales locales.
Las políticas locales de desarrollo se suelen basar en el triángulo virtuoso del desarrollo sostenible: crecimiento económico, inclusión social y equilibrio medioambiental. Hoy, este triángulo es insuficiente. La cultura se está convirtiendo, en buena parte gracias al impulso de la Agenda 21 de la cultura, en el cuarto pilar del desarrollo sostenible a escala local. Las políticasculturales locales, basadas en los valores intrínsecos de la cultura (creatividad, conocimiento crítico, diversidad, memoria, ritualidad...), son cada vez más importantes para la democracia y la ciudadanía. Las ciudades desean intercambiar experiencias y aumentar el conocimiento mutuo. En su programa 2008-2010, CGLU necesita reforzar su capacidad para convertirse en un punto de encuentro mundial sobre aspectos culturales: gobernanza, trabajo en red y desarrollo de proyectos.
Si recordamos la visión multicultural asumida en las PolíticasCulturales Distritales 2001-2004, podemos encontrar varias similitudes con la propuesta intercultural. Por un lado, el respeto cultural en el que deben confluir las culturas es un común denominador de ambas políticas, en el que las discriminaciones deben ser superadas, de manera tal que los individuos puedan desarrollarse como personas y como colectivo de alteridad. Esta convergencia entre culturas se mueve en un plano del reconocimiento en el que la estructura es invariable y esto imposibilita la acción- posibilidad intercultural, pues en tanto que se habla de superar las asimetrías (culturales, políticas, económicas y sociales) las instituciones, que son las mismas que generan la asimetría, no cambian. De esta manera la propuesta se queda únicamente en un reconocimiento inocuo que propone nada que su antecesor multicultural, el cual promoviendo la diversidad y el reconocimiento deja inmutables las instituciones. La interculturalidad asumida de esta manera, encuentra tras de si principios éticos de la diferencia, los mismos que se encuentran en el multiculturalismo. Estos principios abogarían por la defensa y/o conservación de las diversidades y divergencias culturales, en tanto que este accionar correspondería a principios liberales de justicia: “Si las libertades básicas iguales para todos de algunos ciudadanos se restringen o se niegan, la cooperación social basada en el mutuo respeto resultará imposible” 25 .
b) la creación de capacidades mediante el intercambio de información, experiencias y competencias, así como mediante la formación de recursos humanos en los países en desarrollo, tanto en el sector público como en el privado, especialmente en materia de capacidades estratégicas y de gestión, de elaboración y aplicación de políticas, de promoción de la distribución de bienes y servicios culturales, de fomento de pequeñas y medianas empresas y microempresas, de utilización de tecnología y de desarrollo y transferencia de competencias;
Las Partes alentarán la creación de asociaciones entre el sector público, el privado y organismos sin fines lucrativos, así como dentro de cada uno de ellos, a fin de cooperar con los países en desarrollo en el fortalecimiento de sus capacidades con vistas a proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales. Estas asociaciones innovadoras harán hincapié, en función de las necesidades prácticas de los países en desarrollo, en el fomento de infraestructuras, recursos humanos y políticas, así como en el intercambio de actividades, bienes y servicios culturales.
Em Espanha são também três os níveis da administração pública do Estado (Administração Central, Administração Autonómica e Administração Local), mas as diferenças em relação ao caso português são substanciais. Assim sendo, se a política cultural a nível nacional se enquadra na esfera de competências do respectivo Ministério (cujo reduzido número de estruturas administrativas é revelador do entendimento do Estado espanhol em relação à administração pública da cultura), as Comunidades Autónomas emergem como entidades político- territoriais com competências específicas e, em alguns casos, exclusivas, na definição de políticas regionais, entre as quais se incluem as políticas culturais. Deste modo, a análise do caso espanhol revela a existência de uma transferência de competências jurídicas da Administração Central para as Comunidades Autónomas, consagrada quer pela Constituição, quer pelos Estatutos de Autonomia das Comunidades, que explica o facto de existirem diversas políticas culturais dentro do Estado espanhol, tantas quantas as Comunidades, que evidenciam assimetrias regionais consideráveis, relacionadas com a influência exercida por variáveis como o grau de definição cultural e linguístico, os recursos disponíveis ou os conteúdos específicos dos respectivos Estatutos de Autonomia que determinam os âmbitos das competências de cada Comunidade. É claro que o Estado, a Administração Central, manteve algumas responsabilidades exclusivas, no que
Dada su obligatoriedad, la institu- ción escolar detenta un público cautivo, pero los bienes y actividades culturales se desarrollan, como opción, en una di- versidad de espacios que, conforme a su naturaleza, no son de acceso univer- sal sino que dependen de condiciones de clase, familia y localización domici- liar, entre otros factores. La relevancia de esta institución proviene del hecho de que ofrece la oportunidad más sis- temática de socialización precoz de los individuos en lo que se refiere al arte y la cultura, permitiendo, inclusive, com- pensar o corregir las desigualdades pro- venientes de un ambiente familiar poco afecto a esas prácticas. La lectura sería un ejemplo en esta dirección, pues es una práctica en la que la correlación en- tre el aprendizaje escolar y su presencia en la vida adulta del individuo puede ser muy bien identificada: el estudio de la lengua, la lectura y el análisis de textos –sin entrar en el mérito de la calidad del aprendizaje– hace que ésta sea la única práctica cultural en la cual el aprendizae
El estudio de la Interdisciplina Artística, en el Dominio Profesional Humanidades y Artes, busca favorecer el desarrollo integral de los jóvenes bachilleres a través del desarrollo de competencias genéricas y disciplinares extendidas que les permitan identificar e interpretar, desde una perspectiva culturalista, crítica, reflexiva, científica y metodológica, las manifestaciones culturales y artísticas que conforman el patrimonio cultural en México. La materia de Interdisciplina Artística se fundamenta en la interpretación de las manifestaciones culturales y la herencia artística en diversos períodos históricos de México que permite ubicar las corrientes artísticas y su proceso de creación aplicando una metodología formal de análisis crítico y reflexivo.