Las claves de la grafía que son consistentemente aprovechadas por el niño para reconocer y diferenciar palabras son la forma, el largo y la orientación de letras. Aunque estas claves puedan parecer elementales, varios autores han demostrado que los niños de preescolar, pueden desarrollar un rudimentario vocabulario visual en base a las características sobresalientes de los grafemas (Ehri y Wilse, 1985; Gough, 1993; Jimenez y Artiles, 1995; Swoden y Stevenson, 1994). La cuantía de este vocabulario visual, varía notablemente de un niño a otro, y en aquellos que poseen buena memoria asociativa, puede apoyar la lectura logográfica no solo de palabras sino de frases y oraciones completas. Según Stanovich (1994), esta posibilidad hace que algunos escolares persistan en una estrategia de lectura logográfica, dada la facilidad para asociar la configuración visual de las palabras con su significado.
La lectura y la escritura son dos prácticas complementarias e íntimamente relacionadas, ambos se dan gradualmente e interactúan en el proceso de enseñanza -aprendizaje. La escritura es el resultado del aprendizaje de la lectura, o sea, el reconocimiento de las letras: signos, símbolos, representaciones, entre otros. Es decir, cuando el niño conoce y reconoce los signos y símbolos, procede a expresar en forma escrita, plasmando con su mano de tinta a papel. “Para escribir el niño debe tener una coordinación de motricidad fina; sensorio motora, en la coordinación de sus sentidos; viso motora, la coordinación específica entre su visión – táctil. Para tal procedimiento se propone el siguiente método de aprendizaje de la escritura”: Círculo latino Austral, 2006 (p.287)
Título y Condecoración de Doctor Honoris Causa en Educación de Iberoamérica DHC otorgado por el Consejo Iberoamericano en Honor a la calidad Educativa CIHCE en [r]
Por otro lado, es un error muy difundido creer que el papel o cuaderno debe estar recto frente al que escribe, por el contrario, debe tener una ligera inclinación hacia la izquierda, a excepción de los zurdos que lo debe hacer hacia la derecha. Mientras se escribe el papel debe mantenerse en una posición fija, ayudándose con la mano que está libre; el niño debe saber que el papel no debe moverse, lo que se debe desplazar es la mano y brazo que escribe, separándose del cuerpo a medida que se avanza. Para la lectura es importante que el profesor indique la distancia pertinente a la que debe colocarse el texto, coger el libro o texto con ambas manos, pasar las páginas con la mano derecha, no usar apoyos visuales, como dedo o regla, para seguir la lectura. Es necesario entrenar la vista para pasar de un renglón a otro sin saltarse ninguno, por ello, debe estar atento al sentido del texto. Los niños que acercan demasiado el escrito a la cara es probable que tengan problemas de visión que requieran de la visita a un especialista.
Finalmente, se exponen los ejercicios de orden metacognitivo, que como se expuso al principio de este capítulo, permitieron cotejar la percepción que la docente hizo del proceso desde su rol educador. Además, estas acciones concientizaron a los estudiantes de sus aprendizajes logrados y de las dificultades que se presentaron en el proceso de la lectura de imágenes. Al respecto Flavell (1976) citado por Osses & Jaramillo (2008), plantea que la metacognición hace referencia “al conocimiento que uno tiene acerca de los propios procesos y productos cognitivos o cualquier otro asunto relacionado con ellos” (p. 191). De esta manera, durante el análisis de la experiencia se hace visible la relación entre la teoría y la vivencia, pues los estudiantes evidencian un reconocimiento de la imagen como texto lector y en los procesos cognitivos de lectura se van generando acciones conscientes que favorecen el aprendizaje. Los registros metacognitivos escritos y orales de los talleres de sensibilización No. 1 y No. 2, ejemplifican este proceso.
Es verdad que la lectura se acomoda mejor a los distintos organizadores gráfi- cos, y que en cambio la escritura se ajusta mejor a un sistema alfabético, pero estos lenguajes se pueden combinar, e igual que los mapas conceptuales se llenan de frases y rótulos verbales, también es posible añadir a la discursividad de lo escrito todo tipo de grafismos (llaves, flechas, cuadros sinópticos…), todo lo cual se sinte- tiza en una palabra: una buena guía/ficha de lectura debe crear redes conceptuales, adaptadas al nivel, destinatario, intereses, necesidades…A la par que se enseña a profundizar en un determinado texto, el alumno refuerza habilidades metacogniti- vas: aprender a discriminar lo que sabe y lo que no sabe, buscar/completar informa- ción, ordenarla, hacer borradores que anticipan la “edición” o forma final del traba- jo…todo encaminado a hallar esa información relevante, las ideas claves y la forma en que éstas se manifiestan en el texto a través de diferentes conexiones. De este combinaríamos los dos polos del aprendizaje: expresión creativa y personalizada, de un lado, y organización jerárquica con palabras-clave, interacción con los otros y con fuentes de información, del otro.
El objetivo del presente estudio es analizar los efectos del entrenamiento en la iniciación al aprendizaje lector. Los participantes en el estudio fueron 144 niños de Preescolar de cuatro escuelas públicas de Galicia, pertenecientes a la zona rural de la Comarca del Paradanta. Del total, 72 formaron los tres grupos experimentales y otros 72 los tres grupos de control. El diseño utilizado fue un pretest- postest con sujetos aleatorizados. La medida de las habilidades lectoras se hizo mediante el Test de Reconocimiento Visual y Conversión Grafema-Fonema (TECOL). Los datos recogidos se trataron a través de un análisis de varianza de medidas repetidas. El entrenamiento incrementó signifi cativamente las puntuaciones de las habilidades lectoras de los grupos experimentales, comparado con los grupos controles. El programa ha mostrado una triple interacción entre Medida × Entrenamiento × Nivel Escolar. Ello signifi ca que hubo variación signifi cativa en las puntuaciones medias de las habilidades lectoras fruto del entrenamiento y según los distintos niveles escolares. Se concluyó que la habilidad de lectura básica a desarrollar en la Educación Infantil es la habilidad de identifi cación y nombramiento de letras.
La lectura, como proceso de interacción entre lector y texto, siempre implica la actuación de un lector activo que lee con alguna intención. Este planteamiento, llevado al desarrollo y mejora del aprendizaje lector, requiere impregnar de un continuo enfoque funcional cualquier lectura. El joven, además, debería vivir la lectura como una experiencia placentera y valorarla como instrumento de información, de enriquecimiento léxico, de referentes culturales, de transmisión de valores y de aprendizaje de estructuras de la lengua. De ahí que todos los textos que se seleccionen deban tener una función práctica y vinculada con la realidad de los alumnos y alumnas. Por lo tanto, la biblioteca escolar, en sentido amplio y como acción educativa coordinada entre diversas materias, a través de un uso programado, utilitario, dinámico y abierto, se convierte en un centro de recursos, consultas, reflexión, conocimiento y encuentro. Y, por otra parte, las experiencias lectoras, en sentido particular, encaminadas a crear y afianzar buenos hábitos lectores y a alimentar la creatividad, la imaginación y la sensibilidad, de forma indirecta, son, igualmente, procedimientos básicos en el desarrollo de los contenidos correspondientes a la lectura.
2. Es hora de empezar a realizar cambios en nuestros procesos de enseñanza – aprendizaje, aunque nos demanden más tiempo en su aplicación con los alumnos, porque son necesarios para poder aumentar los niveles de la calidad de la educación chilena. Lo anterior, permitirá contribuir en el mejoramiento de la evaluación formativa, lo que va en directo beneficio de nuestros alumnos, porque podrán obtener las competencias necesarias para enfrentar su futuro profesional y desenvolverse adecuadamente en la sociedad.
¾ Definición de secuencia didáctica: “las secuencias didácticas consisten en pequeños ciclos de enseñanza y aprendizaje formados por un conjunto de actividades articuladas y orientadas a una finalidad, es decir, a la producción de un texto oral o escrito. Pretenden articular de forma explícita los objetivos, los contenidos y las actividades en un proyecto de trabajo o de producción verbal… están minuciosamente planificadas y adaptadas a cada situación educativa” (J. Dolz)
Como se trata, desde este planteamiento, de enseñar procesos generales, la mejor manera de realizarlo es de forma general, para que los conocimientos adquiri- dos puedan ser aplicados a todas aquellas situaciones y materias concretas que lo requieran. Los encargados de impartir este tipo de enseñanza y de fomentar estos aprendizajes son los psicólogos, psicopedagogos u orientadores de los centros, de modo que los profesores puedan centrar su labor en sus asignaturas. Por tal motivo, se requiere desarrollar en los alumnos las capacidades necesarias para comprender y aprender: técnicas y hábitos de estudio, estrategias de aprendizaje, etc. Esta posición muestra una concepción interpretativa del aprendizaje.
que entiende esta como el arte de interpretar lo que dice el texto, creando sus propias formas mentales y extra- yendo de ellas el fruto del goce intelectual. Pensamos en un ciudadano que conciba la lectura como uno de los principales motores del espíritu; que profundice en las incitaciones éticas y estéticas de los libros y se enfrente a los desafíos derivados de la reflexión y la duda. Así, acostumbrado a acercarse al texto de una manera libre pero reflexiva, cada nueva lectura le proporcionará ex- periencias emocionales más gratificantes y le aportará mayor placer intelectual. Estas serán el mejor estímulo para seguir leyendo, disfrutar con ello e ir cimentando paulatinamente el hábito de leer.
Emilia Ferreiro y seguidores, basándose en la teoría de Piaget, demostraron, que antes de ingresar al primer grado, los niños tienen ya información sobre el sistema de la lengua escrita, sobre todo en zonas urbanas donde existen variadas posibilidades de tomar contacto en la vida cotidiana con diversas manifestaciones del lenguaje escrito. Por ejemplo, cuando ven leer a otras personas, cuando les leen cuentos, cuando observan letreros comerciales o informativos, en las marcas de productos de consumo familiar, al ver en la televisión o cine, películas con subtítulos, al observar u hojear revistas, periódicos, libros y todo tipo de material impreso. Este contacto con el lenguaje escrito permite descubrir la relación directa entre los sistemas oral y escrito, así como su utilidad .cuando el niño diferencia el dibujo de la escritura comienza a representar arbitrarios; a medida que se apropia del código escrito convencional su escritura cambia hasta emplear las letras del alfabeto. Estas formas sucesivas de representación escrita se denominan los niveles de construcción de la escritura. Estos niveles son; pre silábico, silábico, silábico–alfabético y alfabético .
Charles-Édouard Jeanneret, Le Corbusier(1887-1965), consideró la naturaleza como encarnación de todo lo verdadero, bello, sano y original. Todo lo que llevó a cabo a lo largo de su vida giraba en torno a estos dos conceptos: naturaleza y geometría. Por una parte, una creencia casi religiosa en la naturaleza. Por otra, la voluntad de imponer una forma de organizar el mundo de una manera exacta y de acuerdo a la razón. La síntesis de la naturaleza y de la geometría, la necesidad no sólo de restituir las formas exteriores de la naturaleza sino de hacer visibles sus leyes estructurales para traducirlas en un severo lenguaje geométrico es una constante en este arquitecto. La geometría es, por decirlo de algún modo, la respuesta de la razón a la naturaleza; es continuación de la naturaleza como principio(en el plano intelectual) y su antítesis(en el plano plástico). Le Corbusier estaba destinado a crear el vocabulario de la nueva arquitectura.
espiral áurea. El resto de elementos (farolas, edificios, etc.) mantienen las proporciones para darle equilibrio y una geometría que haga agradable la lectura de la imagen, amén del plus de la huella que nos dirige la mirada hacia el punto de interés y nos introduce en la foto.
Lee las siguientes oraciones e inserta los signos de puntuación (coma, punto y coma y dos puntos) en los lugares que consideres necesarios para la claridad del mensaje.. Escribe tus [r]
Específicamente sobre el sistema de escritura, aprovechamos que el trabajo sobre las secuencias nos aporta campos semánticos (términos ligados entre sí por referirse a un mismo tema), campos léxicos (conjunto de palabras de distinta categoría gramatical que tienen un elemento de significado común o están relacionadas con un mismo tema) y familias léxicas (conjunto de palabras que comparten el mismo lexema o raíz). Estos conjuntos de expresiones que se hacen muy familiares durante el desarrollo de la secuencia permiten trabajos de reflexión diversos. Teniendo claro que no son situaciones de “naturales” sino de lectura y escritura, incorporamos los vocablos al banco de datos del aula, los analizamos para identificar índices y ponerlos en relación con otras palabras o para separar sus morfemas y advertir la constante de significado que entrañan, revisamos tomas de notas iniciales producidas por sí mismo luego de haber transitado gran parte de una secuencia (al solo efecto de revisar el sistema de escritura), etc. El hecho de haber comprendido el contenido es una condición facilitadora para poder adentrarse en el sistema de escritura.
David Ausubel, Joseph Novak y Helen Hane-sian, especialistas en psicología educativa de la Universidad de Cornell, quienes tienen como precedente a Vigotski, han diseñado la teoría del aprendizaje significativo, aprendizaje a largo plazo, o teoría constructivista. Desde esta perspectiva, el aprendizaje es un proceso de construcción individual y personal, que consiste en relacionar los nuevos aprendizajes con las ideas previas. Así, el aprendizaje es un proceso de contraste, de modificación de los esquemas de conocimiento, de equilibrio, de conflicto y de nuevo equilibrio otra vez. Según Ausubel, Novak y Hanesian, «el mismo proceso de adquirir información produce una modificación tanto en la información adquirida como en el aspecto específico de la estructura cognoscitiva con la cual aquella está vinculada» (1978,14).
La Divina Proporción de Luca Pacioli (Venecia, 1509) es una de las obras más significativas del ambiente científico y artístico de la Italia de finales del siglo XV, convirtiéndose en uno de los puntos de partida de los numerosos estudios dedicados a las proporciones en el cuerpo humano y en el Arte que se escribieron a lo largo del Renacimiento. La obra responde a la visión filosófica, teológica y estética del neopitagorismo y neoplatonismo que interpretaban la imagen del universo como un macrocosmos concebido armónicamente, en el que el hombre y su visión a través del Arte sería un microcosmos reflejo del supremo orden universal. En el tratado la razón áurea es concebida como principio universal de la belleza y como modelo de evolución de las formas que conservan la imagen de perfección de la unidad divina original, como manifestación de la afinidad del mundo creado con la perfección de su fuente divina y de su potencial evolución futura.
Dado un rectángulo de lados a y b, llamamos proporción (módulo) del rectángulo al cociente entre el lado mayor y el lado menor.. En el caso de ser 1, estamos ante el cuadrado.[r]