PaLidEz ExtrEma. Si la mujer está débil, cansada, tiene la piel y las encías pálidas, las uñas quebradizas, el pulso rápido (más de 100 palpitaciones por minuto), se sofoca y se desmaya con facilidad debe consultar inmediatamente. La causa de estos síntomas puede ser una anemia importante. Este problema puede ser muy serio en el momento del parto o después del parto, pues la pérdida de sangre agrava la anemia. Es recomendable comer verduras de color verde oscuro (acelgas, espinacas, brócoli y otras), carne (vísceras, hígado, corazón, morcilla) y legumbres. De todas maneras, para controlar la anemia es indispensable atenderse en el hospital o centro de salud donde le darán gratuitamente, pastillas de hierro.
promueva el desarrollo holístico de la personalidad de los menores. Los adoles- centes necesitan hacer sus propios des- cubrimientos y llegar a conclusiones per- sonales para ser capaces de decidir libre- mente su comportamiento sexual. La educación sexual debe partir de la expe- riencia vital del propio menor y favorecer el conocimiento biológico de su cuerpo y de la fertilidad de la pareja humana, así como su relación con sus emociones y sentimientos. “Esta opción por una sexualidad, entendida no como mero intercambio de experiencias corporales ni como un simple juego pasajero sin consecuencias, sino como el acto de compartir una intimidad personal en la que intervienen sentimientos, emociones y promesas, nos habla también de res- ponsabilidades. Un enfoque que, en la fase de la adolescencia, no siempre se encuentra interiorizado ni asumido en plenitud”. [50] Debe también posibilitar la reflexión acerca del valor del cuerpo, de las relaciones con los otros y de las consecuencias del encuentro sexual, para acercarse al conocimiento de las implica- ciones de la relación sexual y así poder tomar decisiones que atañen a su saludsexual y reproductiva de forma realmen- te consciente, libre e informada.
El planteamiento de una forma integral de entender y abordar al cuerpo humano, en relación con la saludsexual y reproduc- tiva, busca refrescar con nuevos conocimientos la educación médica convencional, que prepara profesionales para intervenir sobre un cuerpo fragmentado y elabora algoritmos sobre los tratamientos de las enfermedades con la pretensión de actuar sobre cuerpos homogéneos haciendo uso, en la mayoría de los casos, de fármacos que estabilizan ésta o aquélla función bioló- gica. Y aunque estas intervenciones son efectivas para resolver problemas cotidianos de salud o para algunas enfermedades específicas a nivel individual, estamos ante una profusa cascada de problemas de la saludsexual y reproductiva y de los cuerpos femeninos y masculinos tales como: cáncer, enfermedades de transmisión sexual, trastornos de la alimentación y del desarrollo de la sexualidad, mortalidad infantil y materna, diversas formas de violencia y discapacidad. Todos estos males se presentan en cuerpos heterogéneos, biológica y socialmente, por múltiples causas y no logran ser controladas sólo con fármacos, ni siquiera con mayores coberturas del sistema de salud o con las mejores tecnologías biomédicas. El camino que se muestra para la me- dicina en los tiempos actuales de cambio climático, tensiones sociales, guerras y enfermedades emergentes, es entender que los procesos de salud y enfermedad nacen de las particularida- des culturales y territoriales de las poblaciones y que en lugar de establecer una dinámica de intervención para tratar sólo enfermedades emergentes hay que hacerlo mejor para formar “personas verdaderas”.
Finalmente, en materia de formación, existe la necesidad de dotar, formar y capacitar cuadros técnicos, logísticos y especializados para el trabajo con población migrante fronteriza, lo que implica tareas de gran alcance si se tienen en cuenta los requerimientos especiales que se expresan en el área de la salud y la saludsexual y reproductiva. Las organizaciones no gubernamentales representan una de las pocas (a veces las únicas) redes de apoyo y asistencia con que cuentan los migrantes fronterizos y la vía más efi ciente para enviar la ayuda. Ellas son, por tanto, parte fundamental de las soluciones que se exploran en las regiones fronterizas. Sin embargo, sus capacidades están sobrepasadas por las crecientes demandas y la escasez de recursos. Se requiere, entonces, explorar vías de fi nanciamiento regulares o sujetas a objetivos de largo plazo, así como el desarrollo de trabajo conjunto entre los organismos públicos y las organizaciones de la sociedad civil.
Para eliminar o disminuir en número los abortos ile- gales y las muertes maternas no solo es necesario le- galizar las situaciones que vulneran los derechos hu- manos de las mujeres, sino también abordar todas las causas a la base del aborto: prevenirlo a través de la entrega de métodos anticonceptivos y de educación sexual actualizada e integral; combatir la violencia se- xual e incluso mejorar la condiciones sociales y eco- nómicas que influyen sobre la decisión de ser madre o no, ya que tener hijos significa un empobrecimiento y una postergación de las mujeres debido a la situación social y educacional en el país��. No todas las muje- res –de las distintas clases sociales– son igualmente vulnerables al riesgo de abortar, por tanto sobrevivir a un aborto es un derecho que toca, en especial, a las personas más desposeídas en este momento. Al no contar con estimaciones actualizadas y realizadas de forma científica respecto al número de abortos provo- cados que se realizan de manera clandestina, es difí- cil saber a qué porcentaje corresponden los abortos realizados bajo la ley IVE, más si se considera proba- ble que sean muchas las mujeres que se quedan fue- ra de la protección de la Ley. En paralelo a las modi- ficaciones de la Ley N° 21.030, es importante trabajar
La década de 1990 fue el escenario de grandes debates a nivel internacional (como se mencionó anteriormente con las conferencias del El Cairo 1994 y Beijing 1995). Latinoamérica particularmente vivió una década de implementación de un modelo político, económico y social neoliberal que, a grandes rasgos, profundizó las desigualdades sociales en todas las esferas de la vida. En el caso puntual de los derechos sexuales y reproductivos, aunque en Argentina la venta de MAC era libre en términos legales, no todas las mujeres podían acceder económicamente a ellos. Por lo tanto, frente a los índices de desocupación y pobreza que atravesaba el país, muchas mujeres se vieron imposibilitadas de acceder a los mismos. En el 2003, con la asunción de Néstor Kirchner, comenzó un proceso de desarrollo de políticas públicas de inclusión social que permitieron revertir, de alguna manera, las desigualdades sociales que se habían profundizado durante la década anterior (Muñoz, 2010). Para ello, era necesario que el Estado se hiciera cargo de la necesidad de generar una política de distribución y acceso a la información, en materia de SSR, que alcanzara a las mujeres de todos los sectores sociales. Por lo tanto, las políticas públicas estatales no podían estar sólo apuntadas a políticas socio-demográficas o de inserción en un proceso geo-político mundial, sino que debían comenzar a pensarse a partir del ámbito de los derechos humanos (Brown, 2014).
La Ciudad de Buenos Aires fue un distrito pionero en la formulación e implementación de políticas y programas acordes con los compromisos y el Plan de Acción de El Cairo y también fue precursora en el monitoreo de su política. En 1988, en esta ciudad se comenzó a implementar un programa de procreación responsable como una experiencia piloto en un número muy limitado de servicios. Este programa funcionó durante mucho tiempo sin presupuesto propio y merced al compromiso de los equipos de salud, con muy baja cobertura y sin difusión. En el año 2000, doce años más tarde de la puesta en marcha de esa iniciativa, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires sancionó la ley 418 que creó el Programa de SaludReproductiva y Procreación Responsable basado en el reconocimiento de los derechos reproductivos y en el compromiso indelegable del Estado de satisfacer las necesidades en saludreproductiva de la población y de garantizar esos derechos. Esta ley, sancionada luego de un intenso debate político, recuperó el espíritu de la Constitución de la ciudad, sancionada en 1996, primer cuerpo normativo de alto rango que reconoció los derechos reproductivos como derechos humanos en la Argentina (Vitale 1992; Zamberlin 2000). La perspectiva integral de este Programa está plasmada en sus principales objetivos: prevenir embarazos no deseados; proveer información y acceso a métodos anticonceptivos con libre elección; promover el preservativo como método de prevención de las enfermedades de transmisión sexual y VIH/sida; promover la participación de los varones en el cuidado de la saludreproductiva y la paternidad responsable; promover la información y provisión de anticonceptivos a los adolescentes y capacitar a los agentes sanitarios en estas temáticas. En el año 2001, la Adjuntía en Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires decidió, dada la experiencia de otros países de América latina acerca de la eficacia de las defensorías del pueblo
que se pueda regular la fertilidad y disfrutar de relaciones sexuales sanas y felices. También implica que los hijos e hijas sean sanos y puedan llegar en óptimas condiciones a la vida adulta. El concepto de saludsexual y reproductiva es nuevo, y todavía se debate ampliamente. Está centrado en las personas y sus derechos, más que en metas poblacionales, programáticas o políticas. En este enfoque, las personas son sujetos activos en lo que se refiere a su salud, más que objetos pasivos. Las y los usuarios de los servicios participan junto a los profesionales de salud en la búsqueda de una mejor calidad de vida para sí, sus parejas y sus familias. Se intenta que las visiones de proveedores y clientes se complementen, integrando los conocimientos técnicos y la experiencia del profesional con las percepciones y necesidades sentidas por las y los usuarios. Es un enfoque integral, que requiere de un trabajo interdisciplinario en el que participen, no sólo profesionales de la salud, sino también educadores, cientistas sociales, etc. y la propia comunidad.
La saludsexual es definida por la Organización Mundial de la Salud como "un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; la cual no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad. Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha definido la saludsexual como "la experiencia del proceso permanente de consecución de bienestar físico, psicológico y sociocultural relacionado con la sexualidad." Ambos organismos consideran que, para que pueda lograrse y mantenerse la saludsexual, deben respetarse los derechos sexuales de todas las personas. En efecto, para lograrla, la OMS asegura que se requiere un "enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener relaciones sexuales placenteras y seguras, libres de coerción, discriminación y violencia."
CONSTRUCCIÓN DE 1 RED SOCIAL PARA LA PROMOCIÓN Y GARANTÍA DEL DERECHO AL EJERCICIO RESPONSABLE DE LA SEXUALIDAD Y LOS DERECHOS Y DEBERES EN SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA CON E[r]
ropeo sobre saludsexual y reproductiva afirmaba el dere- cho de las mujeres a decidir de forma responsable sobre el número de hijos. En consecuencia y en relación a los embarazos no deseados, este informe recomendaba que el aborto sea legal, seguro y accesible insistía en todos los países de la Unión. Desde el 2010, la interrupción vo- luntaria del embarazo está regulada en España, por la ley orgánica sobre saludsexual y reproductiva; el respeto por la autonomía y el derecho a tomar decisiones respon- sables son principios básicos para la educación sexual, los servicios de planificación familiar, así como para la política general sobre saludreproductiva. En conjunto, la legislación española en materia de salud considera la autonomía como un principio básico, siendo el consenti- miento informado un procedimiento estándar. Sin embar- go, en el 2014 el anteproyecto de ley, presentado por el gobierno, alteraba el modelo y las prioridades, al insistir en la protección de la vida del feto y en los derechos de la embarazada. El articulo llama la atención sobre un problema de coherencia, entre este punto de vista y el enfoque generalizado, nacional e internacional, de los de- rechos sexuales y productivos.
En cuanto al concepto de representación, Stuart Hall plantea que éste es “una parte esencial del proceso mediante el cual se produce el sentido y se intercambia entre los miembros de una cultura. Pero implica el uso del lenguaje, de los signos y las imágenes que están en lugar de las cosas, o las representan” (Hall, 2010:447). Siguiendo a Hall, la representación de la sexualidad de las mujeres en las políticas públicas de saludsexual y reproductiva implica la existencia de un lenguaje (el lenguaje técnico utilizado en las políticas públicas), de signos (relacionados con los seis eventos de la política pública y los conceptos asociados a ellos, como sexualidad responsable, embarazo en adolescente, etc.) y de imágenes (sexualidad, embarazo, adolescente, derechos sexuales, saludsexual, etc.). Más adelante, Hall señala que el vínculo entre los conceptos y el lenguaje es lo que nos capacita para referirnos bien sea al mundo “real” de los objetos, gente o eventos, o bien sea incluso a los mundos imaginarios de los objetos, gente y eventos ficticios. De modo que hay implicados dos procesos, dos sistemas de representación. Primero, está el “sistema” mediante el cual toda suerte de objetos, gente y eventos se correlacionan con un conjunto de conceptos o representaciones mentales que llevamos en nuestra cabeza. Sin esas representaciones mentales no podríamos de ningún modo interpretar el mundo (…) El lenguaje es, por tanto, el segundo sistema de representación involucrado en el proceso global de construir sentido. Nuestro mapa conceptual compartido debe ser traducido a un lenguaje común, de tal modo que podemos correlacionar nuestros conceptos e ideas con ciertas palabras escritas, sonidos producidos o imágenes visuales (Hall, 2010: 448).
La Constitución del Ecuador, (2008), señala que "la salud es un derecho que garantiza el Estado, cuya realización se vincula al ejercicio de otros derechos, entre ellos el derecho al agua, alimentación, nutrición, educación, cultura física, trabajo, seguridad social, ambientes sanos y otros que sustentan el buen vivir. El Estado garantizará este derecho mediante políticas económicas, sociales, culturales, educativas y ambientales; y el acceso permanente, oportuno y sin exclusión a programas, acciones y servicios de promoción y atención integral de salud, saludsexual y saludreproductiva. La prestación de los servicios de salud se regirá por los principios de equidad, universalidad, solidaridad, interculturalidad, calidad, eficiencia, eficacia, precaución y bioética, con enfoque de género y generacional".
educación sexual, enfermedades de transmisión sexual y SIDA, farmacodependencia, salud.. reproductiva, delitos, derechos y responsabilidades de los adolescentes, autoest[r]
Trabajar la temática de la atención médica de madres adolescentes es importante en el sentido de que como ha sido abordado a lo largo de este documento, estas mujeres se encuentran en una situación especialmente compleja debido a que convergen diferentes problemáticas durante este proceso. No obstante es necesario que entendamos que los procesos maternos, específicamente el parto “lejos de ser un problema médico, es en general una parte integrante de la vida sexual y reproductiva” (Odent, 1984: 28) El separar esta visión patológica del proceso permite dejar atrás concesiones culturales que se manifiestan en torno a frases como “mejorarse” cuando se produce el parto, que se trate a las embarazadas como seres indefensos, pasivos. En base a esta argumentación acepta que “se la despoje de los derechos que tiene su cuerpo y sus derechos como persona-mujer, que incluye el parir como parte de un proceso gestacional regulado por las características de su anatomía y de su fisiología, por su capacidad de decisión y resistencia al dolor” (Gilverti, s/f: 5)
Este diagnóstico reportó que el total de servicios de salud (28) realizaron esterilizaciones femeninas y sólo 9 efectuaron vasectomías. Además, no todos ellos con- taban con información sobre el número de solicitudes de esterilización femenina, lo que no permitió conocer cuál era el nivel de demanda insatisfecha para este procedimiento en estos servicios. De los servicios que contaban con esta información (21), sólo tres dieron respuesta a la demanda de esterilización en un ciento por ciento de las solicitudes (Servicios de Salud Aysén, Araucanía Norte y Bío-Bío). Los servicios con más alta demanda insatisfecha fueron los de Arica (45%), Metropolitano Norte (56%) y Metropolitano Oriente (57%). En relación con la esterilización masculina, sólo seis servicios registraron el número de solicitudes de vasectomía, por lo que no es posible conocer el nivel de demanda de este procedimiento ni su grado de respuesta por parte de los servicios. El mayor número de vasectomías se realizó en los servicios de salud Val- paraíso (48%) y Metropolitano Norte (28%)(18). Las causas más frecuentes para no realizar las esteri- lizaciones solicitadas fueron la falta de horas médicas de anestesistas y gineco-obstetras, la falta de horas de pabellón, la ausencia de implementación de pabellones
La consejería facilita un aprendizaje integral, mediante la escucha atenta, él dialogo cálido y abierto a la expresión de necesidades biopsicosociales; lo que es de suma importancia por los cambios experimentados en este período de edad. La consejería, no consiste en dar consejos a los/as adolescentes usuarios/as que necesitan la ayuda de un proveedor/a de salud, para clarificar un problema o buscar soluciones al mismo. La consejería es una consulta educativa que se ofrece en un ambiente de confianza, permitiendo que el o la adolescente tome sus propias decisiones de manera reflexionada.
sus pacientes a partir de su visión personal del asunto. La formación en sexología clínica implica una reflexión sobre el propio ejercicio de la sexualidad. En tal sentido, la ética del cuidado obliga a un conocimiento interior de las carencias y logros que el profesional, como ser sexual, tiene en su propia vida personal. La reflexión propuesta supera el enfoque de género: hombres y mu- jeres tienen por igual el compromiso de analizar cómo su propia vivencia sexual influye en la posibilidad de dar información, orientación y atención médica. Por otro lado, los alcances técnicos en la educación sexológica suscitan la pregunta respecto de los estánda- res de formación en las universidades. Un profesional de la salud con una educación adecuada en lo sexual se
Los resultados cuantitativos obtenidos demuestran que la atención del parto vertical esta instituida en los establecimientos de salud estudiados, resultados importantes para realizar el análisis correspondiente a partir del proceso de “salud intercultural” en el cual nos encontramos en el país y de los antecedentes que han dado origen a este proceso. Existen suficientes argumentos y fundamentos históricos, culturales, físico psicológicos, endocrinológicos que, dieron origen al proceso de adecuación cultural del parto vertical en los servicios de salud del Perú. Las tres zonas en estudio, son sedes del Ministerio de Salud que han institucionalizado el parto vertical, los resultados alcanzados demuestran amplio significado objetivo y concreto, respecto al impacto que viene alcanzando el Ministerio de salud a lo largo de nuestro país con la implementación e institucionalización del parto vertical, como una estrategia para la disminución de la mortalidad materna perinatal, y que a su vez implica aspectos importantes que cruzan por la “seguridad cultural”, identidad, diversidad y sobre todo la valoración de los conocimientos y prácticas que perviven y son beneficiosas en la atención del parto vertical tradicional y que han sido complementados a los protocolos de la atención del parto oficial, académico.
Otra importante cuestión hace referencia a las diferentes unidades de análisis empleadas desde ambas perspectivas. Para el punto de vista cognoscitivo, la unidad de análisis típica es un proceso, entidad o constructo que no es observable directamente, pero que se infiere de las relaciones observadas entre eventos ambientales y conductuales (Dougher, 1995), categoría dentro de la cual entrarían las creencias, la autoeficacia, las atribuciones y los demás constructos empleados en el ámbito de la Psicología de la Salud, mientras que para la perspectiva funcional la unidad de análisis siempre es la conducta y las relaciones entre conductas. Igualmente, existen importantes diferencias en cuanto al concepto y uso de la explicación. Las explicaciones desde el ámbito cognitivo subrayan la especificación o descripción de los componentes de la estructura o proceso cognitivo que constituye la unidad de análisis típica desde esta perspectiva, así como la naturaleza de su funcionamiento, sin que se estime necesario atender a las condiciones que dan lugar a la estructura o la forma de manipularla (Dougher, 1995; Hayes y Brownstein, 1986). De ese modo, si la descripción permite la predicción, se considera, sin más, una explicación científicamente adecuada. En cambio, las explica- ciones relacionales o contextuales, considerando los objetivos científicos de predicción y control, requieren una descripción de las relaciones funcionales entre el fenómeno a explicar (la conducta) y sus determinantes manipulables, que, como ya se ha dicho, acaban remitiendo al contexto funcional (Dougher, 1995; Luciano y Gil Roales-Nieto, 1997).