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1.3 El síndrome de quemarse por el trabajo (SQT)

1.3.3 Aproximaciones teóricas y modelos sobre el SQT

Los teorías que abordan el SQT cubren ampliamente la totalidad de planteamientos en el campo de la psicología, desde la teoría psicoanalítica (Fischer, 1983; Freudenberger, 1974), la teoría de Jung (Garden, 1987, 1995), la teoría sociocognitiva del yo (Bandura, 1986, 1997), las teorías del intercambio social (Schaufeli, VanDierendonck y Van Gorp, 1996; VanYperen, Buunk y Schaufeli, 1992) y las distintas teorías organizacionales

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(Golembiewsky y Munzenrider, 1988; Cox et al., 1993).

De esta forma, se ofrece un marco de entendimiento compartido desde el cual poder explicar del SQT, lo que ha dado lugar a la aparición de distintos modelos teóricos que recogen las variables implicadas en la etiología y en el desarrollo del síndrome. Los modelos psicosociales que abordan el SQT se pueden clasificar en tres grupos (Gil-Monte y Peiró, 1999 a). En primer lugar, desde el marco de la teoría sociocognitiva del yo, los modelos enfatizan las variables relacionadas con el self (autoeficacia, autoconfianza y autoconcepto). Partiendo de la teoría inicial de Bandura (1986), los autores resaltan la influencia en el proceso de SQT de la autoeficacia percibida (Cherniss, 1993; Pines, 1993), la autoconfianza profesional (Thompson, Page y Cooper, 1993) y la competencia social (Harrison, 1983).

Los principales planteamientos de la teoría sociocognitiva del yo coinciden en considerar las cogniciones y creencias de la persona como el eje de funcionamiento vital. Así, las cogniciones influyen en el pensamiento y en la acción, y a su vez, son modificadas por los efectos de sus acciones y por la acumulación de las consecuencias observadas en los demás. Además, la creencia o grado de seguridad por parte de un sujeto en sus propias capacidades determinará el empeño que la persona pondrá en conseguir sus objetivos y la facilidad o dificultad para alcanzar su objetivo y las reacciones emocionales derivadas de la acción.

Uno de los modelos más representativos de este grupo, es el modelo de Competencia Social de Harrison (1983) que plantea un proceso circular a caballo entre las teorías personales y las sociales. La motivación para la ayuda y las expectativas de autoeficacia

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están relacionadas, destacando la influencia de factores de ayuda y factores barrera en el proceso de desarrollo del SQT. Entre los primeros destaca el apoyo social, el feedback recibido, la autonomía y la disponibilidad de recursos. Los factores barrera considerados son: la ambigüedad, los conflictos, la sobrecarga laboral y la cultura despersonalizadora de la organización.

El modelo es aplicable sobre todo en los sujetos que han desarrollado expectativas muy elevadas sobre la consecución de sus objetivos laborales, e intentan ayudar a los demás en situaciones en las que se requiere algo más que la motivación. El nivel de altruismo inicial de estos profesionales y el significado vital otorgado al trabajo determinarán el nivel de frustración posterior. El SQT se desarrollará con mayor frecuencia entre las personas con una alta motivación para la ayuda y, con un bajo sentimiento de

confianza en sus capacidades (sentido de competencia), agravado por la influencia de las barreras laborales.

Un segundo grupo, engloba los modelos basados en las teorías del intercambio social (Modelo de Schaufeli, et al., 1996; VanYperen et al., 1992) y recoge la teoría de la comparación social (Modelo de Buunk, Schaufeli e Ybema, 1994), la teoría de la equidad (Modelo de Van Dierendonck, Schaufeli y Sixma, 1994) y la teoría de la conservación de recursos (Modelo de Hobfoll y Freedy, 1993), que plantean que la causa del SQT se encuentra principalmente en la percepción de inequidad o falta de ganancia que desarrollan las personas como resultado del proceso de comparación social en las relaciones interpersonales.

El eje principal de la Teoría de la Equidad es la distribución de riqueza y poder dentro de un grupo social, y la percepción de los

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individuos del reparto de recursos (Adams, 1965; Walster, Walster y Berscheid, 1978).

La inequidad se produce siempre que en el proceso de comparación con los otros, se percibe un desequilibrio entre las propias inversiones (ganancias, recompensas, prestaciones) y el producto del trabajo. La percepción de equidad (justicia), influye en la motivación para la acción, de manera que la persona reacciona para reestablecer el equilibrio perdido.

Un tercer grupo considera los modelos elaborados desde la teoría organizacional. Cada uno de ellos da relevancia a unas determinadas variables implicadas en el desarrollo del SQT. En primer lugar, el modelo de Golembiewsky y Munzenrider, (1988) enfatizan las disfunciones de rol resaltando la importancia de variables como la sobrecarga y la pobreza de rol. En segundo lugar,

el modelo de Cox et al. (1993) prima la importancia de la salud en la organización y por último, el modelo de Winnbust (1993) resalta la estructura, la cultura y el clima organizacional.

Recientemente, Leiter y Maslach (2005) desarrollan el modelo de mediación del SQT, proponiendo un proceso a través del cual, las experiencias en el trabajo afectan a las relaciones psicológicas con el mismo y terminan repercutiendo sobre el compromiso organizacional. El modelo propone que existiría un continuo desde el SQT (agotamiento, cinismo e ineficacia) al compromiso organizacional (energía personal, implicación y eficacia) y, este continuo actuaría como mediador entre los estresores (sobrecarga laboral, control, recompensas, comunidad, injusticia y valores) y las consecuencias conductuales. Desde esta perspectiva, las condiciones ambientales no tendrían un impacto directo sobre las

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consecuencias, sino que este proceso vendría mediado por las respuesta particular de los empleados en términos de SQT vs compromiso organizacional.

Tras la revisión de la literatura sobre estrés laboral y SQT, vemos que existe un abanico de modelos que intentan explicar el fenómeno desde una perspectiva propia. La investigación sobre el SQT ha evolucionado desde los estudios correlacionales a los modelos estructurales pero, aún hoy en día, queda por dilucidar desde un marco integrador qué variables desencadenan el SQT, en qué contexto se desarrolla, como se produce el desarrollo del SQT y en qué orden y como afecta a las personas y a las organizaciones.

La investigación adolece de marcos integradores, cada modelo, de forma individual, ha considerado el contexto y el clima organizacional, las variables personales como la autoeficacia, las

relaciones interpersonales y la mediación cognitiva del sujeto en la evaluación de los distintos estresores. Además, sería necesario desarrollar estudios longitudinales que confirmen la relación entre las diferentes variables y el SQT y entre las propias dimensiones de este.

1.3.4 Evaluación psicométrica del SQT y validez factorial