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OBJETIVO 3. UTILIDAD DE UNA ESTRATEGIA MULTIMARCADOR EN

VI. 1.2.1 Comportamiento de los biomarcadores

En el análisis de los marcadores de inflamación, se obtuvieron niveles más elevados de IL-6 en pacientes mayores de 65 años, hipertensos y en pacientes no fumadores, mientras los niveles de PCRus no mostraron diferencias significativas (ver tabla 4 y 6). En cuanto a la IL-6, estudios como el FRISC II (40) en pacientes con SCASEST también demostraron que aquellos con niveles elevados de IL-6 tenían más edad, aunque también determinaron que estos mostraban cambios ECG al ingreso, eran diabéticos y presentaron síntomas anginosos. Por otro lado, no podemos afirmar que los niveles de PCRus no se vean afectados por ninguna de las variables clínicas y demográficas estudiadas, puesto que no podemos descartar que nuestra población no tenga potencia estadística suficiente para analizar estas asociaciones.

Respecto a los marcadores de angiogénesis analizados, ambos biomarcadores mostraron niveles elevados en pacientes mayores de 65 años y en aquellos con un descenso del segmento ST en el ECG al ingreso (ver tabla 8 y 10). Otros factores angiogénicos como la angiogenina han mostrado esta correlación entre los niveles y la

149 edad en sujetos sanos (193). Los pacientes de edad avanzada presentan un tipo de placa de ateroma más difuso, y con una situación paulatina de isquemia intraplaca debido al crecimiento de la ésta a lo largo de la vida del individuo. Por lo tanto, esto probablemente determina que aumente la neovascularización en la placa, observando este aumento en los marcadores de la angiogénesis en estos sujetos. El descenso del ST en el ECG al ingreso nos indica una situación de isquemia miocárdica más severa, y podría explicar el aumento de los marcadores de angiogénesis, ya que como hemos comentado son marcadores de inestabilidad de la placa.

En cuanto a los niveles de copeptina, nuestro análisis muestra que estos fueron más altos en los pacientes de sexo masculino (ver tabla 12). Estos datos no coinciden con los trabajos anteriores como los presentados por Von y Narayan, donde no encontraron diferencias con el sexo, aunque en el primer trabajo si encontraron niveles aumentados en pacientes con antecedentes de cardiopatía isquémica (186, 187). Estos datos contradictorios podrían ser explicados por las diferencias en los grupos de pacientes incluidos en cada estudio, ambos incluían pacientes con infarto de miocardio.

En cuanto al comportamiento de los niveles de NT-proBNP, estos estaban aumentados en pacientes mayores de 65 años, no fumadores, con estenosis coronaria previa ≥50%, que usaron aspirina ≤7 días, con un descenso del ST al ingreso, así como en aquellos con antecedentes de cardiopatía isquémica (ver tabla 14). La relación con la edad puede reflejar alteraciones funcionales y estructurales (hipertrofia) preclínicas como consecuencia de la edad avanzada (194). Presentar antecedentes de cardiopatía isquémica o estenosis coronaria previa ≥50% podría determinar una isquemia subclínica que provocaría una situación de estrés continua en la pared del miocardio. Del mismo modo, un descenso del ST al ingreso nos indica una situación de isquemia

150 miocárdica más marcada que provoca el principal estímulo para la síntesis y secreción de esta molécula, el estrés de la pared miocárdica.

En el análisis de la estimación de la tasa de filtración glomerular, marcador de disfunción renal, obtuvimos una menor eTFG en pacientes mayores de 65 años, hipertensos, no fumadores, con estenosis coronaria previa ≥50%, que usaron aspirina ≤7 días y en aquellos con antecedentes de cardiopatía isquémica (ver tabla 16). Estos resultados se podrían explicar como consecuencia de la alteración funcional y estructural a nivel miocárdico debido a esas situaciones (hipertensión, edad avanzada, estenosis coronaria previa≥50%, etc). Estas alteraciones, ocasionan un aumento en la sobrecarga de la pared miocárdica que provocarían a la larga ese descenso de la tasa de filtración glomerular.

El comportamiento de los parámetros hematológicos en los pacientes con SCASEST y troponina negativa muestra que sólo el VPM no mostró diferencias significativas entre las variables clínicas y demográficas analizadas, en consonancia con otros trabajos que tampoco encontraron diferencias entre las variables analizadas (195). Los niveles de hemoglobina, fueron menores en pacientes mayores de 65 años, de sexo femenino, hipertensos, dislipémicos, no fumadores, que usaron aspirina ≤7 días y con antecedentes de cardiopatía isquémica (ver tabla 18). Una explicación de estos resultados podría ser que la edad avanzada suele ir acompañada de anemias carenciales (ferropénica, megaloblásticas) y hematopoyesis ineficaz, y los antecedentes de cardiopatía isquémica, hipertensión y dislipemia dan lugar a un estado proinflamatorio originando la anemia típica de las enfermedades crónicas.

151 El recuento leucocitario, sólo mostró niveles más elevados en menores 65 años y fumadores. Del mismo modo, el recuento plaquetario fue más alto en pacientes menores de 65 años, de sexo femenino, hipertensos y que no se sometieron a revascularización. Los recuentos celulares menores en pacientes mayores de 65 años se pueden explicar como consecuencia de la aparición de una hematopoyesis ineficaz debido al envejecimiento del tejido hematopoyético, traduciéndose por tanto en citopenias (anemia, trombocitopenia y leucopenia).

Por último, en el análisis del ADE, observamos un mayor porcentaje en los pacientes hipertensos, en los que usaron aspirina ≤7 días, con antecedentes de cardiopatía isquémica, y en los que no se sometieron a ACTP. Algunos de estos resultados han sido informados en otros trabajos (143). La reactividad de la médula ósea en un intento equilibrar el desajuste entre el suministro y demanda de oxígeno en pacientes con hipertensión y en aquellos que presentaron antecedentes de cardiopatía isquémica podrían explicar el mayor porcentaje de ADE.