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INFORMACIÓN GENERAL SOBRE PETROLEROS

In document Fecha de entrega: 08-09-08 (página 6-11)

Un petrolero es un barco diseñado para el transporte de crudo productos derivados del petróleo. Actualmente casi todos los petroleros en construcción, por imperativo de la legislación vigente del Convenio Marpol, son del tipo de doble casco en detrimento de los más antiguos diseños de un solo casco (monocasco) debido a que son menos sensibles a sufrir daños y provocar vertidos en accidentes de colisión con otros buques o embarrancamiento. A partir de este tipo de barcos, surgió el superpetrolero, de mayor capacidad de carga, y destinado al transporte de crudo.

Además del transporte por oleoducto, los petroleros son el único medio de transportar grandes cantidades de crudo, a pesar de que algunos han provocado considerables desastres ecológicos al hundirse cerca de la costa provocando el vertido de su carga al mar. Los desastres más famosos han sido los causados por los petroleros: Torrey Canyon, Exxon Valdez, Amoco Cadiz, Erika, Prestige...

Durante la década de los 70, época de gran conflictividad internacional, los barcos tuvieron que crecer, que tomar medidas mayores, pues el Canal de Suez estaba cerrado al tráfico internacional y debían dar la vuelta por el cabo de Buena Esperanza, al sur del continente africano, para rentabilizar con una mayor cantidad de petróleo el rodeo que había que dar y que tanto encarecía el transporte.

Pero el final de esta temporada de conflictos, trajo la apertura de nuevo del Canal de Suez, por lo que muchos de esos “gigantes”, construidos en los años 70, se llevaron la sorpresa de que no cabían por dicho canal. La solución fue construir barcos más pequeños, de menor capacidad, que pudieran circular por el canal, pero que obviamente, siguieran siendo rentables, es decir, que fueran más pequeños pero también más rápidos y ligeros.

La producción mundial de petróleo se acerca actualmente a los 3.000 millones de toneladas, de los que una cuarta parte es producida por Oriente Medio y la mitad de esta cantidad es exportada a Europa occidental por la llamada ruta de los petroleros. En la producción y en el transporte de este producto hay grandes cantidades de pérdidas de crudo, unos diez millones de toneladas.

Tamaños típicos de petroleros:

Tipo TPM L (m) B (m) T (m) PR (tm)

Panamax 60000 228,6 32,2 12,6 11000

Aframax 100000 253 44,2 11,6 14850

Suezmax 150000 274 50 14,5 20000

VLCC 280000 335 57 21 35000

ULCC 410000 377 68 23 45000

Tabla 0. 1 - Tamaños típicos de petroleros

En la actualidad hay unos 6.300 petroleros circulando por los mares de todo el mundo. Más de la mitad son buques de gran tamaño que fueron construidos en los años 70, lo que hace pensar que pueden sufrir algún percance que termine en las tan temidas mareas negras, por lo que la mayoría de los gobiernos piden legislaciones más exigentes, con el fin de ejercer mayor control sobre el tráfico de estos buques, así como se pide la mayor calificación posible de la tripulación de esos barcos.

Estos buques tan grandes, que en algunos casos han cumplido más de 20 años, pueden provocar accidentes cuando se acercan demasiado a costas poco practicables y encallan, debido a su enorme envergadura.

Uno de los factores primordiales a la hora de poner en circulación uno de estos gigantes, es haberlo dotado de la mejor tecnología al alcance del astillero que lo fabrica. De hecho, la Organización Marítima Internacional, OMI, ha adoptado medidas más rigurosas sobre la construcción de petroleros, incluyéndose la utilización del doble casco y otros métodos alternativos, así como un programa de sustitución progresiva de los petroleros existentes.

Como todo, incluso esta medida de seguridad del doble casco, no termina con la eventualidad de que se produzca una de estas catástrofes que tanto daño causan, ya que, como defiende la organización ecologista Greenpeace, cuando un barco se parte por la mitad, como sucedió con el buque Mar Egeo, "el petróleo acaba yendo a parar al mar inevitablemente".

Para evitar los desastres ecológicos, entre las medidas que se pretende implantar está la del sistema de seguridad denominado de casco doble.

Este medio, el doble casco, consiste en dotar al buque de una serie de tanques de lastre que circundan a los de carga, protegiéndolos durante el viaje en carga con un espacio destinado a lastre, que en el viaje en carga va vacío. Los depósitos están divididos en dos cisternas, con lo que, tras un posible accidente, el agua del mar entra en los depósitos y la presión hace que el crudo pase a otros depósitos destinados a ese fin. Aún así, las mareas negras suponen sólo una parte del problema, ya que se estima que cada año la industria del petróleo vierte al mar entre tres y cuatro millones de toneladas de crudo en operaciones rutinarias.

A raíz del hundimiento del "Torrey Canyon", el ingeniero francés Jacques Picard ideó un extraño navío de proa elevada y casco doble, como el de un catamarán, destinado a la lucha contra las mareas negras. Este navío tiene la misión de desarrollar tres funciones:

recoger una mezcla de la emulsión agua-petróleo, tratar esta mezcla para aumentar el contenido de petróleo y almacenarlo para destruirlo.

La primera de las tres funciones es la más difícil. Los procedimientos que pueden usarse con relativo éxito en aguas tranquilas se convierten en imposibles en cuanto comienzan a agitarse. Por eso el barco tiene dos cascos, entre los cuales, con un ancho de treinta metros, el oleaje se convierte en el agua tranquila de un estanque. En el centro de este "estanque" una bomba absorbe el petróleo a razón de 10.000 metros cúbicos por hora.

Para almacenar el petróleo recogido de la superficie del agua marina, Picard ideó unos depósitos elásticos de caucho o de plástico, capaces de almacenar más de mil metros cúbicos y que después son remolcados a puerto. Otra solución más fácil y más barata es quemar el crudo recuperado.

A raíz de la tragedia del "Exxon Valdez", Estados Unidos adoptó esta medida de seguridad, pero a instancias de japoneses y franceses, se tomó la decisión de adoptar otra disposición de seguridad, la de la "cubierta a media altura", que garantizaba que gracias a la presión hidrostática en el interior de los tanques es siempre inferior a la exterior, de tal forma que, al menos teóricamente, se evita la descarga accidental de petróleo.

Cuando un buque cisterna sufre un accidente y produce una marea negra, no existen problemas para identificar al causante del desastre ecológico. No sucede lo mismo cuando los superpetroleros, contraviniendo las normas internacionales, hacen descargas de residuos de limpieza en medio del mar.

Los buques contaminadores pasarían inadvertidos si no fuera porque científicos del departamento de investigación y desarrollo de la empresa General Electric han inventado un procedimiento que permite "marcar" los cargamentos de petróleo que se transportan por vía marítima, con unas "etiquetas" magnéticas que pueden identificar fácilmente a los contaminadores de las aguas en rutas internacionales.

Cada vez que un petrolero carga crudo, éste se "marca" con polvo magnético distinto de todos los demás y sus propiedades se registran en forma de código. Así, en caso de derrame de petróleo, se analizan las "etiquetas" magnéticas y se identifica rápidamente el buque que lo vertió. De esta manera, el responsable debe abonar el gasto de la limpieza más una multa. Las partículas magnéticas empleadas son tan diminutas que sólo pueden verse con potentes microscopios.

Y es que todas las medidas de seguridad son insuficientes a la hora de evitar las tan temidas mareas negras, que causan daños que sólo el paso de décadas puede subsanar.

Las mayores mareas negras producidas en los últimos años por grandes petroleros averiados o hundidos han sido contadas puntualmente por la prensa.

Una de las más espectaculares ha sido la del buque-cisterna estadounidense "Exxon Valdez". Este petrolero tenía unas medidas de aproximadamente 55 metros de ancho por 320 de largo y encalló en un arrecife al tratar de evitar chocar con un iceberg, frente al golfo de Alaska. Un derrame de más de cuarenta millones de litros de crudo produjo una marea negra de unos 250 kilómetros cuadrados, la mayor mancha de petróleo en la historia de Estados Unidos, que significó una grave amenaza para la vida marina y costera de la zona.

Con anterioridad se registraron mareas negras tan importantes como la producida el 16 de marzo de 1978 por el petrolero de bandera liberiana "Amoco Cádiz", que encalló en la costa bretona de Francia y que ocasionó una mancha de petróleo de 250 kilómetros cuadrados. El buque cisterna transportaba 230.000 toneladas de crudo.

Otra marea importante se produjo con el hundimiento del buque cisterna "Torrey Canyon", también de bandera liberiana, que se fue a pique, en 1967, con 123.000 toneladas de petróleo. La contaminación se extendió 18 kilómetros a lo largo de las costas francesa y británicas.

A pesar de la magnitud de estas tragedias, la mayor marea negra de la historia fue la originada por el abordaje de dos superpetroleros en el Caribe, el "Aegen Captain" y el

"Atlantic Empress". La mancha producida por los casi dos millones de barriles de crudo desparramados tenía una extensión de cerca de 300 kilómetros cuadrados.

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