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MOTIVO DE UNA COMPOSICIÓN DE LUZ MÓVIL, Newcomb College

In document FUNDAMENTOS D E L D I S E Ñ O (página 62-72)

(pág. 178) 3 . E S P A C I O I N D I C A D O C O N C O L O R Q U E A V A N Z A Y R E T R O C E D E PERSPECTIVA RICA v voSume: vés de efecto cs¡ dei color (pág. "Vista de Marse! L'Estaque", por (Cortesía del Mu Metropolitano di de Nueva Yo'k) 106 107

una misma composición. Esto ocurre cuando se usan dos temas de valores, y se agrupa una serie de intervalos en una clave alta y otra, en una clave baja o intermedia. Este es el método favorito usado por Rembrandt para tratar la luz. Conviene, por lo general, dejar que uno de los dos temas domine. Pero aún eso no debiera ser aceptado como regla terminante. He hecho realizar a los estu¬ diantes hermosas composiciones, en las cuales se daba igual im¬ portancia a ambos temas. Sin embargo, es un buen principio de orientación que sólo debe descartarse por motivos especiales.

La misma idea puede aplicarse a una serie más amplia de va¬ lores totales. Se puede dividir la escala por la mitad o en tercios, en clave mayor, intermedia o baja. Con las posibilidades de au¬ mentar el contraste, el esquema, puede vigorizarse, pero perder algo de la sutileza y cohesión de las escalas más reducidas. También se puede usar la escala completa, del blanco al negro. Particularmente en estos últimos casos, el uso de intervalos bien sentidos es impor¬ tante para la unidad.

Media escala de valor. Tres cuartos de escala de valor. Escala de todo valor.

AMARILLO Claves de Intensidad

Pueden adaptarse los mismos métodos para relaciones de in¬ tensidad. En este caso, la escala se construye sobre una serie de círculos concéntricos. El círculo exterior representa la intensidad total, y el punto central, el gris neutro. Si dividimos en cuatro par¬ tes el radio del círculo, y trazamos círculos más pequeños que pa¬ sen por esos puntos, obtenemos una escala simple y práctica. Po¬ demos organizar en ella cuatro grados de intensidad para cada matiz. (Es decir, para cada matiz que posee máxima*' intensidad. Muchos pigmentos dan tonos que deberán ubicarse en el interior del círculo aunque estén a toda intensidad). Podemos describir es¬ tos grados de dos modos: a toda intensidad, a 3/4 intensidad, Vi intensidad y 1/4 de .intensidad, o partiendo del centro, 3/4 neutrali-

zado, Vi neutralizado y VA neutralizado. Algunos sistemas de co¬ lor, .el de Munsell, por ejemplo, emplean mayor número de inter¬ valos. Estas escalas son muy valiosas para el uso convencional del color en el comercio. La nuestra, más simple, se presta para muchos propósitos y es mucho más fácil de usar.

Las ilustraciones explican estas posibilidades más gráficamente que las palabras. He aplicado a la dimensión intensidad el mismo método que ya hemos discutido respecto a los valores. Quiero destacar tres puntos. Primero, las cualidades de expresión de esos esquemas típicos son características. Segundo, lo que hemos dicho sobre la libre interpretación de las limitaciones de cada esquema y sobre combinar esquemas unificados a distintos niveles, se puede aplicar también aquí. Tercero, una serie' a toda intensidad no lo¬ gra en sí la unidad. La base de contraste de matiz es demasiado fuerte. Más adelante se ampliará la información sobre el uso de intensidades.

Ver plancha IV, 1, pág. 102.

Claves de Matiz De las tres dimensiones del color, ésta es la más difícil de orga¬

nizar. Nuestra dificultad reside, en parte, en el hecho de que el matiz no puede separarse del valor y de la intensidad excepto ana- líticamente. Las diferencias entre tonos son cualitativas y no cuan¬ titativas. Pero percibimos un orden intrínseco en el orden de los matices. En base a esto podemos aplicar la idea de relaciones de intervalo.

Necesitamos, asimismo, una escala a fin de articular nuestro problema. El círculo cromático (es decir, los colores del espectro más los matices compuestos que se encuentra entre los extremos del espectro), ha sido dividido de distintas maneras. La escala de

Guillermo Ostwald es probablemente la más exacta desde el punto de vista científico. Lo ideó determinando la medida de la per¬ cepción de la mínima diferencia posible entre un matiz y el si¬ guiente. Tiene 24 divisiones (por supuesto que no incluye todos los matices que es posible distinguir) separadas por intervalos de contraste iguales entre sí. Si bien esta escala es inapreciable para el uso general del color, resulta bastante complicada y no coincide mucho con los tonos de los pigmentos comunes que usan los artis¬ tas. La conocida división del círculo en 12 partes que incluye pri¬ marios, secundarios y terciarios, servirá para nuestro propósito.

INTERVALOS DE ANÁLOGOS

Siempre que organizamos un esquema de color con intervalos breves, que cubren menos de un tercio del círculo, logramos una estrecha armonía. Análogo significa igual. La semejanza entre los

tonos en tales intervalos se hace sentir fuertemente. Por esta mis¬ ma razón, carece de variedad. Es necesario conseguir contraste en otras dimensiones o con pequeñas notas de tono contrastante. Una de las inexactitudes de nuestra escala se pone en evidencia si com¬ paramos las gradaciones de análogos del amarillo al naranja rojo y del rojo al violeta azul, con las del azul al amarillo verde. Es evidente que la primera es más análoga que la segunda. Los in¬ tervalos de las escalas de Ostwald y de Munsell son más exactos a este respecto. Sin embargo, la dificultad no es seria, puesto que estamos usando la escala simplemente para indicar las posibilida¬ des, más bien que para proyectar composiciones. Cuando se en¬ tiende bien este principio, es preferible seleccionar una paleta de pigmentos adecuados a este propósito y dejar que ellos determi¬ nen la serie de intervalos.

Pueden usarse esquemas rítmicos diferentes para los intervalos, como ya lo sugerimos para valor e intensidad. Puesto que la ar¬ monía intrínseca entre los tonos análogos es tan vigorosa, las armonías de los intervalos rítmicos no son tan importantes como las que describiremos en las claves siguientes.

complementarios tienen la cualidad de intensificarse entre sí. Sin embargo, los intervalos de complementarios ofrecen otro elemento importante para la armonía. Cuando controlamos el contraste por medio de la cantidad relativa y otras dimensiones tonales, puede brindarnos una fuerza y una vibración incomparables.

Recomiendo una vez más cuidar que los complementos que se usen sean complementarios psicológicos. Lo cual no significa que es indispensable limitarse a ellos. No obstante, cuando se usan complementos aproximados y complementos divididos, es necesario conocer sus verdaderas relaciones. Se pueden, entonces, obtener variaciones intencionales más que accidentales. (Las ilustraciones muestran lo que se entiende por complementos aproximados y di¬ vididos). Otra cuestión m á s : puesto que e! contraste entre comple¬ mentarios es tan fuerte pero también tan orgánicamente determi¬ nado, las relaciones tienen un valor especial. Como un medio de lograr variedad, nos ayuda a dar nuestras composiciones de color una viveza y luminosidad que no es posible obtener de ningún otro modo.

INTERVALOS DE TRIADAS

Vayamos un poco más lejos con nuestra idea de relaciones con intervalos. Hemos visto que grandes contrastes de valor podían con- Ver plancha il, 2, ciliarse por una determinación del grado de cambio de un tono a pág. 98. otro. Esto mismo sirve para contrastes de color. Si usamos tres colores separados entre sí aproximadamente un tercio del circuito, hacemos esquemas basados en el intervalo de tríadas. Las conocidas tríadas de primarios y de secundarios son un ejemplo de esto, Estos esquemas ofrecen más variedad. A toda intensidad, los contrastes llegan a ser mucho más fuertes que la armonía. Se debe cuidar que los contrastes de valor e intensidad no ocasionen exceso de variedad. Tampoco debe interpretarse este esque-ma demasiado literalmente. Podemos usar colores que abrevian el intervalo. Podemos usar un intervalo algo menor entre dos de ellos con intervalos más bajos para el tercero. Lo importante es relacionar entre sí los colores elegidos por medio de semejanza sentida entre los intervalos.

El principio puede extenderse fácilmente a esquemas que in¬ cluyen más de tres colores. Podemos relacionar de este modo cuatro, cinco o más. Esto se hace empleando intervalos aproximadamente iguales o una progresión de intervalos.

INTERVALOS DE COMPLEMENTARIOS

Cuando discutimos la base de estas relaciones, dijimos que eran una oposición más bien que una armonía. Proporciona el máximo contraste de matiz. Vimos también en el capítulo anterior, que ¡os

T O N A L I D A D D E L C O L O R

Hemos considerado por separado los métodos de relacionar nuestros colores en cada una de las dimensiones del color. Pero, en ¡a práctica, con frecuencia tenemos que usar estas dimensiones interrelacionadas. No llegaremos muy lejos en nuestro estudio de problemas tonales si no comprendemos la importancia de la forma, tamaño y posición de nuestras áreas de color. Esta es otra razón por la cual las armonías teóricas no son muy satisfactorias. La ca¬ lidad de nuestra organización dependerá tanto de cómo distribuímos nuestros tonos como de la relación entre los tonos en sí. En otras palabras, la composición es. indivisible. En la práctica, las relaciones de color no pueden abstraerse del movimiento, proporción, ritmo, equilibrio y figura-fondo. Es evidente, sin embargo, que son dema¬ siadas cosas a la vez. Tendremos que ser arbitrarios y concentrar¬ nos *en los factores tonales. Se decidirá luego cómo restituir la uni¬ dad entre tono y forma.

Consideremos ahora estos problemas de tonalidad total. Se di¬ viden naturalmente en dos grupos. En la raayoría de los casos, nuestra tonalidad depende de una unidad dominante dentro de la cuai introducimos la suficiente variedad para servir a nuestros pro¬ pósitos de expresión. En un menor número de casos, estamos tra¬ bajando con esquemas en los cuales la expresión depende del fuerte contraste y de la variedad. Aquí nuestro problema es reunirlos en una composición, sin sacrificar su fuerza. No se puede sistematizar cada posibilidad en cualquiera de estas categorías. Nos contenta¬ remos con discutir algunas de las posibilidades más importantes.

AMARILLO

Complementos aproiim divididos.

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Ver plancha II, 2,

Tonalidad a Través de una Unidad Dominante ESQUEMAS MONOCROMÁTICOS

Uno de los medios más simples de obtener esa tonalidad es usando Ver plancha IV, un solo color. Esto nos obliga a depender únicamente de las dife- 2, pág. 102. rendas de valor e intensidad para construir nuestra composición.

La unidad de color automáticamente crea una tonalidad armónica. Podemos, por supuesto, hacer lo mismo con valores neutrales.

Este esquema puede variarse al añadir contrastes subordinados a la unidad básica. Podemos agregar a nuestro tema dominante otro color o un neutral. En un esquema neutral, podemos agregar una o dos notas de matiz subordinado. Tales esquemas no tienen mucha variedad, pero pueden ser muy efectivos.

PALETAS LIMITADAS

Un método técnico excelente para lograr tonalidad es el uso de una paleta limitada. Al analizar las escalas tonales que podían ob¬ tenerse con mezclas de pigmentos, vimos cómo se realiza esto. De¬ bido a sus semicromos, los pigmentos pueden producir sólo una Ver plancha V serie de tonos mezclados, 1o cual impone automáticamente el uso 1 pág 103 de intervalos menores de color y de intensidad. El tamaño de los intervalos dependerá de los pigmentos que se elijan para. la paleta. Por ejemplo: la tríada aproximada que analizamos en el Capítulo 6 abarca una serie bastante considerable de contrastes de matiz, valor e intensidad. Si la sustituímos por una tríada primaria más exacta, como carmín alizarino, amarillo de cadmio medio y azul ultramar, la paleta será mucho más amplia. Pero si incluímos un azul ver¬ doso, tal como el azul talo, en nuestra primer tríada, las mezclas con el rojo de cadmio claro y el ocre amarillo darán una serie mucho más reducida.

Es significativo que hasta el siglo XIX, aquellos que utilizaron colores siempre aplicaron este método. Hasta el descubrimiento del betumen y otros pigmentos creados por la química moderna, su número era reducido. Había que trabajar con paletas limitadas. Más aún, muchos colores sólo se obtenían más o menos neutraliza¬ dos. Era necesario agotar los recursos expresivos dentro de este terreno restringido con el resudado de que- se adquiría sensibilidad para las relaciones intrínsecas.

Opino que estos hechos son, en la actualidad, una Ieeción va¬ liosa. No conozco un método mejor para ejercitar la sensibilidad al color que ensayar estas paletas limitadas. Aconsejo comenzar con combinaciones de dos pigmentos y blanco y negro. Luego ex¬ perimentar con tres colores y así sucesivamente. Cuando se ha adquirido una sólida experiencia se dispone de un caudal de ar¬ monías naturales. Con semejante control básico, es posible agre-

gar más colores, mezclados o puros, para obtener las calidades es¬ peciales que se desea. Es posible controlarlos porque la paleta básica limitada establece la tonalidad fundamental.

TONALIDAD HACIA UN COLOR

Una posibilidad estrechamente relacionada consiste en ajusfa toda la clave a uno de los colores. Supongamos que la paleta e amarillo de cadmio claro, azul cerúleo, rojo de cadmio claro, tierr de sombra tostada, blanco y.negro. Es decir, aproximadamente una tríada primaria más un valor bajo de naranja neutralizado, como la tierra de sombra quemada. Hay aquí mucho contraste. Podemos orientar la clave hacia cualquiera de estos colores mezclando un poco del color con cada uno de los otros pigmentos. Supongamos que lo llevamos hacia el amarillo. El rojo de cadmio se desviará hacia el naranja. El azul cerúleo se tornará un poco verdoso. La tierra de sombra tostada se convertirá en una tierra ligeramente amarillenta. Si se usa también blanco o gris, éstos también pueden ajustarse a la clave. El efecto será aún básicamente el de una tríada primaria pero todos los intervalos" de color serán más breves y el amarillo servirá de elemento común de armonía.—

El otro método de poner el tono en clave es pintar con la paleta sin modificarla y luego aplicar, sobre la composición, una capa transparente del color clave, otra técnica característica del pasado'.

TONALIDAD HACIA UNA TEMPERATURA DOMINANTE

El uso de una temperatura dominante brinda otra fértil posibili¬ dad. Si el área mayor de la composición es pálida o fría, el esquema puede estar ligado por una tonalidad de temperatura. Dentro de esto se puede introducir tonos complementarios o neutrales para conseguir variedad. Se pueden lograr variaciones con la idea de temas de temperatura y usar contrapunto entre un tema cálido y_ uno frío. Es más seguro dejar que uno de los dos domine. Sin em¬ bargo, es posible usarlos con igual énfasis si se resuelve bien- el planteo del espacio.

Ver plancha VI, 1, pág. 106.

Tonalidad en Esquemas de Fuerte Variedad Este problema se reduce a los contrastes fuertes de color e in¬

tensidad. Por supuesto el contraste de valor interviene también, pero allí donde el contraste es, ante todo, de valor, los vínculos de color e intensidad solucionan el problema. Todos nos damos cuenta de que ciertos colores no armonizan. Si se yuxtaponen o su-

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ver plancha y 2, pág 103

perponen los contrastes de color e intensidad resultan intolerables. Sin embargo, en ciertas ocasiones, estas agrias combinaciones son exactamente lo que se busca. Nuestro problema es tener un sufi¬ ciente control sobre el contraste como para que no destruya la composición, y pueda asimismo retener toda la fuerza y vibración que pueda dar. Hay varios modos de hacer esto.

TAMAÑO DE LAS ÁREAS

Si se determina la tonalidad de la composición total, es posible usar pequeños acentos de estos contrastes excesivos para lograr un buen efecto. Su función es dar variedad absoluta, por lo tanto no están incluidos en nuestros problemas. Sin embargo, éste es el lugar más adecuado para ilustrarlo.

con las complejidades del problema. Deberían aumentar su capaci¬ dad para la autocrítica, es decir, para saber no sólo si hay algo que marcha mal en el trabajo, sino también qué es y cómo se lo puede corregir. Deberían, asimismo, capacitar para obtener mejo¬ res resultados del estudio de esquemas de color, del natural y del trabajo de los demás. Estas dos cosas ayudarán a usar el color con maestría: (1) estudiar las relaciones cuando el color resulte atrac- tivo y (2) practicar sin descanso.

AISLACION DEL CONTRASTE

Ver plancha VI, 2 y 3, pág. 106.

Este es el principio básico. Podemos aplicarlo de varias maneras. Uno de los métodos más efectivos es usar neutrales. Si reducimos el área contrastante, separando todos los tonos o parte de ellos con una línea neutral, podemos reducir el contraste a límites tole¬ rables. El negro y el blanco son los neutrales más efectivos para este propósito, porque son muy positivos por sí mismos. Sin em¬ bargo, el gris también puede usarse. Los imponentes vitrales góti¬ cos son un buen ejemplo de aislación con negro. La saturación de la luz roja, azul y verde, que se filtra a través de ellos, sería in¬ soportable sin la aislación con el plomo negro. Tal como es, su colorido con resplandor de joya es milagroso. Pintores como Geor- ges Rouaulty Abraham Rattner emplean el mismo recurso para lo¬ grar efectos de riqueza de colorido que no podrían obtenerse de otro modo. Debe observarse que el neutro tiene una función es¬ tructural y de acentuación y sirve también para aislar contrastes de color.

Ver plancha VI, 4, pág. 106.

Otro método de aplicar el mismo principio es el siguiente: si usamos un fondo neutral que domine con respecto al área real, es posible aplicar sobre el primero contrastes no aislados. Este es el recurso favorito de los escenógrafos. Un grupo de bailarines pue¬ de llevar trajes de- violento y chocante colorido: magenta y ce¬ reza, cereza y chartreuse, etc., pero si el fondo tiene un dominante neutral, el efecto será de exhuberancia y euforia. No es indispen¬ sable limitar los neutrales al gris. Cualquier color suficientemente neutralizado también servirá. En este capítulo hemos explorado sistemáticamente algunas de las posibilidades características para obtener unidad en nuestro planteo de color. Ninguna de estas ideas son reglas. Su único valor es el dé constituir principios de orienta¬ ción que ayudan a desarrollar la sensibilidad natural para las re¬ acciones de color. Espero que contribuya a familiarizar a los lectores

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Ver planclia II, 2, púg. 98.

PROBLEMA VII

Finalidad:

Explorar algunos de los problemas de las relaciones tonales.

Problemas:

1. Composición cromático-acromática con un tema acromático dominante. Incluir no más de tres notas cromáticas para dar variedad y énfasis. Usar una clave dominante (alta, interme¬ dia o baja) para su organización.

2. Composición monocromática. Crear una composición abs¬ tracta usando variaciones de valor e intensidad dentro de un color. Incluir variantes de un color diferente o de acro¬ máticos. Dar a la composición una clave de valor distinta de la primera.

3. Composición abstracta usando un tema con dorninante cálido o frío. Usar tonos del grupo de temperatura opuesto para dar variedad. Usar una clave mayor de valores, pero- una intermedia para los contrastes de intensidad.

4. Composición complementaria. Una composición abstracta con dos pares de complementos psicológicos. Dejar que do¬ minen dos de los tonos afines. Libre elección de las variacio¬ nes de valor e intensidad en los tonos que se desee. 5. Composición con paleta limitada. Seleccionar una paleta de

dos colores y blanco y negro. Crear un esquema propio de dominancia y variedad. Ensayar lo mismo usando tres y cua¬ tro colores.

V 6. Tonalidad hacia un color. Seleccionar una paleta de cuatro

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