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Noveno Pilar: VACÍO

In document Los 13 pilares de la conciencia (página 47-51)

Desde el espacio unificado en el centro corazón de la Tierra, abrimos este espacio de conexión, reconociendo a cada Alma que se encuentra en este momento en sintonía con nosotros.

Éste es un momento para la reflexión, para entrar en conexión con lo más Sagrado que habita en el interior de cada Ser. Es posible entrar en un espacio de comunión con la Madre Tierra, inspirado en el corazón. Somos la conciencia Elohim, un grupo de Seres que acompaña a la Madre Tierra desde el inicio del experiencia evolutiva de la humanidad. Somos aquellos en cuyos cuerpos se sostiene la conciencia de la vida natural que habita en este Planeta. Aquellos quienes desde del corazón de la Fuente, recibimos la misión de sostener a todos los seres vivos, En su experiencia evolutiva.

Se podría decir que somos la conciencia colectiva de los distintos reinos de la Tierra, en nosotros habita la conciencia de cada raza animal, mineral y vegetal. Somos los guardianes de esta Biblioteca Viviente llamada Tierra. Los vigilantes de este espíritu sagrado llamado GAIA, Que sostiene la conciencia del planeta entero y cuya experiencia de vida está siendo registrada en todo el universo. GAIA al igual que nosotros es una conciencia Elohim.

Los Elohim al igual que todos los Seres, provenimos del corazón de la Fuente, siendo nuestra naturaleza el Amor Incondicional. Somos los primeros fractales que surgieron del corazón de la Fuente en el inicio de todos los tiempos y espacios. Somos aquellos reflejos vivos que surgen del primer momento en el cual, la Fuente unificada y andrógina se convirtió en la polaridad femenina y masculina. El primer impulso de la creación fueron los Elohim y los Ángeles. En el principio de todo, la Fuente habitaba dentro de un inmenso vacío.

Ese vacío representaba un infinito potencial creador para la Vida. La Fuente es una energía unificada, en donde no existe la separación. Sin embargo en el principio de todo, la Fuente, a través de una expansión de Luz se separó en dos, formando aquello que conocemos como polaridad. De esa forma se gestó el principio de la vida y la energía femenina y masculina surgió de esa primera separación.

Fue tanto el Amor que aquella conciencia la que llamamos la Fuente experimento en ese acto de separación inicial, que desde ese momento, la Vida comenzó a surgir en parejas, femenino y masculino. Por lo tanto el principio de la polaridad se convirtió en el principio de la Vida, es la esencia misma de la existencia. Aquella primera separación de la energía andrógina de la Fuente da origen a los principios que ustedes conocen como Diosa y Dios. Que no son otra cosa más que los aspectos divididos de aquella Fuente unificada. A partir de ese momento aquellas conciencias a las que llamamos Diosa y Dios, comenzaron esa eterna danza la que llamamos Vida.

Como una pareja de enamorados comenzaron a efectuar uniones tantricas, impulsados por el efecto magnético de la energía pura que proviene de la Fuente, aquella energía a la cual llamamos kundalini. Esta es la energía pura, el principio de toda la vida, el impulso que genera todo lo que existe.

Aquellas primeras uniones, que se podría decir “sexuales” efectuadas por el principio creador Femenino y el principio creador masculino, comenzó a dar origen a muchas más proyecciones de sí mismos. Así como la Fuente inicialmente se dividió en dos para crear el Principio Sagrado de la Polaridad, manifestado a través de la conciencia de la Diosa y Dios, así ellos comenzaron a proyectarse por medio de esa misma polaridad, para crear a todas las Almas y Conciencias que existen en este Universo. El Principio Sagrado de la Polaridad nos permite comprender que la energía femenina y masculina sostiene a toda la creación en Unidad. La Polaridad significa complementariedad y es un concepto distinto al de la separación, ya que este se refiere al hecho de percibirse desconectado y separado de la Fuente y de toda la existencia. El concepto de la separación es la vibración más baja del principio de la Dualidad. Veamos de la siguiente manera:

Polaridad

Representa la separación complementaria de los principios femenino y masculino. Separación en la cual son reflejos complementarios con efectos creadores.

Dualidad

Representa la separación de los principios de la Luz y la oscuridad. Principios necesarios para la experiencia creadora de la Fuente en los cuales, ambos son complementarios y en su unión producen la Unificación y el retorno a la Fuente.

Separación

Concepto o estado de consciencia que se experimenta como un estado prolongado de ausencia de conexión con la Fuente y la creación.

Tanto la Polaridad como la Dualidad son aspectos creadores de la Fuente. La Polaridad es un aspecto que se experimenta como parte de la esencia de las Almas. Mientras que la dualidad se experimenta como estados de consciencia y vibraciones manifestadas en las distintas dimensiones. Una Alma puede navegar entre cualquiera de esos conceptos a lo largo de su existencia. Mientras que la separación es un estado de consciencia transitorio.

Es nuestro deseo que comprendas la forma en la cual la Fuente se expande a través de los principios Diosa y Dios. Imagina que te encuentras en una habitación rodeado por cuatro espejos. Tú te encuentras en el centro y los cuatro espejos te reflejan, mientras que se reflejan entre si. Los espejos reflejan el reflejo, el uno del otro, esto crea un efecto de reflexión infinita. Seguramente alguna vez lo has visto, ver como tu reflejo es reflejado por medio de varios espejos creando ese efecto de reflexión infinita. En esa reflexión a medida que se va multiplicando, el objeto que es reflejado se va haciendo más pequeño, mostrando un efecto de mayor lejanía. Con esto queremos darte entender la forma en la cual la vida se fue expandiendo desde el corazón de la Fuente. Aquellos primeros reflejos que fueron la Diosa y Dios, se encuentran inmediatamente cercanos a la Fuente. Los reflejos de la Diosa y Dios, somos nosotros los Elohim. A partir de ahí las dimensiones comenzaron a ser creadas. Posteriormente la Fuente a través de la conciencia de la Diosa y Dios, comenzó a multiplicarse aún más, creando a todos los conjuntos de Almas que habitan en este Universo.

Aquellas Almas creadas fueron destinadas para habitar en cada una de las dimensiones, experimentándolas todas en simultáneo. Esas Almas son ustedes, los Seres Humanos y todos los Seres que habitan en cada uno de los rincones de la galaxia, en cada una de las dimensiones, experimentando la Vida.

Los Elohim tenemos la misión y el compromiso de custodiar a todas las Almas que habitan en cada una de las dimensiones. Somos aquellos que custodian la Vida, en cuya conciencia habita la energía de los Elementos y Elementales que acompañan la experiencia de la creación.

La Conciencia Elohim que acompaña la experiencia evolutiva en el Planeta Tierra, está compuesta por nosotros, los 13 Elohim que habitamos en el corazón de la Tierra. En el momento mismo en el que el Plan Divino de evolución para la humanidad fue gestado en el corazón de la Madre Tierra, nuestra presencia se manifestó, anclando en ella los Principios Sagrados denominados como Pilares de la Conciencia. Principios que representan distintos aspectos de las Leyes de la Luz. Principios cuyo propósito es inspirar en el ser humano la Luz, el Amor y el Respeto. Principios que al ser integrados en la conciencia del ser humano, producirán entendimiento en relación a las Leyes de la Luz y la Vida.

Los Pilares de la Conciencia, fundamentan la existencia en esta Tierra. Y representan un camino de reconocimiento e integración de la Sabiduría y el Amor de la Fuente.

En la era de Mu, la energía de los Pilares de la Conciencia fue otorgada en custodia a la Raza galáctica de las Tortugas para ser sostenidos en el corazón de la Tortuga Abuela. Los Pilares de la Conciencia se convirtieron en la fuerza del Rayo Azul Zafiro, un canal mediante el cual las Leyes de la Luz se pueden transformar en comportamientos y actos experimentados por el ser humano. Una vez que el ser humano integra cada uno de estos Pilares de la Conciencia como una parte fundamental de su vida, su relación con todos los seres se transforma en armonía, compasión Y amor.

Desde el corazón de la Tierra observamos el caminar de la humanidad. Y sabemos que en este tiempo la humanidad está preparada para recordar el propósito más elevado de la vida. La era de la separación deberá llegar a su fin, a medida que la humanidad recuerde que se es uno, con toda la existencia. Que aquello a lo que llaman Dios, no es otra cosa más que un principio más elevado de sí mismos. Que nada se encuentra fuera, que aquello en lo que llaman Divinidad se encuentra dentro del corazón. No existe castigo, ni penitencia que temer, la Fuente a través de su conciencia polarizada expresada mediante la existencia de la Diosa y Dios ama infinitamente a toda la creación. Es tanto el amor que se manifiesta en el corazón de cada ser. Tú eres la Diosa Y tú eres el Dios, su Conciencia Divina se encuentra dentro de ti y fuera de ti, manifestada través de todo lo que te rodea.

Plantas, árboles, animales, elementos, todos y cada uno de ellos son expresiones vivas, diversas, de la Divinidad. Nada se encuentra separado, todo forma parte de aquellos reflejos infinitos que se expanden a través de toda la creación.

Es momento de recordar, de tener presente en tu corazón que todo cuanto observas a tu alrededor es un reflejo de ti mismo y al mismo tiempo un reflejo de la Divinidad. Deja de dividir todo lo que ves, deja de juzgarlo como bueno o malo. Comprende que todo simplemente es. Y todo forma parte de ti, porque tú formas parte de toda la creación. La vida es una danza eterna. Una danza de reflejos. Fractales vivos que provienen directamente del corazón de la Fuente y que se expanden creando la diversidad a través de cada dimensión.

En el corazón de la Tierra habita Cada ser humano en unidad con cada elemento y cada ser vivo. Todo cuanto habita en este planeta es uno dentro del corazón de la Tierra, ahí no existe separación, en ese espacio el amor incondicional sostiene cada experiencia de vida. Por ello es importante honrar a la Madre Tierra, sentirla en el corazón, reconocer su amor en todo lo que te rodea. Pues la Tierra permanece irradiando oleadas de amor incondicional, para guiar el camino de retorno a la conexión con la Fuente.

Envolvemos a cada Ser con el más grande e infinito amor, honramos la presencia de cada uno de ustedes en esta Tierra y reconocemos la belleza y la Luz que habita dentro de su corazón. Desde este espacio, con infinito amor La Conciencia Elohim.

Noveno pilar de la conciencia: VACIO

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