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Relación de los indios con la naturaleza en Arguedas

CAPÍTULO II. La justicia medioambiental en Yawar fiesta , Los ríos profundos , Todas

1. La justicia medioambiental

3.3. Problemática de la justicia medioambiental en Todas las sangres

3.3.3. Relación de los indios con la naturaleza en Arguedas

Murphy manifiesta que el tipo de identidad forjada a través de las relaciones con el entorno determina las actitudes culturales hacia el medio ambiente y tiene una relación estrecha con cómo lo percibimos; ello puede llegar a explicar nuestras actitudes hacia la crisis ecológica132. El eminente geógrafo cultural Tuan Yi Fu ha acuñado el

término “topofilia” para describir las formas en que los seres humanos se vinculan con su lugar. Se centra en el vínculo emocional que los seres humanos mantienen con los lugares que les sustentan. Estas emociones les permiten prosperar en su entorno a través de actividades de las significaciones culturales que no sólo proporcionan la supervivencia económica básica, sino también artísticamente creativa en el

132 Ver: Patrick D.Murphy, Literature, Nature, and Other. Ecofeminist Critiques, Albany, New York,

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fortalecimiento de los valores que vivimos. Según el crítico el espacio es un término abstracto e indiferenciado y se convierte en lugar cuando se le llega a conocer mejor y se le dota de valores133.

Arguedas nos muestra a los indígenas andinos con una cosmología holística que está caracterizada por ser simbólica y complementaria. Cajete manifiesta que todas las criaturas y fuerzas están relacionadas y, por lo tanto, todos son co-creadores y tienen la responsabilidad de colaborar. Así dice: “los seres humanos no son sino una manifestación de un orden universal implicado. Toda parte de este orden se compenetran con otra. Son de manera integral codependientes. Todos estamos relacionados”134. El estudioso opina que los indígenas no sólo valoran la tierra como fuente de vida y de sustento, sino también como fuente de su ser espiritual. Siempre mantienen una relación armoniosa con la naturaleza, que está basada en el fundamento de un pacto recíproco de cuidado y responsabilidad135.

La cosmología andina se basa en el concepto de Pacha que, en sentido estricto, significa la tierra incluyendo el espacio, el tiempo, la historia y el mundo; y en sentido amplio, el cosmos. Tanto en la unión entre pacha y la construcción de espacio (Arriba, Aquí, y Abajo), como entre pacha y la construcción de tiempo (Pasado, Ahora y Futuro) todo está centrado en el Aquí y Ahora. Según este concepto “la humanidad vive aquí, en el medio, entre el cielo y la tierra, y ahora, entre el pasado y el futuro”136. Por ello, los indios creen que la tierra es algo sagrado, que es de la naturaleza y no pertenece a nadie. Siempre trabajan en su reciprocidad para mantener un equilibrio, una relación de beneficio mutuo con la naturaleza. Arguedas admira la fuerza y la eficacia del trabajo colectivo de los indios en sus ayllus, basado en la solidalidad y la reciprocidad. En

Yawar fiesta el novelista cuenta el coraje y la decisión de los indios para construir la carretera de Nazca a Puquio en 20 días. Rodrigo Montoya testimonia esta historia:

A simple vista, parece toda una exageración afirmar que diez mil indios de los ayllus de toda la provindia de Lucanas hayan construido 159 kilómetros de carretera en 20 días bajo la dirección de un cura con vocación de ingeniero civil.

133 Ver: Yi-Fu Tuan, Space and place: The perspective of experience, Minneapolis, University of

Minnesota Press, 2005, pp.2-6.

134 Gregory Cajete, Native Science: natural laws of interdependence, Santa Fe: Clear Light, 2000, p.61. 135 Ibid., cap.6.

136 Max Peter Baumann, Cosmología y Música en los Andes, Madrid: Biblioteca Ibero-americana, 1996,

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Reconstruí la historia de esa carretera y pude verificar con documento y testimonios directos que todo lo que Arguedas contó fue históricamente cierto137.

En Primer Encuentro de narradores Peruanos. Arequipa, 1965 Arguedas, hablando de la fraternidad de los indios en sus novelas Yawar Fiesta, Los ríos profundos y Todas las sangres, dice:

Estos libros han ido creciendo, pero la doctrina que los sustenta es la misma, la doctrina que sustenta el autor es que el individualismo agresivo no es el que va a impulsar bien a la Humanidad sino que la va a destruir; es la fraternidad humana la que hará posible la grandeza no solamente del Perú sino de la Humanidad. Y ésa es la que practican los indios, y la practican con un orden, con un sistema, con una tradición, a la cual se ha referido Sebastián [Salazar Bondy], que es la que está más o menos mostrada en Todas las sangres.(240)

En efecto, Marín declara que la estructura inca de trabajo “responde a un hondo sentido comunitario y rechaza toda dimensión individualista propia del liberalismo decimonónico”138. Spina considera que el trato comercial que brindan los colonos de don Bruno a los paraybambas no es para enriquecerse ni para que se enriquezcan, sino para mantener el equilibrio entre la comunidad y los hacendados139. De este modo, cuando los colonos de Bruno se trasladan a la mina de Fermín para trabajar en mitas (turno de trabajo), los paraybambas empiezan a trabajar la tierra de aquellos y así se mantiene el equilibrio. Esta actitud de los indios de trabajar la tierra en beneficio mutuo también se demuestra con los vecinos que al fracasar en la reclamación de su derecho a la tierra de Esmeralda, deciden quemar su iglesia y sus casas para marcharse y dan los trigales y los pastos a los comuneros de Lahuaymarca. Éstos lo aceptan con una promesa: “Cuidaremos bien, sembraremos bien. De cada diez, tres sacos quedarán para el Común” (TLS: 384).

Los indios son personas constructivas. Según el narrador, los señores “han robado” las tierras buenas de los indios y a los colonos los han arrojado cada vez más arriba, a

137 Rodrigo Montoya, art.cit., p.67.

138 Gladys C. Marín, La experiencia americana de José María Arguedas, Buenos Aires: F. García

Cambeiro, 1973, p.184.

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las tierras de pasto de la zona fría, próxima a los nevados. Aunque los indios reciben tierras secas y bárbaras, siempre trabajan con buena voluntad y convierten buena parte de ellas en tierras de arar: “a medida que los indios las domesticaban, las irrigaban o sembraban, calculando las lluvias no siempre regulares, los hacendados los empujaban más alto, y ellos extendían los linderos de sus fincas por su sola voluntad” (TLS: 37).

Los indios tienen un vínculo emocional con la naturaleza, con la que siempre mantienen unas relaciones armoniosas. Sin embargo, la destrucción del medio ambiente rompe la conexión entre todos los elementos de la naturaleza. Se ve cómo Rendón toca las campanas para resucitarlos y devolverles la conexión entre ellos:

Los negros muros del templo se animaron, los caídos arbustos del centro de la plaza empezaron a moverse. Un golpe fortísimo en la campana pequeña, penetró como un rayo en la conciencia del hacendado, le cubrió de oro. El ya negro Apukintu tomó contacto con el sol. Había estado aislado, solo, frente a don Bruno. La voz de las campanas, el himno que tocaba en ellas Demetrio, devolvió a la montaña protectora del pueblo su conexión con la villa y con la cadena de cerros y nevados de la que se había aislado, ennegreciendo, cruzándose de rocas y de arbustos muertos. (TLS: 411)

El ingeniero del consorcio, Cabrejos, civilizado, costeño e industrializado, está desprovisto del vínculo espiritual que une a los serranos con su universo, es incapaz de percibir estas sensaciones. En una ocasión:

La voz del gran río llegaba al pueblo; parecía mover profundamente, con extrema ternura el grupito de árboles agonizantes que se erguían en la plaza seca y tan grande.

--¡Gregorio! Tu pueblo es muy triste (...) --¿Será, pues, triste? ¿Oye usted al río, señor? --Lo oigo. ¿Es alta o baja su voz? No lo sé. Me jode.

--Es el canto de todo el mundo, dicen los indios, señor. Dicen que con la luz de la estrella nos purifica por dentro.

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De modo que el sentido que los hacendados y los capitalistas dan a la tierra se encuentra con un desafío. El narrador ha creado un tercer espacio para la negociación. El sentido anterior de la tierra como una propiedad para vender y comprar, ya no es ahora aceptable, porque ha entrado otra manera de pensar, de sentir la tierra, de percibirla a través de lo sensorial.

Con esta relación holística con la tierra, los indios sufren cuando la tierra sufre. De allí la preocupación de Adrián K’oto por el desequilibrio ecológico. Para los indios el espacio espiritual está en todas las partes y en la tierra. Rendón, antes de beber siempre echa un poco del vino en la tierra camo ritual, y así le declara a Cabrejos: “Para ti, patrón, no hay Mama Pacha. Es, pues, seguro. Pero en mi dentro habla claro la cascada, pues; el río también, el manantial también” (TLS:85-86). Debido a la conexión entre los indios y la tierra, en el momento de la muerte de Rendón se siente un estruendo que sacude el subsuelo, “como si las montañas empezaran a caminar”, “Es como si un río subterráneo empezara su creciente”(TLS:473).

Cada cultura tiene sus conceptos sobre la tierra. La cultura occidental lo contempla desde su dualismo explotador; en cambio, los indígenas tienen una concepción holística de la naturaleza, no adoptan esa división occidental con respecto a su relación con la naturaleza. Aquí nos conviene tener en cuenta la distinción de Tuan Yi Fu entre el espacio y el lugar. Los indígenas interpretan el espacio como lugar porque lo dotan de valores históricos y significado. Estas emociones les permiten prosperar en su entorno a través de actividades asociadas a significaciones culturales que no sólo proporcionan la supervivencia económica básica, sino que también tienen un papel artístico-creativo que fortalece los valores que componen su existencia.

4. Transición de Todas las sangres a El zorro de arriba y el zorro de abajo: