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Familia : volumen 1, número 2, febrero de 1910

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Academic year: 2020

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(1)P. 1. A. i.

(2) p -. . . . . . . . . .. .. .....",.. &. .. ,. I .. .. Paginas Leetura femedna, por Omer E m e t h . .. El Perddn, por Francisco C-spp6e... .... 1. ........... 6 Zahoner L a Invencibn del Pate Fofs Grm, por La muerte del padre Maheu, por Mauricto Level... 2 3. ... 8. El Demonio padre, por Eugenio Bell BalaAa a la luna, poeda de A. de La lima. por Emilfa Pardo Baa&... 6. .................. 10. 11. Daphne 6 un matrimonio & la moda, (eontinuacidn de la novela) de Mrs.. Humphry Ward. .... .2 ............. 13. ................. 17. E. $ $ $ $, dibujo de Charles Dana Gibson.. ........................ 18. ....................................... 19. Buen y mal gusto eq catres.. Adornos. TA' 1.ERP.S:. ......... ella mfsma sus vestidos . , . .. CBmo @ehacen 10s sombreros an la 6as.a. 20. La nifia que se fabrica. 21 22 23. Cortfnas, almdha. 24. Caps tejida en Ian. 25. Gojfn de encaje de. 26. ............. Cdmo adorn6 mi ho. YAN, DIEGO 17, altos. l -. -. TeWffono Xnglb. - 2104. 1. =. Casilla N.0 2458. ~. -. E l~ORRON~ERO Fcibrica de Pieles DE. JOSE 8. TAlsllEliBIUM. ALAI$DA RSQ. SAX? DIEGO. 21. 28. 67. 30. La hermosura en las llores. ............... 33 34. 35. .................... Arreglos de mesas de Otofio .... : ......... Mends ................................ I Explicaci6n de 10s mends . . . . . . . . . . . . . . . La buena cocina.. I - BOTICA Y DROGUERIA -. S D A N I DOMlNCO -. A. TRAUB & Co. SANTIAGO. Cdmo. 88. Salsa de tomates en conserva Secci6n M+as..--Entre. I TURN0 PERMANENTE. 39. .. ................... sefioras. Vestidos lavablw para el campo y playas. 45. ................ 46 47 49. .. *. ........................ 50. ....... 51. n o s modelos de Redfern, un trJe de. Modelos de sombreros lfinea .. ...... ............................. ................................ .......................... jps y recetas para el hogar ,. 43. ................ 18 aBos. ....... .......... mr su inmenso suriido !J variedad de gusto M novedades, e n Hechuras SJ kfot mas por [osW i m s modelos de Paris y Saw Petcrsburgo en :: :: ::. 41. 42. Parisienses. Elegante t r a f s de recepcibn. Figurln en colores. Das modelos de Doucet. 40. ................... Vestldos para niflas de 15 Pagina para 10s niflos. ...... ........................ Sombreros de la prdxima estacfbn,-Siluetas. m--. Drogas. Especificos, Pel fumerias. Por Mayor Y Menor. 38. Conservacidn de las legumbres (Sistema Appert). Tres 5gurines muy elegantes. OX I J EN 0 ; ; ~ ; i ~ ; n ~. 37. deben trinchar la carne y el pescado. NC. Frente al templo SANTO DOMING0. 36. es la dnica que estd p r e ferida de la aita sociedad. PALETOTS ETOLAS CU€CLOS y MPiNCH@N€S. 53 55 57 59. 60. Precios fuera 'de. competeneia NOTA 4 laa damas de bum gubto recomienlio 10s afamrtxlos PoIvos COLGATE y Corn., lejftimos: con rociador, $1.80. :; MUESTRAS GBATIS ::. ALflfi€DR, NUM. 1102.

(3) Volilmen I. Precio:. - Nfim.. RBVLSTA ’MENSUAL YLWt(TRADA. 2. Busmipcf6n annal :. DEDICADA EXCLUSIVAMENTE A t HOGAR. U N PESO. DIEZ PESOS. SANTIAGO D E CHILE, F E B R E R O D E 4910 EMPRESA. ZIQ-ZAG,. EDITOBES PROPIETARIOS,. TEATXXQS. 666. “&QnB leerornos?” . A ”profesibn” de madre de familia tisne Bus en-. .cantos Lqui&n lo duda? gero no c w m de sinsabores. EEsPcribi6m;e &btlmimente una dfstinguida 1m;utrona quej8ntdose ds I&s lwturas de m e h i j b . “Sefioir, me dech muella amndereada madre,. euantos voltlmsns de estos autofes. efed.0 de ems ,lecturas es d e w & r W , pries Iss tires nifias mwkzan 8 m?rdelr el jurieio. Todo su Ihablar es de v a n i d d m mumdanas, d e lnjo, de spopt y de amores elegantes. Pierden pWo i% paca la devocibn, We crefa yo haberkj ~ina&ado y que 1% santw monja8 se esfomaron en desarrollax. “iNo cpodrfa. usted ewribir moondenan*do en&T%merrte mas feetaras? AdvLarta, sefior, que usted tiene w r t e ,de culpa, en aosvarfos, pes, s e e n les oigo B mis hijm, mds de una de ciwlella: mlditas novelas h a sido alabada lpor usteid en CieimtQS artfmloa de criaica.. . Si usted no intervliene, mafiama mis pobres hijas leedn a !&la, & BJaseo lbafiez 6 6 Trigo (de qui6nes me drt mi m a f a r muy matas noMdns) y entmees ae acabarb: @I munao.. .” i Q ~ 6halx-ia usbed conkestado, amdgo le@tOr 6 distinmida bctora $@a, d lais quejas de aquella dilgna sefiora? La respuesta q u e desde luego se me ocurrf6 fu-6 esta: ‘‘se8ora, un h&o que ~ V Yen d f a c ~ f i k m e wusted con io inevitable. la%difim 1Mn nov@as y nada mlBrj que novelas. Todo el rest0 de literatura es vengel cenrado y fuente sellada.. Para d a s . LQuiere M e d , seilora, qae szls h i w ‘lea4 libnos de historia?. . . pero, jc6mo habnln de leerlea, si eilhs son 6 in%Ul.sos 6 COrrUPtorw? ipanque h a de .saber usted, sefiora m k , que la historia sincera es lluas inmoral que ‘“Nan&”y “La Tiema” ... Y Si de ella ,se el’imLnan IN esdndalos, ya no m e m e el nombre de historia y se vudve ,falaz 6 inr3ulea. ~ E W Q ~ T -m ) .106. .. side y $. qu6 e s m o Oa tienen reducida J a s polf~cos? Nada dig0 de la rteologfa, pum, mmo usted sabe, ella e u d e es-. reemflaza am hadrigales mIsticos y ejae 10s ma&rw Idel siglo XVI (mr no decir tares de ila mtfgiiedad) dedararlan vanas,. e no d&r na&. y resolver10 todo en pocas rsi las ihljas de usted leen novelas y nada. alquier Imtura. awe no pertenema. B, la. li-. de POeEifa, a s t 8 i tuera de aka.nc%, sea p o k u e 1es faltan las nolciones P r e v h Y 18 pmpar9~ci6nsin la cual urn libro sedo 6 un artfculo de revista %rave es “libro sellado con d e b sellas", m o el del Apocalfwb, sea porque n o pueden ni saiben emoger 10s Eibros y revistas capaces de deepertar .su coriasidwl y apetito ifiteltxtual.. s i tardwan en pencibirla y en disgusbarse de-&la, lo m e h r seria, sin duda, b w a r , entre 1% mwihas que se .publican, aquelles que Q ~ e b leeme n con el menor dafio y 4 Inayoir prorveaho. No Crea mtc’3, SefiOra, que e1 haIlar novelas d e me caracter ma tarea herc6lea. N6. Por primera providezlcia, m d a usted d la lihr&ura inglesa. A h i esth WaJter h t t , Diekcken’s, Taeker&y (entre 10s difuntos), Y Hulmpihv Wag& Kiplling, Wells, Hasland y tantos otros, entre bo0Jvivas. Defeotos tienen, por oierto, ya que mamchas hay hasta en el Per0 A ninmno de ellos puede mhmarse la menor inmoralidad. Puede dwime, en dabanza de ‘la novela inglesa ( y de elila sola), Que nunm sonroj6 & mujer alguna, ‘por ddicada que fuera. ‘3 m p s r o quieren las hijw de usted, B, toda fuerza, permanecer fides & 18 novela francesa contempodnea, habrd remedfo.. . E1 mas efi’caz, en mi humilde &ir, s e d que usted no autorice sin0 IICw0h.s de aUtOrW conoci~dos como mordmente irreproahables. POOOs son, es cierto, per0 entre ellos hay dquiera un maestro c u y ~ ohms son deleitosas 81 par que noMemente lyuras: almdo A Ren6 Bazin. Haga vsted unci prueba con cuallquiera de sus novelas y verA que sus lhijw se entusiasmank coir ellas.. Pero Ihay sun medio de proweme cuya efEcecia y seguridad moTa1 me p a r s e p k i e n t e . Consistiria en averiguar .s;i la novela que BUS hijas desean leer ha sido publicada en una revista c m o l a “Revue des Deux-Mondes” 6 ‘Ze Corrwpomdant”.. .. recerd tal vez (y ein tal vez) muy duro el dedicarse A (probar. la adverterucia, hare lo que 108 fmnoeses Ilwnan ma respuesta “du bewr le ber&re” y din6 I& usted: ‘‘La cukpa es suya, seiio,ra ‘ m h . Si 18.s hijM de usted ruborrecen 6 i h o r a n toda lectura serfs Y sustandal, d su madre se lo W e n , en primer Jugar, por haber side e& Wfen eligi6 S l l S maestros y, ~dwpu&,ipor no haber elegido con mvm-0 cnidado sus $primeras lecturas. P<uwlePRr We leyendo &stas mmo l m nombradas, aqudlas encantadoras nifim se dejen, si no encantar, .a1 menos Qntrtr por ]as pa-. OMER EIM!ETH.

(4) EEN aqueih casa. unia gran colmena de obreros de la c d l e Delambre, donde Toncy Robec ocupaba un humilde cuallto hacJa ya seis mest8, todos l o creian Tiudo. Vivia con su hlijo, un Ihermoso nifio de seis afios, limpio y arregladito corn10si estuviera simjpre bajo la cuidadosa inspecci6n dse s u m'adre. Suponimc que 'desde que mari6 6sta habia transcurriido el tiempo reglamsntario de luto, piues ninguno de 10s dos iba vestido de negro. 'Podos 10s d g s por la maiiana, el b!uIen Tony, que trabajaba como tip6grafo en una imiprenta del barrio Latino, salia )de cam Illeyando en brazos, adomniIlado, a1 iplegueflo A d r i b , y lo dejaba en una escuela pr6xima. Por la tarde, tan pronto coimo t e r m i n a h su tarea, iba en 'busca del rapaz y, conduici6ndole (de la mano, entraba en la carnictiria y en la tienda ide colmestibles, adiquiriencdo lo nelcasario para et1 sustento. Heohais llas provisioners, enccirdbanse 10s dos en e1 scuartito de la gran colmsna y no salian d e 61 hesta cil signbente dia. Las comaidres (de la vecindad compadecJan profundamente & aquel carifloso y honredo paidre, de cuarenta aflos do edad & lo sumo, aspeoto simpBtico, rolstro descolorido y triste, barba negra aalpbada de hiilos ide lpdata ) imiralda noble, eemejante B la de un ll,e6n e n reposo. Alguna que otra v 'z le hacian oabjeto !de sus conversaciones iy se expresaban en esitos 6 parecidos t6imiinois: "A m i p5e me figura que debia casarse nuevamente.. ." "Can saguridaid que no 4e faltaria una mnjer joven y de isu gusto quG se mdesviviera ii?or 61.. ." Las sempiterws habladoras hsubiemn lqueriido tratarle con cierta confianza, lcoisa que no resulta diificil cin wos pequefios faIansterios habihdos por gente 'de modeska Sposicidn social, en 10s que las puertas c s t m ahbertais greneralmlente. Pero Tony Robefc tenia un caracpir reservado, y Ua cort6s gravedad con quae saladsuba B sus vecinos en llla escalera 0 en la caUle imlponia 6 las curiosais bastante r lspslpdo. E n las tardes de 10s dias de fiwsitz, padre 6 fiijo salian 5 pasear. Lw hasbian visto mi&s de una vez en 10s Muiseos y en el Japdfn de Plantas. LW lhabian visto t a m b i h , antgs de la hona de la c m i d a , en un idel barrio, donlde Tony hacia su finilco gasto extraondinario de la semana, bebi6ndose ~lentaimeinite,6. pequefim sorbos, un ajenjo, mientras que AdriBn, apoyado sdbre la mwa, fijaba toda su atenNoi6n en 10s "monos" de 10s peri6dioos ilustrados. -Se equivocan wtedes, seiioras, solfa dlecir & las vacinas h portera, que era algo sentimental; we vindo no volver5 B C S I I ~ P W .Yo s6 'que va con . frecuencia a1 cmenterio Montparnnse. Sin duda est& alli enterradm SCI mujer. Le enoontr6 all1 cll dltimo Domingo, y dabs plena verle tan triste, IJlwan~doa1 pequeiiuelo cogido de la. ..Todos 10s dlns, por la mafiana, salta d e cas& llevando en brnzos ndormilado, a1 pecluefio Adri&n... .. mano. DeblS d e idalatrar & la diifunta. .. Es un rmso raro; pero 1as hay asi.. . ;lGs un viudo inconsoltable! Y era verdad casi toldo lo q u o la portera decla. Tony habia adorado B su mujer y no se con, solaba de haberla per- dido. Solamente que.. . no estaba viudo.. ,. iOh, bicen simiple 'y poco tdiohosa l a vida de suquell hombre! Obrero concienzudo, p,ero de madiana Id,isposicion para el oficio B que se haA b i a deldiiwdo, s610 5 fuerza ide much0 tieniPO y (de miucha constaacia pudo 14egar & ser un buen cajista y B ganar un jormal decentito. Por esta raz6n no pens d seriamiente en cmar&e hasta deslpu6s de haber cumplido trdnka aiios. Le hubiera convenido una miujer razonable, eddcmda como 61 en las privaciones y en el trabajo. iPero est&n tan refii:dos el a'm'or y el CBl'culo! Tony ?perdi6 diuueve primaveras, bastante jui- ' eta aJ ver B una florisfa de r tan frivollo, que jam& hiabia a1 parecer, pero de un car o su imaginaci6n de ila ,supe&cio 'de las cosas. Stu )mayor ha!bilidad consistia en el exquisitso arreglo (de SLI ipersona, en dar & su8 ouatro tmpitos apariencias 'de lujw y elegan'cia. Tony tenia algunos ahorros puardados en un armario $de luna, imueble q)ue considler6 in(dispensab1e para que s u mujercita s e mirara de pies & cabeza, y que le ciost6 ochenta francos e a ell faubourg San Anitonio. Css6se, pues, con Qlam atina. As1 principio todo fu6 rniuy bien. iColmo sle amaban! Vivian en d quinto piso de una casa idel boulevard Port-Royal, y dfesde e l balcdg vela todo Pariis. Por las tardes, cuiaadro 61 teriminaba su trabajo y poni6ndo53 el palet6 en'cima ide su traje de obrero saJlia de la imprenta erguida, patiefekho, oon s i f e' :de gram aeiior, diriigiase B uno de 10s extremas diel puente de Saints-P&es y aguandaba. a'lli & que s u majercita saliera del obrador d k costura, eituado tm la. calle de SaintiHonor6. Cogtdos del brazo, 'muy juntitos, encamiinBbanue a1 cdomicilio conyugal y cmian alegremlente. Los Dorningcs eran 10s dtas ,m%s,deliciosos. quedaban en cma..! iQU6 'bien sabia (el allnuerzo pnito a1 baic6a, abiurto de par 'en ipar, contemplaado B ratos la calk y B ratos el herm~asoazull diel eielc! Mientras 61 saborealba. el cafd y fumaba a n cigarrililo, Clsmentina se entretenia en regar lios tiiastos, opemci6n en la que 'm!& de una tnez ora lsorprendida por SIU rnarbdo que, ( a c e d n d m e cautelosamente, le darba un beso en Ila n w a . Ella decfa ri6ndose: " i ~ ~ s t a tquieto, e eiimip16n!" DaspnBs, el nacimiento de un nifio.. . Pusigronle por nombrci F6lix y lie confiiLroa & una no e IhabHaba en las inmediacicines de Paris, #ereyendo que 10s ai ros cdd ~caraporobustw-rfan su cmde. iCreacia errbaea! El poibreciko 'murib (de convuiliun afio. Pronto lies coaso16 del esta desgracia la venida de otro vfistago, 'de Adrian, que fu6 crisdo por sz1 madrle. Tuvo M a que abanldonar el taller- y buecar trabajo ,para casa; ganaba la' miitad, &bla idtisgustada (de 5u suerte y m p e z 6 B desouidar til glo die lsu 'persoma. A pesar 'do ilos esfuerz de Tony, qufe prolcuraba por culantos medios s e halllabaa 5 su alcan aumlentar d jpresu,uyuesto de ingneuos, el (matrimonio contrajo algunas ldeudas, porque hacia *' rierpo que se habfan agotado 10s pciqueflm ahorros. Luego, mando el nifio tuvo la conveniante edaid, fu6 l~levado iL la eecuela-asilo, donde rermme@Ie dlesdie la maiiana hasta la tarde; la mtaidre, volvi imdo 6. aidiquirir ell hlBbito de la ociasibaid en que transourri6 BU adolwcencia, y recoadlaamdo %-usfri,volidades y coqueter:as de aquel tietmpo scoistunibr6se coco B poco a1 eallejeo, & esa 'ocupacibn tan para Ilas mujeres j6venes y bonitas. Y succtdi6 que el ipobr grematiuramiente envejecido por la constante oavilaciSn y constante y p,enoso, d entxar una noche en su icsusa accrmlpaiiado d e STI hijito, & q u i a rwogia ,deis8pu6sde salir de U a imprenta, encontr6 eobre la chimenea una oarta, ide carla del scrbre el anillo que 61 habia regalado fi 0 e sus desposorios: Continlia. en la prigina 58.

(5) dos patos de blanca pahuga, wello vert%? mar y azul. turaslr de. J agua, aves tan o como el auwtro?. bacbn lmurmurar 6x1 corrtllos B las gaillinas, ; lanzar degpreci@tivos y col6ricw cacareos es, que m i r a b n con altttfvo de&%n al petulan-. que algruna de noaebros mnqu iher&@ra de la corona de un Eueuesu? nuestra suerte; s i m p r e. por esposa B la hfja de un rey, Imlperio. En An, cualquiera que d e frnos mejor-en otrlla partes. Pati-bobo, no sabernos si alucinado por 10s easuefios de su hermano 6 entriBtecido ante la idea de separcirse de tu, ;Z quim 8mu.oho amaba, acept6 la growstcidn de la escapatoria, y una mafianita, cumdo apenas 10s pequeiliftos y pintados pajarillos hablan empewdo d d a m uno8 d utros~losbuenos dlas y las flores se acababan de lavar la cara con las gotitas d& rocfo, Pati-listo y Pati-bobo, pasito B pasito, eablieron del corral, caminaron hasta las margenes de un rfo, lanehronse & nado lpor fa tereia supeficie, y se dejaron llevar por la mansa y apresurada corriente, ereyendo ~ u e en esto estaba el Eyeoreto de las aventurats, y la corriente 10s condujo 8 un inmenso lago, del cual el rlo era celoso y antigvo tributario. A1 cab0 de algbnos dIas de viaj e por m u e l ~ g e -l queilo mar, y mer-. l i d o & su hermano. Nasotros corraldn inmundo, slno para zBndonw en estanque bajo. Pati-listo, abriezldose paso par. muchedunibre de cu-. s i% 3 0 8 extrancorreos de gallegados d e lejanas ti Ievarfan el encargo d e exponer a1 rey algan Msto, no bien 61 y su. ano se vieron en. a que continuasabido, que 6J disstro en lad.

(6) I. B la eapalda y & icorrer como el viiento por 10s ocultos sendmeros del b s q u e , y asf en un san'timbn trajo la rwpuwta. Cluanido el patito Be present6 ea palacio, maravi~llado el rey de la proddgiosa promtitud con que le habfa semido mmo mensajero diligente y c a u t e l w , nombrdle Correu, mayor d d reino con bandn y iplam.. Hub@ poco despub, que enviar un parte ,& 110s ej6rcitos del rey, que B tla saz6n se 6hallaban en guerra, y ena necwario que el men6isajex-o de misiva ii onden stvlvara, 'para entreganrla, 10s obstSLculos opuuestos por el lenarmigo. Elnoomend6 el rey este nluevo serwicio a 'Pat!i-listo, PU Carreo ma or, y 3 pahito, entenldi6ndose oon una paloma torcaza no menos servicial 6 inocentona que la lidbre, sin que en bste, como en d otro mho, rpludiera nadie descubrir l a itrampfadel ,intrigante curtemno, voIvi6 ante el rey con el pliego de na respuasta. --i~Ad~m~raible!iadmdimble! sdijo el ray; deisde hoy eres el direc\ tor (de 10s rtelBgrafos realm. -iiseiior, cu&mtos honores mfe Iprodliga V. M . ! Asf es que creo que ,ya tan s610 en muy raros casos h&r6 de p w b r rnis semiaim, iporque Ias a l h s dignisdades obligan, s l ban de ser convenientemente mantenidas, B que un personaje n o de 'desgasbe y prodigue diemashdo. Entadi&Io asf el, repr, y dijo que pi finkamente iba SL e n m e n darle otra nuleva coraisiibn 'de lirnponhIM?k%,la de iir B la mar B inspeoclonar s e a r e b e n t e el estsudo d e las escuadras reales. No se acobardd dl patiito, aunque bien ipronto hubo de camiprendes lo Brdno tde la empresa, y dij'o !que estaba presto ipara llevaria B Calbo Ya en tlas or$llas del mar, ququedbse Paiti-1Lsto pensatiivo. El nadalna bien en un estawue, per0 i,c6mo !podria hmwlo en mdno de Jas olas alborotardas? iImpm%ble! Y em manto a wes de 0scasisima inteihigencia, aiin irri d l i hulniiera habida gavio, si {Menhay que entender que las aves maribraes, libre y piratera, con la c u d no valen pisondas. VKwn en $as rwm y 10s fientos, lejos , e n envidiabie y poderosa Zibertad. Oomo el paitito no era muy escr,upuloso, y oomo pleas6 que la eomlisibn ha'ia de ser desemlpeiia da secretamente, el mejor medio (de que nadlie ile niera junto & las navas era no ir B ellas; y piresent&ndose a1 rey para manifestatrle que h s eswadras se bakhban en muy buen astado y que 10s marinos cumplian con su deber, Bstos no habria@ dle desmentir ai inspector, ankes le tcollmarbn de elogios y tal vez de a c l a m a r t n por un sabio y mritisimo Dildo; y como Piahi-disto lo habia penisado acaecl6, pues que a1 sabeme en (la's eslwadras la opini6n que dl dnsipector lmbo de maniifestar d Tey, opini6n merced & la cual 10s oficiales de la marina re-. x. !. A. .-,-. i .Lanz&ronseB nado nor la tersa sunerficie, la mansa corriente:. .. y. se dejaron llevar por. .. +las y fijando el 'pic0 en tierra. SeEalles de surnieS6n y cortesl. Dirigi6se enitonces el monarca SL Pat,i%abo, que, tm~~'Lnlorosoy ambardado, harbfa 'hedho por o m l b r s e tras de w hemano. 4 1 tii, iquB me dices? -YQ, seiior, desearfa poder perfeccionar las art% que he ZqJTeadidO, y pedliria 6 V. M. me mdejaise en &.io apartado donde por algdn tiempo yo biiciera mis e s h d i m y aprensdiizaje para llegar algCln dia B corresponder con imiis servicios al h e n amgimiento que V. M. nos diislpensa. (3oncedi6le el rey B Pati-bobo l a gracia que peafa, y le end6 B uno de 10s pattios Ide paJlacio, en el m a l habia un estanque. Di6 orden para que fuera dimenhado y atendido el 5gmtito por todo el tienxpo que auraran s& ensayos y lsus estuddos, y laego quiso 10s servicios de Patin duds allguna, y por lo que el muy audaz brubfa dieho, no neicesitaba eldulcarse ya en antes 'de 1m males rpodrfa iser mestn-0. Fw5 el cas0 qm S. M. tqu,erla enviar entonces uin mensaje seereto It una primcesa, su amads. HaMtaba diioha I p r i n i m un palacio ocukto ~III To lrmk wpeso *de un enmaraiiado bwue, m e3 rey ccmfidmcial.Entendi&ndose con una paloma tor mente drispulso, exigiendo gran prestecia1 6 inocentona que l a liebre.. . xa Y mu&a cautela, que Patii-list0 Mevase & la d a m una mrtita amorosn -Ve y vudve pronto, y procura que nadie Idescubra el lobjeto de tu ilmpontante comisi6n. aah&se B anCuar Pa%i-hi&o,y mmo el rey l e Vi6 zambear y desauh i d 110 torpe de \su fllso, Partliltisto d4jo que caminaba asf,-de aquel modo, porfque era propio disimvlo para que naldie sospwihara que se le habfa encomendado m i s i h rulgmna die urgenicia y de. k. inteP6s.. -Veo que B ancis de i&gtiJ eree MbiJ, ldijo d rey; en efsoto, si te vieran sailir de W m i o con apresuranniento y presteza, todos 10s cortesanos eomprenderfan que ibas 1 cumplir una orden de importaiicia, y hzubrfan de raWiar por conolcerla. Ciuamdfo Ratlati-listu,flleg6 5 la enkradn. de U a IS&&, bussod & una liebre, 6 la cnal, plobre y sencilla campwina, hizola saber que 61 em un persona& Idle 'wladN y que podfa lpTestarla muclho favor, y la rog6 Hevase Za loarta del m y 1 -nos de la iprincw y (desprtb tornara rt%pddmente con U a re1spaest.a. iF6gIlrese el lector si la com i s i h ser,la dlffciil para la liebre! Emxmh6 con las orejm muy aguzadas y tiiesas las oferas del patito, ech6se despues las orejas. VB y vuelve pronto y procura q u e nadie desLubra el objeto de tu importante misibn... ..

(7) a. verchdero artists. Pati-listo!. .. MAS, un cierto dfa el rey bubo de d&.rlle: 4 X u & o Zne place conhrte en mi serviclo; p r o yo tengo tun demo que sati&acer, el deseo de oirte r, que de semro b b r b s de hacarlo de una m m e r a plawible, con armomiota voz y le1 major estillo. * Queddse un poco a&urtdi,do d m i t o , . porque aquel era, sin duda, el m6s grave comprombso y supluro en que $&'ha$ta,entonces se habfa vlisto; m6s iprontatmente idi6 la ~ e ~ p ~ e s h a : -Sefior: en efecto, he estuarudo d ark del canto, dijo, y no es del kodo mala mi voz; per0 tanto me rimpone la prewncia de V. M., que estoy seguro no podre ,dar una nota. V W , ~intembarlo. V. M. pc&% amvmcerse Idel d e e o @con que quiezo cumplir hasta d filtlimo d8e suyos, ipero tambien rdR que, c m o la garganta es brgano d&cado, cuando el alma est& llema d e re&pet0 y a d m i m c i h , fW 88 que U a voz desentone. Brelc. Rrek. Brekee. T a m e el rey 10s oidas y Pieron 8dwahimdamente (10s oo&mn w a1 air atpel dMlli,do estnidente, bspem y ~tltesacom~o. A+%,ciertamente; WFO tu amor hacia mf es mueho, t u res&@to es grande y tu rmodatia ejemplar, reqAicb el rey. No e m ttl oomo 10s qdmf&s cantoires de la carte, que MI cantan ddlante de mf, Jazanhdo tninas Y g a r g d t o s con la mayor f r w n r a , y oumo si yo no f m r a ~ba&,a.nte6, impone&x3 a n mi p m e w i a temor alguno. Atsf,'plues, desde hoy qu&w nombmdo mi Maestro de capidla Y Wreotar de mi owu88ba Qe rudsefiores.. ... ... ... ... JOSE ZAHON.ERO ,. ,. 1. ci6n y t e n k el mePo eacafiatado por c i n b d e grana, d e la mums y m e w k w , y entre ala y aNa l a y bajo la mlima w l a la &laveadorada, y ria anas rprecliosas @as nontmdw en d pico, , yit de suyo tome, par el e s p a d h de a r r a reo mayur y ila batata #de Maestro de ea~au6habk & i o de PaWbobo? jlDeexli&ado! Con necia y % n u pori?Sa, Nfian~dQen d alazfm, en ka rapids raamha de la harquilla de mares, en d V U ~ ~del Q 6 g d a pdr el &acio, y en. -Td aunca seds lo que tn compafiero 6 hermano, d seiipr. esconderse en un nrincbn. * ches hactan burla y chacota de Pati-bobo . . ..

(8) A media noche, el padre Maheu se irguih sobre su lecho, ahogsndose, sofocado por su asma. Desde que empezaron loa frios, aque110 lo cogia t a n de repente, tan sin raz6n. Y entonces auebrado. materialmente doblado, arrojando-lejos 10s cobertores, con 10s dedos crispados se debatia el desventurado, hipando por espacio de horas: horas, en medio de horribles muecas, jestos desordenados y dificultosos estertores de l a garganta. Lo que es por esta vez, el doctor no hizo mbs que mirar sus ojos espantados. su pecho que se levantaba desmesuradamen,e y la ansiedad que desfiguraba s u rostro y dijo b 10s nifios, dos grandes mocetones, y una nifia que le asistian bastante torpemente en sus tareas prqfesionales a1 lado del enfermo, arrastrando pesadamente sus pesados zuecos de madera: -Es el fin. No escaparb de e s t a . . . Una vez que el doctor hub0 partido y que se encontraron 10s niiios bolos con el moribundo, se pusieron B llorar calladamente, sin decirse uno B otro nada sin mirarse. El viejo, con l a boca abierta, el labio caido, 10s ojos desmesuradamente abiertos, parecia tener ante sf l a visi6n de algo muy terrible y misterioiso que 61 veia reflejarse B lo largo del muro to de sombras. La primera que s e atr pronunciar algunas palabras lagrimas fu6 l a hija. B traves d -iSi envibsemos B buscar a1 LOBhermanos se consultaron -iBtlm! 1di)o uno, no Ison muy voci6n de nuestro padre! E l mayor replic6: --No obstante. . . Y colgBndose sobre el lecho pregunt6: -Por s i acaso. . . si quisiera usted. vez n o seria malo llamar a1 sefior Cura. . . E l viejo dej6 de contemplar, sdbita iu negro horizonte, levant6 10s puiios lot6 en medio de hipo -iProhibo!. . . NO La hija insisti6 dulcemente:. j. I. todo, cuando esto s e repi,,, eso 110 s i r v e sino p a r a g a s t a r dinero.. ... ... ’. $3 mi. en la-cam~ifia. E n toda l a extensi6n de su piel, curtida por el sol y morena como la tierra sobre la que habla vivido encorvado sesenta afios, corrian largas arrugas: profundas arrugas, innumerables, plegaban sus pBrpados, BU boca, deformando sus mejillas con las huellas, en este cas0 muy acentwdas, de 1- aiios de lucha sobre el terrufia, cristalizando en su cara algo asi como la caricatur a de un sufrimiento 6 de una sonrisa. De vez e n cuando sus ojos abandonaban la llanura para posarse en s u s hijos silenciosos, y reconcentrado rencor se reflejaba e n el londo de s u s pupilas. Hacia el mediodfa tuvo un momento de oalma. Les hizo sefias de que se acercaran y les dijo con una voz que se esforz6 en hacer fuera lo mbs Clara posible: -Sobre todo, cuando est0 se repita.. . . nad a de c u r a . . . eso no sirve sino para gastar el dinero.. . nada de buen D i o s . . . no creo en nada . . . no tengo fe. . . son todas estas cosas pura mentira.. f a r s a . . Yo he gaiiado mi pan sin El; no lo necesito pars .rme.. . Uno de 10s hijos respondib: -Sera. usted obedecido. La nifia, con l a frente inclinada, m u r a u r d : -Se harB lo que usted desee. sin dejar de hacer pasar las cuentas de su rosario. Se produjo nuevamente el silencio y el viejo se volvi6 hacia la llanura. La muerte, que .entia 61 amenazadora y apremiante, le causaba m&s cdlera que temor. Una rabia tardla se apoderaba de 61 por no haber sabido disfrutar de su dinero, haber penado hasta el dltimo momento para dejar b otros “sus” praderas, “su” ganado, “sus” bienes. i Sus bienee! Con una sola mirada lo abrazaba todo y la visidn de sus campos que se a t e n dian B 10s pies de la ventana y B 10s flancos v espalda de su casa con un Bvido ardor. E n s u cabeza, en que las ideas ya se confundfan, hacia la cuenta de sus escudos, avaluaba el monto de s u s cosechas, eetimaba el valor de “sus” animales, “sus” carretas, .eliz maarc “sus” dtiles de labranza; la misma entrevista se amontonaba ante su imaginaci6n e n un. .. .. ... ...Y. wonto, a1 a l u m b r a r. COI. ,i6 semioculta 1 f01 que habia implorado c a f i d a d . ,. .. la. -.

(9) cosa de la fatiga de 10s otros, acostumbrado 6 despreciarla 61 mismo. La nifia se tendi6 sobre un jergbn, 10s kijos s e acomodaron en el rincbn del fuego. E l 10s mir6 dormir, sin, tiendo un inusitado goce de estar al-abrigo del frfo, con BUS chicos, sufriendo sin quejarse por no dwpsrtarlcrs. E n el silencio de la noche rkcordaba otras Noches de Navidad: -;Cuando 61 era un muchacho! . . . Cuando vivfan 10s viejitos abn! . . . Las diez, las once ... Los nifios dormfan ... El se dejaba arrastrar por sns en en 8u suefio, muy dulce, pasaba y pasar la triste visi6n de la infeliz c por 10s desiertoi caminos. Sofi6 la media noche. Una hermosa sinforda de campanas subi6 hasta el cielo. El sofocamiento volvi6 b hacer presa en 61, en seguida sobrevino una atroz angustia, sus oidos empezaron b zumbar y se llenaron de un prolongado silbido. La crisis subia como la d t a marea. Y 61 tuvo la intuici6n que est0 era el fin, que la muerte irepaba sobre 61, en la sombra. E l pens6 enhdespertar ti alguno de 10s nifios, per0 toda SII vida agitada y dura apareci6 ante su vista para verla mejor por l a vez. Mirando 103 campos que, ilupor la pfdida ldz de la luna, se n hamta perderse en el horizonte, Mafiana, este trigo que resera. mi trigd y serbn mis rastran ef'akado que abrirL gran cuchillo. deseo de llevar A la eterya pisaba, la visi6n de sido de 61. Su voluntad ahog6 mament8neamente su sufrimiento: se levantb, alumbr6 su linterna, gan6 la puerta, abri6, y, sin zuecos, insensible a1 dolor y a1 frio, se arrastr6 hssta ,&us establos. El acre Lolor que se desprendia de las camas de paja de 10s animales hizo palpitar voduptuosamente s u s fosas nasales. Las beetias miraban alineadas, sus flancos s e levantaban y hundfan en acompasado ritmo, y sus largas mtas brillaban en la penumbra. El las reconociii B todas: incapaz ya de hablar, se paraba delante d e cada una, repitiendo mentalmente su nombre: -Laborioso. . . S6lid . Caporal. . . Testarudo.. Bajo esos postes negros, de 10s que colgaban entrecruzkndme las telas de arafia, se resumia, se condensaba toda BU vida con BUS penas y gocee. Continuaba a r r a s t r h d o s e , queriendo verlo todo, pasando 04u trBgica y. .. idos en ese instante, precisaabri6 10s brazos, crey6 verlo el coraz6n,--secaba sus ojos,--e. &e alreviB 6 insistir. Afu. ito Sefior Jesucristo, murmupiedad de 10s pobres que no. Per0 D i o s quiso llevarlo en eee rnismo instapt6 y muri6 en estado rantb, alumbr6 su lin de gratia' c i s a m e n t e "i,"r',a, gan6 la puerta.. . cuanda su de.,qo terminaba de hacer sobre su Decho igno de la Orus. gr. M AURIC~O.

(10) '?. I MOLOCH era, segdn las crdnicas infernales, uno de 10s demonios mfLs calificados del reino de las tinieblas. Un poeta que, a1 igual del Dante, ha subido B la gloria inmortal por 10s caminos del infierno, Milton, atwtigua que Moloch se alimentaba con came de niiios y con llanto de madres. Por esta ferocidad y por este regimen de alimentaci6n puede comprenderse b i e n e u complexidn moral y fisica. Toda roja, asi por suera como por dentro. Su espiritu se form6 con 10s cien mil instintos de cien mil hienas que queaaron convertlaas en maneisimas caDras. hxtraiaos 10s cien mil instintos, fueron incorporados en la sdngre a e un vampiro gigaiiLesco; cocio aqueiia masa en una retorta sopiaua por el demonio de 10.9 celos, y de la volatilizaciun salic5 el mal esyiritu de Yoloch. Era, pues, el diablo de mQs diab6lica intencidn entre toaas las legiones supremas, con lo cual qheua uicho que gozaDa be grancle auLOrlaad en el reino. a'u6 lugartenient e ae Satanas y s u ivlinistro de la Ciuerra, empleo muy aaecuaao it quien se a i m e n t a con lagrimas maternales, porque corren en abundante rauaal por 10s campos de batalla. Pues este excelso personaje no amado de nadie, pero venerado por bendito de Dios. C6mo se obr6 esa IC se vera en la presente En una de las salidas que el gran Moloch hacfa a la tierra para buscarse su aliment0 acoatumbrado, se entrd en una ciudad asaltada por tropas que con ella estaban en guerra. Iba como el buitre a1 olor de la sangre, esperando hallar alli abundante Provisidn de lagrimas. Chup6 con delicia de glotdn el llant0 de muchas mujeres desoladas. Entre ellas encontro una cuyas litgrimas le supieron mas amargas que las demgs. E r a una madre jOVen 6 quien le habfan matado un hijo pequeiiuelo que en SUS mism06 brazos Ilevaba. A Moloch le gucedfa con el llanto lo que B 10s buenos aficionados con el cafe; y es que cuanto mas amargo, les sabe mejor. Queriendo, pues, apurar aquel riqufsimo licor, PUS0 la boca en las mejillas de la mujer, quien siendo muy hermosa, 10 Parecia mas adn con el arrebato de dolor, q. Y. . . .Queriendo,. pues, apurar aquel riqufsimo licor, pus0 mejillas de la mujer. .... narios constituye un aperitivo incitante en vex de una continencia respetuosa. Tanto y con tal delectacidn amorosa le acercd la boca, que, por descuido, en vez de chupar, besb; y en vez de beber el llanto, bebid como un fuego dulce que, sin quemarle 10s labios, le encendfa el mal corazdn. Harto con las muchas 18grimas y ebrio con la mucha sangre de aquella Jornada, Sinti6 a1 Punto la lujuria, hermana gemela de la gula y la borrachera. Y Moloch tuvo un hijo. La madre murid ae espanto cuando di6 a luz aquel engendro mixto de demonio y de mujer. Moloch lanzd un rugido de alegrfa a1 encontrarse con un hijo en quien vefa reproducidas su horrible naturaleza, su pie1 roja y su espantable cara. 4Por qu6 se alegrb? No por el sentimiento de la paternidad, sino por la fiereza de su instinto. Le embargaba la idea de un goce supremo y no experimentado nunca: el de beber su propia sangre trasegada a1 vas0 de s u hijo. Determinb, pues, cornerselo; pero considerando que siendo tan pequeiio tendria poca sangre y el placer acabaria prqnto, aplazd el festln hasta que la criatura creciera. Y por ahS vino la salvaci6n del txirvulo J la ~ e r d i c i d n Llev6selo consigo a1 infierno, donde empezb 8, tratarle no s610 con todo regalo y comodidad, porque asi correspondfa 8, su brarle gusto ni capricho, para. siempre su no santfsima voluntad, el chico result6 el mismfsimo demonia. Lo cual envanecla el amor propio de Moloch, quien daba espuela en lugar de poner freno B aquellas diab1uraB infantiles. Entretenfa y regocijado en ellas, Moloch dejd pasar 10s aiios Y crecer a1 chico, tanto que, aiin queriendo, no hubiera podido ya beberle la sangre, pues arriesgaba la suya en lucha con las Puerzas, ferocidad y rebeldfa del mancebo, capaz de tenerselas tiesas coa su propio padre. Y decidid conservarlo para cimiente, de la cual se prometfa sucesidn larga y digna de su estirpe.. Las esperanzas no resultaron fallidas. El rapaz iba ganando, muy bien ganada, reputacidn de gran diablo. Sus maldades eran elogiadas en todos 10s cfrculos, y su nombre citado frecuentemente por 10s periddicoe del infierno, escritos dn hojas de piel hun plumas de buitres giganteslcos y tinta sudada por la envidia vanidosa de 10s &ngeles que se rebelaron contra Dios. Sobre todo, admiraba su ingenioso arte para atraer a1 infierno las almas de 10s hombres, y la inventiva y novedad de 10s suplicios con que atormentaba ti 10s ya condenados. Satanas le llamd un dfa su primer cazador, sobrenomhre honorific0 que le quedd por siempre, porque, en efecto, no hacfa expedici6n a1 mundo sin traerse en el pic0 un ciento de presas gordas y de gran valfa, entre ellas muchas de virtuosos y santurrones que pareclan inconquistables. Moloch se embobaba con la inteligencia y fama del chico, viendo cdmo el infierno se hacfa lenguas de su maldad, que es allf lo meritorio y glorioso, asi co,mo la virtud lo es en el cielo. -i Demonio de muchacho! exclamaba con enamoramiento. Yo no lo harfa mejor que 61. ;Si me adivina 10s malos pensamientos, y apenas concibo uno cuando ya se me adelanta 5 ejecutarlo! iSi esos planes irresistibles parecen mios! Moloch decfa la verdad, sin sospechar entonces que lo fuese. Aplaudia indirectamente sus obras, dnica ocasidn en que aplauden 10s demonios, que son padres de la envidia. Su hijo no era mas que un plagiario y ejecutor de sus ideas y trazas. El ex-ministro, que era muy ordenado como antiguo burdcrata, escribfa sus planes en un libro de pellejo de niena. y 10s znardaba en su escritorio construido con dientes de caiman. En ausencias del padre, el hijo abrfa rateramente el escritorio, y apuntando 10s pensamientos leidos en el libro, 10s ponia luego en ejecucidn como si fueran suyos. La gloria resultaba baratfsima Y el oficio c6modo, aunque ten-a una quiebra: la de que se conociese el hurto, la boca en las como era de temer..

(11) .. iQu6 harfa entonces el fiero Moloch con el usurpador? iCu&i superiores del mozo y lo bien que habia cuajado en 61 la mala de lo8 dos amores prevalecerfa? & E l amor paternal, 6 el amor sangre heredada. propio? & E l inter& de la gloria ajena, que no pare= ajena Moloch estaba enamorado de aquella conducta. Otra m&s hucuando r w e en un hijo, 6 el inter& de la fama, tan celosa mana defraudaria sus esperanzas, y acaso le hiciera dudar de SU que & nadie la ceden el artista ni el sabio? verdadera paternidad. iQui6n pereceria, el hijo de la sangre 6 el hijo del cerebro? El destierro le amargaba dnicamente porque desde 61 nQ podia seguir inspirando a1 diablejo. Y prevefa lo que a1 fin aconteci6. i L a criatura de c a m e 6 la criatura de espfritu? Si la cuesti6n es dudosa eztre 10s hombres, iqu6 ser& en el Las recetas del libro se acabaron, y como ya no estaba allf MOloch para renovarlas, el infierno, poblado par topobre plagiario se encondas las pasiones y monstr6 perdido, doblemente truosidades ? perdido, de una parte por Lo8 sucesoIs lo dirdn l a falta de s u espfritu cuando descubran el sesanto, y de otra por la creto. sobra de su reputacibn, que & ~ e c e s6sta sobra y I1 estorba por lo mucho a que obliga. Los primeros M o l o c h descubri6 el meses pudo ir trampeanhurto de sus ideas una do por impulsos de la venoche en que volvi6 8 s u locidad adquirida. Como antro antes de la hora toda gloria decadente, viacostumbrada. El hijo no vi6 algdn tiempo d e su advirti6 la presencia sdcredit0 anterior y de su bita del padre, tan desfirma respetada. cuidado y absorto estaba Aunque no daba pie en la lectura del libro. con bola, opinibn achaM d l o c h , sospechando caba sus la desaciertos & dwde luego lo que ocudescuidos del grande homrria, quiso cerciorarse de bre que se duerme raeIlo, para lo cual tom6 .la tos sobre 10s laureles. forma de moscard6n roPero la opinibn, rueda JO, y de un vuelo fu6 & dentada que en s u giro posarse en la mesa, donsin fin muerde y desgasta ue confirm6 su sospacha lo mas s6lido, s e cans6 viendo que el chico to-...El hijo no advirti6 la presencia stlbita del padre; tan descuidado y pronio de tales COnCeSiOmaba apuntes. No s e enabsorto estaba e n l a lectura del l i b r o . . . nes. y conoci6 que el eran lureci6: antes bien le hidiablo habfa dado dye si zo gracia la rateria, contodo lo que tenfa dentro. No parecia el mismo ni en el hablar sider&ndo$a como muy ingeniosa y muy digna de la naturaleza ni en el proceder. Su admirada astucia se convirti6 en candidez; diab6lica. su previsi6n en atdondramiento; s u crueldad en blandura; su Aparent6 ignorancia y consinti6 que el mgzo siguiera firmando obras ajenas y ganando la gloria de ellas. A m8s de eso, le enva- temible disimulo en indiscreci6n que denotaba claramtdte la mezcla de la sangre diab6lica con la sangre de mujer terrenal. necla saber que su inteligencia y sus m6ritos eran sobradog para Algunos sostenlan que se habfa vuelto loco, expediente muy labrar dos reputaciones enteras: la prapia y la de su hijo. Este usado para disculpar, cuando se les conoce, & 10s que han se aprovechaba cada vez m&s de lo que fu6 a1 principio confianza sido tonto!s tada su vida en secreto. Esta era una salida de la y despu6s intencionado abandono. Empez6 apropiandose tfmidamente algunos pensamientos, con- opini6n, que ni en el iniierno confiesa sus equivocaciones. Muchos creian que Moloch, envidioso de su hijo, le habia dado siderando que el padre 10s tendrfa olvidados por insignificantes, como quien hurta una moneda entre un gran tesoro. Pas6 luego en el crane0 un golpe que lo atont6 para siempre. Esta era otra salida de 10s partidarios incondicionales, que suelen atribuir 10s 5 tomar otros importantes, y como tampoco se advertla la falta, se atrevi6 & mayores, que siempre la impunidad y el provecho errores de 10s reinados entrantes & intrigas v malquerencias de 10s reinados salientes. son cebo para engordar a1 latrocinio. E n suma, que como se puede engafiar momentaneamente & la Con lo cual el muchacho adquirid alto renombre 6 expensas opinidn pero no se engafia a1 tiemp0, el tiempo restableicib las del de Moloch, quien iba resultando un demonio inactivo. cosas e n su nivel justo, y el usurpador ca-76 donde caen las Lejos de dolerle 10s triunfos del hijo, le dolfan 10s fracas06 y glorias sin pedestal: en el olvido. se enojaba contra 10s envidiosos que le censuraban. Verdad es Y as1 acabd la historia del padre y del hijo. La cual historia que en ello iba interesado su amor propio de autor verdadero, ensefia que hasta en el inflerno se siente el amor paternal, y aunque indgnito, de aquellas obras. que tan universal es el imperio de la justicia y tan honda su Asf es que cuando alguno de sus planes fracasaba, 61 lo corregfa con arreglo & la experiencia, y ya perfeacionado, lo dejaba ralz, que hasta en 10s profundos se castiga la ingratitud, que como a1 descuido donde el chico lo pudiera estudiar para ensa- fu6 el p r i m e r necado de 10,s riiahlos r o n t r n nios. EUGENIO SBLLlES yarlo y aplicztrlo de nuevo. iY con que gozo secreto vefa 10s buenos resultados de sus enmiendas! Moloch estudiaba m&s que nunca para afinar sus obras, s610 porque redundaban en honra y pro de su heredero, cuya popularidad lleg6 B eclipsarle. Ya no se llamaba e n el infierno a1 diablejo el hijo de Moloch, sino & Moloich el padre del diablejo. Habia perdido su personalidad, pasando & ser diablo padre. Y segufa tan contento de su tftulo pasivo, & pesar de las murmuraciones clue le acusaban ya de decadencia senil y de agotamiento intelectual. Si alguna vez, mirando por s u prestigio, h a d a una diablura digna de su antigua grandeza, la opini6n pfiblica, que en el infierno anda tan desacertada como en el muntlo, atribuia la hazafia & inspiraciones del hijo. Con mtas y otras cosas perdi6 su credit0 y su autoridad. iQu6 le importaba, si todo habfa pasado a1 s6r de su s6r y sangre de su sangre! Cay6 de la gracia de Satanas, quedando hecho un pobre diablo, de quien la turba infernal se burlaba y refa por chocho y bonachbn. Lleg6 & decirse de 61 la injuria mayor que cabe en labios diab6licos: la d e que, traidor 5 su grey y arrepentido de sus culpas, estaba haciendo ejercicios piadosos y m6ritos de virtud para obtener el perd6n de Dios. Por todo lo cual fu6 desterrado de la corte satanica & uno d e 10s dominios mas inferiores y remotos del reino, con inhabilitaci6n perpstua para tomar formas extrafias 6. su proplia naturaleza. iPudo Moloch rehabilitarse, castigando & la vez a1 oisado usur. pador que mslamente le habfa robado? Pudo hacerlo con descubrir la verdad, mostrando como prueba documental el libro escrito de su garra y letra. Pero no quiso por amor de su hijo, quien quedarla con esa declaraci6n no s610 desacreditado y en ridfculo sino penado severamente por d&rselas de sabio con sabiduria ajena, porque esa rama del latrocinio se castiga m&s que e m l a tierra en el infierno, donde la agudeza es la cualidad principal y necesaria para vivir entre tanto trubdn y desalmado. iPudo el hijo restituir s u fama y su poder a1 padre que por 61 se sacrificaba? Pudo hacerlo confes&ndose por su cuenta. Pero no quiso por egolsmo, que & ser generoso y agradecido no seria. . . .Muchos crelan que Moloch, envidioso de dado en el crane0 un golpe que lo. su hijo, le h atont6 par.

(12) ..

(13) Pdgina 11 Febrers.

(14) A: medida. que BU nombre. romtpta h, ohcuridad, sus padabras adiwlrfslti PWO, relieve, mrdlsute, fuena, ai;canoe & distancta. Lo que di&o iwr &ro no suscitar h protesba, dl&o par 61 levantsba ampalla; J el re~ u g r ode p6Ivora c u n d l , g Sever0 se hella’ba wbre U R fooo de inmnclio. Furiosos la9 atacados, no mparmm en e.rblt.rios para la clefensla. DeSic&ronw &. rebusear en lm antececlen. tea, en %a Camilia y en el ayer de Sever0 Llamas algunas de ems histarietm que, ofreckdas par comiddlla g. la malignidad, la enwnan y solivimtan para que a@ dm gateando wnz encontraron, rorqve pm se encuentra, ailn pasado mi% puro, adn en aufLs honrada familia, a que interpretado y co tado wr d &io resulte famalute. P Bwero, herido en f l ln~ tim, en sus rnk sagrardos afectos y ternuras, en el aima le dol2 jo pasf6n ue animo crey6n dose @in bonm, penaando €em= en cads rwtro y en cada ‘frase cruel alusi6n B su i m w n a r i a vengiienza. A t;sl extremo Ueg6 su cavil6 sbdad, que 110 concklierba el sueso y habfa perdido ent e r m e n t e d apetito y el buen humor. Y a1 convencerse de que eulrk, de que atravesaba un perlotto de abatimiento . . .Sever0 agarraba au lima bienhechora, y pase va, pase viene, y caei de d%smperaci6n, 88 administraba el soberano medkcamento de la inditerancis.. acordbse Sever0 otra vez de la lima del gitano, y sacrindolo del estuohe de terciopel0 en que agraclecido la cdtnservaba, Ea pas6 reiterada y dtariamente t\ fa vez vofadm, 1ent.o y glacial, ef que todo #loearcmne y disipa, el que $%e en A 10s quince dfas eornmz6 LI notar gran mejoria; y mmo en oonsuelo! feociones morales sanar, porn tard6 en vdver B su e5 Y A mafiana siwmte ever0 u plritu de c d m a . rarse a1 e s p j o , y vf8ndw deceldo, emmso, attrcFpellado, suma, ple explicb perfectmnente las mi5teri e h a b k venido par materse a rejena lima, y agarrhdolat tandfamsnte airado, ,la a r endencia viril SUB convieciones, decidi6 w a r tambign la lima *para t m p l a r muella vehemencia de sen@irnientos y a a u d celo ineondderado oor al bim seneral. ._ u U lima, , hizo su ofleio, y Severo fu6 aquiet&ndose,. I. .. 81%. ~.

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(16) -&El. capitan Boyson?. efecto son ellos. parece que forman parte de un grupo que se ve cercano & ellos. L~ dams quien habla saludado el joven Barnee se dirigra a1 encuentro de 10s ingleses, seguida por su hermano. -No imaginaba que iba & tener tan pronto el gusto de verlos nuevamente, dijo alegremente, destinahdo socarronamente una miRogerio. ~ ~ t a b ena la conviwiijn de haber semi-burlezca ordo de& 6 usted que esbba aburridfsimo y que regresarfa New York con el primer tren. Rogerio se felicitd de ver 8 su tfo saludando a1 OfiCial nodeamericano, pues con ello se habfa librado de las desagradables consecuencials que hubiera podido tener la broma de la dama. NO era el fuerte de l a seiiorita Boyson el tacto social, por CiertO. -Tengo la absoluta certidumbre de no haber dicho nada semejante, dijo, ~~~~~i~ mir&ndola con toda ‘‘Sans facon”, nada que s e acerque 8 tal versidn. - i ~ h ! i o h ! protest6 la aama con una gran jnclinacidn de todo el cuerpo. Seliora Phillips, Mr. Barnes. Precisam versabamos de 61 hace dias. LRecuerda usted? 3 n a dama de cierta edad ya, vestida de seda c d 6 , se volvid en direccidn a1 joven Barnes, hizo un saludo inclinBndose levemente, y en seguida dirigid una mirada bastante curiosa a1 ingl6s. -Me dicen que usted y Miss Boyson se encontra con algunas familias que resultaron conocidas de ambog. -Exactamente. Miss. Boyson me ubicd en el centro de un grupo. reunidos en la planta baja del edificio. Es de lo m8s impropio y aiin debiera decirse peligroso, ‘admitir un ndmero tan grande de visitantes de una sola vez. Y por lo que respecta 8 ver la mansidn, 10 creo sencillamente imposible. Lo que pienso hacer e6 bajar a1 plan B l a brevedad posible y dar una vuelta B pie por vfa de Paseo. El capitan goyson se mostrd muy perplejo. El general Hobson era un personaje de importancia; Washington le habfa dimensado tedaxlase de deferencias y 61 sentla una especie de msponsabilidad moral d(e huesped para con ’ tan distinguido visitante. favor de esperar un y yo tratar6 de -HBgame sulvsanar esta dificultad de alguna manera* mantuvo con cierta dificultad en un Desapare dose de la presidn de un verdadero as, que en mapa se precipitaban B las abiertas as, mirahan B traves de 10s enrejados que perimpidiendo la entrada, charlaban y segufan avanzand? El general, apoyado contra la muralla, inviva de l a paciencia rabiosa. Cecilia Boyson, descuido, una cdmica mirada, lo eorprendid erdid la oportunidad para aecirle 6 Rogerio, a en ofdo:. -. verdadero odio por todo lo que es America. encia de un Ocean0 Atlantic0. queta. -Yo no estaba del todo 5 mi gusto, y no hice un papel muy byillante, dijo la niiia con una voz chillona. Daphne, quiero Presentarle & Mr. Barnes. Mr. Barnes, Miss Floyd. Mr. Barnes, Mrs. Verrier. Dos damas cercanas B Mrs. Phillips saludaron con sendas in-. da de ello, no insisto te indtil. LMe parece ma Miss Floyd? LMe. & ocuparse de Daphne dar cima B su empresa.. riendose paso <on 10s puiios y codos & Phillips. Pero pudo imponewe que todo el grupo presentaba un. loma se reconocfan muy distintamente por su carruaje y sue trajes, especialmente por sue trajes, como pertenecienks 6 e m “siiitica” clase de la capital, cuyas afinidades con las jdvenes crudo, SUS CinturOneS de CuerO Y SUS SenCillaS faldas COrkW3, no eran muchas. ES verdad que Miss Floyd Vestfa con suma SemiIlez. Un traje blanco d e muselina “ 5 la Romney”, con una rosa en la cintura, Y un sombrero Romney blanc0 Y negro que proyectaba una gran sombra a1 boqito rostro que medio ocultaba, nada m.5~sencillo, pero no obetante w d f a fhcilmente adivinarse en esa simplicidad m i s n a el arte parisi6n mas d6Ctico del mejor gusto. SU compaEera9 Mrs. Verrier, vestia un traje que en las revistas de mod= llamarlase u n a “creaci6n en malva”. P Rogerio sabfa Perfectamente bien 10 que significaba en doll.rrs una “creacidn” semejante & la que ella llevaba. Era un tipo muy Peculiar el de esta dama. Alta, delgada hasta lo inconcebible, color aceitunado, 0 s obscures, era una verdaderamente criginal; Y el W e n Barnes observd que nzientras Miss Floyd hablaba y hablaba, Mrs. Verrier contestaba poco y sonrefa menos. Se movIa con paso 1&nguido y’ miraba distrafdamente B su derredor. Rogerio no pudo darse cuenta exacta si se trataba de una inglesa 6 amerioana. En la casa 6 monument0 mismo el tumulto era imposible de dominar. El general sintid recrudecer BU ira cuando fu6 prevenido en forma muY tortes, Por uno de 10s guardas, q u e debfa tomar colocacidn en la largufsima fila de 10s vitsitantes para entrar cuando le llegara el turno, y en conmuencia debfa retirarse de la puert a principal para tomar el lugar qule le carrespondfa cuanto antes. n o me creo obligado B felicitarlo por el sis-Francaniente, tema de que usttedes se valeh para el mancjo de estoe asuntos, dijo severamente a1 cap%t&nBoyson, una vel; que empujados de aquf para all&, oprimidos y sin aliento se encontraron todos. e610 tuviera B bien esperar hasta las una vez que todos 10s twistas del dfa ge Bubieran retirad,o. -Ent@nces, dijo Miss Floyd, sonriendo a1 general, propongo la idea de ir crlticamente ble B esperar la hora d8enuestro turno. . El cefio &el kenera1 se suavil;& Tanto la voz corn0 la sonrisa eran igualmente atrayentes. @u dueiia no era precisamente bella, per0 tenfa UnOS ojos muy obscures y muy rasgados y un pequefio . y radiante rostro, engastado en una profusidn d e sedoso cabello. Su garganta era t a n delgada, que el general no recordaba haber vista en vida alga m&s p;equefio 9 las redondeadw formas apenas esbozadas de s u cuerpo hablaban en favor de gju fuventud y del delicado comienzo de su cornpleto desarrollo. La siguid obedientemente, y pronto estuvieron todos en el jardfn nuevamente, y a muchedumbre. Miss Floyd uiaba la marcha 8 tr sto, en compaiifa del general. -iAh! &ora ver& usted cdmo el general empezarB 8 querernas, dijo Miss Boyson. Daphne ha iniciado la campaiia y ya est& en su poder. Su tono era un tanto burlgn. Barnes exami’nd las dos figuras frente 61 y observd que Miss Floyd tenfa un aspeeto muy chic, mhy extranjero. -iNo es ingle& dice usted? ni americano? Pero, si eso es muy co r a espaiiola sud-americana de Buenos Ai morena y tan simpBtica. traje m&i bofiitn, dijo Barnes siguiendo c silueta. Es tan sencillo. Su- codpsfiera ri6 nubvamente. Habfa algo en esta risa que.

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(18) 5. las cosas que le habld de New York Y Washington lo intrigaron sobremanera. E l convenia en que ella era una intelectual; per0 las mujeres intelectuales e n America no hablaban en forma anhloga. E l e r a igual B ellas, 6 por lo menos asi lo creia y lo consideraban 10s demas; pero Miss Boyson se adelantaba B 61 en mucho. Y a se estaba sintiendo molesto y empezaba a disentir en opinidn con ella cuando Miss Floyd le dirigid una pregunta: -Tengo la seguridad de haberlo visto B usted en New York, en el teatro.. . iMe he engafiado? Ella se inclino un poco hacia el a1 hablar y bajd la voz. SU mirada era alegre, tal vez algo satirica. Lo hizo ponerse eu guardia. -No. Yo estaba alli efectivamente. Alguien me sefiald a usted. -Usted estaba conversando con algunos antiguos amigos mios. LSupongo que ellos le hicieron una biografia mia? -hstaban comenzando; per0 la Melba empezo B cantar y algunos abominables individuos que ocupaban el palco vecino deJaron oLr sus Hush! Hush! y hubo que callarse. Ella lo examind curiosamente durante unos segundos, apoj auuo la barba en la mano, y dijo en seguida: -hsto es lo peor ae la opera; interrumpe tantas conversacioues ae interes. -il\o ie gusta 8 usted la musica? -ioh: boy musica, ,espondid vivamente. La enseio. Pero soy con0 el k e y loco de Bavaria: quiero un teatro en que puuiera representarse una Bpera completa, per0 con una sola auaitora. bsa seria yo. -i UsLeu ensena musica! dijo el desconcertado. hila asintio sonrieuao. En ese momento tan6 una ’carnyana. hi Layitan boyson sse ievanto. -fi?rb~a es la seual para la clausura. Es hora de empezar a aproximarnos. be pusAeron en movimiento cqminando lentamente hacia la mansiuu, t,ontemplanao la corrieute de excui sionistas q u e salia ael seuiuxo y transponia 10s Jarcilnes para iniciar el caracoleado uesoenso uel cerro; ruido de voces y risas lleno e! aire, y el sol ael oeste beso 10s sombreros y trajes primaverales. -LOS alas iestivos terminan manana, aijo Daphne k’loyd gazmohamente, mientras avanzaba a1 laao del jovun Barnes. Y mird sonriendo a la mucnedumbre de jovenes profesores, como invocando su soliaaridad para con ellas. -Una profesora. i Una profesora de mfisica?-con esa “SanS fapon”-ese aire de quien no auda que el mundo le pertenece‘? El joven estaba completamente desorientado. Pero record6 que estaba en un pais democratic0 donde todos 10s hombres-y especialmente todas las mujeres-son igbales. N o quiero decir qhe las JBvenes profesoras q u e veia ahora emSarcBndose en el vapor fueran semejantes de Miss Floyd. No, s610 pensar esto era absurdo. La nocidn que en verdad se desprendia de este rompecaoezas imaginativo e r a que en toao cas0 Miss Floyd en Norte America era igual B cualquiera otra mujer. -iQu6 encantadora es su amiga! decia en ese momento B Cecilia Boyson, cuando se inclinaron sobre la balaustrada, en espera del Encargado de la Mansidn. Me dijo ella que era profesora de mdsica. Cecilia Boyson lo mird con estupor y se hizo repetir la coSa. Apenas terminaba el de dar cumplimiento B esta exigencia pe Miss Boyson, su tio la llamd y hubo de pedir su venia para retirarse. Miss Boyson se apoyd contra uno de 10s pilares del balcdn, extremeciendose a impulsoa de la mBs violenta y reprimida d6 las carcajadas. Pero e n ese momento aparecid el Encargado, un caballero alto, de cabello canoso, quien estrechando efusivamente la mano del general y saludando con una grave inclinaci6n B las damas, se pus0 B sus drdenes. Les did una pequefia conferencia respecto B la Mansion y su historia y 10s invitd B recorrer 10s distintos departamentos del histdrico monumento. CAPITULO I1. . -. Una repentina quietud se extendid por sobre 1% verdes colinELS del Mount Vernon. Apagado por la distancia llegaba el ruido. apenas perceptible de abajo. E r a el vapor que se ponia en marcha, rumbo B Washington. Pero 10s prados, y 10s numerosos senderos que conducian B la Nansidn, y el jardin 8 que’ estaba adosada, y las sencillas piezas que componlan ambos pisos del edificio; todo habia sido entregado nuevamente B la soberania de la primavera, del silencio, disputada ahora tan s610 por este dltimo pequefio grupo de excursionistas que se disponla $ visitar el monumento histdrico, objeto de su viaje. Despues de su conferencia preliminar, el administrador 10s guid hacia adentro; fUerOn quitadas las barandillas que, colocadas delante d e las. puertas, impedian la entrada B las piezas; empezaron B circular libremente de una B otra sala sin sujecidn B plan ni limitacidn alguna. No obstante, entre las seis personas que segufan a1 administrador habia sdlo dos para quienes el famoso sitio significara algo m$s que un medio de pasar lo mBs agradablemente posible una calurosa tarde de primavera. E l general Hobson llevaba su blanca cabeza, orgullosamente. muy en alto; caminaba en silencio aventurando apenas una que otra palabra de tiempo en tiempo. Era’la casa de un hombre que habia arrancado la mitad de un continente B Grail Bretafia; el Tory ’(Realiata) BritBnico no lo olvidaba y no se &entia, en consecuencia, con la menor inclinacibn de doblar la rodilla ante el usurpador. Por otra parte, era la ca8a de un soldado y de un gentleman, encarnacidn muy real de las antiguas tradiciones, gustos y costumbres brithnicas. Hubiera sido fmproba tarea buscar alli algo que representel modern0 amaneramiento y aborrecible estilo norte-americano. nada de la eutileza yanqui. La m&s correcta sencillez y modesta fortuna (testigos loa libros de la biblioteca) s e esteriorizaba en todo; per0 esto combinado si con el visible chic de una esmerada cultura, A s i d s m o ese carruaje de familia, ese desembarcadero propio y esa capilla para el servicio religioso de 10s Domingos le producian una sensacidn de una perfecta confianza en su espiritu de britBnico “ B outrance”. Per0 i y esos esclavos alii en aquel cuadro del pasado de Mount Vernon? iqu6 significaban? a 1 no entendla nada de eso que le e r a absolutamente extrafio. Estuvieron largo rat0 en la pieza en que muri6 el gran ciudadano, sobre ese lecho muy albo y muy bajo frente a1 balcdn que dominaba la vista del majestuoso rlo. -Esta es. sefioras, la pieza en .que murid el general Washington, dijo el administrador, repitiendo con toda paciencia la frase familiar. Es, por supuesto, debido B esta circunstanch, sagrada B todo americano de corazbn. Salud6 inclinando instintivamente su cabeza a1 decir estas palabras. E l general mirb B su derredor en silencio. Su mirada se detuvo en el viejo corazdn y e n la plancha de hierro que habla detrBs de 61 y que tenia esculpidas las letras G. W. y unos dibujos de ornamentacibn. Surgid ante su imaginaci6n algo as1 como una reconstitucidn de la escena de aquella tarde de Diciembre en que Washington’ parti6 para siempre; las llamas chisporreteando en la chimenea; el viento soplando afuera y fustigando el pahalie cubierto de nieve de las faldas y colinas circundantes; el moribund0 en ese albo lecho, y en torno de 61, flotando invisiblemente, las generaciones del futuro, materializando la visibn del venerstdo republican0 en ese gran momentg Fu6 aquello un rel&mpago. Nd, el pensamiento I inmaculadamente patri6tico del g e q r a l no se mancharia con un impuro sentimiento de piedad, y. a1 efecto, se apresurd en hacerse la reflexion que ningdn ingles estaba autorizado para pensar en Washington sino para mnsiderarlo como el m L vi1 traidor & su rey y 6 su pais; pero si, aceptd en principio la perfecta razdn que asistio B 10s norteamericanos Para ver y admirar en 61 B un gran hombre. En obsequio 6 tan distinguidos y privilegiados visitantes se abrid la ventana de estilo franc& que enfrentaba la cama, invitandoseles B asomarse a1 balc6n. El joven Barnes hizo de caballero de Daphne, conduci6ndola galantemente a1 balc6n. Alii se inclinaron amboe sobre la blanca balaustrada para gozar de la belleza de esa calda de tarde que en esos m o m e n t a ostentaba su mBs artistic0 ropaje de efectos de luz y sombras. Sobre el anchuroso rio veiase una maravillcsa claridad casi crepuscular; 10s reflejos azul y or0 de su superficie centelleaban filtrandose ti traves de las ramia Y hojas de 10s Brboles, que cefiian la mansidn B modo de un magic0 cintur6n que ostentara todos 10s m a delicados matices de verde; las vistosas flores del cerezo silvestre, magnolio y zumaque que en alegre profusibn aparecian acB y all&, contrastando Singularmente con el tierno verde del fondo. contribulan B dar mayor realce a1 encanto del paisaje primaveral que brindaba la naturaleza B 10s maravillados huespedes de Mount Vernon. Rogerio Barnes manifestd, oon sinceridad, que realmente era ese un sitio encantador y que habria sido una verdadera desgracia perder tan bella oportunidad para gozar de w t e maravilloso espectaculo, y en consecuencia 61 se felicitaba por su suerte. Miss Floyd contest6 distraidamente cualquier cosa, estando en verdad muy ocupada e n estudiar B su interlwutor. Era, por deque ella lo miraba con cierta detendo alli, junto 6 61, 10s dos solos en el balcdn, se repentinamente de la misma impresidn que haw inauencia dulcificadora en la amonestacidn del. ..... (Continuarh).

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(20) '.. El primer requisito del buen gusto en todo mueble es su,adaptabilidad a1 us0 indi-. ue mientras m8s sencillo, m&s derecho, menos complicado, e s un catre, mas sano,. as lineas g e n e r a de este c a t r e son. E n es can l a. cillez. No Qh el corte col ritiles p a r a la conservaci6n de polvo y huinedad. E s t o s relieves son por r e g l a general indicio de t r a b a j o de pacotilla 6 de efecto.. H e a q u i u n c a t r e de bronce c u y a simplicid a d y elegancia merecen 10s m&s a l t o s elojios. Acaso sus harrotes c u a d r a n g u l a -. Nada de peor g u s t o que estos dibujos indtiles y ridicdlos e n un c a t r e d e bronce. Comparado con s u vecino y hermano e n m a t e a1 lado d e un Se siente u n a. quiere poco cuidado de p a r t e de 10s cluehos d e casa. -.

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(22) Febrern pa*-= .3 910. FAMILIA. I. Todas creiamos que 10s sombreros serfan mas chicos este invierno y h todas nos agradaba esta idea; pero nos hemos equivocado, pues h excepci6n de las tocas, que es el sombrero mas usado, 10s demBs son enormes, sobre todo 10s de ceremonia que se les adorna con mnchas plumas, aves del paraiso, cintas y galones de or0 y adornos de pie-. .. dra~. Los sombreros negros siguen siendo siempre muy de moda, sobre todo. cuando se usa un vestido de color resaltante, tal como azul de rey, amatista, caoba; se les lleva invariablemente agreghndoseles, si se quiere, un tinte de or0 6 de plata en forma de escarapela para avivar la nota general, pero un color resaltante, jamas! Sin embargo. tenemos lo opuesto A esto en 10s que llamaremos "turbantes". en 10s que se usan colores fuertes y vistosos en 10s adornos, como ser una cocarda de terciopelo azul, 6 una aigrette color kaki. Esta clase de sombreros se usan muy grandes y metidos hasta las orejas. Se hacen, generalmente, de terciopelo moire 6 Aeltro. Los turbantes drapeados y 10s de piel son 10s mas favorecidos. El adorno de 10s sombreros es ahora sumamente sencillo y s610 Be pone 6 una cocarda grande 6 plumas 6 aigrettes 6 un gran prendedor de piedras: generalmente no se mezclan estos adornos. Uno de 10s adornos que ha tenido m&s'aceptacidn e8 el de ias plumas colocadas como en juego de agua, es decir, que hay que ponerlas paradas y dejqrlas caer 'solas. A k u nas mujeres aceptan e17sombrero 6 el turbante de tamafio moderado clue es mas sentador y muchfsimo mhs practice y. por consiguiente. mas "seflora" La importancia que el sombrero le d& g, la toilette es inmensa Y una sefiora no debe nunca POnerse el sombrero que la modista le aconmja sin0 el que ella comprende que le queda bien y le sienta, Pues nadie sabe como una misma l o que le conviene y si se adopta un eSti10 de sombrero, conservarlo siempre adopo m&s 6 menos h la moda Per05 vando su elegancia propia. En cuanto 6. las hormas se leS fabrica de gros bengalina, moire terciopelo y de todo lo que la fantasfa de la persona pueda inven-. .. tar.. El sombrero que. os. voy. &. ensefiar. h hacer e8 el que veis en esta phgi-. na. Es de terciopelo negro, adornado con una tira de piel de nutria, con su cabeza y un pomp6n de coronel blanco, tieso. He aqul el material que se necesita para confeccionar este sombpero. .Dos y media varas de terciopelo a1 sesgo, tira de piel de una vara de la una cabeza de piel de nutria, una aigztte-tiesa .bl&ma,'una pieza de. alambre, una8 tijeras para cortar el ma manera. Corte un pedazo de alambre y dna vara de lin6n para alambre de 38 centfmetros de largo, cubrir la forma. junte las puntas para formar un Se hace la forma primero, princi- cfrculo que mida 34 centfmetros piando por el alambre de la cabeza, amarrando muy bien las puntas. es decir, el principal, que se hace Esta es la base de la copa de cortando un pedazo de veinte y dos alambre. Con pinzas doble 10s otros centfmetros de largo. Se forma un cuatro alambres & esta copa, tecfrculo de 18 centfmetros de ruedo y niendo cuidado d e que guarden disse amarra con un alambre m&s del- tancias iguales. Corte otro pedazo gado. Se cortan cuatro pedazos de de 36 centfrnetros de largo, am&alambre cada uno de veinte centf- rrelo hasta conseguir que dB 32 cenmetros de largo, como se ve en tfmetros, amarrando las puntas doA B C D . bladas con alambre. Amarre eSte A es el alambre que va a1 centro; alapbre & la punta de este alambre debe tener tres y tres amarre bien a1 centro 3 % cuartas de centfmetros para el n alambre de acero alreala, se dobla y se mide 1% centflados de la copa y ponmetros para el alto rle la copa; mf- ga otro de estos alambres de acero dase seis centfmetros alrededor de en la parte de arriba. En seguida, la copa; mfdase 1% de arriba B cuhra este esquelto con mucho cuiabajo de l a copa y 4% para el ala dado con lindn; ahora coloque la de atr&s del sombrero, Dele forma copa m8s ancha sobre la pequefia hacia abajo ti toda el ala desde la y peguela a1 ala. base de l a copa. Tome sus dos varas y media de B Es el alambre del lado izquierdo terciopelo y corte tres tiras de 9 % del frente. Mida en este alambre centfmetros de ancho, jdntelas las 4 % centfmetros para el ala, doble tres. Mida desde la punta 3% cenY mida 1% para el a l t o de la copa. tfmetros y cosa la lienza. A1 coser mida 6 centfmetros alrededor de la el terciopelo \tenga cuidado de I r copa, mida 1%centlmetros desde la recogiendo la tela en el corddn a1 copa hacia abajo y mida 41,4 centf- mismo tiempo. Una vez cosida emmetros para el ala de atr&s. pareje bien el recogido. Cosa el lienza) alrededor del C Es 61 del lado derecho del frenla orilla, poniendo el t e . Este alambre mide 4 % centfmetros para el ala, dopie y mida 1 % gosto del terciopelo 80Para elalto de la copa; 6 centfme- bre la orilla de arriba y el lado tros alrededor de la copa; 1% centf- *ancho sobre la orilla de abajo. Remetros hacia abajo de , C erciopelo en la orilla de mida 4 % centfmetros par a ia adeqtro y forme tablas atr&s. pequeiias. Prenda primero las taD Mida 5 % centlmetros para el blas con alAIeres hasta dejarlas bien ancho del ala, doble y mida 1% iguales, una vez bien segura de su Para el alto de l a copa: 6 centfme- simetrfa cbsalas; haga lo mismo en centfmetros alrededor de la cop&: la parte de arriba del ala y cdsalas mida 1% centfmetros desde arriba en la base de la copa. Tome el terciopelo que le ha quede la copa hacia abajo y mida & a derecha 1% centfmetros para el ala. dado y drapeelo en pliegues alredeAmarre bien estos cuatro alam- d o r de 10s lados y de la parte de bres a1 alambre principal- La ma- arrfba de la copa, dele una que otra nera de amarrarlos es doblar lafi puntada para mantener 10s pliegues puntas y colocarlas en el alambre en su lugar; el sombrero est8 ya 11s; Prinicipal cada una ti la misma dfs- to para ser adornado. Empiece a1 tancia. Amarrar el centro de la lado izquierdo sobre el alambre (B) copa con alambre h prop6Sito para y cosa una de la8 puntas de la piel que no se mueva. Corte ahora un y hace girar la otra alrededor hasta pedazo de alambre de 5 2 centfmetros encontrar la primera punta. DB tamde largo y junte las puntas y for- bien sus puntadas invisibles B la me un Cfrculo que tenga 46 centf- piel para mantenerla en orden y cometros; amarre bien las puntas con loque su aigrette en el mismo sitfo alambre. Este es el borde y debe en que se juntan las dos puntas de unirse a1 alambre A B C D, usando la piel en el alambre (B)y concluya las pinaas para doblar el alambre colocando ahf mismo la cabeza de sobre el alambre..ge , l a orilla para nutria. mantenerla en su sitio. Este- alambre es el que le da l a forma a1 es- sombrerp se le queleto. Tenga cuid??o de tener el alambre bel ala & una distancia igualmente aparte de la de la orilla. se le pone una rosa bajo la aigrette. Coloque tres hileras de alambres Para ponerle el forro a1 sombrero, transversales en el ala para mante- cdsale un pedazo de seda en la parte de arriba del ala nerla Arme. Este marco se hace con una copa hace con proligid ancha separada que mide 1 0 centf- que las puntadas metros B lo ancho. Corte tres alam- Corte otro pedazo d ar la parte alta bres m.&s del mismo largo del pricentfmetros de 1 mer alambre y d6blelos de la mis-. timetros de ancho. Pegue un lado y otro le pasa una gareta con una cinta de guagua; tire su gareta y amhrrela con una rosa y su sombrero est& conclufdo. Tambien se puede hacer este sombrero del color que se desee y del material que se quiera 6 lo copa de un color y el ala de otro. Esto queda a1 gusto de la persona. a1. COSTURERA. La copa. 1:squeleto. El. y. alas. esqueleto cubierto con lin6n. Recogido para el ala. La forme cubierta de terciopelo. drapeado.

(23) La Niiia- que fabrica ella misma sus Vestidos r. nuetTo afio todas hacemos buenas resoluciones, y una, que e algunas nifias han hecho, es la de levantarse muy arreir 8 almorzar con un vestido de casa sencillo y bien entalugar de usar esas chaquetas sueltas que dan un aspecto eglo. Nifias queridas,. si ustedes supieran la gran equivocahacen a1 usar esas chaquetas desgrefiadas, no se las pon&s. Muchas de ustedes SB que dicen: “Como siempre esuradas por la mafiana, es lo primero y lo m8s f&cil que enmos para ponernos, cuando estamos apuradas 8 la hora del 0”. Si, bien SB que lo estais-yo tambien lo estoy-pero ah1 n vestido de una pieza que os podreis poner tan ligero como queta. Una niiia,que se hace ella misma sus trajes lo enconbonito que me pidid que lo diera como modelo a las lectoras milia” para que todas tomaran la buena costumbre d e estar re muy arregladas y limpias. almente, Maria, este es el nombre de mi amiga, es muy inteSabiendo que iban & tener alojasu casa, quiso aparecer muy bien y con aspecto de buena duefia e! f es que pensando y pensando re acerse su vestido de percala azul ares blancos, de lo que result6 este ha tenido tanto Bxito. Cam0 dice: “es la sencilez misma pay es bonito y elegante 8 la ia declara que las mangas deben tas, y creb que todas las ljuenas de casa ser&n del mismo parecer, niegan - 8 abandonar las mangas an convenientes y tan elegantes pal persona que se ocupa de su casa. Maria por experiencia sabe esto, le. --. afianas, haga esas manrriba del pufio, pues e l , & p6ngale un puiio abopermita desaboton&rselo algo que hacer. s alforzas que t@ne a1 frente y es una h&bil combinacibn, manera permiten a1 g6nero ado 8 otro de la espalda sin hombro; per0 v i no se quieesto,. se puede hacer este canesd d es que Marfa, a1 cortar este rvi6 de muchos modelos: uno. ’. son pespuntadas hasta abajo, es arlas vuelta p1 aplancharlas; ,generalmente esta es la parte stos trajes y e s en lo que tenemos que pensar a1 hacerlos. iuefia musstra que acompafia esta DBgina demuestra claraI. tra $81;& por el l a s s w n t es vai1 C(,lo-. 01‘ 0 .. en 10s E,Uf es bonit B 5.. t:ollro,. ’. I!. I PQhCbO ?(. eres d. ser tan dtiles, quiero comunicarlas. Ella me decia: “Cocinar es tal vez el trabajo m&s f&cil de una casa: el p la cocinera”. Es muy cierto lo que dice, porque en varias partes el mari & casa para almorzar, ya por no p e r m i t h e l o s jos, as€ es que lo mas pesado de cocinar resul &midas que se prestan 8 lo que tanto nos ner 10s guisos “preparados con anticipacibn”. iCu8l es la comida que en 10s veinte minutos no d6 humo, 6 vapor 6 olores fuertes, bastantes para ensuriar el traje de la cocinera? P a que esto es inevitable, el traje lo debe ser. “Debeis vestiros para esta clase de trabajo con un t r a j e apropiado, .tal como os vestis para jugar tennis 6 para un convite. Per0 el traje que usareis debe ser bonito y agradable & la vista de vuestro esposo. A un hombre le gusta m&s ver 6 su mujer en la casa con un vestido sentador y fresco que’con uno muy compuesto. Sus vestidos de calle deben estar siempre 8 la dltima moda, per0 si la moda decreta gran cola y mangas muy largas para 10s vestidos de tarde, hay que hacer alguna alteraci6n, pues no seria propio arrastrar en la cocina, a6n estando protegido por un gran delantal, un vestido muy largo y con 10s hltimos requisitos de la moda. En cas0 de e s w r a r 8 un amigo, se comprende que 10s quehaceres de la cocina no den tiempo para vestirse, per0 de otro modo resultaria ridfculo. iQuB hacer entonceg? Bien, pues, aquf teneis una buena respuesta. El vestido inventado por Maria, y cuyo figurfn acompaiiamos, es el m8s apropiado para sefioras que tienen que i r 8 la cocina. E s tan f8cil para meterselo y al mismo tiempo tan gracioso y simp8tico. Un cuellecito bordado 6 un encaje se le puede poner,al rededor del cuello; en la9 mangas cortas tambien. sus puiiitos muy limpios. Este vestido, en hilo rosado, celeste 6 blanco, es lo m8s apropiado &xa ir 6 comer y a1 mismo tiempo mu veniente,para ir 8 la cocina, Y se d a n d a r todas las semanas, a1 lavado Para pai-ecer siempre fresca y bonita a 10s O S O ~ de su esposo. No creals que yo deseo veros usar el mismo vestido mafiana y noche. No 10 creais. Tal vez el estilo general sea parecido, per0 el mqterial debe ser comple tamente distinto, y esto dar& por resultado varios vestidos &e apariFncias diferentes. Por ejeznplo, una percala -con falda pospuntada, un cuello sencillo y una cinta por corbata, parecera muy de hechura sastre, sobre todo si - l o usa un almidonado. Como traje m&s compuegto se usa seda orfandy 6 foulard,.con su canes6 y puiios bordados b en punto, y.con ua vuelo de encajes en forma de choriera lo haran elegantisimo para llevarlo de noche. Vosotras podeis teher tantas cosas con qu6 mejorarlo, como ser, una cinta, una rosita, que se abotone todo e n la espalda; de lo contrario a, pues todo caeria dentro de todas las sotras direis, sin duea: ‘-‘)ya sabemos l o casa .que hay que cambiarlos para ir 6 la esqui~ , la parte na y s61b sirven para. traer m8s gastos”. N6, p ~ e porque m&s imcqrtante de vuestra vida es la que yiv¶s. dentro, de vuestra eca83. Por est% r a z h , comprend cuando estais, en h v rais esfar lo mejor poslble. Cu& ejofr os veis con vuestro vestido lavable due con una chaqueta desordenada y viejo. En lugar de ser un gasto, encontrareis una g estos vestidos lavables cuestan poca cosa y no ec tra@buenas faldas de pafio. En cuanto camb 8 la e s q u h a 6 6 ver g, una Bmiga vecina,-sdla durante el riguroso invierno; ponihdoos uno -mods largos y gruesos os cubrirhn por completo el t r ejb que penseis en esto.(amigas lector=,.

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