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L A ANT R OP OL OGI A E S T R U CT U R AL D E L É VI -S T R AU S S
P ablo Caz au
E l anális is es t r uct ur al de Claude L évi-S t r aus s pr opone el concept o de es t r uct ur a como r ecur s o par a poder explicar f enómenos cult ur ales t an apar ent ement e dis ímiles como las r elaciones de par ent es co y los mit os . D es cr ibir emos a cont inuación en qué cons is t e es t e t ipo de anális is , y cómo es aplicado a los par adigmát icos ej emplos : el s is t emas de par ent es co del avunculado y el mit o de E dipo.
a) D os enf oques en ant r opología
Los diver s os pueblos que habitan la tier r a, atr as ados o evolucionados , van cambiando a lo lar go del tiempo, y es tos cambios deben s er des cr iptos , explicados y has ta anticipados s i es que uno es tá decidido a inves tigar científicamente en antr opología. A par tir de aquí, los antr opólogos podr án elegir entr e dos enfoques dis tintos :
1) Un enfoque his tór ico, diacr ónico o eminentemente des cr iptivo, que va mos tr ando los difer entes cambios pr oducidos a tr avés del tiempo par a des pués , compar ando dis tintas épocas y dis tintos pueblos entr e s í, poder es tablecer gener alizaciones del tipo " los cambios tienen tales o cuales car acter ís ticas " , o " los cambios tienden hacia una cier ta r egular idad" , etc. S in embar go, es te enfoque no es el que pr imor dialmente elegir á Lévi-S tr aus s (n.1908) pues par a él no es la compar ación lo que funda la gener alización s ino al r evés , lo cual nos lleva entonces al s egundo enfoque.
2) Un enfoque es tr uctur al, s incr ónico y ahis tór ico, que es tá más dir ectamente empar entado con el anális is s is témico. Es te planteo s e pr opone comenzar por el es tudio de una es tr uctur a, ins tancia univer s al e invar iable en el tiempo, cuyas es peciales leyes de funcionamiento per mitir án explicar y has ta pr edecir las tr ans for maciones oper adas en los pueblos a tr avés del tiempo. Es entonces a par tir de la idea de es tr uctur a que podemos r econs tr uír la his tor ia deductivamente (ya que explicar un hecho en par ticular a par tir de leyes gener ales es deducir ), y es también gr acias a dicha noción que podemos llegar a deducir r elaciones s ociales des conocidas en tal o cual cultur a a par tir de las r elaciones conocidas , por r ecompos ición es tr uctur al del todo. Y as í, el r azonamiento típico que podr ía hacer un antr opólogo como Lévi-S tr aus s s er ía apr oximadamente el s iguiente: " obs er vo que en es ta cultur a s e pr oduj o un cambio en las r elaciones s ociales . Es te cambio obedece a que s e modificar on cier tas r elaciones es tr uctur ales , modificaciones que no s e deben al azar s ino que es tán dir igidas por cier tas leyes pr opias de la es tr uctur a. Por tanto, conociendo es tas leyes puedo explicar las r elaciones s ociales obs er vadas y pr edecir los cambios que en el futur o oper ar án en ellas " . Es te s egundo enfoque no s olamente compar a dos momentos tempor ales en la mis ma cultur a, s ino también dos cultur as difer entes en el mis mo ins tante de tiempo. En cualquier a de ambos cas os , los dos momentos o las dos cultur as s er án j uzgadas por el es tr uctur alis ta como dos es tados dis tintos de la mis ma es tr uctur a. O s ea, es la gener alización (es tr uctur a) lo que funda la compar ación.
b) L a idea de es t r uct ur a en L évi-S t r aus s
En s í mís ma, una es tr uctur a no es algo obs er vable como una empanada o un lápiz. No es algo que podamos apr eciar con los s entidos : lo único as equible dir ectamente s on las r elaciones s ociales concr etas , como por ej emplo qué r elaciones hay entr e los miembr os de una tr ibu (es te es mi papá, aquel mi tío, yo s oy el hij o, etc) a par tir de s us manifes taciones ver bales , de s us r opas , de s us ador nos , etc. Lévi-S tr aus s , conciente de es to, neces itó cr ear un medio par a expr es ar es a es tr uctur a que él pens ó, una for ma de poner la de manifies to, por ej emplo par a dar la a conocer a otr os antr opólogos . Es e medio de expr es ión lo llamó 'modelo', de maner a que, en s uma, " las r elaciones s ociales s on la mater ia pr ima empleada par a la cons tr ucción de los modelos que pondr án de manifies to la es tr uctur a s ocial mis ma" (1). Las r elaciones s ociales s e ven, las es tr uctur as s e piens an, y los modelos s e exponen.
Per o, ¿qué es una es tr uctur a par a el antr opólogo fr ancés ? Lévi-S tr aus s pr opone que las es tr uctur as en gener al (s ean o no utilizadas en el dominio antr opológico) queden definidas a par tir de cuatr o car acter ís ticas bás icas , las cuales deber án apar ecer también en los modelos s i es que es tos pr etenden r epr es entar r ealmente una es tr uctur a:
2) Las tr ans for maciones que s ufr en es as r elaciones es tr uctur ales por var iación de algunos de s us elementos es tán s uj etas a leyes definidas , r azón por la cual podr emos decir que:
3) Las car acter ís ticas antedichas per miten pr edecir de qué maner a r eaccionar á el modelo en cas o de que uno de s us elementos s e modifique. Es to implica no s ólo la pos ibilidad de pr ever des ar r ollos ulter ior es a par tir de los datos actuales , s ino también la pos ibilidad de r es tituír el conj unto a par tir de un fr agmento.
4) Por fin, el modelo deber á s er cons tr uído de tal maner a que s u funcionamiento pueda dar cuenta de todos los hechos obs er vados .
c) Anális is es t r uct ur al aplicado al avunculado
Podr emos ver en acción es tas cuatr o car acter ís ticas de la es tr uctur a cons ider ando el típico ej emplo del avunculado, que es una de las es tr uctur as de par entes co que es tudia la antr opología.
S abemos que en toda es tr uctur a exis ten elementos , y además cier tas r elaciones entr e ellos . En la es tr uctur a de par entes co los elementos pr imar ios s on el padr e, la madr e y el hij o, e inclus o en otr as cultur as también inter viene el her mano de la madr e (tío mater no). En es te último cas o hablamos de un tipo es pecial de es tr uctur a de par entes co, la es tr uctur a avuncular , típica de cier tos pueblos de As ia y Oceanía, y que nos s er vir á par a compr ender el enfoque es tr uctur alis ta de Lévi-S tr aus s .
Ahor a bien, s ea que s e tr ate de es tr uctur as de par entes co occidentales y cr is tianas o de es tr uctur as avuncular es , en toda es tr uctur a de es te tipo podemos encontr ar tr es tipos de r elaciones entr e los elementos indicados : 1) r elaciones de alianza (entr e es pos o y es pos a), 2) r elaciones de filiación (entr e pr ogenitor es e hij os ), y 3) r elaciones de cons anguinidad (entr e her manos ). Has ta aquí entonces tenemos elementos (padr e, madr e, hij o, tío mater no) y r elaciones entr e ellos (alianza, filiación, cons anguinidad).
Bas ándonos en los mis mos gr áficos que utilizó Lévi-S tr aus s , vamos ahor a a dibuj ar los elementos de la es tr uctur a avuncular y s us r es pectivas r elaciones , tal como apar ecen en el es quema 1.
Es quema 1: Las r elaciones de par entes co en el avunculado
En es e gr áfico adver tir emos tr es cos as . Pr imer o, que la r elación de cons anguinidad r elevante no s e da entr e dos hij os de la mis ma par ej a (hemos pues to un s olo hij o) s ino entr e la madr e y s u her mano, el tío mater no. S egundo, que el gr áfico s upone un cuar to tipo de r elación (en línea punteada), la r elación tío-s obr ino, no es pecificada pues s e deduce de las otr as tr es (un modelo debe contener los mínimos elementos y r elaciones por una cues tión de economía de explicación). Y ter cer o, los elementos indicados en el gr áfico s on s uficientes . Una familia puede tener var ios hij os o pueden exis tir var ios her manos de la madr e, per o en el modelo alcanza con es pecificar s implemente las categor ías 'hij o' y 'tío mater no' a los efectos de la economía
padre madre tío materno
hijo
Relaciones de alianza
Relaciones de consanguinidad
de explicación, es decir , s e s upone que el modelo debe explicar lo mis mo con menos elementos . Es te pr incipio de economía es un pr incipio del anális is es tr uctur al que Lévi-S tr aus s no s e cans a de r eiter ar . Vamos ahor a a completar es te modelo de par entes co s imple intr oduciendo dos nuevos s ímbolos : el s igno pos itivo y el negativo (+ y -). ¿Par a qué los intr oducimos ? Por la s iguiente r azón: las r elaciones de alianza, filiación, cons anguinidad o tío-s obr ino pr es entan deter minadas car acter ís ticas ps icológicas : pueden s er r elaciones libr es , afectuos as , dis tendidas , etc. (s igno pos itivo), o pueden s er r elaciones de hos tilidad, antagonis mo, r es er va, obediencia o, en gener al, de autor idad (s igno negativo). Es to fue lo que obs er vó Lévi-S tr aus s en las cultur as pr imitivas que vis itó. En el ej emplo del es quema 2, obs er vado en las is las T obr iand, encontr ó que las r elaciones de filiación y alianza s on afectuos as y libr es , mientr as que las r elaciones madr e-tío y e-tío-s obr ino s on de hos tilidad y autor idad. Por ello en el es quema dibuj amos los s ignos pos itivos y negativos cor r es pondientes .
Es quema 2: Régimen matr ilineal – I s las T obr iand
Ahor a bien, de acuer do a donde es tén ubicadas las r elaciones pos itivas y las negativas , vamos a tener r egimenes patr ilineales o r egimenes matr ilineales . En el r égimen patr ilineal el padr e r epr es enta la autor idad tr adicional, o s ea que s u r elación con el hij o es negativa: es tá fundada en el antagonis mo y la obediencia. La autor idad s e tr ans mite entonces en es te cas o por la línea pater na, mientr as que el tío mater no mantiene r elaciones afectuos as con s u s obr ino s iendo una es pecie de 'madr e mas culina', una madr e s us tituta que ayuda al hij o y has ta le r egala un caballo cuando s e cas a. El r égimen patr ilineal apar ece por ej emplo entr e los cir cas ianos del Cáucas o, cuyo modelo vemos en el es quema 3.
Es quema 3: Régimen patr ilineal – Cir cas ianos del Cáucas o
padre madre tío materno
hijo
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Relaciones libres
En cambio, en el r égimen matr ilineal de los indígenas de las is las T obr iand s e encuentr a r ealizada la s ituación inver s a. Allí el tío mater no es quien encar na la autor idad, mientr as que las r elaciones de afecto s e fij an s obr e el padr e y s u línea. Es el ej emplo del es quema 2, donde s e cons tatan r elaciones libr es y amis tos as entr e padr e e hij o, y un mar cado antagonis mo entr e el tío mater no y s u s obr ino.
Cons ecuentes con el pr incipio de economía de explicación, vamos ahor a a s implificar aún más es te modelo r ecor tando lo único que nos inter es ar á: las r elaciones pos itivas y las r elaciones negativas , con lo cual el modelo de los cir cas ianos (es quema 3) queda r educido a otr o donde s ólo figur an los s ignos pos itivos y negativos (es quema 4).
Es quema 4
Notemos como s e llevó a cabo es ta pr ogr es iva abs tr acción. S i antes los elementos er an el padr e, la madr e, el hij o y el tío, y s us r elaciones podían s er pos itivas o negativas , ahor a r es ulta que lo que antes er an r elaciones ahor a los cons ider amos elementos (los s ignos + y -) que mantendr án, a s u vez, r elaciones entr e s í y que ens eguida ver emos .
S i s e nos ocur r ier a s eguir vis itando otr os pueblos , hipotéticamente podr íamos encontr ar nuevas var iaciones del modelo avuncular , como las que vemos en el es quema 5.
Es quema 5
padre madre tío materno
hijo
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Relaciones libres
Relaciones autoritarias
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A par tir de la lectur a del texto de Lévi-S tr aus s , podemos cons ider ar que los cas os 7-8-9-10 nunca fuer on cons tatados en ningún lado. De hecho s iempr e apar ecían dos pos itivos y dos negativos , per o nunca 3 y 1, como en los cas os mencionados . Cons iguientemente, adoptó como modelo definitivo aquel en el cual apar ecían dos pos itivos y dos negativos , s iendo las pos ibles var iantes de es te nuevo modelo los cas os 1 a 6. S e cumple as í la condición cuar ta de toda es tr uctur a, ya indicada, y que decía que el modelo deber á s er cons tr uído de tal for ma que explique todos los hechos obs er vados , que s on del 1 al 6.
Res tan as í los cas os 1 a 6. Las var iantes 1 y 2 ya quedar on ej emplificadas con los indígenas de T obr iand y los cir cas ianos del Cáucas o, r es pectivamente. Lévi-S tr aus s cons tató también los cas os 5 y 6, aunque algo des dibuj ados . En cuanto a los ej emplos 3 y 4, s on " r ar os y tal vez impos ibles baj o una for ma es tr icta, pues to que amenazar ían con pr ovocar una fis ión en la es tr uctur a elemental del par entes co" (2). En efecto, en el cas o 4 vemos que la autor idad no s e tr ans mite ni por vía patr ilineal ni por vía matr ilineal, con lo cual ter minar ía dis gr egándos e el núcleo familiar y, cons ecuentemente, toda la s ociedad s obr e el cual s e bas a. En el cas o 3, en cambio, la autor idad s e tr ans mite por ambas líneas , per o es to en la pr áctica es impos ible de concebir : uno de ambos (padr e o tío) debe mandar s iempr e más que el otr o, o s i quer emos el hij o s iempr e le dar á más bolilla a uno de los dos . T ar de o tempr ano uno habr á de pr evalecer , lo que s ignifica que tar de o tempr ano es te cas o 3 habr á de tr ans for mar s e en los cas os 1,2,5 ó 6 que s on, en s uma, las pos ibilidades que r es tan y las únicas var iaciones del modelo r ealmente concebibles . En tales cas os s eleccionados vemos que hay s iempr e un s igno pos itivo y uno negativo en la línea infer ior , y es to es as í por que por uno u otr o conducto la autor idad habr á de tr ans mitir s e inexor ablemente. Quedó dicho ya que las s ociedades anár quicas ter minan dis gr egándos e.
Cons ider ando entonces los cas os 1-2-5-6, podemos es tablecer las leyes que r igen s us tr ans for maciones (s egunda condición de toda es tr uctur a), y que s on las s iguientes , tr aducidas a un lenguaj e entendible: 1) en todo modelo, los s ignos pos itivos y negativos s e encuentr an de a par es , o s ea s iempr e encontr amos dos pos itivos y dos negativos ; y 2) los dos s ignos de la línea infer ior s on s iempr e dis tintos , o s ea uno es pos itivo y otr o negativo.
Podemos ahor a compr ender también la ter cer a condición de toda es tr uctur a, o s ea, la que afir maba la pos ibilidad de pr edecir cómo r eaccionar á el modelo s i uno de los elementos s e modifica. Efectivamente, s i la r elación padr e-hij o s e va tor nando pos itiva, s abr emos s in neces idad de es per ar la obs er vación que la r elación tío-s obr ino ir á tor nándos e negativa. Es ta deducción ilus tr a también la pr imer a condición de la es tr uctur a, ya que al modificar s e un elemento s e modifica también el otr o s egún y confor me lo que pr es cr ibe la s egunda ley indicada.
El poder pr edictivo y la pos ibilidad de r es tituír el todo des de un fr agmento lo apr eciamos también en que s i en una tr ibu dada conocemos tr es de los cuatr o s ignos (es quema 6), podemos deducir que la r elación r es tante (tío-s obr ino) habr á de s er negativa. Es tos ej emplos mues tr an por qué s e dice que la antr opología es tr uctur al de Lévi-S tr aus s s igue un modelo deductivo bas ado en leyes s incr ónicas (leyes que valen par a cualquier tiempo), las cuales pueden ver ificar s e diacr ónicamente (o s ea a tr avés del tiempo).
Es quema 6
Un ej emplo del car ácter pr edictivo de una es tr uctur a en otr a dis ciplina que no s ea la antr opología es la tabla per iódica de Mendelej ev. Cuando es ta tabla exigía la pr es encia de un elemento químico per o es te no exis tía o aún no había s ido des cubier to, Mendelej ev dej aba la cor r es pondiente cas illa en blanco es per ando que a s u debido tiempo s er ía llenada, lo que efectivamente ocur r ió. Recor demos que la tabla per iódica or dena los elementos de acuer do al númer o de electr ones en for ma cr eciente, y a cada inter valo r egular de es a s er ie las pr opiedades fís icas y químicas vuelven a r epetir s e.
As í como en la es tr uctur a avuncular s e puede r es tituír el todo a par tir de un fr agmento, as í también en la tabla per iódica s e pueden infer ir las pr opiedades fís icas y químicas de un elemento a par tir de s u ubicación en la tabla, aún cuando es e elemento aún no haya s ido detectado en la natur aleza ni aún pr oducido ar tificialmente.
Lévi-S tr aus s nos da un ej emplo de cómo puede ver ificar s e diacr ónicamente la ley que r ige el modelo de par entes co: " S i s e r es ume la evolución de las r elaciones familiar es en la Edad Media... obtenemos el s iguiente es quema apr oximativo: el poder del her mano s obr e la her mana dis minuye, y aumenta el poder del mar ido pr os pectivo. S imultáneamente s e debilita el lazo entr e el padr e y el hij o, y s e r efuer za el lazo entr e el tío mater no y el s obr ino" (3). T oda es ta r econs tr ucción his tór ica o diacr ónica no fue r ealizada s implemente a par tir del examen de las or ganizaciones familiar es , s ino que s e deduce de un modelo s incr ónico donde s e compar ar on dos var iaciones de la mis ma es tr uctur a en difer entes ins tantes de tiempo.
El es tr uctur alis mo tiene, como toda cor r iente de pens amiento, ar dor os os defens or es y fer oces cr íticos . Mus s o (4) por ej emplo ins is te en el car ácter s uper fluo de la noción de es tr uctur a par a la explicación del avunculado. De hecho, s eñala es te autor , las inves tigaciones de Lévi-S tr aus s hubies en llegado al mis mo r es ultado aplicando un s imple anális is de cor r elación (más otr o de r egr es ión, agr egamos nos otr os , que s uminis tr ar ía la pos ibilidad de pr edecir ) s in neces idad de r ecur r ir al ar tificio de la es tr uctur a. En el fondo, el ataque de Mus s o va contr a la pr etens ión del es tr uctur alis mo de cons tituír s e en la 'única' o la 'mej or ' explicación s obr e el fenómeno humano.
Es tamos de acuer do en que a veces s e abus a de la expr es ión 'es tr uctur a' como s i es to fuer a un r ecur s o explicativo mágico cuando, en r igor , no es más que un r ecur s o lingüís tico. Del mis mo modo que cuando quer emos es cr ibir 'padr e' no ponemos 'pr ogenitor mas culino', de la mis ma maner a es cr ibimos 'es tr uctur a' en lugar de 'conj unto de factor es inter r elacionados s egún cier tas leyes '. El empleo del tér mino r es ulta conveniente en es pecial en el ámbito de las ciencias s ociales , donde j uegan muchas var iables o factor es , e inclus o a veces s u empleo s e tor na inevitable: el mis mo Mus s o utiliza él mís mo es te vocablo, aunque habiendo tomado la pr ecaución de hacer lo en un capítulo dis tinto de donde lo cr itica.
d) Anális is es t r uct ur al aplicado al mit o de E dipo
El anális is es tr uctur al, tal como lo pr opone Lévi-S tr aus s , per mite apr ehender es tr uctur as , es decir her r amientas que per miten explicar y pr edecir los obj etos es tudiados por la antr opología. Veamos cómo aplicando es te anális is es tr uctur al es pos ible apr ehender la es tr uctur a de un mito -el mito de Edipo-, par tiendo del examen de algunas de s us ver s iones .
T odo mito es ante todo una his tor ia r elatada. El mito que aquí nos inter es a, por ej emplo, r elata la his tor ia de Edipo y de todas las cos as que le pas ar on y dej ar on de pas ar le. Como nar r ación que es , el mito tiene una es tr uctur a lingüís tica: por s er es tr uctur a tiene cier tos elementos cons titutivos , y por s er lingüís tica tiene un s entido, un s ignificado. T al s entido, s in embar go, no es pos ible hallar lo en los elementos cons titutivos ais lados , s ino en la maner a en que ellos es tán combinados (5).
Lévi-S tr aus s llamar á mitemas a es os elementos que cons tituyen el r elato mítico. Los mitemas no s on en es te cas o ni fonemas (por ej emplo el s onido 'e'), ni s emantemas (por ej emplo la palabr a 'edipo'), s ino fr as es s imples que expr es an r elaciones (por ej emplo 'Edipo mata a s u padr e Layo'). El mito no es una s imple s uma
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de es as fr as es ais ladas s ino una peculiar combinación de las mis mas -una peculiar es tr uctur a- , que es la que le otor gar á s u s entido.
Es as í que al aplicar el anális is es tr uctur al, lo pr imer o que hay que hacer es des componer el r elato en s us mitemas cons tituyentes (anális is es des compos ición), del mis mo modo que des ar mamos un r ompecabezas s in temor a mezclar las piezas s ueltas . S eguidamente, r eagr upamos todos los mitemas en cuatr o gr upos de acuer do con cier tas car acter ís ticas en común, y los or ganizamos en cuatr o columnas ver ticales como en el es quema 7.
Es quema 7
Cadmo bus ca a s u her mana Eur opa r aptada por Z eus
Edipo s e cas a con s u madr e Yocas ta
Antígona entier r a a s u her mano Polinices , violando la pr ohibición.
Los es par tanos s e exter minan mutuamente
Edipo mata a s u padr e Layo
Etíocles mata a s u her mano Polinices
Cadmo mata al dr agón
Edipo inmola a la es finge
Lábdaco es coj o (?)
Layo es tor cido (?)
Edipo pie hinchado (?)
R elaciones
s obr ees t imadas R elaciones s ubes t imadas D es t r ucción de mons t r uos D if icult ad par a caminar er guido
S i tuviér amos que r elatar el mito ir íamos encadenando los mitemas de izquier da a der echa y de ar r iba hacia abaj o. Por ej emplo 'Etíocles mata a s u her mano, y s u her mana Antígona lo entier r a violando la pr ohibición'. Per o es te or den no s ir ve par a la compr ens ión del mito. Par a ello deber emos leer de izquier da a der echa per o no de ar r iba hacia abaj o, s ino una columna tr as otr a y tr atando a cada columna como un todo.
Como es te todo es tá dado por los s ignificados comunes de los mitemas de cada columna (indicados al pie del es quema 7), s e tr ata entonces de r elacionar dichos s ignificados entr e s í, lo que nos per mitir á poner al des cubier to la es tr uctur a del mito. Aclar emos entonces pr eviamente es os s ignificados comunes .
En la columna 1 todos los mitemas s e r efier en a r elaciones entr e par ientes cons anguíneos , r elaciones que s on 'exager adas ' o 's obr ees timadas ' en el s entido que s on más íntimas que el autor izado por las r eglas s ociales . Por ej emplo tales r eglas no admiten que el hij o s e cas e con la madr e. En todos es tos mitemas hay entonces una s obr ees timación o s obr evalor ación de los lazos de par entes co de s angr e.
En la columna 2 es a la inver s a: apar ece una s ubes timación de los lazos de s angr e, pues s us mitemas hablan de matar s e entr e her manos o entr e padr es e hij os . En la columna 3 apar ecen en cambio s iempr e cier tos mons tr uos que intentan oponer s e al hombr e per o que r es ultan vencidos por és te, mientr as que en la columna 4 ubicamos los nombr es de los per s onaj es del mito cuyo r as go en común es la 'dificultad par a caminar er guido'. Los s ignos de inter r ogación aluden a que s e tr ata de s ignificados hipotéticos der ivados del contexto del r elato mítico.
A continuación, intenta Lévi-S tr aus s una inter pr etación r elacionando las cuatr o columnas . Globalmente, el mito expr es a cier tas contr adicciones muy humanas como por ej emplo el des eo del inces to (columna 1) ver s us la pr ohibición del mis mo (columna 2), y la contr adicción entr e el des eo de es capar a la cr eencia de que nacemos de un s olo s er y no de dos (columna 3) y nues tr a impos ibilidad de es capar de dicha cr eencia a pes ar del r econocimiento de que nacemos de dos s er es : hombr e y muj er (columna 4). En efecto, s imbólicamente des tr uír mons tr uos expr es a el des eo de des tr uír la cr eencia de nacer de un s olo s er , y el defecto al caminar s imboliza nues tr a impos ibilidad de es capar de dicha cr eencia (quien tiene pr oblemas par a caminar er guido no podr á es capar ).
le ar r anca los oj os : el pr imer mitema encaj a en la columna 3 (por s er un ej emplo de autodes tr ucción) y el s egundo en la columna 4 (por s er la ceguer a un defecto fís ico que impide es capar ).
Podr íamos ar gumentar que la inter pr etación de Lévi-S tr aus s es un poco tr aída de los pelos , y que quizá es té for zando una explicación que no puede hallar s e por otr os medios . De hecho, has ta podr íamos intentar nos otr os una inter pr etación de la inter pr etación de Lévi-S tr aus s diciendo que Edipo ama a s u madr e, y que es te amor inces tuos o le gener a culpa, una culpa que puede s upr imir s i piens a que en r ealidad ella no es s u madr e por haber s ido pr ocr eado s olo por s u padr e (cr eencia que venimos de un s olo s er ). As í, Edipo es tá atado a es ta cr eencia de la cual, por otr o lado, quier e des pr ender s e. S in embar go, s ea cual fuer e la inter pr etación elegida es to no impide ver el mecanis mo del anális is es tr uctur al del mito par a encontr ar s u s ignificado.
El mito, dice Lévi-S tr aus s , no es otr a cos a que el conj unto de s us ver s iones , y par a poder des cubr ir s u es tr uctur a no bas ta analizar una s ola ver s ión, per o tampoco es neces ar io conocer las a todas , ni aún la pr imer a de ellas , cr onológicamente hablando. Otr o tanto dice Fr eud en " Cons tr ucciones en ps icoanális is " , por ej emplo: no podemos hacer una inter pr etación en bas e a una s ola manifes tación del paciente, per o tampoco es pr ecis o conocer las abs olutamente a todas . Lévi-S tr aus s nos dir á (6) que la cantidad depende de la exper iencia.
Los pr incipios que r igen el anális is es tr uctur al apar ecen clar amente en es te ej emplo del mito de Edipo. Es tos pr incipios s on economía de explicación (s ólo cier tas fr as es o mitemas bas tan par a explicar el mito), unidad de s olución (una mis ma es tr uctur a explica todas las difer entes ver s iones ), r econs tr ucción del todo a par tir de un fr agmento (por ej emplo s i s ólo conocemos r elaciones s obr ees timadas podr emos infer ir las cor r es pondientes r elaciones s ubes timadas ), y pr edicción de ulter ior es des ar r ollos a par tir de los datos actuales (el r elato mítico va cambiando con el tiempo per o, al mantener s iempr e la mis ma es tr uctur a, s e hace pos ible pr ever hacia donde evolucionar á el r elato).
El ej emplo de los mitos nos mues tr a también el empleo s imultáneo de un enfoque es tr uctur al y her menéutico (o inter pr etativo), s íntes is que vemos también por ej emplo en la obr a de Lacan. De hecho, és te último r econoce en tal s entido la influencia que r ecibió de s u connacional Lévi-S tr aus s .
El anális is es tr uctur al, en s íntes is , bus ca poner de manifies to es tr uctur as invar iables a lo lar go del tiempo, es tr uctur as que s ubyacen tr as la enor me var iabilidad de las manifes taciones cultur ales (dis tintos tipos de par entes co, dis tintos mitos ), y que funcionan como s us pr incipios explicativos únicos .
P ablo Caz au L ic en P s icología y P r of de E ns eñanz a Media y S uper ior en P s icología B uenos Air es , E ner o 1 9 9 3
(1) Lévi-S tr aus s C., (1972) Antr opología es tr uctur al, Buenos Air es , Eudeba, 4° edición, pág. 251. (2) Lévi-S tr aus s C., op. cit., pág. 67.
(3) Lévi-S tr aus s C., op. cit., pág. 44.
(4) Mus s o R., Falacias y mitos metodológicos de la ps icología, Buenos Air es , Ps ique, 1970. (5) Lévi-S tr aus s C., op. cit., pág. 190.
(6) Lévi-S tr aus s C., op. cit., pág. 199.