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La comida como practica simbólica y ritual (una aproximación a la cultura indígena y procesos de cambio) (Estudios).

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Academic year: 2017

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ecuador

DEBATE

SEPTIEMBRE DE 1985

CUESTION ALIMENTARIA

®

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DEBATE

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e c u a d o r D E B A T E

N O T A S

1. La Colección ECUADOR DEBATE es una publicación del Centro A ndino de A cción Popular CAAP, bajo cuya responsabilidad se edita.

2. ECUADOR DEBATE es una publicación periódica que aparece tres veces al año y cu­ y os precios son los siguientes:

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__________________ índice

p ".g .

E D IT O R IA L ... 5

C O Y U N T U R A ... 9

EL M O V IM IE N T O S IN D IC A L EN LA C O Y U N T U R A

Felipe B u rb an o ... ""O

RESPUESTA A FE LIP E B U R B A N O

Patricio Ic a z a ... 14

E S TA D O M O D E R N O , PO DER Y CLASE O B R E R A H O Y EN EL E C U A D O R .

Respuesta de Felipe B u rb a n o ... 17

E S TU D IO S

EL S IS T E M A A L IM E N T A R IO E C U A T O R IA N O : S IT U A ­ C IO N Y PE RS PEC TIVAS .

Manuel C h irib o g a ... 35

LAS EM PRESAS T R A N S N A C IO N A L E S Y LOS A L IM E N ­ TOS: LA IN S E R C IO N E X T E R N A D E L S IS T E M A A L IM E N ­ T A R IO N A C IO N A L .

Carlos J a r a ... 85

A G R O IN D U S T R IA Y P R O D U C C IO N DE A L IM E N T O S

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L A S IT U A C IO N N U T R IC IO N A L EN E C U A D O R

Wilma F re iré ... . ... ¿ ¿ ¿ ( . 123

E V A L U A C IO N D E L E S TA D O N U T R IC IO N A L EN C U A T R O C O M U N ID A D E S IN D IG E N A S DE C O T O P A X I

Cecilia Menéndez C r e a m e r ... .. 151 >

LA C O M ID A CO M O P R A C T IC A S IM B O L IC A Y R IT U A L (U N A A P R O X IM A C IO N A LA C U L T U R A IN D IG E N A Y PROCESO DE C A M B IO ).

Gerardo F u e n te a lb a ... 183

A N A L IS IS Y EXPERIENCIAS

C O NS UM O A L IM E N T IC IO C O N O C IM IE N T O Y PR A C TIC A S : EL CASO P U C A R A Y SHAGLY.

Luis Heras y otros ... ... 201

C R IS IS Y A L IM E N T A C IO N EN LOS B A R R IO S P O P U LA ­ RES: EL CASO SAN C A R LO S A L T O .

Juan Carlos R iv a d e n e ira ... 221

C O N D IC IO N E S Y C O M P O R T A M IE N T O S A L IM E N T IC IO S EN U N A Z O N A S E R R A N A : SIG CHO S.

José Sánchez P a rg a ... 2 57

" P A R A U N A RE V A L O R IZ A C IO N Y D E S A R R O L L O DE LA C U L T U R A N U T R IC IO N A L EN LAS C O M U N ID A D E S A N D I­ N A S ".

Galo Ramón V ... ... 279

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LA CO M IDA COMO PRACTICA SIM BO LICA Y R IT U A L (UNA A P RO XIM A CIO N A LA C U L TU R A IN D IG E N A Y

PROCESOS DE CAM BIO)

Gerardo Fuentealba

1. SIMBOLISMO Y PRACTICAS PRO D UCTIVAS

La naturaleza, como expresión básica de la vida, y ésta como proceso de reproducción inmediato de la naturaleza, en la concep­ ción indígena, aparece simbolizada en la existencia y acción de dos propiedades binarias: lo frío (—) y lo caliente (+ ), cuya distribución en el espacio aparece señalada por la aplicación de los conceptos an­ dinos de lo alto ("hanan") y lo bajo ("h u rin "). La confluencia de es­ tas propiedades y, por tanto, su unidad material en la naturaleza, re­ presentan una suerte de fuerzas en equilibrio vital, sin cuya confluen­ cia no es posible concebir la vida como proceso reproductor, en su es­ tado natural(1). Tal vez, la reproducción biológica de la especie hu­ mana, ejemplifique en toda su dimensión esta concepción, por cuan­ to los órganos de la mujer son valorados como frío (—) y los del hom­ bre como caliente (+ ), cuya unidad en el orgasmo sexual, dan origen a la gestación de una nueva vida(2).

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el mencionado equilibrio vital, representado en la confluencia o uni­ dad de las fuerzas binarias. Así nos lo sugieren el manejo de dos gran­ des cultivos andinos, como es el caso de la papa y el maíz.

El m aíz, es valorado como un producto caliente, adaptado a las tierras bajas, también ponderadas por la propiedad caliente, lo que exije la necesaria manipulación de otros elementos valorados como fríos, a fin de alcanzar el deseado equilibrio sim bólico(3). Por otra parte, se le asocia, en general, el fréjol de enredadera, valorado tam ­ bién como un producto frío y, en otros casos, se intercalan zambos y /o camote, ponderados como frío y caliente. En lo que respecta a otras labores culturales, como los aporques y deshierbes, también se tiende a favorecer la acción de los elementos fríos equilibrantes, co­ mo acontece con el deshierbe de aquellas matas calientes y no de otras frías.

La papa, es valorada como un producto frío , adaptado a las tie ­ rras altas, también ponderadas como frías, espuesta a condiciones cli­ máticas muy desfavorables como la helada y el granizo, valorados co­ mo elementos fríos. El control de otros con propiedades calientes aparecen como de fundamental importancia para alcanzar el deseado equilibrio binario y, por este medio, controlar las fuerzas frías. Sin embargo, en este caso, el sol, como elemento caliente por excelencia, es incontrolable razón por la que se privilegian otros arreglos: p. e. "vo lte ar" la tierra y dejarla al sol, para que se caliente; elegir una su­ perficie "protegida" del frío : es decir, "abrigada" o caliente; rotar al cultivo de papas el de cebada, y usar los trojes secos de ésta como abono, valorados como calientes; arar los zureos con curvas de nivel y /o en dirección de las pendientes y deshierbar toda planta natural, a fin de favorecer el fácil drenaje de las aguas y evitar la concentración de humedad; intercalar al cultivo de papas otro de ocas o mashua, va­ lorados como calientes, etc. Sin embargo, a diferencia del m aíz, pese a todos estos arreglos, el cultivo de ¡a papa sigue siendo frágil y ex­ puesto a las contingencias naturales, razón por la que en torno de ella se han establecido otras prácticas rituales llamadas a controlar las fuerzas frías y su representación natural(4).

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tada su control, favorecer la intercalación de productos fríos, como el fréjol, la col y el haba, entre otros(5). Cuestión que es más lim ita­ da para la papa, especialmente en lo que respecta a la asociación in­ tercalación de otros productos, por ser gran parte de éstos valorados como fríos, como acontece con el "haba” , el "m elloco" y todas las variedades de papas; sin embargo, también se los encuentra intercala­ do o adjuntos a la papa, especialmente allí en donde las tierras altas tienden a ser menos húmedas(6). Lo importante es destacar que estamos frente a una lógica simbólica, en torno a la cual se organizan y adquieren sentido las prácticas productivas, cuyas diferencias de forma para el caso de la papa y el maíz, no expresan más que la bús­ queda y aplicación de iguales principios o concepción, a contextos es­ paciales con propiedades diferenciadas, razón por la que no cabe pen­ sar que se trata de dos culturas distintas, como a veces se ha sugeri-do(7).

2. A L IM E N T A C IO N Y S A L U D : P R O D U C C IO N DE L E Q U IL I­ B R IO O R G A N IC O

El organismo, como expresión de la naturaleza, no está desliga­ do de la concepción de ésta, por cuanto todo sugiere que se le obser­

va como una unidad compuesta por elementos clasificados dentro de

iguales principios binarios de lo frío y lo caliente; p.e., la cabeza es valorada como caliente, y los píes como fríos, de forma que su con­ currencia de paso a una situación de equilibrio corporal vital, cuya mantención alude al estado de salud, y su ruptura sitúa el campo de la enfermedad(8). En consecuencia, la alimentación, como actividad productora del organismo, al igual que otras llamadas a protegerlo del medio exterior, como la vestimenta y la construcción habitacional, deben estar orientadas a preservar dicho equilibrio y, en casos de ruptura, coadyuvar a su restablecimiento, inscribiendo estas prácticas en la prevención de la salud en un caso y, en otros, en el tratamiento de la enfermedad.

De acuerdo a esto, las normas v reglas orientan la selección,

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Tal es el caso del "cuy asado", que comprende productos como el cuy, valorado como caliente, las papas gruesas cocidas (—), y una sal­ sa compuesta de los siguientes ingredientes: leche y cebolla blanca (—), y sangre de cuy y achiote (+ ), que en su conjunto tienden a esta­ blecer un balance entre las propiedades calientes y frías. Igual aconte­ ce con las llamadas "bodas", que varían en sus ingredientes de acuer­ do al tipo de harinas seleccionadas para la elaboración de la mazamo­ rra: si se trata de m aíz o de cebada, ponderados como calientes, la carne seleccionada será necesariamente de propiedad fría , como acon­ tece con las de borrego, gallina o conejo; si se trata de harina de haba o habilla, valoradas como frías, la carne será de cuy o bovino, consi­ deradas de propiedad caliente. En otros casos, como el llamado "me­ diano", se combinan papas y maíz cocido ("m o te"); quesos y huevos y, en lo que respecta a carnes, se ponen las de gallina y cuy, y /o las de borrego y chancho, productos todos ellos ponderados como fríos y calientes, respectivamente; de forma que, en todos los casos, se es­ tablece el balance o equilibrio binario.

Cierto es que estos platos son altamente rituales, como veremos: sin embargo, el consumo rutinario de alimentos en la cocina indíge­ na, no se aparta de esta lógica organizativa ya que, en últim o térm i­ no, norman y orientan la preservación de la salud, razón por la que su ruptura puede dar origen a la enfermedad. En efecto, aunque en la cotidianidad no se acostumbra a consumir carnes, otros productos con iguales propiedades los reemplazan; tal es el caso p.e. de las ma­ zamorras de harina de maíz o cebada (+ ), que se las consume con pa­ pas (—), y que con la carne de gallina, conejo o borrego (—), daban origen a la "boda". En otros casos, aunque se trate de alimentos muy limitados y simples en su combinación, siempre observamos la bús­ queda de¡ mencionado balance o equilibrio: papas cocidas (—) y ají molido (+ ); papas cocidas (—) y m aíz cocido (+ ); habas tostadas (—) y m aíz tostado (+ ); arroz cocido (—) y huevo cocido (+ ); etc. Sin embargo, en donde mayor complejidad adquiere la combinación y se­ lección de productos alimenticios, parecen ser las llamadas "sopas", por cuanto comprenden tubérculos, granos y hortalizas.

En otros casos, la selección y combinación de alimentos, tienen un claro objetivo terapéutico o, con mayor propiedad dietético, pues­ to que su consumo está orientado a tratar enfermedades o estados de convalecencia. Tal es el caso particular de las carnes, en situaciones de "chuchaquis" o gripes, pre-parto y post parto. En efecto, se conci­

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be que al beber y trasnochar, se consumen las fuerzas calientes del or­ ganismo, adquiriendo las fuerzas frías una tendencia a predominar, expresado en el "enfriam iento", razón por la que se hace indispensa­ ble consumir alimentos con propiedades calientes para restablecer el equilibrio y evitar la "gripe", entre otras enfermedades. El "cuy asa­ do ", es el plato privilegiado para alcanzar este fin, en tanto es consi­ derado como el alimento más caliente entre los calientes.

Siendo la gestación, confluencia de las propiedades binarias, re­ presentada en los órganos reproductores de la mujer y el hombre, por ser el útero un órgano de propiedad fría y constituir éste la "cama" del nuevo ser, se admite que es necesario poner más énfasis en las co­ midas calientes, para "asegurar" su normal desarrollo y dotar de "m a­ yores fuerzas" a la madre. Para alcanzar esto se acostumbra a prepa­ rar y consumir el llamado "caldo de cuy", compuesto por una sustan­ cia que se forma de la disolución de la cebolla o mellocos (—) y de la carne y estructura ósea del cuy (+ ). Aunque pareciera ser que se tien­ de a establecer el balance térmico, señalan los indígenas que predo­ mina lo caliente, pero que al consumirse, internamente, se "iguala".

Aunque el desarrollo del nuevo ser, tiende a desequilibrar el ba­ lance o equilibrio orgánico de la madre, razón por la que se prepara y consume el caldo de cuy, el parto de modo particular, es observa­ do como una situación de desequilibrio: para restablecerlo se prepara y consume la llamada "d ieta ", que consiste en una secuencia de "cal­ dos" o "locros" de carnes. En primer térm ino, se consumen aquellos con carnes valoradas como frías, entre las que destacan la de gallina, conejo y ovino, por el lapso aproximado a una semaña; le siguen a es­ tos los de carnes ponderadas como calientes (+ ), entre ellas las de bo­ vino, chancho y cuy, por el tiem po de una semana. En lo posible, se cree necesario extender la dieta por unos tres meses, lo que implica repetir la secuencia de modo constante y, con ello, alcanzar el men­ cionado equilibrio o balance binario(9).

3. A L IM E N T A C IO N Y R IT U A L : REPRODUCCION DE RE LA ­

CIONES SOCIALES

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alimentos, sino que también se establecen ciertas jerarquías entre ellos y, por su intermedio, se señalan o sancionan específicas relacio­ nes sociales entre quienes los preparan y ofertan, y quienes los com­ parten o son servidos para su consumo, tanto en lo que respecta al interior de la unidad fam iliar, como en sus relaciones con la comuni­ dad y el mundo exterior.

En efecto, aunque falta mucho por estudiar en este campo, pa­ rece que las carnes juegan un papel fundamental en ciertos platos considerados indispensables en los eventos familiares o comunales de importancia, como acontece con los matrimonios y bautizos, al inte­ rior de la familia: de las fiestas religiosas o patronales, en el seno de la comunidad, y de los "agasajos” a los representantes institucionales del mundo exterio r(1 0). En todos estos casos, las carnes en general, y la de cuy en particular, son ¡nfaltables en platos como el "cuy asa­ do", las "coladas" o "bodas", los "locros", etc., entre otros(11). Su sola existencia, señala una situación especial, cuya importancia se

puede medir por la escala de los platos mencionados, de modo espe­

cial para el caso del mundo familiar y exterior y, en menor medida, para ciertos eventos comunales religiosos, como la "mesa", en donde el consumo colectivo se asemeja al llamado "m ediano" que implica una diversa variedad de carnes, granos y tubérculos.

No menos importancia para señalar las relaciones de acercamien­ to y/o distancia y de jerarquía y/o status entre quienes consumen, constituye el orden de cómo se sirva. En efecto, por su intermedio se establecen las posiciones y rangos de los miembros al interior de la fa­ milia, al interior de la comunidad, y en la relación de ésta con algu­ nos miembros del mundo exterior. Observemos ciertos casos ejempli-ficadores, en cada uno de los niveles señalados.

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hijos con el padre, al de los hermanos mayores con los menores y, en general, al de las mujeres con los varones.

En el contexto de la comuna, también el orden en que se sirven los alimentos señala el status alcanzado por algunos de sus miembros dentro de la comunidad. En efecto, según la organización de la "m e­ sa", se privilegian a los "taytas" y, en segundo lugar, a los dirigentes o "cabildantes" de la comuna, a continuación siguen los "runas" ca­ sados y, en último término, a los "longos" mayores. En el caso de las mujeres, están en la misma oosición de sus esposos y, por su interme­ dio, se les sirve a los niños, que no participan de la "mesa"; sin em­ bargo, la posición de las mujeres es subordinada al conjunto de los hombres, ya que por su intermedio participan indirectamente de la "m esa"(12).

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para la comadre, compuesta por las p¡ernas(13).

En lo que respecta a la "mesa" y consumo de aquel plato seme­ jante al "m ediano", se aspira a que al menos los "taytas" puedan consumir las carnes de cuy y borrego, los cabildantes las carnes de bovino y gallina, y los "runas" las carnes de chancho y conejo: pero los arreglos pueden variar, de acuerdo a la disponibilidad de recursos. No acontece así con los granos y tubérculos, que están a disposición-de todos los concurrentes. Por cierto, en la medida en que los anfi­ triones puedan servir a todos los participantes con igual diversidad de alimentos, aunque no en lo que atañe a la cantidad o calidad distribu­ tiva, su "prestigio" y reconocimiento por la comunidad será mucho mayor, al grado de form ar parte en la "cabecera de los principales", en la organización de otras mesas".

En suma, el consumo de alimentos, en el sector indígena, san­ ciona ritualm ente los nexos de aproximación o instancia, y las espal­ das de status o jerarquías, entre sus miembros, sea al interior de las familias y redes de parentesco como en el ámbito de la comunidad. También al promover el reconocimiento general de la comunidad genera y promociona el ascenso en la escala de status y jerarquía social, para quienes sirven de anfitrión, como acontece en las fiestas religiosas o comunales(14). Ciertamente que, por su intermedio, al favorecer y recrear las relaciones de unidad, tanto al interior de las redes de parentesco come de la comunidad, también estimula y re­ fuerza las relaciones de colaboración recíproca entre sus miembros, repercutiendo favorablemente en las prácticas de complementariedad económica .

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da en el vehículo de "agradecimiento" o "pago", sin el cual es impen­ sable renovar otro pedido o " fa v o r" (1 7).

En efecto, en todos los casos se retribuye el servicio prestado por medio de la comida, cuyos platos y rango ponen de manifiesto la magnitud del sentimiento de agradecimiento, por quienes recibieron la prestación. Sin embargo, en términos generales, existen algunas normas ya comunes; p.e., para los casos de compadrazgo, de los o fi­ ciales de fiesta, y de los maestros de casa y oficio, es costumbre ser­ virles un "m ediano", dependiendo de la diversidad de carnes el nivel de agradecimiento; para el "p artid o ", se privilegia el "cuy asado", cuyo número y relación con los miembros adultos de la fam ilia otor­ gante de la tierra, expresa igual sentimiento, en tanto que para los dueños de la yunta o arado, y de los "voluntarios", es común entre­ garles una "ración" en granos o tubérculos, no cocinados; excepto cuando se trata de épocas de cosechas, puesto que se realiza un "agra­ do" en comida y bebida, además del "chucchir" o "chalar", para quienes concurren a prestar su fuerza de trabajo.

Por el rol que juega el consumo de ciertos alimentos, sin los cuales no se podría comprender la reproducción de las unidades fa­ miliares indígenas y, por su intermedio, las comunidades como ámbi­ tos de dichas relaciones, se hace del todo indispensable para alcanzar este objetivo, producir en cada unidad un "excedente" social, que comprenda aquellos productos de mayor condensación simbólica y ritual.

4. EL CAM BIO Y SUS SIMBOLOS

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que tenemos es que se están produciendo procesos de cambio y de re­ organización interna para enfrentar las condiciones de crisis, pero que no implican una necesaria desarticulación entre las relaciones de la unidad fam iliar y de la comunidad, sino que en gran medida están inscritos y orientados por una lógica que, por una parte, intenta pre­ servar las condiciones básicas para su reproducción étnica y, por otra, para enfrentarse de forma adaptativa a los requerimientos de la m o­ dernidad; pero sin por ello perder su identidad propia. En otros tér­

minos, pareciera ser que asistimos a un proceso de cambios controla­

dos y adaptados a una lógica propia, razón por la que no asumen en toda su extensión la fisonomía de la modernidad, pero tampoco de la tradicionalidad(19).

Si obervamos con atención los cambios se están produciendo fundam entalm ente en las tierras altas, cuyas condiciones del suelo y climáticas, se constituyen en una verdadera contricción para la pro­ ducción agrícola y, por otra parte, es la única área donde ha sido po­ sible que estos sectores extiendan su frontera agrícola, en estas ú lti­ mas décadas. A q u í es donde los cultivos de papa y cebada tienden a hacerse predominantes, y se desarrolla el ganado bovino, con miras especiales de comercialización hacia afuera de la comunidad y locali­ dad. También es aquí donde se están produciendo las mayores inno­ vaciones tecnológicas tradicionales, vía la incorporación de otras mo­ dernas.

La papa y la cebada, se sitúan en las tierras altas y, en general están expuestas a las mismas constricciones; también están orientadas al mercado, razón por la que la producción y productividad, son de­ seados. Empero se les trata de distinta manera y reconocen distintas innovaciones. En efecto, en la cebada sólo se ha extendido la incorpora­ ción de semillas mejoradas, pero no así los abonos y otras labores cul­

turales; excepto el deshierbar las matas calientes. Por nada del mundo quieren poner abonos, y cuando se lo hace a pedido de un técnico de algún programa, se destina una parte del terreno aparte. En la papa, por el contrario, se privilegia y demandan los abonos, en menor medi­ da las semillas mejoradas, y mucho menos los fungicidas y hervicidas; pero cuando así acontece, también se lo destina aparte y, a semejanza de la cebada, sólo es para el mercado; es decir, no se lo consume in­ ternamente; inclusive, cuando se pone abonos, todos coinciden en que se lo hace en una medida inferior a lo necesario, a fin de dismi­

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nuir costos absolutos; sin embargo, se acostumbra a rotar estos culti­ vos con otros de cebada, y se usan sus rastrojos como "abono", con el objeto de suplir el déficit de aquel quím ico(20).

Si observamos estas innovaciones diferenciadas, a la luz de la concepción del equilibrio o balance binario, se constata una lógica muy clara en ellas. En efecto, la principal constricción para el cultivo de la papa, en tanto elemento frío , estaba representado por la dificul­ tad de controlar directamente un elemento de propiedad caliente como el sol; por esta razón se tendía a privilegiar aquellos arreglos que obraran de modo indirecto sobre la propiedad fría y, en otra me­ dida, se intensificaban los rituales para interceder sobre la acción de otros elementos fríos. Los abonos químicos, son valorados como los más calientes entre los calientes, constituyéndose en el elemento a manipularse para buscar directamente sobre las fuerzas frías y, por su intermedio, alcanzar el mencionado equilibrio; sin embargo, para el cultivo de la cebada, el abono quím ico, por su cualificación térmica, aparece como un elemento más bien desequilibrante, ya que a dife­ rencia de la papa, la cebada es un elemento también caliente, con lo que se intensificaría en demasía esta fuerza, al grado de "recalentar" o "quem ar" la planta, según los indígenas.

En general, en las tierras "bajas", no se observan innovaciones importantes, pudiendo afirmarse que es en esta zona donde se con­ servan los arreglos productivos más tradicionales, representados de modo particular en el cultivo del maíz y asociaciones múltiples: fré­ jol, "zam bo", zanahoria blanca, etc. Sin embargo, cuando se han in­ troducido ciertas innovaciones a pedido de los "técnicos", como ha acontecido con el "m aíz 101", resulta que es cultivado en tierras apartadas, y se destina de modo exclusivo para "sacar a la plaza"; es decir, no se lo consume internamente. El maíz es valorado como un elemento caliente, que se cultiva en tierras calientes, que exige en su tratam iento moderno la incorporación de fungicidas, ponderados como calientes, y de abonos, también calientes; esto origina una si­ tuación de absoluto desequilibrio, razón por la que.inclusive en estos casos, los indígenas intensifican el riego, pese a las amonestaciones de los técnicos, a fin de que "no queme" la planta, y, en otra medida, disminuyen las proporciones de fungicidas y abonos, con el claro ob­ jeto de controlar y/o aminorar la intensidad de lo caliente(21).

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ce una transformación radical en las prácticas tecno-productivas, los productos son sacados del consumo y circulación interna, y se los destina de modo exclusivo al mercado(22). Ciertamente que esto re­ quiere mayor investigación, pero ya es posible adelantar algunos cri­ terios explicativos. Existe una correlación muy clara entre innova­ ciones tecnológicas no adaptadas, cultivos de carácter mercantiles y, en consecuencia, productos que no se reaíizan en el consumo interno, que implica que éstas, no participan del "excedente social" y, por tanto, del "consumo ritual", de tanta importancia para la reproduc­ ción de estos sectores, en el aspecto étnico, pero sí para la reproduc­ ción campesina, en tanto productores de mercancías. Cuestión que no implica la inexistencia de otros cultivos y/o iguales cultivos, con prácticas productivas "tradicionales", llamados a formar parte de di­ cho fondo social" y "consumo ritual".

En otros términos, en las unidades campesinas indígenas, pare­ ciera ser que estamos frente a una lógica étnica, con capacidad hasta ahora de hacer frente a los procesos de cambio, sin por ello perder su propia identidad que, en el aspecto tecno-productivo, pone de mani­ fiesto tres tipos de proceso: arreglos tradicionales, arreglos que incor­ poran lo moderno en base a una lectura tradicional, y arreglos moder­ nos sin más, pero que por estar desligados de toda simbología, son sa­ cados de las prácticas rituales de reproducción étnica: al menos de modo directo, porque bien puede ser que a través de un rodeo, estén llamadas a fortalecerlas(23).

En lo que respecta a la incorporación de alimentos de origen se-mi-industrial o industrial, observamos también la existencia de un proceso controlado y, con ello, la mantención y vigencia de las con­ cepciones simbólicas que organizan las prácticas alimenticias. En efecto, alimentos como las harinas y, en particular, el arroz y fideo, son clasificados dentro de ¡guales criterios térmicos como fríos, y se los maneja o combina en la búsqueda de igual equilibrio o balance bi-nario(24). Así por ejemplo, el arroz puede reemplazar a otros pro­ ductos también fríos, como acontece con las papas ya que se observa que se está preparando el "cuy asado" con arroz y, en otros casos, el fideo en las "sopas" viene a reemplazar a los "mellocos", todos ellos productos de tierras "altas", actualmente sometidas a una explota­ ción preferentemente mercantil, y que manifiesta profundas transfor­ maciones no-productivas.

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representación y prácticas rituales, como referentes de las prácticas de producción y reproducción del sector indígena, y de su im portan­ cia para enfrentar al cambio sin perder su identidad propia, no im pli­ ca desconocer la situación de crisis a la que se enfrentan muchas uni­ dades, particularmente en lo que respecta a la ampliación y /o conser­ vación de sus condiciones materiales de producción, y de subordina­ ción al capital comercial y usurero, que inciden desfavorablemente en sus condiciones de vida en general, y de las alimenticias o nutriciona-les en particular, favoreciendo con ello el desmejoramiento del estado de salud. Por el contrario, es justamente este reconocimiento, y la ne­ cesidad imperiosa de enfrentarla, lo que nos ha motivado a indagar en estos aspectos.

N OT A S

(1 ) Es in te re s a n te de o b se rv a r q u e , d e n tr o d e esta c o n c e p c ió n , ta n t o " h a n a n " c o m o " h u r í n " , en t a n to p r in c ip io s o rd e n a d o re s d e l e s p a c io , n o se c o rre s p o n d e n d e m o d o u n ív o c o a u n a de las p ro p ie d a d e s té rm ic a s , s in o q u e las c o m p re n d e n a a m b a s, d e p e n ­ d ie n d o e sto de las re g io n e s a lu d id a s . E n e fe c to , en " ja h u a p a c h a " —p a rte d e l c ie lo —, " h a n a n " está a s o c ia d o a lo c a lie n te ( + ) y " h u r í n " a lo f r í o ( —) y , en " p a y p a c h a " —p a rte de la tie r r a —, " h a n a n " a p a re ce a s o c ia d o a lo f r í o (—) y " h u r í n a lo c a lie n t e ( + ) Para m a y o r c o m p re n s ió n v e r, G e ra rd o F u e n te a lb a , " C o s m o g o n ía in d íg e n a " , en R e v. d e C u ltu r a P o p u la r Id e n tid a d , S u b s e c re ta ría d e C u ltu ra , N o . 4 , Q u it o , 1 9 8 4 .

(2 ) E n g e n e ra l, to d o s los e le m e n to s q u e f o r m a n p a rte d e l h á b ita t in d íg e n a , c o m o la f lo r a , fa u n a , e tc ., y su p ro p ia c o rp o r a id a d , e stá n c la s ific a d o s en t o r n o a e stos d o s c r ite r io s té rm ic o s b á sico s. S in e m b a rg o , ca b e p u n tu a liz a rs e , q u e su c u a lific a c ió n n o a lu d e n e ce ­ s a ria m e n te a lo t é r m ic o , s in o q u e se tr a ta d e u n a p ro p ie d a d s im b ó lic a q u e , p o r c ie r to , d e b e su ste n ta rs e s o b re a lg ú n e le m e n to o b je t iv o de d ife r e n c ia c ió n ; sin e m b a rg o , e s to lo d e sc o n o ce m o s .

(3 ) E sta o b s e rv a c ió n re c o n o c e a n te c e d e n te s h is tó ric o s , en el ca so d e la s o c ie d a d in c á s ic a , d o n d e las o b ra s d e re g a d ío e stá n a s o c ia d a s a lo s siste m a s d e c u lt iv o d e l m a íz , en las te rra za s y a n d e n e s . J o h n M u rra , " M a í z , tu b é r c u lo s y r it o s a g ríc o la s " . F o rm a c io n e s e c o n ó m ic a s y p o lític a s d e l m u n d o a n d in o " , IE P ., L im a , 1 9 7 5 .

(19)

(5) C re e m o s q u e la c o n sid e ra c ió n de esta ló g ic a s im b ó lic a c o m o o rd e n a d o ra d e las p r á c t i­ cas de a s o c ia c ió n e in te rc a la c ió n de c u ltiv o s , p u e d e ser ta m b ié n f r u c t í f e r a p a ra in t e r ­ p re ta r lo s p ro ce so s d e in n o v a c ió n y de re s is te n c ia a tra n s fe re n c ia s te c n o ló g ic a s , c o m o las o b se rva d a s p a ra el caso de " c h a c r a s " , e s tu d ia d a s y / o e x p e rim e n ta d a s p o r el e q u ip o d e l C A A P . V e r , José S á n c h e z Parga y J. de O la n o , Ecuador De ba te : "cam pesinado y te c n o lo g ía ", N o . 6 , Q u it o , 1 9 8 4 .

(6 ) E n e fe c to , lo a n te r io r h e m o s o b s e rv a d o en las tie rra s a lta s d e l c a n tó n C a ñ a r, d o n d e en esta ú lt im a d é ca d a es ca da ve z m a y o r la s e q u ía , y n o s u fic ie n te la h u m e d a d d e l p á ra ­ m o , p a ra el d e s a rro llo d e lo s c u ltiv o s de p a p a . En o tro s casos, es c o s tu m b r e n o a s o cia r n i in te rc a la r a la p a p a o tro s c u ltiv o s f r ío s : ra z ó n p o r la q u e t a n to el m e llo c o c o m o el h a b a , a p a re ce n a d ju n ta s a las s e m e n te ra s d e p a p a : sin e m b a rg o , se in te rc a la n p la n ta s d e o ca o n a sh u a , v a lo ra d a s c o m o c a lie n te s .

(7 ) M u c h o s a u to re s c o n te m p o rá n e o s h a n lla m a d o la a te n c ió n s o b re las d ife re n c ia s m a rc a ­ das e n tre lo s in d io s d e l " v a lle " y lo s d e " a lt u r a " , c o m o p .e ., A n í b a l B u it r ó n , In v e s ti­ g a cio n e s so c ia le s en O ta v a lo , IO A , (m e c a n o g ra fia d o ), 1 9 7 4 ; E m ilio B o n ifa z , L o s in d í ­ genas d e a ltu ra .

(8 ) En g e n e ra l, lo s in d íg e n a s ta m b ié n c la s ific a n las e n fe rm e d a d e s c o m o fr ía s y c a lie n te s , a lu d ie n d o c o n e llo n o s ó lo al t ip o de d e s e q u ilib r io e x p e rim e n ta d o en el o rg a n is m o , s in o ta m b ié n d e l f a c t o r q u e lo p ro v o c a . F a c to r q u e s ie n d o de u n a p ro p ie d a d e s p e c ífi­ ca, c o m o el f r í o o lo c a lie n te , to m a c u e rp o c o n c re to en la p ro p ia n a tu ra le z a , d e m u ­ ch a im p o r ta n c ia d ife re n c ia r e id e n t if ic a r , e s p e c ia lm e n te p a ra la a d m in is tr a c ió n de las - te r a p ia s . Estas, c o m o e stá n lla m a d a s a c o n tra r re s ta r la c u a lid a d d e l d e s e q u ilib r io , t ie n ­ d e n a ser de p ro p ie d a d té rm ic a o p u e s ta ; sin e m b a rg o , n o e x c lu y e su c o m b in a c in a c ió n en el p ro c e s o d e la c u ra , en t a n to s im b o liz a c ió n d e l e q u ilib r io . José S á n ch e z Parga, " F it o t e r a p ia y m e d ic in a tr a d ic io n a l: G u a n t a ló " , P o lític a de salud y com un id ad a n d i­ na, C A A P , Q u it o , 1 9 8 2 .

(9 ) C fr . C E P L A E S , El u so y c ir c u la c ió n d e l c u y , en o c h o c o m u n id a d e s c a m p e sin a s en la s ie rra e c u a to ria n a , Q u ito , 1 9 8 4 . En este in fo r m e a p a re ce u n a tic a in fo r m a c ió n re sp e c ­ t o a la c o c in a in d íg e n a y ^ o tro s se cto re s c a m p e s in o s .

(1 0 ) N o h e m o s d e s a rro lla d o a q u í el c o n t e x t o festivo d e l c o n s u m o r it u a l, en lo s d is tin to s n iv e le s se ñ a la d o s , p o r ser b a s ta n te in t r in c a d o ; sin e m b a rg o , a u n q u e está r e d u c id o a la p re se n cia d e l c o n s u m o d e l c u y , el tr a b a jo c ita d o a n te r io r m e n te , es b a s ta n te re p re s e n ­ t a t iv o .

(1 1 ) A l p a re c e r, ta m b ié n en el p a sa d o el c o n s u m o de las ca rn e s, e s p e c ia lm e n te a q u e lla s de a n im a le s " s ilv e s tr e s " , r e c o n o c ie ro n u n c a rá c te r r it u a l y e s tu v ie ro n b a jo el c o n t r o l de las a u to rid a d e s é tn ic a s , ra z ó n p o r la q u e se las c o n s u m ía e x c e p c io n a lm e n te , v ía la r e d is t r ib u c ió n . F ra n k S a lo m ó n , Los señores étnicos de Q u ito en la época de los incas,

I O A , O ta v a lo , 1 9 8 0 . En el c o n t e x t o in c á s ic o , e x is te n a n te c e d e n te s q u e e x tie n d e n es­ te c a rá c te r r it u a l a l c o n s u m o de la c a rn e d e lo s " c a rn e r o s d e la t ie r r a " , b a jo el c o n t r o l de la n o b le z a im p e r ia l. J im é n e z d e la E sp a d a , R e la c io n e s G e o g rá fic a s d e In d ia s , T . I I I , ( fo to s c o p ia ) F L A C S O , Q u it o .

(20)

m o mie m b r o de la c o m u n id a d y , p o r t a n t o , n o tie n e p o s ib ilid a d d e p a r tic ip a r en su v i­ da r it u a l. T a m b ié n es e lla q u ié n c o n tr o la la " c o c in a " y la " s a lu d " , d o n d e el h o m b r e tie n e u n p a p e l s u b o rd in a d o .

(1 3 ) E sto en lo q u e re s p e cta d e m o d o p a r t ic u la r al c u y , p o r c u a n to la v is ita fo r m a l de los c o m p a d re s , e n tra ñ a u n c o n s u m o de a lim e n to s d iv e rs o s , q u e se e x tie n d e de a c u e rd o a la p e rm a n e n c ia en casa d e lo s v is ita n te s . Para e je m p lif ic a r la m a g n itu d d e lo s g a sto s y el c o n s u m o , es de in te ré s se ñ a la r q u e lo s in d íg e n a s de C o to p a x i, lla m a n " c o m p a d r e " al " c h u c u r i" , u n d e p re d a d o r q u e d a c u e n ta de lo s c u y e s , c o n e jo s y g a llin a s q u e e n ­ c u e n tra a su paso.

(1 4 ) A l re s p e c to , son n u m e ro sa s las re fe re n c ia s so b re la c o n q u is ta d e l " p r e s t ig io " p o r p a rte d e lo s " p r io s t e s " , a c a m b io de ¡ng e sn tes g a stos, en lo s q u e se c o n te m p la el c o n s u m o de a lim e n to s y b e b id a p a ra el c o n ju n to d e la c o m u n id a d ; p r e s tig io q u e , p o r c ie r to , d e b e e sta r a s o c ia d o a las red es de la r e c ip r o c id a d , en las q u e se s itú a n de u n m o d o p r iv ile ­ g ia d o e sto s a n fitr io n e s . M a rc o V in ic io R u e d a , La fiesta religiosa cam pesina, Andes ecuatorian os, P U C E , Q u it o , 1 9 7 0 .

(1 5 ) En lo q u e re s p e cta al ro l v ir t u a l d e l " t r a g o " , es d e im p o r ta n c ia o b s e rv a r el tr a b a jo de José S á n ch e z Parga, " L a b e b id a en las c o m u n id a d e s d e lo s A n d e s , e n tre el r it o y el c o n t r o l s o c ia l" , C A A P (m e c a n o g ra fia d o ), Q u it o , 1 9 8 1 .

(1 6 ) E n C h im b o r a z o , h a sta a h o ra se o b se rva la c o s tu m b r e e n tre lo s c a n tin e r o s d e o fre c e r u n tra g o a lo s in d íg e n a s , q u e d e ser a c e rta d o a b re p aso a la re c ip r o c id a d y / o p e d id o d e l c a n tin e r o p a ra q u e lle ve " u n o d e l b u e n o " ; se le c o n o c e , al p a re c e r, c o m o el " g u - g u " , p u es u n a p rá c tic a d e e x p lo ta c ió n de lo s s e c to re s in d íg e n a s H u g o M o r e n o , In tr o ­ ducción a la filo s o fía ind ígena, E d . R io b a m b a , P U C E , R io b a m b a , 1 9 8 3.

(1 7 ) E n la m e m o ria in d íg e n a , e x is te n v iv o s re c u e rd o s re s p e c to a las p rá c tic a s d e lo s h a c e n ­ d a d o s p a ra p ro ve e rs e de fu e rz a de tr a b a jo v o lu n ta r ia en las é p o ca s d e s ie m b ra o co se­ c h a . E n tre e lla s se m e n c io n a el " t r a g o " , a n te s v is to y , en p a r tic u la r , el " a g r a d o " , c o n c lu id o el c ic lo , c o n s is te n te en la " f ie s t a " , q u e c o n te m p la b a b e b id a y c o m id a : in ­ c lu s iv e , e n m u c h a s p a rte s , se se ñ ala q u e el " m a y o r d o m o " o el m is m o " p a t r ó n " , h a c ía u so d e ig u a les " c o s tu m b r e s " p a ra h a cerse " c o m p a d r e " , p e ro en e ste caso " p id ie n d o " a h ija d o s ; es d e c ir, ta m b ié n " d a b a " el tra g o , y ju n t o c o n el m e d ia n o , e n tre g a b a " r o p a " y " g r a n o s " p a ra el a h ija d o .

(1 8 ) Para u n a m a y o r c o m p re n s ió n de las tr a n s fo r m a c io n e s a c a e cid a s y d e las fo rm a s d e re ­ s is te n c ia , n o s p a re c e d e s u m o in te ré s o b s e rv a r, E s tra te g ia s de s u p e rv iv e n c ia en la c o ­ m u n id a d a n d in a , C A A P , Q u it o , 1 9 8 4 ; L e o n a rd F ie ld y M a n u e l Ch iribo ga , A g ric u ltu ra andina: pro puesta de investigación, C A A P , Q u it o , 1 9 8 4 ; R o b e rto San tana, Cam pesi­ nado indígena y el desafío de la m o d ern id a d , C A A P , Q u it o , 1 9 8 3 .

(1 9 ) N o s re fe r im o s al a s p e c to fo rm a l, p o rq u e e n sus c o n te n id o s ta le s c a m b io s e n tra ñ a n lo tr a d ic io n a l, ya q u e se re a liz a n en base a su p r o p io c ó d ig o o ló g ic a . A se m e ja n za d e la " a c u lt u r a c ió n " , se tr a ta de u n p ro c e s o p o r el q u e se in c o r p o r a n e le m e n to s n u e v o s , o desde fu e ra , sin q u e e s to im p liq u e la p é rd id a d e o tr o s p ro p io s , y a q u e se lo s o rg a n iz a y v a lo ra d e n tr o de la " r a c io n a lid a d " p ro p ia . A l re s p e c to , v e r N a th a n W a c h te l, "P e n s a ­ m ie n to sa lva je y a c u lt u r a c ió n : el e s p a cio y el tie m p o en F e lip e G u a m á n P o m a d e A y a - la y el in ca G a rc ila s o d e la V e g a " , S o c ie d a d e id e o lo g ía , IE P , L im a , 1 9 7 3 .

(2 0 ) C fr . C E P L A E S , o p . c it . : C E S A , D ia g n ó s tic o s o c io -e c o n ó m ic o d e la re g ió n d e in f lu e n ­ cia d e l ca n a l de rie g o p a to c o c h a , Q u it o , 1 9 8 4 .

(21)

r r o l l o R u r a l In te g r a l, en el ca so d e l m a íz 1 0 1 , se o b s e rv a u n lim it a d o é x it o y u n a g ra n re s is te n c ia a su in c o r p o r a c ió n , e s p e c ia lm e n te en lo s se cto re s in d íg e n a s . A m á s de las c o n tra d ic c io n e s e m a n a d a s d e la ló g ic a d is t in t a d e l " p a q u e te te c n o ló g ic o " o fr e c id o , re s p e c to a la ló g ic a s im b ó lic a , c a b e n d e s ta c a rse ta m b ié n o tra s c o n s id e ra c io n e s d e c a ­ r á c te r 'f u n c io n a l, q u e r e fu e rz a n a las p rim e ra s , c o m o a c o n te c e c o n la d is m in u c ió n de f o r r a je d e n tr o d e u n sis te m a p r o d u c t iv o q u e in c o rp o r a a l g a n a d o y , en o tr a m e d id a , e x ig e m a y o r t ie m p o y m a y o r c o n s u m o d e c o m b u s tib le p a ra su t r a n f o r m a c ió n en a li­ m e n to .

(2 2 ) E s to ta m b ié n lo h e m o s o b s e rv a d o en las e x p e rie n c ia s p ro p u e s ta s p a ra la tra n s fe re n c ia * d e te c n o lo g ía en el caso d e l g a n a d o d o m é s tic o , c o m o lo s c u y e s ; c u y o é x it o en lo s p r o ­ y e c to s d e D e s a rr o llo R u ra l In te g ra l, se re d u c e n a a lg u n o s s e cto re s c a m p e s in o s n o in ­ d íg e n a s , y g e n e ra n u n a re s is te n c ia c o n s id e ra b le en lo s s e c to re s in d íg e n a s . C E P L A E S , o p . c it .

(2 3 ) S e ñ a la m o s e s to p o rq u e es m u y p o s ib le q u e lo s in g re so s d e riv a d o s d e la c o m e r c ia liz a ­ c ió n d e e sto s p r o d u c to s , c o m o a c o n te c e c o n la v e n ta d e fu e rz a d e tr a b a jo en el m e rc a ­ d o u rb a n o , p u e d e n re in te g ra rs e p a ra la a d q u is ic ió n de u n fo n d o d e c o n s u m o r it u a l, c o m o ta n ta s veces ha s id o o b s e rv a d o p a ra el caso de la fin a n c ia c ió n d e las fie s ta s r e li­ g iosas. G la d y s V illa v íc e n c ío , Relaciones interétnicas en O ta v a lo , I I I . , M é x ic o , 1 9 7 3 .

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