• No se han encontrado resultados

La Red Natura 2000, una oportunidad para el sector forestal

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2020

Share "La Red Natura 2000, una oportunidad para el sector forestal"

Copied!
6
0
0

Texto completo

(1)

LA RED NATURA 2000, UNA OPORTUNIDAD PARA

EL SECTOR FORESTAL

Fermín Olabe Velasco y Yolanda Val Hernández

Gobierno de Navarra. Dirección General de Medio Ambiente y Agua, Sección de Gestión Forestal. Avda. del Ejército 2, nivel 9. 31002-PAMPLONA (España).

Resumen

Tras más de 100 años de ordenaciones en los montes navarros, el papel que éstos juegan en la sociedad ha ido evolucionando sin que ello haya supuesto en muchas ocasiones el que los instrumen-tos de planificación que se aplican se fueran adecuando a las nuevas realidades. Esto ha supuesto una enorme falta de confianza y una visión poco práctica de muchos de estos proyectos de ordenación. Sin embargo, en los últimos años se ha trabajado en adecuar unos pliegos de condiciones que res-pondan a los nuevos retos que la sociedad nos plantea, unas instrucciones dinámicas que permitan redactar planificaciones reales e integrales. Estas planificaciones o proyectos de ordenación deben contemplar los diferentes objetivos que se presentan sobre un monte y aplicar la selvicultura como herramienta para alcanzarlos. La Red Natura 2000 es uno más de los retos a los que el sector fores-tal debe hacer frente aprovechando su potencialidad.

Palabras clave: Proyectos de ordenación, Objetivos, Selvicultura, Oportunidades

INTRODUCCIÓN: COMIENZOS DE LA ORDENACIÓN EN NAVARRA

Desde siempre los recursos de los montes se han aprovechado, pero usar y gestionar son cuestiones diferentes. A principios del siglo XX los montes navarros comenzaron a ser ordena-dos. Aquellos forestales tenían como principal objetivo el regular los aprovechamientos de madera, es decir, asegurar lo que parece que en nuestros días es novedoso, una gestión sosteni-ble de los montes (OLABE, 2003).

Ya desde entonces los proyectos de ordena-ción en Navarra abogaban por la regeneraordena-ción natural de las masas (PUERTAS YERASO, 1995), principalmente porque el sistema forestal por excelencia sujeto a estas herramientas de plani-ficación eran los hayedos, y estos, como bien es sabido, poseen una alta capacidad de

regenera-ción, haciendo peligrar en determinadas situa-ciones, la existencia de otras especies forestales como los robles, de mayor valor ecológico y económico (OLABE, 2003).

Aunque en aquellos documentos se estudia-ba el medio físico y se analizaestudia-ba la fauna y flora presente, lo que también es cierto es que el obje-tivo final y casi único, consistía en conocer con la máxima precisión posible de la época, la can-tidad de madera presente, para posteriormente y mediante los correspondientes cálculos, estable-cer la posibilidad de corta. Un objetivo natural y lógico en aquellos años, ya que los forestales a través de la selvicultura daban respuesta a la demanda y necesidades de aquella sociedad.

(2)

repo-blaciones artificiales, ya que la planificación se circunscribía a las masas procedentes de regene-ración natural. Estas decisiones tuvieron consecuencias durante la práctica totalidad del siglo XX y de esa manera la ordenación pascíco-la quedo relegada injustamente. De pascíco-la misma manera en ciertos montes las cortas de mayor valor engrosaban la lista de cortas extraordina-rias al no estar incluidas en la planificación por tratarse de masas de coníferas procedentes de repoblación artificial.

AÑOS 60-90: LA DECADENCIA

La aplicación de los métodos de ordenación propuestos prácticamente se limitaba a la deter-minación física de los correspondientes tramos, como lo demuestran las revisiones posteriores de aquellos planes especiales. Los tramos permanen-tes, los tramos únicos y hasta los tramos móviles (MADRIGAL, 1994) en muy contadas ocasiones se han ejecutado, mientras que sin embargo la posi-bilidad de corta si se llevaba a la práctica. Este no seguimiento de los proyectos no significa que no se llevasen a cabo actuaciones selvícolas, ejecu-tándose muchas veces de manera mas acorde a la realidad del monte de lo que proponían los cita-dos documentos, los cuales, en muchos casos carecían de unas directrices selvícolas claras. Los proyectos de ordenación de alguna manera aleja-ban al gestor de la selvicultura.

La homogeneidad de los proyectos de orde-nación en contraposición a la heterogeneidad de muchos de los montes ordenados era un factor que influía enormemente a la hora de no aplicar lo que estos documentos establecían, ejecután-dose cortas irregulares y por bosquetes muchas veces como consecuencia de las inquietudes de los gestores, principalmente de los guardas forestales. Ese mismo criterio “homogéneo” llevo a su vez a una desaparición paulatina de las masas mixtas o de pies dispersos de otras especies diferentes al haya.

Los proyectos de ordenación comenzaron a ser cuestionados tras las primeras revisiones ya que la posibilidad establecida no podía ser man-tenida en el tiempo sin correr el riesgo de descapitalizar el monte (principalmente como consecuencia de haber establecido una

posibili-dad global en montes generalmente heterogéne-os) o lo que es mas grave poniendo en peligro la distribución de clases de edad en el monte, algo curioso cuando todos los proyectos de ordena-ción promulgaban la regularidad de los montes. De la misma manera el conservadurismo, toda-vía existente, a la hora de llevar a cabo las cortas, dilataba en el tiempo la consecución de la rege-neración natural y complicaba en gran medida la posterior corta de los árboles padre.

Esta realidad histórica no es óbice para no reconocer la relevancia de estos documentos, ya que como se ha dicho anteriormente, el objetivo final, mas o menos logrado, era la gestión soste-nible del recurso madera a la vez que se daba respuesta a las necesidades de los propietarios y además, la existencia de estos documentos nos permite conocer el estado de los montes desde hace ya mas de cien años.

Esta situación fue degenerando progresiva-mente hasta tal punto que los proyectos de ordenación comenzaron a ser utilizados para com-pletar las bibliotecas oficiales siendo consultados exclusivamente cuando se necesitaban datos de árboles tipo o cuando, por inercia, se utilizaban para la siguiente revisión, sin importar en muchas ocasiones que no hubieran sido ejecutados.

Un proyecto de ordenación es el marco en donde la selvicultura se aplica, en donde depen-diendo de los objetivos se ejecutan un número de acciones, o simplemente no es necesario ejecutar ninguna, pero en todo caso cualquier decisión es selvicultura (LANIER, 1986). También es cierto que la inexistencia de un proyecto de ordenación no implica la no actuación selvícola aunque está no estaría planificada en el tiempo y en el espacio. El mundo anglosajón no establece métodos de orde-nación sino sistemas selvícolas dando la relevancia que esta ciencia debe tener (MATTHEWS, 1991).

UN NUEVO IMPULSO

(3)

pri-mer lugar revitalizar estos documentos, en segundo lugar establecer un marco homogéneo de redacción de los mismos y en tercer lugar modificar ciertos aspectos que se comprobaban no haber funcionado en tiempos pasados.

Esos objetivos todavía no han sido cumpli-dos plenamente, ya que no solo son cuestiones técnicas las que deben ser consideradas. Progresivamente era necesario convencer, no solo a propietarios sino también a técnicos, de la necesidad y utilidad de dichos documentos, y eso solo era posible si los proyectos cumplían sus expectativas. Por otro lado era a su vez nece-sario contar con personal técnico cualificado para redactar dichos proyectos, algo que se ha ido consiguiendo con la aparición de gabinetes técnicos en Navarra, aunque es cierto que su número es menor al deseado como consecuencia principalmente de la inestabilidad laboral propia del sector forestal. Todo ello evidentemente debía, como así fue, ir aparejado de un presu-puesto destinado no solo a la redacción de proyectos sino también a la ejecución de los pla-nes de mejoras establecidos en los mismos, a través de las consiguientes campañas de subven-ciones a trabajos forestales.

Estas directrices o pliegos de ordenación, muy farragosas para algunos y quizás con cierta razón, establecen como se deben redactar estos documentos, siendo, en muchos de sus puntos, una mera explicación mas extensa de las Instrucciones de Ordenación de Montes arbola-dos de 1970. En ningún caso pretendían y pretenden desbancar a estas últimas sino ade-cuarlas a una realidad social, económica y ecológica cambiante en el tiempo y en algunos puntos recuperar ideas de anteriores Instrucciones, como por ejemplo los libros de cantones, diario de lo sucedido en un monte y fundamental para los forestales futuros que ges-tionaran las cortas finales de las masas en las que hoy en día ejecutamos o al menos intenta-mos ejecutar claras (ERASO YOLABE, 1998).

LA RED NATURA 2000 Y LA ORDENACIÓN DE MONTES

Antes que esos pliegos vieran la luz, bastan-tes años anbastan-tes, la entonces Comunidad Europea

ya había puesto en marcha la Directiva hábitats, aunque esta última no empezó a ser conocida hasta muchos años mas tarde. Dicha Directiva, que en ninguno de sus artículos establece la obligatoriedad de redactar un plan de gestión para las futuras Zonas de Especial Conservación (ZEC), no pretende otra cosa que asegurar la existencia de unos hábitats y unas especies, muchos y muchas forestales.

Por lo tanto, ya se habían creado dos cami-nos paralelos hablando sobre el mismo territorio. Por un lado los proyectos de ordena-ción aseguraban, al menos eso pretendían y pretenden, una gestión sostenible y por otro, la directiva hábitats establecía la necesidad de con-tar con invencon-tarios específicos que sirvieran para en un primer momento delimitar la futura Red Natura y así posteriormente gestionar esos hábitats de tal manera que fuera posible su con-servación y mejora.

Y eso, en los sistemas forestales, nos lleva a una pregunta, ¿no es ese o no debería ser ese uno de los objetivos de los proyectos de ordena-ción?, y eso implica una respuesta, un rotundo sí (OLABE, 2006).

Y entonces, ¿porque no se utilizan los pro-yectos de ordenación como planes de gestión de los LIC y futuras ZEC forestales?, cuando, lo que también es un hecho evidente es que los propietarios forestales son mas receptivos a pro-yectos de índole forestal.

Es en ese punto cuando se debe de llevar a cabo un análisis de los proyectos de ordenación, y cuando se debe considerar la Red Natura 2000 como una oportunidad, una oportunidad para adecuar los proyectos de ordenación a la reali-dad actual, dando una mayor relevancia a las cuestiones ecológicas, llevando a cabo ordena-ciones en montes en donde no existen aprovechamientos de madera, sino otros dife-rentes, pero también forestales, como la caza, los hongos, el paisaje o los pastos, simplemente realizando proyectos de ordenación integrales.

(4)

datos que aunque incrementan el volumen de los documentos no aportan mas de lo ya existente en la bibliografía sobre la materia. En todo caso, el paso difícil es llevarlo a la práctica, llevarlo a la gestión diaria, y eso implica aplicar la selvi-cultura apropiada.

APLICACIÓN PRÁCTICA

El establecimiento de múltiples objetivos en cada monte debe tener una respuesta en el plan especial. De la misma manera que en un rodal de Pino radiata de 40 años el Plan especial previsi-blemente establecerá una corta final durante su período de vigencia, la presencia de rana ágil en el territorio debería llevar aparejada el estableci-miento de charcas o en su caso el manteniestableci-miento y mejora de las ya existentes.

Pero en el ejemplo anterior no existe una incompatibilidad, es decir, se puede realizar la corta y también establecer las charcas, pero ¿que sucede cuando una actuación influye sobre otra o viceversa?, es entonces cuando es necesario que la ordenación establezca las prioridades, las compatibilidades y las restricciones, y en muchos casos la selvicultura puede ser la res-puesta a todo ello.

Pongamos un ejemplo en la gestión en un hayedo. Tradicionalmente las claras aplicadas en los hayedos navarros han sido por lo bajo, es decir, eliminando las clases sociológicas inter-medias, dominadas y secas (OLABE, 2003). La clasificación en calidades de los hayedos nava-rros fue el comienzo de la aplicación de una selvicultura más diversa (MADRIGAL et al., 1990). Así en las mejores calidades se comenza-ron a aplicar claras mixtas con selección de árboles de porvenir (SMITHet al., 1997). Dichas claras favorecen una mejor distribución del volu-men de la masa en los árboles seleccionados y por lo tanto se obtienen pies de mayores dimen-siones y mejor calidad, algo fundamental más aún con la actual demanda de la industria de la madera en cuanto a dimensiones (LANIER, 1986). Y aplicando esta selvicultura en los rodales de suficiente calidad, se consiguen paralelamen-te otros objetivos no menos importanparalelamen-tes que la obtención de productos apetecidos por la indus-tria de la madera, indusindus-tria que a su vez necesita

ser apoyada por la grave situación que soporta. Los árboles muertos dejados en el monte prove-en un hábitat idóneo para ciertas especies que a su vez son alimento de otras, los árboles viejos son refugio de fauna forestal y la estructura ver-tical de la masa en diferentes estratos proporciona hábitats apetecidos para otras espe-cies (GARMENDIAet al., 2006). Por lo tanto una selvicultura que fomenta la obtención de made-ra de calidad no solo es compatible con los requerimientos ecológicos del lugar sino que además mejora el sistema forestal en su conjun-to (MCEVOY, 2004).

Existen innumerables ejemplos de estas características y por lo tanto se puede concluir que una selvicultura convenientemente aplicada es una herramienta básica y esencial no solo para la obtención de madera sino para el mante-nimiento y mejora de los sistemas forestales (MADRIGAL, 1992).

Hay muchas zonas, muchos rodales en un monte ordenado, en donde no tiene sentido aco-meter actuaciones con un objetivo productor, bien sea por que económicamente no resulta rentable, bien por otras razones. El 60% de la superficie de los montes ordenados en Navarra tiene un objetivo principal de protección y sobre ella puede ser necesario aplicar una selvicultura con un objetivo de conservación o protección (OLABE, 2003).

Trasmochar árboles, establecer ecotonos en los bordes de las masas forestales, conectar robledales aislados, crear masas mixtas, y tantas otras acciones no dejan de ser actuaciones selví-colas que dan respuesta a objetivos de conservación y protección, y estas acciones deberían estar presentes en los proyectos de ordenación como ya lo están en los Planes de Gestión de las ZEC, porque no dejan de ser actuaciones forestales. El mantenimiento de árboles “refugio” tras una corta final no implica un grave trastorno económico al propietario, siempre y cuando esta acción se realice bajo un prisma forestal global tomando en consideración todos los factores implicados.

(5)

supuesto que puede existir la visión de que esto es fruto de una moda, algo que no es cierto, ya que es simplemente una respuesta a todos los múltiples objetivos y diferencias presentes en un mismo monte. Ni tan siquiera la ordenación llamada por rodales es estrictamente aquella de la que Judeich hablo en su momento (MADRIGAL, 1994).

Hay montes en Navarra en los que existen mas de 600 rodales diferentes, en donde, por ejemplo, existen calidades muy dispares en una misma especie. La existencia de rodales con pre-sencia de pícidos debe ser considerada antes de ejecutar un aprovechamiento, deben establecer-se pequeños rasos para que los cérvidos no establecer-se alimenten exclusivamente en rodales en regene-ración. La variabilidad de objetivos en un monte y por lo tanto la variabilidad de sistemas selví-colas hace que la gestión se deba realizar a nivel de rodal, algo que por otro lado ya se venía haciendo en muchos montes navarros antes de que los forestales llamáramos a eso ordenación por rodales. Estoy convencido que esto se consi-derara un atrevimiento, pero desde la visión del gestor la ordenación por rodales es en si misma la ordenación de montes.

El aquellas Zonas de Especial Conservación en donde los hábitats y especies a proteger, con-servar y mejorar sean forestales los proyectos de ordenación deben dar respuesta a esos objetivos compatibilizándolos con los usos tradicionales de los montes (GARMENDIAet al., 2006). En ese contexto los selvicultores necesitan trabajar en equipo con otros expertos en materias menos conocidas por los forestales y de esa manera encontrar las soluciones apetecidas.

El uso público de los montes, en muchas ocasiones asociado a la riqueza ecológica de los terrenos forestales, debe ser incluido en los pro-yectos de ordenación como un elemento clave en la planificación, y en algunos montes este recurso podría hasta determinar el propio méto-do de ordenación.

INFORMACIÓN Y DIVULGACIÓN

A su vez debe recordarse que la Directiva Hábitats establece un número de obligaciones que no están ligadas a presupuestos extraordinarios por parte de la UE y por lo tanto muchas de las

acciones a acometer serán ejecutadas con cargo a los ya de por si pobres presupuestos forestales, por lo que la integración aún es mas relevante.

En este contexto también cabe la autocrítica forestal. El marketing o saber venderse no ha sido nunca el fuerte de los forestales, algo en lo que todavía tenemos un importante camino que recorrer. Pocos ciudadanos conocen lo que sig-nifica la gestión forestal, muchos menos lo que es un proyecto de ordenación y aún menos que la madera es un material excelente y que su corta no supone la pérdida de nuestros montes. Que se vendan árboles de Navidad de plástico o que la corta de un árbol parezca un atentado eco-lógico es consecuencia de una desinformación considerable, y de eso los primeros responsables somos los forestales. Mientras en Navarra solo el 5% de las ventanas son de madera en otros países europeos este porcentaje alcanza el 60%, algo similar a lo que ocurre con las calderas o estufas que utilizan biomasa forestal.

Que la “limpieza” de los montes sea impres-cindible para prevenir los incendios forestales parece que es algo fundamental en estos veranos secos que todos padecemos, pero esa idea, esa afirmación, no ha sido trasladada a la sociedad por los forestales sino por los que en muchas ocasiones demonizaban la corta de un árbol. Y siendo la limpieza fundamental ésta debe ser realizada tomando en consideración todos los factores, es decir no dañando ninguno de los componentes del sistema forestal.

CONCLUSIONES

El reto forestal está servido, Kyoto, Red Natura, Biomasa, Certificación Forestal, etc., son oportunidades para fomentar el sector fores-tal, no son trabas, y los forestales tenemos la responsabilidad de adecuar nuestras herramien-tas a dichos objetivos, manteniendo el principio básico de sostenibilidad en nuestros montes y siendo y actuando como silvicultores, y contan-do con el apoyo de otros actores que finalmente lo que buscan es el mismo objetivo final.

(6)

siglo XXI de hacer lo mismo?, quizás la Red Natura nos esté dando esa oportunidad.

BIBLIOGRAFÍA

ERASO, E. & OLABE, F.; 1998. Pliegos de

condi-ciones técnicas generales de ordenación de montes en Navarra. Gobierno de Navarra.

Pamplona.

GARMENDIA, A.; CÁRCAMO, S. & SCHWENDTNER, O.; 2006. Forest management considerations for conservation of Black Woodpecker Dryo-copus martius and White-backed Woodpecker Dendrocopos leucotos populations in Quinto Real (Spanish Western Pyrenees). Biodiversity

and Conservation 15: 1399-1415.

LANIER, L.; 1986. Précis de Sylviculture. Ec. Nat. Gen. Rur. Eaux et Forets. Nancy.

MADRIGAL, A.; 1994. Ordenación de Montes

arbolados. Ministerio de Agricultura, Pesca

y Alimentación. Colección Técnica. Madrid. MADRIGAL, A.; 1992. Selvicultura de hayedos.

En: Actas del Congreso Internacional del Haya 1: 33-60. INIA. Madrid.

MADRIGAL, A.; PUERTAS, F. YMARTÍNEZMILLÁN, J.; 1990. Tablas de producción de

selvicultu-ra variable de Fagus sylvatica L. en Navarra. Publicaciones del Gobierno de

Navarra. Pamplona.

MATTHEWS, J.D.; 1991. Silvicultural Systems. Oxford Science Publications. Oxford. MC EVOY, T.; 2004. Positive impact forestry.

Island Press. Washington.

OLABE, F.; 2003. The Navarra forest sector. En:

Seminario IUFRO Internacional Meeting.

Navarra.

OLABE, F.; 2003. Beechwoods in Navarra. Silviculture and production. En: Seminario

IUFRO Internacional Meeting. Navarra.

OLABE, F.; 2006. The Navarra forest sector and Nature 2000. En: Seminario sobre Red

Natura y sector forestal. WWF-Bulgaria.

Bulgaria.

PUERTAS, F. & ERASO, E.; 1995. La ordenación de hayedos en Navarra. Cuad. Soc. Esp.

Cienc. For. 1: 87-95.

SMITH, DAVID ET AL.; 1997. The practice of

silvi-culture. Applied For. Ecol. John Wiley &

Referencias

Documento similar

A partir de los resultados de este análisis en los que la entrevistadora es la protagonista frente a los entrevistados, la información política veraz, que se supone que

Fuente de emisión secundaria que afecta a la estación: Combustión en sector residencial y comercial Distancia a la primera vía de tráfico: 3 metros (15 m de ancho)..

"No porque las dos, que vinieron de Valencia, no merecieran ese favor, pues eran entrambas de tan grande espíritu […] La razón porque no vió Coronas para ellas, sería

Habiendo organizado un movimiento revolucionario en Valencia a principios de 1929 y persistido en las reuniones conspirativo-constitucionalistas desde entonces —cierto que a aquellas

Este apartado, resume los principales indicadores de superficie protegida según las figuras de protección de Red Natura 2000, Espacios Naturales Protegidos, , Parques

1. LAS GARANTÍAS CONSTITUCIONALES.—2. C) La reforma constitucional de 1994. D) Las tres etapas del amparo argentino. F) Las vías previas al amparo. H) La acción es judicial en

La Dirección General de Ordenación Pesquera, a través de la Subdirección General de Economía Pesquera, del MAPA (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) ha elaborado

Desde esa concepción, el Derecho es considerado como algo que puede ser completamente objetivado y observado sin ningún tipo de parti- cipación (puede ser casi «fotografiado»).