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Manual Del Corrector de Textos - Zorrilla

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1

Alicia María Zorrilla de Rodríguez

MANUAL DEL CORRECTOR DE TEXTOS

(Guía Normativa de la Lengua Española)

6

»

Fundación Instituto Superior de

<j

Estudios Lingüísticos y Literarios

,

LITTERAE

2000

{

(2)
(3)

ALICIA MARÍA ZORRILLA DE RODRÍGUEZ

MANUAL DEL CORRECTOR DE

TEXTOS

(Guía Normativa de la Lengua Española)

TOMO III

FUNDACIÓN INSTITUTO SUPERIOR

DE ESTUDIOS LINGÜÍSTICOS Y LITERARIOS

UTTERAE

(4)

ES PROPIEDAD

© ALICIA MARÍA ZORRILLA DE RODRÍGUEZ, 2000

FUNDACIÓN INSTITUTO SUPERIOR

DE ESTUDIOS LINGÜÍSTICOS Y LITERARIOS

LITTE R A E

Jo«é Hernández 2195 16.° "A" (1426) Buenos Aires

República Argentina Tel. (54-11)4784-9381 Fax (54-11) 4784-9381

Correo electrónico: aliciazorrilla@arnet.com.ar

¡egundu edición

lU B t r a o i ó n : M ará* d a J o s a a B ada d 'A s c h q u e r e p r e s e n ta , e l

(5)

A mis maestras.

A mis profesores.

(6)
(7)

La lengua es, en efecto, la raza del espíritu. [...]; la lengua es la base de la continuidad, en espacio y tiempo, de los pueblos, y es, a la vez, el alma de su alma.

(8)
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7

NOTICIA SOBRE LA AUTORA

Alicia María Zorrilla de Rodríguez nació en Buenos Aires, en 1948. Es Licenciada en Filosofía y Letras (Universidad Complutense de M adrid); Profesora especializada en Castellano, Literatura y Latín (Escuela Normal Nacional Superior de Profesorado N .° 1

Presidente Roque Sáenz Peña\ Profesora adscripta a la cátedra de Literatura

Hispanoamericana (Escuela Normal Nacional Superior de Profesorado N .° 1); Profesora experta en Literatura infantil y juvenil iberoamericana y extranjera (Instituto de Cultura Hispánica de Madrid); M aestra Normal Nacional (Escuela Normal Nacional Superior de Profesorado N .° 1) e investigadora de la Literatura Argentina. En la actualidad, es Doctoranda en Letras por la Universidad del Salvador.

En 1966, recibió medalla de oro, como la mejor maestra egresada de su promoción, y en 1970, el Premio B ald m ar D obranich, como la mejor Profesora en Letras.

Ha obtenido el Premio Jo rg e Luis Borges en el Concurso de Cuentos - XI Fiesta del Escritor Latinoamericano, organizado por la Fundación Dr. Alfredo Givré', el Premio de la Editorial Pegaso en su Concurso Nacional de Cuentos (Santa Fe); el Segundo Premio en el Concurso de las Artes (Cuento), organizado por la Universidad de Belgrano, y el Tercer Premio en el Concurso de Cuentos Septiem bre L iterario . H a recibido, también, menciones honoríficas en el Concurso de Cuentos A m éricas (O .E .A ., Washington), en el Concurso Nacional de Poesía (Santa Fe), en el V Certamen Internacional de Poesía (Editorial Argenta Sarlep S.A .) y en el Concurso de Ensayo Inédito, organizado por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires (República Argentina), por su trabajo sobre Ju a n a M anuela G o rriti, u n a p rec u rso ra de n u e stra novela.

Ha sido becada por el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid, por la Università degli Studi di Siena, Scuola di Lingua e Cultura Italiana per Stranieri y por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), donde también se ha desempeñado como investigadora.

Ha ejercido la docencia en el nivel secundario, terciario y universitario. En la actualidad, es Presidenta de la Fundación Instituto Superior de Estudios Lingüísticos y

(10)

8

Literarios LITTERAE; dirige la carrera de Corrector de Textos en Lengua Española para Empresas, el Centro de Correctores de Textos, el Program a de Enseñanza A bierta a Distancia para correctores de textos y para traductores, y L IT T E R A E . R ev ista del Idiom a E spañol, de la que es fundadora. Además, tiene a su cargo la cátedra de Lengua Española en la carrera de Traductor científico-literario de la Universidad del Salvador y las de Gramática del Español, Normativa del Español, Normativa de la Redacción y Corrección de Textos en el Colegio de Traductores Públicos de la Ciudad de Buenos Aires.

Ha organizado, con otras autoridades de la Fundación que preside, las JORNADAS NACIONALES SOBRE NORMATIVA DEL IDIOMA ESPAÑOL, auspiciadas po r el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, y por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Es miembro fundador de la Asociación de Lexicografía Iberoamericana.

Ha publicado estudios sobre Literatura española, argentina e hispanoamericana, sobre Normativa del español, y obras, como R etrato de la novela (La novela tradicional y la novela del "boom" hispanoamericano), Editorial Argenta-Sarlep; E sp añ a en sus letras

(en

colaboración), Ángel Estrada y Cía.; L as letras en la A m érica H isp a n a (en colaboración), Ángel Estrada y Cía.; E sp añ a, H ispanoam érica y la A rg en tin a en sus

letras

(en colaboración), Ángel Estrada y Cía.; M an u al del C orrecto r de Textos. G uía

Normativa de

la L engua E spañola (Tomos I-VI), Fundación Instituto Superior de Estudios Lingüísticos y Literarios LITTERAE; D iccionario de los usos co rrectos del

eapaflol

(en

colaboración), Ángel Estrada y Cía. Es colaboradora de la revista E spañ ol

actual (Arco/Libros, Madrid, España).

ti ' ■

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P R Ó L O G O

La falta de rigor en el uso de la lengua conduce irremediablemente a su paulatlr deterioro. En todos los ámbitos, se multiplican las incorrecciones, se deforman las p bras y se les atribuye significados que no poseen.

De esta realidad que nos alarma, nace el MANUAL DEL CORRECTOR DE TEXTC una obra de consulta que responde a los pequeños y a los grandes interrogantes qu< plantean en tomo a los distintos aspectos que conforman la Normativa de la lengua eí ñola (conjunto o código de obligaciones y de prohibiciones que se imponen al uso d lengua desde el punto de vista estético, sociocultural o ideológico): gráfico (signos puntuación; acentuación; uso de mayúsculas y de minúsculas; empleo de las letra; general); fónico (pronunciación y acentuación prosódica); morfosintáctico (los para mas verbal y nominal; correlación de los modos y de los tiempos verbales; estructi sintácticas [oración, frase, proposición]); léxico-semántico (sinonimia, paronimia, hom mia, ambigüedad; uso de barbarismos; enriquecimiento del vocabulario)

Es un MANUAL, porque en él compendiamos ios temas sustanciales que origir mayores dudas en el ámbito de la corrección y. al mismo tiempo, exDonemos las ñor correspondientes -avaladas por la Real Academia Española de la Lengua- con adecu« ejemplos para corroborarlas.

El CORRECTOR -del latín, corrector 'el que endereza lo torcido, el que reforrn enmienda'-, destinatario de este Manual, cumple la difícil tarea de corregir, de mejora originales entregados por ei autor (corrección de estilo) y, luego, las galeradas (coi ción tipográfica) y las páginas (corrección tipográfica final o corrección de página)

TEXTO -del latin, textus ’tejido, contextura de un discurso' y éste del grt

n x , v j

'arte'- es todo lo que se dice en el cuerpo de una obra manuscrita o impresa. En este tercer tomo de nuestro MANUAL DEL CORRECTOR DE TEXTOS, estu mos los signos de puntuación y los signos auxiliares de puntuación.

Esperamos, pues, que esta obrita esté al servicio del meritorio trabajo de todos correctores de textos, quienes apoyan e incentivan nuestra misión docente.

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LA PUNTUACIÓN

SIGNOS DE PUNTUACIÓN

(13)
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LA PUNTUACIÓN

13

Signos de puntuación que expresan pausa:

PUNTO (•)

COMA (■)

PUNTO Y COMA (;) DOS PUNTOS (:) PUNTOS SUSPENSIVOS (...)

Signos de puntuación que expresan matices de la entonación:

INTERROGACIÓN (¿?) . EXCLAMACIÓN O ADMIRACION ( i !)

Signos auxiliares de puntuación:

. PARÉNTESIS () . CORCHETES [ ] . PUNTOS ENCORCHETADOS [...] . COMILLAS ALTAS (“ ") COMILLAS BAJAS (<s o) COMILLAS SIMPLES (’

')

.RAYA o GUIÓN LARGO (-) . DOS RAYAS o DOBLE RAYA (=) . GUIÓN o GUIÓN CORTO (-) . DIÉRESIS O CREMA (¡j)

. BARRA (/)

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1•*

. PLECA DOBLE .LLAVE (II ) O ( *• ) . MANECILLA . ASTERISCO . APÓSTROFO . PÁRRAFO (') (§) * (*) ¿QUÉ ES LA PUNTUACIÓN?

Puntuar significa colocar adecuadamente los signos ortográficos para distinguir el valor prosódico de las palabras y el sentido de las oraciones y de cada uno de sus miembros. Aunque muchas veces la puntuación es subjetiva, no deben dejarse a un lado las normas correspondientes.

Puntuación es la acción y el efecto de puntuar y, también, el conjunto de los signos que sirven para puntuar.

ELPUNTO

La palabra punto deriva del latín punctum, ’punzada, picadura, punto'.

Según el Esbozo da una nueva Gramática de la Lengua Española (Real Academia Española de la Lengua), el punto es "la mayor pausa sintáctica que la ortografía señala . Debe colocarse cuando lo que se ha escrito tiene sentido com­ plato y puada redactarse otro período sin que dudemos acerca de la comprensión de! anterior,

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1) Señala el fin de la oración v de su (figura toi

La obra literaria no es, si mi opinión parece cierta, un Eruto más o menos aberra te del tronco lingüístico común, sino un lenguaje aparte, sobre cuya independencia n puede engañarnos el hecho de que com puta muchos caracteres léxicos y gramatica­ les con los demás frutos del mismo árbol.

2) Separa oraciones:

El rostro se le disolvió. Le bulleron todas las materias del cuerpo físico, todas la* esencias del cuerpo espirituaL Brazos y piernas parecían los del Inca José Gabriel Condorcanqui cuando lo descoyuntaban los cuatro caballos centrífugos. En el furor i las contorsiones perdió los zapatos y se le abrió la ropa como una vaina madura.

3) Delimita

párrafos.-En Castilla hay muchas lagunas cenagosas donde juegan los niños, como Juan sus amigos, a lanzar a modo de flechas varitas de junco o de mimbre que el agí recibe y luego vomita entre inocentes apuestas de ver quién tuvo más fuerzas, qui< llegó más lejos.

Parece que Juan apunta a la distancia desde el principio: tendrá que mojarse si quiere recuperar su mimbre. Es el ganador, pero al avanzar pierde el equilibrio y espesura del barro lo atrapa fácilmente: mientras más lucha por salir más grande es huella hacia lo hondo. Asustados, sus compafieros de juego piden ayuda mientr Juan, extrañamente quieto, contempla la imagen de una Señora que le ofrece socorro de su mano limpia y él no se la quiere dar por no ensuciársela.

4) Cierra las abreviaturas; indica que un grupo de letras funciona como abreviatura

de unTpiTaüráiTa^capttulo), ed. (edición), pdo. (pasado).

Según ja Real Academia Española de la Lengua, las abreviaturas terminada^ i alguna letra volada deben tener punto antes de ésta: art.°, E).°, comp.0 . La Ácade mia exime de punto las abreviaturas relativas a pesas y medidas: m, cm, 1, d g .

O ... .

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5) Forma parte de la i y de la j minúsculas (nunca de las mayúsculas).

6) Con (a coma, forma el punto y coma.

7) Con otro punto, forma los dos puntos.

8) Con otro punto, ambos a la misma altura, la diéresis o crema5: antigüedad.

9) Forma parte de los signos -de apertura y de cierre- de interrogación y de exclamación: j Socorro!,¿No viene?

10) Tres seguidos constituyen los puntos suspensivos.

11) Tres seguidos, dentro de corchetes, los puntos encorchetados:

Cada uno de los barrios de la ciudad ha tenido, I...], su librería representativa, grande o diminuta, pero siempre con un sello propio y original.

1¿) En los índices, aparecen varios seguidos, lo^puntos conductores, que unen, generalmente, un concepto con un número:

EL VERBO... .1 EL SUSTANTIVO... ... 8 EL ADJETIVO...12

13) Virio» punto» i teauldos Indican la omisión de uno o de màis párrafos en una cita

w S o ti. ....

LOI hombre» de la cultura barroca muestran una obsesiva preocupación por el

tiempo. C uen u en loda» la» manifestaciones de la vida, qomo hemos dicho; aparece en "ÍÉÉÉrtlir 8ÒÌÌ de que HC «»cribe. Se subraya en todas las cosas su ingrediente de temporalidad. Shakespeare y Quevedo apenas dejan de pensar en el tema, o mejor,

(18)

1 7

todo lo piensan en relación con ¿1. En alguna dependencia con ello se ha podido decir que es la ¿poca de esplendor del arte de la relojería. Aunque, a nuestro entender, si puede afirmarse esto del siglo XVII, lo es ante todo en cuanto época moderna, here­ dera de la cultura urbana y burguesa del Renacimiento, sin dejar por ello de ser cierto que en ese punto coinciden los dos aspectos de ia centuria: su condición de moderni­ dad es un factor de la mentalidad barroca.

De ahi la preocupación del Barroco por el tema de las ruinas. En ellas pretende encontrar el testimonio de un tiempo, respondiendo a la incipiente conciencia histórica que trata de abrirse paso. En tal sentido, el escritor barroco cultiva la arqueología, al modo de un Rodrigo Caro.

14) Detrás del número, letra o palabra oue encabeza cada parte en una enumeración o en una serie de artículos: l . , A ., jeroglifico.

¿

~ *"

A *

15) Si las horas se expresancon números, se separan de los minutos con punto, pues I minutos no sotldecimales) sino<sexagesimaíeSt £ 4 5 ,1 ^ 0 .

^ ~ ^ V'**«* fe * 16) Las edades de las personas (años y meses) llevanpunto, pues los meses no son

decimales, sino duodecimales: 7.6 (siete años y seis meses). ... . Tf ,/ ( t í eCl M'n ií* 1 '

( OMISIÓN DEL PUNTO

1 ) En los títulos y subtítulos, centrados o marginados.

2) Tras «rf nombre delautof^ en tapas, portadas, prólogos, firmas de cartas, salvo que vayan a renglón seguido.

3) En los textos que aparecen al pie de un cuadro, làmina, grabado, etc. 4) Cuando un número de cuatro cifras indica un año: 1992.

(19)

IO

5) No

iP ) 6) Cuando la cantidad posee más de cuatro cifraste deja un espacio en blanco en él lugar del puntó. 12 387, 213 458, 1 467 789

7) Para separar los enteros de los decimales: 0,25 (0.25 es un anglicismo ortográfi­ co).

8) En la I y en la J (sólo las minúsculas deben llevar punto).

PUNTO SEGUIDO O PUNTO Y SEGUIDO

se usa en otros números de cuatro cifras:($ 9250.)

Según la Real Academia Española de la Lengua, el punto seguido o punto y seguido es el que se usa cuando termina un período, y el texto continúa inmediata­ mente después de 6l._en el mismo renglón o al principio del renglón siguiente, sin sangría. El espacio que sigue a este punto debe ser igual a los restantes de la misma I MSI punto seguido separa oraciones que fiqjseen contim liHaH es decir,

qae se relacionan por su contenido dentro de un párrafo:

Estoy sentado junto a la alcantarilla aguardando a que salgan las ranas. Anoche, mientras estábamos cenando, comenzaron a armar el gran alboroto y no pararon de cantar hasta que amaneció. Mi madrina también dice eso: que la gritería de las ranas le espantó el sueño. Y ahora ella bien quisiera dormir. Por eso me mandó a que me sentara aquí, junto a la alcantarilla, y me pusiera con una tabla en la mano para que cuanta rana

saliera a pegar de brincos afuera, la apalcuachara a tablazos... Las ranas son verdes de todo a todo, menos en la panza. Los sapos son negros. También los ojos de mi madrina ion negros. Las ranas son buenas para hacer de comer con ellas. Los sapos no se comen; pero yo me los he comido también, aunque no se coman, y saben igual que las ranas.

(20)

PUNTO APARTE, PUNTO Y APARTE O PUNTO ACAPITE9

10

Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, el punto y aparte es el que se pone cuando termina un párrafo, y el texto continúa en otro renglón más entrado que los demás de la pàgina. Implica una pausa mayor que el punto v seguido.

El punto y aparte se usa.

1) para separar oracionesde distinto contenido:)

Y allá se tropezó con Barbarità, una tarde, cuando de remontada por el Arauca con un cargamento de víveres para La Barquerena, el bongo de Eusta­ quio atracó en el paso del Bramador, donde él estaba dirigiendo la tirada de un ganado.

Una tormenta llanera, que se prepara y desencadena en obra ae instantes, no se desarrolla, sin embargo, con la violencia con que se desataron en ei corazón de la mestiza los apetitos reprimidos por el odio; pero éste subsistía v ella no lo ocultaba.

2) para delimitar párrafos:

3) cuando se enfocan distintos aspectos de un mismo tema:

Manuel consultaba con frecuencia su reloj de oro, inquieto y pensativo. Los punteros marcaban la hora, y tomando sus sombrero salió con paso acelerado.

Su uso exige que, antes de comenzar una nueva oración, se deje, en el renglón siguiente, un espacio en blan^

(21)

PUNTO FINAL

Según la Real Academia Española de la Lengua, elípunto finares el que acaba un escrito o una división importante del texto (parte^capltúíb, etc ). Indica que lo expresado no necesita de otras palabras para completar su sentido. Recordemos el final de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha:

Para mi sola nació don Quijote, y yo para él: él supo obrar, y yo escribir, solos los dos somos para en uno, a despecho y pesar del escritor fingido y tordesillesco, que se atrevió, o se ha de atrever a escribir con pluma de avestruz grosera y mal detiñada las hazañas de mi valeroso caballero, porque no es carga de sus hombros, ni asunto de su resfriado ingenio, a quien advertirás, si acaso llegas a conocerle, que deje reposar en la sepultura los cansados y ya podridos huesos de don Quijote, y no le quiera llevar contra todos los fueros de la muerte a Castilla la Vieja, haciéndole salir de la fuesa, donde real y verdade­ ramente yace tendido de largo a largo, imposibilitado de hacer tercera jornada y salida nueva: que para hacer burla de tantas como hicieron tantos andantes caballeros, bastan las dos que él hizo tan a gusto y beneplácito de las gentes a cuya noticia llegaron, asi en estos, como en los extraños reinos: y con esto cumplirás con tu cristiana profesión, acon­ sejando bien a quien mal te quiere, y yo quedaré satisfecho y ufano de haber sido el primero que gozó el fruto de sus escritos enteramente, como deseaba, pues no ha sido otro mi deseo que poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de caballerías, que por las de mi verdadero don Quijote van ya tropezando, y han de caer del todo sin duda alguna. Vale.

Cuando

S fUtWza. por ejemplo, para separar fragmentos dentro de un capitulo,

I t ’ tn

la

novela actual, debe dejarse uñ és^cíó en blanco eqülváente a iftnfllones;

LOI VÍoIIm* chocaron contra los cristales: la alegría, la renuncia. La alegría de esa ÜAMMÉftHfa datado de loa ojo. daros y brillantes. Él tomó el sombrero de una silla. C n i n ó hada la puerta del apartamento. Se detuvo con la mano sobre la perilla. Miró

(22)

21

hacia atrás. Laura acurrucada, con los cojines entre los brazos, de espaldas a ¿I. Salió.

Cerró la puerta con cuidado. ^ , j

f _,j c ji £: a . ¿

~Yo despierto otra vez,*pcro esta vez con un grito: alguien me ha clavado un puñal largo y frió en el estómago; alguien desde fuera: yo no puedo atentar contra mi propia vida de esta manera: hay alguien, hay otro que me ha clavado un acero en las entrañas: alargo los brazos, hago un esfuerzo para levantarme y ya están allí las manos, los brazos ajenos sujetándome, pidiendo calma, diciendo que debo permanecer quieto...

NOTAS

1

Sexta reimpresión, Madrid, Espasa-Calpe, 1979. p ig . 148.

2

LAZARO CARRETER, Fernando, "Consideraciones sobre la lengua literaria". Dooe ensayos sobre el lenguaje, Madrid, Fundación Juan March, 1974 (Colección Ensayos), págs. 46-4“

3

DENEVI, Marco, Aramintao el poder, Buenos Aires, Crea, 1982. pág. 31.

4

VILLAREJO, Pedro, Que voy de vuelo. Biografía literaria de San Juan de la Cruz, Buenos Aires, Cántico Ediciones, 1991, pág. 29.

5

Se llama crema por alteración de la palabra griega -c ç rj/*-* ‘taladro', 'puntos marcados a un lado’.

6

BUONOCORE, Domingo, Libreros, editores e impresores de Buenos Aíras, Buenos Aires, Bowker Edito­ res, 1974, p ig . 154.

(23)

22

7

MARAVALL, Josè Antonio. La cultura del Banoco, 3* edición, Barcelona, Ariel. 1983. pág. 384.

8

RULFO, Juan, Macario", Q llano en llamas, 8! edición, México, Fondo de Cultura Económica, 1967. pág. 9.

9

Americanismo. Significa pánafo en textos legales.

10

GALLEGOS. Rómulo, Doña Bárbara, 2 7 'edición, Buenos Aires, Espasa-Calpe. 1971 (Colección Aus­ tral), pág. 27.

11

MATTO de TURNER, Clorinda, Antes sin nido, Buenos Aires, Solar/Hachette, 1968 (Biblioteca “Dimen­ sión Americana"), pág. 208.

12

CERVANTES. Miguel de, 0 ingenioso hidalgo don Quqole de La Mancha, Tomo IV. Nueva edición corregida por la Real Academia Española, Madrid, Don Joaquin Ibarra Impresor de Cámara de S.M. y de la Real Academia. 1780, págs. 340-341. El texto fue ligeramente modernizado.

13

FUENTES. Carlos. La muerte de Artemio Cmz, 4* edición, México, Fondo de Cultura Económica, 1966, págs. 219-220.

(24)

LA COMA

La palabra coma proviene del griego y significa 'corte'. Es el signo de puntuaoión de uso más arbitrario. Expresa pausa breve. Separa ideas que tienen entre sí una relación de analogía.

SU USO

la coma se usa:

1) para destacar elementos intercalados en la oración, como el vocativo, la aposición explicativa, la cláusula absoluta, la ¡nterjeccióny otras locuciones

(también, es decir,~en fin, por último, por consiguiente, sin emCaigu, 11O obslánu asimismo, y viceversa, o viceversa, además, mejor dicho, en síntesis, entre tanto, de

ese modo, a saber, al menos, asi y todo, en tai caso, en cualquier caso, en general, por tanto, por lo tanto, por ejemplo, en realidad, pues, o sea, entonces, en resu­ men, en pocas palabras, es más, más aún, en definitiva, por fin, en consecuencia, en efecto, aun asi, por supuesto). El vocativo se coloca entre comasjsi aparece en medio de la oración: con una coma después, si va al principio, o con una coma antes, si vaaTlíñaF“ '--- — --- ---

---—---7 ¡ Papá, quiero esto!1', "¿Papá, quiero aquello!", T apá, tengo ganas de tener agua de luna", y el padre salla dulcemente empujado por el ronco encanto tiránico de la vocecita.

(25)

24

Vemos, por ejemplo, que al pasar el Congo al primer plano de la actualidad, nuestros periódicos llaman indistintamente congoleses o congoleños a los natura­ les de aquel pal^T^quizás^ uno de los gentilicios prevalezca con el tiempo.®

Gcrson, a veces, te llevaba a la calle sin pedir permiso.^

La torre de la catedral, poema romántico de piedrá/delicado himno, de dulces lineas de belleza muda y perenne, era obra del siglo dieciséis, aunque antes comenzada, de estilo gótico, pero, cabe decir, moderado por un instinto de pru­ dencia y armonía que modificaba las vulgares exageraciones de esta arquitectura.

--’ \

Al llegar a esta frase, el punto o vértice del delirio, hlzolos caer de bruces sobre la realidad la brusca entrada de Benina, que, concluidas sus faena^ de frega­ do y arreglo de la cocina y comedor, se despedía.

y I

Perdón/ pues, perdón por traer al acervo común lo que menos se precia en estos tiempos.

2) para destacar los adverbios terminados en -mente u otros adverbios (afortuna-

damante, seguramente, fundamentalmente, especialmente, finalmente, obviamen­

te, realmente, generalmente, quizá, quizás, asi, tal vez, talvez). El adverbio asi va entre comas con el valor dej'gor lo tanto", "en consecuencia”, "por consiguien­ te“; — --- .

Y queda la extrañeza o el asombro que es,'curiosamente, primera y última «ondeada de la vida

.8

Con tllM , finalmente, casaron las mejores vacaciones en Inglaterra cuando M u - h i l o Am dado de a lta ?

(26)

¡£D

u— --- 1

^ | pQfQ separar proposiciones coordinadas, vayan o no precedidas de conjun­n n a a !nn/4«tf'

ción (si las proposiciones son muy extensas, se separan con punto y coma):

El barco se despega y gira imperceptiblemente, de modo que el puerto y la nodriza vjel turbante dorado y escarlata y la India entera desaparecen como en un s u e flo o ^ l niño queda enfrentado al cielo vacio que oscila y se confunde con el mar.1

4) con las expresiones conjuntivas disyuntivas (ora..., ora...; bien..., bien...; ya..., ya...):

Pero el hombre que utiliza el aparato mental se propone alcanzar un incre­ mento de su propio poder,(Já)sea para gozar del fruto que este poder pueda apor- tarle^ya^para gozar del mero placer que el poder da de por si.

5) delante dé*y'b de(oT$)uando enlazan elementos en los cuales ya existe una de esas conjünciones:

Él^erro estaba durmiendo, abrió un ojjdTy^lespués el otr^Ty^o mandó a

6) para separar los elementos que constituyen una enumeración (sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios, etcétera). Al concluiruna enumeración, puede colocarse coma antes de y o de o, cuando el último elemento es distinto de los otros:

De mi sé decir que después que soy caballero andante soy valiente, comedido, liberal, biencriado, generoso, cortés, atrevido, blando, paciente, sufridor de traba­ jos, de prisiones, de encantos...

(27)

Dadme siempre una mujer, una fuente, una música lejana, rosas, la luna -belleza, cristal, ritmo, esencia, plata-, y os prometo una eternidad de cosas bellas.14

i

7)

para spnarar rins nalahra^cuando no aparecen las conjunciones y, ni, o ,(los periodos compuestos coma repetición [dos veces] de iá~cbnjuncí5rf copulativa ni se escriben, generalmente, sin coma):

Don Pedro desobede^¿^e queda en Toledo.1 ®

aliantes da tas ronjunciont^spero, mas, sino, conque, porquj

Si es que la radical crisis de nuestro tiempo ha de ser superada, habrá que retornar a una mujer fem enitjá^ero eso implica, a su vez, que el hombre ha de realizar una síntesis de la antitesis que ha provocado.

El goce de sus verdugos es puro y solitario. No es goce, sino rabia fría. 17

9) antes de los pronombres relativé^cuyo, cuya, cuyos, cuyas^n las proposi- clones subordinadas adjenvasu xpliCat] v tus- '

Aquel dia asistían a la ceremonia dos o tres docenas de fieles de Krisi^Cbuyo gran santuario se encuentra a unos cuantos kilómetros.

10) qmndcm m d u c e una alteración en

el orden

naturaljie lasocaciones (el

d#fTl#ntO

axtrapUMto ¿¡Tsepanrdi^résTo mediante una

coma;

según la Real

Aoadtmlt

Espartóla

de

la Lengua, en tas transposiciones cortas y muy percep-

(28)

27

Pn Iftc rapltnlrvc Hadintw4<^.a estudiar las tendencias novelescas de, eua^época. y a la hora dg anali/ar algitixas nQvela^jjJectpr de estas Pugnas encontrará estas posiciones de los autores; aquí me voy a limitar a resumir

11) cuando omitimos el verbo u otra dase de palabra, para evitar su repetición:

Éste, leve, de repique apretado, era de la barroca iglesia de Gesù; a q u é t^ ^ fc majestuoso y pausado, más cercano, de Santa Maria Maggiore; aquel otro, cálido y grave, de Santa Maria sopra Minerva...

12) para señalar la partición sujeto-predicado no verbal:

Sus brazqípuertes.

San Francisqorpredicando entre los pájaros.

Mis hijqsT^n la escuela. ¿■^¡rr^alor?

1<*1 Ho ni tahra etrfrm o d&su abroviotutaietc.); sj apargcfe^a-aLmedio^, de la oración, se colocará entre comas.

Por el contrario, seria tarea interesante la de registrar los matices y evolución de tal procedimiento descriptivo, viendo qué elementos, qué datos físicos importa

señalar en una época sobre otros, qué tipos físicos suelen ser los más noveles<x55p^ etc.

La ambición de tantos ideólogos y jefes revolucionarios -poesía social, arte al servicio del puebdjd^etcétera- fue realizada efectivamente por los poetas de Nueva España.22 ^

(29)

28

14) antes, después o antes y después del adverbio de afirmación si v del adverbio de negaciór^no}

23

( -N ojno me gusta. No me gustan las cosas a medias.

ya sé, hay una que otra casa elegante, con ventanas que dan a la calle, con “ésos detalles que tanto les gustan a los mexicanos: las rejas de hierro forjado, los toldos salientes y las azoteas acanaladas.

Se observa,(salina preocupación por np incluir en el enunciado definidor el complemento directo del verbo definido...

15) después de una interjeepión: en las exclamaciones constituidas por una inter­ jección y un vocativo, u otra palabra:

- ( ^ ) s o n como sacerdotisas... Vienen de muchas partes: India, Birmania, Malasia, China, Mongolia, Tibet, hasta de Japón.

¡ Ag^hijo, regresa pronto!

16) «n una carta, después de determinar el nombre del lugar desde donde se ••cribe:

Buenos AiresrS de febrero de 1992.

(30)

17) en las citas bibliográficas, para separar el nombre del autor del título de la obra, y ésta de los restantes datos editoriales:

ARJONA COLOMQ^Migupt/listoria de América?Volumen(T, Madrid, E.P.E.SA, 1973.

18) entre el nombre de una colección y su número:

Colección Austr^N.' 258

19) entre el nombre propio de una persona y su seudónimo o apodo:

Leonard^T^podado Torbellinc^yeconoció sus travesuras

20) entre el título de una obra y el nombre de su autor:

La montaña mágic^de Thomas Mann

2l i antes de como, cuando esta palabra introduce un ejemplo:

Escribió algunos poem^fcomo los dedicados a su tierra.

(31)

__Los muchachos alzaron el cuerpo de SimófCfoue estaba un poco m ás a ll^ ~ curvado^con el pekrabierto só b re la mojada tierra como un alga^ como un alga dorada.

Diana y don Aparicio, que hablan llegado entusiastas ante la escena que presenciaban, se apocaron y aun más el hombre, que estaba sintiendo una pena que lo desmoronaba al ver llorar tan sin consuelo a Pastorcito.

23) antes o después de las proposiciones subordinadas adverbiales condicioné

les: ' ,

---Si el valor estétic^fuer^com o el valor económicop^ue aumenta con la escasez • el aítls

y disminuye con la ab^rtdanci^(sen^ fácil explicar el altísimo mérito de Borges: lo que da es muy raro. y

24) antes o después de las proposiciones subordinadas adverbiales de tierppo:

f '

'

Poco a poco la hija de Fernando VII va dando rienda suelt» a su vena excesi­ vamente impulsiva y emocional, lo que le valdrá más adelan(e*cuando ya esté en funciones de gobierno^ como arma secreta para arrancar pásiones -privadas- y simpatías por doquier.

25) antes de las proposiciones subordinadas adverbiales dé causa)}

> v

No es fácl representarse la profunda modificación que la Electrónica está produciendo en las posibilidades de comunicación y, por otra parte, en el sentido

que ha hecho posibles diversos grados intermedios entre lo real V lóirreal, entre la presencia y la ausencia, que alteran los comportamientos

(32)

El poeta andaluz no trae romances moro^f porque ya es hora de que en la

hora avanzada de la civilización sea prindpe cristiano, «toallero con aventuras privadas, intimas, cabalgante viril en su caballo de poeta.

26) antes o después de las proposiciones subordinadas adverbiales

T

T

\ La cabedta negra no tiene nada que envidiar a una mariposa y es muy gracio-

síjau n q u e un poco coqueta; y tiene además el trino, q u 0 aunque es sencillo y unltono, es tan perlado y tan gozoso, que hace recordar lo que de la alondra escri­ bió en inglés mtster Shelley.

27) antes de las proposiciones subordinadas adverbiales;

La vida sugiere tanta belle^ jíafito o rd^g) tanta intención, tanta iniciativa, tanta fantasía, tanta economía, tanto derroche, tahta perseverancia, tanta despreo­ cupación, tanta red a , tanta libertad, que sólo una persona, yjqué Persona!, puede haberla concebido.

28) cuando el pronombre refativo.que aparece separado de su antecedente:

La Neurología es una parte de la Medicinedquaestudia el sistema nervioso.

29) después de los puntos suspensivos, cuando se intercalan palabras que indi­ can duda o indeterminación:

-Mi tic te s muy santo, muy bueno; yo le respeto y le quiero mucho; pero, en este casqC^-no s¿C^>yo creo que su conducta cpnmigo y con mi pobre hijo desvali­ do no es urmás generosa ni la más humana.

(33)

30) después de una extense(]proposiciôn subordinada adjetiva r e modifica el núcleo del sujeto, para corïcëdêŒvrêspirg^il lector:

El únic«rscr humano que vio en aquellos meses interminables en que no dejó de llover,ífue el perseverante señor Carmichael, que nunca entró en la casa con el paraguas cerrado.

31) antes del verbo que aclara palabras textuales^

" Asi que no nos hagan más el favor de decirnos lo que debemos hacef^p o n- duyó.

32) cuando hay más de dos elementos y el nexo coordinare e^ni:j y

i

No volvió a hablar de negocio^Tjrii permitió siquiera que/ke le hicieran consul­ tas, ni perdió un solo rizo de su espléndida cabeza ¡mperistñni un átimo de su lucidez, pero hizo lo posible porque no lo viera nadie que pudiera compade­ cerlo.38

(34)

oo

de los Treinta Años, la de las Dos Rosas, la de los Tres Enriques, una guerra dinástica o religiosa, o quizá galana, en el Palatinado, en los Países Bajos, en Bohemia, no importa dónde, tampoco importa cuándo, todas las guerras son fragmentos de una única guerra, todas las guerras forman la guerra sin nombre, la guerra a secas, la Guerra, de modo que el caballero vuelve de un viaje a través de uno de los fragmentos de la guerra, pero es como si hubiese recorrido todas las guerras y toda la guerra...

35) después del nombre de ciudades o de pueblos para separarlos del de provin­ cias o estados y naciones a los que pertenecen:

Rosariprprovincia de Santa gp, República Argentina

36) cuando una proposición subordinada sustantiva actúa como sujeto, para separar su verbo del verbo del predicado de la oración:

Quien temé sufrir/sufre ya por el hecho de temerlo. (Montaigne)

37) en reemplazo de una conjunción o de una frase causal:

Apúrate^Cqúectótiempo^

38) cuando dos o más preposiciones iguales aparecen contiguas:

Francisco entróíyjjla casa sin murallas de DicfsT^n uno de aquellos dias de la temprana primavera de Italia, cuando la tierra se halla todavía adormecida con el sueño del invierno, mientras el sol en el cielo irradia el vivo calor de la primavera...

(35)

39) para separar proposiciones adverbiales de gerundio:

Una taróle, cruzando el Luxemburgo, vio una flor.41

OMISIÓN DE LA COMA

No debemos usar coma:

1) cuando se juntan dos incisos o expresiones explicativas cortos; en este caso, la coma debe evitarse antes del primero:

que todas sus investigaciones revolucionarían la

2) entre el verbo y cualquier otro elemento de la oración inmediato a él (sujeto, objeto directo, objeto indirecto, etc ):

Bioluyia

La hcroica ciudad dormía la siesta42.

(36)

w u

4) en algunas expresiones, como/Ave Marta!, ¡Ah de la casa!, /Ay de mi!

S) en las aposiciones especificativas:

Guzmán el Bueno Fernando el Santo Juana la Loca

8) antes de abrir paréntesis p rava; ^

Desde niño (y el muchacho no habla conseguido liberarse después de esa obsesión) a Pepe lo espantaba la idea de que el mundo podía desaparecer en la oscuridad y de que, al encender repentinamente la luz, acaso pudiera encontrarse con un mundo totalmente distinto, extraño! insospechable, monstruoso, en el cual estarla perdido y le seria imposible sobrevivir.

Algo -ansiedad, vergüenza o culpa- le atenazaba, sofocándola.4®

7) después de la conjunción pero, cuando ésta precede a una interrooacián (Pero

¿quédijo?), salvo que medie un inciso (Pero, claramente hablando^¿qué dijo?), O en las oraciones exclamativas (¡Pero qué mujer!):

Se puede comparar a Lope de Vega con Tirso de Molina o Calderón, al autor del Lazarillo con Mateo Álepián o con Espinel, a Garcilaso con Fray Luis de León, Góngora o Quevedof pero¿.qué hacemos con Cervantes?4^

's...."V

Con esto apretó el paso lo más que le fue posible; peroj^cuál no serla su espan­ to cuando, habiendo doblado una espesa mancha de lentiscos, se encontró frente a frente y a pocos pasos de distancia con un toro!

(37)

36

8) en la reduplicación de palabras: casi casi, luego luego, asi asi.

Casi casi lo consigo. Luego luego iremos. Asi asi debes hacerlo.

9) en los apartados de correos, las leyes, decretos y elementos químicos: Apar­

tado 435; ley 43 / 1956; uranio 123;

10) antes de las conjunciones y, e, o, u, en ejemplos conr»o el siguiente:

Santa Teresa de Jesús tiene la frase expresiva, plástica y'popular.4®

v / ¿Debes leer novelas, cuentos, relatos o fábulas?

(38)

NOTAS

i

MALLEA, Eduardo. Chaves, Buenos Aires, Losada, 1953, pág. 45.

a

BIOY CASARES. Adolfo, “Una muñeca rusa“, Una muñeca rusa, Buenos Aires. Tusquets, 1991, pág. 24.

3

GILI Y GAYA, Samuel, Nuestra lengua materna. Observaciones gramaticales y léxicas San Juan de Puerto Rico, Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1973 (Serie: Biblioteca Popular), pág 112.

4

FUENTES, Carlos, Cambiode pM, 4! edición, México, Joaquín Mortiz, 1971, pág-95.

6

ALAS, Leopoldo, La Regenta, Buenos Aires, Castalia e Hyspamérica Ediciones Argentina. 1987, págs. 93-94.

a

PÉREZ GALDÓS, Benito, Meericordia, Buenos Aires, Kapelusz, 1986, págs. 240-241. 7

MADARIAGA, Salvador de, DMogo i tamoaoe, Buenos Aires, Sudamericana, 1970, pág. 11.

8

VILLAREJO, Pedro O.C.O., Que voy de vuelo. Biografia literaria de San Juan de la Cruz Buenos Aires, Ediciones Cántico, 1991, pág. 11.

9

VILLORDO, Oscar Hermes, Manucho. Una vida de Mujica Lainez, Buenos Aires, Planeta. 1991 (Bibliote­ ca del Sur), pág. 64.

10

(39)

MADARIAGA, Salvador de, op. cit., pág. 19.

12

CASTELLANI, Leonardo. 'Las fábulas que pasaron en el monte virgen ", « Don Cobaya *•, Camperas, Buenos Aires, Thau, 1984, pág. 92.

13

CERVANTES SAAVEDRA, Miguel de, "Capítulo XXXVI". Don Quijote de La Mancha, Tomo I, 6* edición, Barcelona, Juventud, 1969, pág. 501.

14

JIMÉNEZ, Juan Ramón. "Autocrítica", Y para raconter por qué ha «anido, Valencia, Pre-Textos, 1990, pág. 179.

15

ALONSO. Dámaso, Cuatro poetas españoles (Ganálaao - Góngora - MaragaM - Antonio Machado), Madrid, Gredos, 1962, pág. 26.

16

SABATO. Ernesto, "Masculinización y crisis“, Heterodoxia, Obras. Ensayos, Tomo II, Buenos Aires, Losada, 1970, pág. 364.

17

PAZ. Octavio. B arco y ta lira, 5* reimpresión, México, Fondo de Cultura Económica, 1983, pág. 126.

18

Ibidem, pág. 127.

19

FERRERAS, Juan Ignacio, Los orígenes de la novela decimonónica. 1800-1830, Madrid, Taurus, 1973, P *9 > »

20

CARPÏNTÏER, Alejo. 0 arpa y la sombra, México. Siglo XXI Editores, 1979, pág. 13.

11

■AOUIRO Q0YANE8. Mariano, La novela naturalista española: Emite Pardo Bazán, Murcia, Secreta­ riado d t Publloaolones da la Universidad de Murcia. 1986, pág. 100.

(40)

u

PAZ, Octavio, Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la fe, 3! edición, 1- reimpresión, México. Fondo ds Cultura Econòmica, 1985, pág. 414.

M

B08C0, Marta Angélica, B comedor de diario, Madrid, Hyspamérica Ediciones Argentina, 1984, pág. 11 r

14

FUENTES, Carlos, op. cit., pág. 11.

n

BECO, Manuel, Estudios de Lexicografía Española, Madrid, Paraninfo, 1987, pág. 191.

M

FOSSE, Abel, B viajero de ¿garitta, Buenos Aires, EMECÉ, 1989, pág. 186.

17

MUJICA LAINEZ, Manuel, “Capitulo XI“, Los viajero», Obras Compieta*. Tomo V, Buenos Aires, Sud­ americana, pág. 258.

n

CARPENA, Ellas, Tiempo de niñez, Buenos Aires, Librería Huemul, 1980, pág. 47.

M

ANDERSON IMBERT, Enrique, Hatada de la literatura Hispanoamericana, época Contemporánea. Tomo II, 5S edición, México, Fondo de Cultura Económica, 1966, pág. 283.

30

SOTO, Mónica, La España »abetina, Madrid, Altalena, 1979, pág. 7.

31

MARÍAS, Julián, Cara y cruz de la Bectrónica, Madrid, Espasa-Calpe, 1985 (Colección Austral), pág 46.

32

GÓMEZ DE LA SERNA, Ramón, “Juan Ramón Jiménez“, Retratos oontBmportneos escogidos, Buenos Aires, Sudamericana, 1968, pág. 32.

33

(41)

«*v

34

MADARIAGA, Salvador de, op. cit . pág 122. '

35

PÉREZ GALDÓS, Benito, "Capitulo XVIII". Gloria, Obras Completas, Tomo IV, 2! edición, Madrid, Aguí lar, 1949, pág. 631.

36

GARCIA MARQUEZ, Gabriel, Los funerales de la mamá grande, 11! edición, Buenos Aires, Sudameri­ cana, 1972 (Colección (ndice), pág. 83.

37 '

GARCÍA MARQUEZ, Gabriel, 0 general en su laberinto, Buenos Aires, Sudamericana, 1989, pág. 132.

38

GARCIA MARQUEZ, Gabriel, B amor en los tiempos del cólera, 4! edición, Buenos Aires, Sudamerica­ na, 1986. pág. 349.

39

DENEVI, Marco, "Un perro en el grabado de Durero titulado <r El caballero, la muerte y el diablo Reunión de desaparecidos, Buenos Aires, Macondo Ediciones, 1977, pág. 115.

40

FÜLOP-MILLER. René, Francisco, el santo del amor (Versión española de Rómulo Erba), Buenos Aires, Espasa-Calpe, 1949 (Colección Austral), pág. 40.

41

CORTAZAR. Julio. "Una flor amarilla". Rnai del juego, 4- edición, Buenos Aires, Sudamericana, 1966, ! pág. 93.

ALAI, Leopoldo, op. cit., pág. 93.

41

•coa

Mámttl, op. cit., pág. 186.

44

MUJtOA LAINU, Mánuel, brvttadoe en <■ H Paraíso •», Obras Completas, Tomo V, Buenos Aires,

(42)

41

41

QUIROGA, Elena, Algo pasa en la calle, 8arcelona, Ediciones Destino, 1954, pág. 11

MARIAS, Julián, Cervantes clave española, Madrid, Alianza, 1990, pág. 13. 47

CABALLERO, Fernán, La gaviota, 6Adición, Madrid, Espasa-Calpe, 1968 (Colección Austral), pág. 19.

(43)

42

EL PUNTO Y COMA

El punto y coma representa una pausa intermedia entre el punto y la coma. Indica una pausa no tan breve como la coma ni tan prolongada como el punto.

SE USA:

1) cuando en una oración aparecen-proposiciones yuxtapuestas de cierta extensión o querva contienen comas:

Hay que tener presente el sentido, biológico y biográfico, que en cada ¿poca tiene la eda^jen los siglos XVI y XVII no era frecuente llegar en vida y en buena forma a los setenta añd^jel caso de Calderón, con sus ochenta y uno, es excepcio­ nal, como el del Ticiano y algunos más.

El alemán que, ahito de cerveza, da vueltas con música del Tirol, se rie y cándidamente se divierte^! porteño no se rie ni se divierte, y cuando sonríe de costado, ese gesto grotesco se distingue de la risa del alemán como un jorobado pesimista de un profesor de gimnasia.

yuxtapuestas, o

5r último, sin embargo,'

2) parfl g a p a ra rp rc

^gm pl^ftefecto^

En U primera, sobre su cautiverio en los baüos, es unasucesión de escenas, COIt fl tutor Incrustado entre los personajes, a las que una lev^trajna amorosa praUndu engarzadla representación de los caracteres, de gran nobleza y patrio- ilHMi W •! mejor logro de la pieza, que ofrece rasgos medievales; jaor ejempto/la

flgurat alegóricas, la Ocasión y la Necesidad, que actúan m is que COIIiO punonlneacloncft, como voces interiores del protagonista, Aurelio.

(44)

3) para separar elementos de una enumeración, cuando tienen cierta extensión o alguno de'eltOS'yáifeva coma:

Pero también Ulises tenia un oráculo que se daba en sueños en Auritania, Etolia; lo mismo ocurría con Protesilao, en Eleo, en el Quersoneso trácico; con Sarpedón, en Cilicia, y al parecer, también en Tróade; con Menesteo, el jefe mili­ tar ateniense, en la lejana España; con Autólico, en Sinope, y, quizás, también con Anio, en Delos.^

4) cuando dentro de una oración se cambia el tema que está tratándoselo se exponen aspectos distintos de un mismo tema: ^ —

Pensamos en primer lugar en algunas atinadas observaciones de Rafael Lapesa en su estudio "La lengua /desde hace cuarenta años*, en Revista de Occidente, al que remitimos al le c t^ jd e l mismo autor es una sagaz interpretación de las consecuencias que en la evolución del idioma hace prever la cada vez más extendida tendencia a desplazar, por énfasis o contraste, el acento de la frase; una corriente de tal signo entraña gérmenes qup a la larga pueden revolucionar seria­ mente la estructura fonológica del idioma.

5) cuando intervienen varias aposiciones en una serie, cuyos miembros se separan normalmente con comas (si sólo uno de los miembros lleva aposición u otra clase de elemento explicativo, todos los demás, aunque no estén en igual si­ tuación, deben separarse con puntos y comas):

Pero su cálculo falló, porque las maestras que siguieron a la niña en fila compacta, y las escolares tímidas a quienes empujaban hacia el trono, la besaron también, una a una, y lo mismo hicieron Doña Carlota, la tende(a^y la esposa de Don Víctor, el c a rte r^ y la de Don Pedro, el almacenero; y la del médico y la del escribano y la del doctor Pílalos y las que habían llegado de las estancias vecinas y de las chacras, y las numerosas damas parroquiales que se hablan enjaezado con sus gualdrapas mejores para presentarse en el recibo de la hija del fundador.

(45)

44

6) para separar proposiciones yuxtapuestas con el verbo sobrentendido:

Por eso mi abuelo fue; el segundo duque de Gandknjmi padre, también Juan, el tercero; y yo, el cuarto; hasta que tomé la decisión.

7) antes de las conjunciones pero, mas, sino, aunque, si el período tiene cierta exten­ sión, de lo contrario, se usará sólo cornal ^

Desdi ecologisti de la cam'

no pasaban juntos las horas que Chantal dedicaba al partido ;ro después, con toda franqueza, la muchacha le contaba vicisitudes

. contra la fábrica paterna.

A fuerza de alardes de inteligencia, Joyce momificó buena parte de su obra; aunque hoy el desvío es indudable, resulta todavía prematuro afirm ar si las cenizas de Ulises serán aventadas por completo, o si una nueva corriente del gusto y de la sensibilidad reanimará las brasas de la gigantesca creación, por más que éstajio vuelva a ocupar nunca el pedestal donde sus incondicio­ nales la situaron.

8) para separar proposiciones yuxtapuestas que indican un hecho y su consenimn-

cia: ’ i

En Hispanoamérica repercuten las peculiaridades que asolaban a la metrópoli; bl poderlo español tendrá que perm itir la fundación de diversas colonias •Xtraqjeras en el Caribe, cuyo objetivo principal consistía en destruir el comercio

(46)

45

9) en el àmbito comercial, para separar cantidades:

Los totales operados en Letras, con las cifras anteriores entre paréntesis, fueron los siguientes: en dólares, a 180 días, 167 800 000 pesos (295); en dóla­ res, a un año, 74 000 000 (39,2); en marcos, a un año, 21 500 000 (19,1).

NOTAS

1

MARÍAS, Julián, Cervantes clave española, Madrid, Alianza, 1990, pág. 175.

2

SÀBATO, Ernesto, Tango, canción de Buenos Aires (1962), Obras. Ensayos, Tomo II, Buenos Aires, Losada, 1970, págs. 446-447.

3

ARMIÑO, Mauro, ¿Qué es verdaderamente el Siglo de Oro?, Madrid, Doncel, 1973, pág. 131.

4

ROHDE, Erwin, Priqué. B culto de tas almas y la creencia en le inmortalidad entre loe griegos (Traduc­ ción de Salvador Fernández Ramírez), Voi. I, Barcelona, Labor, 1973, págs. 194-195.

5

LORENZO, Emilio, B español de hoy, lengua en ebuHicMn, 3* edición, Madrid, Grados, 1980 (Bibliote­ ca Románica Hispánica), pág. 24.

6

MUJICA LAINEZ, Manual, Loe viajeros, Obras Completas, Tomo V, Buenos Aires, Sudamericana, 1983. pág. 206.

7

MARTÍNEZ ESTERUELAS, Cruz, Francisco de Borja, el nieto del escándalo, 3? edición, Barcelona, Planeta, 1989 (Colección Memoria de la Historia), pág. 24.

8

BIOY CASARES, Adolfo, ‘Una muñeca rusa*, Una muñeca rusa, Buenos Aires, Tusquets, 1991, pág. 23.

9

RODRIGUEZ ALCALDE, Leopoldo, Hora actual de la novela en el mundo, Madrid, Taurus, 1959, pág. 352.

10

(47)

46

LOS DOS PUNTOS

El uso de los dos puntos indica que no se ha enunciado el pensamiento comple­ to, sino que lo que sigue está relacionado estrechamente con lo anterior.

SE USAN:

i) antes de una enumeración:

La casa tiene todos los ingredientes del chalet fam iliar de fin de sem ariíjiiue- bles baratos y funcionales, varios objetos decorativos de segundo orden, justamen­ te esos cachorros que uno no quiere tener en la casa de Madrid, y arriba, al otro lado de las escaleras, muchos dormitorios con apariencia de habitación de hotel, impersonales y comunes.^

2) antes de conclusiones, consecuencias o resúmenes de lo que antecede:

La metamorfosis de Jacinto es un procesó escalofriante, ya que en su desespe­ rada lucha por librarse del asedio del seto, Jacinto pasa por todos los estados del miéaoiZwsdc el temor inicial hasta el terror final.

3) #n obras

didácticas, cuando preceden a los ejemplos introducidos con por

ejemplo, ut,

de este modo, verbigracia*, de la siguiente manera (a veces, reem-

(48)

47

Asi, todo texto debe

. Breve, claro y representativo del pensamiento de un autor.

. E l texto no ha de ser simplemente expositivo, sino que ha de ser razonado, para que pueda aportarnos los motivos por los que un filósofo piensa de una manera determinada.

Estudiaremos primero los signos de puntuación, por ejemplo: punto, coma, punto y coma, dos puntos, puntos suspensivos, etc.

4) para introducir una cita textual directa:

Escribe Pedro VillardjoT^/ivir de verdad es el secreto -nos diría-, vivir echan­ do fuegos, estar de corazotren cada sitio y levantarse con la pasión de un mucha­ cho que nunca se conforma con su orilla".^

5) después de lasiármulas de cortesla con que empiezan las cartas, notas, discursos:

Sr. D. Luis de Zulueta M i estimado amígoT^

Cierto es que yo vivo flotando entre ciertas vaguedades metafísicas y aún más religiosas, pero no me esfuerzo ya en reaccionar contra ellas, sino que, pues me siento cristiano, me dejo ser tal.

6) en leyes, decretos, resoluciones, bandos, títulos, acuerdos, convocatorias, sentencias (se colocan después de voces, como Certifica, Decreta, Hago saber, Resuelve, Dispone, Comunica; el texto comienza en párrafo aparte):

(49)

48

La Presidenta de la Fundación Instituto Superior de Estudios Lingüísticos y Literarios LITTERAE, en uso de sus atribuciones legales,

RESUELM 0

Artículo primero. Créase, en la Fundación, el Departamento de Enseñanza Abierta a Distancia.

7) dfiSQLié&de las expresiones que anuncian un elemento del discurso (esta fun­ ción es. generaTmef^lí)eraáa por los pronombres demostrativos) :

Ést^es la segunda afirmación principal del arte nuev0que el gusto (no lomada esta palabra en el sentido que más tarde le da Gracián, de facultad critica del espíritu), el gusto o deleite producido por la obra literaria es norma prevale­ ciente contra toda otra.

8) para introducir las palabras de un personaje en un texto en prosa:

Comentó Chantal:

-Lo malo es que mi padre tiene mucha plataT

Un día me dijo F a i^ "L e prevengo, señora, que las túnicas del señor Tagore están de zurcidas que da miedo. No es que yo tenga pereza de remendarlas, pero el señor necesitarla ropa de lanita más abrigada, para cuando hace frió*.

(50)

MAYÚSCULAS Y MINÚSCULAS DESPUÉS DE LOS DOS PUNTOS

1) Debemos usar mayúsculas después de las fórmulas de cortesía; en decretos, sentencias, bandos, comunicados, etcétera, pues el texto que sigue en todos estos casos no es una consecuencia o un complemento de lo anterior. La Real Academia Española de la Lengua dice que, después de los do» punto», puede escribirse, indistintamente, con mayúscula o con minúscula.

2) En citas textuales, se usa la mayúscula, si asf está en el texto del autor: por el contrario, si la cita comienza con minúscula, se le antepondrán puntos encor­

chetados: y

CITA TEXTUAL

La seducción por la muerte^oo explica enteramente el fenómeno; hay que agregar la noción de holocausto: Lk fiesta barroca exige el sacrifìcio, la

destrucción. ^

FRAGMENTO DE ESA CITA, DESPUÉS DE LOS DOS PUNTOS

- [...] la fiesta barroca exige el sacrificio, la destrucción.

LA MAYÚSCULA, DESPUES DE LOS DOS PUNTOS, EN EL TEXTO ORIGINAL

Más de una vez escribió en los márgenes de los lib r^ ^ b , la peor de todas.

Cierto, esta frase era muy empleada por los religiosos de ambos sexos, pero es reveladora la predilección que muestra por ella.

(51)

5 0

3) Debemos usar minúscula en una enumeración, conclusión o consecuencia; en los ejemplos introducidos por sintagmas, como el siguiente, asi» de este modosa sin ellos:

La protección más potente contra las plagas era de Indole religiosa: oraciones, misas, rogativas y procesiones.^ ^

NOTAS

MONTERO. Rosa, Crónica del desamor, 18r edición, Madrid, Debate, 1990, pág 51.

2

RODRÍGUEZ DEL CAÑO. Jesús, B sentimiento del miedo en la obra de Miguel Delibes, Madrid, Plie­ gos. 1979, pág. 106.

3

ORTIZ DE LANDAZURI. Carlos y José Antonio BURRIEL, "Cómo se comenta un texto filosófico", Filoso- Ouno da orientación universitaria. 3f edición, Madrid, Magisterio Español, 1981, pág. 27.

NoQrafla literaria de San Juan de la Cruz, Buenos Aires, Cántico Ediciones, 1991,

(52)

51

e

MENÉNDEZ PIDAL, Ramón, "Lope de Vega. El arte nuevo y la nueva biografia". De Cervantes y Lope de Vega, 7! edición, Madrid, Espasa-Calpe, 1973 (Colección Austral), pág. 85.

7

BIOY CASARES, Adolfo, "Una muñeca rusa", Una muñeca rusa, Buenos Aires, Tusquets. 1991, pág. 24.

8

OCAMPO, Victoria, Tagor* en las Barrancas de San Isidro, 2f edición, Buenos Aires, Ediciones Funda- olón Sur, 1983, pág. 86.

9

PAZ, Octavio, Ritos políticos", Sor Juana Inés de la Cruz. Las trampea de la fe, 3; edición Primera reimpresión, México, Fondo de Cultura Económica, 1985, pág. 202.

10

PAZ, Octavio, "El asedio', op. cit., pág. 579.

PAZ, Octavio, “La abjuración", op. cit., pág. 599.

(53)

LOS PUNTOS SUSPENSIVOS

Los puntos suspensivos indican que una expresión está incompleta o tiene un sentido inacabado. Siempre son tres.

SE USAN:

1) cuando no se transcribe una cita completa (se emplean al principio, al final o intercalados; cuando se intercalan, van encerrados entre corchetes):

Con la turbulenta llegada de la adolescencia, la ficción de Cuóllar empieza a mostrar sus primeras grietas...1

La rosa poseerá muchas de las características que eran esenciales a la relación de los amantes tal como la conocimos en los libros anteriores. [...] Esta rosa estará desprovista del peso del recuerdo y no podemos olvidar que el poeta siempre insistió a la amada en la necesidad del recuerdo puro, des­ provisto de lastre m aterial [...J. Esta rosa no pide nada, no solicita que la

amada se la ponga sobre el pecho..

o OUtndO

• • adivina lo que sigue, pero no quiere expresarse:

4»?. . En casa de herrero..

.

Tlfykirtt»

qUC yo

le

quiera;

/

yo no quiero, que he mirado

/

aquel adagio que |ÉM » / BÑtat qut) 11 |»to «acaldado...3

(54)

-3) cuando el escritor prefiere omitir sus opiniones:

Sus palabras fueron tan lamentables, que yo... no, mejor no lo digo.

4) para indicar duda, vacilación, temor:

No sé..., tal vez..., lo pensaré...

5) para determinar una pausa y seguir con algo inesperado:

(Arriba las manos!... y te hago cosquillas.

6) en lugar de etcétera, pero nunca detrás de su abreviatura; Había tortas, emparedados, vinos finos...

7) siempre antes de la coma, del punto y coma, y de los dos puntos.

¿A quí no dice: Inés vengo... / Deseo..., de mi disgusto?*

8) antes o después de los signos de interrogación y de exclamación (depende del significado del texto):

-¿Qué es eso? -preguntó asombrado.

-Es el mar... -dijo la Muerte-. Acabamos de cruzar la Alem ania y entramos en el mar del Norte.

(55)

- j Ah!... ¡No!... -murmuró (n i, poseído de un terror instintivo-. Llévam e hacia otro lado... ¡Quisiera ver el sol!

-Y decime, Daniel... A pesar de todo lo que sabésjme vas a querer siem­ pre?

-Ahora te quiero más que nunca... -¿No dejarás de apreciarm e?...

-Vos no has tenido la culpa de nada... no sos responsable...

9) para reproducir un sonido:

El viento se enreda en las copas de los árboles... f... f...

- jTip... tip... ap... ap! -responde Tevelino medio atontado/

NOTAS

1

OVIEDO, José Miguel, Mario Vargas Liosa. La invención de una realidad, Barcelona, Barra! Editores, 1070, pág. 172.

a

ZUBI2ARRETA, Alma de, Pedro Salinas: el diálogo creador, Madrid, Qredos, 1969 (Biblioteca Románica Hlspinioa), pág. 184.

Ooplt tspaflola de 1816. El refrán termina así: "...del agua fría tiene miedo ".

4

(56)

55

* _ ^ «

BASANTA FOLGUEIRA, Angel, 8 amigo de la Muerte, Cuentos y novelas cortas. Barcelona. Plaza & Janés, 1984 (Colección Clásicos Plaza & Janés), pág. 169.

6

OÁLVEZ, Manuel, Historia da arrabal, Buenos Aires, Agencia General de Librería y Publicaciones, 1922, pág. 57.

7

TUSSIÉ, Ana M aría," ¡Tip Tip Ap Ap!", Chiquicuentos, Buenos Aires, Braga, 1991 (Colección ALAS DE COLIBRÍ), pág. 33.

(57)

LOS SIGNOS DE INTERROGACION Y DE EXCLAMACIÓN O ADMIRACION

Debemos decir signos de interrogación y signos de exclamación, pues hajj uno inicial y otro final.

SE USAN:

1) ai principio y al final de la oración que deba llevarlos:

¿Sabes qué harán con Cebada?

¡ Nada! ¡Nada! ¡Nada! ¡Nada!1

¿Q ué ocurre con el escultor?/ñor qué huye de si mismo y rechaza su pasado; su nombre con esa obcecada desesperación?^!^ ésta una fuga dictada por el remordimiento, una inconsciente manera de rehuir la responsabilidad que le incumbe en el fracaso de su relación sentimental con Ju lik a ?¿0 se trata de algo más abstracto y complejo, del rechazo de una cultura, de unas maneras de ser y Al

vivir que fueron siempre para Stiller incompatibles con una realización plena de la

existencia?

^

l) l l principio

y

al

final de cada proposición yuxtapuesta, cuando son varias,

y «afluidas:

(58)

57

3) donde comienza la interrogación o la exclamación, aunque ése no sea el co- - mierizo de la oración;

Los lexicógrafos empiezan a perder pie en el mar de este léxico:¿Qué palabras han de incluirse en los diccionarios y cuáles han de desechar se? ¿Q ué términos pueden ser asimilados por sus caracteristicas fonéticas y cuáles otros han de ser rechazados por extraños a nuestros hábitos fonológicos?

El CBC:¿Qia peripecia más?

4) el signo de interrogación, al principio, y el de exclamación, al final, o viceversa, cuando las cláusulas son interrogativas y exclamativas al mismo tiempo;

¿Qué palabras son ésas, Dios mío!

5) el segundo signo de interrogación, el de cierre (entre paréntesis o no), cuando deseamos expresar desconocimiento o incertidumbre acerca de un dato:

?-1918 1820-1855 (?)

6) un solo signo de exclamación, entre paréntesis, cuando se transcribe o se comenta algo ajeno y se quiere dar al lector la idea de que eso llama la aten­ ción o es inusitado:

Gritó que todos eran unos "energúmenos" (!) y que no le importaba lo que dijeran de él.

(59)

9 0

7) juntos para señalar la intención combinada:

¿Quién habría de pensario?¿¡ Lo hizo!?

8) pueden duplicarse o triplicarse:

En el cuarto de baño encontró uno.

•¡¡jMiauuuuu!!! -maulló asustada al verse-. jEstoy negra de hollín! jTengo qud lavarme!

IS A B E L .- j Aquí lo tenemos otra vez! ¡Hemos caldo en una pandilla de locos sueltos! (...) ¡Los perros!... l(Los cincuenta perros hambrientos!! (...) ¡Socorro! ¡Abran, por compasión! ¡Los perros!... ¡Los perros...!

¿CÓMO SE COLOCAN EN LA ORACIÓN LOS SIGNOS DE INTERROGACION Y DE EXCLAMACION?

¿No quiere torta?,¿no quiere probarla?; pero¿sabrá hacerla?

Tú, jpobre ángel!, nunca hablas.

La caía,

los niños, el empleo: ¡cuántos problemas!

• u p • • •

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E l amor y la poesía son los únicos refugios -,y cuán precarios!- que se ofrecen al poeta en este universo de desolación, sin lograr, sin embargo, hacer brillar en ¿1 la luz de una esperanza: ¿Q ué esperanza considerar?”, se pregunta un poema de la Prim era Residencia: ¿Cuál, efectivamente, en un mundo gue la destrucción temporal aboca a un irrem ediable e irreversible naufragio?

JA V lE R .- (Pero tú sabes cuánto significaba en nuestra vida! ¡ Ayer tomó el avión sólo para venir a damos un abrazo!... ¡Y ahora, en este mismo momento, está muerto contra la nieve y la noche! Tú no puedes recibir la noticia asi... ¡Esa frialdad no es natural! {Habla!

OMISIÓN DE LOS SIGNOS DE INTERROGACION

Si la pregunta es indirecta, no deben utilizarse los signos de interrogación:

No dijo qué haría ni cómo resolvería el problema. Le preguntó dónde vtvfa su amiga.

Hoy sabremos quiénes son.

OMISIÓN DEL PUNTO DESPUÉS DE LOS SIGNOS DE INTERROGACIÓN Y DE EXCLAMACIÓN

Después de los signos de interrogación y de exclamación, j o debe ponerse punto, pues equivalen a él, lo reemplazan:

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¿ De ser asi, de nunca producirse el proclamado duelo, debia deducir que existí una medida para la satisfacción de la ofensa, aün en los individuos aparentemente más brutales? ¿D ebia creer que, tal vez, el hombre que defiende con escaso celo i su mujer, más que temeroso por si mismo es un lim itado por secretas m otivacio­ nes, que le vedan ocuparse demasiado de ella: un oculto odio, un leiano hastio, i amor extinto y no obstante para nadie evidente, ni para él siquiera?

N O TAS

PALMA, Ricardo, "Predestinación’, Tradiciones, Lima, Imprenta del Estado, 1872, pAg. 142.

VARGAS LLOSA, Mario, "No soy Stiller. ¿ Es posible ser suizo?", La ventad ds las mentiras, i Ulm tura, Barcelona, Seix Bar ral, 1990 (Biblioteca Breve), págs. 153-154.

TMJJILLO CARREÑO, Ramón, "El lenguaje de la técnica", Doce ensayos sobre el Inngii^a, Madrid, PuntfMttn Juan March, 1974, p*g. 197.

TUMli'

AM María, "Nubellna“, Chiquicuentos, Buenos Aires, Braga, 1991 (Colección ALAS DE COLI-j

(62)

61

HCARD, Alain, S pnmaméerrtn poètico da Pabto Naruda (Versión española de Pilar Ruiz Va), Madrid, Orados, 1981 (Biblioteca Románica Hispánica), pág. 101.

r

CASONA, Alejandro, "Acto I", Las tres partéelas casadas, 7- edición, Buenos Aires, Losada, 1972, pág.

•*

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Referencias

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2.- Aunque, para elaborar un comentario completo, debemos formular varias preguntas, en los ejercicios pedagógicos es preferible que reduzcamos, sobre todo al principio,

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