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Implicaciones de las TIC en los Créditos Europeos (ECTS)

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Jornadas de Innovación Universitaria

Universidad Europea de Madrid. Septiembre 2004

Implicaciones de las TIC en los Créditos Europeos (ECTS)

Juan Luis Llanos y Manuel Montanero. Universidad de Extremadura

Resumen

La Unión Europea ha impulsado un movimiento importante encaminado a la creación de un Espacio Europeo de Educación Superior que permita una formación unificada en todos los países de la Unión. Uno de los aspectos más significativos de todo este proceso es la implantación de un nuevo sistema de Créditos Europeos (ECTS). Esta nueva concepción implica una valoración del trabajo efectivo del estudiante; es decir, el volumen de trabajo que ha efectuar el alumnado para superar cada unidad del curso. Todo ello se traduce en una nueva metodología docente basada en nuevos espacios de interacción como los que ofrecen las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación. Las TICs se han convertido en una herramienta pedagógica muy valiosa en tanto que facilita y rentabiliza el acceso al conocimiento de una manera cómoda y económica.

En este trabajo se analizan las ventajas que se derivan del uso de ciertos recursos de comunicación virtual, la búsqueda en bases de datos bibliográficas a través de la web y de la presentación de trabajos multimedia en un entorno de créditos ECTS. Por tanto, en la presente comunicación, se describen algunos de los elementos y medios tecnológicos que deben ser tomados en cuenta para atender a la necesidad del cambio que conlleva el sistema de Créditos Europeos (ECTS).

Créditos ECTS en el nuevo espacio europeo de Educación Superior.

El interés mostrado por los países miembro de la UE por coordinar políticas educativas comunes en el espacio de la Educación Superior condujo al establecimiento de un sistema de créditos europeos (ECTS) para promover la movilidad de los estudiantes, el diseño de una estructura común en el marco de las enseñanzas universitarias y la introducción de un Suplemento Europeo al Título (ANECA, 2003).

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cursados éstos de un modo más dinámico y compartido, en tanto que se otorga especial relevancia a los resultados del aprendizaje y a las competencias a adquirir (MEC, 2003).

Todo este proceso exige de mayor planificación docente por parte del profesorado ya que la gestión y estimación del trabajo del alumnado conlleva una precisión en la temporización de las actividades desarrollar. El sistema de créditos europeos exigirá, además, una explicitación del plan de trabajo docente, lo que implica un esfuerzo añadido por parte del profesorado a la hora de abstraer los métodos, objetivos y contenidos.

Para que este escenario sea posible es ineludible contribuir al desarrollo de factores que nos eviten caer en el error de crear un modelo único de trabajo. La apuesta de trabajo, por el contrario, ha de ir encaminada hacia el desarrollo de métodos de enseñanza y evaluación ajustados a las demandas de los estudiantes y a las características del contexto en el que se localiza la titulación. Desde esta perspectiva, los programas docentes se orientan hacia el diseño de unas directrices generales comunes a todo el espacio europeo, pero con la identidad suficiente como para mantener la diversidad y autonomía que les es propia. En este sentido, el sistema ECTS nos permite adaptar las actividades planteadas a la idiosincrasia propia de nuestro entorno.

Teniendo en cuenta todos estos aspectos, el proceso de convergencia hacia el espacio europeo, demanda cambios sustanciales en el sistema universitario actual. El apoyo a la docencia universitaria vendrá acompañado (con toda probabilidad) de cambios en la planificación de la metodología docente y por ello, reclamamos un cambio de mentalidad en todos los miembros de la comunidad universitaria (profesorado, gestores, PAS y estudiantes) ajustado a las demandas pedagógicas que se ponen de manifiesto en la filosofía ECTS.

Bajo esta perspectiva, es preciso que adoptemos una nueva concepción de la Universidad que nos ayude a definir el papel que ha de desarrollar cada miembro de la comunidad para dar respuesta a las necesidades manifiestas y a los nuevos métodos de trabajo.

González Soriano (2004) señala como cambios más sustanciales que van a tener lugar los siguientes aspectos:

Adaptaciones curriculares: El nuevo sistema ECTS implica una exigencia en el profesorado a la hora de planificar sus asignaturas. A partir de este momento será necesario recoger en el programa de cada asignatura las habilidades, destrezas, contenidos y capacidades a desarrollar. De esta manera, la elaboración de lo que hasta ahora había sido el programa de la asignatura resulta una tarea mucho más compleja que nos exige un planteamiento más profundo y reflexivo basado en una metodología docente claramente definida. Para llevar a cabo este tipo de acciones, distintas universidades de todo el territorio nacional como las de Alicante, Barcelona, La Rioja o Extremadura, entre otras, han lanzado una convocatoria para facilitar el proceso de cambio y apoyar el diseño de las nuevas programaciones docentes.

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Adaptaciones tecnológicas: como consecuencia de toda esa revolución referida a los aspectos de la planificación docente, las nuevas tecnologías van a cobrar un carácter fundamental en todo este proceso. En la medida en que la valoración del trabajo del alumnado pasa por una evaluación del esfuerzo y los conocimientos adquiridos en las horas presenciales y las no presenciales, la clase magistral (tal y como hasta ahora ha sido entendida) irá perdiendo fuerza en detrimento de nuevas técnicas docentes. Las TICs constituyen una alternativa eficaz para el desarrollo de todos esos mecanismos de evaluación y seguimiento del alumnado “fuera y dentro de la clase”. El impulso de redes de información y traspaso de conocimientos, el contacto a través de foros de participación y del correo electrónico y el diseñó de aplicaciones informáticas para las horas presenciales son algunos de los aspectos que se pueden llevar a cabo para hacer frente a dicho proceso.

Las TIC en el proceso de enseñanza-aprendizaje

En los últimos años hemos apreciado como la sociedad del conocimiento ha irrumpido en nuestras casas y entornos sociales; sin embargo, en las aulas universitarias este desarrollado no ha tenido la misma repercusión, manteniéndose al margen de esta evolución. El ecosistema de comunicaciones se ha mostrado latente en nuestros hogares con el acceso a redes, sistemas de imagen y sonido y ordenadores personales de gran potencia; por el contrario, el sistema metodológico docente en el aula no ha sabido (o no ha querido) adaptar las posibilidades que nos ofrecen las herramientas tecnológicas al sistema de enseñanza.

Estamos de acuerdo con Sáenz del Castillo (2000, p.22) cuando afirma que “la tecnología educativa debe aportar conocimientos sobre el impacto sociocultural de los medios, alfabetizar audiovisualmente a los ciudadanos y desarrollar actitudes críticas ante la manipulación informativa o la pérdida de libertades democráticas y de privacidad. Desde un punto de vista social, la tecnología educativa implica el desarrollo de procesos que contribuyen el intercambio de experiencias educativas salvaguardando la distancia geográfica, contribuyendo de esta manera a la unidad de los centros educativos y al desarrollo de las libertades de expresión”.

Ante esta situación entendemos que dos son las características que se nos vislumbran entorno a este concepto:

a. La Tecnología Educativa como una disciplina que se apoya en el uso de medios técnicos y cuya finalidad es la del dominio por parte del profesorado de conocimientos, métodos y técnicas que deben conducir a alumnado a una progresiva autonomía en la adquisición de dichos conocimientos.

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Por tanto, entendemos la Tecnología Educativa como una disciplina cuyo marco conceptual se basa en sistemas de aprendizaje a través de un proceso comunicacional apoyado en las nuevas tecnologías de la comunicación y la información como vehículo trasmisor de dicho aprendizaje. En definitiva, la Tecnología Educativa se constituye como un eje transversal de las Ciencias de la Educación; si bien, presenta características que se le son propias en cuanto a metodología y didáctica se refiere.

El salto que conlleva este nuevo sistema de enseñanza exige una nueva configuración de escenarios educativos que nos permitan desarrollar los siguientes aspectos:

Facilitar un proceso en enseñanza-aprendizaje adecuado al entorno actual; es decir, acorde con los avances que la sociedad está experimentando.

Experimentar una transformación en la formación del profesorado y que éste, a su vez, sea capaz de mediar en el uso de la tecnología como instrumento pedagógico.

Una adecuación del currículo de acuerdo a las necesidades manifiestas; lo que implica ineludiblemente un cambio en la perspectiva actual.

Un proceso de intercomunicación, que rompa los obstáculos geográficos existentes y sea capaz de interrelacionar experiencias educativas de diferentes lugares.

Facilitar la capacidad de autoaprendizaje en el alumnado mediante estrategias de motivación cargadas de emisión de estímulos. En este sentido, los nuevos sistemas multimedias se constituyen como herramientas muy eficaces.

Sin embargo, en el seno de las universidades españolas no podemos afirmar que todo ese proceso comunicacional basado en el uso de las TIC esté lo suficientemente implantado. Si bien es cierto que la mayoría de las universidades han llevado a cabo algún tipo de acción en este ámbito (fundamentalmente a través de convocatorias abiertas), el nivel de implementación de los servicios de la web en el uso docente aún es muy reducido y la realidad nos dice que son iniciativas puntuales y no proyectos de acción estratégicos los que se están llevando a cabo. A pesar del notable avance en los aspectos referidos a la gestión universitaria (matrícula, carnet inteligente, cuentas de correos electrónicos para toda la comunidad e información); el aula aún sigue siendo un espacio sin explorar en este aspecto. Esta situación dificulta notablemente todo el proceso de adaptación hacia un sistema ECTS.

Tecnología Educativa y ECTS

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“presencial”, sino que la virtualidad es una de las características que nos ofrecen las nuevas tecnologías y como tal debemos aprovechar la potencialidad que se nos presenta. Se trata, por tanto, de reivindicar el trabajo del profesorado en un sistema ECTS mediante el uso de la tecnología educativa.

El proceso de Bolonia conlleva un cambio progresivo en todas las estructuras europeas de Educación Superior. Dicho proceso implica nuevos métodos de enseñanza y evaluación por parte del profesorado universitario para los que aún no estamos preparados si tomamos como referencia la estructura existente en nuestras universidades. El sistema ECTS exige un registro de actividades de aprendizaje del alumnado encaminado a facilitad el desarrollo de un perfil profesional ajustado a las demandas del mercado laboral, enfocado a la mejora de habilidades interpersonales y a la movilidad de los estudiantes. El crédito actual, se centra en el cómputo de las horas lectivas del profesor; por el contrario, el interés del crédito ECTS lo hace en el alumnado, tratando de recoger todas las actividades del aprendizaje del alumno (trabajo personal, trabajo en grupos, prácticas, clases presenciales, seminarios…).

En este contexto de actuación las TICs juegan un papel primordial. Las horas lectivas se reducen, por lo que se hace necesario realizar un seguimiento del alumno “fuera del control de la clase”. Ante esta situación, el desarrollo de tutorías virtuales, videoconferencias o asesoramiento virtual constituyen metodologías válidas y eficaces.

Por otra parte, el alumno comienza a tener un papel mucho más activo; pasa de ser sujeto “pasivo” del proceso enseñanza-aprendizaje, a buscar y obtener información por distintas vías. Sobre este aspecto, las bases de datos existentes en la web constituyen una potente herramienta para facilitar el trabajo del alumnado. Ello, unido a la potencialidad de Internet, nos ofrece la posibilidad de asesorar al alumno en la búsqueda y estructuración de la información.

Otro aspecto más a señalar es el desarrollo de trabajos en grupo sin necesidad de estar presentes todos los miembros del mismo. Las TICs nos posibilitan crear nuevos espacios de comunicación e interacción sin necesidad de estar en un espacio-tiempo simultáneo.

Todas estas acciones se transforman en un proceso de enseñanza-aprendizaje que se ajusta a un modelo pedagógico que se pone de manifiesto en el sistema ECTS. De cualquier manera hay que tener presente que en todo este modelo el uso de las TICs es un medio (o una herramienta) encaminada a la consecución de los objetivos marcados en nuestra programación didáctica.

El aprendizaje no puede (ni debe) conducir a la exposición (escrita u oral) de los contenidos desarrollados en la clase. Cómo apuntábamos anteriormente, el alumno pasa a ser sujeto activo de su propia formación. Ello contribuye favorablemente al desarrollo de un aprendizaje más significativo y preciso. Siguiendo a Oliver y Guenaga (2004) este modelo se divide en las siguientes partes:

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abstracción necesario para que pueda visualizar dichas relaciones. Para ello hay que motivar al alumno.

2. Observación reflexiva: Una vez desarrollada esa capacidad de abstracción, el alumno ha de comenzar a plantearse interrogantes, ha de comenzar a ver el sentido de aquello que está aprendiendo y preguntarse el por qué.

3. Conceptualización: Toda aplicación práctica en la realidad tiene una raíz teórica que la sustenta. Este aspecto es muy importante tenerlo en cuenta y asegurarnos que el alumno ha sido capaz de asimilar los contenidos que posteriormente va a poner en práctica.

4. Experimentación: Por último, hay que aplicar los contenidos teóricos que hemos trabajado anteriormente, ello facilita una mayor comprensión y asimilación por parte del alumnado.

De acuerdo a este modelo, podemos afirmar que la utilización de entornos de comunicación mediados por el uso de las TICs requiere el planteamiento de unas competencias específicas por parte del profesorado. La implementación de dichas competencias repercute directamente en una enseñanza más adaptada al sistema ECTS y cuyas repercusiones más significativas podemos recogerlas en los siguientes apartados:

Mayor interacción entre el estudiante y el profesorado: la utilización de canales de comunicación como el correo electrónico o la videoconferencia, entre otros suponen una disminución entre la barrera comunicacional que tradicionalmente existe entre el profesor-alumno.

Mecanismos de comunicación entre alumnado de la misma titulación: el diseño de entornos virtuales nos permite trabajar en espacios atemporales adaptando el proceso de enseñanza-aprendizaje al ritmo y posibilidades de cada alumno. La creación de un foro específico o un un portal en la web en el que recoger y colgar todos los materiales que se vayan trabajando favorece este apartado.

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Las TIC en la Educación Superior

La introducción de las TIC en las universidades está experimentando en los últimos años un ligero avance. Sin embargo, aún es latente la falta de una estrategia institucional bien definida encaminada al desarrollo de la tecnología de la enseñanza. La oferta actual por parte de las universidades españolas (limitada a una convocatoria fundamentalmente a través de los ICE) resulta insuficiente, por lo que la apuesta institucional exige de una fuerte inversión, fundamentalmente encaminada a la formación y a la dotación de los recursos materiales necesarios que permitan el desarrollo de la tarea docente en las mejores condiciones posibles. Hasta el momento el diseño de cursos, tallares, laboratorios virtuales o videoconferencias no dejan de ser iniciativas aisladas llevada a cabo por aquellos profesores con más predisposición; sin el reconocimiento institucional que debiera a fin de conseguir una aplicación generalizada.

Por otra parte, se advierte una fuerte resistencia por parte del profesorado hacia la implantación de las TICs en la planificación docente. Ello, desde mi punto de vista, se debe a varias razones, entre las que podemos destacar la falta de información o la ausencia de incentivos hacia la innovación docente. Así como en la investigación están perfectamente delimitados cuáles son los parámetros para poder ser gratificados y el reconocidos como un profesional “representativo” dentro del campo científico en el que trabaja; la docencia carece de cualquier tipo de incentivo encaminado al reconocimiento de la labor como “buen docente”.

Actualmente nos encontramos en un periodo de cambio, los nuevos métodos docentes que conllevan el sistema ECTS justifica de alguna manera la necesidad de ese plan estratégico al que hacíamos referencia anteriormente. Ante esta situación las universidades deben formular una visión de futuro sobre el modelo de enseñanza que queremos desarrollar, para ello hemos de fijar los objetivos que perseguimos con la implementación de las TICs. Se trata de establecer con claridad un sistema que nos permita combinar una formación presencial y una formación virtual encaminada al desarrollo de las directrices generales marcadas en el Sistema Europeo de Transferencia de Crédito (ECTS): transparencia en el sistema de créditos, mayor flexibilidad y diversidad en los procesos de enseñanza-aprendizaje y movilidad entre el estudiantado.

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como todo ese proceso de cambio de mentalidad ya se está haciendo latente en las distintas universidades españolas; si bien el camino por recorrer aún es muy largo y requiere de un compromiso aún mayor por parte de toda la comunidad universitaria.

Uso de las TIC en la docencia universitaria

El diseño y utilización de entornos de comunicación basados en el uso de las tecnologías requiere el planteamiento inicial acerca de cuáles son las competencias necesarias como punto de partida y también como objetivo o meta a alcanzar (Gallego Arrufat, 2003). No será esa nuestra pretensión en este apartado, al entender que es ese un trabajo que ha de desarrollar cada profesor fruto de su propia reflexión. Nuestro interés se centra en recoger, al menos esquemática algunas de técnicas o métodos que pueden ayudar al docente. El cuadro que se muestra a continuación recoge algunos de los recursos que podríamos señalar como más significativos para el desarrollo de las tareas docentes en un sistema de créditos ECTS:

Actividad Escenario Recursos tecnológicos

Presencial (aula convencional) Presentaciones multimedia Aplicaciones específicas Exposición Contenidos

No-presencial o tutorial (biblioteca, casa, tutoría…)

Tutoría electrónica Base de datos web

Presencial (aula convencional, laboratorio, campo o visitas culturales)

Presentaciones multimedia Aplicaciones específicas

Observación dirigida Aplicación práctica

(experiencias, experimentos, estudio de casos, solución de problemas, otras

aplicaciones prácticas…) No-presencial o tutorial (biblioteca, casa, tutoría…)

Crear una red de trabajo interuniversitaria

Presencial

(aula convencional y seminarios) Diseño de un portal sobre la asignatura

Diseño de proyectos, trabajos monográficos y de

investigación

No-presencial o tutorial (biblioteca, casa, tutoría…)

Tutoría electrónica Búsqueda base de datos web

Presencial (aula convencional o seminario)

Discusión

No-presencial o tutorial (grupos de discusión, foros, chats…)

Foro de parcipación Videoconferencia

Otras de aprendizaje autónomo y toma de decisiones

No-presencial o tutorial (biblioteca, casa, tutoría…)

Diseño de aplicaciones informáticas basadas en contenidos específicos de la materia

Tabla 1. Recursos tecnológicos que se pueden por utilizar para diferentes act. ECTS

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En este contexto de trabajo, los procesos de tutoría y asesoramiento son claves: el desarrollo de un sistema de tutorías virtuales y la creación de un “foro de discusión” son dos elementos muy importantes en la práctica docente en ECTS. En primer lugar, un sistema de tutorías virtual nos permite llevar un seguimiento indiviualizado del trabajo de cada alumno; por otro lado, con la creación de un foro de discusión, el intercambio de ideas está garantizado y las posibilidades de enriquecimiento mutuo son infinitas. Estas acciones facilitan la colaboración entre docentes y estudiantes más allá de las barreras físicas o temporales presentes en el sistema actual de enseñanza.

El uso de presentaciones multimedia en las clases presenciales o de aplicaciones específicas propias de las materiales favorecen al enriquecimiento del proceso comunicacional que se produce en el aula. Hasta ahora, la lección magistral centra el interés en el profesorado como único interlocutor y sujeto activo. El uso de estas técnicas basadas en el sonido y las imágenes nos permiten desarrollar un canal de comunicación mucho más atractivo para el oyente; por ello, la capacidad de retención y la sobreestimulación que recibe el alumnado favorecen una escucha más activa.

Una acción más específica es la búsqueda de información a través de la web, en concreto en bases de datos científicas. Hay que enseñar al alumno a ser sujeto activo de su aprendizaje, en la medida que dicho sujeto aprenda a buscar y obtener información por diferentes vías tendremos las garantías de un aprendizaje más significativo y asimilado.

Otras acciones recogidas en el cuadro y sobre las que no haré mucho hincapié es la creación de una red de trabajo interuniversitaria y la videoconferencia. Ambos sistemas contribuyen a la movilidad del alumnado aunque sea virtualmente. Es necesario que el alumno sea capaz de contextualizar el contenido de aquello que está aprendiendo. Para ello, una posible opción es la creación de un grupo de trabajo similar dentro del grupo de su propia universidad o bien de cualquier otra universidad y la videoconferencia como sistema de comunicación e intercambio de información. Como se puede comprobar, el uso de estas herramientas va enfocado al desarrollo de la movilidad entre el estudiantado universitario (tal y como ya se recogiera en la Declaración de Bolonia).

Pero esto no supone sino medios para facilitar un proceso de enseñanza-aprendizaje más completo y significativo, el asesoramiento al docente ha de ir encaminado a la asunción de un papel como facilitador y orientador del aprendizaje. En el sistema ECTS el profesor deja de ser el protagonista del proceso; el alumnado toma el testigo y de ahí que el rol del profesorado han de ser el de moderador del aprendizaje autogestionado del alumno.

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Referencias Bibliográficas:

ANECA (2003). Programa de Convergencia Europea. El Crédito Europeo. Madrid: Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación.

Gallego Arrufat, M.J. Intervenciones formativas basadas en WWW para guiar el inicio de la práctica profesional de los docentes en http://www.campus-oei.org/revista/rie33a06.htm Visitado 2 de julio de 2004 a las 20:53.

González Soriano, J. (2004). Espacio Europeo de Educación Superior: La Universidad Española ante un reto de futuro en http://www.ateneonline.net/datos/41_02_Gonzalez_Soriano.pdf. Visitado 2 de julio de 2004 a las 20:30.

M.E.C. (2003). La integración en el sistema universitario español en el espacio europeo de educación superior: documento marco en

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versitario%20espa%F1ol%20en%20el%20EEES%20(MECD).pdf Visitado 2 de julio de 2004 a las 20:02.

Oliver, J. y Guenaga, Mª.L. (2004). Posibilidades y retos en el uso de las TICs en la enseñanza. En

http://vgweb.upc-vg.eupvg.upc.es/web_eupvg/xic/arxius_ponencias/R0097.pdf. Visitado 1 de julio de 2004 a

las 13:30.

Sáenz del Castillo, A.A. y Gómez, J. (2000). Nuevas tecnologías aplicadas a las educación. Universitas Editorial: Badajoz.

Tomàs, M., Feixas, M y Marqués, P. La Universidad ante los retos que plantea la sociedad de la

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