• No se han encontrado resultados

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALENCIA San Vicente Mártir

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2021

Share "UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALENCIA San Vicente Mártir"

Copied!
355
0
0

Texto completo

(1)

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALENCIA

“San Vicente Mártir”

Estudio electrocardiográfico y ecocardiográfico en

equinos de Pura Raza Española: definición de

valores de referencia y de variaciones

morfológicas y cuantitativas.

Electrocardiographic and echocardiographic study

in Spanish Purebred horses (PRE): definition of

reference values as well as morphological and

quantitative variations

Presentada por:

Fermina Lázaro Sánchez. Dirigida por:

Dr. Juan Carlos Gardón Poggi Dra. Sabina Rovira Cardete.

(2)

D. JUAN CARLOS GARDÓN POGGI, Profesor del Departamento de

Medicina y Cirugía Animal de la Universidad Católica de Valencia San

Vicente Mártir.

INFORMA:

Que la Tesis Doctoral titulada Estudio electrocardiográfico y ecocardiográfico en equinos de Pura Raza Española (PRE): definición de valores de referencia y de variaciones morfológicas y cuantitativas”, de la que es autora Doña Fermina Lázaro Sanchez, Licenciada en Veterinaria, ha sido realizada bajo mi dirección, en el Departamento de Medicina y Cirugía Animal en el marco del Programa de Doctorado de Ciencias de la Vida y reune las condiciones científicas y formales para ser presentada ante el Tribunal correspondiente a fin de obtener el Grado de Doctor por la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir .

Y para que conste, firmo la presente en Valencia, a 31 de Mayo de 2017.

(3)

Cirugía Animal de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir. INFORMA:

Que la Tesis Doctoral titulada “Estudio electrocardiográfico y ecocardiográfico en equinos de Pura Raza Española (PRE): definición de valores de referencia y de variaciones morfológicas y cuantitativas”, de la que es autora Doña Fermina Lázaro Sánchez, Licenciada en Veterinaria, ha sido realizada bajo mi dirección en el Departamento de Medicina y Cirugía Animal en el marco del Programa de Doctorado de Ciencias de la Vida y reúne las condiciones científicas y formales para ser presentada ante el Tribunal correspondiente a fin de obtener el Grado de Doctor por la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir.

Y para que conste, firmo la presente en Valencia, a 31 de Mayo de 2017.

(4)

1. INTRODUCCIÓN 1 2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

2.1. ELECTROCARDIOGRAFÍA 7

2.1.1.EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA ELECTROCARDIOGRAFÍA Y SU

USO EN CABALLOS 8

2.1.2.DERIVACIONES ELECTROCARDIOGRÁFICAS, SUS VENTAJAS E INCONVENIENTES. UTILIDADES Y LIMITACIONES 10 2.1.2.1. Derivaciones de Einthoven 10 2.1.2.2. Derivaciones unipolares de los miembros 10 2.1.2.3. Derivaciones unipolares precordiales 11 2.1.2.4. Sistema de derivaciones tetraédrico 11 2.1.2.5. Sistema de derivaciones ortogonales 12

2.1.2.6. Derivación base-ápex 13 2.1.3.COMPONENTES DE ELECTROCARDIOGRAMA 14 2.1.3.1. Onda P 14 2.1.3.2. Intervalo PQ 15 2.1.3.3. Complejo QRS 15 2.1.3.4. Segmento ST 15 2.1.3.5. Onda T 16 2.1.3.6. Intervalo QT 16 2.1.3.7. Segmento TP 16 2.1.3.8. Intervalo RR 16

2.1.4.REVISIÓN DE LOS PROCESOS ELÉCTRICOS CARDÍACOS EN EL

CABALLO 17

2.1.5.FACTORES ENDÓGENOS DEL ANIMAL, RAZA EDAD, SEXO, TAMAÑO/PESO CORPORAL Y ENTRENAMIENTO 23

2.1.5.1. Efecto de la raza sobre el trazado

electrocardiográfico 23

2.1.5.1.1. Morfología de la onda P 23 2.1.5.1.2. Morfología del complejo QRS 24 2.1.5.1.3. Morfología de la onda T 26

2.1.5.1.4. Duración de la onda P 27

2.1.5.1.5. Duración del complejo QRS 28

2.1.5.1.6. Duración de la onda T 29

2.1.5.1.7. Duración del segmento ST 30 2.1.5.1.8. Duración del intervalo PQ 31 2.1.5.1.9. Duración del intervalo QT 30 2.1.5.1.10. Voltaje de la onda P 33 2.1.5.1.11. Voltaje del complejo QRS 34 2.1.5.1.12. Voltaje de la onda T 36 2.1.5.1.13. Frecuencia cardíaca 36

(5)

2.1.5.2.1. Morfología de la onda P 38 2.1.5.2.2. Morfología del complejo QRS 39 2.1.5.2.3. Morfología de la onda T 39

2.1.5.2.4. Duración de la onda P 40

2.1.5.2.5. Duración del complejo QRS 42

2.1.5.2.6. Duración de la onda T 43

2.1.5.2.7. Duración del segmento ST 43 2.1.5.2.8. Duración del intervalo PQ 44 2.1.5.2.9. Duración del intervalo QT 45 2.1.5.2.10. Voltaje de la onda P 46 2.1.5.2.11. Voltaje del complejo QRS 47 2.1.5.2.12. Voltaje de la onda T 49 2.1.5.2.13. Frecuencia cardíaca 50

2.1.5.3. Efecto del entrenamiento sobre el trazado

electrocardiográfico 51

2.1.5.3.1. Morfología de la onda P 51 2.1.5.3.2. Morfología del complejo QRS 51 2.1.5.3.3. Morfología de la onda T 52

2.1.5.3.4. Duración de la onda P 53

2.1.5.3.5. Duración del complejo QRS 53

2.1.5.3.6. Duración de la onda T 53

2.1.5.3.7. Duración de segmento ST 54 2.1.5.3.8. Duración del intervalo PQ 54 2.1.5.3.9. Duración de intervalo QT 54 2.1.5.3.10. Voltaje de la onda P 55 2.1.5.3.11. Voltaje del complejo QRS 55 2.1.5.3.12. Voltaje de la onda T 56 2.1.5.3.13. Frecuencia cardíaca 56 2.1.6.“HEART SCORE” O PUNTUACIÓN CARDÍACA 57

2.1.7.ARRITMIAS 59

2.2. ECOCARDIOGRAFÍA EQUINA 65

2.2.1.PRINCIPIOS GENERALES DE LA ECOCARDIOGRAFÍA 65 2.2.1.1. Propiedades de los ultrasonidos 66

2.2.1.2. Modos ecocardiográficos 68

2.2.1.2.1. Modo A 68

2.2.1.2.2. Modo B 68

2.2.1.2.2.1.Modo B simple 68

2.2.1.2.2.2.Modo B compuesto, 2D o bidimensional 69

2.2.1.2.3. Modo M 69

2.2.2.EVOLUCIÓN HISTÓRICA Y UTILIZACIÓN DE LA

ECOCARDIOGRAFÍA EN CABALLOS 70

2.2.3.UTILIDADES Y LIMITACIONES DE LA ECOCARDIOGRAFÍA EN

(6)

2.2.4.PARÁMETROS ECOCARDIOGRÁFICOS EN EL CABALLO 78 2.2.4.1. Dimensiones internas y grosor de la pared libre del

ventrículo izquierdo 79

2.2.4.2. Grosor del septo interventricular 84

2.2.4.3. Diámetro aórtico 86

2.2.4.4. Diámetro de la aurícula izquierda 90 2.2.4.5. Coeficiente aurícula izquierda/aorta 92 2.2.4.6. Dimensiones del ventrículo y aurícula derechos

92

2.2.4.7. Medidas de las válvulas y arteria pulmonar 94 2.2.4.8. Longitud de las cuerdas tendinosas 94 2.2.4.9. Parámetros ecocardiográficos valvulares 95 2.2.4.10.Índices de funcionalidad sistólica 99

2.2.4.10.1. Índices lineales 99

2.2.4.10.1.1.Fracción de acortamiento 99

2.2.4.10.1.2.Grosor fraccional 101

2.2.4.10.2. Índices de área. Masa del VI 102

2.2.4.10.3. Índices volumétricos 103

2.2.4.10.3.1.Volúmenes ventriculares 104

2.2.4.10.3.2.Fracción de eyección 105

2.2.4.10.3.3.Volumen cardíaco y rendimiento cardíaco 107 2.2.4.11.Índices de funcionalidad diastólica 108 2.2.5.REPRODUCTIBILIDAD Y REPETIBILIDAD DE LAS MEDIDAS

ECOCARDIOGRÁFICAS EN EL CABALLO 108

2.2.6.FACTORES CONDICIONANTES DEL ECOCARDIOGRAMA EN

CABALLOS 110

2.2.6.1. Efecto de la raza sobre el ecocardiograma 110 2.2.6.2. Efecto del peso, tamaño corporal y edad sobre el

ecocardiograma 113 2.2.6.3. Efecto del sexo sobre el ecocardiograma 120 2.2.6.4. Efecto de entrenamiento y desentrenamiento sobre

el ecocardiograma 122

2.2.6.5. Relación entre rendimiento físico y ecocardiograma

124

3. OBJETIVOS, HIPÓTESIS Y BENEFICIOS 127 4. MATERIAL Y MÉTODOS

4.1. CENTROS DE REALIZACIÓN 129

4.2. DESCRIPCIÓN DEL COLECTIVO ANIMAL 130

4.3. METODOLOGÍA 134

(7)

4.3.1.1. ANÁLISIS DE LOS CAMBIOS ELECTROCARDIOGRÁFICOS EN CABALLOS PRE DESDE LOS 12 MESES DE EDAD

134

4.3.1.1.1. Material electrocardiográfico 134 4.3.1.1.2. Derivaciones electrocardiográficas 134 4.3.1.1.3. Análisis de los registros electrocardiográficos

135

4.3.1.1.3.1. Estudio electrocardiográfico cualitativo 135 4.3.1.1.3.1.1. Morfología de las ondas P y T 135 4.3.1.1.3.1.2. Morfología del complejo QRS 136

4.3.1.1.3.1.3. Arritmias cardíacas 136

4.3.1.1.3.2. Estudio electrocardiográfico cuantitativo 137

4.3.1.1.3.2.1. Duración de la ondas P y T, y del

complejo QRS 137

4.3.1.1.3.2.2. Duración del segmento ST 137

4.3.1.1.3.2.3. Duración del intervalo PQ 137 4.3.1.1.3.2.4. Duración del intervalo QT 137 4.3.1.1.3.2.5. Duración del intervalo RR 137

4.3.1.1.3.2.6. Frecuencia cardíaca 138

4.3.1.1.3.2.7. “Heart Score” 138

4.3.1.1.3.2.8. Voltaje de las ondas P, y T, y del

complejo QRS 138

4.3.2.ESTUDIO II.ESTUDIO DE LOS CAMBIOS ECOCARDIOGRÁFICOS EN CABALLOS PRE A PARTIR DE LOS 12 MESES DE EDAD

138

4.3.2.1. Material ecocardiográfico 138

4.3.2.2. Técnica de registro y parámetros ecocardiográficos

139

4.3.2.2.1. Cortes ecocardiográficos en eje corto 141 4.3.2.2.1.1. Corte ecocardiográfico en eje corto del ápex

cardíaco a nivel de cuerdas tendinosas 141 4.3.2.2.1.2. Corte ecocardiográfico en eje corto a nivel

de base cardíaca 143

4.3.2.2.2. Cortes ecocardiográficos en eje largo 145 4.3.2.2.2.1. Corte ecocardiográfico en eje largo de cuatro

cámaras 145

4.3.2.2.2.2. Corte ecocardiográfico en eje largo de cinco

cámaras 147

4.3.2.3. Medidas calculadas a partir de los parámetros

(8)

4.4. EVALUACIÓN DE LOS RESULTADOS 152 4.4.1.ESTUDIO I. CAMBIOS ELECTROCARDIOGRÁFICOS EN

CABALLOS PRE 152

4.4.1.1. Variables electrocardiográficas cualitativas 152 4.4.1.2. Variables electrocardiográficas cuantitativas 152 4.4.2.ESTUDIO II. CAMBIOS ECOCARDIOGRÁFICOS EN CABALLOS

PRE 153

4.4.3.CORRELACIONES LINEALES ENTRE LOS DIFERENTES PARÁMETROS ESTUDIADOS EN CABALLOS PRE A PARTIR DE

UN AÑO DE EDAD 153

5. RESULTADOS 154

5.1. ESTUDIO I. CAMBIOS ELECTROCARDIOGRÁFICOS EN FUNCIÓN

DEL PESO CORPORAL 156

5.1.1.VARIABLES ELECTROCARDIOGRÁFICAS CUALITATIVAS 156

5.1.1.1. Morfología de la onda P 156

5.1.1.2. Morfología del complejo QRS 160

5.1.1.3. Morfología de la onda T 164

5.1.1.4. Arritmias 168

5.1.2.VARIABLES ELECTROCARDIOGRÁFICAS CUANTITATIVAS

168

5.1.2.1. Duración de las ondas (P, QRS y T) 169 5.1.2.2. Duración de los distintos segmentos e intervalos

electrocardiográficos. Frecuencia cardíaca 179

5.1.2.3. “Heart Score” 184

5.1.2.4. Voltaje de las ondas (P, QRS y T) 184 5.1.3.DIFERENCIAS DE LAS VARIABLES ELECTROCARDIOGRÁFICAS

ENTRE LOS GRUPOS DE PESO EN CABALLOS PRE 197 5.2. ESTUDIO II. CAMBIOS ECOCARDIOGRÁFICOS EN FUNCIÓN DEL

PESO CORPORAL 200

5.2.1.ESTADÍSTICOS DESCRIPTIVOS DE LAS VARIABLES

ECOCARDIOGRÁFICAS 200

5.2.2.DIFERENCIAS DE LAS VARIABLES ECOCARDIOGRÁFICAS ENTRE LOS GRUPOS DE PESO EN CABALLOS PRE 205 5.2.3.ESTUDIO DE REGRESIÓN ENTRE LOS PARÁMETROS

ECOCARDIOGRÁFICOS Y EL TAMAÑO CORPORAL 214

5.3. CORRELACIONES LINEALES ENTRE LOS DIFERENTES

(9)

6. DISCUSIÓN 250 6.1. ESTUDIO I. CAMBIOS ELECTROCARDIOGRÁFICOS EN FUNCIÓN

DEL PESO CORPORAL EN CABALLOS PRE 250

6.1.1.VARIABLES ELECTROCARDIOGRÁFICAS CUALITATIVAS 250

6.1.1.1. Morfología de la onda P 250

6.1.1.2. Morfología del complejo QRS 253

6.1.1.3. Morfología de la onda T 255

6.1.1.4. Arritmias 256

6.1.2.VARIABLES ELECTROCARDIOGRÁFICAS CUANTITATIVAS

258

6.1.2.1. Duración de las ondas (P, QRS y T) 258 6.1.2.1.1. Duración de la onda P 258

6.1.2.1.2. Duración del complejo QRS 259 6.1.2.1.3. Duración de la onda T 260 6.1.2.2. Duración de los segmentos e intervalos (ST, PQ y QT)

262

6.1.2.2.1. Duración del segmento ST 262 6.1.2.2.2. Duración del segmento PQ 263 6.1.2.2.3. Duración del intervalo QT 264

6.1.2.2.4. Intervalo RR 265

6.1.2.3. “Heart Score” 266

6.1.2.4. Voltaje de las ondas ( P, QRS, T) 267 6.1.2.4.1. Voltaje de la onda P 267 6.1.2.4.2. Voltaje del complejo QRS 268 6.1.2.4.3. Voltaje de la onda T 269 6.2. CAMBIOS ECOCARDIOGRÁFICOS EN FUNCIÓN DEL PESO

CORPORAL EN CABALLOS PRE 270

6.2.1.DIMENSIONES INTERNAS DEL VENTRICULO IZQUIERDO (DIVI), GROSOR DE LA PARED LIBRE DEL VENTRÍCULO IZQUIERDO (GPLVI) Y GROSOR DEL SEPTOINTERVENTRICULAR (GSIV).

270

6.2.2.DIAMETROS AORTICOS, DIAMETRO DE LA AURICULA IZQUIERDA Y COCIENTE AORTA/AURICULA IZQUIERDA 272 6.2.3.PARÁMETROS ECOCARDIOGRAFICOS VALVULARES 274

6.2.4.INDICES DE FUNCIONALIDAD 274

6.2.4.1. Índices lineales 274

6.2.4.1.1. Fracción de acortamiento (FA) 274 6.2.4.1.2. Grosor fraccional de la pared del ventrículo

izquierdo (GFP) y grosor fraccional septal (GFS)

275

6.2.4.2. Índices volumétricos 276

(10)

6.2.4.2.2. Fracción de eyección (FE) 276 6.2.4.2.3. Volumen contracción y rendimiento cardíaco

277

6.2.4.3. Masa del ventrículo izquierdo 278

7. CONCLUSIONES 279 8. RESUMEN 281 9. ABREVIATURAS 283 10. ÍNDICE DE TABLAS 287 11. ÍNDICE DE FIGURAS 303 12. BIBLIOGRAFÍA 306

(11)

La identificación, evaluación y tratamiento de los caballos con enfermedad cardiovascular presenta un importante desafío para el veterinario clínico. Las lesiones cardiovasculares son muy comunes en esta especie animal aunque a menudo son bien toleradas. Sin embargo, pueden convertirse en clínicamente significativas manifestándose como intolerancia al ejercicio, arritmias, debilidades, infecciones sistémicas, insuficiencia cardíaca congestiva o muerte súbita (Bonagura y Reef, 2005).

Las patologías cardiovasculares en medicina equina son variadas, diagnosticándose en animales de diferentes edades y usos. En los caballos de deporte, la prevalencia de soplos cardíacos y arritmias es elevada (Patteson y Cripps, 1993; Marr y Reef, 1995; Kriz et al., 2000b; Young y Wood, 2000), si bien muchos de ellos son considerados benignos e irrelevantes desde un punto de vista clínico. En potros neonatos, las alteraciones cardiovasculares más comunes son las endocarditis derivadas de septicemias (De Groot y Sloet Van

(12)

Oldruitenborgh Oosterbaan, 1996; De Groot et al., 1996; Marr, 2015) y los problemas congénitos, fundamentalmente los defectos del septo interventricular (Critchley, 1976; Pipers et al., 1985; Reef, 1985; Marr, 1994), aunque estos problemas congénitos se dan con poca frecuencia (Marr, 2015). En caballos geriátricos, son más frecuentes las disfunciones valvulares asociadas a cambios mixomatosos degenerativos (Else y Holmes, 1972; Sage, 2002; Marr, 2016).

Las patologías cardiovasculares son consideradas el tercer grupo de causas implicadas en la pérdida de rendimiento deportivo en los équidos, tras las alteraciones músculo-esqueléticas y respiratorias (Pippers, 1982; Martin et al., 2000). Debido a la gran reserva cardiovascular de la especie equina, que aumenta en animales entrenados, los síntomas de patología cardíaca solo se evidencian clínicamente en casos severos o bien en aquellos animales que llevan a cabo un ejercicio intenso, con un consumo máximo de oxígeno elevado (Durando et al., 2006). Las enfermedades cardíacas ocultas, las arritmias cardíacas y las lesiones vasculares son importantes razones de muerte súbita sin explicación (Leblond et al., 2000). La sintomatología de patología cardiovascular es inespecífica, de modo que no se puede llevar a cabo un diagnóstico etiológico utilizando la sintomatología. De forma tradicional, el diagnóstico cardiológico en équidos se ha basado en la exploración física y en la electrocardiografía (Bonagura y Reef, 2005).

El estudio electrocardiográfico en el caballo está creciendo en importancia debido a que permite una correcta clasificación de todos los complejos fisiológicos para poder diferenciarlos de cualquier anormalidad que pueda tener relevancia clínica (Broux et al., 2016). Los registros electrocardiográficos permiten el diagnóstico de trastornos del ritmo cardíaco, de hecho son una importante herramienta para determinar arritmias cardíacas (Flethøj et al., 2016b). Sin embargo, carecen de sensibilidad para la valoración de las modificaciones en el tamaño de las cámaras cardíacas, al contrario de lo que ocurre en otras especies animales, como el perro y el gato o en seres humanos (Muñoz et al., 1995b). Ello se debe a la especial distribución del sistema de conducción eléctrica en el miocardio,

(13)

Purkinje (Hamlin y Smith, 1965; Muñoz, 1994; Pippers, 1995). Por otro lado, el caballo es una de las especies animales con una mayor prevalencia de alteraciones en el ritmo cardíaco, en muchos casos asociadas a variaciones en la relación entre el tono simpático y parasimpático (Schwarzwald et al., 2012) o a modificaciones en las concentraciones plasmáticas de algunos electrolitos, como calcio y potasio (Glazier et al., 1982; Epstein, 1984; Cornick y Seahorn, 1990; Leroux et al., 1995; Asano et al., 2006).

El diagnóstico cardiológico en el caballo se ve limitado por el acceso restringido a la radiografía torácica en esta especie (Bonagura, 1985). Del mismo modo, las técnicas invasivas no se emplean de forma rutinaria en la clínica, por ser cruentas y por su complejidad (Kienle y Thomas, 1995; Pipers, 1995; Lightowler et al., 2000). Por todo ello, es lógico suponer que la ecocardiografía podría proporcionar una ayuda importante al clínico de équidos en el diagnóstico de patologías cardíacas. Asimismo, la aplicación de esta técnica de diagnóstico por imagen ha adquirido una gran relevancia en medicina deportiva equina. En este sentido, la ecocardiografía de esfuerzo permite la predicción de la funcionalidad cardíaca durante el ejercicio o el establecimiento del grado de limitaciones deportivas en respuesta a cualquier alteración cardiovascular (Reef et al., 2014). La ecocardiografía ha llegado a ser una de las más importantes herramientas de diagnóstico, pronóstico y tratamiento de las enfermedades tanto congénitas como adquiridas en caballos (Marr y Patteson, 2010). Este método diagnóstico es importante especialmente en grandes animales debido a que el resto de técnicas no invasivas para diagnóstico cardíaco están limitadas por su talla, anatomía y fisiología cardíaca (Rovira y Muñoz, 2009).

La mayoría de las investigaciones sobre la utilización de la ecocardiografía se ha centrado en el caballo Pura Sangre Inglés (PSI) (Lescure y Tamzali, 1984; Voros et al., 1991; Long et al., 1992; Blissitt y Bonagura, 1995a,b,c; Patteson et al., 1995; Sampson et al., 1999; Young 2003; Young et al., 2005; José-Cunilleras et al., 2006), con una información más restringida sobre trotones Standardbred (Kriz et al., 2000a; Bakos et al., 2002; Kriz y Rose, 2002; Buhl et al., 2004; 2005a,b; Decloedt et al., 2013; 2017) Standardbred de carreras (Zucca et al., 2008), ponies (Lombard et al., 1984;

(14)

Slater y Herrtage, 1995), caballos de raza árabe (Flethǿj et al., 2016a), caballos cruzados (Lightowler et al., 2000; 2002; 2004; Long et al., 1992; Amory et al., 2010; Al-haidar et al., 2013), en potros Pura Raza Española (PRE) (Rovira, 2007; Rovira y Muñoz, 2009; Rovira et al., 2006; 2009) o Standardbred (Collins et al., 2010). Muchas de estas investigaciones se ha efectuado en caballos jóvenes en entrenamiento (Younes et al., 2016) o en adultos de diferentes edades (Flethlǿj et al., 2016a).

El establecimiento de valores de referencia para las medidas ecocardiográficas es un paso necesario para conocer sus modificaciones en respuesta a diversas patologías, valorar las adaptaciones a programas de entrenamiento o definir aquellas características ecocardiográficas asociadas a un mejor rendimiento deportivo en cada una de las disciplinas ecuestres (Reef et al., 2014). Es deseable que los rangos de referencia sean específicos para cada raza y para cada edad. La raza es un factor importante a tener en cuenta, ya que posiblemente la conformación torácica y la situación del corazón en el interior del tórax sean determinantes parciales de las medidas ecocardiográficas (Rovira, 2007).

Además es necesario establecer un estudio ecocardiográfico cuantitativo para establecer las dimensiones cardíacas de un individuo (Buhl et al., 2005a). Existen variaciones ecocardiográficas en función de la edad (Buhl et al., 2005a; Rovira, 2007)) en función del grado de entrenamiento del animal (Gehlen et al., 2007), en función de la raza y peso corporal en caballos (Al-Haidar et al., 2013) y en perros (Misbach et al., 2014). Determinadas razas han sido sometidas a una intensa selección por parte del hombre para conseguir una mayor funcionalidad deportiva. Cabe citar en este aspecto, al caballo PSI y su selección para carreras de velocidad sobre distancias cortas o el caballo trotón Standardbred para carreras de velocidad sobre distancias ligeramente superiores. Esto es de suponer que ha tenido efecto sobre las peculiaridades anatómicas y funcionales cardíacas. La mayoría de los valores de referencia en la ecocardiografía equina se han obtenido en estas razas, no pudiendo ser extrapolados para caballos de raza PRE (Rovira, 2007).

(15)

En medicina humana y canina se han definido ecuaciones que relacionan diversos indicadores de tamaño corporal (peso, alzada, longitud corporal, diámetro torácico, superficie corporal, masa corporal no grasa...). De modo que a partir de la medición de dichas variable corporales se pueda predecir los valores esperados de los diversos parámetros ecocardiográficos. Este procedimiento se ha realizado en niños en crecimiento, personas adultas de diversos pesos o en atletas entrenados para diferentes disciplinas deportivas (Batterham y George, 1998; George et al., 1998; 2001; Popovic et al., 2005; Sluysmans y Colan, 2005; Güzeltas y Güler, 2012) y también se ha aplicado a perros de diferente peso (Gonçalvez et al., 2002; Cornell et al., 2004; Voros et al., 2009). En caballos también hay estudios que relacionan el peso y tamaño corporal con los valores ecocardiográficos (Rovira, 2007; Rovira y Muñoz, 2009; Rovira et al., 2009; Al-haidar et al., 2013; Huesler et al., 2016).

El caballo PRE es un animal de gran importancia socio-económica en nuestro país, donde es utilizado fundamentalmente para paseo y doma clásica. En la actualidad, se dispone de información sobre las características electrocardiográficas de esta raza, tanto en respuesta al entrenamiento (Muñoz, 1994; Muñoz et al., 1995a,b,c,d,e; 2005) como al crecimiento físico (Ayala et al., 1995; 1998; 1999; 2000; Rovira, 2007). Sin embargo, existen pocos estudios que aporten los valores de referencia y realizados en potros de hasta un año de edad (Rovira, 2007) Así mismo, no se conoce la prevalencia ni la importancia clínica de las enfermedades cardiovasculares en esta raza. Aunque la doma clásica no es una competición especialmente demandante de una actividad cardiovascular, algunas patologías cardíacas de intensidad moderada a severa, podrían afectar negativamente la funcionalidad deportiva.

(16)

2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

La revisión bibliográfica de esta tesis doctoral la centraremos en dos puntos principalmente. El primero electrocardiografía, un proceso que es de gran utilidad en el estudio cardiológico de equinos. Vamos a hacer un repaso de la evolución histórica de esta técnica a lo largo de los años así como de los diversos usos para los que se aplica. También vamos a explicar las derivaciones electrocardiográficas, haciendo hincapié en las que usaremos en el estudio de esta tesis doctoral y destacando las ventajas e inconvenientes así como utilidades y limitaciones de cada una de ellas. Es importante para entender la electrocardiografía, el entendimiento del funcionamiento de los procesos eléctricos en el corazón en general y en el equino en particular. Destacaremos una serie de factores que hay que tener en cuenta a la hora de valorar un electrocardiograma (ECG), y que pueden ser factores propios del animal, como la edad, raza, sexo, tamaño/peso corporal y nivel de

(17)

cardíaca y finalmente las distintas arritmias cardíacas, tanto fisiológicas como patológicas.

El segundo punto será el estudio ecocardiográfico, donde haremos un repaso de la evolución histórica de la ecocardiografía así como su uso en la especie equina, repasaremos los distintos métodos ecocardiográficos y medidas usadas por distintos autores. Analizaremos uno a uno distintos factores propios al animal que van a influir e incluso modificar los parámetros ecocardiográficos tales como raza, edad, sexo, tamaño corporal o entrenamiento.

2.1 ELECTROCARDIOGRAFÍA

El ECG se define como la representación gráfica de la función eléctrica del corazón en un gráfico característico durante el ciclo cardíaco completo de sístole (“s”) y diástole (“d”) que se produce durante la despolarización de la célula miocárdica y su inmediata repolarización. Se produce una corriente eléctrica que va a través del músculo cardíaco y de los tejidos que lo rodean, llegando una pequeña parte a la superficie corporal y registrándose los potenciales eléctricos en el ECG. Es decir, que muestra la actividad tiempo-voltaje del corazón. Los miocitos de las aurículas y ventrículos son excitables y algunas partes especializadas del tejido cardíaco son capaces de provocar una despolarización espontánea independiente de la inervación intrínseca (Reef y Marr, 2010).La generación de la actividad eléctrica en el corazón está causada por el flujo de iones a través de la membrana celular.

El electrocardiograma representa esta actividad eléctrica, lo registra a través de electrodos que captan las diferencias de potencial de acción y lo amplifica mediante un galvanómetro o electrocardiógrafo. En el ECG, la señal registrada depende en parte de la localización de los electrodos y a su vez esto determinará las distintas derivaciones (Pallás, 1988). Las derivaciones cardíacas por lo tanto son el registro de la diferencia de potenciales eléctricos entre dos puntos, ya sea entre dos electrodos en la derivación bipolar o entre

(18)

un punto virtual y un electrodo en las derivaciones monopolares, así cada derivación representa la combinación de uno, dos o más electrodos.

Los otros factores que contribuyen a la representación del trazado electrocardiográfico, junto con la posición de los electrodos, son: la posición del corazón en el interior de la cavidad torácica, el patrón de conducción de los fenómenos eléctricos, la forma del tórax y la conductividad de los tejidos comprendidos entre el corazón y los electrodos (Hamlin y Smith, 1965; Smith et al., 1965; Hamlin et al., 1970a,b).

Se han hecho estudios electrocardiográficos en la especie equina y su variación en función de numerosos factores tales como raza del animal, edad, peso corporal, efecto del ejercicio físico y entrenamiento, efectos de determinadas medicaciones sobre el electrocardiograma, estudio de electrocardiograma durante la recuperación de la anestesia (Tzelos et al., 2015) y durante la eutanasia (Buhl et al., 2013).

La técnica electrocardiográfica supone un importante método diagnóstico en el campo de la cardiología veterinaria. Una evaluación clínica del sistema cardiovascular tiene que incluir un estudio electrocardiográfico (Fregin, 1985).

2.1.1 EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA ELECTROCARDIOGRAFÍA Y SU USO EN CABALLOS

Ya en 1790, Galvani observó que la estimulación eléctrica de la médula espinal de la rana, producía una contracción muscular (Graybiel et al., 1952). En 1856, Köllicker y Müller, accidentalmente se dieron cuenta de que un nervio ciático de rana puesto en contacto con el corazón, recibía un estímulo que daba lugar a la contracción de los músculos del pie de la rana, determinando que éste estímulo procedía del corazón (Acierno, 1997). La primera publicación de un trazado electrocardiográfico en humanos fue llevada a cabo por Einthoven en 1902 usando un Galvanómetro (De Micheli,

(19)

electrocardiográfico en caballos describiendo las características de una fibrilación atrial. Norr, en 1913 hizo un estudio detallado de un registro electrocardiográfico en caballos (Hilwig, 1977).

Se han hecho numerosos estudios electrocardiográficos en caballos en condiciones fisiológicas normales (Hamlin y Smith, 1965; Smith et al., 1965; Hamlin et al., 1970a,b; Holmes y Rezakhani, 1975; Muylle y Oyaert, 1975; Grauerholz, 1979). E igualmente, se ha estudiado la variación del ECG en función de distintos factores. Por ejemplo el efecto de la edad, sobre todo en potros neonatos o de corta edad (Lombard et al., 1984; Steward et al., 1984; Tovar et al., 1989; Yamamoto et al., 1991; Rovira, 2007) o en animales de diferentes edades (Matthiesen y Deegen, 1976; Degeen y Matthiesen, 1977; Ayala et al., 1995; 1998; 1999; 2000).

También se han descrito las variaciones electrocardiográficas asociadas a las concentraciones electrolíticas, especialmente al potasio y al calcio (Glazier et al., 1982; Epstein, 1984; Escabias et al., 1990). Otro factor estudiado es el efecto de la actividad respiratoria sobre el ECG, en caballos clínicamente sanos, así como en caballos con patologías (Miller y Holmes, 1984; Grauerholz, 1990; Verheyen et al., 2012). La influencia de la posición de los miembros (Fregin, 1982b) y sobre cambios electrocardiográficos en sementales purasangre inglés (PSI) durante el apareamiento (Hatazoe et al., 2012).

En caballos atléticos mejor entrenados, se han estudiado las diferencias electrocardiográficas en función de si se encontraban en periodos de descanso, calentamiento o reposo así como los cambios debidos al grado de entrenamiento (Muñoz et al., 1995a,b,c,d,e; 2005; Pedersen et al., 2013; 2016).

(20)

2.1.2 DERIVACIONES ELECTROCARDIOGRÁFICAS, SUS VENTAJAS E INCONVENIENTES. UTILIDADES Y LIMITACIONES

2.1.2.1 Derivaciones de Einthoven

Las derivaciones descritas por Einthoven fueron las primeras representadas en seres humanos. Estas derivaciones también denominadas bipolares alejadas o diferenciales, registran la diferencia de potencial eléctrico entre dos electrodos ubicados en extremidades diferentes. Las tres derivaciones bipolares forman, en su conjunto, lo que se denomina el triángulo de Einthoven y se clasifican en derivación I, II y III. De este modo, la Derivación I (DI) registra la diferencia de potencial entre ambos miembros torácicos. La Derivación II (DII) registra la diferencia de potencial entre miembro torácico izquierdo y miembro pelviano izquierdo. Mientras que la derivación III (DIII) registra la diferencia de potencial entre miembro pelviano izquierdo y miembro torácico derecho (Reef y Marr, 2010).

En humanos los ejes de las tres derivaciones que conforman el triángulo de Einthoven, son de orientación vertical, mientras que en cuadrúpedos son de orientación horizontal (Holmes, 1969).

Las derivaciones bipolares se usaron en caballos por primera vez por Charton et al., (1943). Poco después se describió la existencia de limitaciones en esta especie, debido a la falta de consistencia en los resultados de voltaje y duración (Glazier y Dukes, 1963; Castejón, 1978; Bayer, 1980). Esto fue debido posiblemente a la influencia de la posición de los miembros sobre el ECG y a la inadecuada colocación de los electrodos respecto a la situación del corazón en el tórax (Dubois, 1961; Smith et al., 1965; Holmes y Darke, 1970; Lescure, 1976; Bayer, 1980; Hilwig, 1987).

2.1.2.2 Derivaciones unipolares de los miembros

Las derivaciones unipolares fueron definidas por Wilson et al. en el año 1934. Son las que registran la diferencia de potencial entre un punto teórico

(21)

electrodo situado en cada extremidad. De este modo se determinan los potenciales eléctricos que se encuentran en el área hipotética comprendida entre el centro del corazón y las extremidades (Wilson et al., 1934) y se clasifican en:

a. Derivación aVR (DaVR): diferencia de potencial entre el corazón y la extremidad anterior derecha

b. Derivación aVL (DaVL): diferencia de potencial entre el corazón y la extremidad anterior izquierda.

c. Derivación aVF (DaVF): diferencia de potencial entre el corazón y la extremidad posterior izquierda (Malmivuo y Plonsey, 1995; Reef y Marr, 2010).

2.1.2.3 Derivaciones unipolares precordiales

Las derivaciones unipolares precordiales son 6 y se denominan así debido a la posición del electrodo explorador. Se usan para establecer con exactitud las alteraciones del lado izquierdo y derecho del miocardio y para distinguir las lesiones de la pared anterior y de la pared posterior. (Reef y Marr, 2010).

En el caballo aunque se ha confirmado que las derivaciones precordiales son más uniformes que las bipolares y unipolares de los miembros, no se encuentran tan estandarizadas como en humanos (Illera et al., 1987a,b; Muñoz et al., 1995a). Una ventaja de estas derivaciones en équidos es su proximidad al corazón en comparación con derivaciones con electrodos en las extremidades. No obstante, se ha demostrado que sólo cuatro derivaciones precordiales inducen ondas P de morfología uniforme (Illera et al., 1987a).

2.1.2.4 Sistema de derivaciones tetraédrico

Otro sistema de derivaciones, es el tetraédrico. En este, el corazón queda situado en el interior de un tetraedro imaginario donde se colocan los

(22)

electrodos. Esta figura geométrica sitúa sus vértices en: apófisis xifoides (X), encuentro derecho (ED), encuentro izquierdo (EI) y base de la cruz (C), dando lugar a tres derivaciones bipolares: X-ED, X-EI y X-EC (Castejón, 1978). La principal ventaja es la posibilidad de la realización de estudios electrocardiográficos dinámicos, sin embargo su principal inconveniente es que ofrece información redundante puesto que el electrodo positivo siempre está en el punto X (Castejón, 1978; Muñoz, 1994).

Diferentes autores han considerado que no es adecuado extrapolar las derivaciones de seres humanos a équidos por varios motivos (Dubois, 1961; Blanchard, 1964). El primero es debido las diferencias anatómicas ya que en los seres humanos el tórax es aplanado en sentido anteroposterior y en el caballo es aplanado laterolateralmente (Dubois, 1961), El segundo motivo es la orientación del corazón que es oblicua, hacia abajo y a la izquierda en seres humanos y en caballos situado en la parte inferior de la cavidad torácica junto al esternón (Dubois, 1961).

2.1.2.5 Sistema de derivaciones semiortogonales

Se han descrito sistemas semiortogonales que están integrados por diversas derivaciones cuyos ejes constituyen ángulos rectos entre ellos. El más conocido es el de Hamlin et al. (1964), integrado por derivaciones I, aVF y V10. Las características esenciales de este sistema son:

a. Los ejes de las derivaciones son perpendiculares entre sí o al menos con respecto al torso, y esto hace que se defina como ortogonal.

b. Los ejes de las derivaciones confluyen en la región de corazón y los electrodos están situados lo más equidistantes posibles del mismo.

Según Hamlin et al. (1964), la DI determina el componente transversal, la DaVF el componente craneocaudal y la V10 el componente dorsoventral.

(23)

2.1.2.6 Derivación base-ápex

En 1977 Hilwig describió la derivación bipolar simple o base-ápex (DBA) para el diagnóstico de arritmias en équidos. Alegaba que las derivaciones de los miembros producen artefactos en el trazado electrocardiográfico debido a las contracciones musculares y a los pequeños movimientos realizados para mantener la posición corporal. En esta derivación, los electrodos son colocados en el tercio distal del surco yugular derecho y sobre la región precordial izquierda. Permite la obtención de deflexiones de gran voltaje y fácil interpretación. En la actualidad es una de las derivaciones más empleadas en clínica equina (Rovira, 2007).

Siempre se recomienda el uso de varias derivaciones para obtener una mayor información y obtener el eje eléctrico medio del corazón. Existen numerosas publicaciones que han descrito valores de referencia en caballos Pura Sangre Inglés (PSI) (Holmes y Rezakhani, 1975; Vibe-Petersen y Nielsen, 1980; Fregin, 1982a; King et al., 1994), trotones Standardbred (Grauerholz y Jaeschke, 1990; Evans y Polglaze, 1994; Fazio et al., 2003), caballos de diversas razas de sangre caliente (Tschudi, 1978; Grauerholz, 1979; 1980; 1981) y ponies (Degeen y Reinhard, 1974; Buss et al., 1975) bajo varias circunstancias fisiológicas.

En el caballo PRE se han descrito también las características electrocardiográficas en animales de diferentes edades. Sin embargo la bibliografía es más reducida (Tovar et al., 1989; Ayala et al., 1995; 1998; 1999; 2000; Rovira, 2007).

(24)

2.1.3 COMPONENTES DEL ELECTROCARDIOGRAMA

Figura 1. Electrocardiograma equino en derivación base-ápex. Muestra los distintos componentes del electrocardiograma: P (onda P), (PQ) intervalo PQ, Ondas Q, R, S (componentes del complejo QRS), segmento ST, T (onda T), Intervalo QT, segmento ST, intervalo RR.

Los componentes normales en el ECG son onda P, intervalo PQ, complejo QRS, segmento ST, onda T, intervalo QT, segmento TP e intervalo RR (Figura 1).

2.1.3.1 Onda P

Representa la despolarización auricular (coincide con el final de la diástole ventricular). Esta onda P puede estar en algunas ocasiones formada por P1 y P2, siendo P1 la representación de la despolarización de casi toda la superficie de la aurícula derecha (AD) en dirección cráneo-caudal, seguida de la despolarización de la porción más craneal de la aurícula izquierda (AI). P2 representa la despolarización del septo interauricular (SIA) y estructuras asociadas a este y la despolarización de la zona terminal de la AD. Según Hamlin et al. (1970a,b), la despolarización de la AI en la especie equina no se representa directamente en el ECG. Podemos hablar de una onda de

(25)

Ta (Tranchesi, 1960; 1972). Esta onda tiene polaridad inversa a la onda P y no suele observarse en el ECG debido a que la oculta el complejo QRS (Illera et al., 1978a, Kittelson y Kienle, 1998b; Martin y Cocoran, 1999). Del mismo modo se hace más evidente con la existencia de bloqueo atrioventricular (AV) completo (Tranchesi, 1972).

2.1.3.2 Intervalo PQ

Representa la “s” eléctrica auricular, puesto que engloba desde el comienzo de la onda P hasta el comienzo del siguiente evento denominado complejo QRS. El intervalo PQ representa el tiempo para que la onda de despolarización atraviese el nódulo atrioventricular (AV) y el sistema de His-Purkinje a través del miocardio ventricular (Skarda et al., 1976; Santiesteban, 1995; Martin y Cocoran, 1999). El tiempo comprendido entre el final de la despolarización de las aurículas y el inicio de despolarización de los ventrículos (Estella, 1976; Detweiler, 1981; Santiesteban, 1995) y en el cual no se detecta actividad eléctrica alguna.

2.1.3.3 Complejo QRS

Representa la despolarización ventricular debido a la difusión de la onda de despolarización a través de los ventrículos y precede a la contracción ventricular. El complejo QRS está formado por 3 ondas, la onda Q, la R y la S. La onda Q del complejo QRS es la representación en el ECG de la propagación de la despolarización en el septointerventricular (SIV), la onda R, la propagación por el miocardio ventricular y la onda S la despolarización de las paredes basales de los ventrículos (Santiesteban, 1995).

2.1.3.4 Segmento ST

Está comprendido entre el complejo QRS y el inicio de la onda T. Determina el periodo de tiempo entre la despolarización y repolarización

(26)

ventricular, fase de meseta del potencial de acción (Castejón, 1978; Santiesteban, 1995; Martin y Cocoran, 1999).

2.1.3.5 Onda T

Representa la repolarización del miocardio ventricular. Es una onda que varía mucho morfológicamente y por ello es difícil de definir (Muñoz et al., 2005).

2.1.3.6 Intervalo QT

Representa el tiempo desde inicio de la despolarización de los ventrículos hasta el final de la repolarización (Holmes y Rezakhani, 1975; Castejón, 1978; Santiesteban, 1995; Martin y Cocoran, 1999; Fernández et al., 2003). El complejo QRS, segmento ST y la onda T representan juntos la “s” eléctrica ventricular y determinan el intervalo QT, momento en que los ventrículos están contraídos.

2.1.3.7 Segmento TP

Representa el tiempo de reposo eléctrico cardíaco. El tiempo entre el final de la onda T de un ciclo cardiaco y el inicio de la onda P del siguiente ciclo.

2.1.3.8 Intervalo RR

Representa un ciclo cardíaco y permite calcular la frecuencia cardíaca (FC) en el ECG. Se define FC como el número de contracciones cardiacas por unidad de tiempo y se mide en latidos por minutos (lpm).

(27)

Las ondas que componen el ECG pueden ser clasificados cualitativamente según su morfología y cuantitativamente en función del tiempo de duración o de su voltaje o amplitud. En cuanto a morfología, las ondas se diferencian en positivas y negativas, según estén situadas por encima o por debajo de la línea isoeléctrica respectivamente. Las ondas positivas indican sentido de la corriente eléctrica hacia el electrodo explorador y las ondas negativas cuando este sentido de la corriente se aleja del mismo (Durant y Oppenheimer, 1950). Si el frente de activación se sitúa paralelo al eje de derivación no se detectan deflexiones (Hamlin y Smith, 1970). También en cuanto a morfología, las ondas pueden ser simples si tiene un solo componente o dobles cuando tienen dos componentes. A su vez, las dobles pueden ser bífidas positiva/positiva o negativa/negativa cuando los dos componentes muestran la misma polaridad o difásicas negativa/positiva o positiva/negativa cuando tienen polaridad inversa entre sí (Sodi-Pallarés et al., 1968; Castejón, 1978; Santiesteban, 1995; Muñoz et al., 2005).

2.1.4 REVISIÓN DE LOS PROCESOS ELÉCTRICOS CARDÍACOS EN EL CABALLO

Además del tejido de conducción de estímulos o miocardio, el corazón está formado por el tejido encargado de la formación de los impulsos eléctricos. Este tejido especializado, tiene su origen en el nódulo sinusal o sinoauricular (SA) o de Keith- Flack. Se continúa con el fascículo sinoauricular o de Wenckebach, el nódulo AV o de Aschoff-Tawara, el haz de His y sus ramas y el sistema de Purkinje (Bonagura y Reef, 2005).

El nódulo SA es una gran estructura en forma de media luna con localización subepicárdica, que se encuentra situada en la unión de la AD y la vena cava craneal. Tiene tres tipos de células: las células nodales o P que son las formadoras del impulso eléctrico y actúan de marcapasos al ser su frecuencia de despolarización superior al resto. En segundo lugar podemos encontrar las células T o de transición, que son las encargadas de transmitir el impulso eléctrico desde las células P nodales a los tractos internodales y

(28)

músculo auricular (Hamlin et al., 1982; Malmivuo y Plonsey, 1995; Kittleson y Kienle, 1998b). El tercer tipo de células que forman el nódulo SA, constituyen los denominados marcapasos secundarios o ectópicos, son células con automaticidad eléctrica situadas fuera del nódulo. Estas células son importantes cuando hay ausencia de estimulación del nódulo sinusal o cuando existe bloqueo en la conducción (Wagenarr y Kroneman, 1989).

El nódulo AV es un conjunto de fibras situado en la parte distal de la AD, ubicadas craneoventralmente a la apertura del seno coronario y craneodorsalmente a la valva septal de la válvula tricúspide (VT) (Kittleson y Kienle, 1998b). Se divide en tres zonas que son: unión aurículo-nodular, formada por la superficie de contacto entre el nódulo AV; la musculatura de la AD y el SIA, el núcleo del nódulo, en la parte apical del SIA y la unión nodal-His, que es la unión del núcleo del nódulo con el haz de His (Hamlin y Smith, 1970).

El haz de His se divide en dos ramas por debajo de la porción membranosa del SIA. Es el encargado de conducir el impulso eléctrico hacia las fibras de Purkinje La rama derecha desciende por el lado derecho del SIV a través del endocardio y a nivel del ápex cardíaco y se desvía hacia la pared libre del ventrículo derecho (VD). La rama izquierda, localizada en el endocardio del lado izquierdo del SIV se extiende en forma de abanico sobre el SIV (Sevestre, 1972; Kittleson y Kienle, 1998b).

Las fibras de Purkinje desde el final del haz de His continúan formando una red de fibras en el subendocardio de VD y ventrículo izquierdo (VI). Podemos establecer dos categorías de animales en función del grado de penetración de las fibras de Purkinje en el miocardio ventricular:

a. Categoría A: las fibras de Purkinje se encuentran desde un cuarto a la mitad de la distancia entre endocardio y epicardio, las especies incluidas en esta categoría, son el hombre, el perro, el gato, los primates y los roedores (Hamlin y Smith, 1965).

(29)

transmural desde epicardio a endocardio, en paredes libres de ventrículos y en la base (Hamlin y Smith, 1965).

Ambas categorías tienen en común la fase primera o primer frente de despolarización, es decir, que la despolarización ventricular comienza en el tercio apical de SIV a partir de ambas superficies endocárdicas ventriculares.

Las diferencias entre las categorías A y B aparecen en las siguientes fases de despolarización. En las especies que pertenecen a la categoría A, en la segunda fase se produce activación de paredes ventriculares libres y en la tercera se activan la base de los dos ventrículos y la parte distal del SIV (Hamlin y Smith, 1965; Kittleson y Kienle, 1998b). En estas especies hay un mayor tamaño del VI y el vector de despolarización se dirige hacia ápex izquierdo. Debido a esto la duración del complejo QRS es proporcional al tamaño del VI y la amplitud o voltaje de la onda R aumenta paralelamente al grosor de la pared muscular de VI (Hamlin y Smith, 1965; Muylle y Oyaert, 1977; Tilley, 1985; Grauerholz y Jaeschke, 1986).

En las especies de la categoría B la activación ventricular se da en varios sitios y no hay segunda fase. Por ello no hay frentes de despolarización. Se producen ondas de despolarización en diversos sentidos y sobre distancias cortas desde la superficie del epicardio ventricular. Es decir, que el músculo cardíaco se divide en unidades electrofisiológicas que se excitan por la terminación de una fibra de Purkinje (Muylle y Oyaert, 1977). A partir de esta terminación se produce despolarización miocárdica en todas las direcciones del espacio, por lo que no existe el segundo vector de despolarización en la especie equina, debido a que se anulan la mayoría de fuerzas eléctricas (Muylle y Oyaert, 1977). Por esta condición que tienen las especies de categoría B es por lo que el ECG no es útil para diagnosticar cambios del grosor ventricular (Muñoz et al., 1995b).

Tras la despolarización inicial de las células P en el nódulo sinusal se transmite la corriente eléctrica a las células adyacentes y desde aquí la onda de despolarización se desplaza por el miocardio auricular. En cuanto a la transmisión de esta onda hay opiniones distintas según autores. Por un lado

(30)

existe la teoría de que dicha transmisión se produce mediante frentes de despolarización simultáneos (Spach et al., 1969), se propuso un modelo de propagación en forma de ondas concéntricas de radio progresivamente mayor. Estas ondas podrían crearse por un sistema específico de conducción en dirección caudal izquierda y ventral (Hamlin et al., 1970a). Estos mismos autores sugirieron que la AI se despolariza tras un patrón caótico de excitación en la especie equina (Hamlin et al., 1970b).La repolarización auricular empieza tras la despolarización. Se produce una recuperación del estado pre-excitatorio de la concentración iónica en el interior de las fibras del miocardio auricular.

La despolarización inicial del músculo cardíaco va desde el nódulo sinusal y cruza la AD. La onda de activación se expande a través de las células miocárdicas atriales hacia la AI y hacia el nódulo AV. La conducción continúa a través del tejido atrioventricular ingresando primero al nódulo AV. La transmisión de corriente a través de las células nodales AV es lenta porque la despolarización depende de una corriente lenta y está sujeta a bloqueos fisiológicos causados por la variable actividad vagal eferente (Meijler, 1985). Este enlentecimiento en la velocidad de conducción establece una buena relación temporal entre las contracciones auriculares y ventriculares. La onda atraviesa el nódulo y aumenta su velocidad a través del tejido especializado de conducción y del haz de His y llega hasta los extremos distales de las fibras de Purkinje (Hamlin et al., 1970b; Muylle y Oyaert, 1977).

La repolarización ventricular comienza desde el exterior hacia el interior de las paredes ventriculares. De esta manera las zonas que se despolarizan en último lugar se repolarizan en primer lugar. La repolarización ventricular se produce a partir de pequeñas ondas multidireccionales cuya dirección depende de la región del ventrículo (Harumi et al., 1996; Abildskov, 1975; Malmivuo y Plonsey, 1995). Este proceso por el cual la despolarización y repolarización siguen un sentido distinto parece estar asociada a la mayor duración del potencial de acción en las zonas donde se inicia la activación (Solberg et al., 1974; Cohen et al., 1976). Otros factores que tienen que ver con este hecho son la temperatura del animal, el incremento de la presión

(31)

al., 1968). La propagación del impulso a través de los ventrículos se ve favorecida por la rápida conducción del sistema de Purkinje, el cual penetra completamente a través del miocardio ventricular (Hamlin et al., 1970b).

La asociación entre los procesos eléctricos y mecánicos del corazón fue descrita por primera vez por Wiggers (Bonagura y Reef, 2005). El sistema nervioso autónomo inerva el corazón de manera intensa e influye sobre el ritmo cardíaco en respuesta a cambios de presión arterial sanguínea (Hamlin et al., 1972).

La actividad parasimpática deprime al nódulo sinusal, favorece la conducción atrial por acortamiento de la duración del potencial de acción atrial y hace lenta la conducción nodal AV. La actividad simpática aumenta la FC y acorta el tiempo de conducción AV (Opie, 1992). El sistema simpático también eleva la excitabilidad celular, predispone a algunas arritmias cardíacas y aumenta el consumo de oxígeno por el miocardio. La influencia vagal es depresora para la FC, la conducción AV, la excitabilidad y el estado ionotrópico (contráctil) del miocardio. La alta actividad vagal puede predisponer al desarrollo de la fibrilación atrial (Meijler, 1983). La liberación de Adrenalina y Noradrenalina inducen un incremento de la frecuencia de activación (Hamlin et al., 1982). Los receptores -adrenérgicos dominan en el corazón del caballo (Horn et al., 2002) pero se presupone la presencia de otros subtipos de receptores autónomos tales como los -adrenérgicos y los 2 adrenérgicos (Opie, 1992). Cuando aumenta la FC debido al ejercicio, se relaciona con el incremento de la actividad simpática eferente y con la suspensión del tono parasimpático (Hamlin et al., 1972).

La naturaleza parcialmente selectiva de la membrana de la célula cardíaca y la presencia de varias bombas en las membranas celulares hacen que los iones estén distribuidos de forma desigual a través de dicha membrana celular. Lo cual va a provocar concentraciones altas de potasio y bajas en sodio dentro de la célula si comparamos con el líquido extracelular. El calcio, cloro y magnesio son iones muy importantes para la actividad eléctrica celular. Los cambios súbitos en la permeabilidad o la conductancia de la membrana celular cardíaca en relación con el sodio, calcio, potasio y cloro,

(32)

son los responsables de los procesos de despolarización, contracción muscular y repolarización junto con otros factores ya nombrados como el sistema nervioso autónomo.

También el equilibrio acido-base, la perfusión y oxigenación miocárdicas, la enfermedad cardíaca y algunos fármacos, afectan a este proceso. El potencial de membrana en reposo está determinado principalmente por la distribución de los iones de potasio y las proteínas a través de la membrana celular y la impermeabilidad relativa de la membrana al sodio. La despolarización de los miocitos atriales, ventriculares y de las fibras de Purkinje está causada por una corriente rápida relacionada con el influjo rápido del sodio extracelular hacia dentro de la célula (Bonagura, 1985).

La repolarización cardíaca es iniciada por una disminución de la permeabilidad en la membrana celular al sodio y al calcio y un aumento al potasio. La estimulación simpática puede activar una corriente de cloro hacia dentro que facilita la repolarización en las frecuencias cardíacas más altas.

La despolarización espontánea es una propiedad del tejido cardíaco, sobre todo en el nódulo sinusal pero también puede pasar en células adyacentes al nódulo AV y en las de células de haz de His y Purkinje. La automaticidad normal se puede dar durante la fase 4 de potencial de acción cardíaca. La actividad de marcapasos espontánea en el tejido normal es debido a la formación de una corriente de sodio hacia el interior y una disminución relacionada con el tiempo de permeabilidad de membrana para el flujo de potasio. Cuando se alcanza el umbral de membrana, se abren los canales de calcio y se produce la despolarización de la célula por una corriente lenta hacia el interior. Con la estimulación simpática y frecuencias cardiacas altas, se activan corrientes adicionales hacia el interior. El propósito de estos marcapasos es rescatar al corazón de una bradicardia o de asistolia.

Los procesos de despolarización y repolarización son los responsables de que obtengamos el ECG debido a que se generan diferencias de potencial. Así en el registro electrocardiográfico se representan como ondas que están

(33)

2.1.5FACTORES ENDÓGENOS DEL ANIMAL: RAZA, EDAD, SEXO, TAMAÑO/PESO CORPORAL Y ENTRENAMIENTO

El trazado electrocardiográfico puede estar modificado por numerosos factores tales como la geometría de los límites entre miocardio activo y en reposo en cada momento, posición de los electrodos, situación del corazón en la cavidad torácica y relación con el volumen corporal. Todo esto hace pensar que habrá una influencia de dicho trazado electrocardiográfico en relación con la raza, edad, tamaño y peso corporal así como nivel de entrenamiento.

2.1.5.1 Efecto de la raza sobre el trazado electrocardiográfico 2.1.5.1.1 Morfología de la onda P

La morfología de la onda P en el caballo, a diferencia de en otras especies estudiadas, presenta una gran variabilidad y suministra menos información sobre las características morfológicas de las aurículas (Illera et al., 1987a; Muñoz et al., 1995e). El caballo muestra una gran variabilidad morfológica de la onda P, característica que no es frecuente en el ECG de otras especies animales (Illera et al., 1987a; Muñoz et al., 1995e). Según el número de fibras auriculares que se despolarizan encontramos distintas escotaduras en la onda P en el caballo (Smith et al., 1965).

El primer componente de la onda P u onda P1 es el más lábil y puede tener hasta una inversión completa debido a la influencia del sistema nervioso autónomo, el cual en el segundo componente u onda P2 tiene menos influencia (Fregin, 1982a). Hay un fenómeno que se denomina migración del marcapasos, que explica que los cambios de la onda P pueden persistir durante varios latidos antes de recuperar su forma original (Rose y Hodgson, 1995. Rose, 1980; Godoy, 2008).

En caballos de raza Percherón, se encontraron las siguientes morfologías: en DI, negativas simples y bífidas positivas, en DII, positivas simples y bífidas positivas y en DIII positivas simples, una simple negativa y una bifásica (Nakamura et al., 1955). En caballos Angloárabes (Aá), Hispanoárabes (Há) y

(34)

Anglohispanoárabes (AHá) se describieron dos tipos de morfología, una onda P simple y redondeada y una onda P doble con dos componentes, P1 y P2 (Castejón, 1978). Smith et al. (1965) y Hamlin et al. (1970a), aseguraron que la morfología de la onda P que aparecía con más frecuencia en caballos en reposo es la bífida positiva aunque pueden aparecer otros patrones tales como positiva simple y difásica.

Respecto a la morfología de la onda P1 en derivaciones bipolares, unipolares de los miembros y precordiales se han encontrado diferencias en distintas razas. En caballos (PSI) y Standardbred, un 95% de los animales tenía un componente P1 positiva en las derivaciones I y II y un 65% en la DIII. En las derivaciones precordiales registradas en el hemitórax derecho un 56% del componente P1 fueron positivas. En la derivación precordial situada dorsalmente al animal, un 95% de los animales mostraron ondas P1 negativas, mientras que el 100% de P2 fueron negativas. Cuando el eje eléctrico de una derivación muestra un mayor paralelismo con la media del vector espacial de la onda P, la variabilidad morfológica es menor (Fregin, 1982b). Observó además que había diferencia entre las razas estudiadas, en concreto entre caballos PSI y Standardbred. Otro estudio realizado por Illera et al. (1987a) con animales de raza árabe (Á) y cruce de Hannoverianos obtuvieron como resultado que las ondas P en las derivaciones de los miembros solían ser positivas o bífidas y obtuvieron un porcentaje muy bajo de ondas difásicas.

Estas investigaciones demuestran que la morfología de la onda P es variada, independientemente de la raza del caballo. Por ello se deduce que la FC es el determinante de la morfología simple o compuesta de la onda P, siendo esta diferente en función de la raza (Muñoz et. al., 1995e; Rovira, 2007).

2.1.5.1.2 Morfología del complejo QRS

Se ha encontrado una gran variabilidad en la morfología del complejo QRS en el caballo (Muñoz et al., 1995e). Esta gran variabilidad podría ser

(35)

cambios en el eje de la derivación y por la posición anatómica del corazón en el interior de la cavidad torácica (Hamlin et al., 1970a; Muñoz et al., 1995e).

Distintos estudios informan resultados diferentes. Así, Nakamura et al. (1955) en caballos Percherones, describieron 17 morfologías distintas del complejo QRS mientras que Glazier y Dukes en 1963 en su estudio en caballos cruzados, sólo encontraron 7 morfologías diferentes. Estas morfologías fueron las siguientes: complejos QRS sin onda S (QR), complejos sin onda Q(RS), complejos con las tres ondas definidas (QRS), con solamente la onda Q (QS), carentes de onda Q y onda S (R), complejos con muesca en la onda R (R´) y complejos con muescas en R y S (R´S´). Igualmente, Muñoz et al. (1995e) informaron una elevada frecuencia de aparición de muescas y hendiduras en el complejo de despolarización ventricular en el caballo.

En un estudio realizado por Fregin (1982b) en caballos PSI y Standardbred, describió que la onda Q raramente aparecía en las derivaciones aVR, aVL y V6. La onda R apareció en el 95% de los animales. La onda S en un 100% de los Standardbred en la DaVR y en un 77,5% en la DaVF. En el PSI se observó la onda S en un 80-92% de los animales en la DaVR y en un 72,5% en la aVF.

Hamlin y Smith en 1965 hicieron un estudio en caballos PSI (donde encontraron que la morfología qR era la predominante en el complejo QRS. Muñoz et al. (1995e) en un estudio en caballo pura raza español (PRE) de cuatro años de edad encontraron que la morfología R era la principal en la DI. Estos dos estudios encontraron una diferencia entre las dos razas, que podría explicarse por la diferente posición anatómica cardíaca entre ambas (Rovira, 2007). Por otra parte, Steel (1963a) encontró que en función de la posición de los miembros derecho e izquierdo había diferencias en el complejo QRS. Cuando el miembro torácico izquierdo estaba adelantado, predominaba la morfología qR y cuando lo estaba el derecho, predominaban las morfologías Rs y QS. No obstante en los estudios de Hamlin y Smith (1965) así como en los de Muñoz et al., (1995e), los caballos estaban perfectamente aplomados y con los dos miembros a la misma altura.

(36)

En el caballo PSI, Hamlin y Smith (1965) informaron que las morfologías predominantes en la DaVF fueron qrS, QRS Y QS. De mismo modo, Muñoz et al. (1995e) establecieron que en esta misma derivación las configuraciones predominantes fueron R y qrs. Sin embargo, en la derivación precordial V10 no hubo diferencias significativas entre ambas razas, la morfología dominante fue qR.

Rovira (2007) en potros PRE describió un total de 30 configuraciones distintas para las 7 derivaciones estudiadas, y dentro de estas configuraciones las de porcentaje de aparición más alta fueron las siguientes: qr, qR, qR´,qRs y rS. La DBA fue la más homogénea en cuanto a la morfología del complejo QRS con un predominio de la morfología rS en todos los grupos de peso.

2.1.5.1.3 Morfología de la onda T

Existe una gran dificultad a la hora de interpretar la morfología de la onda T debido a los numerosos factores que pueden determinar su forma tales como hipoxia, alteraciones metabólicas y electrolíticas, presión intracardiaca, estrés, miocarditis, FC o ejercicio entre otros (Holmes y Rezakhani, 1975; Muñoz et al., 1995e; 2005; Ayala et al., 2000). Se encuentra un mayor número de diferencias morfológicas en las derivaciones de los miembros que en las precordiales (Sellers et al., 1958; Fregin, 1982b). Según Sellers et al. (1958) y Grauweiler (1961), la morfología de la onda T se encuentra determinada por la derivación electrocardiográfica presentando al igual que el complejo QRS, un número mayor de morfologías diferentes en las derivaciones de los miembros. Todo esto hace difícil su estudio así como la interpretación clínica de sus variaciones en morfología (Muñoz et al., 2005).

En caballos Percherones se identificaron cuatro morfologías distintas de onda T (Nakamura et al., 1955), que fueron simple positiva, simple negativa, bifásica positiva/negativa y bifásica negativa/positiva.

(37)

T. De acuerdo a lo aportado por Steel (1957), esta raza presentó una onda T negativa simple en DI. En otros estudios hechos por otros autores donde se estudiaron distintas razas entre ellas el PSI, han encontrado además ondas difásicas y positivas simples (Glazier y Dukes, 1963; Salutini y Cardini, 1969). En la derivación aVF, distintos autores informaron de la obtención de configuraciones simples o difásica negativa/positiva, independientemente de la raza (Glazier y Dukes, 1963; Salutini y Cardini, 1969; Muñoz et al., 1995e). En las derivaciones aVL y V10 Fregin (1982b) encontró como morfología más común para la onda T, la negativa simple, tanto en PSI como en Standardbred sin observar diferencias entre estas dos razas.

2.1.5.1.4 Duración de la onda P

Diferentes autores describieron que la duración de la onda P fue ligeramente menor en caballos PRE que en PSI o cruzados en condiciones de no entrenamiento (Glazier y Dukes, 1963; Steel, 1963a; Detweiler y Patteson, 1972; Rose y Davis, 1978; Illera et al., 1987a; Muñoz et al., 1995d). Así mismo fue similar a los valores descritos para animales no entrenados (Costa et al., 1985). Muñoz et al. (1995d) concluyeron que esta diferencia entre las dos razas podría ser debida a diferencias en tamaño corporal o en FC.

La tabla I recopila los valores medios para la duración de la onda P en caballos de diferentes razas.

(38)

Tabla I. Valores medios de la duración de la onda P en mseg en caballos de diferentes razas.

AUTORES  DI  DII  DIII  DaVR  DaVL  DaVF  DBA  RAZA 

Glazier  y  Dukes,  1963  130,0  140,0  130,0  _  _  _    Cruzados  Costa  et  al., 1985  100,3  108,9  92,68  104,5  87,08  97,26    Cruzados  Illera  et  al.,  1987a  110,0  112,0  104,0  111,0  111,0  112,0    PSI, Á,  cruzados,  H  Muñoz et  al.,  1995d.  107,0    _  _  _  _  103,0    PRE  Rovira,  2007  61,9  63,7  82,66  68,6  51,6  66,7  85,2  PRE 

PSI: Pura Sangre Inglés; Á: Pura Raza Árabe; H: Hannoveriano; PRE: Pura Raza Española.

2.1.5.1.5 Duración del complejo QRS

La duración del complejo QRS en caballos PRE fue intermedia entre la observada en PSI y caballos cruzados no entrenados (Charton et al., 1943; Glazier y Dukes, 1963; Illera et al., 1987b; Muñoz et al., 1995d) y la descrita para caballos no entrenados sin especificar la raza (Costa et al., 1985). En la duración del complejo QRS se encuentra dificultad a la hora de establecer diferencias entre distintas razas ya que la mayoría de las investigaciones se han llevaron a cabo en caballos PSI entrenados (Hamlin et al., 1964; Smith et al., 1965; Baron et al., 1970; Fregin, 1982a). Además, comparando distintos estudios que contrastan razas distintas, no se obtuvo una conclusión concreta (Rovira, 2007).

Según Schwarzwald et al. (2012) existe una correlación positiva entre peso corporal y duración del complejo QRS.

La tabla II recopila los valores medios para la duración del complejo QRS en caballos de diferentes razas.

(39)

Tabla II. Valores medios de la duración del complejo QRS en mseg en caballos de diferentes razas.

AUTORES  DI  DII  DIII  DaVR  DaVL  DaVF  DBA  RAZA 

Glazier  y  Dukes,  1963  120,0  120,0  130,0  _  _  _  _  Cruzado  Detweiler  y  Patteson,  1972  _  140  _  _  _  _  _  PSI  Costa  et  al., 1985  93,96  95,86  106,4  89,70  94,02  98,6    Cruzados  Illera  et  al.,  1987b.  109  115  117  _  _  _    PSI, Á,  cruzados,  H  Muñoz et  al.,  1995d.  105,0  _  _  _  _  106,0    PRE  Rovira,   2007  64,8  71,4  65,4  64,8  66,2  66,2  69,6  PRE 

PSI: Pura Sangre Inglés; Á: Pura Raza Árabe; H: Hannoveriano; PRE: Pura Raza Española.

2.1.5.1.6 Duración de la onda T

Existe un amplio rango de variación de los valores medios de la duración de la onda T en caballos. Se han hecho distintos estudios encontrándose valores que van desde 140-170 mseg en caballos cruzados (Glazier y Dukes, 1963) hasta 70-80mseg en caballos cruzados de diferentes razas (Salutini y Cardini, 1969). En caballos PRE se han visto valores intermedios de duración del tiempo de repolarización ventricular (Muñoz et al., 1995d).

En la tabla III se recogen los valores de la duración de la onda T para distintas razas y según distintos autores.

(40)

Tabla III. Valores medios de la duración de la onda T en mseg en caballos de diferentes razas.

AUTORES  DI  DII  DIII  DaVR  DaVL  DaVF  DBA  RAZA 

Glazier  y  Dukes,  1963  140,0  170,0  160,0  _  _  _  _  Cruzados Salutini  y  Cardini,  1969  70,00  80,00  80,00  _  _  _  _  Varias  razas  Costa  et  al., 1985  115,6  125,0  114,3  109,3  123,7  124,7    Cruzados Muñoz  et  al.,  1995d.  134,0  _  _  _  _  184,0    PRE  Rovira,  2007  71,5  63,7  90  95,9  86,7  95,1  90,7  PRE 

PRE: Pura Raza Española

2.1.5.1.7 Duración del segmento ST

Hasta el presente, no hay una extensa literatura que compare la duración del segmento ST entre distintas razas equinas. Entre estos estudios podemos destacar el trabajo realizado por Muñoz et al. (1995d) en el cual se concluyó que la duración del segmento ST en potros PRE de cuatro años fue inferior al obtenido en PSI por Salutini y Cardini (1969), en caballos cruzados por Costa et al. (1985) y caballos PRE de edad superior por Castejón et al. en 1983, con una FC similar en todos los estudios. Los resultados obtenidos por Rovira (2007) fueron muy similares a los registrados por Ayala et al., (1995) en animales de la misma raza y FC similar. No obstante no se han encontrado más estudios que establezcan la medida del segmento ST en otras razas distintas al PRE. La justificación de esta diferencia puede estar dada por un periodo refractario inferior en las fibras miocárdicas del caballo PRE, haciendo que la repolarización ventricular se inicie antes que en otras razas (Muñoz et al. (1995d).

Los valores medios para la duración de este segmento según distintos autores y para caballos de distintas razas, se recopilan en la tabla IV.

Referencias

Documento similar

Las características del trabajo con grupos que se debería llevar a cabo en los Servicios Sociales de Atención Primaria (SSAP), en términos de variabilidad o estabilidad

Sin embargo, conviene no olvidar que, en tiempos del abad Ponce, la transformación del Monasterio de Piedra hecha como consecuencia del depósito real de la reliquia no sólo afectó a

La combinación, de acuerdo con el SEG, de ambos estudios, validez y fiabilidad (esto es, el estudio de los criterios de realidad en la declaración), verificada la

En estos últimos años, he tenido el privilegio, durante varias prolongadas visitas al extranjero, de hacer investigaciones sobre el teatro, y muchas veces he tenido la ocasión

que hasta que llegue el tiempo en que su regia planta ; | pise el hispano suelo... que hasta que el

Esto viene a corroborar el hecho de que perviva aún hoy en el leonés occidental este diptongo, apesardel gran empuje sufrido porparte de /ue/ que empezó a desplazar a /uo/ a

Parece, por ejemplo, que actualmente el consejero más influyente en la White House Office con Clinton es el republicano David Gergen, Communications Director (encargado de la

A la hora de elegir una estrategia de investigación, el investigador intenta maximizar tres puntos: ser capaz de generalizar los resultados a través de las poblaciones, ser preciso