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El Hijo de Dios

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Academic year: 2021

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OBJETIVO

El objetivo principal de este libro es poner a la disposición de los nuevos creyentes en

Jesucristo. Es presentarles a Dios tal cual

como él se mostro lleno de la verdad manifiesta en el hijo.

Este libro se ha preparado especialmente para aquellos que están dando los primeros pasos como hijos de Dios con la finalidad de ayudarle a conocer, comprender y aplicar como Dios se hizo carne, participando de nuestra misma naturaleza humana. Todo esto con un

propósito de manifestarse a sí mismo y darnos la salvación de nuestras almas comprándonos mediante el derramamiento de Sangre.

Además explicare como el Hijo de Dios cumplió lo que estaba escrito de él en el libro de Moisés y los profetas, siendo el centro del A.T y del N.T. Todo creyente en Jesús debe conocer su

naturaleza humana y explicar la divina. No que existan dos o tres dioses en uno, para nosotros solo hay un Dios llamado Jesús, manifestado en la creación como el Padre, en la redención como el Hijo y en la regeneración como en

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Espíritu Santo. Entendemos que estamos completos en el cómo lo expresa las Sagradas Escrituras: “Y vosotros estáis completos en ‘el, que es la cabeza de todo principado y potestad” (Colosense 2:10).

Las citas Bíblicas se han escrito textualmente para facilitar el aprendizaje de cada doctrina, sin quitarle el objetivo fundamental el cual es hacerlo sencillo y comprensible para el

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<<Acuérdense de quienes los han dirigido y les han anunciado el mensaje de Dios; mediten en cómo han terminado sus vidas, y sigan el

ejemplo de su fe. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre.>> (Hebreos 13:7-8).

Dedicatoria

Primeramente a mi maestro y salvador Jesucristo, al presidente de la Iglesia

Pentecostal Unida de la Argentina el Pastor Raúl de Asís por su apoyo y confianza en este ministerio, al pastor secretario nacional Víctor Vega y su esposa e hijos quien con su

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visionario de DIOS en este hermoso país. Al IBA sus alumnos y su director Pastor Adán

Espinoza y familia, Pastor Gustavo Pavón y familia. A todos los pastores que componen la Iglesia Pentecostal Unida de Argentina gracias por su apoyo incondicional.

A mi familia querida conformada por mi amada esposa Gloria Vergara, mis hijas: Shelby, y Sharon Delgado.

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Contenido

1. El Hijo De Dios... 08 2. El Hijo de la Simiente de la Mujer…… 18 3. El Hijo es Emanuel “Dios con

nosotros”... 39 4. El Hijo es una manifestación visible del

Padre en carne……… 46 5. El Hijo oraba……….. 68 6. El Hijo fue bautizado…... 73 7. El Hijo fue tentado por el maligno…… 85 8. El Hijo se sintió desamparado……….. 96 9. El Hijo fue crucificado………..… 110 10. El Hijo murió……….. 111 11. El Hijo entrego el Espíritu……... 115 12. El Hijo a la diestra de Dios…..…. 128 13. El Hijo es el Consolador…..…….. 143 14. El Hijo y el Diezmo………..… 153 15. El Hijo y su fin………..…… 157 16. Revelando el misterio de Dios y del

Hijo……….... 166 17. El Hijo “Su naturaleza humana y la

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El Hijo De Dios

Anatómicamente cuando María contendía con el ángel acerca de su futuro embarazo, le hace ver que el Espíritu Santo Vendría sobre Ella; Así que, el Santo Ser o Niño que va a nacer lo llamarán “Hijo de Dios.” Biblia N.V.I.

Sin embargo este título no varió su posición de seguir siendo el Dios único y verdadero: “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.” (1ra, Juan 5: 20).

El Señor Jesús con cualquier inscripción, título o acción, nunca dejó de ser Dios, y en su

manifestación en carne siempre hizo lo que cualquier hombre hace: llorar, dormir, sufrió cansancio, tuvo hambre, sintió sed; pero él nunca en ningún momento dejó de ser lo que era, Jehová el Todopoderoso. La Cristología dice que él era ciento por ciento humanos y ciento por ciento Dios por las siguientes razones: a) Ha de notarse que Cristo en los días de su carne, actuaba como “Dios Todopoderoso”: Caminó sobre las aguas; multiplicó peces y

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panes; resucitó muertos; le dio vista a los

ciegos de nacimiento; convirtió el agua en vino; maldijo la higuera; echó fuera a los demonios; reprendió al mar y a los vientos; perdonó

pecados; conocía los pensamientos; todos estos son milagros que sólo el CREADOR lo puede hacer.

b) Como cualquier ser humano tuvo hambre, pero como Dios es el pan de vida, como judío oró muchas veces, como Dios contestó la oración, murió como cualquier HIJO DE HOMRE, como Dios: él es la resurrección.

Dios manifestado en carne, llenó los requisitos de hijo, cumplió lo del salmo 65:2 que dice: "Tú oyes la oración; a ti vendrá toda carne.". Sintió como hombre y algo más lo que el hombre

pecador sin Cristo sufrirá y sentirá en la eterna separación de Dios en el día del juicio; eso lo sufrió y sintió Jesús cuando dijo: "Padre porque me has abandonado". (San Mateo 27:46).

Cuando él concibió el Peso del Pecado, sintió la sensación de separación de lo HUMANO A LO DIVINO, porque el pecado separa al hombre de Dios, Aunque Jesús no tenía pecado, pero

Jehová en JESUCRISTO cargo en él, el pecado de todos nosotros: "Todos nosotros nos

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descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el

pecado de todos nosotros". (Isaías 53:6). Dios antes de hacerse un cuerpo en María, vivía en la eternidad y en el tiempo, y para ello descendió. Cuando ya tenía su cuerpo como tabernáculo, estaba en la eternidad, en el tiempo y a la vez hablaba con el Magistrado Judio Nicodemo en la tierra. Después de la resurrección él ascendió a los cielos y se quedaba con los discípulos en la tierra.

>>"los cuales también les dijeron: Varones

galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. "(Hechos 1:11).

>>"Enseñándoles que guarden todas las cosas

que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. "(Mateo 28:20).

>>"Nadie subió al cielo, sino el que descendió

del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo"(Juan 3:13).

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Dios para manifestarse en carne, y hacerse familia del hombre usó ese proceso, que la

Anatomía llama ENGENDRO, que a su vez es el proceso del conducto de un nacimiento. Tomo de María para sí un cuerpo para llevar a cabo ciertos requisitos que satisfacerla su justicia, veamos:

1). Para hacerse pariente de la creación del hombre y defender su causa; pagando el rescate, cumplimiento de la profecía:

>>"Si el forastero o el extranjero que está

contigo se enriqueciere, y tu hermano que está junto a él empobreciere, y se vendiere al

forastero o extranjero que está contigo, o a

alguno de la familia del extranjero; después que se hubiere vendido, podrá ser rescatado; uno de sus hermanos lo rescatará" (Levítico 25: 47,48)

>>"Porque así dice Jehová: De balde fuisteis

vendidos; por tanto, sin dinero seréis rescatados" (Isaías 52:3).

>>"sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra

vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles,

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como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros " (1ª. Pedro 1:18-20).

>>"¿Será quitado el botín al valiente? ¿Será

rescatado el cautivo de un tirano? Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos" (Isaías 49:24,25)

2). Para hacerse hermano del ser humano y darse a conocer como lo hiciera José con sus hermanos en Egipto:

>>"No podía ya José contenerse delante de

todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de mi presencia a todos. Y no quedó nadie con él, al darse a conocer José a sus

hermanos" (Génesis 45: 1).

>>"Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni

ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos " (Hebreos 8:11).

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>>"Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni

ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado" (Jeremías 31:34).

>>"Si me conocieseis, también a mi Padre

conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto " (Juan 14:7).

>>"En el mundo estaba, y el mundo por él fue

hecho; pero el mundo no le conoció " (Juan 1:10).

>>"Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por

esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente. ¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae

alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina! ¡Voz de tus atalayas! Alzarán la voz, juntamente darán voces de júbilo; porque ojo a ojo verán que Jehová vuelve a traer a Sion. Cantad

alabanzas, alegraos juntamente, soledades de Jerusalén; porque Jehová ha consolado a su

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pueblo, a Jerusalén ha redimido. Jehová desnudó su santo brazo ante los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación del Dios nuestro" (Isaías 52:6,10).

>>"¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y

sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?" (Isaías 53:1).

Además de esto Dios ha querido tomar un pueblo para su nombre: “Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los

profetas, como está escrito: Después de esto volveré y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar, Para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, dice el Señor, que hace conocer todo esto desde

tiempos antiguos. Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de

fornicación, de ahogado y de sangre. Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada

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ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo” (Hechos 15:14-21).

Conozcamos que El mismo que hablaba en los profetas quería estar presente con nosotros, y lo logró con su manifestación en carne en la persona de Jesucristo: “Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente” (Isaías 52:6).

Si lo aceptamos como tal, seríamos

privilegiados, o de no, caeríamos en el mismo error de los Judíos: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron” (Juan 1:11).

Jesús le dijo a los Israelitas.…Si no creéis que yo soy, en vuestro “PECADOS MORIRÉIS” (San Juan 8:24).

Dios dijo por medio del profeta esta profecía: "Mirarán a mí, a quien traspasaron" Dice Jehová por medio del profeta Zacarías. 12:10. Esto se cumplirá cuando el Señor Jesús venga por segunda vez, para con el pueblo Judío, después que pase la “gran tribulación”, y para dar inicio al reino Milenial. Cuando le vean las

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heridas le preguntarán y ¿estas heridas Qué? El les responderá: Esas las adquirí en casa de mis amigos…. Los judíos se acordarán de lo que pasó en el calvario; y llorarán como nunca. Y creerán que el que, crucificaron fue el autor de la vida Jehová Dios: "Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos" (Hechos 3:14,15). Espero que por medio de este estudio hayas entendido que JEHOVA vino, el cumplió su palabra y vino a salvarnos, dándose a conocer como el hijo del hombre, cordero de Dios,

siervo, hijo de David, hijo de Dios, considera su primera venida, la cual ya se efectuó en la

persona de JESUCRISTO.

Cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en las ciudades de ellos. Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos, para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro? Respondiendo Jesús, les dijo: "Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los

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sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y

bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí." (Mateo 11:1-6).

Dios vino tal como lo prometió, espero querido amigo, tú qué dices ser cristiano, tú qué dices ser testigo de Jehová, comprendas que

JESUCRISTO es JEHOVA, el que tanto

hablaron los profetas del Antiguo Testamento. Y como Dios mismo dice por medio del apóstol Mateo "bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí”

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El Hijo es la Simiente de la Mujer

<<Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”>> (Génesis 3:15).

La palabra clave y la cual tenemos que resaltar es SIMIENTE. Simiente es un término que

procede del latín sementis y que, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), tiene dos grandes acepciones: el

concepto puede hacer referencia a

una SEMILLA o al SEMEN. Cuando la Biblia habla de la simiente de la mujer, se está

refiriendo al semen, que es un líquido viscoso producido por el aparato genital masculino de los seres humanos, este liquido llamado

comúnmente espermatozoide hace que la mujer quede en estado de embarazo.

Según las Sagradas Escrituras de la mujer iba a nacer un niño, que produciría a la serpiente una herida mortal en la cabeza. Sabemos que la primera pareja creada por Dios fue hecha santa, inocente y sin pecado. A ella le fue dada la responsabilidad humana de ser fructífero, dominar la tierra, tener dominio sobre los

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animales, usar los vegetales para comer y cuidar del huerto del Edén:

>> “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y

multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer” (Génesis 1:28-29).

>> “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo

puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase” (Génesis 2:15).

Sin embargo, fue dada una prohibición; se instruyó al hombre para que no comiese del árbol del conocimiento del bien y del mal: “más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:17).

Aunque al hombre se le concedió un estado bendito, un cuerpo, mente y naturaleza

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la vida, Eva sucumbió ante la tentación y comió el fruto prohibido y Adán se unió a ella en su acto de desobediencia: “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.

Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol

codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella” (Génesis. 3:1-6).

Como resultado vino el juicio divino, la muerte espiritual, el conocimiento del pecado, el miedo hacia Dios y la pérdida del compañerismo. Aun en estas circunstancias Dios introdujo el principio de la gracia con una promesa del Redentor: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya;

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ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” (Génesis 3:15).

Aquí en este texto de Génesis Dios habla de

una enemistad que puso entre la serpiente y la mujer. La serpiente según revelaciones es el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás. Su misión es la de engañar al mundo entero; aquí en la tierra donde fue

arrojado con sus ángeles. (Apocalipsis 12:9). Esta serpiente quiso acabar con la línea de descendencia de donde vendría el Mesías

prometido, la simiente de la mujer. La profecía anuncia que la serpiente heriría en el calcañar a la simiente de la mujer pero que la simiente de la mujer lo heriría en la cabeza

ocasionándole una herida más mortal que la herida del calcañar. Cuando naciera el Mesías o Redentor se encargaría de herir a la serpiente y dejarla derrotada.

Pero la gran pregunta es ¿Quién es la

simiente de la mujer? La Escritura declara

indiscutiblemente que la simiente de la mujer es Jesús el Cristo.

Todo esto sucedió porque Satanás se metió con los hijos de Dios, engañándolos. Ahora Dios le

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advierte a Satanás yo mismo te aplastare, te causare una herida mortal con la cual te venceré.

Querido amigo y hermano la simiente es la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y salvador JESÚS, el creador, el mediador, el Cristo, el ungido, lo dice el siguiente pasaje:

Ahora bien, a Abraham fueron hechas las

promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.” (Gálatas 3:16).

Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador” (Gálatas 3:19).

Para matar una culebra hay que aplastarle la cabeza y la promesa divina era (Génesis 3:15) Cristo apareció para aplastarle la cabeza con su resurrección y dar liberación y victoria a todos los cautivos, que estaban engañados por el diablo.

Pero antes que pasase todo esto Satanás sabia que la simiente tenía que ser santa y todo

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porque desde la caída de Adán y Eva la naturaleza del pecado se ha transmitido de padre a hijo y de generación en generación, el rey David reconoció esta condición de todo ser humano: “Cercana está mi justicia, ha salido mi salvación, y mis brazos juzgarán a los

pueblos; a mí me esperan los de la costa, y en mi brazo ponen su esperanza” (Isaías 51:5), por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios (Rom.3:23). Era totalmente

imposible, sin un milagro de Dios, que alguien naciera sin pecado. Adán, fue hecho un ser santo, inocente y sin pecado. La caída del

hombre precipitó la necesidad de un salvador y la necesidad de regenerar la naturaleza caída del hombre (Génesis 3:15). El pecado y la naturaleza caída del hombre son los enemigos de la santidad. Todo ser humano después de la caída de Adán, con la excepción de Jesucristo, ha nacido con una naturaleza propensa al pecado:

>> “Por tanto, como el pecado entró en el

mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los

hombres, por cuanto todos pecaron. Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero

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obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre,

Jesucristo. Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque

ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para

justificación. Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la

justicia. Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de

vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.” (Romanos 5:12, 19).

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>> “por cuanto todos pecaron, y están

destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).

En cuanto a Dios, la santidad no tuvo comienzo ni tendrá fin, siendo que forma parte de la

misma naturaleza de la divinidad: “Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en

maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?” (Éxodo 15:11).

A Dios se le considera, El Santo. Se le refiere a Dios usando este término por lo menos treinta (30) veces (Salmos 89:18). En Dios no existe el pecado. Entonces la santidad no es para Dios, sino por causa de Dios “Habla a toda la

congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios” (Levíticos 19:2).

Dios es la fuente inagotable de la santidad. Esta es una de las causas por las que Dios por medio de los profetas empieza a dar señales de su manifestación, el mismo vendría a esta

tierra. Los detalles de la vida de Cristo fueron predichos con precisión. Él:

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>>Nacería de una virgen: “Por tanto, el Señor

mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel” (Is. 7:14).

>>Sería un descendiente de Abraham y de

David: “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Gn. 12:3).

>>Nacería en Belén: “Pero tú, Belén Efrata,

pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad” (Miq. 5:2).

>>Sería llevado a Egipto en su infancia:

“Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo” (Os. 11:1).

>>Sería profeta: “Profeta de en medio de ti, de

tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis” (Dt. 18:15).

>>Un Mesías y Salvador: “Se levantarán los

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Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová y contra su ungido,….” (Sal. 2:2)

Este milagro de la encarnación en el nacimiento de Jesús el Cristo se daría cuando en ángel del señor le dijo a María que había hallado gracia delante de Dios y concebiría en su vientre un hijo en cual llamaría por nombre JESÚS. Este santo ser también seria llamado hijo de Dios: “Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su

padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. ” (Lucas 1:30-35).

Jesucristo es la simiente santa, que nació sin la naturaleza pecaminosa porque fue engendrado por Dios; él es el único hombre que nació

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pecadores, y hecho más sublime que los cielos: “Porque tal sumo sacerdote nos convenía:

santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos” (Heb.7:26).

Todo este proceso tuvo muchas consecuencias en el marco histórico del advenimiento de la simiente a este mundo. El término

advenimiento significa venida, o llegada, especialmente solemne. Al referirse a las llegadas o advenimientos de Cristo, sabemos que tienen un origen o propósito divino.

Primero tenía que ser un desvelamiento tal del futuro que ninguna previsión o sabidurías meramente humanas hubieran podido

suponerlo. Segundo la predicción debe dar los suficientes detalles que excluyan astutas

especulaciones. Y tercero ha de haber aquel lapso de tiempo entre profecía y cumplimiento que impida la actuación del profeta mismo para llevar a cabo o afectar el resultado. Satanás

sabia de esto y trató de acabar con la simiente. A través de un recorrido en la

historia Bíblica, podemos observar los intentos de la serpiente por acabar con la línea

genealógica de la que vendría el Mesías (Mateo 1:1-17 y Lucas 3:23-38). En el transcurso de su

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etc. El conocía que el juicio de Dios tenía su cumplimiento y la primera muerte se dio

cuando Caín mata a Abel y muchas otras que registrare a continuación:

>>Caín mata a Abel, pero Set es levantado: “Y

dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.” (Gn. 4:8).

>>Faraón ordena matar a los bebés varones: “Y

habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo: Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva.” (Ex. 1:15-16).

>>Saúl trata de matar a David: “Y arrojó Saúl la

lanza, diciendo: Enclavaré a David a la pared. Pero David lo evadió dos veces.” (1 Sam. 18:11).

>>Cuando Atalía procedió a destruir toda la

familia real, pero fue escondido Joas: “Cuando Atalía madre de Ocozías vio que su hijo era muerto, se levantó y destruyó toda la

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>>Amán trata de matar a los judíos pero interviene Ester: “Pero tuvo en poco poner mano en Mardoqueo solamente, pues ya le habían declarado cuál era el pueblo de

Mardoqueo; y procuró Amán destruir a todos los judíos que había en el reino de Asuero, al pueblo de Mardoqueo.” (Est. 3:6,……….

“Entonces la reina Ester respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia en tus ojos, y si al rey place, séame dada mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda.” 7:3).

Cada varón que nacía y tenía las características del Mesías ocasionaba una intensión de parte de la serpiente por matarlo. A cada profeta que también reunía las características del Mesías intentaron matarlos y muchos de ellos fueron martirizados, aserrados, apedreados, muertos a espada. Con todos los propósitos de Dios no pueden ser estorbados por las fuerzas del mal. Nunca el mal prevalecerá contra el bien, nunca las tinieblas prevalecerán contra la luz.

Y cuando la simiente llega a este mundo los intentos de asesinato contra Jesús, se registran incansablemente. El diablo trató de acabar con la simiente antes de que "llegara su hora",

como Jesús en muchas ocasiones lo

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de morir Pedro quiso impedirlo, pero el Señor reprendió a Satanás: “Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte,

comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a

Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.” (Mateo 16:21-23) quien estaba detrás de este asunto, veamos:

1. Herodes manda matar a todos los niños menores de 2 años: “Después que

partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo:

Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él,

despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio

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del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo. Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos.” (Mateo 2:13-16).

2. Jesús tentado en el pináculo del templo a lanzarse: “Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo” (Mateo 4:5).

3. Después de la purificación del templo, pero al llegar la noche Jesús se fue de la ciudad: “Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por

cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina. Pero al llegar la noche, Jesús salió de la ciudad.” (Mr.11:18-19).

4. Debido a la celebración de la pascua no lo mataron: “Dos días después era la pascua, y la fiesta de los panes sin levadura; y buscaban los principales sacerdotes y los escribas cómo prenderle por engaño y

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matarle. Y decían: No durante la fiesta para que no se haga alboroto del pueblo.” (Mr. 14:1-2).

5. Después que sanó al paralítico de betesda por sanarlo en día de reposo: “El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado. Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo.” (Jn 5:15-16).

6. Porque se hacía igual a Dios: “Por esto los judíos aun más procuraban matarle,

porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios.” (Jn 5:18).

7. Después que dijo “Yo y el padre uno somos”: “Yo y el Padre uno somos. Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle………….

Procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de sus manos.” (Jn.10:30-31,39). 8. Cuando dijo: “Antes que Abraham fuese

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“Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.

Tomaron entonces piedras para

arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.” (Jn.8:58-59).

9. Cuando enviaron los alguaciles para prenderlos, pero las palabras de Jesús impactaron sus vidas: “Los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y a los fariseos; y éstos les dijeron: ¿Por qué no le habéis traído? Los alguaciles

respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!” (Jn. 7:45-46)

Pero la sentencia era las heridas en el talón y en la cabeza: La promesa es “golpearla en su

cabeza”. O sea que habrá una cabeza herida. La idea es que habrá un golpe mortal. Satanás mantendría este eterno terror sobre él, ya que cada vez que naciera un varón, este podría ser el que le produjera su fatal final. En la batalla, Satanás podría ser aplastado por el mismo talón herido. La simiente prometida podría sufrir pero no sufrir un mal destructivo. Les puedo decir que la "herida en el calcañar" ocasionada a Jesús, la simiente de la mujer,

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que narra Isaías en el capítulo 53 y los evangelios sinópticos, puesto que Cristo

identificó sus ejecutores como la semilla de la serpiente, cuando les dijo, "Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y queréis satisfacer los deseos de vuestro padre..." (Jn. 8:44).

Pero como alguien que ha sido atacado por una serpiente en el talón y reacciona aplastando su cabeza aprovechando que la tiene cerca, Cristo en la misma cruz le ocasionó la herida mortal a la serpiente, "anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era

contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente,

triunfando sobre ellos en la cruz." (Colosenses 2:14-15).

Hay muchas profecías en las Escrituras que revelan que Cristo vendría una vez como Salvador y de nuevo como Rey. Cristo mismo citó de Isaías 61:1 – 2 en la sinagoga, y se detuvo antes de la frase “y el día de venganza del Dios nuestro”, porque esto se refería l segundo advenimiento cuando vendrá a juzgar a las naciones (Ap. 19:11 - 21). En Lucas 1:31 – 33, la profecía afirma que Jesús será “grande, y

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será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”. Sin embargo, en su primera venida fue rechazado por los líderes de Israel y no heredó el trono de David su padre. Esto se cumplirá en el segundo advenimiento cuando establezca su reinado en el reino milenario. Esas profecías, y otras como ellas, muestran que el Señor vendrá por segunda vez para cumplir de manera literal los detalles restantes de las profecías, igual que tuvo lugar la primera vez. El gran cuerpo de profecía no cumplida hace que el segundo advenimiento sea cosa absolutamente esencial. Se ha prometido que: 1. Él vendrá personalmente: “los cuales

también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” (Hch. 1:11).

2. Que los muertos oirán su voz: “No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz” (Jn. 5:28).

3. Que Él ministrará a sus siervos vigilantes: “Considerad los lirios, cómo crecen; no

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trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.” (Lc. 12:27).

4. Que volverá de nuevo a la tierra: “los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hch. 1:11).

5. Que todo ojo le verá: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.” (Ap. 1:7).

6. Que ante Él se doblará toda rodilla: “Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.” (Is. 45:23

El nacido de la virgen conquisto la muerte, el infierno y el sepulcro. Cristo dará el golpe final a Satanás cuando él vuelva: "Y el Dios de paz Aplastará en breve a Satanás debajo de vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesús

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sea con vosotros." (Romanos 16:20). Nunca el mal a través de la historia ha vencido el poder de Dios. Satanás no ha sido un problema para Dios. Dios siempre ha tenido el control de la situación. El diablo creyó que podía acabar con el programa de Dios para la salvación del hombre, pero recibió una fuerte herida cuando Cristo murió en la cruz y resucitó al tercer día. Si tú te mantienes en las manos de Dios los propósitos de Dios se cumplirán en tu vida y no hay diablo que te pueda vencer ni separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro. Y así como Cristo exhibió públicamente a Satanás, tú querido hermano también triunfaras sobre tus enemigos y los exhibirá públicamente también. Pero lo más importante de todo esto es que comprendemos que la simiente de la mujer es nuestro gran Dios y salvador Jesucristo, a quien esperamos en su manifestación gloriosa. Amén.

(39)

Este nombre tiene un gran significado para los creyentes de la doctrina de la unicidad. Este es el reflejo de un gran acontecimiento profetizado por el profeta Isaías cuando expreso estas

palabras: “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel” (Isaías 7:14). Dios nos había dicho que él

mismo nos daría una señal de su venida aquí a esta tierra, mediante una mujer virgen que concebiría y daría a luz un hijo, ese hijo lo conocemos con el nombre de Jesús, ¿Quién es Jesús? Jesús es Dios con nosotros.

El apóstol Mateo nos dice que María es el nombre de la virgen que nos hablo Isaías, ella concebiría del espíritu santo. La mujer

comenzaría a gestar un nuevo ser que se

llamaría EMANUEL. Este Emanuel es Dios con nosotros o Jesús con nosotros. (Mateo 1:23). Dios desde la antigüedad nos había advertido que él mismo vendría a este mundo. Lo dijo muchas veces y de muchas maneras, llegado el tiempo de su manifestación gloriosa nos hablo en la persona de Jesús, el creador del mundo. El Dios invisible prometió darse a conocer: “Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi

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siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí.” (Isaías 43:10). Y lo cumple mediante el cuerpo que él emplea para la realización de su obra salvadora: "a través del velo estos es, de su carne". (Hebreos 10:20). Así, lo vimos como el unigénito hijo de Dios lleno de gracia y de verdad. (Juan 1:14).

Él, entro a este mundo, vino a este mundo

mediante un cuerpo, tal como estaba escrito en las sagradas escrituras: "...por lo cual,

entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; más me preparaste cuerpo,

Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, Oh Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí". (Hebreos 10:5-7).

Nuestro creador vino a este mundo, si querido amigo y hermano el creador del universo se presento a los suyos pero ellos no le

conocieron:

>>"A los suyos vino y los suyos no le

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>> “Dios, habiendo hablado muchas veces y de

muchas maneras en otros tiempos a los Padres por los Profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el hijo, a quien, constituyó

heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”. (Hebreos 1:1,2).

Dios nos hablo por medio del hijo y nos

confirmo que él es el verdadero Dios y la vida eterna. También nos lo confirma por las

palabras de los apóstoles donde ellos en sus palabras nos dicen que Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre.

Jesús es Dios verdadero:

>> “Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor

mío, y Dios mío!” (Juan 20:28).

>> “de quienes son los patriarcas, y de los

cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.” (Romanos 9:5).

>> “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido,

y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en

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su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.” (1ª Juan 5:20).

El solo Dios verdadero, Jehová del Antiguo Testamento, tomó sobre sí mismo la forma de hombre y como el hijo del hombre, nació de la Virgen María. “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre

Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.” (Mateo 1:23).

Como Pablo dice: "E indiscutiblemente, grande es el Misterio de la Piedad: Dios fue

manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria". (1ª Timoteo 3:16). Este solo Dios verdadero se manifestó así mismo en el Antiguo Testamento, en varias maneras en el hijo cuando caminó entre los hombres y como el Espíritu Santo después de la ascensión. Este solo Dios

verdadero, se manifestó en la carne, es decir en su hijo Jesucristo, "que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados..." (2ª Corintios 5:19).

(43)

>> “Un hombre principal le preguntó, diciendo:

Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?” (Lucas 18:18).

>> “y también le dio autoridad de hacer juicio,

por cuanto es el Hijo del Hombre.” (Juan 5:27).

>> “El primer hombre es de la tierra, terrenal;

el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.” (1ª Corintios 15:47).

En Jesús, el varadero hombre habito corporalmente Dios mismo y esto nos

manifiesta el apóstol pablo en una de sus carta dirigida al iglesia en Calosa: "...en Él (Jesús) habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad". (Colosenses 2:9). Y les repite que esto le agrado a Dios: "Por cuanto agradó al Padre que en Él habitase toda la plenitud".

(Colosenses 1:19). Por lo tanto, Jesús en su humanidad era hombre; en su Divinidad era y es Dios. Su carne era el cordero o sacrificio de Dios, Él es el único mediador entre Dios y el hombre. "Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo Hombre" (1ª Timoteo 2:5).

(44)

Jesús el Cristo por parte de su padre era Divino, ¿Por qué era divino? Porque su padre era el espíritu santo “” (Mateo 1:23). Y por parte de su madre Humano; por eso fue

conocido como el hijo de Dios y también como el hijo del hombre, o el Dios hombre:

>>"Porque todas las cosas las sujetó debajo de

sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a Él, claramente se

exceptúa aquel que sujetó a Él todas las cosas" (1ª Corintios 15:27).

>> “Pero luego que todas las cosas están

sujetas entonces el hijo mismo se sujetará al que le sujetó a Él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos (1ª Corintios 15:28).

>>"Yo soy el alfa y la omega, principio y fin, dice

el Señor, el que es, que era y que ha de venir Todopoderoso" (Apocalipsis 1:8).

Así, que el que prometió venir por primera vez a salvarnos: “…Dios mismo vendrá, y os salvará.” (Isaías 35:4). Este mismo vendrá por segunda vez por su Iglesia. Entonces podemos seguir diciendo que Emanuel estará o través con nosotros. “Por tanto, el Señor mismo os dará

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señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” (Isaías 7:14). Pero esta vez con un cuerpo glorificado. Jesús es Dios, nuestro redentor, con quien estaremos eternamente, amen.

Dios les siga bendiciendo en todo conocimiento

El Hijo es una manifestación visible del Padre en carne.

El Hijo es una representación exacta o imagen de Dios con toda la gloria de Dios. En otras

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palabras, el Dios (Padre) invisible se manifestó en carne visible como el Hijo para que los hombres pudieran ver la gloria de Dios y

entender cómo es Dios realmente. Hebreos 1 se puede considerar como un recalcamiento de Juan 1 en que Dios Padre fue manifestado en carne. Hebreos 1:2 dice que Dios nos ha

hablado por su Hijo; Juan 1:14 dice que el Verbo fue hecho carne, y Juan 1:18 dice que el Hijo ha dado a conocer a Dios Padre. De estos versículos, entendemos que el Hijo no es

distinto al Padre en personalidad, sino que es el modo por el cual el Padre se reveló al hombre. Puesto que el papel del Hijo de Dios es temporal y no eterno, sabemos que el propósito principal del Hijo es ser nuestro Salvador. La obra de la salvación demandaba muchos papeles que solamente un ser humano podía realizar, incluyendo los papeles de sacrificio,

propiciación, sustituto, pariente-redentor, reconciliador, mediador, abogado, sumo sacerdote, segundo Adán, etc.

Estos términos confluyen en muchas maneras, pero cada uno representa un aspecto

importante de la obra de la salvación que,

según el plan de Dios, solamente se podía llevar a cabo por un ser humano.

(47)

De acuerdo al plan de Dios, el derramamiento de sangre era necesario para la remisión de los pecados del hombre: “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.” (Hebreos 9:22). La sangre de los animales no podía quitar el pecado del hombre porque los animales son inferiores al hombre: “porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.” (Hebreos 10:4).

Ningún ser humano podía comprar la redención para alguien más porque todos

habían pecado y merecían entonces la pena de muerte para sí mismos:

>> “por cuanto todos pecaron, y están

destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).

>> “Porque la paga del pecado es muerte, mas

la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 6:23).

Solamente Dios era sin pecado, pero El no tenía carne y sangre. Entonces, Dios se preparó un cuerpo: “Por lo cual, entrando en el mundo

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dice: sacrificio y ofrenda no quisiste; mas me preparaste cuerpo.” (Hebreos 10:5).

Para poder vivir una vida sin pecado en la

carne y derramar sangre inocente para salvar a la humanidad. El vino a ser carne y sangre para poder vencer por medio de la muerte al diablo y librar a la humanidad: “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban

durante toda la vida sujetos a servidumbre.” (Hebreos 2:14-15).

De esta manera Cristo es nuestra propiciación - el medio por el cual obtenemos el perdón, la satisfacción de la justicia de Dios, el

aplacamiento de la santa ira de Dios: “a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su

paciencia, los pecados pasados.” (Romanos 3:25).

El sacrificio de Cristo es el medio por el cual Dios perdona nuestro pecado sin comprometer su justicia. Hoy somos salvos mediante el

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sacrificio de Jesucristo, mediante el ofrecimiento del Hijo de Dios:

>> “En esa voluntad somos santificados

mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre…….. añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado. Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de

Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne.” (Hebreos 10:10-20).

>> “Porque de tal manera amó Dios al mundo,

que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

Entonces el Hijo es el sacrificio y la propiciación por nuestros pecados.

Cuando el Hijo de Dios vino a ser un sacrificio, también vino a ser un sustituto por nosotros. El murió en nuestro lugar, cargó nuestros

pecados, y pagó la pena de muerte por nuestros pecados:

(50)

>> “Mas él herido fue por nuestras rebeliones,

molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos

descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el

pecado de todos nosotros.” (Isaías 53:5-6).

>> “quien llevó él mismo nuestros pecados en

su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” (1 Pedro 2:24).

El fue más que un mártir; El en realidad tomó nuestro lugar. El probó la muerte por cada hombre (Hebreos 2:9 dice: “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos”). Por supuesto, Jesús solamente pudo ser

nuestro sustituto y morir en nuestro lugar, por haber venido en carne.

Por medio de su humanidad, Jesús es capaz de mediar, es decir, de interponerse entre el

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Dios. Como mediador, Jesús reconcilia al hombre con Dios; El le devuelve al hombre la comunión con Dios: “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la

reconciliación; que Dios estaba en Cristo

reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la

reconciliación.” (2 Corintios 5:18,19).

La brecha entre un Dios santo y el hombre pecador, fue cerrada por el inocente hombre Jesucristo: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1Timoteo 2:5).

Debemos notar con qué cuidado Pablo mantuvo la Unicidad de Dios en este versículo. No hay ninguna distinción en Dios, sino una distinción entre Dios y Jesucristo el hombre. No hay dos personalidades en Dios; la unicidad está en Jesús como Dios y Jesús como hombre. No es Dios quien hace mediación entre Dios y el hombre; ni la hace “Dios Hijo.” Al contrario, es Jesús el hombre quien hace mediación; solo un hombre inocente podría acercarse a un Dios santo a favor de la humanidad.

(52)

El papel de Cristo como sumo sacerdote se encuentra cercanamente asociado con su papel de mediador:

>> “Porque ciertamente no socorrió a los

ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Por lo cual debía ser en todo

semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del

pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció

siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.” (Hebreos 2:16-18).

>> “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote

que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” (Hebreos 4:14-16).

Por medio de su sacrificio y propiciación, tenemos acceso directo al trono de Dios:

(53)

>> “Acerquémonos, pues, confiadamente al

trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”

(Hebreos 4:16).

>> “donde Jesús entró por nosotros como

precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.” (Hebreos 6:20).

El Hijo es nuestro sumo sacerdote mediante el cual podemos acercarnos confiadamente a Dios.

Asimismo, el papel de Hijo permite a Cristo ser nuestro abogado, uno a quien acudimos por ayuda:

>> “Hijitos míos, estas cosas os escribo para

que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a

Jesucristo el justo.” (1 Juan 2:1).

Si pecamos, aun después de ser convertidos, tenemos a alguien que abogará nuestro caso para obtener la misericordia de Dios.

Nuevamente, es el papel de Hijo el que logró esto, pues cuando confesamos nuestros

(54)

pecados, la sangre de Cristo es aplicada a

aquellos pecados, haciendo que su defensa por nosotros sea exitosa.

Jesús es el segundo Adán por medio de su humanidad:

>> “Así también está escrito: Fue hecho el

primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo

espiritual. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.” (1 Corintios 15:45-47).

El vino para conquistar y condenar el pecado en la carne y para vencer a la misma muerte:

>> “Porque lo que era imposible para la ley, por

cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne” (Romanos 8:3).

>> “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?

¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el

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pecado, la ley. Más gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.” (1 Corintios 15:55-57).

El vino como un hombre para poder reemplazar a Adán como el representante de la raza

humana. Para hacer esto, el revocó todas las consecuencias de la caída de Adán para los que creen en Él:

>> “Por tanto, como el pecado entró en el

mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los

hombres, por cuanto todos pecaron. Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero

donde no hay ley, no se inculpa de pecado. No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre,

(56)

caso de aquel uno que pecó; porque

ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para

justificación. Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la

justicia. Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.” (Romanos 5:12-21). Jesús como el segundo Adán, el nuevo

(57)

del pecado de Adán.

Jesús no solo vino en carne para morir sino que también vino para darnos el ejemplo de una vida victoriosa para que pudiéramos seguir sus pasos: “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1 Pedro 2:21).

El nos mostró cómo vivir victoriosamente sobre el pecado en la carne. El llegó a ser el Verbo de Dios puesto en acción en la carne (“En el

principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.” Juan 1:1).

El vino a ser el Verbo viviente para que

pudiéramos entender claramente cómo quería Dios que fuéramos. Por supuesto, El también nos da poder para seguir su ejemplo. Tal como somos reconciliados por su muerte, somos salvos por su vida: “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.” (Romanos 5:10). Su Espíritu nos da el poder para vivir la vida justa que El desea que vivamos:

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>> “pero recibiréis poder, cuando haya venido

sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (Hechos 1:8).

>> “para que la justicia de la ley se cumpliese

en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.” (Romanos 8:4).

El Hijo no solo representa al hombre ante Dios, sino que también representa a Dios ante el hombre. El es un apóstol, uno que fue escogido por Dios y enviado por Dios con un propósito específico: “Por tanto, hermanos santos,

participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús.” (Hebreos 3:1). El es un profeta, representando a Dios ante el hombre y revelando la Palabra de Dios al

hombre:

>> “y él envíe a Jesucristo, que os fue antes

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restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo. Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable; y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo.” (Hechos 3:20-23).

>> “Dios, habiendo hablado muchas veces y de

muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó

heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.” (Hebreos 1:1-2).

Su humanidad es crucial en este sentido, pues Dios usó la humanidad del Hijo para alcanzar al hombre al mismo nivel del hombre.

Además de proclamar la Palabra de Dios, el Hijo reveló la naturaleza de Dios al hombre. Mediante el Hijo, Dios comunicó su gran amor hacia el hombre y exhibió su gran poder de una manera que el hombre pudiera entender.

(60)

cumbre de su naturaleza y la persona de Jesús como la culminación profética de las teofanías del Antiguo Testamento. Este propósito del papel de Hijo se encuentra expresado por

muchos versículos de la Escritura que enseñan la manifestación de Dios en carne. “A Dios

nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” (Juan 1:18). Describe este propósito del Hijo: “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a

conocer.” Isaías profetizó que esta revelación vendría: “Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá” (Isaías 40:5). Pablo escribió, que esto en verdad aconteció en Cristo: “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo” (2. Corintios 4:6). En otras palabras, el Hijo de Dios llegó a ser el medio por el cual el Dios invisible e

incomprensible se reveló al hombre.

El papel de Hijo también le permite a Dios juzgar al hombre. Dios es recto y justo. También es misericordioso. En su justicia y

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misericordia, El decidió no juzgar al hombre hasta haber experimentado verdaderamente todas las tentaciones y los problemas de la humanidad y hasta haber demostrado que es posible vivir justamente en la carne.

La Biblia declara específicamente que el Padre no juzgará a nadie; solamente el Hijo juzgará: “Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a

vida. De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así

también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.” (Juan 5:22, 27).

Dios juzgará por medio de Jesucristo (“en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.”

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juzgará al mundo en el papel de Uno que vivió en la carne, venció al pecado en la carne, e hizo disponible aquel mismo poder victorioso a toda la humanidad.

En el plan de Dios, el Hijo era necesario para traer salvación al mundo. Esto incluye los papeles de: Sacrificio, Sustituto, Pariente - redentor, Reconciliador, Mediador, Sumo sacerdote, Abogado, Segundo Adán y un ejemplo de justicia, etc.

El papel de Hijo también hizo posible que Cristo fuera: Apóstol, Profeta, Revelador de la

naturaleza de Dios, Rey y Juez, etc.

Todos estos papeles demandaban que un humano los reuniera; por ellos podemos

entender por qué Dios vino al mundo en carne como el Hijo, y Su nombre es JESÚS, el

salvador de nuestros pecados: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” (Mateo 1:21).

El Hijo es como uno de nosotros “HOMBRE”: Cuando se hace esta clase de afirmaciones, para muchos cristianos les parece locura. Pero

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las Sagradas Escrituras aclaran cualquiera mal interpretación de los hombres, para esto

verificaremos esta verdad “Dios se hizo como uno de su creación”, citare dos versículos de diferentes versiones de la Biblia:

>>La Versión Reina - Valera 1960 dice: “El

cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y

estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Filipenses 2:6-8).

>>La nueva Versión Internacional (NVI) Dice:

“Quien, siendo Dios en su misma naturaleza, no consideró la igualdad con Dios como algo para ser agarrado, sino hizo nada de sí mismo, tomando la misma naturaleza de un siervo, siendo hecho en la semejanza humana. Y siendo hallado en aspecto como un hombre él se humilló y llegó a ser obediente a la muerte - ¡aun la muerte en una cruz!”

Ciertamente, este versículo de la Escritura está diciendo que Jesús tenía la naturaleza de Dios, que El era Dios mismo. Dios no tiene igual (Isaías 40:25… Nueva Versión Internacional

(64)

(NVI) Dice: « ¿Con quién, entonces, me

compararán ustedes? ¿Quién es igual a mí?», dice el Santo.

Y en Isaías 46:5-9… Reina-Valera 1995 (RVR1995) Dice: ¿A quién me asemejáis, me igualáis y me comparáis, para que seamos semejantes? Sacan oro de la bolsa y pesan

plata con balanzas; contratan a un platero para que de ello haga un dios, y se postran y lo

adoran. Luego se lo echan sobre los hombros, lo llevan y lo colocan en su lugar; allí se está, sin moverse de su sitio. Le gritan, pero tampoco responde ni libra de la tribulación. »Acordaos de esto y avergonzaos. ¡Volved en vosotros, rebeldes! Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos, porque yo soy Dios; y no hay otro Dios, ni nada hay semejante a mí,). La única manera en que Jesús puede ser igual a Dios es que El sea Dios. Entonces, El era igual a (lo mismo que) Dios en el sentido de que El era Dios. Sin embargo, El no consideraba la prerrogativa suya como Dios, como algo a ser guardado o retenido a toda costa, sino que estaba dispuesto a poner esto a un lado, y a asumir la naturaleza humana para poder salvar a la humanidad perdida. De manera voluntaria,

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El se hizo obediente a la muerte en una cruz. Desde el punto de vista de la unicidad, Jesús no es Dios Hijo, sino que El es todo Dios, incluyendo el Padre y el Hijo. Entonces, en su Divinidad, El es verdaderamente igual a, o idéntico a Dios. La palabra “igual”, aquí

significa que la naturaleza Divina de Jesús era la misma naturaleza de Dios Padre. Jesús no se despojó de los atributos de la Deidad, pero en cambio se despojó a sí mismo de su dignidad y de sus prerrogativas legítimas como Dios

mientras que El moraba entre los hombres

como un ser humano. El Espíritu de Jesús, que es Dios mismo, nunca perdió nada de su

omnisciencia, de su omnipresencia, ni de su omnipotencia.

Como hombre, Cristo no recibió la honra que se le debía a Él como Dios. En vez de actuar en su papel legítimo como Rey de la humanidad, Se hizo un siervo que ministraba a la humanidad. Como hombre, El se sometió a la muerte en la cruz. No murió como Dios sino como un

hombre, lo que quiero decir indiscutiblemente es que, lo que murió en realidad fue la

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este versículo expresa un pensamiento muy hermoso: aunque Jesús era Dios, El no insistía en la retención de todos sus derechos como Dios. Al contrario, se despojó voluntariamente de su derecho a la gloria y a la honra en la tierra, al tomar para sí mismo la naturaleza de un hombre y al morir. El hizo todo esto, de modo que El pudiera proporcionar la salvación para la humanidad.

Como resultado de la humillación de Cristo, Dios (el Espíritu de Jesús) ha exaltado

altamente a Jesucristo (Dios manifestado en carne). Jesús tiene un nombre que es sobre todo nombre - un nombre que representa todo lo que es Dios.

El Espíritu de Dios dio este nombre al Cristo (Mesías), porque Cristo era Dios manifestado en carne. También, Jesucristo tiene el dominio sobre todas las cosas en el cielo, en la tierra, y debajo de la tierra. Toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor, dando entonces así la gloria a Dios Padre puesto que el Padre está en Cristo. Filipenses 2:9-11 describe todo esto: “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se

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doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda

lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”

En conclusión aquel que se hizo semejante a los hombres es Dios mismo. Y es por eso que él, se despojó a sí mismo, tomando forma de

siervo, hecho semejante a los hombres. Dios como la semejanza de su creación (el

hombre), nos dejo muchos ejemplos que hoy en día debemos imitar, les daré varios ejemplos y espero que los puedas entender, y sean de mucha bendición para tu vida, veamos:

El Hijo Oraba

¿Indican las oraciones de Cristo que hay una distinción de personas entre Jesús y el Padre? No. Mas bien, Sus oraciones indican una

distinción entre el Hijo de Dios y Dios. Jesús oró en Su humanidad, no en Su deidad.

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Sí, las oraciones de Jesús demuestran que la naturaleza divina de Jesús es diferente que la del Padre, entonces Jesús es inferior al Padre en Su deidad.

Es decir, si Jesús oró como Dios entonces Su posición en la Deidad sería de alguna manera inferior a las otras “personas.” Este único ejemplo eficazmente destruye el concepto de una trinidad de personas coiguales.

¿Cómo puede Dios orar y a la vez ser Dios? Por definición, Dios en Su omnipotencia no tiene ninguna necesidad de orar, y en Su unicidad, no tiene ningún otro ser a quién El pueda orar. Si las oraciones de Jesús prueban que hay dos personas en la Deidad, entonces una de

aquellas personas está subordinada a la otra y por lo tanto no es completa o verdaderamente Dios. ¿Cuál, entonces, es la explicación de las oraciones de Cristo? Solamente puede significar que la naturaleza humana de Jesús oró al

Espíritu eterno de Dios. La naturaleza divina no necesitaba ayuda; solamente la naturaleza

humana la necesitaba.

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