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La Transición Demográfica en Honduras

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FONDO DE POBLACION DE LAS NACIONES UNIDAS

LA TRANSICION DEMOGRAFICA DE HONDURAS

Ms. Manuel Antonio Flores Fonseca Consultor

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---

Este trabajo fue elaborado por Manuel Antonio Flores Fonseca, consultor en demografía. Los criterios vertidos en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente pueden coincidir con los de la institución que patrocina este trabajo.

Copyright Tegucigalpa, julio del 2007.

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---ÍNDICE

Página

I. Introducción. 4

II. La Transición Demográfica. 5

III. La Transición Demográfica en América Latina. 7

IV. La Transición Demográfica en Honduras. 11

V. La Transición de la Estructura por Edades de la población. 22

VI. Ventana Demográfica de Oportunidades, Bono o Dividendo

Demográfico.

36

VII. Medidas de Política para aprovechar la Ventana Demográfica, Bono o

Dividendo Demográfico.

48

VIII. Bibliografía. 54

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I. Introducción.

El mundo vive un proceso de transformación demográfica llamado ―Transición Demográfica‖ que explica a través de su teoría el descenso de la mortalidad y de la fecundidad como resultado de la industrialización y la modernización.

El proceso de transición demográfica significa el cambio de altas tasas de mortalidad y de fecundidad a bajas tasas de mortalidad y de fecundidad.

El descenso de la mortalidad antes que la fecundidad produjo en el mundo la manifestación del crecimiento acelerado de la población, con las repercusiones significativas principalmente en los países en desarrollo. A este fenómeno es que la opinión mundial prestó atención y llevó al debate internacional la discusión del crecimiento demográfico, donde sobresalen opiniones en su favor, en contra y los que abarcan las dos opciones.

Sin embargo, esa atención desmesurada en el crecimiento de la población dejó por lado las transformaciones que se han estado produciendo en la estructura por edades de la población, que se convierte en una transición de la composición de la población y cuyas implicaciones se convierten en asuntos prioritarios de los gobiernos del mundo.

En las transformaciones de la estructura por edades en las poblaciones se produce una ventana demográfica de oportunidades - bono o dividendo demográfico cuando las relaciones de dependencia se reducen (población de dependientes entre productivos), y convierten un período de varios años, donde las poblaciones productivas son numerosas y generan mayores ingresos, ahorros que contribuyen al desarrollo económico de las naciones.

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II. La Transición Demográfica.

La tendencia demográfica experimentada a partir de mediados del siglo XVIII por los países hoy desarrollados, estuvo ligada a las transformaciones económicas vinculadas a la industrialización y a los cambios en las condiciones de vida de la población. Este proceso, denominado ―transición demográfica‖, se caracterizó por el pasaje de altos a bajos niveles de la mortalidad primero, y posteriormente de la fecundidad, para así llegar a una nueva fase con niveles bajos en ambas variables.

En la etapa pretransicional, de alta mortalidad y fecundidad, las tasas de crecimiento de la población fueron relativamente bajas y en una segunda fase ocurrió un aumento de las mismas por efecto de la disminución de la mortalidad y la permanencia todavía de una alta fecundidad. Luego, con posterioridad al descenso de la mortalidad se produce una caída más pronunciada de la fecundidad y, como consecuencia, una

reducción en la tasa de crecimiento de la población1/.

Finalmente, se llega a un nuevo equilibrio, ahora con baja mortalidad y fecundidad y también con una baja tasa de crecimiento de la población.

La transición demográfica como teoría explicativa del cambio demográfico fue formulada originalmente por Landry en 1909, Warren Thompson continuó con su desarrollo en 1929. Sin embargo, Frank Notestein fue el que acuño el término y

expuso la teoría en una forma más acabada2/.

El argumento central de la teoría es que el proceso de industrialización y en particular

la modernización, provoca una mejora en las condiciones de vida y de salud de la

población, con una baja subsecuente de la mortalidad.

Este descenso se traduce en presiones demográficas dentro de las familias, ya que con

un mismo nivel de fecundidad el número de hijos sobrevivientes aumenta, esto haría que en el mediano plazo las familias reducirían la fecundidad.

Conjuntamente la modernización produce un aumento en los costos de los hijos, por el

aumento de los costos de la educación que los padres desean de sus hijos y la disminución de beneficios, derivados de la reducción del trabajo infantil y de los seguros sociales a los ancianos.

Las familias enfrentan, la disyuntiva de mantener una alta fecundidad o de bajar su

fecundidad para mantener o elevar el nivel de vida.

Las fuerzas que produjeron la baja de la mortalidad, erosionan los soportes institucionales de la alta fecundidad prevalecientes en sociedades pre-transicionales.

Notestein dice que la urbanización tiende a disolver la familia de tipo corporativo,

basada en el modo de vida tradicional, sustituyéndola por el creciente individualismo

fomentado por las aspiraciones personales que la modernización estimula.

Chesnais (1986) arguye que la baja de la fecundidad es un ajuste a las modificaciones estructurales de la economía de la sociedad, producto de un acto consciente de las

1 Chakiel, Juan. La Dinámica Demográfica en América Latina, Serie Población y Desarrollo # 52, Santiago,

CELADE, 2004.

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familias como resultado del cambio de aspiraciones que se producen con la modernización.

Landry enfatiza en lo que llama una nueva concepción de la vida que expresa ese vasto movimiento de ―liberalización de los espíritus‖ cercano al actual concepto de secularización. Propone el término de ―racionalización de la vida‖, en todas las facetas: política, familiar, industrial, etc.

La teoría de la transición demográfica ha sido blanco de numerosas críticas, entre ellas se arguye que:

- No se trata de una teoría, sino de un esquema que describe y organiza la forma de cómo ocurrió la transición de la fecundidad en Europa, que no necesariamente vaya a ser seguido por el mundo. (Guzmán, 1992) dice que ―la teoría como fue formulada es una interpretación de coyunturas críticas que se presentaron en la evolución demográfica, antes que un sistema de relaciones lógicamente coherentes y explícitas que proporcionen una base para elaborar deducciones pertinentes y deducciones de acontecimientos futuros‖.

- No consideró a la migración dentro de las relaciones conceptuales. K Davis (1963) y Zelinski (1971) formularon esquemas teóricos donde este componente era explícitamente integrado a los dos restantes (Villa, 1995).

Los datos muestran una elevada correlación entre el nivel de modernización e industrialización y la fecundidad en el sentido planteado por la teoría, los países más modernos son los de fecundidad más baja. Sin embargo hay situaciones empíricas que no son comprensibles.

El estudio sobre la reducción de la fecundidad en Europa, llevado a cabo por la Oficina de Investigación en Población de Princeton es una de las investigaciones empíricas más importantes de la transición demográfica, estuvo dirigido por Asley Coale. Por ese

estudio Coale (1977) intenta reformular la teoría, no cuestiona la esencia de la teoría

ni su validez, sino más bien a ciertas modificaciones como mayor valoración de los

factores culturales y mejor definición y conceptualización de modernización.

Afirma que se debe construir un índice de modernización y propone tres condiciones

para que se produzca; la fecundidad baja debe tener aceptación social, debe de traer

un beneficio para la familia y no debe haber rechazo social hacia el manejo de la fecundidad.

Chesnais (1986) trata de reivindicar la teoría sosteniendo que algunas criticas no son validas, pero muestra las debilidades como; no puede utilizarse para predecir la historia especifica de un país en particular, no dice nada acerca de la función reguladora de las migraciones externas, discreta en el papel de la nupcialidad, parte del equilibrio pre y post transicional, implica una polarización entre modernización y fecundidad y no sobre las variables socioeconómicas.

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brutas de natalidad y mortalidad constituye un tipo ideal respecto del cual puede confrontarse la experiencia histórica de las poblaciones de Occidente y África, Asia y América Latina durante el siglo XX.

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III. La Transición Demográfica en América Latina.

El cambio más relevante de la historia demográfica de América Latina y el Caribe reciente ha sido el acelerado descenso de la fecundidad, en sólo 40 años la región ha pasado de tener índices reproductivos entre los más altos del mundo a niveles por debajo de la media mundial. La baja de la fecundidad fue precedida por la reducción sostenida de la mortalidad, que ya era manifiesta hacia finales de la primera mitad del siglo XX. Este desfase fue la causa del acelerado crecimiento de la población regional

entre 1940 y 19703/.

El crecimiento acelerado de las primeras décadas provocó que se triplicara la población entre 1950 al 2000, aumentando su representatividad en la población mundial del 7% al 9%. Sin embargo, producto de los descensos sostenidos de la mortalidad y de la fecundidad las tasas de crecimiento demográfico han descendido en la región de un 2.7% en 1950 a 1.5% en la actualidad.

A su vez se han producido grandes transformaciones demográficas en la región, una menor mortalidad en la niñez, cambios en las causas de muerte, aumento de la esperanza de vida al nacer, mayor uso de los métodos anticonceptivos y mayor importancia de las migraciones. Todos estos cambios influyen en las principales variables demográficas, que son la base de la transición demográfica y consecuentemente influyen en el crecimiento de la población y en la estructura demográfica.

En América Latina con la preparación para la Conferencia de Población y Desarrollo de 1994, el Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE) división de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), presentó varios trabajos que agruparon a los países de la región según la etapa de la transición demográfica en que se encontraban en el quinquenio 1985-1990. Los países se agruparon en cuatro etapas que es posible identificar en este proceso: a) transición incipiente, cuando la mortalidad y la natalidad son altas; b) transición moderada, cuando la fecundidad todavía es alta pero la mortalidad desciende moderadamente; c) países en plena transición con mortalidad y fecundidad en descenso; y d) transición avanzada cuando ya se alcanzan bajos niveles en ambas variables.

En el siguiente esquema se presentan los países agrupados según estas etapas, incorporando, además del quinquenio 1985-1990, el quinquenio 1950-55, para apreciar el cambio histórico, y el quinquenio 1995-2000, para considerar el panorama diez años después.

En el quinquenio 1950-55 el 84% de la población de América Latina y El Caribe estaba ubicada en la etapa de transición incipiente y transcurrido treinta años el 78% se ubica en la etapa de transición plena. Entre 1985-2000 la población de la región la mayoría se encuentra en transición plena y avanzada, incluso paso de 14% a 48% en ese período.

3 CELADE, Dinámica demográfica y desarrollo en América Latina y el Caribe, Serie Población y Desarrollo #

(9)

De acuerdo a las tasas de natalidad del período 2000-2005 el CELADE presenta una más reciente tipología de los países de la región según la etapa de la transición

demográfica4/.

4 CELADE, Transición Demográfica. Cambios en la estructura poblacional, Una Pirámide que exige miradas,

(10)

Los países en transición incipiente aquellos que exhiben alta natalidad. Actualmente no hay ningún país en la región en esta etapa.

En la etapa de transición moderada se encuentran los países de alta natalidad, pero

cuya mortalidad ya puede calificarse de moderada, con un crecimiento natural todavía elevado, cercano al 3%. Guatemala es el único país que se encuentra en esta fase.

En plena transición están los países con natalidad moderada y mortalidad moderada o baja, lo que determina un crecimiento natural moderado, cercano al 2% (entre 1,7% y 2,5%). En esta fase se encuentran Belice, Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador,

Guyana Francesa, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú,

República Dominicana y Venezuela.

En la etapa de transición avanzada se ubican los países con natalidad y mortalidad

(11)

IV. La Transición Demográfica de Honduras.

4.1. Tamaño de la población.

Hay varias estimaciones sobre la población precolombina que residió en el territorio hondureño, la más acertada de acuerdo a evidencia cultural y ecológica indica que al momento del descubrimiento habían unas 1,396,858 personas, 851,260 en el occidente y centro, 528,970 en el oriente y 16,628 en otras áreas. Sin embargo, producto de la conquista, colonización y enfermedades se produjo un declive catastrófico en la población indígena que significó que al final del período colonial se estimaran solamente 60,000 personas (Newson, Linda, 1992).

La información censal que incluye desde fines del período colonial al presente en cambio muestra que Honduras ha tenido un crecimiento demográfico lento desde 1791 a 1950, siendo a partir de ese año que se produce un vertiginoso crecimiento acelerado de la población.

En el primer recuento censal de 1791 la población no superaba los cien mil habitantes. A inicios del siglo XX los recuentos censales registraron los quinientos mil habitantes y es hasta los años cuarenta que el país supera el millón de personas. Desde los años cincuenta hasta el presente se ha quintuplicado la población empadronada. El recuento censal realizado en 1988 arrojó 4,248,561 personas y en del año 2001 arrojó un total

de 6,076,885 personas5/. En el 2007 la proyección oficial del país alcanza los

7,536,952 habitantes.

4.2. Fecundidad.

5 Los datos ajustados por omisión censal de la población hondureña ascienden en el censo de 1988 a

4,614,377 y en el censo del 2001 a 6,535,344 personas.

96,421

307,289

543,741

962,000 1368,605

1884,765 2656,948

4248,561 6076,885

7536,952

0 1000,000 2000,000 3000,000 4000,000 5000,000 6000,000 7000,000 8000,000

1750 1800 1850 1900 1950 2000 2050

población

años

(12)

La fecundidad es el componente más importante de la dinámica demográfica hondureña actual, ya que es la variable que esta decidiendo mayormente el tamaño y estructura de la población. Las variables educación, participación económica y el lugar de residencia de las mujeres muestran una clara asociación con los niveles de fecundidad, incluso pueden ser consideradas como factores determinantes de ella.

La alta fecundidad de las mujeres hondureñas limita su participación laboral, educativa, social y económica, provocando que la mayoría de su tiempo sea dedicada al trabajo doméstico y cuidado de los niños. Al mismo tiempo cuando tiene acceso a trabajo tiene que dejar a sus hijos solos o al cuidado de familiares, ya que el Estado no suministra suficientes servicios de cuidado infantil y mucho menos que cubran las jornadas de trabajo.

La Tasa Bruta de Natalidad (TBN)6/ estimada con datos de la ENDESA 2005-067/ se

situaba en 26.7 por mil habitantes. Existen diferencias según el lugar de residencia, en el área urbana la TBN se situaba en 24.3 y en el área rural el valor de este indicador alcanzaba 28.9 por mil habitantes.

En la fecundidad otra situación grave es el inicio de la maternidad a edades muy jóvenes (el 21% de las mujeres de 15 a 19 años alguna vez estuvo embarazada), que incide para el abandono de la escuela o colegio, que a la larga dificultad su incorporación en la actividad económica por su escasa preparación, lo que hace que muchas veces la crianza de los niños dependa de los abuelos o familiares.

6 Número de nacidos vivos por 1000 habitantes en un año.

7 Encuesta Nacional de Demografía y Salud 2005-06 Informe Preliminar. 6.48 5.48 5.6 5.22 4.94 4.4 3.3 3.48 3.46 3.14 3.07 2.4 4.47 4.33 3.92 3.55 2.72 6.86 6.49 6.34 5.62 4.1 0 1 2 3 4 5 6 7 8

1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

T

G

F

años

HONDURAS: TASA GLOBAL DE FECUNDIDAD POR AREA DE RESIDENCIA, 1981 -2006

Total TEG/SPS Otra Urbana Rural

(13)

La Tasa Global de Fecundidad (TGF)8/ estimada en la ENDESA 2005-06 es de 3.3 hijos

por mujer, teniendo un descenso significativo al compararla con la estimada en la ENESF-2001 que fue de 4.4 hijos por mujer. Si observamos los resultados de todas las

encuestas de epidemiología y afines9/ del país hay un lento descenso de 2.04 hijos en

aproximadamente veinte años (1981-2001), sin embargo, en los últimos años el descenso ha significado 1.1 hijos por mujer.

La ENDESA 2005-06 estimó las TGF diferenciadas según área de residencia y algunas características socioeconómicas de las mujeres. Para el caso, en el área rural la TGF es de 4.1 hijos por mujer y en el área urbana es de 2.6 hijos por mujer o sea 1.5 hijos menos que el área rural. Ahora bien, los descensos más significativos de este indicador se han producido en las áreas rurales, principalmente en los últimos cinco años. Los departamentos más rurales tienen la TGF más elevadas, tal es el caso de Lempira (5.1), Intibucá (4.8), Olancho (4.2) y Copán (4.0), en cambio los departamentos más urbanizados tienen las TGF más bajas como es el caso de Francisco Morazán (2.6) y Cortés (2.7), y dentro de estos departamentos sus cabeceras que son las ciudades de Tegucigalpa tiene una TGF de 2.4 y San Pedro Sula de 2.5 hijos por mujer.

En las mujeres que no tienen ningún nivel de escolaridad la TGF es de 4.9 hijos por mujer, en cambio entre las que han podido alcanzar la educación superior la TGF es de 1.8 hijos por mujer, lo que determina que la educación es una variable intermedia vital en el comportamiento reproductivo de la población, es decir que a mayor educación menor número de hijos. Los mayores porcentajes de adolescentes que son madres o están embarazadas se presentan entre las mujeres sin educación.

Unida a la regulación de la fecundidad, el uso de métodos anticonceptivos se convierte en clave vital para determinar el tamaño de la prole en las mujeres. El 65.2% de las mujeres en unión de 15 a 49 años de edad en el momento de la encuesta se encontraba usando algún método de planificación familiar.

El uso de anticonceptivos continua siendo mayor en las áreas urbanas (69.9%) que en las áreas rurales (60.8%), en Tegucigalpa el uso actual es de 74.0% y en San Pedro Sula es de 75.0%. En los últimos años ha aumentado el uso de la planificación familiar en las áreas rurales, principalmente en los métodos inyectables. Existen diferenciales de uso según el nivel educativo de las entrevistadas, si tienen educación universitaria el indicador es de 77% y si no tienen ningún nivel de educación es de 55.5%, lo mismo según el quintil de riqueza donde se encuentren, a mayor quintil de riqueza mayor uso actual de la anticoncepción.

Los métodos de planificación familiar más usados son los modernos (56.4%) y dentro de ellos los más usados son la esterilización femenina (21.2%), los inyectables (13.8%) y las pastillas (11.3%). Los métodos tradicionales son usados por el 8.9% de las entrevistadas y el 34.8% no usa algún método de planificación familiar actualmente. La demanda total de planificación familiar entre las mujeres en unión se estima en el 82%, 31% para espaciar los nacimientos y 51% para limitarlos. El 17% de las mujeres en unión tienen necesidad insatisfecha de planificación familiar.

4.3. Mortalidad.

8 Promedio de niños que nacerían vivos durante la vida de una mujer (o grupo de mujeres) si todos sus años

de reproducción transcurrieran conforme a las tasas de fecundidad por edad de un determinado año.

9 Encuestas Nacionales de Epidemiología y Salud Familiar y afines 1981, 1984, 1987, 1991/92, 1996, 2001;

(14)

El hombre cada día adquiere y aplica su conocimiento para lograr reducciones de esta importante variable demográfica, por esta razón el descenso de la mortalidad no admite ninguna controversia, al contrario de la fecundidad. Sin duda el avance de la medicina ha logrado incidir en el ataque de las principales endemias que han azotado a la humanidad, aunque en los países en desarrollo como Honduras todavía siguen presentes enfermedades erradicadas en las sociedades modernas. Aún así en el país se han logrado descensos significativos en los indicadores de la mortalidad.

Con la Tasa Bruta de Mortalidad (TBM)10/ se puede evidenciar el descenso de la

mortalidad general. Este indicador en los años cincuenta alcanzaba valores altos de 22.8 personas por mil habitantes, en el quinquenio 1985-1990 dicho valor era de 7.1 defunciones por mil habitantes y para el quinquenio 2005-2010 llega a niveles de 4.9 muertes por mil.

La estimación de las estadísticas vitales que se producen en el país tienen su punto débil en no disponer de datos confiables, oportunos en su momento e incompletos, concluyendo en la generación de datos deficientes, al igual que en otros países de la región, llevando esta situación a estimaciones de hechos vitales erradas que no permiten realizar estimaciones directas confiables de algunos indicadores demográficos.

Honduras no escapa al drama de la mortalidad materna, lo que automáticamente se convierte en orfandad de recién nacidos. Las estimaciones de la razón de mortalidad

durante el embarazo, el parto y el puerperio RMEPP11/ en 1990 reportaba las 221 por

cada 100,000 nacidos vivos12/. Un estudio más reciente realizado en 1997 estimó la

razón de mortalidad durante el embarazo, parto y puerperio en 147 por cien mil nacidos vivos, teniendo una disminución significativa. Otro indicador estimado es la

razón de mortalidad materna RMM13/ que su descenso es notorio de 182 en el año

1990 a 108 por cien mil nacidos vivos en 1997. La tasa de mortalidad materna TMM14/

mostró un descenso en el período de 0.26 a 0.13 muertes maternas por mil mujeres en edad reproductiva.

El SIDA es una de las causas más recientes de mortalidad, se ha estimado que de 1988 a 1999 las muertes por SIDA en nuestro país incrementaron en 1,731 en los hombres y 1,756 en las mujeres, haciendo un incremento total de 4,487 (Informe de Desarrollo Humano, 1999). Inicialmente esta enfermedad tenía prevalencia en los

10 Es el número de defunciones por 1000 habitantes en un determinado año.

11 Es la relación entre el número de muertes de toda mujer durante el embarazo, parto y durante los 42 días

siguientes a la finalización del embarazo, independiente de su duración y lugar de ubicación, así como de la causa de la muerte (incluyendo las causas de muerte no relacionadas como los homicidios, suicidios e infecciones como la meningitis, sarampión y otros) y el número de nacidos vivos en el período. Esta definición fue usada como mortalidad materna en IMMER 1990.

12 Castellanos, M. David V. Ochoa, J. Investigación de mortalidad de mujeres en edad reproductiva y

materna, IMMER, 1990.

13 Es la relación entre el número de muertes de toda mujer durante el embarazo, parto y durante los 42 días

siguientes a la finalización del embarazo, independiente de su duración y lugar del embarazo, por cualquier causa asociada o agravada por el embarazo o su manejo, pero no por causas accidentales o incidentales (sin incluir las causas de muerte no relacionadas como los homicidios, suicidios e infecciones como la meningitis, sarampión y otros) y el número de nacidos vivos en el período. Este concepto es el más aceptado universalmente y mas utilizado en IMMER 1997.

14 Es la relación entre el número de muertes de toda mujer durante el embarazo, parto y durante los 42 días

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hombres y en la actualidad hay la tendencia a equipararse con las mujeres, así en 1985, por cada cuatro hombres infectados había una mujer y actualmente la relación es de cuatro hombres por cada tres mujeres, lo cual resulta en orfandad de los niños y en la transmisión durante el período de gestación. Desde 1985 hasta julio del 2005 se han detectado 17,560 casos de SIDA en el país, 5,287 asintomáticos para un total de 22,847 VIH positivos. De los casos de SIDA el 58% era hombres, la mayoría en edades jóvenes (20 – 44 años), heterosexuales, en departamentos con mayor desarrollo

donde se ubican las principales ciudades del país15/.

Con respecto a la Mortalidad Infantil (TMI)16/, el descenso observado en las tasas

desde la década de los sesenta es de los mayores logros obtenidos en la salud pública, con disminuciones desde 140 muertes por mil en 1970 hasta 34.7 muertes por mil, según estimaciones indirectas basadas en datos censales del 2001. Con datos de CELADE se observa los descensos de este indicador desde 1950 al 2050. Aún así los niveles son todavía altos comparados con los países de la región y se precisan grandes esfuerzos para reducirlos.

Las estimaciones de la TMI con datos censales del 2001 mostraron que los departamentos del occidentes del país tienen las tasas más altas del país, tal es el caso de Copán, Lempira, Intibucá y Santa Bárbara. Los departamentos más urbanizados tienen las menores tasas de mortalidad infantil, tal es el caso de Cortés, Francisco Morazán, Islas de la Bahía, Atlántida.

Los niveles de la mortalidad infantil estimados con la ENESF-2001 también muestran los diferenciales geográficos y socioeconómicos en donde se encuentra inmersa la problemática de la salud infantil, en el período 1996-2000 con una TMI nacional de 34 por mil, la mortalidad neonatal (0 a 28 días) 19 por mil y la postneonatal (29 días a 11

15 Secretaría de Salud, Departamento ITS/VIH/SIDA. Situación del VIH/SIDA en Honduras.

16 Se refiere al número de defunciones de menores de un año ocurridas en una población durante un año,

dividido por el número de nacimientos y multiplicado por mil. 0.0

20.0 40.0 60.0 80.0 100.0 120.0 140.0 160.0 180.0

1950– 1955 1960– 1965 1970– 1975 1980-1985 1990–1995 2000–2005 2010–2015 2020–2025 2030-2035 2040–2045

169.3

153.9

135.5

119.0

103.7

81.0

65.0

53.0

43.0

35.0 31.2

27.8

24.6 21.5

18.6 16.6

15.1 14.2 13.7 13.3

tmi

quinquenios

(16)

meses) 15 por mil. En las zonas rurales mueren 38 niños de cada mil que nacen vivos, mientras que en las áreas urbanas dicho valor es de 29 por mil. Los hijos de mujeres sin ningún nivel de educación presentan una TMI de 63 por mil contra 18 por mil que tienen los hijos de las mujeres que tienen siete años y más de educación. Estos valores muestran cómo las desigualdades sociales se manifiestan en los niveles de muertes en menores de un año, que a su vez hacen de este indicador uno de los principales de medición socioeconómica a nivel mundial.

Otros indicadores de mortalidad importantes son la tasa de mortalidad en la niñez (1 a 4 años) y tasa de mortalidad en menores de 5 años. Con datos censales del 2001 se estima la primera en 8 por mil y la segunda en 42 por mil. Copán, Lempira, Intibucá y La Paz son los departamentos con más elevados valores en estos dos indicadores.

La ENESF-2001 estimó para el período 1996- 2000 una tasa de mortalidad en la niñez de 11 por mil, (8 en el área urbana y 13 en el área rural) y una tasa de mortalidad en menores de cinco años de 45 por mil, (36 en el área urbana y 51 en el área rural).

Mas recientemente utilizando la historia de nacimientos la ENDESA 2006 estimó las probabilidades de morir como estimaciones de mortalidad infantil y de la niñez. La mortalidad infantil (mortalidad durante el primer año de vida) para el quinquenio 2001-2006 se estimaba en 23 defunciones por mil nacidos vivos, la mortalidad neonatal (durante el primer mes de vida) en 14 muertes y la postneonatal en 9 defunciones por cada mil nacidos vivos.

La mortalidad infantil es más elevada en el área rural que en la urbana (33 y 24 muertos por mil nacidos vivos, respectivamente). Las diferencias más importantes se presentan según el nivel de instrucción de las madres, pues de cada mil nacidos vivos a mujeres sin instrucción, 37 hijos mueren antes de cumplir un año, frente a 20 en el caso de hijos de mujeres con instrucción superior. Por departamento de residencia, La Paz, Copán y El Paraíso presentan las tasas más altas de mortalidad infantil (43, 39 y 37 por mil, respectivamente), en comparación con apenas 22 por mil en Cortés y Valle.

La medida demográfica que refleja mejor el nivel de la mortalidad del país es la esperanza de vida (e°), este indicador estima con datos censales del 2001 en 70 años, 72 para mujeres y 68 para hombres. Los departamentos con mayor nivel en este indicador son Francisco Morazán, Islas de la Bahía, Comayagua y Cortés.

(17)

4.4. Migración.

La migración es otra de las principales variables demográficas y mide los diferentes movimientos de la población que rebasan una frontera geográfica específica para adoptar residencia. Esta frontera puede ser del lugar poblado donde se nace, del municipio, departamento, región o país. La migración interna mide los desplazamientos dentro de un país y la internacional fuera del país.

En la migración interna se han realizado estimaciones a nivel de División Administrativa Mayor (DAM), que es el departamento y a nivel de División Administrativa Menor (DAME), que es el municipio, en el caso de Honduras.

En las estimaciones de DAM la proporción de población nativa residente en un departamento diferente al de su nacimiento fue de un continuo aumento entre 1950 y 1974, cambiando esta tendencia al descenso desde ese año. En el 2001 se estima que esta proporción alcanza el 17.2%. Cortés, Francisco Morazán, Colón, Atlántida e Islas de la Bahía presentaron un saldo migratorio positivo mientras que con saldos negativos aparecen los restantes trece departamentos, siendo más notoria esta característica en Choluteca, Santa Bárbara, Copán, Lempira y Valle.

La migración interna reciente (1996 – 2001) a nivel de DAM muestra una tendencia a la concentración, aunque en ese período se realizaron desplazamientos entre todos los departamentos, dos de ellos concentraron los mayores desplazamientos y su saldo migratorio es positivo (Cortés y Francisco Morazán) y abismalmente diferente a los otros.

A nivel de DAME la migración interna de toda la vida ha aumentado en términos absolutos entre el período 1988 – 2001 en más de un cuarto del millón de personas, sin embargo, en términos relativos ha significado una reducción de un cuatro por ciento (27.5% a 23.3%). Los municipios con mayor número de emigrantes internos de toda la vida son San Pedro Sula y el Distrito Central que albergan a las dos ciudades principales del país (expulsan el 11% de los emigrantes). También son los más atractivos (atraen el 28% de los inmigrantes del país). Los municipios de Choloma y

0 10 20 30 40 50 60 70 80

1950– 1955 1960– 1965 1970– 1975 1980-1985 1990–1995 2000–2005 2010–2015 2020–2025 2030-2035 2040–2045 41.8

44.6 48.0

51.0 54.1

57.7 61.6

65.4 67.7

69.8 71.0

72.1 73.1 74.0

74.9 75.7 76.5 77.3

78.1 78.6

quinquenios

(18)

Villanueva se han convertido en los puntos atractivos para la inmigración porque en ellos se concentran muchas industrias maquiladoras. Los principales flujos migratorios de toda la vida que son mayores de dos mil personas hasta el 2001 se produjeron principalmente hacia el Distrito Central, San Pedro Sula y otras ciudades intermedias como Choloma, Villanueva, La Lima, La Ceiba, El Progreso, Puerto Cortés.

La intensidad de la migración interna reciente a nivel de DAME ha aumentado en términos absolutos entre las mediciones del período 1988-83 y 2001-96 en más de ochenta mil personas, sin embargo, en términos relativos ha significado una reducción de uno y medio por ciento (13.7% a 12.1%). En ambos períodos los principales flujos migratorios mayores de mil personas se produjeron principalmente hacia el Distrito Central, San Pedro Sula y otras ciudades intermedias como Choloma, Villanueva, La Lima y La Ceiba. En el período 2001-96 específicamente los principales flujos migratorios recientes se produjeron de San Pedro Sula a Choloma, de San Pedro Sula a Villanueva, y del Distrito Central a San Pedro Sula.

En el caso de la migración internacional, Honduras no ha sido un país muy atractivo para inmigrar, esto se demuestra porque el porcentaje de extranjeros en el país nunca ha superado el cinco por ciento de la población total. Sus mayores porcentajes fueron alcanzados en las décadas del veinte y treinta y más modernamente en los años sesenta. En el 2001 su porcentaje era muy reducido, y no llegaba ni al uno por ciento. En términos absolutos la franja de extranjeros se ha situado entre veintiocho y cincuenta mil personas en todas las épocas de la historia hondureña.

En la emigración, tanto las estimaciones directas como las indirectas muestran que a principios de los años ochenta había en el exterior entre 50,000 a 125,000 hondureños. En el censo de los Estados Unidos de América del año 2000 se empadronaron 217,569 personas de origen hondureño y los estados más atractivos fueron Florida, New York, California, Texas y New Jersey, donde viven el 67.3% del total de hondureños en Estados Unidos. En el módulo de emigración de la Encuesta de Hogares y de Propósitos Múltiples de Honduras del 2006, se estimó que el total de hogares con emigrantes asciende a 179,051 hogares, los cuales representan aproximadamente el 11.3% del total nacional, el 53% se ubican en el área urbana y el 47% en el área rural. La estructura de la Población emigrante internacional refleja un perfil joven debido a que el grueso de la población esta comprendida entre 20 y 34 años de edad. Los Estados Unidos sigue siendo el principal país de atracción para los hondureños, ya que en promedio el 91.4 por ciento de la población total emigrante reside en este país; el 2.2 por ciento en México; el 2.1 por ciento en España y 1.9 por ciento en Centroamérica y el porcentaje restante diseminados en diferentes países del mundo.

En resumen en la migración internacional, desde la segunda mitad de la década de los noventa el flujo de emigrantes se ha venido incrementando por las deplorables condiciones económicas del país, con una mayor aceleración después del fenómeno natural que azotó el país en 1998 (Mitch) y no es casualidad que incluso los Estados Unidos de América aprobaran Programas de Protección Temporal (TPS) para frenar la emigración, sin embargo, el mecanismo más usado es la deportación de grandes contingentes de hondureños desde el país del norte y se le suman los países de la travesía. Sin duda, la emigración hondureña ha alcanzado dimensiones de importancia y si bien ha producido un gran flujo de remesas (convertida en una de las principales fuentes de divisas del país), ha provocado problemas de desintegración familiar, mutilaciones y muertes en el camino en la búsqueda del sueño americano.

(19)

La visualización de la transición demográfica de Honduras se percibe por la reducción de la mortalidad antes que la fecundidad. Este descenso de la mortalidad se derivó de mejoras en las sistemas de salud, creación de infraestructura hospitalaria, introducción de medicamentos de bajo costo, antibióticos, vacunas, que posibilitaron mejores condiciones sanitarias, e incluso condujeron a que muchos embarazos llegaran a término y sobrevivieran más niños y madres.

El descenso de la fecundidad fue posterior al de la mortalidad y su velocidad ha sido más lenta, porque el acceso a los mecanismos de descenso de la fecundidad fueron posteriores a los mecanismos por preservar la vida. En el descenso de la fecundidad en América Latina y por ende en Honduras ha influido la expansión de la preferencia por proles más pequeñas, que ha creado mecanismos que hacen desventajosas las proles numerosas, entre ellos el acceso a la escuela, canales simbólicos y la diseminación de los medios de comunicación, así como el acceso a la actividad laboral de las mujeres, que han idealizado a la familia pequeña como signo de bienestar. Esta preferencia se materializó con la ―revolución anticonceptiva‖, cuyos pilares fueron de carácter biotecnológicos, políticos y culturales que se combinaron y llevaron a los

anticonceptivos a mejoras en la prevalencia, fuentes de obtención y gama de métodos.

El descenso de la mortalidad venía disminuyendo muy lentamente desde los años treinta, pero desde los años cincuenta y sesenta este proceso se fue haciendo más notorio, en cambio en la fecundidad la reducción se hizo más evidente desde los años setenta.

La diferencia entre la mortalidad y la fecundidad produjo tasas de crecimiento natural superiores al tres por ciento entre los años cincuenta hasta finales de los años noventa, manifestando sus mayores valores en los años sesenta y setenta.

0 10 20 30 40 50 60

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a

s

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s

p

o

r

m

il

Quinquenios

HONDURAS: TASAS BRUTAS DE NATALIDAD Y MORTALIDAD, 1950 - 2050

(20)

Las tasas brutas de natalidad en los próximos cincuenta años continuaran descendiendo desde 26.9 por mil en el quinquenio 2005-2010 hasta valores de 13.9 por mil en el quinquenio 2045-2050, mientras tanto en las tasas brutas de mortalidad se proyecta leves descensos desde el presente quinquenio hasta el 2025-2030 cuando empezarán a aumentar producto del cambio de estructura por edades de la población.

4.6. Crecimiento de la población.

En realidad el comportamiento demográfico hondureño no es casualidad aislada del contexto de los demás países, ya que las mejoras en los condiciones sanitarias produjeron que las condiciones epidemiológicas cambiaran, provocando un descenso de la mortalidad y generando al mismo tiempo un descenso tardío de la fecundidad, que se ha traducido en la ampliación de la brecha entre ambas variables demográficas, donde la migración internacional no ha jugado un papel decisorio, una de las manifestaciones de esta situación ha sido el crecimiento acelerado de la población.

A partir de la segunda mitad del siglo XX, el país ha producido tasas de crecimiento demográfico total superiores al tres por ciento. Para el período intercensal 1974-1988 se registró una tasa de 3.3 % mientras que para el período 1988-2001 se estima la misma en 2.7%, considerada todavía como una de las más elevadas en el contexto latinoamericano, con una tendencia hacia el descenso al igual que los países de la región.

Aunque este cambio demográfico en el caso de Honduras es tardío todavía el efecto más palpable se manifiesta en el crecimiento demográfico inercial, que incide en las demandas de salud, de educación, de empleo, de vivienda y de servicios públicos, sin embargo, con los descensos en las tasas de fecundidad y de la mortalidad y por ende en la tasa de crecimiento también se han producido y producirán cambios en la estructura por edades de la población que vislumbra un panorama diferente que implica cambios en las políticas públicas.

0 0.51 1.52 2.53 3.54 1950 – 1 9 5 5 1955 – 1 9 6 0 1960 – 1 9 6 5 1965 – 1 9 7 0 1970 – 1 9 7 5 1975 -1 9 8 0 1980 -1 9 8 5 1985 –1 9 9 0 1990 –1 9 9 5 1995 –2 0 0 0 2000 –2005 2005 –2010 2010 –2015 2015 –2020 2020 –2025 2025 -2030 2030 -2035 2035 –2040 2040 –2045 2045 –2050 Ta sa s

HONDURAS: TASAS DE CRECIMIENTO DEMOGRAFICO

NATURAL Y TOTAL, 1950-2050

r total r natural

Fuente: CELADE

(21)

En el presente quinquenio la tasa de crecimiento total de la población hondureña se estima en 2.21%, con la tendencia al descenso que hará que en los próximas tres décadas años llegue a valores menores del uno por ciento.

En términos absolutos, se muestra como el crecimiento hondureño todavía se debe a la diferencia entre los nacimientos y las defunciones, ya que el saldo migratorio aunque importante no ha tenido un papel decisorio. El número de nacimientos hondureños en los últimos quinquenios crece poco y esta llegando a su cúspide desde la cual empezará su descenso, en cambio las defunciones tienen en el futuro una tendencia incrementadora, a los que se suma el cambio de estructura demográfica.

-50 0 50 100 150 200 250

M

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s

HONDURAS: DINAMICA DEMOGRAFICA, 1950-2050

B

D

r natural

SM

(22)

V. La Transición de la Estructura por Edades de la población.

5.1. Transición de la estructura por edades.

Actualmente en gran parte del mundo se producen las transiciones de la estructura por

edades (AST), principalmente por cambios en la fecundidad resultado de la transición

demográfica, como estrechamente se definió (crecimiento natural). Esto determina el tamaño de la base de la cohorte de nacimientos.

Estos cambios son transmitidos en los patrones de sobrevivencia, y en muchas poblaciones por flujos migratorios (aunque la migración sería un determinante menos significativo de cambio). Tempranamente en la transición demográfica cuando los niveles de fecundidad se mantuvieron altos, un factor clave fue el descenso de la fecundidad que desproporcionalmente afectó a las edades jóvenes donde la fuerza de la mortalidad prevenible era alta. Entonces el descenso de la fecundidad se convirtió en el factor que más afectó la estructura por edades. Aunque recientemente en los países desarrollados se ha mejorado la sobrevivencia en las edades avanzadas y es una fuerza emergente, el envejecimiento principalmente es el resultado de la baja

fecundidad 17/.

El esquema siguiente18/ muestra que la transición de la estructura por edad tiene un

impacto en el desarrollo social y económico y este también tiene efecto de retroalimentación sobre la transición demográfica a través del impacto de la composición por edad sobre la fecundidad y la mortalidad.

La transición demográfica determina el tamaño de la cohorte de nacimientos y esta cambia según los patrones de sobrevivencia y los flujos migratorios que modifican la transición de la estructura por edades.

17 Pool, Ian, Rodriguez Wong, Laura and Vilquin, Eric. Age-Structural Transitions: Challenges for

Development, París, CICRED, 2006.

18 Ídem Pool, Iam…

De la Transición Demográfica a la Transición de la Estructura por Edades

Migración

Determinante primario

Transición Tamaño cohorte Transición de la Impactos

Demográfica nacimientos Estructura por Social y

Edades Económicos

(23)

La transición de la estructura por edades es simplemente el pasaje de un grupos de edad al próximo, si bien es un fenómeno normal, esta surgiendo como un tema emergente en el presente siglo tomando varias formas.

Primeramente el llamado efecto ―momento‖ que produce rápido crecimiento después de que la fecundidad ha declinado a niveles bajos, en segundo lugar, la grandes cohortes de nacimientos del pasado cuando la fecundidad esta todavía alta volverá una gran cohorte de padres, y así de esta manera produce muchos nacimientos incluso después de que las tasas de fecundidad han llegado a niveles bajos, llamada ―momento secundario‖. Tercero, las AST involucran el pasaje de una ondulación de población a través de cada etapa del ciclo vital, produciendo una presión pico sobre necesidades y servicios que son propias de esa etapa, (por ejemplo; educación para los niños y jóvenes y empleo para las poblaciones que ingresan a la edad de trabajar). Cuarto, en muchos países esas ondulaciones son muy irregulares, denominadas técnicamente ―efectos de desordenes de las cohortes‖, y tienen el efecto que hará que

la planificación de políticas sea más difícil19/.

Un análisis mas detallado del flujo de cohortes demuestra que la transición de estructura por edades, lejos de ser monótona y sistemática a través de la población en

la misma etapa de transición demográfica, puede estar desordenada20/.

La importancia de la edad desde el punto de vista económico radica en que cada grupo de edad de la población tiene conductas diferentes con consecuencias económicas, tal es el caso de los jóvenes que requieren inversiones en educación y salud, los activos proveen trabajo y ahorros y los viejos requieren salud y jubilaciones. Cuando el tamaño relativo de cada uno de estos grupos cambia en una población lo hace también la intensidad relativa de los comportamientos económicos. El esquema del ciclo vital de

la producción y el consumo por edad de las personas es el siguiente21/:

19 CICRED, Policy Implications of Age-Structural Changes, París, CICRED, 2005.

20 Pool, Ian and Rodriguez Wong, Laura. Structural transitions and policy: an Emerging Issue, in

Age-Structural Transitions; Challenges for Development, Paris, CICRED, 2006.

21 Bloom, David E., Canning, David, Sevilla, Jaypee. The Demographic Dividend, a new perspective on the

(24)
(25)

5.2. Cambios en la Estructura por Edades de la Población de Honduras.

La estructura por edad del país ha experimentado cambios en el pasado que hemos observado actualmente y para el futuro se esperan espectaculares cambios que hará que se prevean acciones para atender esas modificaciones.

La composición por edad de la población hondureña continúa teniendo una estructura Joven, porque todavía la proporción de población en edades de la niñez y juventud es alta. Sin embargo, las estimaciones de población para la mitad de la presente centuria muestran cambios significativos en la estructura por edad, donde las edades de la niñez cederán su peso significativo a las edades de la juventud, adultos y viejos.

Las pirámides de la población de Honduras muestran más claramente los cambios en la estructura por edades. Estas han presentado formas expansivas con bases anchas para el pasado, donde se reflejan los procesos de ampliación y reducción de las bases, producto primero de la alta fecundidad, después de ampliación de la brecha con la reducción de la mortalidad, que incluso produjo más nacimientos y aumentó la proporción en las primeras edades que rejuveneció la población entre los años cincuenta y sesenta, y finalmente se nota la reducción de la fecundidad que llevó a reducciones de las proporciones de la base, desde los años setenta. Esto se observa en las pirámides de población de 1950 a 1990.

1950 1970

1990

2010

2030 2050

0 5 10 15 20 25

0 - 4 5 - 9 10 - 14 15 - 19 20 - 24 25 - 29 30 - 34 35 - 39 40 - 44 45 - 49 50 - 54 55 - 59 60 - 64 65 - 69 70 - 74 75 - 79 80 y +

%

quinquenio

HONDURAS: DISTRIBUCION PORCENTUAL POR GRUPOS DE EDAD, 1950, 1970, 1990, 2010, 2030, 2050

(26)

Para el futuro las pirámides de la población tendrán formas constrictivas, producto de las reducciones en las bases por la continua disminución de la fecundidad. Asimismo las cúspides se ampliarán por el envejecimiento de la población, reflejo de aumento en la esperanzas de vida de las personas.

Este proceso paulatino hará que la proporción de las poblaciones de edades menores de quince años se reduzcan espectacularmente. En las edades productivas también se notará la reducción en los próximos veinte años, principalmente en las personas jóvenes hasta los treinta años, consecuentemente también se producirá una reducción en los años siguientes en personas en edades menores de cuarenta años. En los próximos veinte años será notorio un aumento en la proporción de las poblaciones de todas las edades mayores de los treinta años y será mucho más evidente principalmente en el 2040 y 2050.

En las pirámides de población también se manifiesta el envejecimiento de la población como proceso inexorable que esta viviendo la población mundial y que se esta manifestando en la región y en Honduras, aunque a una menor velocidad, muestra de ello es el aumento en la proporción de poblaciones mayores de los sesenta años a través del tiempo. En el año 2010 dicha proporción alcanzará el 5.9%, en el año 2030 llegará a un 10% y en el año 2050 se incrementará hasta el 17.4%.

15 10 5 0 5 10 15

0 - 4 5 - 9 10 - 14 15 - 19 20 - 24 25 - 29 30 - 34 35 - 39 40 - 44 45 - 49 50 - 54 55 - 59 60 - 64 65 - 69 70 - 74 75 - 79 80 y +

%

g

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e

d

a

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s

HONDURAS: PIRAMIDES DE POBLACION, 1950, 1970, 1990

mujer90 hombre90 mujer70 hombre70 mujer50 hombre50"

(27)

5.3. Cambios en la Estructura por Grandes Grupos de Edades.

La estructura por edad de la población clasificada por grandes grupos muestra los cambios en tres subpoblaciones de interés demográfico; la integrada por los menores de quince años, las poblaciones en edad de trabajar de quince a sesenta y cuatro años y la población mayor de sesenta y cuatro años. La primera y la tercera son poblaciones dependientes y la segunda es la proveedora, que son la materia prima para estimar las relaciones de dependencia demográfica y el índice de envejecimiento.

En términos absolutos, en el país todas esas subpoblaciones incrementan sus volúmenes en general entre los años 1950 al 2050, sin embargo, la población menor de quince años lo hará hasta el 2025 cuando en adelante empezará la tendencia a descender en efectivos. La población en edades productivas se convierte en el

subgrupo más importante de los tres ya que incrementará espectacularmente su

número, de 4,201,563 en el año 2005, aumentará en veinte años a 7,010,286 y llegará en el año 2050 a 9,210,843 personas.

15 10 5 0 5 10 15

0 - 4 5 - 9 10 - 14 15 - 19 20 - 24 25 - 29 30 - 34 35 - 39 40 - 44 45 - 49 50 - 54 55 - 59 60 - 64 65 - 69 70 - 74 75 - 79 80 y +

%

g

.e

d

a

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e

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HONDURAS: PIRAMIDE DE POBLACION, 2010, 2030, 2050

mujer2050 hombre2050 mujer2030 hombre2030 mujer2010 hombre2010

(28)

La población menor de quince años tenía una tendencia al incremento en su peso en el total de la población desde 1950 hasta 1975, cuando se revirtió esa tendencia al descenso que se mantiene desde ese año y se mantendrá en el futuro.

El grupo de población en edades productivas (15 – 64 años) se convierte desde la

mitad de los años setenta en el grupo que más peso tiene en la población total,

actualmente representa un 57% y en el año 2050 dos tercios de la población pertenecerá a ese segmento, siendo el grupo donde se localizan los mayores niveles de producción económica.

La población de 65 años y más ha crecido desde la mitad de los años cincuenta (2.3%) y continuará aumentando su peso en el total de la población, tal es el caso que en el año 2050 alcanzará el 12.5%, es la muestra del proceso de envejecimiento de la población.

0 2000,000 4000,000 6000,000 8000,000 10000,000 12000,000 14000,000 16000,000

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050

p

o

b

la

c

n

años

HONDURAS: POBLACION POR GRANDES GRUPOS DE EDAD, 1950-2050.

0 - 14 15 - 64 65 y +

(29)

Al revisar las tasas de crecimiento de los grandes grupos de edad observamos que entre los años cincuenta al setenta se producen algunas irregularidades, siendo a partir de la mitad de los años setenta cuando se muestra mejor la tendencia de su comportamiento al descenso para las tasas de los grupos de la niñez, las edades productivas y para la población total. La población de sesenta y cinco y más años presenta un comportamiento ondulatorio y solo es a partir de los años 2015 al 2030 que indica una clara tendencia al crecimiento, a partir del cual tiende al descenso, aunque hay que apuntar que esta población adulta mayor en estos años crece entre tres y cuatro por ciento anual que es tasa de crecimiento muy alta.

Las tasas de crecimiento de la población total y de las edades productivas tuvieron un valor similar en el quinquenio 1970-75, a partir de esos años las poblaciones productivas ha crecido mayormente hasta el quinquenio 2035-40 que se manifiesta en un volumen de poblaciones trabajadoras. Después de este año el crecimiento total será mayor que las edades productivas. El patrón contario lo tienen las tasas de crecimiento de las poblaciones dependientes (menores 15 años y de 65 años y más).

0 10 20 30 40 50 60 70

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050

%

años

HONDURAS: DISTRIBUCION PORCENTUAL DE LA POBLACION POR GRANDES GRUPOS DE EDAD, 1950 - 2050.

0-14 años 15-64 años 65 ymás

(30)

-1 0 1 2 3 4 5

1950-55 1955-60 1960-65 1965-70 1970-75 1975-80 1980-85 1985-90 1990-95 1995-00 2000-05 2005-10 2010-15 2015-20 2020-25 2025-30 2030-35 2035-40 2040-45 2045-50

ta

s

a

s

quinquenio

HONDURAS: TASAS DE CRECIMIENTO POR GRANDES GRUPOS DE EDAD, 1950 - 2050

0 - 14 15 - 64 65 y + Total

Fuente: CELADE

0.00 0.50 1.00 1.50 2.00 2.50 3.00 3.50 4.00 4.50

HONDURAS: TASAS DE CRECIMIENTO DE LA POBLACION TOTAL,

DEPENDIENTES Y PRODUCTIVOS

Dependientes Productivos Población Total

(31)

5.4. Cambios en la Estructura por Edades Funcionales.

Clasificando a la población total en grupos de edades funcionales se detalla más claramente los segmentos de población según la etapa del ciclo de vida de las personas, que distinguen los diferentes tipos de necesidades y demandas, tanto de carácter público o privado. Estas aproximaciones incluyen un primer grupo de 0 a 14 años llamado ―niñez‖, el grupo de 15 a 29 años de la ―juventud‖, el grupo de 30 a 44 años llamado ―adultos jóvenes‖, el grupo de 45 a 59 años llamado ―adultos maduros‖, el grupo de 60 a 74 años llamado ―retirados tempranos‖ y el grupo de la ―vejez‖ integrado por los de 75 años y más.

Algunos grupos del ciclo vital como la juventud son objeto de niveles altos de ―densidad demográfica‖, que constituyen períodos en el cual ocurren un rango de diferentes eventos biosociales, algunos de los cuales involucran estatus de vida en el tiempo, (por ejemplo la terminación del más alto nivel de educación).

Se pueden identificar como ejemplos los siguientes:

a. Se llega a la madurez biológica.

b. Típicamente, la educación formal es completada y ocurre la primera entrada al

mercado laboral.

c. Son edades en que la incidencia y prevalencia de movilidad geográfica es alta.

d. La madurez sexual es alcanzada, los jóvenes dejan sus familias.

e. Normalmente ocurre la primera unión y la gente joven frecuentemente empieza

a formar sus propias familias.

Otra lista similar se puede construir alrededor de la edad de 60 a 74 años donde

incluye el retiro, dependencia material aumentando la fragilidad22/.

22 Pool, Ian. ―Demographic Dividend‖, Windows of Opportunity‖ and Development: Age-structural,

population waves and cohort flows. París, CICRED, 2004.

0 500,000 1000,000 1500,000 2000,000 2500,000 3000,000 3500,000

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050

p

o

b

la

c

n

años

HONDURAS: POBLACION POR EDADES FUNCIONALES, 1950-2050

0 - 14 15 - 29 30 - 44 45 - 59 60 - 74 75 y +

(32)

En general, en Honduras todos los grupos que conforman las etapas de ciclo vital están actualmente incrementando sus efectivos, sin embargo, el grupo que compone la niñez llegará a su nivel máximo en los próximos veinte años; para llegar al final del período (2050) a tener similares valores conjuntamente con el grupo de la juventud y los adultos jóvenes.

Ahora bien el porcentaje de la niñez en la población total va decreciendo desde los años setenta y llegará al final del período a ser muy similar al de la juventud y adultos jóvenes, quienes actualmente incrementan su peso, pero revertirá su comportamiento en los próximos años tres años para la juventud, mientras que los adultos jóvenes les llevará aproximadamente treinta años.

Dentro del grupo funcional de la niñez se encuentra la cohorte de nacimientos (0 a 4 años) que tuvo sus mayores porcentajes en los años sesenta (19.7% del total) y desde allí esta descendiendo, llegará a 7.2% en el 2050, resultado de la baja de la fecundidad y cambio de estructura de edades.

Las edades adultas, en retiro temprano y vejez vienen incrementando su peso en el total de la población en todo el período, y ha sido más notorio desde inicios del siglo actual.

En suma, los efectos del crecimiento son notorios en todas las edades funcionales, aunque los aportes de las tres primeras etapas sean más importantes, la juventud aportará grandes contingentes de población, convirtiéndose en la etapa que deberá ser mejor atendida en el corto plazo, sin embargo, a través del tiempo los contribución porcentual de las tres primeras edades será muy similar en el largo plazo.

0 10 20 30 40 50 60

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050

%

años

HONDURAS: DISTRIBUCION PORCENTUAL DE LA POBLACION POR EDADES FUNCIONALES, 1950-2050

0 - 14 15 - 29 30 - 44 45 - 59 60 - 74 75 y +

(33)

5.5. Impactos de Flujos de Cohortes en las Edades Funcionales.

Estandarizando los cambios de cada grupo de edades funcionales, que son una aproximación de las etapas del ciclo vital, como porcentaje de la población total al inicio del quinquenio, se conocen los impactos de las ondas y los flujos de cohortes. Estos muestran que hay ondas y flujos desordenados de las cohortes, y entre mas desordenadas los flujos más intensas las ondas, que significan dificultades para los planificadores ya que tienen poco tiempo para atender las demandas máximas de un grupo y dirigirse a atender las de otro grupo y cada una de ellos tiene diferentes comportamientos y demandas. En las próximas décadas continuarán las presiones de las edades de la niñez y juventud, pero a mediano plazo llevan a los adultos jóvenes y a las edades superiores a estos a incrementar sus demandas.

5.6. Otras poblaciones objetivo especiales.

En la estructura demográfica de la población también hay otras poblaciones objetivo en varios sectores de la sociedad, tal es el caso de la educación y la salud.

En la educación resulta interesante el comportamiento de la población en edad de estudiar, aquellas donde el estudiante debería estarse educando, en la población de 5 a 6 años debería estar en preescolar, de 7 a 12 o de 7 a 15 años la población debería estar en la educación primaria o básica, en las edades de 13 a 18 años estarían en la secundaria, de 16 a 18 años en la educación secundaria formativa y de 19 a 24 años debería estar en la educación universitaria.

La población en edad preescolar (5-6 años) alcanzará sus cúspides en términos absolutos en el año entre los años 2015-2025, sin embargo, su proporción mayor la obtuvo en 1975, año desde el cual viene en descenso. La población en educación primaria (7-12 años) crece hasta el año 2025 en efectivos, pero desciende su proporción desde la década de los setentas. La educación secundaria (13–18 años)

-2 0 2 4 6 8 10 12

1950-55 1955-60 1960-65 1965-70 1970-75 1975-80 1980-85 1985-90 1990-95 1995-00 2000-05 2005-10 2010-15 2015-20 2020-25 2025-30 2030-35 2035-40 2040-45 2045-50

c a m b io e d a d e s p e c if ic a c o m o % d e p o b la c n t o ta l a l in ic io q u in q u e n io quinquenio

HONDURAS: IMPACTO DE FLUJO DE COHORTES EN GRUPOS DE EDADES FUNCIONALES, 1950-2050

0 - 14 15 - 29 30 - 44 45 - 59 60 - 74 75 y +

(34)

alcanzará su máximo de efectivos en el año 2030, sin embrago, su proporción viene e descenso desde el año 2000. La población en edad de estudio en la universidad seguirá creciendo hasta el año 2040.

En el caso de las principales poblaciones objetivo desde el punto de vista de la salud, la menor de un año alcanzará su cúspide en efectivos el año 2015, sin embargo, viene descendiendo su proporción desde los años cincuenta. La población menor de cinco años crecerá en absolutos hasta el año 2025 y su proporción del total viene en descenso desde los años ochentas. La población de mujeres en edad reproductiva

0 200,000 400,000 600,000 800,000 1000,000 1200,000 1400,000 1600,000 1800,000 2000,000

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050

p

ob

la

ción

HONDURAS: POBLACIONES OBJETIVO DE LA EDUCACION,

1950-2050

5 a 6 años

7 a 12 años

7 a 15 años

13 a 18 años

16 a 18 años

19 a 24 años

0.0 5.0 10.0 15.0 20.0 25.0 30.0

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050

%

HONDURAS: POBLACIONES OBJETIVO DE LA EDUCACION,

1950-2050

5 a 6 años

7 a 12 años

7 a 15 años

13 a 18 años

16 a 18 años

(35)

seguirá creciendo en efectivos en el período estudiado, pero alcanzará su mayor proporción del total en el año 2030. La población de la tercera edad crecerá en absolutos y relativos en todo el período estudiado, lo que indica la importancia de esta subpoblación por el proceso de envejecimiento de la población.

0 500,000 1000,000 1500,000 2000,000 2500,000 3000,000 3500,000

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050

P

o

b

lac

ó

n

HONDURAS: POBLACIONES OBJETIVO

DE LA SALUD, 1950-2050

0 años

0 a 4 años

mujeres 15 - 49 años

6O y más

0.0 5.0 10.0 15.0 20.0 25.0 30.0

1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050

%

HONDURAS: POBLACIONES OBJETIVO DE LA SALUD, 1950

-2050

0 años

0 a 4 años

mujeres 15 - 49 años

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VI. Ventana Demográfica de Oportunidades, Bono o dividendo demográfico.

Muchas de la maneras como llaman a las ganancias derivadas de las transformaciones

de la edad fueron presentadas por Ogata23/ en el cuadro siguiente; que muestra la

amplia gama de conceptos para llamar al fenómeno, llama la atención los estudios

desarrollados independientemente en América Latina24/ toman una posición más

neutral señalándolos hacia una ―ventana de oportunidades‖, que indican que la diferencia es que el bono sugiere una trayectoria muy determinista, una virtual certeza de que en esta ventana de oportunidad para obtener ganancias de las transiciones de la estructura de la edad se requieren intervenciones.

23 Ogata, Naohiro y Matsukura, Rikiya. Demographic Dividends and Population Aging in Japan, Nihon

University, NTA First Workshop, 17-28 Oct. 2005.

24 La noción de una ―ventana de la oportunidad‖ primero fue desarrollada por José de Carvalho (1988) que

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