Colegio “Henry Dunant”
Clase:
01
Fecha: Jueves 04 de febrero del 2020
Grado:
Primer año de bachillerato general
Materia:
Ciencias
Naturales
Área: Bases de la ciencia.
Docente:
Yeferson Alexander GómezUnidad:
1Tema: “Naturaleza de la actividad
científica”
Unidad 1
“El Estudio de las Ciencias Naturales”
Tema: “Naturaleza de la actividad científica”
Desde de un punto de vista teórico del conocimiento las ciencia se divide pura y aplicada Han pasado exactamente dos siglos desde que Samuel Taylor Coleridge (en el mundo de habla inglesa) acuñó los términos ' ciencia aplicada ' y ' pura ciencia ' en su Tratado de método. Coleridge, basándose en Kant ' s distinción entre puro cognición (es decir, las leyes naturales fundamentales conocidas a priori) y aplicado cognición racional (es decir, las leyes de la experiencia); tenemos dos definiciones para ella.
Ciencias Puras: Ciencia pura puede hacer referencia a: La ciencia básica: actividad científica que no se pone como objetivo inmediato una aplicación concreta, sino la obtención de conocimiento.
Matemáticas: Es la ciencia exacta por excelencia. De hecho, antaño se la conocía como exactas. Para muchos son la fuente de conocimiento más fiable del mundo y la única que no está sujeta a cambio. Una verdad matemática será verdad para siempre. Más que una ciencia, se puede considerar como
el lenguaje de las ciencias. Pero ahora también esta fragmentada en puras y aplicadas, por ejemplo de matemáticas puras tenemos : Teoría de la medida
Física. La Física, como una de las ciencias naturales más formales, es una ciencia pura. A grandes rasgos, la Física estudia el
Universo, sus componentes
fundamentales y sus relaciones entre sí. Aunque nuevamente tenemos una
división interna, un ejemplo de física pura tenemos:
Mecánica Cuántica
entre otras.
Ciencias Aplicada: Son las que buscan generar conocimientos prácticos a cortos y mediano plazo también en algunos casos busca que sean especifico al área donde se investiga.
Por ejemplo Medicina Agricultura Aeronáutica
etc.
Pero ahora existen conflictos dentro de los científicos sobre estos dos termino, unos dice que una implica la otra , también existe otro debate sobre cual es la mejor; de manera personal podría decir que la dos son muy importantes para el desarrollo de la ciencia en total de la ciencia.
Lee el siguiente parrafo del articulo :
García Rodríguez, D.: "La ética, una ruptura al debate dicotomico entre ciencia basica y aplicada", en
Contribuciones a las Ciencias Sociales, diciembre 2012, www.eumed.net/rev/cccss/22/
Ciencia básica o aplicada, ¿Un debate actual?
Tras haber hecho un breve recorrido a través de las características del conocimiento científico y cómo se clasifica éste, se abre un interesante debate entorno a la siguiente cuestión ¿Es útil una distinción entre ciencia básica o aplicada o realmente no aporta nada esta clasificación?
Concretamente cabe distinguir tres posturas en torno a este debate:
• Autores que mantienen una máxima diferenciación, entre los que se encuentran Valera (1971, 1975, 1977, 1983; Reyes y Varela, 1980) así como Bickman (1976, 1980, 1981).
• Autores que mantienen una mínima diferenciación, entre los que se encuentran Hollander (1978), Saxe y Fine (1980) y Kidd y Sacks (1980).
• Autores que mantienen una diferenciación inexistente, entre los que cabe señalar a Proshansky (1981) y Gergen (1982, Gergen y Basseches, 1980).
Desde el primer grupo de autores, probablemente, una de las propuestas que mayor impacto ha tenido sea el modelo de la Tecnología Social de Jacobo Varela (1971, 1975, 1977, 1983; Reyes y Varela, 1980). La idea principal de este modelo es una postura claramente positivista. Defiende que la ciencia básica debe perseguir el descubrimiento de leyes universales de comportamiento humano, mientras que la labor del tecnólogo social debe estar centrada en el descubrimiento de la realidad. Una de las
mediante la planificación, la combinación y síntesis ante y entre de los diferentes hallazgos derivados de las diferentes áreas de las ciencias sociales (Varela, 1975).
A diferencia de lo que propone Varela, una postura menos radical aunque no
excluyente, es la que defiende Bickman (1976, 1980, 1981). Este autor mantiene que las ciencias básicas y aplicadas no deben entenderse como polos opuestos sin ningún tipo de conexión. Una ciencia es básica o aplicada en función de los fines, métodos, contexto y estilo que persigan, formando así un continuum entre dos polos. Sin embargo, la
importancia concedida a la ciencia básica como motor teórico para la labor del tecnólogo social queda difuminada (Hernández y Valera, 2002).
En un segundo grupo podemos enmarcar a los autores que defienden una mínima diferenciación, encontrando tres propuestas. Por su parte Hollander (1978) defiende que “ciertos temas originados en el trabajo básico son muy útiles a la hora de guiar el trabajo aplicado” por lo que en la práctica dicha distinción no es tan clara. Esta postura concuerda con el modelo de Morales (1983) al que denomina extensión de la teoría psicosocial, aunque en el caso de Hollander no quedan tan claro si la investigación aplicada contribuye a la investigación básica. En cualquier caso, ciertas investigaciones básicas ayudan a vislumbrar ciertos aspectos de la realidad social, ya sea porque tienen una aplicación directa o porque contribuyen a aumentar el corpus teórico (Hernández y Valera, 2002).
Por otro lado, Saxe y Fine (1980) consideran que dichas diferencias se reducen en función del rigor metodológico: tradicionalmente la investigación aplicada a prestado poca atención a estos hechos en contraste con la investigación básica que ha centrado sus esfuerzos en el principio de MAX-MIN-CON (maximización de la varianza primaria, minimización de la varianza de error y control de la varianza secundaria). No obstante, los propios autores reconocen que, se está produciendo un desarrollo metodológico acuciante que tiende a reducir estas diferencias hasta llegar a una equiparación total. Por último, Kidd y Saks (1980) están en la misma línea manteniendo que dicha diferenciación es simplemente artificial y carente de sentido.
Desde el tercer posicionamiento expuesto defiende una diferenciación inexistente entre ciencia básica y aplicada. La idea central que subyace consistiría en afirmar que la ciencia básica se ocuparía de principios generales, de carácter estable y universales. Para Gergen (1982, Gergen y Basseches, 1980) tales planteamientos carecen de sentido, ya que las ciencias sociales no se rigen por los mismos parámetros que las ciencias
naturales. Así argumenta que las pautas de interacción son históricas y contingentes, además, la formulación teórica del comportamiento humano en un laboratorio queda minada cuando se lleva al ambiente natural perdiendo su capacidad predictiva.
Proshansky (1981) es mucho más radical al afirmar que sólo existe investigación aplicada y a partir de ahí, quizá, podamos llegar a algunos principios parcialmente predictivos del comportamiento humano. El argumento principal del autor es la poca importancia, en el terreno aplicado, de treinta años de investigación en laboratorio.
Actualmente el debate sigue abierto. Pero parece que los nuevos intentos están más centrados en integrar en un todo la vertiente básica y aplicada y centrándose en la distinción de ciencia como un modo de desarrollar conocimiento científico y cómo aplicar dichos conocientos (Peiró, 1994; Quijano, 1993).