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Analisis Literario de Edipo Rey

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Academic year: 2021

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Edipo rey, de Sófocles

Edipo rey (gr. Oι̉δίπoυς τύραννoς, Oidipous Tyrannos, lat. Oedipus Rex) fue una tragedia griega de Sófocles, de fecha desconocida. Algunos indicios sugieren que pudo ser escrita en los años posteriores a 430 a. C. La tetralogía de la que forma parte tiene fama de haber conseguido solo el segundo puesto en el agón dramático, aun cuando Edipo rey es considerada por muchos la obra maestra de Sófocles, y era admirada especialmente por Aristóteles (en la Poética). Trata de la parte de la historia de Edipo en la que es rey de Tebas y esposo de Yocasta. Cuando se descubre la verdad, que es el asesino de su padre y el esposo de su madre, Yocasta se suicida y Edipo se ciega a sí mismo, pidiendo su destierro a Creonte, hermano de Yocasta.

El concepto de tragedia

La tragedia es imitación (mímesis) de una acción (praxis) de carácter elevado, en un lenguaje bello. La acción trágica implica un cambio de fortuna (metabolé o peripecia) que hace mudar en desgracia la felicidad del protagonista, debido a uno o más errores (hamartías) cometidos con el desconocimiento de las consecuencias que pueden acarrear. El personaje trágico reconoce mediante la anagnórisis, su culpa, su propia identidad o la identidad de los demás. Tras una serie de casualidades que parecen favorecer su comportamiento, desemboca en la catástrofe, final desastroso que tiene como función la catarsis o purificación liberatoria de los espectadores por el sobrecogimiento y la piedad que les provocan los hechos presenciados.

La importancia del coro

En el teatro de Sófocles sólo pueden existir un máximo de tres actores en escena más el coro que actúa a veces como personaje. El coro entra cantando a escena con las estrofas que constituyen la párodos, después a lo largo de la obra canta estrofas líricas que separan los episodios y que reflexionan sobre los mismos, para al final salir de escena en el éxodo o canto final del coro.

Argumento

Peste en Tebas

Edipo, rey de Tebas, se dirige a una muchedumbre de ciudadanos, encabezados por un sacerdote, que se ha congregado para pedir ante el altar de los dioses remedio a la peste que asola la ciudad de Tebas. Para conocer las causas de esta desgracia, el propio Edipo ha mandado a su cuñado Creonte a consultar el oráculo de Delfos para saber cuál es el origen de la peste que azota a la ciudad de Tebas. La respuesta del oráculo es que dicha peste se debe a que no se ha vengado convenientemente la muerte de Layo, el rey anterior: su sangre derramada amenaza con destruir a la ciudad hasta que se encuentre y se castigue a los asesinos.

Predicciones de Tiresias

Edipo pronuncia un bando solemne en el que conjura a todo el pueblo tebano a que colabore en el esclarecimiento del crimen, en él asegura tanto al asesino como al cómplice, que si se muestran, podrán irse sin peligro alguno; a cualquier testigo que haya visto lo sucedido, que lo diga sin temor y Edipo le recompensará. Pero en caso contrario, buscará al asesino, al cómplice y al testigo, se les prohibirá rendír culto a los dioses, nadie del pueblo le hablará, y, será desterrado, y Edipo le maldice, deseándole una vida miserable. Edipo y el coro de ancianos tebanos confían en que el adivino Tiresias lo aclare todo. Cuando llega Tiresias, se produce un diálogo, entre Edipo y éste que degenera en un enfrentamiento, en el que ambos se insultan; ante las palabras del adivino, que dice que Edipo está directamente implicado en el asesinato, (aunque Tiresias al principio no quería hablar sobre lo que sabía, al verse insultado por Edipo como sucio traidor decide hablar en frente de todos los presentes todo lo que sabía, o sea, acusándolo rotundamente de ser la causa de tantas desgracias). Edipo interpreta que se trata de una conspiración del anciano y de Creonte. Tiresias, antes de despedirse, emite confusas predicciones. Señala a Edipo que pesa sobre él una maldición. Acerca del asesino de Layo dice que éste se encuentra cerca, que se cree que es extranjero pero se demostrará que es tebano, que será privado de la vista y exiliado; que será a la vez hermano y padre de sus propios hijos, hijo y esposo de su madre y asesino de su padre. Esas declaraciones envenenan más su locura.

Acusaciones contra Creonte

Entre los ancianos tebanos cunde la duda por las confusas palabras de Tiresias. Creonte aparece indignado ante las acusaciones de conspiración para usurpar el trono que ha hecho Edipo contra él. Edipo argumenta su acusación en que Tiresias, que estaba en la ciudad en el momento del asesinato de Layo, no hubiera realizado entonces ninguna predicción

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y en cambio ahora ha realizado predicciones contra él. Creonte replica que él ya tiene suficiente poder en Tebas y nunca desearía las preocupaciones y problemas que debe afrontar un rey. Además señala a Edipo que no se debe acusar sin pruebas y que si no cree que lo que ha dicho el oráculo de Delfos sea cierto, puede ir él mismo a comprobarlo. También le dice que si Edipo tiene pruebas de que él se ha confabulado con el adivino Tiresias, él mismo se condenará a muerte. Revelaciones de Yocasta

Yocasta, que es esposa de Edipo, ejerce de mediadora en la disputa. Tras conocer los motivos, dice a Edipo que no debe hacer ningún caso de las adivinaciones proféticas y pone como ejemplo un oráculo que predijo a Layo que moriría asesinado por uno de sus hijos. Sin embargo, la muerte de Layo se produjo por asesinato de unos bandidos en un cruce de tres caminos. Al hijo que habían tenido se lo dieron a un campesino para que lo matara, mas le dio pena y solo lo ato de los tobillos abandonándolo en el bosque, esperando su muerte. Yocasta señala que por lo visto, no se había cumplido el oráculo anterior. Sin embargo, Edipo, al conocer los detalles de la muerte de Layo y sus características físicas, se alarma y pide la presencia del único testigo del asesinato. Hay un gran suspenso porque Yocasta no conoce los motivos de ese miedo de Edipo.

Edipo cuenta su historia

Edipo relata a Yocasta cómo sus padres fueron Pólibo y Mérope, reyes de Corinto. En un momento dado le llegaron rumores de que no era hijo natural de ellos y, al consultar el oráculo de Delfos, Apolo no respondió sus dudas y en cambio le dijo que se casaría con su madre y mataría a su padre. Por ello había abandonado Corinto, para tratar de evitar el cumplimiento de esa profecía. Más tarde, en sus andanzas, había tenido un incidente en un cruce de caminos, había matado varias personas y sus características eran las mismas que las conocidas en el asesinato de Layo. La esperanza que tiene Edipo de no ser el asesino de Layo es que el único testigo había afirmado que habían sido varios los asesinos.

Noticias de Corinto

Yocasta manda llamar al testigo y también se presenta como suplicante ante el templo de Apolo para que resuelva sus males. Mientras, llega un mensajero inesperado que trae nuevas noticias sobre los supuestos padres de Edipo en el reino de Corinto. Pólibo ha muerto a causa de su vejez y quieren proclamar a Edipo como rey de Corinto. Yocasta, tras oír las noticias, trata de hacer ver a Edipo que tampoco el oráculo según el cual iba a matar a su padre se había cumplido y por tanto ya no debería de temer el otro oráculo que decía que se casaría con su madre.

El mismo mensajero es conocedor de la circunstancia de que en realidad Pólibo y Mérope no eran los padres naturales de Edipo, porque él mismo lo había recogido cuando era un bebé e iba a ser abandonado por un pastor en el monte Citerón, con las puntas de los pies atravesadas. Al conocer los temores de Edipo, el mensajero le explica estos hechos pasados con la intención de que Edipo se tranquilice. No obstante, el rey de Tebas desea saber más sobre su origen y descubre que el mismo pastor que fue testigo del crimen de Layo había entregado a Edipo, cuando éste era un bebé, al mensajero.

Resolución de los enigmas

La reina Yocasta, tras oír el relato completo del mensajero, ya ha comprendido todo el profundo misterio y sale huyendo después de intentar en vano que Edipo se detenga en su investigación. Por fin llega el testigo del crimen. Es interrogado por Edipo y por el mensajero y en principio se resiste a dar respuestas pero ante las amenazas de Edipo revela cómo el niño que le habían entregado para que lo abandonara en el monte Citerón era hijo del rey Layo y la reina Yocasta y había sido entregado a él para que muriera para impedir que se cumpliera un oráculo funesto y él lo había entregado al mensajero por piedad. Edipo comprende que Yocasta y Layo eran sus verdaderos padres y que todos los oráculos se han cumplido. A partir de esta revelación un mensajero de la casa cuenta todos los detalles del suicidio de la reina Yocasta y la posterior ceguera de Edipo. Edipo aparece con los ojos ensangrentados y pide ser desterrado. Dice que ha preferido cegarse porque no puede permitirse ver, después de sus crímenes, a sus padres en el infierno, a los hijos que ha engendrado, ni al pueblo de Tebas. Creonte pide a los tebanos que se apiaden de Edipo y lo hagan entrar en el palacio. A continuación dice que consultará de nuevo al oráculo para saber lo que tiene que hacer con Edipo. Éste dice que no tenga piedad de él, pide ser desterrado y dice a Creonte que cuide de sus dos hijas, acto que finalmente es consumado. Los últimos versos del Corifeo son una especie de conclusión o moraleja en las que se expresa que incluso aquellos que parecen felices y poderosos están en todo momento expuestos a sufrir desgracias.

El coro

El coro es un personaje colectivo que comenta y juzga lo que ocurre en la tragedia. Durante toda la obra intercala comentarios. Representa al ciudadano tebano, con el cual todos tienen algo en común. A través de él, se van comentando los episodios de la tragedia. En ocasiones el coro habla como si fuera el sentido común.

Intervenciones del coro:

• Primera: después del prólogo para elevar una plegaria a la divinidad con el fin de eliminar la peste.

• Segunda: después de la primera parte que canta su desconcierto y quiere encontrar la causa de la peste por un lado, y por otro siente angustia por las palabras del adivino y por su fidelidad al rey.

• Tercera: medita sobre la profecía que el oráculo hizo a Layo y el destino de éste. • Cuarta: después de la tercera parte dando ánimos a Edipo.

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• Quinta: antes del epílogo en la que canta la desdicha al ver lo que ha sido su rey y en lo que se ha convertido. Temática

De la obra se extraen cinco temas principales:

El más importante es el tema de la fuerza del destino. Es imposible escapar de él y todas las profecías de los oráculos acaban haciéndose realidad. En el caso de Layo, aún habiendo tomado fuertes medidas para que su hijo no lo matara, al final lo mata prácticamente por casualidad y, en el caso de Edipo, ocurre que, intentando huir de su destino (huyendo de Corinto para no matar al que cree su padre), se topa con su verdadero progenitor de frente y le da muerte en un cruce de caminos, ya que éste, junto a las personas con las que viajaba, atacaron a Edipo provocando que se defendiera con más ira de lo pensado.

Otro tema que encontramos es la relación entre Edipo y Yocasta, la cual es, sin que ellos lo sepan, incestuosa. Sigmund Freud llama «complejo de Edipo» a una construcción psíquica cuya característica principal es la orientación sexual en determinada fase de su crecimiento, en la que proyecta sus deseos sexuales sobre el progenitor de sexo opuesto. Freud cita esta obra para ilustrar su tesis de que los deseos incestuosos son una primitiva herencia humana y que el mito griego ilustra esta tendencia recurrente.

El tercer tema que se infiere es la auto-agresión. Edipo se lesiona a sí mismo, cegándose, como castigo por haberse casado con su madre y haber matado a su padre. Aquí también cabe recalcar la importancia del Complejo de Edipo y su ejemplificación en esta obra.

El cuarto tema es el heroísmo. Nietzsche habla de esta obra en el capítulo nueve del Nacimiento de la tragedia. Presenta a Edipo como un transgresor. Él es un héroe condenado a caer por haber intentado llegar demasiado lejos. Al transgredir la naturaleza y las normas sociales, y querer averiguar aquello que está prohibido, Edipo descubre un mundo que está vetado a la vista del resto de los mortales. Él comete una versión masculina, heroica, del pecado original, de la seducción del árbol del conocimiento que condena a la humanidad a abandonar la inocencia. En este caso es su curiosidad y su entereza lo que le estimula a investigar. Ese abandono de la inocencia, de la cómoda ignorancia, es el destino cruel y heroico de Edipo. Y su gesta consiste en su sacrificio. Como Prometeo, él paga por un bien que la humanidad recogerá tras su acción.

El quinto tema es el culto a los dioses. A través de toda la obra se ve claramente reflejada la gran influencia que tenían los dioses en cada uno de los acontecimientos, la manera como éstos regían el destino de los personajes y sobre todo la convicción de que lo que dijeran los dioses era exactamente lo que ellos tenían que hacer, es decir, que el mundo estaba regido por las leyes divinas. Esto indudablemente confirma la mentalidad politeísta de los griegos, para quienes los dioses tenían una importancia absoluta, ya que la mayoría de las cosas giraban en torno a ellos.

Personajes

Personajes Pre-tragedia

Lábdaco: rey de Tebas, padre de Layo. Debido a la gran ofensa que hizo a los dioses,su familia sufriría la furia de las deidades.

Layo: rey de Tebas, hijo de Lábdaco, padre de Edipo, y esposo de Yocasta. Abandonó a su hijo Edipo por un oráculo que decía que lo mataría y se casaría con su esposa Yocasta.

Pólibo: rey de Corinto, y padre adoptivo de Edipo. Personajes de la tragedia

Personajes principales:

Edipo: en la tragedia era el rey de Tebas tras haberse casado con Yocasta. La tradición decía que, por haber librado a la ciudad de Tebas de la amenaza de la Esfinge, los tebanos habían querido tenerlo como rey.

Creonte: es el hermano de Yocasta, queda a cargo de las hijas y del trono de Edipo cuando este se va. • Tiresias: un adivino tebano.

Yocasta: en la obra, era reina de Tebas, habiéndose casado con Edipo una vez que su anterior esposo, Layo, había muerto asesinado.

Corifeo: el dirigente y animador del coro. Personajes secundarios:

Coro de ancianos tebanos.

Mensajero: lleva a Yocasta la noticia de la muerte del rey Pólibo. • Paje: testigo y relator de los últimos sucesos y el desenlace final. • Sacerdote: ministro del culto religioso de Zeus.

Pastor o siervo: anciano, antiguo servidor del difunto rey Layo.

Campesino:testigo que había visto la muerte de Layo y el asesino que era Edipo Estructura

Edipo Rey es una obra dramática con un solo acto, debido a que toda la obra se desarrolla en una unidad de tiempo. El autor se nos presenta como testigo, pues no toma partido ni participa de modo alguno en el desarrollo de la trama.

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La obra es una tragedia al cumplir las tres condiciones necesarias para serlo: poseer personajes eminentes, de elevada condición social; estar contada en un lenguaje solemne y elevado; y terminar con la muerte, suicidio o locura de uno o varios personajes sacrificados por rebelarse contra las leyes del destino.

El lenguaje utilizado es en su mayoría formal donde aparecen recursos estilísticos como metáforas, personificaciones, símiles. La ironía y la ambigüedad son otras características; mientras que el lenguaje del coro, más poético, está lleno de exclamaciones, interrogaciones, invocaciones a los dioses, etc.

Análisis de las partes estructurales de esta tragedia

El prólogo

Agón (exposición del tema): frente al palacio de Tebas, Edipo, su rey, está casado y feliz con cuatro niños. Una peste azota la ciudad y amenaza con destruirla. Edipo habla con los ciudadanos que le piden ayuda por la plaga. Edipo se conmueve ante los resultados de la plaga. Les comunica que ya ha enviado a su cuñado Creonte a consultar el Oráculo en Delfos. Según Creonte, quien ya ha regresado, la plaga la envían los dioses por la presencia del asesino de Layo en Tebas. No desaparecerá hasta que este sea castigado. Edipo pregunta por qué no se castigó al asesino de Layo tiempo atrás. Creonte la responde que todo se debió a que la Esfinge lo impidió con el caos que causó en Tebas. Además, a Layo lo asesinó un grupo de ladrones. Edipo promete resolver el enigma así como resolvió el de la Esfinge.

Párodo

Entra el coro de ancianos que suplica a Zeus, a Apolo y a otros dioses.

La peste es el primer indicio de la intención divina de revelar todo a los hombres. Comienza aquí la ironía trágica: la acción que hemos de presenciar tiene un doble sentido según se la mire desde el punto de vista de los dioses o desde el humano. El verdadero agente es Apolo, Edipo y los tebanos son una especie de títeres de esta acción divina, incapaces de ver y entender lo que en realidad está sucediendo. Esto no es fatalismo ni determinismo, no afecta la libertad humana porque los hombres toman sus decisiones libremente y actúan como quieren, pero los hechos que tienen que afrontar (tal como una sequía o una inundación) no son el resultado de la voluntad humana.

Primer episodio

Edipo da un edicto: todo el que sepa algo del asesinato de Layo debe hablar. Si el asesino confiesa se le perdonará la vida y se le desterrará: nadie le dará ayuda, posada o trabajo, nadie orará con él. Aparece la ironía trágica: el decreto de Edipo recae sobre él mismo aunque él no lo sabe. La ironía trágica siempre implica un sentido más profundo a la situación de la cual el personaje no tiene idea.

Entra Tiresias (esticomitia). Edipo le pide que revele el nombre del asesino para acabar con la plaga. El vidente simula ignorancia. Edipo se enfurece y lo acusa de culpa en el crimen. Tiresias identifica al asesino de Layo: Edipo es el asesino. Ciego de furia, Edipo acusa a Tiresias de culpabilidad con Creonte para destronarlo. Según Edipo, Tiresias es un farsante en complot con Creonte, ¿por qué si es tan sabio no descifró el enigma de la Esfinge? Empieza hybris (soberbia). Predicción de Tiresias: “ciego el que ahora ve”. Aparece la paradoja de la ceguera vidente y de la visión ciega.

Primer estásimo

El coro lamenta que haya controversia. Lo que necesitan es saber la verdad. Las acusaciones son sucias. ¿A quién creer? Tiresias es sabio, pero Edipo nos rescató de la Esfinge, de él no podemos pensar mal. Recordemos que el coro es la conciencia colectiva o voz del pueblo.

Segundo episodio

Entra Creonte y es acusado de traición. Edipo va tan lejos como de acusarlo de atentar contra su vida. Creonte se defiende de la injusticia (“Prudente soy… no practico la traición…”). El coro alaba la razonada y calmada defensa (“un hombre cauteloso ha hablado bien”). El coro censura el ímpetu de Edipo (“Los que piensan rápido nunca están seguros”). Yocasta entra y con anterioridad les ordena a Edipo y a Creonte detener el pleito. El corifeo (jefe del coro) le pide a Edipo que reflexione. Edipo quita sus acusaciones contra Creonte por el bien de la patria (valor del bien común). El coro reitera su fidelidad a Edipo porque salvó una vez la patria. Yocasta cuenta la historia de Layo. Menciona la encrucijada de tres caminos. Edipo empieza a sospechar. Yocasta le asegura que los oráculos no siempre aciertan. Un sirviente escapó de los ladrones, no está aquí en Tebas porque cuando Edipo fue rey, pidió trabajo lejos de Tebas. Edipo está perturbado. Cuenta a Yocasta historia y la predicción de los oráculos. Hay esperanza de que Edipo no sea el asesino si un grupo mató a Layo. Edipo busca ansiosamente la verdad. El coro le pide que no siga, Yocasta también. Pide a su esposa que busque al sobreviviente para estar seguro de su inocencia. Entre más busque Edipo al asesino, más se cierra la red de su destino. Irónicamente Yocasta le asegura que el oráculo no es fiable.

Segundo estásimo

El coro entona la oda “la intemperancia engendra a los tiranos…”. Los hombres altivos de palabra y con los dioses, pueden ser condenados por su soberbia. La oda no menciona a nadie, pero describe a Edipo por su orgullo, su impiedad y su impetuosa irracionalidad.

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Tercer episodio

Yocasta reza ante el altar de Apolo. El mensajero de Corinto llega con “buenas noticias”: el rey de Corinto, supuesto padre de Edipo, ha muerto y el pueblo quiere que Edipo sea su rey. Edipo y Yocasta se regocijan con las buenas noticias. Si el padre ha muerto, ya no debería temer al oráculo que asegura que Edipo matará a su padre. Irónicamente ellos se sienten liberados. Solo queda la profecía de que Edipo se casará con su madre. La escena que sigue es irónica y bien intencionada. El mensajero de Corinto (rhesis = discurso que ya no trae buena noticia), queriendo tranquilizarlos, les cuenta historia pasada: Edipo no es hijo del rey Pólibo y de la reina Mérope. El mensajero en persona encontró al bebé con los pies atados en el monte Citerón y se lo entregó al rey Pólibo. Anagnórisis de Yocasta: Yocasta comprende4 que su marido es el niño que ella y Layo amarraron y mandaron a abandonar en el Citerón. Por esto ruega a Edipo que no inquiera, ni se deprima, ni piense en lo que se acaba de decir: “Ya estoy bastante enferma…” Irónicamente, Edipo está decidió a buscar la verdad hasta sus últimas consecuencias. Piensa que Yocasta no quiere enterarse de su origen humilde. La ironía se acentúa por el orgullo de Edipo de quien se considera hijo de la fortuna.

Tercer estásimo

El coro se deleita en saber que Edipo es hijo de Tebas y respalda el orgulloso cortejo de Edipo. Ellos cantan al posible origen divino de Edipo hijo de Hermes o de Baco.

Cuarto episodio

Anagnórisis de Edipo: Entra el pastor que trabajó para Layo y temeroso revela que Edipo es en realidad hijo de Layo. Él confiesa que no cumplió el encargo de abandonar al niño en el monte movido por la piedad. Se lo entregó al pastor que hoy es mensajero de Corinto. Y llega la catástrofe de Edipo: "he sido convicto de haber nacido de quienes no debía, convivido con quienes no debía, y matado a quienes no era lícito."

Cuarto estásimo

El coro canta una oda trágica que contrasta con la del segundo estásimo (“Oh generaciones de los mortales…). Se advierte a otros que aprendan de la suerte de Edipo y se guarden de ella (hamartía – pecado trágico – heredad).

Éxodo

Rhesis: un mensajero o paje anuncia que Yocasta se ha suicidado gritando al lecho donde un esposo le dio un esposo y un hijo le dio hijos. También cuenta cómo Edipo, cuando vio a Yocasta muerta, le quitó los alfileres de oro que sostenían la túnica y se cegó con ellos: “No veáis, ojos míos…”. El paje cuenta cómo Edipo pide ahora ayuda. Este sale del palacio y clama por el trágico destino que él mismo se ha propiciado. Catarsis: Sófocles considera al hombre responsable de sus actos aun cuando los oráculos predigan su destino. El coro y Edipo cantan alternativamente sus sufrimientos (kommos = canción lírica de lamentación entre el coro y un personaje que ha sufrido una desgracia). Sale Creón y Edipo pide ser desterrado. Prudente, Creón dice que debe consultar la voluntad de Apolo (esticomitia = diálogo violento y rápido). Antígona e Ismene vienen al escenario y Edipo las abraza llorando. Creonte no permite que las hijas acompañen al padre al exilio. El coro termina con la famosa sentencia: “A ningún mortal llaméis feliz hasta que su vida no haya terminado”. Con ello, se produce la catarsis (purificación) del pueblo.

La vida de Edipo, de vidente ciego a ciego vidente, parece traducir una experiencia de la vida humana que podría traducirse así: el hombre vive ignorante o, por lo menos, con un conocimiento muy precario de su propio ser; el significado de su conducta dentro del orden social no depende de él, nunca

puede apreciar en todos sus alcances ni el objeto sobre el cual actúa ni las consecuencias de su acción. El hombre se resiste a creer que sus criterios y medidas no sean valederos fuera de la órbita humana.

Edipo de Séneca

Edipo (Oedipus, en latín) es una tragedia teatral escrita por Lucio Anneo Séneca en el siglo primero. La obra ofrece una revisión del mito de Edipo, que quizá sea más conocido por la obra de teatro griega Edipo rey, del ateniense Sófocles. Al contrario de ésta, el Edipo de Séneca, escrito en latín, no estaba destinada a ser representada en un teatro, sino a ser recitada en reuniones privadas.

Personajes

En la tragedia están presentes los personajes propios del mito de Edipo, a saber: Edipo, rey de Tebas, marido de Yocasta, y supuesto hijo del rey Pólibo de Corinto. Es el protagonista de la obra.

Yocasta, viuda del rey Layo, esposa de Edipo, y hermana de Creonte. • Creonte, hermano de Yocasta y consejero jefe de Edipo en Tebas.

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Manto, hija de Tiresias. La trama la usa para describir el sacrificio de Tiresias a Edipo, y por tanto también al público.

Un Anciano, mensajero de Corinto que informa a Edipo de la muerte de Pólibo, y le cuenta parte del auténtico pasado de Edipo al mismo.

Forbas, un viejo pastor que entregó a Edipo al Anciano cuando aquél era un niño, y que revela a Edipo su auténtico parentesco con Layo y Yocasta.

• Un Mensajero que relata lo que le pasa a Edipo al comienzo del quinto acto. • El Coro de ancianos tebanos.

Trama

Primer acto

La obra comienza con un temeroso Edipo lamentando la plaga que está asolando Tebas, la ciudad de la que es Rey. Los tebanos están muriendo en tan gran número que no hay suficientes vivos para asegurarse de que todas las víctimas de la plaga sean adecuadamente incineradas. También menciona una profecía del oráculo de Apolo previa a su venida a Tebas, según la cual mataría a su padre y se casaría con su madre, razón por la cual abandonó el reino de su padre Pólibo, Corinto. Sin embargo, Edipo se muestra tan afectado por lo que está ocurriendo en Tebas que empieza a plantearse volver a su ciudad natal de Corinto. Yocasta, su mujer, le convence de lo contrario, y Edipo se queda en Tebas.

Segundo acto

Creonte vuelve del Oráculo de Delfos con instrucciones para librar a Tebas de la plaga: la ciudad debe vengar la muerte del viejo Rey Layo si quiere verse libre de la misma. ante esta noticia, Edipo, irónicamente, lanza una maldición al todavía desconocido asesino, deseándole todos «los crímenes de los que yo he huido». El adivino Tiresias aparece, y Edipo le pide que explique el significado del oráculo, esto es, que del nombre del asesino; Tiresias ofrece un sacrificio a los dioses, y procede luego a examinar las vísceras del animal sacrificado, descubriendo augurios horribles, pero ningún nombre. Al no ser capaz de ofrecer el nombre del asesino, Tiresias propone invocar al fantasma de Layo desde el Érebo para que sea éste quien dé el nombre de su asesino.

Tercer acto

Creonte vuelve de hablar con Tiresias, quien acaba de hablar con el fantasma de Layo, pero no quiere revelar a Edipo el nombre del asesino. Edipo lo amenaza, y Creonte acaba por ceder: dice que Layo acusa al propio Edipo de tener sus manos manchadas de sangre y de haber «profanado el lecho nupcial de su padre». Además, afirma que Layo promete que la plaga concluirá si Edipo es expulsado de Tebas. Creonte aconseja a Edipo abdicar, pero Edipo comienza a creer que se ha inventado, junto con Tiresias, toda la historia, para poder hacerse con el trono. A pesar de las protestas de Creonte, Edipo lo hace arrestar.

Cuarto acto

Edipo comienza a sentirse molesto por una tenue memoria que alberga: recuerda haber matado, en su camino a Tebas, a un hombre que se comportó de forma arrogante con él. Mientras tanto, llega un anciano mensajero de Corinto con malas nuevas, pues al parecer su padre el Rey Pólibo ha muerto, y a Edipo le corresponde heredar el trono de Corinto. Como aun teme la profecía de Apolo según la cuál se casará con su madre, se muestra poco dispuesto a volver. Sin embargo, el anciano mensajero le dice que la reina de Corinto no es su madre, pues él mismo recogió a Edipo cuando éste era un bebé en el monte Cítero. Tras amenazar al pastor que entregó el bebé Edipo al anciano mensajero, Edipo descubre que su madre es Yocasta.

Quinto acto

Un nuevo mensajero aparece, llevando la noticia de que Edipo pensó en suicidarse y haciendo después que su cuerpo fuera arrojado a las bestias salvajes, pero que después recapacitó pensando que su crimen merecía un castigo mucho peor, debido al sufrimiento al que había llevado a Tebas. Así, decide castigarse con una muerte lenta; dice querer para sí un castigo con el que «ni se sumará a las filas de los muertos ni morará entre los vivos», tras lo cual se arranca los ojos. Aparece en escena una Yocasta consternada, que dice querer morir ella también, y se arroja a las espada que Edipo está blandiendo. Tras esto, Edipo parte de Tebas.

El papel del coro

El coro al final del acto primero informa sobre la plaga, y cómo se ha desarrollado. Al final del segundo acto, el coro habla del dios Baco, patrón de Tebas. Al final del tercer acto, el coro narra algunos otros sucesos terribles que han acontecido en Tebas. El coro al final del cuarto acto se torna más filosófico, y alaba la vida siguiendo una «segura vía media» frente a la ambición de llegar muy alto, repitiendo el tema de la dorada medianía (aurea mediocritas) de Horacio. Para clarificar esto, relatan la historia de Ícaro como una parábola de aquellos que quisieron volar demasiado alto. No obstante, dejan claro que nadie es capaz de alterar su destino, algo que vuelven a repetir al final del quinto acto, al afirmar que ni Dios ni los rezos pueden alterar la vida a la que cada individuo está predestinado. Este punto de vista es contrario a las enseñanzas del estoicismo, que sostiene que el destino y la divinidad son lo mismo. Además, tampoco es parte de la cosmología estoica el que el destino sea arbitrario y no racional ni benigno, como defiende Séneca en la obra.

Referencias

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