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Las Pteridofitas del Estado de Hidalgo

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Pina con soros

CENTRO DE INVESTIGACIONES BIOLÓGICAS ÁREA ACADÉMICA DE BIOLOGÍA

Directorio

EDITORA GENERAL Consuelo Cuevas Cardona

ASISTENTE EDITORIAL Ulises Iturbe Acosta CONSEJO EDITORIAL Ulises Iturbe Acosta Atilano Contreras Ramos Jesús Martín Castillo Cerón Ma. del Carmen López Ramírez

DIAGRAMACIÓN Y DISEÑO Jesús Martín Castillo Cerón

PÁGINA ELECTRÓNICA Israel Castorena Lemus

AUXILIAR GRÁFICO Alejandra Vianey Rojas Olvera

as pteridofitas son conocidas como plantas vasculares sin semilla.

Comprenden alrededor de 12,000 especies, distribuidas en todo el planeta, en todos los tipos de vegetación y en altitudes que oscilan entre 0 y 5,000 m. Se caracterizan por presentar en su ciclo de vida una fase de tipo asexual o esporofito (productor de esporas), que es dominante, y otra de tipo sexual, o gametofito (productor de gametos), ya sea unisexual o bisexual.

Las pteridofitas (del griego pteris:

helecho y phyta: planta), presentan

características muy variables. Los helechos, que son las plantas más representativas y mejor conocidas de este grupo, poseen diferentes tamaños, formas, colores y tipos de hábitat: crecen sobre suelo, rocas, árboles (epífitas) y agua (Azolla, Marsilea, Salvinia). Otras pteridofitas, no tan diversas, están bien representadas por los equisetos o colas de caballo (Equisetum), las

doradillas (Selaginella), los licopodios (Lycopodium) y géneros menos comunes como Isoëtes, Psilotum y Tmesipteris (Pérez et al., 1993).

Algunas especies de Pteridofitas, de amplia distribución como Equisetum

arvense, Polypodium polypodioides, Pteridium aquilinum y Selaginella lepidophylla, son indicadoras de

perturbación; otras en cambio tienen un alto valor de uso directo como ornamentales o medicinales (Equisetum y Selaginella). El helecho acuático, Azolla sp., es utilizado como fertilizante natural en los arrozales, ya que es capaz de fijar nitrógeno gracias a la relación simbiótica que establece con cianobacterias del género Anabaena, por ello es muy apreciado en México y en otras partes del mundo (Pérez et al., 1993).

La pérdida del hábitat y la presión antropocéntrica son las principales

amenazas para la supervivencia de las especies de pteridofitas en México y en particular en el Estado de Hidalgo. Un ejemplo es la explotación de los helechos arborescentes para obtener el maquique (la gruesa capa de raíces adventicias del tronco), utilizado en los invernaderos como sustrato para orquídeas y otras epífitas (Riba, 1998).

La riqueza de especies de

pteridofitas de México es relativamente bien conocida. El trabajo más reciente y más completo es el libro The Pteridophytes of Mexico de Mickel y Smith (2004), en el que se describen 1,008 especies y 16

subespecies (8.4% del total mundial), 40 de las cuales son nuevos registros para la ciencia.

Figura 1. Phlebodium areolatum (Maguey Verde, Parque Nacional Los Mármoles, Hidalgo).

© Arturo Sánchez González.

En el estado de Hidalgo existe sólo un estudio encaminado específicamente al conocimiento de las pteridofitas de la barranca de Omitlán (Sánchez-Mejorada y Chávez, 1951). Desde 1994, un grupo de investigadores del herbario FCME, del departamento de Biología de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional

Autónoma de México, han realizado estudios sobre la flora vascular (incluidas las pteridofitas) de los bosques mesófilos de montaña de los municipios de

Eloxochitlán, Lolotla, Molango, Molocotlán, Tenango de Doria, Tlahuelompa, Tlanchinol y Xochicoatlán (Luna et al., 2000).

El análisis de los trabajos antes mencionados indica que en Hidalgo hay 21 familias, 50 géneros y 140 especies de pteridofitas (14% de total de especies reportadas para México). A continuación se muestran las familias con mayor riqueza de especies.

L

Volumen 3, No . 1 Abril de 2007

Artículo

Las Pteridofitas del Estado de Hidalgo

Said Ramírez Cruz* y Arturo Sánchez-González**

Revista de Divul gación de la Ciencia

Fronda

ISSN 1870-6371

(2)

Cuadro 1. Familias con mayor número de especies en el Estado de Hidalgo

Familia Especies Pteridaceae 69 Dryopteriaceae 40 Polypodiaceae 33 Selaginellaceae 16 Thelypteridaceae 15

Aspleniaceae 14

Athyriaceae 11 Los géneros más diversos son Polypodium (18 especies), Asplenium (nueve); Cheilanthes (ocho), Elaphoglossum, Pleopeltis y Selaginella (seis); y Cyathea con cinco especies.

Figura 2. Colecta de material en el campo. © Arturo Sánchez González.

El conocimiento de las pteridofitas de Hidalgo todavía es incompleto y se refleja en sus áreas naturales protegidas (ANP). En el plan de manejo de la Reserva de la Biósfera Barranca de Metztitlán, el ANP de mayor extensión territorial del Estado, se reporta la presencia de sólo seis especies y en el Parque Nacional Los Mármoles, la segunda ANP en tamaño, no existe información

referente a las pteridofitas.

En el Herbario del Centro de Investigaciones Biológicas de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, se desarrolla actualmente un estudio cuyo objetivo principal es contribuir a incrementar el

conocimiento de la riqueza de especies de pteridofitas del Parque Nacional Los Mármoles y, por ende, al de la pteridoflora estatal.

El trabajo de campo se ha desarrollado durante 14 meses consecutivos en los municipios de Nicolás Flores, Pacula, Jacala y Zimapán. Para la recolección de ejemplares se han elegido sitios poco perturbados dentro de varios tipos de vegetación: bosques de pino, encino, enebro, mixtos, pastizal y matorral xerófilo.

Los datos son preliminares, hasta el momento se han identificado 11 familias, 24 géneros y 54 especies de pteridofitas (dos especies son nuevos registros para Hidalgo), pero el proceso de identificación aún no

2 HERRERIANA REVISTA DE DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA VOLUMEN 3, N . 1 concluye. Estos resultados indican que el Parque

Nacional Los Mármoles es, hasta el momento, la región mejor explorada y/o con mayor riqueza de especies en el territorio estatal.

Figura 3. Identificación de los ejemplares. © Arturo Sánchez González.

Literatura Citada

Luna, V.I., Alcántara, A.O., Morrone, J.J. y Espinosa O.D. 2000.

Track analysis and conservation priorities in the cloud forests of Hidalgo, Mexico. Diversity and Distribution, 6:137-143.

Mickel, J.T. y Smith, A.R. 2004. The Pteridophytes of Mexico.

Memoirs of The New York Botanical Garden, 88:1-1054.

Pérez-García, B., Riba, R. y Reyes-Jaramillo, I. 1995. Helechos mexicanos: formas de crecimiento, hábitat y variantes edáficas. Contactos, 11: 22-27.

Riba, R. 1998. “Pteridofitas mexicanas: distribución y

endemismo”. En: Ramammorthy, T.P., R. Bye, A. Lot y J.

Fa (eds.). Diversidad Biológica de México. Orígenes y Distribución, pp 369-384.

Sánchez-Mejorada, H. y Chávez, C. 1951. “Breves notas sobre las Pteridofitas de la Barranca de Omitlán, Hidalgo”.

Boletín de la Sociedad Botánica de México, 12: 28-56.

* Alumno de la Licenciatura en Biología, Laboratorio de Sistemática Vegetal, CIB, ICBI, UAEH.

** Profesor-Investigador de Tiempo Completo, Laboratorio de Sistemática Vegetal, CIB, ICBI, UAEH.

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ay gente que piensa que los científicos tienen ciertas características: pelo desaliñado, bata larga y llena de sustancias extrañas, individuos alejados de todo indicio de actividades sociales y, generalmente, medio locos, pero, ¿son realmente estas características lo que hacen a un científico?

VOLUMEN 3, NO. 1 HERRERIANA REVISTA DE DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA 3

Cavilaciones Estudiantiles

¿Quiénes son los científicos?

Ciertamente se requiere de algunas habilidades y un cierto modo de vida, pero un científico es todo aquel ser humano que se pregunta el por qué de las cosas y trata de dar respuestas coherentes utilizando métodos de medición, experimentación y recopilación de datos. Por supuesto, no necesariamente está encerrado en un sótano oscuro o en un frío laboratorio, sino que sale a conocer su entorno, puesto que ésta es la forma de saber qué es lo que hay a su alrededor. Sin embargo, no sólo se pueden conocer las cosas que podemos ver, oír, tocar, sentir o saborear, hay muchas cosas de la vida que son intangibles, como los conocimientos matemáticos o la existencia de las partículas subatómicas.

Ahora bien, hay una pregunta que es necesario aclarar: ¿los científicos nacen o se hacen? Muchas personas nacen con el don de la curiosidad y frecuentemente se preguntan qué es lo que pasa a su alrededor, pero no se dedican a

investigar o a tratar de buscar respuestas. Así, también hay muchas personas que se hacen preguntas y no se conforman sino hasta que encuentran las respuestas que satisfagan su curiosidad. Son éstas las que han obtenido conocimientos novedosos mediante sus investigaciones y los han transmitido a los demás.

Si eres una persona que le interesa conocer el funcionamiento de las cosas, que se plantea preguntas y quiere ser capaz de obtener respuestas brillantes, no lo pienses más y adéntrate al mundo de la ciencia. Aún hacen falta muchos científicos para desentrañar los secretos que celosamente guarda la naturaleza.

José Eduardo Gutiérrez González Alumno de la Licenciatura en Biología, ICBI, UAEH.

l enfoque de la biología celular actual intenta entender procesos particulares mediante el análisis in vitro de sistemas simplificados y controlados. Este enfoque se puede aplicar al estudio de las células, puesto que también se pueden aislar de las influencias a las cuales están sometidas normalmente dentro de los complejos

organismos multicelulares. La capacidad de las células para crecer fuera del organismo que les dio origen, o sea, en cultivo, es uno de los logros técnicos más valiosos en todos los estudios de la biología experimental.

Una rápida revisión de cualquier publicación periódica de biología celular revela que la mayor parte de los artículos describen investigaciones efectuadas en cultivos de células. Las razones de esto son muchas, por ejemplo: la facilidad para obtener células en gran cantidad;

el hecho de que la mayor parte de los cultivos sólo

contienen un tipo único de éstas (monoclonales); la amplia variedad de tipos celulares que pueden crecer en cultivo; la cantidad de actividades celulares diferentes que se pueden estudiar, incluyendo: endocitosis, movimiento, división, paso de moléculas a través de la membrana, síntesis de

macromoléculas; necrosis, apoptosis y diferenciación, que es el proceso mediante el cual las células embrionarias no diferenciadas se convierten en células de tipo altamente

especializado. Además es una oportunidad también para observar cómo los cutivos responden a tratamientos como los fármacos, las hormonas y otras sustancias activas.

Figura 1. Cultivo in vitro de células de miocardio de rata de dos meses de nacida, en contraste de fases con filtro verde, en donde se observa el crecimiento de miocitos relacionándose entre ellos, en una organización histioide, destacan algunas subestructuras celulares. Como manchas obscuras que hemos denominado tigroides (señaladas con flechas). Probable acumulación de proteínas contráctiles. 1600X.

© Mario Segura A.

H

E

Artículo

El cultivo celular como modelo biológico

Mario Segura Almaraz*

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4 HERRERIANA REVISTA DE DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA VOLUMEN 3, N . 1 El primer intento de cultivar células vivientes de

vertebrados fuera del cuerpo se realizó con éxito en 1912 (por A. Carrel y M. T. Burrows). En los siguientes decenios, varios investigadores afinaron las condiciones óptimas para desarrollarlas fuera del cuerpo, libres de contaminación. El crecimiento celular se logró realizar en líquidos obtenidos de sistemas vivientes, como linfa, suero sanguíneo u

homogenizado de embriones. Se observó que las células requieren gran variedad de nutrientes para mantenerse saludables: hormonas, factores de crecimiento y cofactores.

Actualmente se utilizan cada vez más medios completamente “artificiales”, que carecen de suero o de otros líquidos naturales. Como sería de esperar, la composición de estos medios químicamente definidos es relativamente compleja, consta de una mezcla de nutrientes y vitaminas, junto con varias proteínas purificadas, que incluyen insulina, factor de crecimiento epidérmico y otros.

Además de un medio complejo, casi todas las células requieren una superficie apropiada sobre la cual crecer. A diferencia de la mayor parte de las células cancerosas, capaces de hacerlo en suspensión, las células normales requieren un sustrato sólido, como vidrio o

plástico. Una vez asentadas en el fondo de la caja de cultivo, secretan materiales extracelulares como colágena,

fibronectina y laminina, que las ayudan a conservarse fijas al sustrato.

El primer paso para el cultivo es obtener las células.

En la mayor parte de los casos sólo es necesario extraer de un tanque de nitrógeno líquido un frasco de células

previamente cultivadas y congeladas, derretir el contenido del frasco y transferirlas al medio de cultivo. Un cultivo de este tipo se conoce como cultivo secundario, porque las células se derivan de un cultivo previo.

Figura 2. Cultivo in vitro de células musculares esqueléticas multinucleadas de cuadriceps de rata de dos meses de nacida, en contraste de fases con filtro verde, en donde se observa el crecimiento y la formación de miocitos. Destacan algunas subestructuras celulares, como la presencia de muchos núcleos en la región central de la célula (señaladas con flechas). 1600X.

© Mario Segura A.

Por otra parte, en un cultivo primario las células se obtienen a partir del propio organismo. Los cultivos

primarios de células animales se consiguen, en su mayor parte, de embriones cuyos tejidos son más fáciles de disociar en células aisladas. La disociación se efectúa al tratar el tejido embrionario con una enzima proteolítica, como la tripsina, capaz de digerir el material proteico que une a las células. A continuación se hace un lavado para quitar la enzima y, por lo general, se suspende en una solución con la que se eliminan los iones de calcio. Éstos desempeñan un papel clave en la adherencia célula-célula y su eliminación facilita la separación. Una vez disociadas, las células se pueden cultivar directamente.

Las células normales se pueden separar mediante otras técnicas, como la centrifugación diferencial o el uso de un fluorocromo activado. En esta última técnica, la

suspensión de células se trata con un anticuerpo

fluorescente que se une específicamente a la superficie del tipo celular que se intenta cultivar y luego se pasa la

suspensión por un instrumento electrónico capaz de separar las células marcadas con fluorescencia, de las que no lo están. Una vez hecho esto, las células se pueden cultivar.

Las células normales (no malignas) sólo pueden efectuar un número limitado de divisiones celulares (típicamente 50 a 100) antes de sufrir un proceso de senectud y muerte. Debido a eso, muchas de las que son comúnmente utilizadas en los cultivos de tejidos han sufrido modificaciones que les permiten crecer de manera

indefinida. Las células de este tipo se conocen como estirpes celulares y, en condiciones típicas, pueden crecer para formar tumores malignos cuando se inyectan a animales de laboratorio que son susceptibles.

Figura 3. Hemocitos de caracol en su propia linfa de un cultivo de cámara húmeda de 48 horas. Se advierte la endocitosis activa, manifestándose la pinocitosis con movimientos pseudopódicos de la membrana celular (señalados con algunas flechas).

Contraste de fases con filtro verde. 1600X. © Mario Segura A.

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Muchos tipos diferentes de células vegetales también pueden crecer en cultivo. El primer paso en la formación de éstos es tratarlas con una enzima, como la celulasa, capaz de digerir la pared que las rodea. Una vez libres de sus paredes reciben el nombre de protoplastos y pueden crecer en un medio químicamente definido que promueve su desarrollo y división. En condiciones adecuadas, las células pueden crecer en grupos indiferenciados llamados callos, en los cuales se puede inducir el desarrollo de retoños que regeneren plantas nuevas.

Todas estas técnicas han permitido profundizar en el conocimiento de las células, lo que a su vez ha llevado a ampliar lo que se sabe acerca del funcionamiento de los individuos que las portan. Con base en ellas se han

desarrollado y se realizarán en el futuro numerosos estudios, tanto biológicos como médicos.

*Profesor de la Licenciatura en Biología.

Encargado de la Unidad de Material Audiovisual del Centro de Investigaciones Biológicas, ICBI, UAEH.

Noticias de la comunidad académica del CIB

Recopiladas por Atilano Contreras-Ramos

Estimados Lectores: Iniciamos aquí una nueva sección de Herreriana encaminada a dar a conocer noticias de la comunidad académica del CIB. Las noticias presentadas serán diversas, tales como eventos académicos celebrados, estancias de investigación, premios, libros publicados, alumnos graduados, noticias de proyectos y de los programas educativos, en fin, información que la comunidad académica del CIB, de manera espontánea, nos envíe para que se dé a conocer. Así que estaremos a la espera de sus comunicados para los números futuros.

Sobre la Olimpiada de Biología del Estado de Hidalgo

Juan Carlos Gaytán Oyarzún y Ulises Iturbe Acosta

continuación se presenta una relatoría general de la Olimpiada de Biología del Estado de Hidalgo 2006. Esta ocasión, por vez primera, se llevó a cabo en colaboración estrecha con el Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Hidalgo (COCYTEH).

Primeramente, se llevó a cabo la promoción del concurso enviando carteles con la convocatoria a los

diferentes subsistemas de educación pública del nivel medio superior del Estado de Hidalgo, así como a la Dirección General de Educación Media Superior de la UAEH, para que la información se transmitiera a las escuelas propias e incorporadas.

En el concurso participaron estudiantes procedentes de diferentes subsistemas de educación pública del nivel medio superior y de una escuela preparatoria incorporada. A continuación se muestra un cuadro con esta información.

Se presentaron un total de 155 estudiantes a la primera prueba eliminatoria el día viernes 22 de septiembre de 2006, de los que se seleccionaron a los 20 con mayor puntaje y se les impartió un curso intensivo de preparación

en distintos tópicos de biología, con valor curricular por 60 horas, del 9 al 13 de octubre de 2006. En éste participan diez profesores del Área Académica de Biología y una del Área Académica de Química.

Al finalizar este periodo de preparación, se aplicó la prueba eliminatoria definitiva en la que fueron elegidos los seis estudiantes con las mejores calificaciones para conformar con ellos la Delegación que representó al Estado de Hidalgo en la XVI Olimpiada Nacional de Biología, que tuvo lugar del 21 al 25 de enero de 2007 en la Universidad Autónoma de Tlaxcala, Tlaxcala. A continuación se muestra un cuadro con los

nombres de los seis estudiantes de nivel medio superior ganadores de la Olimpiada de Biología del estado de Hidalgo 2006 y la institución de la que proceden.

El abanderamiento oficial de esta Delegación que asistió a competir a la Olimpiada Nacional se llevó a cabo en una ceremonia realizada en el marco de la Semana de Ciencia y Tecnología, en el mes de octubre. En ésta

participaron representantes del COCYTEH y la UAEH. A cada uno de los seis ganadores se le entregó un reconocimiento y un libro científico especializado como premio a su desempeño.

Los días 8 y 9 de enero del presente, se les impartió a estos seis alumnos una segunda etapa de asesoramiento sobre temas específicos con base en la experiencia previa.

A

SUBSISTEMA NÚMERO DE PLANTELES

PARTICIPANTES

CBTIS 5

CBTA 2

CECYTEH 5

COBAEH 14

Telebachillerato del Estado de Hidalgo 5

Escuelas Preparatorias incorpordas 1

Escuelas Preparatorias de la UAEH 4

Total de planteles participantes 36

NOMBRE DEL ESTUDIANTE LUGAR INSTITUCIÓN

Carlos Alberto Acosta Monroy Escuela Preparatoria no. 1, UAEH Delfino Mendoza Benítez Escuela Preparatoria no. 1, UAEH René Fuentes Martínez Escuela Preparatoria Incorporada

“Lic. Jesús Ángeles Contreras” plantel Ixmiquilpan

Elizabeth Contreras Viruegas Escuela Preparatoria Incorporada

“Lic. Jesús Ángeles Contreras” plantel Zimapán

Israel Villlanueva Solís Escuela Preparatoria no. 1, UAEH Óscar Arvizu Contreras Escuela Preparatoria no. 4, UAEH

VOLUMEN 3, NO. 1 HERRERIANA REVISTA DE DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA 5

(6)

6 HERRERIANA REVISTA DE DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA VOLUMEN 3, N . 1 Esta ocasión participaron diez profesores del Área Académica de Biología. Los seis jóvenes mencionados y el biólogo Ulises Iturbe Acosta, en calidad de Responsable de la Delegación asistieron a la XVI Olimpiada Nacional de Biología en Tlaxcala. Finalmente, dos estudiantes obtuvieron medallas para nuestro estado: Carlos Alberto Acosta Monroy, de plata y René Fuentes Martínez, bronce.

Estancia de estudiante en el Laboratorio de Ecología de Poblaciones

El biólogo Román Díaz Valenzuela, estudiante de doctorado, de convenio con la Universidad de Alicante, el Instituto de Ecología A.C. y la UAEH, realizará una estancia de investigación en el Laboratorio de Ecología de Poblaciones del CIB bajo la dirección de su codirector de tesis, el Dr. Raúl Ortiz-Pulido. El trabajo del biólogo Díaz, que tiene un enfoque de redes

mutualistas, versará sobre la interacción espacio-temporal entre colibríes y plantas. El trabajo de este visitante será apoyado por diferentes estudiantes de nuestra licenciatura en biología.

Estancia sabática de profesores del Laboratorio de Biología de la Conservación

Los doctores Claudia E. Moreno Ortega y Gerardo Sánchez Rojas, del Laboratorio de Biología de la Conservación, disfrutan permisos sabáticos otorgados por la UAEH para realizar estancias posdoctorales en el Centro Iberoamericano de la Biodiversidad (CIBIO), de la Universidad de Alicante, España. Desde agosto de 2006, como parte de sus actividades en la Universidad de Alicante, los doctores Moreno y Sánchez desarrollan proyectos de investigación sobre ecología y diversidad de distintos grupos faunísticos, tanto de México como de España, además de evaluar nuevos métodos para la medida de la biodiversidad. Su periodo sabático concluirá el 1 de julio de 2007, cuando los esperaremos de regreso en el CIB para que nos compartan sus experiencias posdoctorales.

ronatura Península de Yucatán A.C. hace convocatorias para los interesados en ir como voluntarios para apoyar los trabajos de conservación que se hacen en esa región del país. El verano pasado tuve la mejor experiencia de mi vida: formar parte de un campamento

tortuguero.

Me asignaron a Holbox, una isla que se encuentra en la parte norte del Estado de Quinta Roo. Ahí llegan tortugas de cuatro especies, las cuales están amenazadas o en peligro de extinción. Éstas son la carey (Eretmochelys imbricata), la blanca (Chelonia mydas), la caguama, (Caretta caretta) y la laúd (Dermochelys coriacea).

Comentario

Una experiencia de conservación es también una experiencia de vida

Verónica Mendiola Islas*

El trabajo comenzaba a partir de las nueve treinta de la noche y por lo general terminaba entre las cinco o seis de la mañana, a veces hasta las siete,

dependiendo de la cantidad de tortugas que arribaran. Parte del trabajo que hacíamos era patrullar por las noches la playa de anidación, que tiene una extensión aproximada de 28 kilómetros. Durante el recorrido era necesario marcar a las tortugas, obtener una serie de datos morfométricos, ubicar nidos y, si era necesario, reubicarlos en lugares más seguros. Aunque no lo parezca, fue un trabajo muy duro, pues no era sólo de subirse a la cuatrimoto y ya, sino que para llegar hasta esta playa debíamos viajar en lancha de quince a veinte minutos desde el pueblo; a veces el mar o las redes de pesca hacían que este trayecto fuera complicado, a veces podía haber sólo unas pocas tortugas y nidos, en otras ocasiones las había en gran número. Sin embargo, lo que hacía que las noches fueran más largas era la cantidad tan impresionante de mosquitos, chaquistes y otros insectos, ¡nunca en mi vida había visto tantos! No hubo una sola noche en la que pudiéramos ir sin cubrirnos todo el cuerpo y, aun así, terminábamos con gran cantidad de piquetes.

P

Figura 1. Tortuga carey (Eretmochelys imbricada) anidando en Holbox. © Verónica Mendiola Islas.

(7)

Otra parte de nuestro trabajo era revisar durante el día aquellos nidos en los que, de acuerdo con los registros, iba a haber eclosión. Se debía inspeccionar cada nido, contar el número de huevos eclosionados y señalar otros datos importantes para estudios posteriores, como el número de huevos inviables, las tortuguitas que habían muerto, etc. En muchas ocasiones nos encontramos con cientos de tortuguitas que estaban a punto de salir a la superficie y teníamos que ponerlas en contenedores para que fueran liberadas por la noche.

Pero no sólo fue una gran experiencia trabajar con las tortugas, también lo fue todo lo referente a vivir en esta isla. Aprendí que la

conservación tiene mucho que ver con el trabajo que se hace con la gente de las comunidades. En Holbox aún hay personas que consumen huevos y carne de tortuga, es parte de sus costumbres y esto no se puede eliminar de un día para otro; sin embargo, algunas personas de esta isla ya se están dando cuenta del peligro de que las tortugas puedan extinguirse, se nota una gran preocupación por estos animales y siempre que es

necesario están dispuestos a ayudar.

Fue aquí donde entendí que la comunicación entre biólogos y comunidad es realmente lo que hace que un proyecto de conservación funcione.

VOLUMEN 3, NO. 1 HERRERIANA REVISTA DE DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA 7 Ahora puedo decir que el ser parte de un campamento tortuguero hace que uno sea una mejor persona en todos los sentidos.

Se conoce la problemática real a la que se enfrentan estos animales. Se deja de ser sólo un espectador para convertirse en parte de la comunidad y es siendo parte de ella como se puede crear mayor conciencia en uno y en los demás, por lo que se logran encontrar formas de trabajo más efectivas.

Por otra parte, el estar cerca de las tortugas y conocer todo lo que tiene que ver con ellas lleva a sentir más respeto y amor por estos animales. Uno se da cuenta de que

realmente valen la pena los esfuerzos de conservación que se hacen, tanto en la Península de Yucatán, como en otros sitios de México. Finalmente, esta experiencia me hizo amar mucho más a mi país y querer trabajar para que no se pierda la

biodiversidad que en él existe.

*Alumna de la Licenciatura en Biología, ICBI, UAEH.

omo dirían dos viejos amigos que se ven de vez en cuando, tenemos mucho de que conversar. Hay aspectos de actualidad, tales como qué modelo de trabajo científico se aplica en México y si es idóneo para el tipo de país que deseamos tener, temas que sin duda son importantes para nuestro quehacer académico y sobre los que es necesario debatir. No obstante, desearía primero compartir brevemente un tema conceptual, presentado hace más de 40 años por el físico John R. Platt, en un artículo frecuentemente citado (Science 146, 1964, p. 347-353), sobre lo que él denominó

“inferencia fuerte” (strong inference, o inducción poderosa, en traducción libre).

A pesar de los años que tiene esa publicación, aparentemente su propuesta no ha permeado el mundo de la ciencia, menos aún el de otras ramas del conocimiento o de la actividad social, como la política, donde sin duda se podría aplicar también.

En pocas palabras, la exposición de Platt se basa en que no todas las ramas del saber científico avanzan al mismo ritmo, sino que algunas, como la biología molecular o la física de alta energía avanzan mucho más rápido (al menos en 1964). La explicación, argumenta Platt, no radica en la calidad de los científicos o en la cantidad de fondos dedicados a cada investigación, sino en un aspecto intelectual. La causa descansa en la aplicación de un tipo de método que combina la inducción tradicional de Francis Bacon, complementada con el “método de las hipótesis múltiples” del geólogo T. C.

Chamberlin, más o menos organizado en los siguientes pasos: 1) diseño de hipótesis alternativas, 2) diseño de un

experimento crucial, o varios de ellos, para corroborar las hipótesis, 3) ejecución del experimento de manera que se obtenga un resultado limpio, 4’) reciclaje del procedimiento con la elaboración de subhipótesis o hipótesis secuenciales para refinar las posibilidades restantes, y así sucesivamente. Para que el método surta efecto debe aplicarse sistemáticamente, en todos los problemas científicos, de manera formal y explícita.

En realidad, lo más difícil podría ser cambiar nuestro esquema de pensar y actuar, de uno orientado al método a otro orientado a los problemas. Otra dificultad es que muchos científicos trabajan sobre una sola hipótesis (posible explicación a una pregunta), por lo cual desarrollan vínculos afectivos hacia ésta. Así, puede haber varios científicos, cada uno en la defensa de su propia hipótesis, lo que por razones sociológicas podría traer un avance más lento en su disciplina.

Platt explicó que en los tiempos clásicos de la biología molecular, podía observarse el pizarrón del laboratorio de Francis Crick en Cambridge, cada mañana, cubierto de árboles lógicos, con rutas a seguirse para intentar responder varias preguntas, es decir, con posibles experimentos que eliminarían algunas de las hipótesis alternativas para cada pregunta, árboles que eran modificados a lo largo del día conforme se iban llevando a cabo los experimentos.

¿Qué ha pasado desde entonces en otros laboratorios del mundo y en otras disciplinas? ¿Por qué la ciencia parece avanzar más rápidamente en unos países que en otros? En cuanto a disciplinas, se puede argumentar que hay algunas que

C

Reflexiones

¿Por qué nuestros pizarrones no se ven como el de Francis Crick?

Atilano Contreras-Ramos*

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8 HERRERIANA REVISTA DE DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA VOLUMEN 3, N . 1 estudian sistemas más complejos, como la biología, en donde los objetos de estudio, por ejemplo las células o las

comunidades bióticas, son heterogéneos y no tienen comportamientos predecibles, como sí ocurre con el movimiento de los cuerpos o de las partículas subatómicas, en el caso de la física. En cuanto a países, una explicación es que no todos destinan el mismo porcentaje del PIB a la ciencia.

Tales argumentos son importantes y poseen cierta validez, pero puede haber otros. Por ejemplo: ¿no estarán ausentes en nuestros laboratorios esos momentos necesarios para sentarse a pensar detenidamente qué preguntas queremos contestar, con qué experimentos u observaciones las podríamos resolver y cuáles serían las explicaciones alternativas que tendríamos que descartar paso a paso, de manera que nuestro árbol lógico en el pizarrón del laboratorio se modifique día a día con nuestros resultados y los de nuestros estudiantes? ¿Es posible hacerlo en medio de los numerosos trámites burocráticos que deben hacerse para conseguir que se libere el dinero necesario para comprar desde un matraz hasta un gramo de reactivos?

Valdría la pena someter a prueba modelos que permitan a los científicos mexicanos dedicar la cantidad y calidad de tiempo a la ciencia equivalente a la que invierten los científicos del llamado primer mundo ¿no lo cree usted, amable lector?

*Profesor Investigador de Tiempo Completo, Laboratorio de Sistemática Animal, CIB, ICBI, UAEH.

Reportaje La Medalla Fields

El Nobel de la Matemática

Ataúlfo Antón Pérez*

o obstante su deschavetado talante, los matemáticos también tienen su “corazoncito”

y son sensibles a cosas tan mundanas como los reconocimientos y las ovaciones.

Para ellos no hay galardón más prestigioso y anhelado que la Medalla Fields, que viene siendo el punto faltante en el testamento del buen Alfred Nobel. En este reportaje nos adentraremos en la historia de este singular premio y compartiremos junto con sus depositarios más de una pasión, poco conocidas al resto de los mortales.

Sin lugar a dudas, una característica netamente humana es la necesidad que tenemos del reconocimiento de lo que hacemos por parte de los demás, como también lo es la irremediable inclinación que mostramos a elogiar al resto de nuestros congéneres cuando algo que han hecho está muy bien hecho -más de uno opinará que estos sentimientos son formas de egoísmo y no otra cosa. (por supuesto, por motivos hermanos, igual se repudia a alguien cuando lo que hace lo lleva a cabo excelentemente, en particular, mejor que nosotros mismos)-. De allí es de donde surgen cosas de lo más nuestras, como los premios: se condecora de alguna forma a todo aquello que resalte de la actividad humana, desde las cosas (obras, descubrimientos, proezas) hasta individuos (músicos, jugadores de futbol); desde los gestos más sublimes (la caridad, el altruismo, la valentía), hasta lo más banal (quien bebe más cerveza, quien se ha prendido más aretes en las orejas,…)

El Premio Nobel

El mundo científico no escapa a ello, por más que se empecinen ciertos grupos suyos en la defensa de la concepción de la actividad científica como algo totalmente ajeno a sus creadores, los humanos. Los científicos son igual de proclives al estrellato y tienen sus formas de justipreciar la labor de algún colega que consideren sea de lo más destacada en su área: el premio nacional de las

Ciencias y las Artes, el Premio Coca-Cola a la Innovación en Tecnología de los Alimentos, el Grand Prix de la Academia Francesa de la Ciencia. Pero ninguno de los ya mencionados, ni de los que pudiera el autor de estas líneas nombrar, se equipara al premio Nobel: ni en prestigio, ni en fama, ni en recompensa, ni en satisfacción personal, ni en suspiros que ha engendrado por él a lo largo de su historia.

Conseguir un premio Nobel es mucho más que sacarse la lotería dentro del mundo de la ciencia.

Como es bien sabido, Nobel creó con su fortuna cinco premios en las áreas que él consideraba reportan más beneficio a la humanidad: Física, Química, Medicina y Fisiología, Literatura y Paz (tendría algo de remordimiento, tal vez, por eso de que él inventó la dinamita). En 1969 el banco de Suecia estableció un premio en memoria del buen Alfred, el premio Nobel en Economía, para así dar un total de seis galardones. Por tanto, dependiendo de las

aspiraciones personales de cada quien hay un Nobelito por allí que pudiera ser nuestro. Sí, nuestro, a menos que nada de lo que hagamos encaje en alguna de las seis categorías (¡lástima de los computólogos!). Y aquí es donde viene la discordia.

Si bien es cierto que más de un grupo de ciencia se siente marginado porque su labor no cae en ninguna de las seis divisiones impuestas por Nobel (como el de los

computólogos), la más obvia objeción que todos, por igual,

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alguna vez le hemos hecho al arquetipo de los premios científicos es: ¿por qué no incluye a todas las ciencias básicas? La impugnación tiene razón de ser, pues claramente se está otorgando una distinción a los más granados científicos en dos de las ciencias más ciencias que hay, la física y la química. Algunos biólogos se muestran contentos con el Nobel de Medicina y Fisiología, aunque los sistemáticos, ecólogos taxónomos,

bioestadísticos, herpetólogos, evolucionistas,…, protesten.

Pero de los básicos, a los que no les toca por definición nada de nada es a los matemáticos. ¿Qué es lo que opinan al respecto los custodios de la reina y la sirvienta de todas las ciencias?

Pues cosa curiosa, los matemáticos viven felices sin el Nobel. Sí, así como lo lee usted, no les interesa para nada, porque para su fortuna pueden desvivirse y poner el sentido de sus vidas en la consecución de otro premio para ellos muchísimo más caro: la Medalla Fields.

¿Qué es la Medalla Fields?

La Medalla Fields es un premio que se confiere a dos, tres o cuatro matemáticos que no sobrepasen los 40 años de edad, dentro del marco que brinda el Congreso Internacional de la Unión Matemática Internacional (IMU, por sus siglas en inglés), y se considera como un

reconocimiento a “logros matemáticos destacados por trabajo existente y por la promesa de futuras realizaciones.”

El galardón consiste en una medalla de oro y la suma de aproximadamente 15,000 dólares canadienses y, tal como su nombre podría sugerir, el premio fue fundado por un matemático de apellido Fields, el buen John Charles, canadiense. La primera medalla se entregó apenas en el año de 1936, siendo regularmente conferida a partir de 1950 hasta nuestros días.

Ésta es, pues, la distinción que todo matemático quisiera obtener, éste es su Nobel. Pero haciendo a un lado el prestigio, la comparación entre la Fields y el premio del buen Alfred no es tan apropiada, pues la primera se confiere cada cuatro años (¡es un evento casi olímpico!) a gente menor de 40 años de edad, su monto no se compara al millón y trescientos mil dólares del Nobel y se da más bien por cuerpo de trabajo que por un resultado notable.

Por si las diferencias fueran pocas, hay una más substancial, que puede ser algo molesta: para conseguir un Nobel en ciencia hace falta mucho trabajo invertido, cierta originalidad, algo de sesos y una muy buena, pero muy buena, pizca de suerte; en el caso de la Fields, todo lo mencionado es menester, pero además se necesita ser un genio en toda la extensión de la palabra. Ninguno de los que la han recibido es simplemente un matemático “que le pegó un buen día al gordo”. El reconocimiento más que para un investigador científico va para una mente creadora, como la de un artista. Por ello más de uno opina que la Medalla Fields es sólo para “los elegidos de los dioses”, mientras que el Nobel sí es para la humanidad entera (en principio).

VOLUMEN 3, NO. 1 HERRERIANA REVISTA DE DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA 9

La Medalla Fields está hecha de oro y lleva por un lado la efigie de Arquímedes, el más grande matemático de la antigüedad, rodeada por la inscripción (en latín):“Para pasar más allá del entendimiento y hacerte amo del universo”, mientras que por otro lado dice: “Los matemáticos de todo el mundo habiéndose congregado la otorgan por escritos sobresalientes.”

¿Quién fue Fields?

John Charles Fields (1863-1932) fue un matemático canadiense que se preocupó mucho por cimentar la tradición matemática de su país. Después de haberse doctorado en Estados Unidos, en 1891 marchó a Europa movido por la gran insatisfacción que el estado de la matemática en América del Norte le causaba. Sus años en Alemania y Francia reforzaron su convicción en la

importancia de la investigación matemática y se mezcló con varios de los más distinguidos matemáticos de su época, tales como Klein, Weierstrass, Fuchs, Frobenius, Hensel y Gösta Mittag-Leffler, con quien trabó una amistad de toda la vida.

Desde su regreso a Canadá, en 1902, Fields trabajó incansablemente para promover la investigación

matemática en su nación. Dentro de sus logros están la creación de varias instituciones científicas que hasta la fecha continúan con la labor por la que fueron creadas (tal son los casos del Instituto Real Canadiense y del Consejo Nacional para la Investigación). Gracias a ese gran empeño que mostraba fue que en 1922 consiguió que Toronto fuera la sede del Congreso Internacional para el año de 1924.

Cabe mencionar que es posible que este fuerte apoyo a la investigación fuera producto de su amistad con Gösta Mittag-Leffler, quien era el director de la facción de

Matemática de la Universidad de Estocolmo y partidario de la idea de que “la Universidad debería dedicarse al

aprendizaje y a la investigación libres del más alto nivel y no preocuparse por exámenes y requerimientos de grado”.

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Pero no fue sino hasta 1931 que Fields mencionó su intención de crear un premio. Durante la sesión de enero de 1932 del comité organizador del Congreso Internacional de 1936 en Oslo, Fields propuso la idea ante los miembros de la junta. El origen de la regla sobre el otorgamiento de la distinción a matemáticos menores de 40 años es

evidentemente el enunciado de que “…mientras que fuera en reconocimiento del trabajo ya hecho, sería al mismo tiempo pensada como un fomento para logros adicionales de parte de los laureados y un estímulo para renovar esfuerzos por parte de los otros.” Además, dio

especificaciones sobre la presea: “la medalla debería ser de carácter tan puramente internacional e impersonal como sea posible.” La Unión aceptó la iniciativa y se encomendó a Fields todo lo concerniente a su ejecución.

Desgraciadamente, Fields cayó enfermo en mayo de 1932 y murió en agosto.

El primer jurado de la medalla estuvo integrado por G.D. Birkhoff, Carathéodory, E. Cartan, Severi y Takagi, y los primeros medallistas fueron el finés Lars V. Ahlfors y el estadounidense Jesse Douglas.

¿Por qué no hay Premio Nobel en Matemática?

Por fin llegamos al punto de la historia por el que seguramente más de uno estaba esperando. ¿Por qué no hay Nobel en matemática? La leyenda es bastante deliciosa y vale la pena contarla: la esposa de Nobel tuvo amoríos precisamente con Gösta Mittag-Leffler, el gran matemático sueco que tanto ayudó a muchos otros, incluyendo a Fields.

Nobel jamás perdonó a Mittag-Leffler y, estando en el lecho de muerte, consultó a los consejeros científicos que lo ayudaban en la redacción de su testamento sobre un posible premio para matemáticas, la pregunta era si Mittag- Leffler podría ganarlo. Como la respuesta fue: “sí”, Nobel susurró: “Entonces no habrá.” A pesar de lo lindo que se lee esto, no hay nada cierto sobre tal historia, comenzando por el hecho de que Nobel jamás se casó. Sin embargo, hay otra evidencia que muestra que Nobel y Mittag-Leffler efectivamente se odiaban. De acuerdo con una carta de J. L.

Synge, secretario de Fields, a H. S. Tropp, Fields le comentó acerca de esta animadversión, misma que Synge por su parte constataría en Suecia. Nobel rechazó en 1890 la propuesta de Mittag-Leffler para darle una cátedra a Sonya Kovaelvskaya (una gran mujer matemática) en la Universidad de Estocolmo, donde Mittag-Leffler era profesor.

También Nobel modificó su testamento, retirando a la Universidad de Estocolmo como beneficiaria. El rector de la Universidad de Estocolmo en aquel entonces, Otto

Petterson, y Svante Arrhenius, profesor de la misma, hicieron del conocimiento general que el disgusto de Nobel con Mittag-Leffler produjo que a la institución se le retirara tan gran financiamiento. Y aquí es donde uno se pregunta si la hostilidad entre Nobel y Mittag-Leffler, y la amistad entre Mittag-Leffler y Fields, fueron los factores para que el último estableciera su premio. Lo más irónico del caso es que tanto Arrhenius como Mittag-Leffler jugaron un papel decisivo en el moldeamiento del Premio Nobel durante sus primeros años de existencia.

10 HERRERIANA REVISTA DE DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA VOLUMEN 3, N . 1 Gösta Mittag-Leffler

El Glorioso Año 2006

Para darnos una idea de cómo es todo lo que se ha descrito hasta el momento, qué mejor oportunidad se nos presenta, pues para ventura de todos nosotros, el año pasado se celebró el Congreso Internacional, en la ciudad de Madrid, España, del 22 de agosto al 5 de septiembre. El suceso fue extraordinario y hubo de todo. La Dra. Olivia Gutó Ocampo, investigadora del Centro de Investigaciones Matemáticas (CIMA) de la UAEH estuvo en el evento y nos comenta lo siguiente: “El Congreso inundó a Madrid del ambiente matemático. Por todos lados de la ciudad se veían imágenes alusivas al acontecimiento, desde grabados de Escher hasta fractales y esculturas que reflejaban varios conceptos geométricos y topológicos importantes o simplemente bellos, y la prensa a diario cubría lo más relevante de la jornada. Inclusive en los restaurantes se contagiaron de la euforia matemática y los meseros y cocineros querían saber algo de nuestra ciencia.”

Y el primer día de la fiesta se hizo el gran anuncio:

los ganadores de la Medalla Fields del año 2006 son:

Andrei Okunkov

“Por sus contribuciones que tienden un puente entre la probabilidad, la teoría de representación y la geometría algebraica.”

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Grigory Perelman

“Por sus contribuciones a la geometría y su revolucionaria penetración en la estructura geométrica y analítica del flujo de Ricci.”

Terence Tao

“Por sus contribuciones a las ecuaciones diferenciales en derivadas parciales, a la combinatoria, a análisis armónico y a la teoría aditiva de números.”

Y Wendelin Werner

“Por sus contribuciones al desarrollo de la evolución estocástica de Loewner, la geometría del movimiento browniano bidimensional y la teoría conforme de campos.”

Si el lector no ha entendido nada de lo que se reseña como las contribuciones de estos cuatro

matemáticos, no se apure, que el que redacta estas líneas no comprende más que una pequeña porción de las mismas.

La Dra. Gutó comparte con nosotros su vivencia en la ceremonia de premiación: “Estar presente en esa

VOLUMEN 3, NO. 1 HERRERIANA REVISTA DE DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA 11 ceremonia fue algo muy emocionante, pues no lo leí o me lo contaron, sino que estuve allí. Además, todos los presentes en la sala ignorábamos quiénes serían los laureados…

poder escuchar de viva voz a los premiados hablando sobre las maravillas que son sus aportaciones es algo que hace que se te enchine la piel.”

Sobre el suceso también pedimos su opinión al Dr.

Alberto Verjovsky Solá, investigador del Instituto de

Matemáticas de la UNAM-Cuernavaca, quien tiene fama de acertar siempre sobre quiénes serán los galardonados con la medalla cada cuatro años, además de que es

considerado como el mejor matemático mexicano que reside en el país. El Dr. Verjovsky nos comenta con su particular sentido del humor: “por primera vez en tantos años mis pronósticos me fallaron, y qué bueno que no hice ninguna apuesta: de los cuatro sólo a dos les atiné, que fueron Perelman y Tao. Los otros dos constituyen una revelación para mí, lo cual está bien, porque es la primera vez que se concede el premio a probabilistas, signo

inequívoco de que se están abriendo más los espacios para otras ramas de la matemática que no son tan clásicas y que no tienen tanta tradición como el análisis, la topología o el álgebra.” Y sobre el trabajo de Perelman dice: “Yo estaba seguro de que la belleza geométrica al cien por ciento de sus ideas y métodos no podrían pasar desapercibidos. Qué lástima que no le dieron la presea por su demostración de la Conjetura de Poincaré, que yo creo está correcta.”

Dos de los laureados dieron mucho de que hablar:

Terence Tao, porque a sus 32 años de edad es el más joven matemático que ha sido condecorado con la Fields, y Gregory Perelman, porque fue el primer galardonado que rechazó la medalla.

“Eso fue un escándalo”, nos cuenta el Dr. Verjovsky,

“la versión oficial precisamente no declara nada, pero en el medio se sabe que la decisión de Perelman obedece a que no le dieron el premio por su demostración de la Conjetura de Poincaré, sólo porque nadie es capaz de entenderla, lo cual lo ha enfurecido enormemente. Por desgracia, hasta ahora los más grandes expertos no pueden emitir un fallo contundente al respecto.”

Perelman no sólo rechazó la insignia, sino que también renunció a su puesto en el Instituto Steklov de San Petersburgo y ahora vive a las afueras de dicha ciudad con su madre y sin trabajo, completamente decepcionado del resto de sus congéneres. No obstante todo el barullo, el comité Fields decidió no retirarle la medalla.

Ahora el director del Instituto de Matemáticas de las UNAM, el Dr. Javier Bracho, mejor conocido en el medio académico como El Roli, nos relata algo sobre la tan mentada Conjetura de Poincaré: “Para los matemáticos del siglo XX, la conjetura era uno de los problemas más importantes, pues es una de las que más han desarrollado esta ciencia. Veamos de qué se trata: si todo lazo en cierto tipo de espacio tridimensional (llamado 3-variedad) puede ser encogido hasta ser un punto, el espacio es equivalente a una esfera. Poincaré sugiere que cualquier 3-variedad sin

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hoyo debe ser una esfera. Esa “cualquier” cosa debe ser lo que los matemáticos llaman compacto, con una extensión finita: si caminas alrededor de la Tierra, a fuerza regresas a donde comenzaste. Ahora, en el caso de dos, cuatro o cinco dimensiones, es “fácil” su estudio. La cosa se complica con la tridimensionalidad. Perelman hizo avances sustanciales en una pregunta que tenía cien años. Mezcló la topología con la geometría diferencial y con la geometría clásica. Las ideas geométricas de cómo lo resolvió son muy bonitas.”

Sobre las aplicaciones prácticas del trabajo de Perelman, el Dr. Bracho explica lo siguiente: “Para que haya aplicaciones prácticas le falta a la tecnología un par de siglos. En cosmología podría tener implicaciones, en cuanto a cuál es la forma del universo, aunque, al fin y al cabo, la importancia no es de futuras implicaciones, sino de que se logra un entendimiento profundo de un fenómeno

matemático complicado. Es un logro de la humanidad.”

Y mientras Perelman rechazó los laureles, “para el resto de los matemáticos es una gran celebración; para todos, con un poco de envidia”, termina el Dr. Bracho medio en broma agridulce. Después de todo, los matemáticos no son tan ajenos a este mundo y sus cosas, como a uno se le antojaría, y menos a las vanidades de las insignias y los trofeos.

¿Cuántos matemáticos han gando un Premio Nobel?

Para responder esta pregunta qué mejor que ver el listado de todos ellos:

R. J. Aumann 2005 Economía

J. Pople 1998 Química

J. F. Nash 1994 Economía

H. Hauptman 1985 Química

G. Debreu 1983 Economía

L. Kantorvich 1975 Economía

K. Arrow 1972 Economía

B. Russell 1950 Literatura

12 HERRERIANA REVISTA DE DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA VOLUMEN 3, N . 1

¿Alguien que no sea matemático ha ganado una Medalla Fields?

La respuesta, por inverosímil que parezca es SÍ. El físico estadounidense Edward Witten en 1990 tuvo el enorme privilegio de conseguir lo que muchos matemáticos sintieron les pertenecía. A pesar de no ser matemático de formación y de distar mucho de serlo, Witten posee un dominio práctico de parte de la más avanzada matemática que hay, lo que le ha permitido tener ideas brillantes en física teórica que después han aportado nuevo material a la matemática; de hecho, su trabajo fue el material para que Shing-Tung Yau obtuviera la Medalla Fields cuatro años antes que Witten. Por supuesto, hubo quien no estuvo de acuerdo, como Serge Lang (1927-2005), quien opinó que no era posible que se le diera el premio más significativo en matemática a una persona que en su vida jamás había demostrado un teorema.

Literatura Citada

Anónimo. 2006. “2006 Field Medal awarded”. Notices of the AMS, 53 (9).

Neyman, Abraham. 2006. “Aumann awarded Nobel Prize”. Notices of the AMS, 53 (1).

Riem, Carl. 2002. “The early history of the Fields Medal”. Notices of the AMS, 49 (7).

* Alumno de la Licenciatura en Matemáticas Aplicadas, ICBI, UAEH.

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VOLUMEN 3, NO. 1 HERRERIANA REVISTA DE DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA 13

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14 HERRERIANA REVISTA DE DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA VOLUMEN 3, N . 1

Figura 1. Murciélago frugívoro, Sturnira ludovici en San Pablo Tetlapayac, Hidalgo. © Alberto E. Rojas Martínez

os murciélagos son un grupo de mamíferos único y enigmático, que cuentan en el mundo con

aproximadamente 926 especies agrupadas en 17 familias;

lo que constituye el segundo grupo de mamíferos más grande después de los roedores. A excepción de la Antártida, los murciélagos habitan en prácticamente todos los ecosistemas terrestres, donde explotan una amplia gama de recursos alimenticios, en los que se incluyen néctar, polen, frutas, tejidos florales insectos, pequeños vertebrados y sangre,. Debido principalmente a la falta de conocimiento, los murciélagos han sido objeto de rechazo entre la población, al considerarlos como animales dañinos y agresivos. Sin embargo, este tipo de aseveraciones no tiene ningún fundamento y el pensamiento descrito demuestra la profunda ignorancia que tenemos acerca de estos animales y la falta de interés por conocer sobre ellos.

Contrariamente a lo que se piensa, estos animales son de gran utilidad para la conservación de la naturaleza; éste es el caso de los murciélagos que se alimentan de productos vegetales. En el Estado de Hidalgo, existen 44 especies de murciélagos, 25 de ellas habitan en la Barranca de

Metztitlán; siete son de hábitos frugívoros y cuatro nectarívoros. En estas notas hablaremos de su función dentro de la Reserva de la Biosfera Barranca de Metztitlán, Hidalgo.

Articulo

Murciélagos, flores y frutos en la Barranca de Metztitlán.

Una relación desconocida

Cristian Cornejo Latorre*

Alberto Enrique Rojas Martínez**

Melany Aguilar López*

Sergio Daniel Hernández Flores*

Gabriel Juárez Castillo***

Figura 2. Murciélago nectarívoro, Leptonycteris curasoae ingiriendo néctar de Agave sp en Pachuca, Hidalgo.

© José Antonio Soriano Sánchez

Murciélagos herbívoros

Con la mala fama que tienen los murciélagos, cuesta trabajo pensar que existen algunos que se alimentan exclusivamente de productos vegetales y que favorecen a la naturaleza. Los murciélagos en general son pequeños y su peso varía de 12 a 80 gramos según la especie. Los animales que se alimentan de néctar y polen tienen una serie de adaptaciones morfológicas que les permiten alimentarse de estos recursos florales; como ejemplo, el hocico alargado y estrecho para insertarlo sin dificultad en las corolas, las alas amplias que les permiten mantenerse suspendidos en el aire mientras ingieren el néctar y el polen, su olfato altamente desarrollado los lleva a identificar rápidamente el olor producido por las flores. La lengua que es larga y elástica, está dotada de papilas que pueden recoger una gran cantidad de néctar y polen. Los murciélagos que comen fruta tienen el rostro corto y grandes colmillos para arrancar la fruta y también tienen grandes molares para triturar la pulpa.

L

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Plantas polinizadas y dispersadas por murciélagos herbívoros

Debido a nuestros hábitos diurnos, tenemos poco conocimiento de la gran cantidad de plantas que producen flores que se abren sólo durante la noche. Estas plantas, que son polinizadas y dispersadas por murciélagos, tienen flores grandes y fuertes que producen altas cantidades de néctar (con una concentración de azúcares de 17-22%) y polen. Este tipo de flores se producen en la periferia de las plantas, presentan colores claros o verdosos y tienen un olor fuerte que atrae a los murciélagos, que las localizan rápidamente. Los frutos son suaves y su pulpa por lo general es de consistencia suave y viscosa, sus nutrientes son suficientes para que estos animales obtengan la energía necesaria para su existencia.

Importancia ecológica de los murciélagos herbívoros

Los murciélagos herbívoros y las plantas que los alimentan se necesitan mutuamente. Las interacciones entre ambos son de vital importancia para el mantenimiento de la integridad del medio ambiente. En la Reserva de la Biosfera Barranca de Metztitlán, las cactáceas columnares, los ágaves y los árboles tropicales –plantas de gran

importancia ecológica para el buen funcionamiento de los ecosistemas secos de la región- intercalan sus épocas de floración y/o fructificación a través del año, lo cual asegura a los murciélagos herbívoros contar con alimento continuo durante todo el año. Los murciélagos regresan este favor polinizando las flores y dispersando las semillas. Los recursos florales y la fruta son recursos estacionales que pueden ser escasos en algunas épocas del año, por lo que los murciélagos altamente especializados a ellos, se ven obligados a moverse de un lugar a otro, buscando sitios en donde existan en cantidad suficiente. Por lo anterior, periódicamente las poblaciones de murciélagos cambian sus lugares de alimentación y sincronizan sus temporadas de reproducción, así las crías nacen en la temporada de abundancia de alimento.

En la Barranca de Metztitlán se han identificado 28 especies de plantas que proporcionan alimento a los murciélagos herbívoros. Doce son magueyes, de los que obtienen néctar y polen; siete son cactáceas columnares que les proporcionan, además del néctar y el polen,

grandes cantidades de fruta de consistencia suave; y nueve especies son árboles tropicales que proporcionan polen, néctar y/o fruta para estos animales.

La interacción entre las plantas y los murciélagos es de gran importancia para la estructura de las comunidades vegetales de la Barranca, debido a que cuando estos animales se alimentan de fruta, dispersan las semillas en el ambiente, con lo cual mantienen estable la abundancia de las plantas y la biodiversidad. Pachycereus weberi es una especie de cactácea columnar que se distribuye en los estados de Guerrero, Michoacán, Morelos, Oaxaca y Puebla. Recientemente fue localizada en la localidad de San Pablo Tetlapayac, en la Barranca de Meztitlán, evento que se puede explicar por la transportación de las semillas por parte del murciélago de rostro largo menor

VOLUMEN 3, NO. 1 HERRERIANA REVISTA DE DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA 15

Leptonycteris curasoae, hasta las proximidades de su cueva.

Figura 3. Murciélago frugívoro, Sturnira ludovici perchado en un árbol de mangos, en San Pablo Tetlapayac, Hidalgo. © Melany Aguilar López.

Los murciélagos nectarívoros L. curasoae, L.

nivalis, Choeronycteris mexicana y Glossophaga soricina que habitan en la Barranca de Meztitlán son los principales polinizadores de los magueyes, los cuales son la base para la producción de pulque, tequila y mezcal en México.

Económicamente y ecológicamente estas plantas son importantes debido a que ayudan a controlar la erosión del suelo y aceleran los procesos de sucesión natural en áreas degradadas. Los murciélago también son polinizadores de algunas cactáceas columnares endémicas y amenazadas de la Barranca, tales como el viejito (Cephalocereus senilis) y de otros cactus que representan recursos económicos significativos para la población humana

(como leña, flores y fruta). En las partes más húmedas de la Barranca polinizan al chicozapote (Manilkara zapota), al mango (Mangifera indica) y al nogal (Juglans regia). Estas plantas son fundamentales porque contribuyen a conformar la compleja estructura vegetal del hábitat, además de mantener la riqueza de las especies de murciélagos y proporcionarles alimento. Afortunadamente son cultivados por los pobladores locales, pues les proporcionan recursos económicos adicionales.

Los murciélagos frugívoros son indispensables para conservar el bosque tropical caducifolio de la Barranca, por su papel en la dispersión de semillas de muchas plantas y son especialmente importantes para la regeneración natural de áreas naturales degradadas. Cabe señalar que los del género Artibeus se han descrito como dispersores importantes de semillas, especialmente de muchas especies de plantas tropicales con semillas grandes y de otros, como los higos silvestres (Ficus sp.). En la Barranca de Metztitlán, el nogal y algunas especies de zapotes son dispersadas de esta forma, por lo que los murciélagos promueven la conservación de los árboles frutales en las cañadas. Por otra parte, los murciélagos de hombreras (género Sturnira) dispersan las semillas de otras familias, como las Moraceae, Solanaceae y Piperaceae.

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Figura 4. Murciélagos del género Artibeus en Tolantongo, Hidalgo.

© Alberto E. Rojas Martínez.

Problemática y Conservación

No hay duda de que los murciélagos polinizadores y dispersores juegan un papel esencial en la conservación de la naturaleza. En los ecosistemas áridos y semiáridos, como la Barranca de Metztitlán, sus actividades alimenticias favorecen la estabilidad y la diversidad de las comunidades vegetales. Sin embargo, sus poblaciones son vulnerables porque se reproducen lentamente, más que cualquier otro mamífero de igual tamaño, y porque una sola cueva alberga a miles de animales y por tanto puede ser crucial para la

16 HERRERIANA REVISTA DE DIVULGACIÓN DE LA CIENCIA VOLUMEN 3, N . 1 sobrevivencia de una sola especie. Es así que la

destrucción y la fragmentación de áreas extensas de vegetación con fines agrícolas y la perturbación de los refugios de los murciélagos son factores que afectan gravemente a las poblaciones.

En muchas ocasiones los refugios de los

murciélagos herbívoros son destruidos por personas que los confunden con el murciélago vampiro Desmodus rotundus, una especie hematófaga que muerde frecuentemente al ganado. Por esta razón es fundamental dar asesoría a los pobladores locales sobre la diversidad y la importancia ecológica de los murciélagos. Sólo así va a disminuir el riesgo de que sus refugios sean perturbados o destruidos y se afecte a estos animales que, como se ha dicho, son indispensables en los ecosistemas de regiones como la Barranca de Metztitlán.

También es importante proponer y promover medidas de conservación integrales, basadas en un

enfoque a nivel del ecosistema, que permita la conservación de grandes grupos de especies mutualistas (i. e. agaves, cactáceas columnares y murciélagos herbívoros), más que la conservación de ciertas especies en particular. No sabemos qué pasaría si los murciélagos o algunas plantas importantes desaparecieran; lo que sí es seguro es que hechos así tendrían repercusiones ecológicas y económicas muy graves.

* Alumno de la Licenciatura en Biología, Laboratorio de Ecología de Poblaciones, Centro de Investigaciones Biológicas, ICBI, UAEH.

** Profesor Investigador de Tiempo Completo, Laboratorio de Ecología de Poblaciones, CIB, ICBI, UAEH.

*** Parque Nacional el Chico, Hidalgo.

sta y otras preguntas recurrentes sobre la validez de nuestra actividad deben hacerse, dada la creciente falta de apoyo a la ciencia. Debe responderse positivamente para continuar en la dirección correcta, con la convicción de que todos los enfoques de la ciencia son necesarios e importantes.

Definición del problema

Como ya sabe el lector interesado en temas científicos, es común la disyuntiva entre apoyar a la ciencia pura o sólo a la ciencia aplicada, suponiendo que exista esta separación.

El caso de la biología y en particular de disciplinas como la sistemática, la evolución y la paleontología son de particular interés para el Centro de Investigaciones Biológicas de la UAEH, ya que una parte considerable de sus investigadores

Articulo

¿Es válido estudiar paleontología, sistemática y evolución en México?

O la falsa disyuntiva entre ciencia aplicada y ciencia básica.

Carlos Esquivel Macías*

abordan temáticas relacionadas. En años recientes, incluso hemos escuchado a personajes del medio científico de la biología recomendar que se piense en términos de ciencia

“útil”, para no entrar en esa vieja disputa; por lo tanto, con ese criterio de utilidad en mente también cabría preguntar

¿se hace ciencia inútil?, y si es así ¿quién la hace?, y ¿en dónde pagan por hacerla? Por ello conduciré una reflexión preliminar sobre este particular, ya que hablar de ciencia siempre es tratar de una actividad útil o simplemente no es posible llamarle ciencia.

Esta aseveración es pertinente porque, hasta donde entiendo, la ciencia es una actividad intelectual generadora de conocimiento que se ha formalizado a lo largo de muchas generaciones por medios filosóficos y empíricos como capaz de resolver problemas teóricos, metodológicos y técnicos en cualquier área del saber. Hacer ciencia consiste en responder preguntas y después, si

É

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