VIGILIA
POR LA VIDA
¿Por qué buscar entre los muertos al que vive?
Material preparado por el
Departamento de Liturgia y el Departamento de Vida y Familia.
Curia Metropolitana de San José.
2022
Junto a las primeras testigos de la resurrección adoremos
al Señor de la Vida
EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO
Mientras se expone el Santísimo Sacramento
CANTAMOS
El SEÑOR HIZO EN MÍ, MARAVILLAS,
¡GLORIA AL SEÑOR!
¡Engrandece mi alma al Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador!
Se inclinó a la pequeñez de su esclava;
desde ahora dichosa, me dirán todos los siglos.
Maravillas hizo en mí el Poderoso y Santo es su Nombre.
Su bondad por los siglos de los siglos, para aquellos que le temen.
Desplegó fortaleza su brazo, dispersó a los soberbios.
Derribó a los potentados de los tronos, y encumbró a los pobres.
A los hambrientos llenó de bienes
y a los ricos despidió vacíos.
Acogió a Israel su siervo, recordando su bondad.
Según habló a nuestros padres,
en favor de Abraham y su linaje para siempre.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN INICIAL
Señor Jesús, amigo nuestro, enséñanos a descubrirte resu- citado y glorioso, como lo hizo María Magdalena en la ma- ñana de Resurrección.
Enséñanos a comprender tu misterio pascual y adorarte y venerarte con firme fe, como María tu Madre, Juana, María de Salomé y María, la madre de Santiago.
Cada vez que nos reunimos junto a ti, hecho sacramento y presencia, venimos agobiados y cansados por los afanes cotidianos. Venimos a ti, a tu encuentro, para desahogar nuestros corazones y encontrar descanso y alivio a nues- tras fatigas.
Haz que escuchemos tu voz y escucha nuestras palabras de acción de gracias y de súplica. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
CANTAMOS
En la mañana de Resurrección caminan al sepulcro
donde está el Redentor se preguntan al marchar quién moverá, quién abrirá, la tumba donde está el Señor.
EL SEÑOR NUESTRO DIOS, RESUCITÓ ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
En la mañana de Resurrección vivimos la esperanza
de un futuro mejor ser testigos del Señor exige cambiar, exige luchar, por un mundo de justicia y paz.
AGRADECEMOS
Oración de Acción de Gracias por la Iglesia
(Tradición Armena)
Enséñame, Señor a decir: ¡Gracias!
gracias en distintos idiomas, gracias a las distintas personas pero, sobre todo, Señor,
gracias porque... ¡existes!
Gracias por tu Eucaristía, gracias por tu Madre,
gracias por todos y cada uno de tus hijos,
mis hermanos,
que día a día colocas junto a mí.
Gracias, en fin, por haberme enseñado a darte y a dar las gracias.
Junto con todas tus criaturas,
las que te las hayan dado antes que yo las que no sepan no contesten a tu amor o las que ni siquiera se hayan enterado.
Deseo desde ahora que mis palabras sean simple y sencillamente éstas:
¡Gracias! ¡A todos! ¡A Tí, Señor!
CANTAMOS
HOY SEÑOR, TE DAMOS GRACIAS, POR LA VIDA, LA TIERRA Y EL SOL.
HOY SEÑOR, QUEREMOS CANTAR, LAS GRANDEZAS DE TU AMOR.
Gracias Padre, mi vida es tu vida, tus manos amasan mi barro, mi alma es tu aliento divino, tu sonrisa en mis ojos está.
ESTRIBILLO.
Gracias, Padre, Tú guías mis pasos, Tú eres la luz y el camino,
conduces a Ti mi destino, como llevas los ríos al mar.
ESTRIBILLO.
Gracias, Padre, me hiciste a tu imagen y quieres que siga tu ejemplo
brindando mi amor al hermano, construyendo un mundo de paz.
ESTRIBILLO.
ESCUCHAMOS LA PALABRA
Cántico Jdt. 16, 2-3. 15 -19¡Alabad a mi Dios con tambores, elevad cantos al Señor con cítaras,
ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza, ensalzad e invocad su nombre!
Porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras, su nombre es el Señor.
Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:
Señor tú eres grande y glorioso, admirable en tu fuerza, invencible.
Que te sirva toda la creación, mandaste y existió;
enviaste tu aliento y la construiste, nada puede resistir a tu voz.
Sacudirán las olas los cimientos de los montes, las peñas en tus presencias se derretirán como cera, pero tú serás propicio a tus fieles.
Del santo Evangelio según san Lucas 24, 1-11
El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado. Ellas encontraron removida la piedra del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes.
Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levan- tar la vista del suelo, ellos les preguntaron: «¿Por qué bus- can entre los muertos al que está vivo?
No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea: «Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día». Y las mujeres recordaron sus palabras.
Cuando regresaron del sepulcro, refirieron esto a los On- ce y a todos los demás. Eran María Magdalena, Juana y Ma- ría, la madre de Santiago, y las demás mujeres que las acompañaban. Ellas contaron todo a los Apóstoles, pero a ellos les pareció que deliraban y no les creyeron.
Palabra del Señor
INTERIORIZAMOS
Palabras del ministro ordenado que preside la Vigilia.
CANTAMOS
EN VERDAD RESUCITÓ EL SEÑOR, ALELUYA A ÉL LA GLORIA Y EL PODER,
POR SIEMPRE, POR SIEMPRE.
Estando todos reunidos, se apareció el Señor,
"paz a vosotros, no temáis ved que en verdad soy Yo".
Nosotros somos los testigos de que resucitó;
con Él comimos y bebimos tras su resurrección..
En el camino de Emaús se unió a su caminar;
y lo pudieron conocer en el partir el pan.
"Yo soy la vida y la verdad, soy verdadera vid;
quien cree en Mí vivirá permaneced en Mí".
SUPLICAMOS
Ante Jesús Sacramentado oremos a Dios Padre para que envíe su Espíritu, renueve su Iglesia y transforme al mundo entero.
A cada petición diremos:
Sopla tu paz sobre nosotros, Señor
Que la Iglesia, Pueblo de la Vida, pueda dar un alegre y convincente testimonio de que cada vida humana proviene de Dios, le pertenece a Dios, y está hecha para regresar a Dios, roguemos al Señor…
Que la Iglesia, llamada a optar siempre por los más pobres, siempre defienda a los marginados e invisibili- zados de nuestras sociedades, que son los hijos de Dios más indefensos, roguemos al Señor…
Que todos los niños aun no nacidos, sean bienvenidos y protegidos en este mundo en lugar de ser temidos y rechazados, roguemos al Señor…
Que todos los seres humanos utilicen los talentos que Dios les dio para defender a la creación dispues- ta por Dios para que todos la habitemos , roguemos al Señor…
Que todas las guerras que destruyen la vida inocen- te, sean rechazadas y finalmente superadas, roguemos al Señor…
Que todas las Madres que se encuentran embaraza-
das pero con miedo, puedan con la ayuda de la Iglesia, encontrar la fuerza y el coraje que necesitan para dar
luz a la vida, roguemos al Señor…
Por todos los Padres y Madres que han perdido a al- guno de sus hijos para que puedan encontrar tranqui- lidad y paz, roguemos al Señor…
Recibe Señor, nuestra súplica y siembra en todos los hombres y mujeres de la tierra la semilla de la esperanza y la acogida por la vida. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos
Dirijamos ahora nuestra súplica al Padre como Jesús nos lo enseñó:
Padre Nuestro…
PIDAMOS INTECESIÓN A LA MADRE DE JESUCRISTO EL SEÑOR
Oh María,
aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se impide nacer, de pobres a quienes se hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas
de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia
o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo
sepan anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo
con solícita constancia, para construir,
junto con todos los hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida.
Amén
BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO
Tantum ergo, sacramentum venerémur cérnui;et antiquum documéntum novo cedat ritui;
praestet fides supleméntum sénsuum deféctui.
Genitóri, Genitóque, laus et jubilátio:
salus, honor, virtus quoque sit et benedictio;
procendénti ab utróque compar sit laudátio.
Amén.
V. Les diste Señor el pan del cielo. Aleluya.
R. Que contiene en sí todo deleite. Aleluya.
Oremos.
Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tú Pasión, te pedimos nos concedas venerar
de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los si- glos.
R. Amén.
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo consolador.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
Se realiza la reserva y se canta.
ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
La muerte en huída, ya va mal herida, los sepulcros se quedan desiertos;
decid a los muertos: renace la vida, y la muerte ya va de vencida.
Quien lo lloró muerto, lo encontró en el huerto, hortelano de rosas y olivos;
decid a los vivos: le vio jardinero, quien le viera colgar del madero.
Las puertas selladas hoy son derribadas, en el cielo se canta victoria;
gritadle a la gloria que hoy son asaltadas, por el hombre, sus muchas moradas.